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Introducción:
Cuando recibimos a Cristo, el Dios del cielo entra a nuestra vida y desea
transformar nuestro ser, nos hace nuevas criaturas (II Corintios 5:17) con el deseo
de cambiar, de dejar el pecado y empezar a obedecer la palabra de Dios. (I de
Tesalonicenses 1:4–7)
Ejemplo: Dices una mala palabra y ya no te sientes cómodo como antes, algo
dentro de ti no te deja tranquilo. Dices una mentira y por dentro algo te dice
“fallaste” y no te deja estar tranquilo. Recuerda que Dios mismo esta dentro de ti
y él no puede tolerar el pecado. ¿Qué hacer? I de Juan 1:9
Podemos ver esta evidencia en la vida de los primeros creyentes en Hechos 2:40–
42. Vemos como ellos deseaban oír la palabra de Dios. “perseveraban en la
doctrina de los apóstoles”.
Hechos 17:10–11 también nos un claro ejemplo de cómo los nuevos creyentes
escudriñaban las escrituras. Ejemplo: Los bebés naturalmente buscan la leche y se
alimentan y de esa manera crecen, así nosotros como bebés en Cristo lo natural
debe ser buscar la leche espiritual y empezar a crecer espiritualmente.
I de Juan 3:14 nos enseña que otra evidencia de que somos salvos es el amor por
las personas que tienen a Cristo en el corazón (tus hermanos en la fe). Es algo
natural.
Dice la Biblia: “Nosotros sabemos” Es algo que se puede saber. “que hemos
pasado de muerte a vida” o sea que somos salvos, que somos hijos de Dios, “en
que amamos a los hermanos”. Hoy puedes saber si eres o no un verdadero creyente,
Si amas a los hermanos. Es que deseas estar con el pueblo de Dios, es con quien
hayas “feeling” te “conectas” fácilmente, hay identidad. Hechos 2:42-47.
Juan 1:35–42; Juan 4:25–30, Juan 4:40–42. En ambos casos vemos la reacción
natural de aquellos que han creído en Cristo como salvador personal, quieren
contar a todos que han encontrado al Mesías, quieren contar lo que les ha pasado.
La consecuencia de tal testimonio es que muchos más creen en Cristo como el
único y suficiente Salvador de sus vidas.
Ante esas nuevas presiones, tribulaciones y problemas hay una nueva actitud. En
medio de las misma hay paz, cuando entendemos lo que dice I de Pedro 4:12-14.
Además por entender que si estoy haciendo la voluntad de Dios todo lo que me
ocurra, es para mi bien y para cumplir el propósito de que Jesucristo sea formado
en mí. Rom 8: 28 – 29. Por eso entiendo que no importa lo que me pase Dios está
ahí para ayudarme y consolarme.
CONCLUSIÓN