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El hombre es ante todo un animal social, la vida humana sería imposible si los otros
no existieran. Si un adulto es aislado o se pierde puede sobrevivir porque ya ha
adquirido las capacidades del adulto. En el caso de un niño tiene otros efectos, porque
no puede llegar a desarrollarse y convertirse en un adulto sin el concurso de otros
adultos. La compañía y el cariño de los otros es algo tan necesario para el desarrollo
como la alimentación. Niños y adolescentes encontrados tras años largos de vida en
condiciones precarias y de gran aislamiento, tenían una conducta muy alterada, muy
lejos de los logros de sus compañeros de edad, y que el daño en su mayor parte era
irreparable.
El éxito adaptativo del hombre, hay que atribuirlo, a su capacidad para cooperar con
otros hombres. Además puede mantener vínculos sociales a lo largo de grandes
periodos de tiempo y con individuos que están alejados. El desarrollo social y las
relaciones con otros hacen posible la asimilación de la cultura y contribuyen al
desarrollo intelectual, pero a su vez éste es el que hace posible el mantenimiento de
relaciones sociales muy extensa.
Harlow y Harlow han distinguido en los primates cinco sistemas afectivos distintos:
Las relaciones entre estos sistemas son estrechas y sirven a una finalidad común.
Para sobrevivir el niño necesita a los demás, adultos que se ocupen de él y satisfagan
sus necesidades. Cuando tiene algún malestar, hambre, sueño, dolor, frio, etc. Se
produce una reacción refleja de llanto. El llanto va a tener como efecto que el adulto
se acerque y trate de confortar al bebé.
A partir del segundo año los niños son sensibles a las situaciones de tensión en
los adultos y son capaces de reconfortar a una persona en una situación negativa.
Los componentes del sistema conductual son las conductas señaladas como
llorar, llamar, sonreír, tienen como función traer la atención del adulto y
conductas más activas como trepar que sirven para establecer y mantener el
contacto.
El apego sería un lazo duradero que se establece para mantener el contacto y que se
manifiesta en conductas que promueven ese contacto. Esas conductas se harían
especialmente intensas en la separación o ante peligros. El niño mantiene el contacto
visual con la madre y ante cualquier modificación del medio busca el contacto directo.
En nuestra sociedad el niño permanece muchas horas solo, en su cuna, y los adultos
atienden cuando llora. En esas situaciones es donde interacciona con la madre.
A partir de los 3 meses el niño empieza a producir respuestas diferenciadas hacia las
personas y sobre todo hacia una o unas pocas personas. El niño reconoce las
situaciones habituales y en esas situaciones empieza a emerger la persona que le
cuida, establece un contacto diferente. Dura hasta los 6 meses.
En una tercera etapa, a partir de los 6-7 meses trata de mantenerse en su proximidad
o en contacto, ya sea visual o directo. El niño responde a los gestos y señales de los
otros y el mismo inicia gestos y acciones. Los comienzo de la marcha, van a permitir
que el niño trate de mantener el contacto activamente, siguiendo a su madre. El niño
es activo y trepa y protesta cuando la madre se va, esta fase que es cuando puede
decirse plenamente que existe un apego, dura hasta los 3 años.
Ese apego depende de todo el resto del desarrollo. El desarrollo cognitivo del niño no
le permitirá discriminar claramente a las personas. Pero además los progresos de la
marcha, el niño puede gatear, desplazarse y por tanto pueda alejarse de la persona
que lo cuida, hace necesario el establecimiento de la relación.
Según Bowlby con las figuras de apego, el sujeto construye un modelo del mundo y
de él mismo, a partir del cual actúa, y se relaciona con los demás.
Los estudios del apego diferencian entre apego y conductas de apego. El apego es
propiamente el vínculo, que se mantiene en la separación y la distancia. Las conductas
de apego son las manifestaciones visibles de apego, conductas que favorecen la
proximidad y el contacto, se encuentran el seguimiento, el abrazo, la sonrisa, el llanto,
etc. Pero la abundancia de esas manifestaciones no es prueba de que exista un buen
apego. Precisamente con esas conductas de apego exageradas lo que pone de
manifiesto es que está inseguro en la relación, que puede tener miedo a la separación
que no tiene plena confianza en la figura de apego. En la separación es donde mejor se
aprecia la calidad del apego.
Ainsworth diseño lo que se llama “situación extraña”, consiste en una sucesión de
episodios que se realizan en una habitación desconocida para el niño en los que está
con la madre, con una extraña o solo. Este experimento da distinto tipos de apegos:
Grupo A: EVITACION: evita a la persona que le cuida durante los episodios de reunión.
Tiende a tratar a la extraña de la misma manera, o a veces más positivamente que a su
cuidadora. Conductas de ignorancia a la madre.
El niño utiliza la figura materna como base segura desde la cual explora, la existencia
de ese apego es condición para que el niño se aleje momentáneamente y explore un
objeto o zona y vuelve a mirar hacia la madre. Si esta continúa allí y establece contacto
visual continua la exploración, si no trata de restablecer contacto y la exploración se
interrumpe.
Una buena relación con una o varias figuras permite más independencia que una
mala relación. Una mala relación hace al niño menos activo y menos social y puede
suponer malas relaciones con el entorno, son niños que lo rompen todo, niños
agresivos e insoportables. A menudo la única manera que tiene un niño de que lo
atiendan es hacer algún desastre. Eso va a permitir que se ocupen de él.
Las relaciones entre la madre y el niño están determinadas por múltiples factores,
tales como el sexo del bebe, su bienestar o malestar físico, el ambiente inmediato, la
clase social, etc. Y otros factores respecto a la figura materna. Por ejemplo, una madre
que tiene un embarazo no deseado, su conducta hacia el hijo que tiene dentro no va a
ser positiva, y puede determinar que no mantenga una alimentación adecuada, en
situación de tensión. Y puede afectar a la salud del niño, el nacimiento no va a ser más
que una fuente de problemas y puede ser visto al niño como el causante de la
situación. Y esto se traduce en mala alimentación del niño en la lactancia, el primer
contacto entre la madre y el niño es muy importante. El niño va a estar molesto e
irritante y esa irritación se transmite a los adultos. Y todos se ven afectados. Un niño
no deseado tiene la posibilidad de ser desdichado. Según el texto el aborto es una
solución para estos niños.
Una actitud favorable hacia el niño, establece una buena relación.es necesario una
acomodación madre niño después del nacimiento.
La influencia del entorno social es enorme. La mala relación con la madre, o su
ausencia, puede ser reemplazada por otros adultos o incluso por compañeros.
Cuanto más pronto se corrija una situación desafortunada, una mala relación o
experiencia traumática, más fácil puedes ser compensarla. Los niños adoptados
pueden formar excelentes relaciones con los padres adoptivos. Es conveniente que se
produzca en los 4 primeros años, pero incluso posteriormente se pueden formar
buenas relaciones.
Una buena relación también hace más fáciles las separaciones. Ejemplo los niños que
asisten a guarderías pueden mantener excelente relación con sus madres. No es un
problema de hora de relación, sino de la calidad.
1) Etapa refleja: las primeras conductas son reflejas, abrazar, gatear, succión,
etc. Sirven para mantener el contacto con la madre.
2) Etapa de comodidad y apego: empieza a formar vínculos entre la madre y
el niño. Harlow señala que las pautas de enseñanza de los niños limitan las
posibilidades de succión no nutritiva, y hace que el niño explore otros
objetos con la boca, y además hay contacto visual.
3) Etapa de seguridad: comienza a explorar más y recibe dela madre un
sentimiento de seguridad. Incrementa esta exploración cuando la madre
está presente. El niño utiliza a la madre como una base desde la que
explora, volviendo a ella.
4) Etapa de separación: la seguridad que obtuvo facilita la separación. Es
estimulada por la actitud de rechazo de la madre. La seguridad es un
elemento positivo que facilita la independencia y separación. Se ve
limitado por el control de la madre. Establecen relaciones con los
compañeros de edad que se convierten en vínculos adicionales para
satisfacer las necesidades afectivas.
En África los niños son transportados por la madre continuamente hasta que pueden
andar por sí mismos. Los amamantan por varios años, al niño no se lo deja llorar. El
desarrollo motor presenta un adelanto sobre el de los niños occidentales.
Existe una relación estrecha entre la vida social y las pautas de crianza. Cada cultura
educa a sus hijos de una manera peculiar y parece que hay una conexión entre el
carácter de los individuos y la organización social, por un lado y las formas de crianza
por otro.
Las formas de crianza y las expectativas de cada sociedad respecto a cómo debe ser
un adulto bien adaptado influirán mucho sobre el tipo de vínculos que se forman.
SEGURO: fácil estar próximo a otros y esta cómodo dependiendo de ellos y cuando
ellos dependen de mí. No se preocupa por el abandono o por si están muy próximos.
AMBIVALENTE: encuentra que los otros se resisten a estar tan cercanos como le
gustaría.