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La política puede ser considerada el intento de establecer políticas públicas (soluciones específicas acerca
de cómo manejar los asuntos públicos) sobre determinados temas, o de influir en ellas. Toda política pública es
construida de manera subjetiva entre actores que comparten un mismo escenario de poder. Por eso, resulta
importante revisar el contenido y orientación de las políticas públicas en la Argentina, y las contribuciones de la
Psicología Comunitaria a este campo.
Serrano → se orienta al estudio de los factores psicosociales y estructurales vinculados con el poder para
ejecutar cambios que impacten en el bienestar humano.
Montero→ rama de la psicología, cuyo objetivo es el estudio de los factores psicosociales que permiten
desarrollar, fomentar y mantener el control y poder que los individuos pueden ejercer sobre su ambiente
individual y social. En una actualización de la definición, incluye los aspectos interventivos de la misma y los
factores culturales, históricos y sociales que la determinan.
Sánchez-Vidal→ sostiene que es [el] campo de estudio de la relación entre sistemas sociales
(principalmente comunidades), comportamiento humano y de su aplicación interventiva (en lo negativo) en la
resolución de los problemas psicosociales y (en lo positivo) al desarrollo humano integral; ve a los sujetos
activamente participantes de los cambios y no como objeto pasivos. Más adelante, (Sánchez-Vidal) incorpora los
problemas psicosociales (drogas, exclusión, violencia, trastorno mental, etc.) y otras cuestiones propias de los
contextos sociales "preindustriales", como la pobreza extrema, la situación de calle de los niños, la
superpoblación, entre otros.
1. El reconocimiento de que se trabaja con actores sociales en un escenario social complejo y de que el
conocimiento popular debe ser tomado en cuenta (dimensión ontológica).
2. La construcción del conocimiento de la realidad y desde una perspectiva histórica, creando una relación
de dialogo entre los psicólogos comunitarios y la población (dimensión epistemológica).
4. El otro como coautor del conocimiento, respetando las diferencias culturales, organizativas y de
capacidades (dimensión ética).
Con el surgimiento del socialismo en el siglo XIX las expectativas de cambio y progreso social se
transfieren a un sujeto colectivo. La concepción de la ciudadanía como accesibilidad a los derechos sociales
básicos se halla relacionada con el surgimiento y desarrollo del Estado de bienestar, que tiene como
característica identificar carencias sociales y responder de forma satisfactoria a las demandas ciudadanas.
Desde sus orígenes, la Psicología Comunitaria ha incidido sobre los procesos de gestión y legitimación
política, ya que su aplicación pone en marcha procedimientos que fortalecen posiciones de unos actores sociales e
institucionales en relación con otros, y produce resultados que perjudican intereses de unos en la medida en que
beneficia a los otros. Si se acepta que a las políticas públicas les corresponde administrar el poder y a la
Psicología Comunitaria, "dotar de poder a la población", resta por ver si eso es posible. Esto es, analizar cuáles
son las condiciones que facilitan o limitan los procesos participativos y de empoderamiento, y sus efectos en las
políticas públicas.
La participación ciudadana se relaciona con el valor de la democracia y cinco son los factores más
significativos que la favorecen en el área de la salud:
El estallido de la globalización, que se manifiesta en la crisis política y financiera mundial, lleva a una de
las tensiones centrales que atraviesa el origen y desarrollo de la Psicología Comunitaria. La comunidad representa
entonces el tipo de mundo al que ya no se puede acceder pero en el que se desea habitar y al que se espera volver.
En este contexto, aparece el fenómeno de guetización de la sociedad -tanto de carácter voluntario como
involuntario (por ejemplo, el aislamiento en barrios cerrados y countries, pero también el confinamiento de grupos
vulnerables en ámbitos segregados territorialmente)- y una distorsión del concepto de comunidad. La comunidad
que reside en los guatos voluntarios necesita aislarse del mundo externo a través de diversos dispositivos de
seguridad: alarmas, muros, rejas con vigilantes. Pero cuanto más seguras se sienten las personas dentro de su
confinamiento, menos familiar y más amenazadora resulta la realidad externa.
Los modos de gestión política corresponden a las formas de asignación, a la utilización de los recursos y a
la relación entre diversos actores sociales en la prestación de servicios. Es posible identificar tres estilos:
La Psicología Comunitaria solo encuentra un campo propicio de desarrollo y expansión en este último
modo de gestión.
La situación en la Argentina
La Psicología Comunitaria en nuestro país ha tenido su propio desarrollo académico, que se inició en la
década del 60. Fue de gran importancia el movimiento de Reforma Universitaria argentina de 1917, que abrió un
campo inédito para tareas de extensión comunitaria articuladas con las actividades más tradicionales de docencia
e investigación. La intensa movilización política y la fuerza de los movimientos sociales radicalizados que
sostenían la necesidad de transformar las condiciones sociales preexistentes atravesaron el fin de la década del
sesenta y se condensaron en la sublevación popular, conocida como "Cordobazo", y en el inicio de la dictadura
militar. Con la vuelta a la democracia volvió a surgir lentamente la Psicología Comunitaria.
La caída del socialismo y la emergencia del paradigma neoliberal, en la década del noventa, afectaron al
Estado de bienestar. Se comenzó a promover la necesidad de que el sector privado formara parte de las políticas
sociales, necesidad "de mercado". Esto llevo a la privatización, descentralización y desregulación en diversas
áreas sociales y, en la actividad económica. Acompañando estos procesos, el Estado argentino, incorporó un
discurso en el cual se propiciaba el fortalecimiento de las organizaciones comunitarias o del tercer sector, pero
vinculado con las críticas que se le formulaban al Estado como ineficaz gestor y distribuidor de recursos. Esto se
vio reflejado en un sin número de programas que han incorporado buena parte de este discurso acerca del
desarrollo, la promoción y la participación comunitaria. Asistimos hoy a un declive y a una fuerte impugnación
del modelo, en parte por las consecuencias negativas que se han manifestado como resultado de su
implementación en el plano social: crisis financiera, desempleo, inequidad, pobreza (…). En esta época la
denominada Psicología Social Comunitaria no ha podido exceder los marcos de las experiencias puntuales y de
algunos desarrollos.
En nuestro país, la psicología, adoptó una postura crítica respecto de la provisión de servicios de salud
mental, en especial acerca de la ineficacia de los hospitales psiquiátricos. Al mismo tiempo, se explicita su ruptura
con el paradigma clínico tradicional. En este marco, se pusieron en marcha varios programas. Por su parte, la
incorporación de la perspectiva de la Psicología Comunitaria en estos programas responde sobre todo a los
esfuerzos personales de los equipos técnicos que han logrado utilizar los espacios institucionales para llevar a la
práctica marcos conceptuales y operativos de la Psicología Comunitaria.
Partiendo de una concepción amplia del proceso salud-enfermedad y de sus determinantes, la promoción
de la salud propone la articulación de cocimientos técnicos y populares y la motivación de recursos
constitucionales y comunitarios, públicos y privados para su desafío y resolución (Buss).
Más allá de las motivaciones ideológicas y políticas, la promoción de la salud surge como reacción a la
acentuada medicalización de la salud en la sociedad y en el interior del sistema de salud.
Antecedentes
“La salud pública es la ciencia y el arte de prevenir las enfermedades, prolongar la vida y fomentar la
salud y la eficiencia física mediante esfuerzos organizados de la comunidad para sanear el medio ambiente,
controlar las infecciones de la comunidad y educar al individuo en cuanto a los principios de la higiene personal;
organizar servicios médicos y de enfermería para el diagnóstico precoz y el tratamiento preventivo de las
enfermedades, así como desarrollar la maquinaria social que le asegure a cada individuo de la comunidad un
nivel de vida adecuado para el mantenimiento de la salud” (Winslow).
La promoción de la salud es un esfuerzo de la comunidad organizada para alcanzar políticas que mejoren
las condiciones de salud de la población y los programas educativos para que el individuo mejore su salud
personal, así como para el desarrollo de una “maquinaria social” que asegure todos los niveles de vida adecuados
para el mantenimiento y avance de la salud (Winslow).
Leavell y Clark, utilizan el concepto de promoción de la salud al desarrollar el modelo de la historia
natural de la enfermedad → tres “niveles de prevención”, dentro de los cuales existirían cinco componentes
distintos, en los cuales se podrían aplicar medidas preventivas.
En los países de primer mundo, los sistemas de salud comienzan, en la mitad de los años 70, a ser
cuestionados, teniendo como telón de fondo nuevas concepciones del proceso salud-enfermedad-atención, que
buscan articular cuatro dimensiones explicativas: biología humana, estilos de vida, ambiente y servicios de salud.
La motivación central del Informe Lalonde parece haber sido política, técnica y económica, pues apuntaba a
enfrentar los costes crecientes de la asistencia médica al mismo tiempo en que se apoyaba en cuestionar el
abordaje exclusivamente médico para las enfermedades crónicas debido a los resultados poco significativos que
aquella presentaba. Los fundamentos del Informe Lalonde se encontraban en el concepto de “área de la salud”,
que reúne los llamados “determinantes de la salud”. Este concepto contempla la descomposición del campo de la
salud en cuatro amplios componentes: biología humana, ambiente, estilo de vida y organización de la asistencia
para la salud.
• Biología humana→ incluye todos los hechos relacionados a la salud, tanto física como
mental, que se manifiestan en el organismo como consecuencia de la biología fundamental del ser
humano y constitución orgánica del individuo (herencia, madurez…).
• Ambiente→ incluye todos los factores relacionados con la salud externos al organismo
humano y sobre los cuales la persona tiene poco o ningún control.
• Estilo de vida→ conjunto de decisiones que toma el individuo con relación a su salud y
sobre las cuales ejerce un cierto grado de control.
Esta conferencia tuvo como resultado la Carta de Ottawa, la cual define promoción de la salud como: “el
proceso de capacitación de la colectividad para actuar en la mejora de su calidad de vida y salud, incluyendo
mayor participación en control de este proceso”. Además establece que los recursos fundamentales para la salud
son: ausencia de conflictos, condiciones de habitabilidad, educación, alimentación, ecosistema estable, recursos
sostenibles, justicia social y equidad. La carta de Ottawa asume también que la equidad en la salud es uno de los
focos de la promoción de la salud. El documento apunta hacia los múltiples determinantes de la salud y para la
intersectorialidad al afirmar que “la promoción de la salud no es responsabilidad exclusiva del sector de la salud”
La Carta de Ottawa promueve también cinco campos de acción para la promoción de la salud:
3) Refuerzo de la acción comunitaria: Las acciones comunitarias serán efectivas si fuese garantizada la
participación popular en la trayectoria de los asuntos de salud, así como el acceso total y continuo a la
información y a las oportunidades de aprendizaje en esta área: es el concepto de empowerment comunitario, o
sea, la adquisición de poder técnico y conciencia política para actuar en defensa de su salud.
5) Reorientación del sistema de salud: es decir, hacia una visión más englobadora e intersectorial.
La II Conferencia Internacional sobre Promoción de la Salud y la Declaración de Adelaide: políticas públicas
saludables:
Se identificaron cuatro áreas prioritarias para suscitar acciones inmediatas en políticas públicas
saludables: apoyo hacia la salud de la mujer; alimentación y nutrición; tabaco y alcohol; creación de ambientes
favorables. La declaración de Adelaide destaca que los principales propósitos de las políticas saludables son la
creación de ambientes favorables para que las personas puedan disfrutar de vidas saludables, y que tales políticas
faciliten opciones saludables de vida. Compromiso con la equidad, intersectorialidad.
Fue la primera en focalizar la interdependencia entre salud y ambiente en todos sus aspectos (física o
“natural”, social, económica, política y cultural).
Una vez más, son resaltadas, en una conferencia sobre la promoción de la salud, las desigualdades
sociales en la salud, así como la pobreza. En la conferencia, también son resaltados cuatro aspectos en pro de un
ambiente favorable y generador de salud:
1. La dimensión social→ manera por la cual normas, costumbres y procesos sociales afectan la salud.
2. La dimensión política→ que requiere de los gobiernos la garantía de la participación democrática en los
procesos de decisión y la descentralización de recursos y responsabilidades.
3. La dimensión económica→ que requiere fijar nuevos plazos en relación a los recursos para alcanzar
salud para todos y desarrollo sostenible.
La búsqueda de equidad y el respeto a la biodiversidad son los dos principios básicos que deben regir las
estrategias hacia una salud para todos.
Fueron definidas cinco prioridades en relación con el campo de la promoción de la salud en los próximos
años:
1) Promover la responsabilidad social con la salud: políticas públicas saludables, y además procurando
responsabilizar al sector privado.
La promoción de la salud busca modificar las condiciones de vida para que sean dignas y adecuadas; se
dirige hacia la transformación de los procesos individuales de toma de decisiones para que sean
predominantemente propicios para la calidad y la salud; y se orientan al conjunto de acciones y decisiones
colectivas que puedan favorecer la salud y la mejora de las condiciones de bienestar. El objetivo permanente es un
óptimo nivel de vida y de salud; por lo tanto, la ausencia de enfermedades no es suficiente
La prevención, se orienta más hacia las acciones de detección, control y debilitación de los factores de
riesgo o factores causantes de conjuntos de enfermedades o de una enfermedad específica; su base es la
enfermedad y los mecanismos para atacarla mediante el impacto sobre los factores más íntimos que la generan o
aceleran. Evitar la enfermedad es el objetivo final y, por tanto, la ausencia de enfermedades sería un objetivo
satisfactorio
La evolución del concepto de promoción de salud, desde que el termino fue usado por primera vez, se
desplazo de un “nivel de prevención” de la medicina preventiva, hacia un “enfoque político y técnico” del proceso
salud-enfermedad-atención.
La forma de entender y definir la ES (educación para la salud), es variables y está influida por la forma de
entender la educación en general y las actividades que deben realizar los servicios de salud.
OMS→ La define como “las oportunidades de aprendizaje creadas conscientemente con vistas a facilitar
cambios de conducta encaminados a una meta determinada”.
En función de la metodología utilizada, pueden diferenciarse tres grandes orientaciones en las actividades
de ES:
• Orientación prescriptiva →Se corresponde con el modelo preventivo. La prevención
siempre es mejor que la curación, deben realizarse esfuerzos dirigidos a que las personas adopten
conductas saludables. Los profesionales de la salud son quienes mejor conocen los hábitos y
comportamientos que mejoran la salud; por tanto, son quienes deben aconsejarlos o prescribirlos.
♣ Diferencia entre adoctrinar o prescribir reglas y preceptos (para que las personas adopten
determinadas conductas) y educar (ayudar a la persona en su desarrollo individual y su
autonomía).
Objetivos
La ES constituye un proceso multidimensional que puede ser explorado desde 3 puntos de vista:
La OMS y la OPS, han enfatizado la importancia de desarrollar servicios de salud mental comunitarios,
donde el rol de los usuarios, sus familiares y la comunidad puede llegar a adquirir una preponderancia que
contrasta con la pasividad frente a la enfermedad mental históricamente sostenida en el modelo manicomial.
Antecedentes históricos
En 1990, la OMS/OPS lidero una iniciativa que produjo la Declaración de Caracas. En ese documento se
define el papel que la comunidad debe jugar en el ámbito de la SM, del cual es excluida cuando la respuesta a los
problemas de SM se “resuelve” tras los muros de las instituciones psiquiátricas. Este documento y otros de la
época, son el reflejo de un movimiento que desde finales de los 60´ se fue desarrollando en distintas partes del
mundo, en un esfuerzo por devolver a la persona que sufre problemas de SM su dignidad en cuanto a ser humano
portador de derechos.
En 2001, la OMS, en su informe Anual a la SM, trata el tema de la cooperación con pacientes y familias.
Este reconoce que “hay pruebas sólidas que demuestran la conveniencia de involucrar a las familias en el
tratamiento y manejo de la esquizofrenia, retraso mental, depresión, dependencia de alcohol y trastornos
conductuales de la infancia.
Sin embargo, a pesar de todo, a necesidad de enfatizar el rol de la comunidad en el ámbito de la salud
mental vigente.
Sin lugar a dudas, el estigma y la discriminación juegan un rol considerable en la dificultad que los
usuarios de servicios de SM y sus familiares pueden tener si defienden sus derechos; la sociedad, por otra parte,
encara dificultades para considerar esas cuestiones como asunto propio. La condición de usuario de servicios de
salud mental, o la de familiares de usuarios, aún tiene en muchas sociedades una connotación negativa.
El pasaje de la psiquiatría institucional a la salud mental comunitaria destaca el rol que corresponde a la
comunidad en la prestación de servicios.
El cambio de modelo supone un enfoque más amplio, mediante el cual la atención de las personas con
trastornos mentales no se limita a considerar solo la enfermedad y sus aspectos biológicos. El enfoque
comunitario toma en cuenta además otras dimensiones del ser humano: integridad personal y su pertenencia al
colectivo humano. Los cuales se ven afectados por los trastornos mentales. En consecuencia, es imprescindible
cambiar la estrategia de “curar la enfermedad” por otra dirigida a “hacerse cargo de la persona”.
El equipo, basado en la comunidad, está en condiciones de localizar y movilizar otros recursos que el servicio de
SM no posee, y que son necesarios para satisfacer las necesidades de los usuarios.
Los derechos humanos básicos, como son, el derecho a vivir en la comunidad, recibir atención en salud,
trabajar, estudiar, etc., cobran especial relevancia en el caso de las personas que sufren una enfermedad mental y
que muy probablemente no gozan de ellos en su plenitud.
Es preciso que los profesionales de los servicios de SM que en determinado momento debieran
convertirse en agentes que promuevan y faciliten las relaciones del paciente con su entorno. Este deberá
vincularse con una red de servicios sociales y laborales, educacionales o judiciales, a través de los cuales podría
hacer valer sus derechos.
El papel jugado por los usuarios es el que se ha visto más afectado por el proceso de sustitución de la
institución cerrada por los servicios de salud mental comunitaria. Antes del cambio, los usuarios tenían la
categoría de meros entes que recibían pasivamente medicinas, tratamientos y castigos, eran objeto de restricciones
y estaban privados de ejercitar sus derechos. Esta situación ha evolucionado con el cambio y ahora el paciente ha
llegado a convertirse en un actor primordial de los sistemas de salud mental en muchos lugares del mundo.
Los grupos de autoayuda cumplen un rol muy importante en el sistema de salud mental en cuanto ofrecen
un foro protegido, sin ocultar los síntomas de la propia enfermedad y ser aceptados. Pueden constituir un puente
entre el servicio de SM y la sociedad que permite, mediante la identificación del propio sufrimiento con el de los
demás, reforzar aquellos aspectos de la persona que le facilitan convivir con la enfermedad.
En muchos casos las estrategias de rehabilitación psicosocial contribuyen a la recuperación del paciente y
facilitan el rescate de la autonomía, habilidades y capacidades perdidas a causa de la enfermedad o de la
prolongada reclusión. La rehabilitación equivale a un recorrido en el que, además de recobrar habilidades y
destrezas la persona hace realidad la posibilidad de ejercer sin restricciones sus derechos de ciudadanía.
El rol de la familia
El papel que desempeña la familia de una persona con trastornos mentales en su tratamiento y
rehabilitación es fundamental. Este rol ira variando en distintos momentos de la historia natural de la enfermedad,
desde el momento mismo que los parientes pasan de ser familiares ordinarios a familiares de una persona con
problemas mentales.
Los grupos de autoayuda pueden dar origen a procesos educativos en cuanto son asociaciones que luchan
por los derechos propis y por los de sus parientes enfermos. Estas asociaciones ofrecen servicios que pueden
beneficiar tanto a los usuarios como a sus familiares.
La familia puede participar de numerosas formas. Un modo de cooperar es acompañar al pariente enfermo
en el proceso de recuperación, tomando parte activa en el abordaje terapéutico. También puede participar
formando parte de asociaciones de familiares. Estas permiten el intercambio de experiencias con familias que
están atravesando por experiencias similares. Algunas de sus actividades son: lucha contra el estigma, la
discriminación y la exclusión social; búsqueda de soluciones legales para un futuro en el cual el familiar ya no
estará para hacerse cargo del ser querido.
El rol de la comunidad
La promoción de la SM involucra acciones que apoyan a las personas a adoptar y mantener estilos de vida
saludables, y a que creen condiciones de vida y ambientes que apoyen la salud.
...un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad o
dolencia
...un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las
presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución
a su comunidad.
Las concepciones de la salud han variado a través de los tiempos, influidas por los contextos socio-
políticos y científicos y se asientan sobre presupuestos que las determinan. Hay un concepto de salud que la
define por la ausencia de enfermedad; otro que la define como un estado de equilibrio biopsicosocial y otro, como
un proceso histórico social. Los dos primeros comparten idénticos supuesto científico en el marco de las ciencias
físico-naturales y contribuyen a constituir y expresar el paradigma biomédico; el tercer concepto se encuadra en
el marco de las ciencias sociales (paradigma social o alternativo). El modelo social, está presente en el contexto
de los debates vinculados a la transformación de la atención psiquiátrica en América Latina.
• Desde un punto de vista cualitativo y relativo al estado de vida mental, la salud mental
es un proceso histórica y socialmente determinado de integración de los elementos conflictivos,
constitutivos del sujeto de la cultura y de los grupos
Este proceso presenta crisis previsibles e imprevisibles, registrables subjetiva y objetivamente, en
el que las personas y los grupos participan de manera activa de sus propios cambios y los de su entorno
social. La salud mental constituye uno de los elementos de la salud integral del sujeto, junto con la salud
física y la social.
• Desde una perspectiva política, la salud mental se entiende como una cuestión social que
es determinada y se expresa en las relaciones entre Estado y Sociedad. La salud mental es un derecho
humano inalienable ligado a los conceptos de ciudadanía, libertad, democracia y solidaridad; en
consecuencia requiere un sistema jurídico que la promueva, ampare y defienda, y precisa un conjunto de
políticas que garanticen el desarrollo social y subjetivo.
El Informe Final de la Comisión de DSS de la OMS, organiza estos factores en las siguientes
categorías:
En el campo de la salud mental el análisis de los DSS puede ser desarrollado tomando como categorías
de análisis:
▪ Los valores y sustentos culturales sobre la locura y la SM, tradiciones y estilos de vida de
los sujetos y comunidades, sus condiciones de vivienda, trabajo, educación, etc.
▪ El papel del Estado, el respeto y la protección de los derechos humanos, las políticas y el
financiamiento de SM.
▪ Los modelos conceptuales que sostienen las prácticas y los servicios de SM, la
producción de información, conocimiento (…).
Promoción de la SM
El concepto de promoción de la salud, parece haber sido utilizado por primera vez por Henry Sigerist en
1945, al definir las cuatro tareas esenciales de la medicina -la promoción de la salud, la prevención de la
enfermedad, el restablecimiento de los enfermos y la rehabilitación.
Pero la primera promulgación internacional en este campo estuvo dada en la Carta de Ottawa. La cual
propone:
La promoción de la salud ha sido definida como acción y abogacía para abordar los DSS que son
modificables. La promoción se ocupa de los DSS y la prevención se concentra en las causas de la enfermedad.
Cuando se trata de la vida mental, la promoción se refiere a la salud mental positiva considerada como un
recurso, un valor y un derecho humano básico, esencial para el desarrollo económico y social.
La propuesta de la promoción de la salud mental presupone cambiar de valores y problemas y cambiar de fines y
de estrategias de intervención para proveer al desarrollo de la SM de las poblaciones, y apunta a cambiar los
determinantes estructurales de la salud.
1) Promover el concepto.
2) Mejorar las condiciones económicas sociales.
3) Promover el empoderamiento comunitario y la defensa de los derechos humanos.
4) Asegurar el establecimiento de políticas y servicios de SM y marcos jurídicos que los garanticen.
5) Desarrollar cocimientos pertinentes y prácticas transformadoras.
6) Implementar programas de promoción de la salud mental para las distintas etapas del ciclo vital.
7) Implementar programas de promoción de la salud mental para grupos, poblaciones y comunidades
en condiciones vulnerables.
Programa de promoción del concepto
El programa persigue mejorar las condiciones económicas sociales y los estilos de vida de la comunidad,
contribuir al desarrollo de ambientes psicosociales saludable y al control de las causas de la violencia, exclusión
abandono y falta de cuidados. Los programas de desarrollo para la SM suponen el diseño e implementación de
políticas públicas saludables.
• El aumento en los niveles de educación está en relacionado en forma directa con el nivel
de salud y bienestar mental. Por lo tanto, las políticas dirigidas a mejorar el acceso a la educación en
todos sus niveles contribuyen al mejorar la salud y la SM. También se requiere la implementación de
estrategias de enriquecimiento cultural y de recreación y uso saludable del tiempo libre.
• Los programas de mejora del transporte y las comunicaciones, el control del tráfico de
drogas y la prevención de la violencia en todas sus formas, facilitan el desarrollo comunitario en favor de
la SM.
La promoción de la SM necesita ser considerada explícita mente en las políticas públicas con el fin de
obtener de ellas el estatus y la dirección estratégica necesarios. La política de SM es un conjunto organizado de
valores, principios y objetivos para mejorar la SM y reducir la carga de los trastornos mentales en una población.
Los conocimientos y prácticas de SM, devienen principalmente de movimientos que han producido
definiciones y categorizaciones conceptuales y operacionales sobre la enfermedad mental. De modo tal que, las
teorías sobre la locura y la SM tienen una influencia decisiva en los modos como una sociedad piensa y organiza
el afrontamiento del problema.
Desde hace dos siglos han predominado el paradigma de las ciencias físico-naturales. Solo recientemente
han comenzado a incorporarse concepciones más integradoras que acompañan a los movimientos de
transformación en el campo de la SM.
• Promover la SM de la familia
• Promoción de la SM en el trabajo.
• Fomento de la SM en la ancianidad.
Programa de promoción de la SM en grupos vulnerables
La Psicología Comunitaria durante mucho tiempo bajo la ley del ‘ensayo-error’, ha ido tanteando los
caminos de la acción comunitaria. Por ese motivo algunas prácticas comunitarias se transformaron en acciones
asistencialistas, con frecuencia, sin conseguir evaluar sus objetivos de trabajo.
La Psicología Comunitaria, como área aplicada de la Psicología Social, puede valerse de cualquier teoría
que explique el comportamiento humano. Sin embargo transferir conocimientos construidos de un área para otra,
puede traer dificultades interpretativas por ignorar las especificidades del entorno en donde el comportamiento se
produce. Por eso, los psicólogos comunitarios han ido escogiendo, adaptando o creando teorías que tuviesen su
origen en las prácticas sociales, a veces de áreas afines como la antropología, la educación otras de la propia
Psicología, como la Social, Educacional, de la Salud. Será la opción profesional, junto con los valores personales
y el análisis del problema o situación a trabajar, que llevará a escoger el instrumental teórico-metodológico que
podrá ser más eficaz para llegar a los objetivos propuestos.
La crisis paradigmática
El llamado paradigma tradicional o positivista, hasta hace poco divisor de lo que era considerado científico
y no científico, ha sido criticado por psicólogos sociales por ser reduccionista y simplificador de la realidad
humana. Otros paradigmas, llamados pos-modernos valorizan aspectos de la realidad dejados de lado por el
paradigma tradicional como: la complejidad, el desorden, el movimiento, la experiencia, el significado, el
contexto, y la conciencia, y se constituyen en elementos de análisis necesarios para una realidad, ya no estática,
sino en permanente cambio y construcción. Como toda área de conocimiento, la Psicología Comunitaria necesita
plantearse y discutir sus principios epistemológicos, sus constructos explicativos y su instrumental metodológico.
Pensar en ecología, significa pensar en la interdependencia entre los sistemas que nos rodean, en el buen
aprovechamiento y adecuada distribución de los recursos. Ser ecológico significa tener una actitud proactiva e
interactiva con el ambiente (micro, meso, macro-sistémico). Es buscar la armonía del hombre con la naturaleza,
produciendo cultura y transformando el entorno en un lugar con mejores condiciones de vida para todos.
El Paradigma Ecológico está más próximo del contexto psicosocial en el cual están inmersas personas y
comunidades. Es uno de los más difundidos entre los psicólogos comunitarios.
Rappaport, uno de los pioneros y fundadores del área de Psicología Comunitaria, afirma que la naturaleza de la
teoría en Psicología Comunitaria no puede ser sino de naturaleza ecológica, porque sus valores son los que mejor
sirven a los intereses del área. Al mismo tiempo, la propuesta ecológica es la que mejor conduce al
descubrimiento de los fenómenos comunitarios.
Los contextos en los cuales la persona desarrolla su vida y sus actividades reciben el nombre de
microsistemas (Familia, escuela, trabajo, etc.). Cada microsistema tiene características físicas y materiales
particulares.
Macrosistema conecta y atraviesa los sistemas de menor orden (micro, meso e exo). Ese sistema se refiere
a la cultura, a los sistemas de creencias e ideología, valores, tradiciones, etc.
Cuando la posición en el ambiente ecológico de una persona o comunidad se modifica, como consecuencia
de un cambio de políticas, de actividades, de papeles o de recursos del sistema, se da un proceso de transición
ecológica. Si esa transición ha sido preparada, anticipada, y desarrollados recursos para su rápida resolución, la
transición será más saludable y con menos estrés psicosocial. (Ej. Transición de los jóvenes de la escuela al
trabajo).
Los principios por los cuales se rige el Paradigma Ecológico muestran la forma dinámica de la interacción
persona-ambiente. Según Kelly y Trickett, Kelly e Todd, son los siguientes:
Interdependencia: Tanto personas como ambientes, cuando provocan o experimentan algún cambio
producen también cambios en los demás sistemas. Personas y ambientes permanecen en constante interacción,
siendo ambos activos y transformadores.
Congruencia y Adaptación: Consiste en encontrar un equilibrio entre la dinámica del desarrollo de las
personas, de los sistemas y de las oportunidades o dificultades que van surgiendo. El continuo desarrollo tanto de
la persona como del medio, facilita una serie de actividades e inhibe otras, cambiando siempre las condiciones en
el ecosistema.
Los dos procesos que intervienen para alcanzar la congruencia son el enfrentamiento y la adaptación. En
toda situación, el comportamiento refleja un proceso de adaptación al medio ambiente. Diferentes contextos y
tiempos podrán modificar los criterios de un comportamiento.
Circularidad de los recursos: Los sistemas se caracterizan por el intercambio de recursos. Personas y
contextos, intercambian productos, sean en forma de relaciones, dinero, tecnología, tiempo, etc. El procesamiento
de recursos dirige su atención también al potencial de recursos aún no desarrollado o descubierto.
El enfoque ecológico utilizado por los psicólogos comunitarios da importancia al papel de los sistemas
sociales en la construcción del sujeto. Dentro del modelo ecológico se privilegia la investigación en contextos
naturales. El psicólogo comunitario se inserta y familiariza en el contexto en donde va a desarrollar su
intervención. Es de suma importancia identificar los problemas que surgen en un determinado contexto o
situación y evaluar cómo los sistemas del contexto provocan, incrementan o mantienen estos problemas o
necesidades.
En ningún caso el psicólogo comunitario determina o lleva ‘a priori’ su foco de investigación
desconsiderando a la comunidad y a las características del contexto.
Tres dimensiones para evaluar los contextos: 1) ambientes percibidos, evaluando las relaciones, desarrollo
personal y la permanencia o el cambio en los sistemas; 2) características objetivas del ambiente: físicas y
arquitectónicas; políticas y procedimientos; recursos ambientales; indicadores demográficos y sociales de la
comunidad; 3) esquemas transaccionales incluyendo características de conducta de las personas y del ambiente.
* Hay que estar atentos sabiendo que resolver un problema en un contexto puede generar nuevos problemas
en otros contextos.
* El foco de la intervención no está dirigido a objetivos individuales sino que se debe tener una perspectiva
de las metas que se conseguirán con la intervención en los diferentes niveles de análisis.
* Una buena intervención dependerá del papel y de las características del interventor (flexibilidad,
construcción de buenas relaciones con los diferentes sectores de la comunidad).
• Aceptar que la conducta no puede ser analizada fuera del contexto en donde esta ocurre.
Si fuéramos a proponer una estrategia de intervención, algunas etapas podrían ser consideradas como
fundamentales, según Fernández-Ballesteros:
→Identificar los contextos o sistemas relevantes de la persona o comunidad, con base en los objetivos de la
intervención.
→Evaluar las necesidades y las variables ambientales percibidas por la persona y contrastar si estas mismas
percepciones se manifiestan en otros sujetos que habitan en estos contextos.
→Planear de forma colaborativa, entre investigador y observadores, los posibles ámbitos de abordaje o
áreas de intervención.
→Evaluar secuencialmente las modificaciones producidas por las interacciones entre persona-ambiente,
investigador-comunidad.
Podemos concluir que el Paradigma Ecológico en Psicología Comunitaria representa una perspectiva
teórica que entiende la realidad dentro de la complejidad, como una construcción conjunta e interactiva entre
personas y ambientes, creando conciencia e información de las interdependencias que crean las injusticias y
desigualdades, desarrollando y fortaleciendo los recursos que contribuyen a una optimización de las condiciones
de vida, actuando en las instancias macro, meso y microsistémicas, de forma colaborativa y solidaria entre los
miembros de la comunidad y entre el investigador y la comunidad.
Sistema total de salud: involucra todo lo que una sociedad tiene y hace en relación con este proceso y sus
manifestaciones.
El concepto de salud ha ido evolucionando al punto de que, deberíamos decir que el proceso de salud-
enfermedad es la vida misma.
Las condiciones actuales de salud de la mayor parte de los países que integran la región sur, central y
caribeña de las Américas, se caracterizan por dos situaciones sobresalientes:
Este último se produce a través de un dominio integral del sistema total de salud por parte de uno de sus
componentes: el complejo industrial-profesional (industria farmacéutica, corporaciones profesionales, etc.).
Este complejo ha logrado poner la salud de las poblaciones al servicio de sus objetivos lucrativos. Estos
fines, en el último tiempo, han aumentado de un modo alarmante. Por un lado, el aumento de enfermedad y
muerte causada por el consumo indebido de los servicios que este complejo presta: remedios cada vez más
agresivos, muchas veces innecesarios; venta sin receta de remedios no aprobados para su venta sin receta, etc. Y
por otra parte, preocupa el gasto público dedicado a la atención de la enfermedad así generada, porque involucra
montos de dinero que ocasionan un serio daño a las maltrechas economías de nuestros países.
Problemáticas y aspectos críticos del sistema total de salud
Las problemáticas y aspectos críticos son aquellos componentes y subcomponentes del sistema de salud y
algunos fenómenos emergentes de estos componentes o de toda la sociedad. Producen mayor ineficacia o
ineficiencia en la inversión en salud y mantienen la vigencia del mercado de la enfermedad.
❖ El saber y el hacer en salud de los integrantes del componente informal de este sistema.
Es un emergente de la dinámica del sistema total de salud y de otros ámbitos de la sociedad.
❖ La prescindencia, por parte del sistemas total de salud, de la cantidad de salud positiva
presente en los humanos, del potencial de salud y de desarrollado sanitario de las comunidades. Es un
emergente de toda la sociedad y sus instituciones.
Con relación al componente intersubjetivo general: los profesionales y técnicos, que actúan regulados y
amparados por la ley, son los efectores legales del subsistema de atención de la enfermedad. Los del componente
informal son los usuarios del subsistema.
Los efectos legales pueden actuar de modo independiente o formar parte de organizaciones.
En este último caso, los usuarios interactúan con toda la institución, sea profesional o técnico de la salud
(subcomponente profesional y técnico) o sea empleado que integre el cuerpo de maestranza, seguridad,
administración (subcomponente cuasiformal). Entre estos dos subcomponentes también se establece un espacio
intersubjetivo (subcomponente intersubjetivo sectorial), el cual incide en las subjetividades y comportamientos
institucionales e, indirectamente, en los contenidos del componente intersubjetivo general.
Al relacionarse las subjetividades de cada componente con la del otro, se generan reacciones y estados
emotivo - afectivos que son constitutivos del componente intersubjetivo general, el cual opera a modo de fuente
de retroalimentación (positiva o negativa, de consolidación o de cambio).
Cuando los espacios intersubjetivos están cargados de contenidos afectivo-emocionales negativos, como
ocurre en nuestros países, esa carga reforzará por retroalimentación las cosmovisiones que operan de manera
negativa hacia el otro, estructurándose una barrera psicosociocultural.
La conjunción de esos efectos negativos de los dos componentes, formal e informal, trae consecuencias
perjudiciales para toda la sociedad, que pueden resumirse en:
Observando estos dos paradigmas es fácil advertir que, en América Latina el individual-restrictivo
domina hoy de modo absoluto.
¿Quién o qué activa a la población para que demande atención? → La gente demanda atención a partir de
su conocimiento en salud, lo cual implica la posesión de una semiología y una clínica legas.
Es este saber el que determina la activación del componente formal. La población tiene diversos
referentes válidos en salud (curadores, farmacéuticos, parientes, etc.) La aceptación y/o la continuación de un
tratamiento, la utilización del fármaco indicado, el cumplimiento de la dosis, etc. dependen de una decisión o de
una sucesión de decisiones que el paciente toma como resultante de la conjunción de sus conocimientos y
experiencias con relación a la enfermedad y la salud. De este saber popular depende el hecho de que las personas
que necesitan atención lleguen antes o después de lo imprescindible a la consulta o no lleguen nunca.
*La prescindencia, por parte del sistema total de salud, de la cantidad de salud positiva de la población
y de su potencial de salud*
Por otra parte es importante tomar en cuenta el potencial de salud, se trate de personas o de colectivos
sociales. Este concepto hace referencia a la fuerza vital, la cual se manifiesta, por ejemplo, en la capacidad del ser
humano de recuperar espontáneamente la salud.
Ante el daño, se puede actuar centrándose en él, tratando de destruir lo que se percibe como dañado o
dirigiéndose hacia el potencial de salud para tratar de actualizarlo y expandirlo.
Otra cuestión importante de la protección y promoción de la salud y del desarrollo del potencial de salud,
es que las actividades que se deben llevar a cabo para lograr estos objetivos generan, o incrementan, el desarrollo
sanitario del país. Este hace referencia a la condición que tiene una sociedad de que sus comportamientos
espontáneos generen un mayor quantum de salud y, si surge un emergente negativo en el proceso de salud-
enfermedad, reaccionen del modo más adecuado para restablecer la salud y para evitar daños mayores.
Todas estas cuestiones (componentes y emergentes) están interconectadas por lo que trabajar con ellas
requiere la formación de equipos multidisciplinarios. No obstante por carencia de recursos y dada la naturaleza de
cada problema a resolver, una de las ciencias adquirirá un peso mayor que las otras.
Considerando ahora el problema del paradigma que orienta a los efectores del componente formal,
entramos en la problemática del modelo individual-restrictivo al social-expansivo.
Todo proceso de cambio de un paradigma implica a las personas. Se requiere trabajar en la comunidad,
con la participación directa y concreta de sus miembros en la solución de los problemas, y en instituciones de
salud. A la vez que el paradigma cambia hacia concepciones y prácticas social-expansivas, los profesionales van
abandonando su posición autocrática y la reemplazan por una comprensión y valoración relativista cultural.
También, como efecto inherente al cambio de paradigma, el proceso de cambio lleva a los profesionales a darle
más importancia a la protección de la gente sana y al aumento de su salud, a la vez que le van quitando prioridad a
la atención de la enfermedad.
Lo posibilidad de salud de nuestros países depende de que la psicología sanitaria, pase a ocupar un lugar
central en el trazado de las políticas de salud y en la planificación, ejecución y evaluación de las acciones
correspondientes.
MONTERO, M. Teoría y práctica de la psicología comunitaria. Caps. 2 y 6
El fortalecimiento en la comunidad
A pesar de en América latina, desde fines de los 70' se viene hablando de fortalecimiento o de
potenciación, la aparición en la lengua inglesa del término empowerment ha producido una reacción de copia
automática de la denominación.
El término potenciación, refleja parcialmente el sentido del proceso, ya que supone proyectar lo que se
posee, aumentando y enfatizando cualidades o capacidades. En la práctica coincide con aquellos calificados como
de fortalecimiento, pero es conveniente unificar las denominaciones. Nos inclinamos por el término
fortalecimiento.
No siempre el término empowerment coincide exactamente con lo que entendemos por fortalecimiento.
La diferencia radica en el origen o la fuente atribuidos al proceso de adquirir o desarrollar dominio y control sobre
los sucesos de importancia para la persona y la comunidad. Entendiendo por fortalecimiento, lo que hace hincapié
en el aspecto colectivo, control y poder centrados en la comunidad y sus miembros organizados y sobre todo en el
carácter que estos tienen de actores sociales constructores de su realidad y de los cambios que en ella ocurren. Por
el contrario, en ciertas connotaciones del término empowerment, las personas son recipiendarias de dominio,
control y capacidad a partir de la generación de condiciones socioeconómicas y políticas.
Fortalecimiento (desde la perspectiva comunitaria)→ Proceso mediante el cual los miembros de una
comunidad desarrollan capacidades y recursos para controlar su situación de vida, actuando de manera
comprometida, consciente y crítica, para lograr la transformación de su entorno según sus necesidades y
aspiraciones, transformándose al mismo tiempo a sí mismo.
Control→ Autocontrol de las personas que integran un grupo organizado hasta el control
sobre circunstancias de orden social y sobre los recursos.
Interactivos → Las transacciones entre personas y el ambiente, que las capacitan para
intervenir en los procesos políticos y sociales.
Finalmente el fortalecimiento en el contexto comunitario tiene como elemento primero y último para su
construcción, la acción conjunta y solidaria de los miembros de una comunidad que comparten objetivos y
expectativas ye enfrentan las mismas necesidades y problemas.
Pasos en los procesos de fortalecimiento
Kieffer propuso:
• Construcción de una compresión cada vez más crítica de las fuerzas sociales y políticas
que componen nuestro mundo de vida.
Cada estadio o fase supone y exige, por parte del psicólogo comunitario o agente, un nivel diferente de
intervención.
Respecto del nivel individual, hay un cierto consenso en que el proceso de fortalecimiento supone las
siguientes fases:
• Crítica hacia las fuerzas políticas y sociales que actúan en el mundo de vida cotidiano en
el cual se desenvuelve la persona.
Para que una comunidad y sus miembros se fortalezcan, las condiciones más beneficiosas son:
* Es necesario distinguir entre percepción de control y experiencias reales de control y poder, asociadas al
fortalecimiento.
*Se acusa a la aplicación del término de estar más dirigida a la autodeterminación que a la justicia
distributiva.
*Se pone el mayor énfasis en la autonomía de las personas, olvidando reconocer la importancia de la
comunidad.
*Algunas agencias gubernamentales o no, se apropian a veces del término en función de sus propios
cambios.
• Es una estructura social que permite difundir y detener, actuar y paralizar; en donde las
personas y la sociedad encuentran apoyo y refugio además de recursos.
• Para las ciencias sociales las redes responden a conexiones o articulaciones entre grupos
y personas con un objetivo común que sirve de hilo conductor de tales relaciones, las cuales pueden ir
desde las relaciones familiares hasta movimientos sociales (Riechmann y Fernández Buey, 1994).
Cuando nos referimos a redes comunitarias se trata de aquellas presentes en los procesos de organización
comunal.
Las redes conforman un sistema abierto, son heterárquicas, no responden a una autoridad
superior. Cualquiera de sus miembros puede ejercer su liderazgo en su área de competencia.
Son ámbitos de participación, a la cual promueven y canalizan. Son parte del tejido social.
Redes sociales
Implica un proceso de construcción permanente tanto, individual como colectivo. Es un sistema abierto,
multicéntrico, que a través de un intercambio dinámico entre los integrantes de un colectivo (familia, equipo de
trabajo, barrio, organización social, entre otros) y con integrantes de otros colectivos, posibilita la potencialización
de los recursos que poseen y la creación de alternativas novedosas para la resolución de problemas o la
satisfacción de necesidades.
Cada miembro del colectivo se enriquece a través de las múltiples relaciones que cada uno de los otros
desarrolla, optimizando los aprendizajes al ser éstos socialmente compartidos (Dabas, 1998).
Redes→ Morillo de Hidalgo(2000): Sistema de relaciones entre actores, sean institucionales o personas,
que se abren a otras organizaciones o personas con las cuales entren en comunicación con fines de utilidad en
general, los cuales traducen en producción de bienes y servicios teniendo como beneficiarios a poblaciones de
escasos recursos o con necesidades básicas insatisfechas. Estos sistemas abiertos en constante cambio potencian
sus integrantes y satisfacen sus necesidades y expectativas al reconocer y poner en acción los recursos y
fortalezas que ellos poseen para el logro de una mejor calidad de vida.
• Ser participativas, todos los miembros deben tener la posibilidad de intervenir en el logro
de objetivos.
Flexibles para poder responder y adaptarse a las cambiantes circunstancias del entorno y a
sus demandas.
No ser lucrativas. Sus objetivos son los de la comunidad no los fines personales de sus
miembros.
Los mecanismos implícitos en la organización comunitaria pueden dar lugar a la generación de redes
comunitarias.
Desde la perspectiva psicosocial comunitaria: son un entramado de relaciones que mantiene un flujo y
reflujo constante de informaciones y mediaciones organizadas y establecidas en pro de un fin común: el
desarrollo, el fortalecimiento y alcance de metas específicas de la comunidad en un contexto particular (Montero,
1995).
Aspectos claves:
Dinámica de las relaciones: Lo anterior implica que los diferentes puntos de las redes
están constantemente activados en la interconexión de unos con otros. Los elementos manejados son
reflexionados, transformados y llevados a la práctica dentro de esta dinámica relacional.
Construcción colectiva: los productos que dentro de ella se manejan son el resultado de
una labor conjunta.
Interdependencia: Cada uno de los integrantes de la red establece una relación con los
otros.
Cogestión: La red supone que los diferentes entes involucrados mantienen una relación de
colaboración y cooperación permanente para el desarrollo de las acciones conjuntas y particulares.
Flexibilidad: Mientras más flexible sea una red, mayores serán sus posibilidades de
crecimiento. No obstante, la flexibilidad no puede llegar al extremo de difuminar los objetivos de la red.
Funcionamiento de las redes comunitarias
Responder a necesidades con una orientación que busca solucionar problemas y producir
recursos o mejorar su utilización.
Tipos de Redes
Estas redes (redes comunitarias) no son excluyentes entre sí, sino que se entrecruzan y combinan,
complementándose.
Las redes intracomunitarias son las que se establecen internamente dentro de una comunidad
(promueven la articulación local). Las intercomunitarias se refieren a las conexiones entre entes
pertenecientes a dos o más comunidades (van construyendo el tejido social para fortalecer la
sociedad civil).
Las comunidades comúnmente funcionan en red sin tomar conciencia de ello, lo cual no les
permite potenciarse al máximo (redes invisibles). En otros casos existen redes comunitarias reconocidas por sus
miembros, por el resto de la comunidad e identificables fácilmente por agentes externos a estas comunidades.
De acuerdo con su estructura, las redes pueden ser espontáneas o bien estructuradas o
institucionalizadas.
Las redes espontáneas son aquellas de carácter flexible e inductivo en las que las relaciones entre los
actores se establecen de modo natural o inestructurado, en el espacio de la cotidianidad. Las redes
estructuradas o institucionalizadas son de carácter formal y deductivo, pues su estructura y organización
están establecidas, ya sea previamente o luego de iniciado su funcionamiento.
• Líderes autosuficientes o egocéntricos: son aquellos que asumen como algo personal e
imperativo dar la solución a los problemas y establecen de modo unidireccional las relaciones sin permitir
intercambio fluido. No facilitan la participación y bloquean los esfuerzos y demoran las soluciones
Procesos psicosociales que potencian las redes comunitarias o ventajas/beneficios de las redes
comunitarias.
▪ Las redes son parte de la actividad y de la resistencia de las comunidades como expresión
como sociedad civil, a la vez que demuestran su capacidad de transformación, su poder y de apoyo social.
La dimensión política de las redes sociales además de otorgar sentido a la democracia en términos de
hacerla tangible, las redes sociales son un potencial de empoderamiento individual, y colectivo, al propiciar un
espacio conversacional y dialógico. La consecuencia directa es la reflexión sobre las propias prácticas, las de los
otros y la interacción de unas y otras.
El propósito de las redes seria, en esta perspectiva política, construir una mejor sociedad, incluyente,
dialógica y en donde coexistan y convivan las diferencias.
Las redes generan acciones políticas para cambiar y/o transformar situaciones.
Los problemas que atraviesan el campo de la Salud Mental provienen de sus orígenes. Pero lo que ocurre
en la actualidad debe ser entendido por el grave deterioro de la salud pública en los últimos 30 años. La dictadura
de 1976 instaló la primacía del poder privado sobre lo público. En los ´90 el gobierno de Menem desarrolló una
política que beneficiaba los intereses de las grandes empresas de la salud que, con diferentes variantes, continúa
hasta la actualidad. Su resultado es una mala calidad de la atención y la exclusión de los sectores de bajos ingresos
ya que el único interés de estos grupos monopólicos son los costos-beneficios. Esta perspectiva ha llevado que
el modelo sociocultural del poder en el campo de la Salud Mental es la psiquiatrización del padecimiento
subjetivo. Una de sus consecuencias es que la Argentina se encuentra entre los primeros puestos de
consumo de psicofármacos. Defender la salud pública implica exigir al Estado que aplique una política
universalista en salud asignando los recursos necesarios para dar cuenta de una calidad de atención para la
población.
Mención: Comunidad de locos- Sicko- Entrevista al Premio Nobel de medicina Richard J. Roberts
(Ver texto)
La medicalización:
Medicar es un acto médico. Aquí el fármaco se transforma en un instrumento del equipo interdisciplinario
para trabajar con el padecimiento subjetivo.
La medicalización alude a los factores políticos, sociales y económicos que intervienen en la producción,
distribución y venta de las grandes industrias de tecnología médica y farmacológica.
La medicalización es un término que se viene usando desde hace muchos años para demostrar los efectos en la
medicina de la mundialización capitalista donde lo único que importa es la ganancia.
Para ello cuentan con el DSM IV (Manual de Diagnóstico y Tratamiento de los Trastornos Mentales de
la American Pychiatric Association) que psiquiatrizó la vida cotidiana en tanto toda conducta puede ser definida
como un trastorno. Este es un manual basado en el esquema de síntomas-diagnóstico-tratamiento elaborado a
partir de las neurociencias y el uso de psicotrópicos. Su objetivo no es organizar un tratamiento psicoterapéutico
sino clasificar cada trastorno para poder aplicar la droga correspondiente. De esta manera el diagnóstico realizado
sobre la base del DSM IV se adecua a las necesidades de las obras sociales y los pre-pagos que al disminuir los
costos de las prestaciones priorizan la rapidez en los tratamientos.
Pero si la medicalización de la psiquiatría se ha expandido es porque los pacientes acorde con los tiempos
que corren reclaman que sus síntomas psíquicos tengan una causalidad orgánica ya que al depositar la ilusión en
una pastilla evitan el camino de la resolución del conflicto.
También la locura se redujo nuevamente a sus componentes biológicos. Hoy el loco no es un sujeto con el
que se establece una relación terapéutica, sino que se ha convertido en un objeto cuyos síntomas pueden ser
tratados químicamente si tiene dinero para pagar los psicofármacos de última generación. Si es pobre será enviado
a un manicomio.
Todo lo anterior nos lleva a plantear que la lucha antimanicomial tiene un límite mientras la salud esté en
manos del poder privado. Las necesarias experiencias parciales que se realizan y las leyes que se aprueban no
podrán implementarse plenamente mientras el Estado no garantice una salud socializada para el conjunto de la
población.
A) Entre 1880 y 1910 se afirma un dispositivo psiquiátrico a partir del denominado “alienismo” siguiendo al
positivismo y a la psiquiatría francesa. En este modelo se proponía la supuesta curación de la enfermedad mental
mediante el encierro de los pacientes a los cuales se les aplicaba una serie de tratamientos diferentes. El loco era
peligroso y había que apartarlo de la sociedad. Se construyeron los primeros hospicios y se organizaron las
primeras cátedras de psiquiatría y las primeras publicaciones. Los primeros manicomios, en poco tiempo
reflejaban imágenes del gran encarcelamiento, desatendiendo las condiciones especiales con las cuales debía
contar el alienista para producir el denominado “tratamiento moral”.
Esta situación fue aliviada parcialmente por el alienista Domingo Cabred, quien llevó adelante una serie
de reformas que estaban en las intenciones de algunos alienistas progresistas. Sin embargo, el modelo
agroexportador y el fomento de las inmigraciones implicó un desplazamiento de población hacia las ciudades, que
crecieron rápidamente y produjeron nuevos problemas sociales y sanitarios. De ese modo se incorporaron las
nacientes ideas del “Higienismo”, que tenía como objetivo prevenir los diversos problemas sanitarios.
En las siguientes décadas se produjo una transición que fue desnudando los límites de las políticas de
alienistas e higienistas debido a la indigencia estructural, propia de la lógica manicomial; y por la insuficiencia
crónica de recursos que negaban las clases dominantes.
Mientras los locos pobres tenían que ir a las instituciones públicas abandonadas los que tenían dinero
podían acceder a lugares de mayor confort y comodidad.
B) En la década del ‘40 se afianzó el Estado de Bienestar en la Argentina. La creación desde el Estado de
organizaciones burocráticas sindicales que manejan las obras sociales llevó a que estas comenzaran a
defender junto a los psiquiatras las estructuras manicomiales.
El ministro de Salud, Ramón Carrillo, en Salud Mental intentó dar soluciones materiales a problemas tales
como la falta de capacidad hospitalaria y de coordinación entre distintas jurisdicciones responsables del
tratamiento de la locura. Así se reformaron e inauguraron nuevos lugares de atención. Pero el gremio médico y la
mayor parte de los psiquiatras ligados al Higienismo no apoyaron las reformas de Carrillo. En esos años del
gobierno peronista el deterioro de la situación en los manicomios se mantuvo
C) En la década del ´50 la situación mundial había cambiado y el capitalismo necesitaba reformular un nuevo
pacto social en el que se debía asegurar el desarrollo económico. Para ello, el Estado debe cumplir la función de
brindar seguridad social y económica a los ciudadanos.
En nuestro país a las tareas por realizar eran enormes debido a las condiciones desastrosas de los Hospicios.
Durante el año 1957, se producen tres hechos determinantes para reafirmar en nuestro país el “campo de la salud
mental”: 1°) Se crea el Instituto Nacional de Salud Mental. 2°) El Dr. Mauricio Goldenberg funda el primer
Servicio de Psicopatología fuera de un Hospital Psiquiátrico. 3°) Se crea la carrera de Psicología en la Facultad
de Filosofía y Letras de la UBA. Ya no era solamente el psiquiatra el que daba cuenta de la Salud Mental, también
aparecían otros actores, en especial los psicólogos.
Durante estos años, se crearon las primeras residencias de Salud Mental, las salas de internación en Hospitales
Generales, los Hospitales de Día y las Comunidades Terapéuticas. A la vez se difundieron los tratamientos
terapéuticos que mostraban la potencialidad de extender los límites del psicoanálisis: los tratamientos grupales,
familiares e institucionales, el psicodrama, la psicología social, etc.
Sin embargo la estructura manicomial sigue vigente apoyada por los diferentes poderes políticos que
atraviesan la décadas del ´60 y ´70, los cuales prohibieron y reprimieron algunas experiencias. Las
reformas quedan como experiencias parciales que no son integradas a un plan Nacional de Salud Mental.
D) La dictadura militar de 1976 instala el Terror de Estado. Se destruyen los servicios de Salud Mental.
En este momento empiezan a tomar poder los grupos privados para poner el campo de la Salud Mental al servicio
de sus intereses económicos.
E) Cuando comienza el período de transición democrática, se intenta generar una política en Salud Mental
para recuperar los espacios destruidos por la dictadura. Se comienza con planes pilotos que finalizan al breve
tiempo por no contar con un apoyo del Estado. Debemos decir que la historia de nuestro país es la historia de
planes pilotos y la continuidad de los manicomios.
En los noventa se reafirma una política neoliberal capitalista regida por la desregulación, la privatización
y la competencia. La salud queda en manos del mercado. El Estado desaparece en su función social de atender la
salud pública. De esta manera se produce el desmantelamiento de las instituciones públicas ya que, la salud,
queda en manos de la iniciativa privada donde su eje son costos-beneficios.
El poder en el campo de la SM
Hoy la Salud Mental es para los que tienen plata. A más de cien años de la creación del dispositivo
manicomial en la Argentina este sigue vigente como modelo custodial de los pobres que padecen desordenes
psíquicos. El poder en el campo de la Salud Mental se encuentra en una alianza entre sectores del Estado,
los grandes laboratorios, las instituciones de medicina privada, la burocracia sindical que manejan sus
intereses en las obras sociales y las organizaciones médicas que se oponen a cualquier proyecto de
transformación. Esto ha llevado a una psiquiatrización del campo de la Salud Mental, donde lo único que
interesa es recetar psicofármacos.
Sin embargo los empeños de diferentes profesionales que, en su mayoría trabajan ad honorem y en
condiciones adversas, posibilitaron que se generaran importantes espacios antimanicomiales. Así como la lucha
que llevan adelante diferentes organizaciones. Mientras la Ley es aprobada y reglamentada, nos encontramos con
que el Estado no tiene interés político en aplicarla.
2º) Con la sanción de la ley ya no es el psiquiatra el eje del tratamiento en Salud Mental sino que “Debe
promoverse que la atención en salud mental esté a cargo de un equipo interdisciplinario integrado por
profesionales, técnicos y otros trabajadores capacitados (…)”.Se sostiene que “El proceso de atención debe
realizarse preferentemente fuera del ámbito de internación hospitalario y en el marco de un abordaje
interdisciplinario e intersectorial, basado en los principios de la atención primaria de la salud.” Por ello “La
prescripción del medicamento sólo debe responder a las necesidades fundamentales de la persona con
padecimiento mental y se administrará exclusivamente con fines terapéuticos y nunca como castigo, por
conveniencia de terceros, o para suplir la necesidad de acompañamiento terapéutico o cuidados espaciales.” “La
internación debe ser lo más breve posible, en función de criterios terapéuticos interdisciplinarios.”
3º) En relación a las estructuras manicomiales→ Plantea que “Queda prohibida la creación de nuevos
manicomios, neuropsiquiatricos o instituciones de internación monovalentes, públicos o privados. En el caso de
los ya existentes se deben adaptar a los objetivos y principios expuestos, hasta su sustitución definitiva por los
dispositivos.
4º) Por último: “Los profesionales con título de grado están en igualdad de condiciones para ocupar los
cargos de conducción y gestión de los servicios y las instituciones, debiendo valorarse su idoneidad para el cargo
y su capacidad para integrar los diferentes saberes que atraviesan el campo de la salud mental.”
La sanción de la Ley ha llevado a diferentes posiciones. Desde las asociaciones de psiquiatras y diferentes
organizaciones médicas, así como las autoridades de la Facultad de Medicina de la UBA, se oponen a su sanción
con diferentes argumentos. El principal es que la Ley pone el centro del tratamiento en Salud Mental en el equipo
interdisciplinario e iguala a todos los profesionales para ocupar cargos en los servicios de Salud Mental. De esta
manera equipara al psiquiatra con otros profesionales de la Salud Mental. Es decir, la Ley cuestiona el poder del
psiquiatra y su función de garantizar que el eje del tratamiento sea la medicación y que la internación sea un acto
médico.
Debemos tener en cuenta que para oponerse al poder privado es necesario que el Estado sostenga la
salud pública desarrollando una política universalista de seguridad social con la participación de equipos
interdisciplinarios y los usuarios. Para ello debe asignar un presupuesto adecuado para dar una cobertura
de Salud a todos los ciudadanos independientemente de sus posibilidades económicas y que los
profesionales cobren un sueldo acorde con la práctica que realizan. Esto no sólo es posible sino necesario.
Pero mientras el poder lo tengan los monopolios privados la hegemonía neopositivista llevará a remplazar el
encierro por los chalecos químicos.