SALA SEGUNDA Magistrado Relator: MSc. Carlos Alberto Calderón Medrano Acción de libertad Expediente: 22725-2018-46-AL Departamento: Oruro III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
El accionante denuncia la vulneración de sus derechos a la defensa, la presunción
de inocencia y libertad; señala que el Juez de Instrucción Penal Cuarto de la Capital del departamento de Oruro ordenó su detención preventiva, ante la concurrencia del art. 233.1 del CPP, sin emitir pronunciamiento alguno sobre los riesgos procesales de peligro de fuga y obstaculización. Manifiesta que en etapa de impugnación, los Vocales ahora demandados, ratificaron la medida extrema, bajo el argumento que en este tipo de procedimiento “la regla es la detención preventiva”. Respecto al accionar de la autoridad Fiscal, denuncia que rechazó varias solicitudes dirigidas a recabar documentación a efectos de una futura audiencia de cesación a la detención preventiva; sin embargo, fueron rechazadas bajo el argumento de una falta de pertinencia, en razón a que la detención preventiva no se fundamentó en base a riesgos procesales.
En consecuencia corresponde en revisión, verificar si tales extremos son
evidentes, a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
III.1. Presupuestos de procedencia de la detención preventiva en el
procedimiento inmediato para delitos flagrantes El Tribunal Constitucional Plurinacional, en relación a la aplicación de medidas cautelares de carácter personal dentro del procedimiento inmediato para delitos flagrantes, estableció a través de la SCP 2590/2012 de 21 de diciembre, los supuestos que fundamentan la detención preventiva, conforme al siguiente entendimiento: …tomando en cuenta la interpretación teleológica y sistemática de la procedencia de la detención preventiva, establecido en los arts. 233 y 393 ter.4 del CPP, corresponde indicar que la frase descrita en esta última disposición legal, que señala: '…cuando concurra alguno de los requisitos establecidos en el Artículo 233 del presente Código…', deberá entenderse, en el sentido de que se podrá solicitar la detención preventiva del imputado, cuando concurra uno o ambos, de los requisitos establecidos en el numeral 2 del art. 233 del CPP, como son el riesgo de fuga y el peligro de obstaculización, claro está en concurrencia simultánea al requisito establecido en el numeral 1 del art. 233 del mismo cuerpo adjetivo penal, referente a que la probabilidad de ser autor o partícipe del hecho punible; siendo suficiente en consecuencia -al tenor de lo dispuesto por el art. 239.1 del CPP- se desvirtúen los dos supuestos establecidos en el art. 233.2 del CPP, y no así lo establecido en el art. 233.1 de la norma citada anteriormente, referente a que el imputado demuestre que no es autor o partícipe del hecho, ya que este último aspecto, será desvirtuado por el proceso inmediato instaurado en su contra, donde se ejercitaran todos los derechos y garantías constitucionales, como el derecho a la defensa entre otros” (negrillas agregadas). Concordante con lo previamente expuesto, la SCP 0339/2012 de 18 de junio, respecto al régimen de medidas cautelares establecido en el Código de Procedimiento Penal modificado por la Ley de Modificaciones al Sistema Normativo Penal de 18 de mayo de 2010, estableció que procede la detención preventiva siempre y cuando se encuentren presentes los siguientes presupuestos procesales: 1) Que exista imputación formal; 2) Solicitud del fiscal o del querellante, y la concurrencia de los requisitos 1 y 2 del art. 233 del CPP; es decir, la concurrencia simultanea del requisito de probabilidad de autoría y de los riesgos procesales. La citada Sentencia Constitucional Plurinacional que realizó una interpretación de los dos presupuestos legales establecidos por el art. 233 del CPP, a la luz de la Ley 007, estableció entre otras cosas el siguiente entendimiento: “Jurisprudencia que fue desarrollada bajo una interpretación literal o como también se conoce, gramatical del art. 233 del CPP, antes de que la misma haya sido modificada, pues en el numeral 1 de la referida norma, se especificaba y se encontraba inserta la “y” como conjunción copulativa que tiene por finalidad unir palabras o ideas; situación que no ocurre con la modificación de la Ley 007, donde la “y” se encuentra ausente y no contemplada en el referido numeral; razón por la cual, esta situación debe ser debidamente aclarada bajo una nueva interpretación desde y conforme a la Constitución Política del Estado”.
(…)
En este sentido y bajo el paraguas de lo desarrollado de este régimen, si bien la
norma modificada por la Ley 007, no incluye la “y” como conjunción copulativa que une las palabras o ideas; sin embargo, no podríamos aplicar una interpretación restrictiva y no progresiva al respecto, pues si bien la “y” se encuentra ausente para unir las palabras y en este caso los dos numerales del art. 233, eso no significa de ninguna manera que, para disponer la detención preventiva no deban concurrir simultáneamente los “dos” presupuestos o requisitos establecidos en la norma, pues lo contrario significaría ir en contra de la voluntad del legislador, además, de contradecir la esencia y características de las medidas cautelares e inclusive su sentido teleológico; por ello, para que proceda esta medida drástica contra la libertad personal, es necesario que no solo existan elementos de convicción suficientes para sostener que el imputado es con probabilidad, autor o partícipe de un hecho punible, sino que debe estar necesariamente casado y concurrente con el otro presupuesto, o sea, la existencia de elementos de convicción suficientes de que el imputado no se someterá al proceso u obstaculizará la averiguación de la verdad. Aclarar con referencia al segundo presupuesto, quiere decir del art. 233.2 del CPP, o sea, al peligro de fuga y de obstaculización, estos pueden efectivizarse y en consecuencia ser aplicables alternativamente, ya sea la concurrencia del peligro de fuga, o en su caso, el peligro de obstaculización, claro está, casados cualquiera de estos, necesariamente con el numeral primero del art. 233, sin que ello imposibilite la concurrencia de ambos al mismo tiempo (peligro de fuga “u” obstaculización) según la complejidad de cada caso en concreto”. Dicho esto, a partir de las modificaciones realizadas al Código de Procedimiento Penal, mediante la Ley 007 de Modificaciones al Sistema Normativo Penal, los requisitos para la detención preventiva son la concurrencia simultanea del numeral 1 y 2 del artículo 233 de la Ley 1970, es decir los presupuestos denominados fumus boni iuris y periculum in mora; exigencia legales de las que no escapa el procedimiento inmediato para delitos flagrantes establecido por el art. 2 de la Ley 007. III.2. Sobre la fundamentación y motivación de las resoluciones judiciales como elementos del debido proceso El derecho de una resolución fundamentada y motivada; judicial, administrativa o de otra índole, fue desarrollado por la SCP 2221/2012 de 8 de noviembre, que entre otras cosas, estableció las cuatro finalidades que cumple este tipo de resoluciones como elemento del debido proceso, a saber: “En ese marco, se tiene que el contenido esencial del derecho a una resolución fundamentada y motivada (judicial, administrativa, o cualesquier otra, expresada en una resolución en general, sentencia, auto, etc.) que resuelva un conflicto o una pretensión está dado por sus finalidades implícitas, las que contrastadas con la resolución en cuestión, dará lugar a la verificación de su respeto y eficacia. Estas son: (1) El sometimiento manifiesto a la Constitución, conformada por: 1.a) La Constitución formal; es decir, el texto escrito; y, 1.b) Los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos que forman el bloque de constitucionalidad; así como a la ley, traducido en la observancia del principio de constitucionalidad y del principio de legalidad; (2) Lograr el convencimiento de las partes que la resolución en cuestión no es arbitraria, sino por el contrario, observa: El valor justicia, los principios de interdicción de la arbitrariedad, de razonabilidad y de congruencia; (3) Garantizar la posibilidad de control de la resolución en cuestión por los tribunales superiores que conozcan los correspondientes recursos o medios de impugnación; y, (4) Permitir el control de la actividad jurisdiccional o la actividad decisoria de todo órgano o persona, sea de carácter público o privado por parte de la opinión pública, en observancia del principio de publicidad. Estos elementos se desarrollaran a continuación:
(…)
(2) Lograr el convencimiento de las partes que la resolución en cuestión no
es arbitraria, sino por el contrario, observa: El valor justicia, los principios de interdicción de la arbitrariedad, de razonabilidad y de congruencia. Entonces, cuando todo órgano o persona, sea de carácter público o privado que tenga a su cargo el decidir, pretende hacer uso de facultades discrecionales o arbitrarias alejadas de la razonabilidad (principio de razonabilidad), éste se na directriz valiosa estrechamente relacionada a la justicia (valor justicia), porque se manifiesta como un mecanismo de control y barra de contención de la arbitrariedad (principio de interdicción de la arbitrariedad), cuya comprensión es multidimensional: a) Por una parte, la arbitrariedad, es contraria al Estado de derecho (Estado Constitucional de Derecho) y a la justicia (valor justicia art. 8.II de la CPE). En efecto, en el Estado de Derecho, o ‘Estado bajo el régimen de derecho’ con el contenido asumido por la Constitución bajo la configuración de ‘Estado Constitucional de Derecho’, cuya base ideológica es “un gobierno de leyes y no de hombres”, existe expresa proscripción que las facultades que ejercite todo órgano o persona, sea de carácter público o privado que tenga a su cargo el decidir sean arbitrarias y, por el contrario, existe plena afirmación de que el ejercicio de esas facultades deben estar en total sumisión a la Constitución y a la ley visualizando, con ello, claramente el reverso del ya sepultado ‘Estado bajo el régimen de la fuerza’. En ese sentido, Pedro Talavera señala: ‘...la justificación de las decisiones judiciales constituye uno de los pilares del Estado de Derecho frente a las arbitrariedades del Antiguo Régimen’. Del mismo modo, Horacio Andaluz sostiene: ‘La justificación de las decisiones judiciales es una exigencia del Estado de Derecho, no un elemento lógico del sistema jurídico. Sólo en el Estado de Derecho se considera que una decisión no está suficientemente justificada por el solo hecho de haber sido dictada por una autoridad competente’. b) En correspondencia con lo anterior, la arbitrariedad puede estar expresada en: b.1) Una ‘decisión sin motivación’, o extiendo esta es b.2) Una ‘motivación arbitraria’; o en su caso, b.3) Una ‘motivación insuficiente’. b.1) Por ejemplo, cuando una resolución en sentido general (judicial, administrativa, etc.), no da razones (justificaciones) que sustenten su decisión, traducido en las razones de hecho y de derecho, estamos ante la verificación de una ‘decisión sin motivación’, debido a que ‘decidir no es motivar’. La ‘justificación conlleva formular juicios evaluativos (formales o materiales) sobre el derecho y los hechos sub iudice [asunto pendiente de decisión]’. b.2) Del mismo modo, verbigracia, cuando una resolución en sentido general (judicial, administrativa, etc.) sustenta su decisión con fundamentos y consideraciones meramente retóricas, basadas en conjeturas que carecen de todo sustento probatorio o jurídico alguno, y alejadas de la sumisión a la Constitución y la ley, se está ante una ‘motivación arbitraria’. Al respecto el art. 30.11 de la Ley del Órgano Judicial -Ley 025- ‘Obliga a las autoridades a fundamentar sus resoluciones con la prueba relativa sólo a los hechos y circunstancias, tal como ocurrieron, es escrito cumplimiento de las garantías procesales’. En efecto, un supuesto de “motivación arbitraria” es cuando una decisión coincide o deviene de la valoración arbitraria, irrazonable de la prueba o, en su caso, de la omisión en la valoración de la prueba aportada en el proceso (SC 0965/2006-R de 2 de octubre), que influye, en ambos casos, en la confiabilidad de las hipótesis fácticas (hechos probados) capaces de incidir en el sentido, en los fundamentos de la decisión. Es decir, existe dependencia en cómo cada elemento probatorio fue valorado o no fue valorado, para que se fortalezca o debilite las distintas hipótesis (premisas) sobre los hechos y, por ende, la fundamentación jurídica que sostenga la decisión. En este sentido, la SC 0802/2007-R de 2 de octubre, dentro de un proceso administrativo sancionador señaló: “Consiguientemente, aplicando los principios informadores del derecho sancionador, las resoluciones pronunciadas por el sumariante y demás autoridades competentes deberán estar fundamentadas en debida forma, expresando lo motivos de hecho y de derecho en que basan sus decisiones y el valor otorgado a los medios de prueba. Fundamentación que no podrá ser reemplazada por la simple relación de los documentos y presentación de pruebas o los criterios expuestos por las partes, y en los casos en los que existan co- procesados, resulta primordial la individualización de los hechos, las pruebas, la calificación legal de la conducta y la sanción correspondiente a cada uno de ellos en concordancia con su grado de participación o actuación en el hecho acusado”. b.3) De otro lado, cuando una resolución no justifica las razones por las cuales omite o se abstiene de pronunciar sobre ciertos temas o problemas jurídicos planteados por las partes, se está ante una “motivación insuficiente”. Si el órgano o persona, sea de carácter público o privado que tenga a su cargo el decidir incurre en cualesquiera de esos tres supuestos: “decisión sin motivación”, o extiendo esta, “motivación arbitraria”, o en su caso, “motivación insuficiente”, como base de la decisión o resolución asumida, entonces, es clara la visualización de la lesión del derecho a una resolución fundamentada o motivada, como elemento constitutivo del debido proceso. Los tres casos señalados, son un tema que corresponderá analizar en cada caso concreto, debido a que sólo en aquéllos supuestos en los que se advierta claramente que la resolución es un mero acto de voluntad, de imperium, de poder, o lo que es lo mismo de arbitrariedad, expresado en decisión sin motivación o inexistente, decisión arbitraria o decisión insuficiente, puede la justicia constitucional disponer la nulidad y ordenar se pronuncie otra resolución en forma motivada. c) La arbitrariedad también se expresa en la falta de coherencia, o incongruencia de la decisión (principio de congruencia), cuando el conjunto de las premisas, - formadas por las normas jurídicas utilizadas para resolver el caso, más los enunciados fácticos que describen los hechos relevantes- no son correctas, fundadas y si, además, su estructura también no lo es. Esto, más allá si la resolución que finalmente resuelva el conflicto es estimatoria o desestimatoria a las pretensiones de las partes. Es decir, como señala Robert Alexy, se trata de ver si la decisión se sigue lógicamente de las premisas que se aducen como fundamentación. El principio de congruencia, ha sido desarrollado por varias sentencias constitucionales: La SC 1312/2003-R de 9 de septiembre, respecto al proceso como unidad; la SC 1009/2003-R de 18 de julio, con relación a la coherencia en la estructura de la decisión entre la parte motiva y la resolutiva. En ese sentido también está la SC 0157/2001-R y las Sentencias Constitucionales Plurinacionales 0747/2012 y 0858/2012, referidos a la congruencia entre la parte motiva y resolutiva en acciones de defensa; la SC 1797/2003-R de 5 de diciembre, cuando se resuelven recursos, sobre la pertinencia entre lo apelado y lo resuelto. La SC 0112/2010-R de 10 de mayo, señaló:“…la garantía del debido proceso, comprende entre uno de sus elementos la exigencia de la motivación de las resoluciones, lo que significa, que toda autoridad que conozca de un reclamo, solicitud o que dicte una resolución dictaminando una situación jurídica, debe ineludiblemente exponer los motivos que sustentan su decisión, para lo cual, también es necesario que exponga los hechos establecidos, si la problemática lo exige, de manera que el justiciable al momento de conocer la decisión del juzgador lea y comprenda la misma, pues la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la forma, dejará pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado no sólo de acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que también la decisión está regida por los principios y valores supremos rectores que rigen al juzgador, eliminándose cualquier interés y parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de que no había otra manera de dilucidar los hechos juzgados sino de la forma en que se decidió y al contrario, cuando aquella motivación no existe y se emite únicamente la conclusión a la que ha arribado el juzgador, son razonables las dudas del justiciable en sentido de que los hechos no fueron juzgados conforme a los principios y valores supremos, vale decir, no se le convence que ha actuado con apego a la justicia y finalmente, la motivación no implicará la exposición ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que exige una estructura de forma y de fondo. Así la SC 1365/2005-R de 31 de octubre entre otras”. De forma posterior, mediante la SCP 0100/2013 de 17 de enero, se estableció una quinta finalidad que debe cumplir una resolución judicial, administrativa o de otra índole como parte del debido proceso, cual es: “La exigencia de la observancia del principio dispositivo, que implica la exigencia que tiene el juzgador de otorgar respuestas a las pretensiones planteadas por las partes para defender sus derechos…”. El precedente constitucional vinculante desarrollado, establece que cuando una resolución judicial o administrativa o de otra índole, no da razones de hecho y de derecho que sustente la decisión, estamos ante una decisión sin motivación; respecto al segundo presupuesto, cuando una resolución carece de sustento probatorio o jurídico alguno, se está ante una motivación arbitraria, la cual puede ser emergente de una valoración irrazonable de la prueba o de la omisión de su valoración; en el caso del tercer presupuesto contenido en la Resolución señalada ut supra, se estaría ante una motivación insuficiente, cuando una resolución no justifica las razones por las cuales se omite pronunciarse a ciertos temas o problemas jurídicos planteados por las partes. Finalmente, la falta de coherencia del fallo en su dimensión interna se da cuando no existe relación entre las premisas y la conclusión, y en su dimensión externa, cuando no existe congruencia ni relación entre lo pedido y la parte dispositiva de la resolución. III.3. Análisis del caso concreto
El 2 de noviembre de 2017, el Ministerio Público imputó al accionante formalmente
por la presunta comisión del ilícito de tráfico de sustancias controladas, descrito y sancionado en el art. 48 con relación al art. 33 inc. m) de la Ley del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas -Ley 1008 de 19 de julio de 1988-, oportunidad en que se solicitó al Juez de Instrucción Penal Cuarto de la Capital del departamento de Oruro, la aplicación del procedimiento inmediato para delitos flagrantes, la medida excepcional de detención preventiva y medias cautelares de carácter real. Posteriormente en oportunidad de la audiencia de consideración de medidas cautelares, se ordenó su detención preventiva mediante Auto Interlocutorio 854/2017; el cual fue ratificado en etapa de impugnación, a través del Auto de Vista 07/2018, dictado por las Salas Penal Tercera y Especializada Contenciosa y Contenciosa Administrativa, Social y Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro.
Conforme acredita la Conclusión II.2 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, el demandado Sandro Iván Quezada Hinojosa, Juez de Instrucción Penal Cuarto de la Capital del departamento de Oruro, ordenó mediante Auto Interlocutorio 854/2017, la detención preventiva de Ramón Catarí Mendoza conforme a lo siguiente: i) El art. 393 ter, parágrafo I, núm. 5 del CPP, estable que ante la aceptación del procedimiento inmediato para delitos flagrantes procederé la detención preventiva siempre y cuando concurra uno de los elementos del art. 233 del CPP, no siendo necesario la fundamentación del fomus bony iuris y periculum inmora; ii) Se logró establecer de forma indiciaria la probabilidad de autoría y en razón de lo ya fundamentado “no conviene ingresar a los alcances del núm. 2) del Art. 233 del Código de Procedimiento Penal, al haberse acreditado el primer requisito”(sic); en base a lo previamente expuesto, se dispuso la medida extrema de detención preventiva del ahora accionante. En ese orden, la Resolución señalada ut supra, según se advierte de la Conclusión II.3 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, fue ratificada por los Vocales demandados mediante el Auto de Vista 07/2018, el cual, entre sus principales argumentos refiere lo siguiente: a) Los argumentos expuestos por el ahora impetrante de tutela, no fueron considerados por el Juez de origen, sino que de manera directa se pretende hacer valer ante este Tribunal, de modo que el Juez que emitió el Auto Interlocutorio recurrido no ha tenido la oportunidad de pronunciarse al respecto; b) Las Sentencias Constitucionales Plurinacionales invocadas por el apelante no son por hechos análogos al caso que nos ocupa; c) El procedimiento inmediato para delitos flagrantes, establecido por el art. 393 ter, parágrafo I, núm. 5 del CPP, es de aplicación preferente al procedimiento ordinario; d) En este régimen especial de medidas cautelares, la regla es la detención preventiva; y, e) No se ha oído ningún fundamento respecto a la aplicación del procedimiento común, si bien hubo un cuestionamiento en la audiencia, el Órgano Jurisdiccional asumió que era aplicable el procedimiento inmediato y al no haberse cuestionado dicha Resolución, este Tribunal no puede revisar la misma conforme a lo dispuesto por el art. 398 del CPP.
En ese orden y respecto al régimen de medidas cautelares dispuesto en el Código
de Procedimiento Penal, se ha establecido que la aplicación de medidas que restrinjan derechos o facultades del imputado será excepcional, el art. 222 de la citada norma, señala que las medidas cautelares de carácter personal, se aplicaran con criterio restrictivo, es decir la excepcionalidad en su aplicación se traduce en que este tipo de medida de ningún modo constituye la regla, en razón que se debe disponer lo que sea más favorable al imputado. Por su parte el art. 23.III de la CPE, establece que nadie puede ser detenido, aprehendido o privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por ley. Por otro lado, el art. 233.1 y 2 del CPP, norma el régimen de detención preventiva, señalando que esta procede ante la existencia de elementos de convicción suficientes de acrediten probabilidad de autoría y al concurrencia del riesgo procesal de fuga u obstaculización.
En ese entendido, el Auto de Vista 07/2018, que ratificó la detención preventiva de
Ramón Catarí Mendoza, y estableció que en el procedimiento inmediato para delitos flagrantes la detención preventiva constituye “la regla”, es una Resolución contraria a los Fundamentos Jurídicos expuestos en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional y al régimen de medidas cautelares dispuesto por los arts. 7, 221, 222 y el art. 233.1 y 2 del CPP. Dicha medida además, no ha permitido que el imputado ejerza su derecho a la defensa de manera amplia e irrestricta ni que pueda optar al cese de su detención preventiva, dado la naturaleza de la medida de privación de libertad ordenada en su contra; dispuesta solo ante la concurrencia del art. 233 del CPP.
Conforme el entendimiento asumido por el Fundamento Jurídico III.1 del presente
fallo constitucional, la exigencia sobre la concurrencia simultanea de los requisitos establecidos en el art. 233.1 y 2 del CPP, no escapa al procedimiento inmediato para delitos flagrantes instituido en el art. 393 ter, parágrafo I, núm. 5 del CPP, en razón que dicha norma deberá entenderse, en el sentido que, si se puede solicitar la detención preventiva del imputado cuando concurra uno o ambos requisitos establecidos en el art. 233.2 del CPP, como son el riesgo de fuga y el peligro de obstaculización, claro está en concurrencia simultánea al requisito establecido en el art. 233.1 del mismo cuerpo adjetivo penal. Un entendimiento contrario, es decir, asumir que la detención preventiva procede solo ante la concurrencia del requisito establecido en el art. 233.1 del CPP, constituye una interpretación de lesiona derechos y garantías constitucionales, como el debido proceso en su elemento del derecho a la defensa.
Por el contrario, se advierte que en la presente acción tutelar, el accionante no ha
realizado ningún tipo de observación en relación a los fundamentos y motivos del Auto de Vista 07/2018; sin embargo, en observancia de lo establecido en el art. 196 de la CPE y a fin de precautelar el respeto de los derechos y garantías del ahora accionante, considerando la naturaleza jurídica de este tipo de acción de defensa y su informalidad; esta sala advierte la necesidad de pronunciarse al respecto. Dicho esto, el derecho a una Resolución fundamentada y motivada fue desarrollado por la SCP 2221/2012 de 8 de noviembre, que estableció entre otros aspectos, que la arbitrariedad de una Resolución judicial puede ser expresada a partir de una decisión sin motivación, una motivación arbitraria, una motivación insuficiente y por falta de coherencia del fallo; en ese entendido cuando una Resolución judicial no da razones de hecho y de derecho que sustente la decisión, estamos ante una decisión sin motivación; respecto al segundo presupuesto, cuando una resolución carece de sustento probatorio o jurídico alguno, se está ante una motivación arbitraria. Conforme a lo expuesto, las autoridades ahora demandadas, quienes confirmaron la detención preventiva del accionante bajo el argumento que en el régimen de medidas cautelares dispuesto en el procedimiento inmediato para delitos flagrantes, “la regla es la detención preventiva”, dictaron una Resolución arbitraria carente de razones de hecho y derecho, sin sustento jurídico alguno, lo que deviene que el Auto de Vista 07/2018, se adecúe a los presupuestos de una decisión sin motivación y de una motivación arbitraria, en atención al Fundamento Jurídico III.2 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional. III.4. Sobre la actuación de la autoridad Fiscal demandada
Respecto del accionar de Freddy Gonzales Álvarez, Fiscal de Materia;
previamente a la activación de la jurisdicción constitucional el accionante debió denunciar los supuestos actos lesivos ante el Juez responsable del control jurisdiccional, a efectos que ejerza sus facultades conforme a lo dispuesto en el art. 54 inc. 1) del CPP; en ese entendido, corresponde denegar la tutela por subsidiariedad.
En consecuencia la Jueza de garantías al conceder en parte la tutela impetrada,
efectuó un análisis correcto de los antecedentes. POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda; en virtud de la
autoridad que le confieren la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, en revisión, resuelve:
1° CONFIRMAR la Resolución 01/2018 de 9 de febrero, cursante de fs. 109 a 117
vta., pronunciada por la Jueza de Sentencia Penal Segunda de la Capital del departamento de Oruro, y en consecuencia: 2° Dejar sin efecto el Auto de Vista 07/2018 de 18 de enero, sin disponer la libertad del ahora accionante ordenando que la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, emita uno nuevo en observancia de los Fundamentos Jurídicos expuestos en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional. 3° Llamar la atención a las autoridades demandadas por el incumplimiento a la jurisprudencia constitucional. Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.