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CESACIÓN A LA DETENCIÓN PREVENTIVA y el señalamiento de audiencia.

SCP 1044/2015-S1, Sucre 30 de octubre de 2015


RATIO DECIDENDI Y PRECEDENTE:
El art. 22 concordante con los arts. 23.I y 180.I de la CPE, establece que: “La
dignidad y la libertad de la persona son inviolables. Respetarlas y protegerlas es
deber primordial del Estado”; postulado que, a partir de una interpretación
axiológica, sistemática, dogmática y teleológica, efectuada en base al art. 8.II de la
misma Norma Suprema, nos permite concluir que, siendo los valores de libertad y
dignidad, entre otros, el sustento del Estado Plurinacional, cualquier restricción,
lesión o límite a su ejercicio en materia penal, con carácter provisional o
cautelar, posee de acuerdo a los preceptos constitucionales, una naturaleza
instrumental que la hace modificable a través de varios mecanismos intra
procesales entre los que se halla la cesación de la detención preventiva descrita
en el art. 239 del Código de Procedimiento Penal (CPP), que establece los casos
en los cuales procede.
Sin embargo, no se debe dejar de lado que la presunción de inocencia, que es una
garantía constitucional (conforme al art. 116.I de la CPE), de raigambre
constitucional contenido no solamente en nuestra Norma Suprema, sino también
en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (art. 11), el Pacto
Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (art. 14.II) y en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (art. 8), que hacen parte del denominado
bloque de constitucionalidad (en arreglo al art. 410 de la CPE), pues el procesado
no puede ser condenado, ni tratado como culpable, menos como
delincuente, mientras no exista una sentencia condenatoria que adquiera la
calidad de cosa juzgada formal y material. Esto implica que únicamente la
sentencia condenatoria firme, es el instrumento idóneo capaz de vencer el estado
de presunción de inocencia del procesado. Consiguientemente, esta cualidad del
imputado, tiene una repercusión muy relevante sobre la detención preventiva,
pues ésta se constituye en una excepción a que el imputado se defienda en
libertad, de lo que se tiene que dicha medida debe ser aplicada con carácter
restrictivo, de manera compatible con la Ley Fundamental y la normativa
aplicable vigente. Es a partir de ello, que igualmente se determina la importancia
de atender las solicitudes que versen sobre la modificación o cesación de la
detención preventiva, con celeridad.
El Tribunal Constitucional Plurinacional mediante la SCP 1155/2013 26 de julio,
señaló que: “Una de las medidas cautelares establecidas en el ordenamiento
jurídico destinadas a asegurar la averiguación de la verdad de los hechos, es la
detención preventiva, misma que, conforme ha reiterado la jurisprudencia
constitucional, se constituye en una medida cautelar que si bien involucra la
privación temporal del derecho a la libertad, no tiene por finalidad la condena
prematura del imputado; en este sentido, se encuentra sometida a reglas
específicas que determinan los requisitos para su imposición y del mismo modo,
las formas en que esta medida puede ser suspendida o modificada”.
En ese contexto, la SCP 0759/2012 de 13 de agosto, estableció que: “… Por otra
parte, parte, no obstante que la ley no dispone un plazo determinado para la
realización de audiencia de consideración de cesación de la detención preventiva,
la autoridad jurisdiccional en observancia de los valores y principios
constitucionales contenidos en el referido art.8.II de la CPE, con relacione al 180.I
del mismo cuerpo legal
y en aplicación del principio procesal de celeridad, cuando conozca una solicitud
de un privado de libertad, se encuentra obligado a tramitar la misma dentro del
menor tiempo posible y cumpliendo a cabalidad los plazos establecidos en la
norma legal, toda vez que actuar en contrario implicaría la afectación de los
derechos y garantías del imputado, cuando conozca una solicitud de un
privado de libertad, se encuentra obligado a tramitar la misma dentro del
menor tiempo posible y cumpliendo a cabalidad los plazos establecidos en la
norma legal, toda vez que actuar en contrario implicaría la afectación de los
derechos y garantías del imputado…” (las negrillas son añadidas).
Ahora bien, entre los actos dilatorios que lesionando el debido proceso inciden
negativamente sobre el derecho a la libertad, identificados por la SC 0078/2010-R
de 3 de mayo, se estableció como dilatorio que: “ b) Se fije la audiencia en una
fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial”.
En relación al plazo razonable, anteriormente el Código de Procedimiento Penal,
no establecía un plazo específico para que el juez señale día y hora de audiencia
para considerar la cesación de la detención preventiva; sin embargo, la Ley de
Descongestionamiento y Efectivización del Sistema Penal, Ley 586 de 30 de
octubre de 2014, en su art. 8, modificó el art. 239 del CPP, que quedó redactado
de la siguiente forma:
“La detención preventiva cesará:
4.   Cuando nuevos elementos demuestren que no concurren los motivos que la
fundaron o tornen conveniente que sea sustituida por otra medida;
5.   Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el
delito más grave que se juzga;
6.   Cuando su duración exceda de doce (12) meses sin que se haya dictado
acusación o de veinticuatro (24) meses sin que se hubiera dictado sentencia,
excepto en delitos de corrupción, seguridad del Estado, feminicidio, asesinato,
violación a infante, niña, niño, adolescente, e infanticidio; y,
7.   Cuando la persona privada de libertad acredite que se encuentra con
enfermedad terminal.
Planteada la solicitud, en el caso de los Numerales 1 y 4, la o el Juez deberá
señalar audiencia para su resolución en el plazo máximo de cinco (5) días.
En el caso de los Numerales 2 y 3, la o el Juez o Tribunal dentro de las
veinticuatro (24) horas siguientes, correrá traslado a las partes quienes deberán
responder en el plazo de tres (3) días. Con contestación o sin ella, la o el Juez o
Tribunal dictará resolución sin necesidad de audiencia, dentro de los cinco (5)
días siguientes, declarando la procedencia, siempre que la demora no sea
atribuible a los actos dilatorios del imputado, o la improcedencia del beneficio, sin
posibilidad de suspensión de plazos”. (las negrillas son añadidas).
En este sentido, por tratarse de una solicitud que involucra el derecho fundamental
a la libertad, no puede dejarse de lado, que en caso de no observarse éste plazo,
los encargados de impartir justicia, serán pasibles a las sanciones disciplinarias
conforme lo establece el art. 135 del CPP.

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