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Dios quiere que seamos sanos. Los planes de Dios para nuestra vida son buenos, son planes
de bien que dan esperanza, de manera que podamos realizar en la tierra, las obras que el
preparó de antemano. Jeremías 29: 11-13, Efesios 2:10, 3 Juan 1: 2 , Salmo 138:8
El Señor es Nuestro Sanador. Éxodo 15: 26; Salmo 103: 1-5, Isaías 53: 5 (1-12)
El Señor quita la enfermedad de en medio de nosotros. Éxodo 23: 25, Deuteronomio 7: 15
Él envió su palabra y nos sana. Salmo 107: 20
El restaura nuestra salud. Jeremías 30: 17, Salmo 34: 17, 19, 20, Mateo 8: 16-17
El precio de nuestra sanidad ha sido pagado. Como consecuencia del pecado, el cuerpo se
enferma, pero nuestro Señor Jesucristo pagó el precio de nuestra sanidad integral al llevar
a la cruz el pecado de nuestra humanidad
Debemos ser persistentes y perseverantes
en la búsqueda de la sanidad
Dios nos dio pautas de conducta y de alimentación que nos ayudan a mantener la salud del cuerpo y del
alma. Además de lo que comemos y hacemos; debemos cuidar lo que hablamos, pensamos y sentimos
ya que esto también nos ayuda a mantener una vida sana y saludable. Proverbios 3: 5-8; Proverbios 4:
20-23, Proverbios 17: 22, Proverbios 18: 21, Números 12: 1-15, 1 Corintios 10: 8-11, Filipenses 4: 6-8.
La oración por sanidad es una indicación, un mandato. Santiago 5: 14-16. Existen varios estudios
científicamente organizados, publicados en revistas médicas científicas que comparan la evolución
clínica de pacientes por los cuales se ha orado por su sanidad con aquellos por los cuales no se ha
orado. Los resultados son significativamente mejores cuando se ha orado por los pacientes.
Al igual que otras cosas, la sanidad podemos pedirla a Dios. Juan 15: 7, Filipenses 4:6
La obediencia a la Palabra de Dios nos ayuda a mantener la salud y nos promete una larga vida. Salmo
92: 12-15, Salmo 103: 1-5, Efesios 6: 2-3.
La oración por sanidad debe ser persistente y perseverante. Lucas 18: 1-8
Debemos declarar lo que Dios nos promete en su Palabra y de esa manera, desarrollar una actitud de
protección y defensa. Marcos 11: 22-25, 2 Corintios 1: 20, Santiago 1: 17, Filipenses 4: 8
Debemos buscar la via de nuestra
sanidad
a. La violación de las leyes naturales de Dios que básicamente quedan encerrados en los 10
Mandamientos. Lee: Éxodo 20: 1-17, Mateo 5. Cuando violamos las instrucciones y principios que Dios
estableció, usualmente lo hacemos en hábitos y costumbres alimentarias, el uso de productos químicos no
naturales o en la alteración de la genética o de los procesos naturales para la siembra y la cría de animales
que deterioran la calidad de los alimentos que ingerimos. Los libros de Levítico, Números y Deuteronomio
nos dan información al respecto. Igualmente, la falta de reposo también ha sido reconocida como un factor
causal de enfermedades. Éxodo 20: 8-11
b. Mantener pecados inconfesados. Mateo 5: 22-24, 1Corintios 11: 27-30, Hebreos 12: 15,
Santiago 5: 9. De nuevo, la falta de perdón hacia uno mismo o hacia otros; las enemistades y los
desbalances emocionales pueden influir en el establecimiento, desarrollo y en la evolución de las
llamadas enfermedades psicosomáticas, enfermedades inmunológicas y el cáncer.
Revisar raíces causales de enfermedades en edades
productivas
El bienestar espiritual puede ser entendido para algunos como un estado sentimental,
comportamental y cognitivo positivo para las relaciones con uno mismo, con los otros y
con una dimensión trascendente, dando al individuo una sensación de identidad,
actitudes positivas, armonía interior, y objetivo en la vida.
Aún así, las creencias y prácticas espirituales están asociadas a un afrontamiento más
exitoso de situaciones estresantes, lo que es relevante para los profesionales de
enfermería, visto que la sobrecarga de trabajo, los conflictos en el ambiente laboral, las
condiciones de trabajo desfavorables, el miedo del desempleo entre otros factores, son
fuentes de estrés para estos profesionales.
RELACIÓN
ENTRE
VIDA ESPIRITUAL
Y BIENESTAR
Distribución de los encuestados según
las características relacionadas con la
espiritualidad. Minas Gerais, 2011
LA AUTORIDAD SUPREMA
Hoy día muchos cristianos pierden batallas en la guerra espiritual porque carecen de un
conocimiento apropiado de la Palabra de Dios. Esta ignorancia ha llevado a algunas
personas a prácticas ocultistas que se encuentran disfrazadas ingeniosamente como
técnicas “neutrales” de autoayuda. Otros tienen un pie en el mundo y otro pie en la Biblia; y
de ese modo están comprometidos, no pueden entender por qué al parecer los principios
bíblicos nunca le funcionan. La derrota es un caso común porque sus vidas no están
establecidas sobre principios verdaderamente bíblicos sino más bien sobre los cimientos
inconstantes de la experiencia humana. Tras revisar gran parte de la literatura
contemporánea escrita para cristianos, hemos encontrado un rango de ideas
extremadamente amplio, muchas de estas ideas son mutuamente contradictorias. Tanto los
problemas como las soluciones difieren grandemente. Hemos leído muchos análisis
excelentes sobre la lucha espiritual que no tienen un fundamento bíblico. Algunas personas
expresan que los cristianos pueden ser poseídos por demonios mientras otros argumentan
que no.
LA AUTORIDAD SUPREMA
Por otra parte, si uno de estos criterios es cierto, los cristianos deben vivir de una
manera y las soluciones al problema deben encontrarse en una dirección. Si el
otro criterio es cierto, los problemas y soluciones que ofrece el otro criterio
resultan irrelevantes. ¿Cómo podemos hallar la salida de este laberinto y una
verdad eterna en la que podamos basar nuestra vida? Creemos que la Biblia es
nuestra autoridad suprema y solo Dios cuenta con el conocimiento y
entendimiento suficiente e infinito de nuestros enemigos y de nuestra naturaleza
humana para proporcionarnos una información precisa sobre el conflicto
espiritual y lo que debemos hacer al respecto. El cristiano siempre deberá ser
como los hombres y mujeres de Berea que recibieron del apóstol Pablo la mayor
alabanza porque no solo recibieron la palabra sino que escudriñaban cada día
las Escrituras para verificar sus enseñanzas (Hch. 17:11).
1 GUERRA ESPIRITUAL
Usted se encuentra en guerra Cada una de estas historias que acaba de leer está
basada en un hecho real y cada una representa lo que sucede en las vidas de
muchas personas hoy día. Cada uno de estos cristianos quiere llevar una vida que
agrade a Dios, aún así cada uno de ellos se enfrenta a luchas y oposiciones diarias
en su andar con el Señor. La Biblia enseña que la vida posee una dimensión que
transciende el medio físico y material. Este tema se centra en la parte inmaterial
de su ser —su verdadero yo— y su relación con Dios. A Dios se opone Satanás y un
vasto ejército de criaturas inmateriales y racionales que se encuentran a su
servicio. Todos han sido sentenciados a condenación eterna en el lago de fuego
(Mt. 25:41). Aún así, esa sentencia se ha pospuesto para el final de la historia
humana. Entre el pronunciamiento de ese veredicto y la ejecución de la sentencia
yace todo el panorama de la historia humana.
What the Bible Teaches About Spiritual Warfare, © 2000 por Robert Dean
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1132-
12962014000300006#:~:text=El%20bienestar%20espiritual%20puede%20se
r,y%20objetivo%20en%20la%20vida.
http://mensajesinfrontera.org/crecimiento-
integral/principios-biblicos-de-sanidad/
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