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UNIDAD 14

Procesos Cautelares, incidentes y tercerías

1.- Procesos Cautelares

Concepto: Según Palacio, se define el proceso cautelar como aquél


que tiende a impedir que el derecho cuyo reconocimiento o actuación se pretende
obtener a través de otro proceso, pierda su virtualidad o eficacia durante el tiempo
que transcurre entre la iniciación de ese proceso y el pronunciamiento de la
sentencia definitiva1.

Fundamento: El proceso judicial constituye el mecanismo instituido por


el régimen legal para la tutela efectiva de los derechos. Frente a ello, y teniendo
en cuenta que resulta materialmente imposible la satisfacción instantánea de
cualquier pretensión o petición y que los procesos judiciales insumen tiempo
desde su nacimiento hasta la sentencia que reconoce el derecho reclamado, ha
nacido la necesidad de evitar que durante el tiempo que transcurre entre la
demanda y la sentencia firme, sobrevengan circunstancias que imposibiliten o
dificulten la ejecución forzada de la sentencia, o provoquen una alteración del
estado de hecho que produjese un daño irreparable.

Por ello, y a fin de asegurar la eficacia práctica del proceso judicial


como mecanismo de tutela de los derechos, han nacido los procesos cautelares,
que tienen como objetivo la eficacia y seguridad de la actividad jurisdiccional,
evitando que se tornen ilusorios las eventuales sentencias de condena. Desde esa
perspectiva, se observa que los proceso cautelares constituyen un engranaje
esencial del sistema, en la búsqueda de una tutela judicial efectiva de los
derechos de las personas (realización de los derechos sustanciales debatidos en
el proceso principal alcanzando una verdadera tutela judicial efectiva).

1
Conf. PALACIO, Lino Enrique, Manual de Derecho Procesal Civil, 18º ed., Buenos Aires,
Abeledo-Perrot, 2004, pág. 771 y 772.
Presupuestos: Si bien los procesos cautelares responden a la lógica
de la necesidad de tutela judicial efectiva de los derechos, la circunstancias de que
las mismas produzcan una afectación a la persona sobre la cual se traba una
medida cautelar, exige el cumplimiento de algunos presupuestos esenciales para
su dictado favorable, como mecanismo para compatibilizar los distintos valores en
juego.

Esos presupuestos para el dictado de las medidas cautelares a los que


hicimos referencia son tres: a) verosimilitud del derecho; basta con la simple
apariencia o probabilidad del derecho (fumus boni iuris -humo de buen derecho-);
b) peligro en la demora (periculum in mora); temor fundado de que ese derecho se
frustre o sufra menoscabo o sobrevenga un perjuicio o daño inminente, durante la
sustanciación del proceso, corresponde destacar que en ese riesgo reside el
interés procesal que respalda a toda pretensión cautelar; y c) finalmente, se exige
una contracautela que asegure a la otra parte el resarcimiento de los daños que
resultarían de haber sido pedida indebidamente.

El nuevo CPCCT establece que el solicitante deberá justificar, en forma


sumaria, la verosimilitud de su derecho, así como el peligro de su frustración o la
razón de urgencia de la medida (art. 273). El CPCCT también señala que se
deberá acreditar sumariamente la verosimilitud del derecho a asegurar y el peligro
de lesión o frustración por la demora del proceso. Cuando su derecho proviniera
de un contrato bilateral, deberá acreditar de igual manera que ha cumplido la
obligación a su cargo, salvo plazo o condición pendiente. Podrá acumularse más
de una medida cautelar si correspondiere y resultare justificado (art. 280).

Con el escrito en el que se solicite la medida cautelar, se ofrecerá la


prueba y será recibida sin más trámite. Los testigos deberán dar razón de sus
dichos, podrán firmar ese escrito y ratificarse ante el secretario o por ante
escribano. Las informaciones sumarias podrán realizarse ante el tribunal, quien las
admitirá sin más trámites, o también por ante escribano (art. 281).
Cabe aclarar que el examen del cumplimiento de los requisitos de
verosimilitud del derecho y peligro en la demora debe ser casuístico y de
conformidad a los elementos específicos de cada causa, de modo de ponderar los
distintos valores en juego.

Lo cierto es que la medida cautelar tiene por objeto asegurar o


resguardar el resultado útil del proceso. Puede concederse mediante alguna de las
medidas especiales reguladas o bien mediante alguna genérica idónea para
asegurar el derecho invocado. Podrán adoptarse las medidas cautelares
indispensables para asegurar el resultado de una acción, la protección de un
derecho, la identificación en su caso de los obligados y la individualización de
bienes de su patrimonio para garantizar el monto de lo demandado (art. 279).

Por su parte, y resaltando que mediante la ley nº 26.8542 se ha


regulado especialmente el régimen de las medidas cautelares en las causas en las
que es parte o interviene el Estado Nacional o sus entes descentralizados, dicha
ley, en su artículo 13º, dispone que “La suspensión de los efectos de una ley, un
reglamento, un acto general o particular podrá ser ordenada a pedido de parte
cuando concurran simultáneamente los siguientes requisitos: a) Se acreditare
sumariamente que el cumplimiento o la ejecución del acto o de la norma,
ocasionará perjuicios graves de imposible reparación ulterior; b) La verosimilitud
del derecho invocado; c) La verosimilitud de la ilegitimidad, por existir indicios
serios y graves al respecto; d) La no afectación del interés público; e) Que la
suspensión judicial de los efectos o de la norma no produzca efectos jurídicos o
materiales irreversibles”.

Jurisprudencia Nacional

Verosimilitud del derecho: “Se debe poner de resalto que como es propio de la
naturaleza de los planteos en examen, no es exigible que medie certeza sobre la
existencia del derecho esgrimido sino sólo su verosimilitud. Es más, el juicio de

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Promulgada en fecha 29 de abril de 2013.
verdad en esta materia se encuentra en oposición a la finalidad del instituto
cautelar que no es otra que atender a aquello que no excede del marco de lo
hipotético, dentro del cual, asimismo, agota su virtualidad (Fallos: 306-2060; entre
muchos otros)” (CSJN, in re “DE.U.CO. –Defensor de Usuarios y Consumidores,
Asociación Civil- vs. Provincia de Neuquén y otros”, de fecha 04/07/2003, ED 204,
503, Fallos 326:2254).
Inconstitucionalidad de ley 26.854: “Los arts. 4, 5, 9, 10 inc. 2 y 13, inc. 3, de la
Ley 26.854, en cuanto otorgan al Estado Nacional todas las prerrogativas
garantistas que, en simultáneo, les niega a las personas que litigan contra él, son
inconstitucionales, pues generan una clara situación de desigualdad
discriminatoria que vulnera la tutela judicial efectiva garantizada por el bloque
constitucional” (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal,
sala III, “American Airlines Inc. vs. Administración Nacional de Aviación Civil s/
nulidad de acto administrativo”, 06/06/2014).

Jurisprudencia Provincial

Presupuestos: “Las medidas cautelares son instrumentales respecto a la


pretensión principal; no apuntan a la satisfacción inmediata anticipada de la
pretensión, pues tienden a asegurar la eficacia de la jurisdicción haciendo que la
sentencia, al tiempo de dictarse, pueda ser cumplida, de modo que no resulte
ineficaz o de cumplimiento imposible. Por ello, 'la viabilidad de las medidas
precautorias se halla supeditada a que se demuestre la verosimilitud del derecho
invocado y el peligro en la demora' (CSJNac., 23/11/1995, 'Grinbank c/Fisco
Nacional'). Este requisito debe analizarse de acuerdo con un juicio objetivo; lo que
requiere 'una apreciación atenta de la realidad comprometida' (CSJNac.,
11/7/1996, 'Milano c/Estado Nacional'). La sola invocación de la urgencia en
obtener la medida no justifica su procedencia” (CSJT, sentencia nº 524 de fecha 3
de mayo de 2014).

Caracteres: el instituto de los procesos cautelares reviste las siguientes


características:

a) Instrumentalidad, ello por cuanto el proceso cautelar carece, en rigor,


de autonomía funcional en tanto su finalidad consiste en asegurar la eficacia
práctica de la sentencia o resolución que debe dictarse en otro proceso, al cual se
encuentra necesariamente vinculado por un nexo de instrumentalizad.
b) Provisionalidad, subsistirán mientras duren las circunstancias que las
determinaron y en cualquier momento en que éstas cesaren se podrá requerir su
levantamiento (conf. art. 202 del CPCN3); según el CPCT las medidas cautelares
serán siempre provisorias, subsistirán mientras duren las circunstancias que las
determinaron. En cualquier momento que estas cesaren se podrá requerir su
levantamiento (art. 2764).

A su vez, la referida ley nº 26.854 (que regula las medidas cautelares


en las causas en las que es parte o interviene el Estado Nacional o sus entes
descentralizados) en su artículo 5º dispone que el juez al otorgar una medida
cautelar contra el Estado Nacional o sus entes descentralizados “deberá fijar, bajo
pena de nulidad, un límite razonable para su vigencia, que no podrá ser mayor a
los seis (6) meses. En los procesos de conocimiento que tramiten por el
procedimiento sumarísimo y en los juicios de amparo, el plazo razonable de
vigencia no podrá exceder de los tres (3) meses” (art. 5 primer párrafo de la ley
26.854). Luego agrega que “Al vencimiento del término fijado, a petición de parte,
y previa valoración adecuada del interés público comprometido en el proceso, el
tribunal podrá, fundadamente, prorrogar la medida por un plazo determinado no
mayor de seis (6) meses, siempre que ello resultare procesalmente indispensable.
Será de especial consideración para el otorgamiento de la prórroga la actitud
dilatoria o de impulso procesal demostrada por la parte favorecida por la medida.
Si se tratara de una medida cautelar dictada encontrándose pendiente el
agotamiento de la vía administrativa previa, el límite de vigencia de la medida
cautelar se extenderá hasta la notificación del acto administrativo que agotase la
vía, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 8° segundo párrafo” (art. 5 de la ley
26.854). Cabe aclarar que esta limitación temporal de la vigencia de las medidas
cautelares contra el Estado Nacional no se aplica cuando la medida favorezca a

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Art. 202 del CPCN: “Las medidas cautelares subsistirán mientras duren las circunstancias que las
determinaron. En cualquier momento en que éstas cesaren se podrá requerir su levantamiento”.
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Art. 276.- Provisionalidad. Las medidas cautelares subsistirán mientras duren las circunstancias
que las determinaron. En cualquier momento que estas cesaren se podrá requerir su
levantamiento.
sectores socialmente vulnerables acreditados en el proceso, se encuentre
comprometida la vida digna conforme la Convención Americana de Derechos
Humanos, la salud o un derecho de naturaleza alimentaria. También tendrá
eficacia cuando se trate de un derecho de naturaleza ambiental.

c) Flexibilidad, esta característica debe apreciarse con referencia a la


adaptación de la medida a las necesidades de cada caso particular y su situación
coyuntural. En ese sentido, el CPCN dispone que quien solicitó la medida cautelar
podrá pedir la ampliación, mejora o sustitución de la medida cautelar decretada,
justificando que ésta no cumple adecuadamente la función de garantía a que está
destinada. El deudor podrá requerir la sustitución de una medida cautelar por otra
que le resulte menos perjudicial, siempre que ésta garantice suficientemente el
derecho del acreedor. Podrá, asimismo, pedir la sustitución por otros bienes del
mismo valor, o la reducción del monto por el cual la medida precautoria ha sido
trabada, si correspondiere (conf. art. 203 del CPCN 5).

Por su parte, el régimen procesal de Tucumán presenta una regulación


vinculada a ello, concretamente dispone que “El peticionario de una medida
cautelar podrá pedir la ampliación, mejora o sustitución de la medida decretada,
justificando que esta no cumple adecuadamente la función a que está destinada.
El afectado por la medida podrá requerir la sustitución de una medida por otra que
le resulte menos perjudicial, siempre que ésta sea igual de eficaz que la originaria.
Podrá, asimismo, pedir la sustitución por otros bienes del mismo valor, o la
reducción del monto por el cual la medida se ha ordenado, si correspondiere” (art.
277)

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Art. 203 del CPCN: “El acreedor podrá pedir la ampliación, mejora o sustitución de la medida
cautelar decretada, justificando que ésta no cumple adecuadamente la función de garantía a que
está destinada. El deudor podrá requerir la sustitución de una medida cautelar por otra que le
resulte menos perjudicial, siempre que ésta garantice suficientemente el derecho del acreedor.
Podrá, asimismo, pedir la sustitución por otros bienes del mismo valor, o la reducción del monto por
el cual la medida precautoria ha sido trabada, si correspondiere. La resolución se dictará previo
traslado a la otra parte por el plazo de CINCO (5) días, que el juez podrá abreviar según las
circunstancias”.
Otra manifestación de esta característica de flexibilidad consiste en que
el Juez, para evitar perjuicios o gravámenes innecesarios al titular de los bienes,
podrá disponer una medida precautoria distinta de la solicitada, o limitarla,
teniendo en cuenta la importancia del derecho que se intentare proteger (conf. art.
204 del CPCN6 y art. 278 del CPCT7).

A su vez, la referida ley nº 26.854 (que regula las medidas cautelares


en las causas en las que es parte o interviene el Estado Nacional o sus entes
descentralizados) en su artículo 3º expresa que “El juez o tribunal, para evitar
perjuicios o gravámenes innecesarios al interés público, podrá disponer una
medida precautoria distinta de la solicitada, o limitarla, teniendo en cuenta la
naturaleza del derecho que se intentare proteger y el perjuicio que se procura
evitar” (art. 3 inc. 3º de la ley 26.854) y agrega que “Las medidas cautelares no
podrán coincidir con el objeto de la demanda principal” (art. 3 inc. 4º de la ley
26.854).

Con el mismo enfoque, el artículo 9 de la ley 26.854 dispone que “Los


jueces no podrán dictar ninguna medida cautelar que afecte, obstaculice,
comprometa, distraiga de su destino o de cualquier forma perturbe los bienes o
recursos propios del Estado, ni imponer a los funcionarios cargas personales
pecuniarias”.

Jurisprudencia Nacional

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Art. 204 del CPCN: “El juez, para evitar perjuicios o gravámenes innecesarios al titular de los
bienes, podrá disponer una medida precautoria distinta de la solicitada, o limitarla, teniendo en
cuenta la importancia del derecho que se intentare proteger”.
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Art. 278 del CPCT: ““En todo caso con relación a las medidas reguladas en este capítulo
corresponderá al Tribunal: 1. Apreciar y ponderar la idoneidad, necesidad y proporcionalidad de la
medida, pudiendo disponer una menos rigurosa a la solicitada, si la estimare suficiente. 2.
Establecer su alcance y término de duración. 3. Disponer de oficio o a petición de parte, la
modificación, sustitución o cese de la medida adoptada, siguiéndose, en el caso de petición y para
su sustanciación, el procedimiento de los incidentes. 4. Exigir la prestación de contracautela
suficiente, salvo el caso excepcional de existir motivos fundados para eximir de ella al peticionario”.
Provisionalidad: “Es procedente la sustitución del embargo, en los términos del Art.
203 del CPCCN, pues, el principio de preclusión no se encuentra perjudicado,
dado que del principio de mutabilidad y de los caracteres de estas medidas se
desprende que el embargo trabado puede ser dejado sin efecto y/o modificado
siempre que varíen las circunstancias que la determinaron y ella sea previamente
advertido por el a quo” (Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata,
“Osperyhra vs. Consorcio Propietarios 9 de Julio 5.602”, 24/02/2011).

Flexibilidad: “Debe confirmarse la sentencia que ordenó reducir el embargo


trabado al 30% del monto bruto a cobrar por el demandado por entender que las
sumas a percibir resultaban necesarias para el giro comercial de aquél ya que, el
art. 204 CPCCN faculta al juez a disponer de oficio una cautelar diferente a la
pedida” (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, sala F, “Tobías,
Roberto Angel vs. Mail Dos S.R.L. y otros”, 28/09/2010, LA LEY 25/01/2011, 3).

Jurisprudencia Provincial

Sustitución de medida cautelar: “Con relación a la sustitución de embargos, la


regla general resulta ser la posibilidad con que cuentan los embargados de
solicitar la sustitución de la medida cautelar por otra que ofrezca similares
garantías a las del embargo proveído favorablemente, de modo que se pueda
verificar su suficiencia para garantizar los derechos del presunto acreedor. El juez
debe conciliar el interés de ambas partes, cuidando que se mantenga protegido el
crédito que se garantiza; y autorizando a la vez la sustitución de la medida cuando
resulte procedente, a fin de evitar perjuicios innecesarios al deudor” (CSJT,
sentencia nº 847 de fecha 27/08/2007).

Provisionalidad: “Se trata de resoluciones provisionales que pueden ser


modificadas según lo aconsejen ulteriores circunstancias, sin que puedan
invocarse a su respecto la cosa juzgada. En tal sentido se ha dicho que las
decisiones referentes a medidas precautorias sea que las ordenen, modifiquen o
extingan no reviste del carácter de sentencia definitiva” (CSJT, sentencia nº 928
de fecha 17/12/1996).

Clasificación de los Procesos Cautelares:

Los procesos cautelares puedes clasificarse en dos grandes categorías


que atienden a la materia sobre la cual versan, y que pueden identificarse del
siguiente modo: a) aquellos que pretenden garantizar la integridad o el valor
económico de los bienes; b) aquellos que versan sobre personas.
Dentro de la primera categoría (versan sobre bienes), los procesos
cautelares pueden subclasificarse de acuerdo a la finalidad que persiguen, así
encontramos los siguientes: a) los que tienen en mira la eventual ejecución
forzada (v.gr.: embargo preventivo, la intervención judicial dispuesta como medida
complementaria del embargo, la inhibición general de bienes, el secuestro, entre
otros); b) los que se encuentran encaminados a preservar, mientras se sustancia
el proceso principal, la inalterabilidad de determinada situación de hecho o de
derecho (v.gr.: prohibición de innovar y contratar, intervención judicial con fines de
información y contralor, administración judicial, entre otras); c) aquellos tendientes
a acordar publicidad al litigio respecto de terceros (v.gr.: anotación de litis).

Dentro de la segunda categoría (versan sobre personas), los procesos


cautelares pueden subclasificarse entre aquellos que: a) se encuentran dirigidos a
garantizar la integridad física o moral de las personas (v.gr.: medidas de guarda, la
exclusión de algunos de los cónyuges del hogar conyugal y la determinación de a
cual de ellos les corresponde la guarda de los hijos); b) tienden a satisfacer
necesidades urgentes de las personas (v.gr.: fijación de alimentos provisionales
durante la sustanciación del proceso alimentario definitivo o del juicio de divorcio).

Oportunidad: Las medidas cautelares pueden ser pedidas antes o


después de deducida la demanda, a menos que de la ley resulte que ésta debe
entablarse previamente (art. 195, 1º párr. del CPCN 8).

Competencia: Es competente para disponer esta clase de medidas el


juez que lo sea respecto de la pretensión principal (conf. art. 6, inc. 4º del CPCN y
el art. 102, inc. 14 del CPCCT). Los jueces deben abstenerse de decretarlas
cuando el conocimiento de la causa no fuese de su competencia; no obstante ello,

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Art. 195 del CPCN: “Las providencias cautelares podrán ser solicitadas antes o después de
deducida la demanda, a menos que de la ley resultare que ésta debe entablarse previamente. El
escrito deberá expresar el derecho que se pretende asegurar, la medida que se pide, la disposición
de la ley en que se funde y el cumplimiento de los requisitos que corresponden, en particular, a la
medida requerida. Los jueces no podrán decretar ninguna medida cautelar que afecte, obstaculice,
comprometa, distraiga de su destino o de cualquier forma perturbe los recursos propios del Estado,
ni imponer a los funcionarios cargas personales pecuniarias”.
la medida adoptada por un juez incompetente será válida siempre que haya sido
dispuesta de conformidad con las prescripciones legales, pero el magistrado que
la declaró debe inmediatamente remitir las actuaciones al juez que considere
competente (conf. art. 196 del CPCN9).

El CPCCT dispone que “La medida cautelar podrá ordenarse en


cualquier tipo de proceso por el tribunal competente que esté conociendo o que
deba conocer del proceso y solo excepcionalmente podrá ser declarada por
tribunal incompetente” (art. 274).

Con relación a la cuestión analizada en el párrafo anterior, la referida


ley nº 26.854 (sobre medidas cautelares en las causas en las que es parte o
interviene el Estado Nacional o sus entes descentralizados), en su artículo 2º,
establece una limitación en cuanto al valor de las medidas cautelares dictadas por
jueces que carecen de competencia, sobre el particular expresa que “La
providencia cautelar dictada contra el Estado nacional y sus entes
descentralizados por un juez o tribunal incompetente, sólo tendrá eficacia cuando
se trate de sectores socialmente vulnerables acreditados en el proceso, se
encuentre comprometida la vida digna conforme la Convención Americana de
Derechos Humanos, la salud o un derecho de naturaleza alimentaria. También
tendrá eficacia cuando se trate de un derecho de naturaleza ambiental” (conf. art.
2 inc. 2º de la ley 26.854).

Jurisprudencia Nacional

Competencia: “Resulta competente para entender en la tramitación del proceso, el


juez que intervino en la medida cautelar, con independencia de que ésta hubiera
sido promovida con anterioridad a la acción de fondo derivada de la misma, ello
por aplicación de lo previsto en el art. 6 inc. 4 CPCCN” (Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial, sala A, “Macon Services S.R.L. c/ Lambersky, Hector
Carlos”, 24/06/2010).

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Art. 196 del CPCN: “Los jueces deberán abstenerse de decretar medidas precautorias cuando el
conocimiento de la causa no fuese de su competencia. Sin embargo, la medida ordenada por un
juez incompetente será válida siempre que haya sido dispuesta de conformidad con las
prescripciones de este capítulo, pero no prorrogará su competencia. El juez que decretó la medida,
inmediatamente después de requerido remitirá las actuaciones al que sea competente”.
Jurisprudencia Provincial

Competencia: “En autos se promovió una medida cautelar -anotación de litis e


inscripción en el Registro Inmobiliario de la Provincia- en orden a asegurar el
cobro de los honorarios regulados en el juicio ‘Valverde, Bautista vs. Puparelli,
Alfredo y otros s/ Cobro ejecutivo’ pasado por ante la Sra. Magistrada en
Documentos y Locaciones de la Iª Nominación. En consecuencia, cobra plena
vigencia lo dispuesto en el art. 7 inc. 16 del CPCC: la medida cautelar debe
tramitarse por ante el juez que entiende en el juicio principal” (CSJT, sentencia nº
617 de fecha 30/08/2011).

Informaciones sumarias: las mismas podrán ofrecerse acompañando


con el escrito en que se solicitaren las medidas cautelares, el interrogatorio de los
testigos y la declaración de éstos deberá encontrarse ajustada a las previsiones
de los arts. 44010, primera parte, 44111 y 44312 del CPCN y firmada por ellos. Los
testigos deberán ratificarse en el acto de ser presentado el primer escrito o en
primera audiencia. Si no se hubiese adoptado el procedimiento analizado
anteriormente, las declaraciones se admitirán sin más trámite, pudiendo el juez
encomendarlas al secretario (conf. art. 197 del CPCN13). El CPCT estatuye que se

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Art. 440 del CPCN: “Antes de declarar, los testigos prestarán juramento o formularán promesa de
decir verdad, a su elección, y serán informados de las consecuencias penales a que pueden dar
lugar las declaraciones falsas o reticentes”.
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Art. 441 del CPCN: “Aunque las partes no lo pidan, los testigos serán siempre preguntados: 1)
Por su nombre, edad, estado, profesión y domicilio. 2) Si es pariente por consanguinidad o afinidad
de alguna de las partes, y en qué grado. 3) Si tiene interés directo o indirecto en el pleito. 4) Si es
amigo íntimo o enemigo. 5) Si es dependiente, acreedor o deudor de alguno de los litigantes, o si
tiene algún otro género de relación con ellos. Aunque las circunstancias individuales declaradas
por el testigo no coincidieran totalmente con los datos que la parte hubiese indicado al proponerlo,
se recibirá su declaración si indudablemente fuere la misma persona y, por las circunstancias del
caso, la contraria no hubiere podido ser inducida a error”.
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Art. 443 del CPCN: “Las preguntas no contendrán más de UN (1) hecho; serán claras y
concretas; no se formularán las que estén concebidas en términos afirmativos, sugieran la
respuesta o sean ofensivas o vejatorias. No podrán contener referencias de carácter técnico, salvo
si fueren dirigidas a personas especializadas”.
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Art. 197 del CPCN: “La información sumaria para obtener medidas precautorias podrá ofrecerse
acompañando con el escrito en que se solicitaren el interrogatorio de los testigos y la declaración
de éstos, ajustada a los artículos 440, primera parte, 441 y 443, y firmada por ellos. Los testigos
deberán ratificarse en el acto de ser presentado dicho escrito o en primera audiencia. Si no se
hubiese adoptado el procedimiento que autoriza el primer párrafo de este artículo, las
declaraciones se admitirán sin más trámite, pudiendo el juez encomendarlas al secretario. Las
deberá acreditar sumariamente la verosimilitud del derecho a asegurar y el peligro
de lesión o frustración por la demora del proceso. Cuando su derecho proviniera
de un contrato bilateral, deberá acreditar de igual manera que ha cumplido la
obligación a su cargo, salvo plazo o condición pendiente (art. 280 del CPCCT). A
su vez, señala que con el escrito en el que se solicite la medida cautelar, se
ofrecerá la prueba y será recibida sin más trámite. Los testigos deberán dar razón
de sus dichos, podrán firmar ese escrito y ratificarse ante el secretario o por ante
escribano. Las informaciones sumarias podrán realizarse ante el tribunal, quien las
admitirá sin más trámites, o también por ante escribano (art. 281 del CPCCT).

Jurisprudencia Nacional

Prueba: “La verosimilitud del derecho o ‘apariencia de buen derecho’ no importa la


definitiva viabilidad de la pretensión de quien requiere la cautela precautoria sino
la posibilidad de que exista el derecho invocado, resultando innecesaria para su
procedencia la prueba plena de la existencia de un derecho, sino su verosimilitud
mediante su comprobación en forma sumaria” (Cámara Nacional de Apelaciones
en lo Comercial, sala B, “Carreño, Joser R c/ Caja De Seguros De Vida S.A.”,
16/09/2008).
Jurisprudencia Provincial

Prueba: “De acuerdo a lo previsto en el art. 226 del CPCC, como principio general,
para que la cautelar resulte procedente es necesario que la parte interesada
justifique sumariamente (art. 227) la versomilitud de su derecho y el peligro de su
frustración o la razón de urgencia de la medida; presupuestos cuya concurrencia
es presumida por la ley, cuando el peticionante “obtuviera sentencia favorable, aun
cuando fuera apelada” (art. 241 inc. a)” (CSJT, sentencia nª 827 de fecha
28/09/2009, autos “L.V. 7 Radio Tucumán S.A. c/ Provincia de Tucumán s/
Cobro”).

Actuaciones reservadas: Las actuaciones deben permanecer


reservadas hasta tanto las medidas cautelares se ejecuten.

actuaciones permanecerán reservadas hasta tanto se ejecuten las medidas. Tramitarán por
expediente separado, al cual se agregarán, en su caso, las copias de las pertinentes actuaciones
del principal”.
Sin audiencia de parte: Las medidas cautelares deben disponerse
inaudita parte, es decir, sin la participación de la parte a quien afectan, pues de lo
contrario, podría frustrase su finalidad. Las medidas precautorias se decretarán y
cumplirán sin audiencia de parte. Ningún incidente planteado por el destinatario de
la medida podrá detener su cumplimiento (art. 198 del CPCN 14). Si el afectado no
hubiere tomado conocimiento de las medidas con motivo de su ejecución, se le
notificarán personalmente o por cédula dentro de los tres días. Quien hubiese
obtenido la medida será responsable de los perjuicios que irrogase la demora
(conf. art. 198, 2º párr., del CPCN).

El CPCT determina que las medidas cautelares se proveerán sin


audiencia y sin conocimiento de la parte contra quien va dirigida, pero, una vez
cumplidas, se las hará saber al interesado dentro del término de tres (3) días, a
menos que hubiera tenido conocimiento de la medida con motivo de su ejecución.
En este último caso, se le tendrá por notificado en el acto de la ejecución. Quien
hubiera obtenido la medida será responsable de los perjuicios que irrogue la
demora de la notificación (art. 282 del CPCCT)

Un régimen diferente y especial instituye la controvertida ley nº 26.854


(sobre medidas cautelares en las causas en las que es parte o interviene el
Estado Nacional o sus entes descentralizados), que contempla un informe previo,
disponiendo que “Solicitada la medida cautelar, el juez, previo a resolver, deberá
requerir a la autoridad pública demandada que, dentro del plazo de cinco (5) días,
produzca un informe que dé cuenta del interés público comprometido por la
solicitud. Con la presentación del informe, la parte demandada podrá expedirse
acerca de las condiciones de admisibilidad y procedencia de la medida solicitada y

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Art. 198 del CPCN: “Las medidas precautorias se decretarán y cumplirán sin audiencia de la otra
parte. Ningún incidente planteado por el destinatario de la medida podrá detener su cumplimiento.
Si el afectado no hubiese tomado conocimiento de las medidas con motivo de su ejecución, se le
notificarán personalmente o por cédula dentro de los TRES (3) días. Quien hubiese obtenido la
medida será responsable de los perjuicios que irrogare la demora. La providencia que admitiere o
denegare una medida cautelar será recurrible por vía de reposición; también será admisible la
apelación, subsidiaria o directa. El recurso de apelación, en caso de admitirse la medida, se
concederá en efecto devolutivo”.
acompañará las constancias documentales que considere pertinentes. Sólo
cuando circunstancias graves y objetivamente impostergables lo justificaran, el
juez o tribunal podrá dictar una medida interina, cuya eficacia se extenderá hasta
el momento de la presentación del informe o del vencimiento del plazo fijado para
su producción. Según la índole de la pretensión el juez o tribunal podrá ordenar
una vista previa al Ministerio Público” (conf. art. 4 inc. 1º de la ley 26.854).

Jurisprudencia Nacional

Sin audiencia: “La resolución de intervenir judicialmente una cooperativa sin darle
intervención procesal, en los términos del art. 100, inciso 10, apartado b, de la ley
20.337, no vulnera el derecho de defensa en juicio, en tanto, la resolución ‘inaudita
parte’ resulta un elemento común de todas las medidas cautelares, cuyo
fundamento consiste en que, de otra manera, se podría ver frustrado el fin de la
disposición” (Cámara Federal de Apelaciones de La Plata, sala III, “I.N.A.E.S c.
Cooperativa Ltda. de Servicios Eléctricos y Comunitarios de Pehuajó”,
23/12/2008).
Jurisprudencia Provincial

Sin audiencia: “Las medidas cautelares, sean como embargo preventivo, ejecutivo
o ejecutorio se proveen su procedencia sin conocimiento de la parte contraria
contra quien va dirigida, pero una vez cumplida, se le debe hacer conocer al
interesado” (Cámara Civil en Familia y Sucesiones de Tucumán, Sala Iº, “Estevez
s/ Sucesión”, sentencia nº 301 de fecha 29/06/2000).

Recursos: En el régimen procesal nacional (CPCN), la providencia que


admitiere o denegare una medida cautelar será recurrible por vía de recurso de
reposición; también será admisible la apelación subsidiaria o directa. El recurso de
apelación en caso de admitirse la medida, se concederá en efecto devolutivo (art.
198, 3º y 4º párr., del CPCN, modificado por la Ley nº 22.434).

Por su parte, el CPCT prescribe que, contra la resolución que conceda


la medida cautelar cabe el recurso de revocatoria, que se resolverá previo traslado
por cinco (5) días o por un tiempo menor si así lo dispone el tribunal, al
peticionante de la medida. También será admisible la apelación subsidiaria o
directa, concediéndose el recurso sin efecto suspensivo. Cuando la oposición a la
medida se fundara en una cuestión de hecho que requiera prueba, se hará por vía
de incidente, deducido dentro del tercer día de su notificación. Este incidente o
cualquier otro, al igual que el mencionado recurso de revocatoria, carecen de
efectos suspensivos sobre la medida concedida. Contra la resolución que
deniegue la medida cautelar se podrá interponer recurso de revocatoria. También
será admisible la apelación subsidiaria o directa (art. 283 del CPCCT).

Jurisprudencia Nacional

Recursos: “Es procedente conceder la apelación interpuesta contra la resolución


que decretó una medida cautelar si, pese a que el a quo al resolver la reposición,
sustituyó esa medida por otra, la pretensión del demandado recurrente no se vio
satisfecha con esa nueva decisión, en tanto no logró la revocación
perseguida” (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contenciosoadministrativo
Federal, sala III, “AFIP - DGI vs. Carregal, Santiago”, 21/08/2008).

Recurso extraordinario: “A los fines de la concesión del recurso extraordinario, la


sentencia que confirmó una medida cautelar no tiene carácter de definitiva en los
términos del art. 14 de la Ley 48, y no parece que medie razón de índole
excepcional, fundada en la generación de agravio de imposible reparación ulterior,
que justifique el apartamiento del principio que establece la norma aludida”
(Cámara Federal de Apelaciones de Rosario, sala A, “Venegas, Aurora Nieves vs.
Estado Nacional - Ministerio de Defensa s/cobro de pesos – incidente de
apelación”, 11/04/2013, LLLitoral 2013 -agosto-, 811).

Jurisprudencia Provincial

Recurso: “Al resolver la revocatoria en la medida cautelar, lo así decidido no pone


fin al pleito, ni impide su continuación ni ocasiona un gravamen de imposible o
insuficiente reparación ulterior ni priva al interesado de otros medios legales para
obtener la tutela de sus derechos” (CSJT, sentencia nº 549, 08/07/1997).

Preservación del bien afectado por la medida cautelar: Si hubiese


peligro de pérdida o desvalorización de los bienes afectados por una medida
cautelar o si su conservación fuese gravosa o dificultosa, a pedido de parte y
previo traslado a la otra parte por un plazo breve que fijará según la urgencia del
caso, el juez podrá ordenar la venta en la forma más conveniente, abreviando los
trámites y habilitando días y horas (conf. art. 205 del CPCN15).

El CPCT estatuye que si hubiere peligro de pérdida o desvalorización


de los bienes afectados o si su conservación fuere gravosa o difícil, a pedido de
parte y previa vista a la otra parte por un plazo breve que se fijará según la
urgencia del caso, el tribunal podrá ordenar la venta en la forma más conveniente,
abreviando los trámites y habilitando días y horas. En los casos en que la ley
autoriza al comprador a adquirir mercaderías por cuenta del vendedor, o a éste a
venderlas en remate público por cuenta del comprador, la autorización se
concederá con audiencia de ambos, pudiéndose alegar las razones que tuvieran
para oponerse, dentro del término de cinco (5) días. Si la parte contra quien se
pide la autorización no compareciese o nada alegase, se concederá la
autorización sin más trámite. Si se opusiese, el tribunal resolverá dentro de los
cinco (5) días, sin recurso (art. 286).

Remisión: Las disposiciones relativas al embargo preventivo son


aplicables a las demás medidas precautorias (conf. art. 233 del CPCN16).

Garantía: La medida cautelar sólo podrá decretarse bajo la


responsabilidad de la parte que la solicitare, quien deberá dar caución por todas
las costas y daños y perjuicios que pudiere ocasionar el requirente de una medida
cautelar que abusó o se excedió en el derecho que la ley otorga para obtenerla, la
resolución lo condenará a pagar los daños y perjuicios si la otra parte la hubiere
solicitado (conf. art. 208 del CPCN17).

15
Art. 205 del CPCN: “Si hubiere peligro de pérdida o desvalorización de los bienes afectados o si
su conservación fuere gravosa o difícil, a pedido de parte y previo traslado a la otra por un plazo
breve que fijará según la urgencia del caso, el juez podrá ordenar la venta en la forma más
conveniente, abreviando los trámites y habilitando días y horas”.
16
Art. 233 del CPCN: “Lo dispuesto en este capítulo respecto del embargo preventivo es aplicable
al embargo ejecutivo, al ejecutorio, y a las demás medidas cautelares, en lo pertinente”.
17
Art. 208 del CPCN: “Salvo en el caso de los artículos 209, inciso 1, y 212, cuando se dispusiere
levantar una medida cautelar por cualquier motivo que demuestre que el requirente abusó o se
excedió en el derecho que la ley otorga para obtenerla, la resolución la condenará a pagar los
El juez debe graduar la calidad y monto de la caución de acuerdo con la
mayor o la menor verosimilitud del derecho y las circunstancias del caso. La
caución puede ser real (depósito de dinero, o valores, hipoteca, embargo, etc.) o
consistir en una fianza personal.

Por su parte, el CPCCT también regula esta cuestión, señalando que


“Las medidas cautelares se proveerán bajo la responsabilidad del solicitante,
quien deberá dar caución por todas las costas, daños y perjuicios que pudiera
ocasionar, en caso de solicitarse en forma abusiva. Al proveer la medida, el
tribunal graduará la calidad y monto de la caución de acuerdo con la mayor o
menor verosimilitud del derecho y las circunstancias del caso, salvo que
fundadamente estime que la simple caución resultara suficiente. Podrá ofrecerse
la garantía de instituciones bancarias o de personas de acreditada responsabilidad
económica. En cualquier estado del proceso, la parte contra quien se hubiera
hecho efectiva una medida cautelar podrá pedir que se mejore la caución
probando sumariamente que es insuficiente. El tribunal resolverá previo traslado a
la otra parte” (art. 284).

Caducidad: La caducidad se producirá de pleno derecho respecto de


las medidas cautelares que se hubieran ordenado y hecho efectivas antes del
proceso, si tratándose de obligación exigible no se interpusiese la demanda dentro
de los diez días siguientes al de su traba, aunque la otra parte hubiese deducido
recurso (conf. art. 207 del CPCN18).

daños y perjuicios si la otra parte la hubiere solicitado. La determinación del monto se sustanciará
por el trámite de los incidentes o por juicio sumario, según que las circunstancias hicieren preferible
uno u otro procedimiento a criterio del juez, cuya decisión sobre este punto será irrecurrible”.
18
Art. 207 del CPCN: “Se producirá la caducidad de pleno derecho de las medidas cautelares que
se hubieren ordenado y hecho efectivas antes del proceso, si tratándose de obligación exigible no
se interpusiere la demanda dentro de los DIEZ (10) días siguientes al de su traba, aunque la otra
parte hubiese deducido recurso. Las costas y los daños y perjuicios causados serán a cargo de
quien hubiese obtenido la medida, y ésta no podrá proponerse nuevamente por la misma causa y
como previa a la promoción del proceso; una vez iniciado éste, podrá ser nuevamente requerida si
concurrieren los requisitos de su procedencia. Las inhibiciones y embargos se extinguirán a los
CINCO (5) años de la fecha de su anotación en el Registro que corresponda, salvo que a petición
de parte se reinscribieran antes del vencimiento del plazo, por orden del juez que entendió en el
proceso”.
El CPCT dispone que “Se producirá la caducidad de las medidas
cautelares que se hubieren ordenado y hecho efectivas antes de la demanda, si
tratándose de obligación exigible no se interpusiere la demanda dentro de los
quince (15) días siguientes al de su traba, aunque la otra parte hubiese deducido
recurso. No obstante, se mantendrá la medida, si la demanda se interpusiera con
anterioridad al pedido de caducidad o si las partes de común acuerdo prorrogan el
plazo. Cuando se tratara de créditos no exigibles, el plazo comenzará a correr
desde el momento en que el peticionante pueda hacer valer su derecho. Las
costas y el pago de los daños y perjuicios causados serán a cargo de quien obtuvo
la medida” (art. 275)

Jurisprudencia Nacional

Caducidad: “Corresponde desestimar el planteo de caducidad de la medida


cautelar de veeduría y de coadministración dispuesta respecto de la sociedad
recurrente, si la acción de fondo ha sido iniciada dentro del plazo establecido en el
artículo 207 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, con precindencia
de si fue promovida con todos los instrumentos necesarios para su procedencia, lo
cual eventualmente deberá ser juzgado al momento del dictado de la sentencia”
(Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, sala C, “Casari, Mauro c.
Ghezzi, Ugo”, 24/10/2008).
Jurisprudencia Provincial

Caducidad: “El art. 233 inc. 1.c del Código Procesal Civil y Comercial de la
Provincia de Tucumán, en tanto presume la existencia de verosimilitud del derecho
y el peligro en la demora para otorgar medidas de embargo, no resulta de
aplicación en los casos en que el embargo preventivo se peticiona sin que todavía
se pueda iniciar el proceso en donde se reclamará el crédito que se pretende
cautelar y, además el inicio del plazo de caducidad automática de dicha medida se
encuentra sujeto a la conducta del propio peticionante de la medida, atento a
que el inicio de la ejecución fiscal está condicionado a la resolución definitiva de la
determinación fiscal por parte de la administración” (CSJT, sentencia nº 839 de
fecha 21/10/2013).

Medidas Cautelares Genéricas o Innominadas.


Estas medidas son aquellas que pueden ser dispuestas para satisfacer
una necesidad de aseguramiento provisional específica, y a cuyo respecto
resulten insuficientes o excesivas las medidas contempladas en la ley. En el
régimen nacional se especifica que más allá de los casos de medidas cautelares
previstas en la ley, quien tuviere fundado motivo para temer que durante el tiempo
anterior al reconocimiento de su derecho, éste pudiere sufrir un perjuicio inminente
o irreparable, podrá solicitar las medidas urgentes que, según las circunstancias,
fueren más aptas para asegurar provisionalmente el cumplimiento de la sentencia
(conf. art. 232 del CPCN19). El CPCT dice que cuando por la naturaleza del
derecho que se quiera asegurar, no fueran suficientes las medidas cautelares
referidas en los artículos posteriores, el Tribunal podrá, a pedido de la parte que
acredite los requisitos de las medidas cautelares, acordar la que considere más
apta para tal fin, de acuerdo a las circunstancias. Estas medidas cautelares
producirán efecto y estarán sometidas a los principios generales que se
establecen en este título (art. 289)

Jurisprudencia Nacional

Concepto: “El art. 232 del Cód. Procesal Civil y Comercial de la Nación, en cuanto
se refiere a medidas cautelares genéricas, encuentra su razón de ser en que el
legislador al no poder prever todas las situaciones de las cuales pueda resultar
viable un anticipo de la garantía jurisdiccional, tiene facultades suficientes para
decretar la medida que aparezca como más idónea o apta para asegurar
provisoriamente el derecho invocado” (Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Civil, sala C, “M., R. A.”, 06/06/2006).
Jurisprudencia Provincial

Requisitos: “Como es sabido, las medidas cautelares genéricas que refiere el art.
250 del CPCyC, supletorio, se encuentran sometidas a los principios generales
que se establecen en dicho digesto ritual para las medidas cautelares” (Cámara
del Trabajo, Sala 1º, sentencia nº 109 de fecha 29/06/2010, “Poderoso Francisco

19
Art. 232 del CPCN: “Fuera de los casos previstos en los artículos precedentes, quien tuviere
fundado motivo para temer que durante el tiempo anterior al reconocimiento judicial de su derecho,
éste pudiere sufrir un perjuicio inminente o irreparable podrá solicitar las medidas urgentes que,
según las circunstancias, fueren más aptas para asegurar provisionalmente el cumplimiento de la
sentencia”.
Antonio vs. Madera Lules SACIFIA s/ Indemnización por despido s/ incidente de
subasta -iniciado por el tercero adquirente-”).

2.- Embargo Preventivo.

El embargo preventivo constituye una medida cautelar en cuya virtud se


afectan e inmovilizan uno o varios bienes de quien es o ha de ser demandado en
un proceso de conocimiento o de ejecución, a fin de asegurar la eficacia práctica
de las sentencias que en tales procesos se dicten. Entre el embargo ejecutivo y el
preventivo median las siguientes diferencias: a) mientras el primero procede
solamente en el caso de demandarse el cobro de una suma de dinero, el segundo
se halla autorizado para asegurar el cumplimiento tanto de obligaciones de dar
sumas de dinero como de obligaciones consistentes en dar una cosa cierta y
determinada; b) si se trata de obligaciones de dar sumas de dinero, el embargo
ejecutivo, además, se halla condicionado al requisito de que tales sumas sean
líquidas o fácilmente liquidables y exigibles, en tanto que no constituye óbice para
el otorgamiento del embargo preventivo ni la iliquidez del crédito ni la circunstancia
de que éste se encuentre sujeto a condición o pendiente de plazo, siempre que,
en ambos casos, se demuestre la verosimilitud del derecho y, en el segundo,
además, la inminencia de un perjuicio para el acreedor; c) a diferencia del
embargo ejecutivo, el embargo preventivo siempre debe decretarse bajo la
responsabilidad y caución del solicitante.

El embargo preventivo procede en los siguientes casos:

1. Que el deudor no tenga domicilio en la República (conf. art. 209 inc.


1º del CPCN).

2. Que la existencia del crédito esté demostrada con instrumento


público o privado atribuido al deudor, abonada la firma por información sumaria de
dos testigos (conf. art. 209 inc. 2º del CPCN).

3. Que fundándose la acción en un contrato bilateral se justifique su


existencia en la misma forma del inciso anterior, debiendo en este caso probarse
además sumariamente el cumplimiento del contrato por parte del actor, salvo que
éste ofreciese cumplirlo o que su obligación fuese a plazo (conf. art. 209 inc. 3º del
CPCN).
4. Que la deuda esté justificada por libros de comercio llevados en
debida forma por el actor, o resulte de boleto de corredor de acuerdo con sus
libros, en los casos en que éstos puedan servir de prueba, o surja de la
certificación realizada por contador público nacional en el supuesto de factura
conformada (conf. art. 209 inc. 4º del CPCN).
5. Que aun estando la deuda sujeta a condición o plazo se acredite
sumariamente que el deudor trata de enajenar, ocultar o transporte sus bienes,
comprometiendo la garantía, o siempre que se justifique del mismo modo que por
cualquier causa ha disminuido apreciablemente la solvencia del deudor, después
de contraída la obligación (conf. art. 209 inc. 5º del CPCN).
6. El coheredero, el condómino o el socio, sobre los bienes de la
herencia, del condominio o de la sociedad, si acreditaren la verosimilitud del
derecho y el peligro en la demora (conf. art. 210 inc. 1º del CPCN).
7. El propietario o locatario principal del predios urbanos o rústicos,
haya o no contrato de arrendamiento, respecto de las cosas afectadas a los
privilegios que le reconoce la ley. Deberá acompañar a su petición el título de
propiedad o el contrato de locación o intimar al locatario para que formule
previamente las manifestaciones necesarias (conf. art. 210 inc. 2º del CPCN).
8. La persona a quien la ley reconoce privilegios sobre ciertos bienes
muebles o inmuebles, siempre que el crédito se justificare en la forma establecida
en el art. 209, inc. 2º (conf. art. 210 inc. 3º del CPCN).
9. La persona que haya de demandar por acción reivindicatoria, petición
de herencia, nulidad de testamento o simulación, respecto a la cosa demandada,
mientras dure el juicio, siempre que se presentaren documentos que hagan
verosímil la pretensión deducida (conf. art. 210 inc. 4º del CPCN).
10. Cuando se demandare el cumplimiento de un contrato de
compraventa, si el derecho fuese verosímil, el adquirente por solicitar el embargo
del bien objeto de aquél (conf. art. 211 del CPCN).
11. En el caso de rebeldía del demandado (conf. art. 212 inc. 1º del
CPCN).
12. Siempre que por confesión expresa o tácita derivada de la
incomparecencia del absolvente a la audiencia de posiciones o en el caso del art.
356, inc.1º, resultare verosímil el derecho alegado (conf. art. 212 inc. 2º del
CPCN).
13. Si quien lo solicita hubiese obtenido sentencia favorable, aunque
estuviere recurrida (conf. art. 212 inc. 3º del CPCN).

Por su parte, el CPCCT establece que procederá el embargo preventivo


cuando el peticionante justificara los extremos exigidos por el artículo 280
(verosimilitud del derecho y peligro en la demora), en la forma que se determina
por el artículo 284 del CPCT20.

En el régimen del CPCT se presume que concurren los extremos del


artículo 280 del CPCT (verosimilitud del derecho y peligro en la demora), salvo
prueba en contrario, en los siguientes casos:

1. Cuando el demandado se allane a la demanda o confiese hechos


que hagan presumir el derecho del peticionante; o cuando el actor obtenga
sentencia favorable, aún cuando sea apelada, o cuando el demandado estuviere
en rebeldía.

2. Cuando el deudor no tenga domicilio en la Provincia o cambie el


mismo fuera de ella.

20
Art. 284 del CPCCT: “Contracautela. Las medidas cautelares se proveerán bajo la
responsabilidad del solicitante, quien deberá dar caución por todas las costas, daños y perjuicios
que pudiera ocasionar, en caso de solicitarse en forma abusiva. Al proveer la medida, el tribunal
graduará la calidad y monto de la caución de acuerdo con la mayor o menor verosimilitud del
derecho y las circunstancias del caso, salvo que fundadamente estime que la simple caución
resultara suficiente. Podrá ofrecerse la garantía de instituciones bancarias o de personas de
acreditada responsabilidad económica. En cualquier estado del proceso, la parte contra quien se
hubiera hecho efectiva una medida cautelar podrá pedir que se mejore la caución probando
sumariamente que es insuficiente. El tribunal resolverá previo traslado a la otra parte”.
3. Cuando la existencia del crédito esté demostrada con instrumento
público o privado atribuido al deudor, abonada la firma, en este último caso, por
certificación de escribano como puesta en su presencia u otro medio fehaciente e
indubitable.

4. Cuando, fundándose la acción en un contrato bilateral, se justifique


su existencia en la misma forma del inciso anterior, debiendo, en este caso,
probarse además sumariamente el cumplimiento del contrato por parte del
peticionante, salvo que éste ofreciera cumplirlo o que su obligación fuera a plazo.

5. Cuando la deuda esté justificada por compulsa en estados contables


por contador público, o resulte de certificado de corredor conforme con sus libros o
surja de facturas conformadas, siempre que se reúnan los recaudos del Código de
Comercio y sus leyes complementarias y modificatorias.

6. Cuando, estando la deuda sujeta a condición, suspensión o


pendiente de plazo, el peticionante justifique sumariamente que el deudor trata de
enajenar, ocultar, transportar sus bienes, o justifique del mismo modo que, por
cualquier causa, ha disminuido notablemente la responsabilidad de su deudor
después de contraída la obligación.

7. Cuando lo solicite el propietario o locatario principal de predios


urbanos o rústicos, haya o no contrato de arrendamiento, respecto de las cosas
afectadas a los privilegios que le reconoce la ley, acompañando a su petición el
título de propiedad o el contrato de locación o intimando al locatario para que
formule las manifestaciones necesarias en el acto mismo de la notificación.

8. Cuando lo soliciten las personas a quienes la ley reconoce privilegios


sobre ciertos bienes muebles o inmuebles, respecto de ellos, siempre que el
crédito se justifique en la forma establecida en el inciso 3.

Procedimiento: lo dispuesto para el embargo en el juicio ejecutivo, se


aplicará al embargo preventivo en cuanto a la forma de llevarse a cabo su
cumplimiento y en lo demás que fuera compatible (conf. art. 293 del CPCCT).
Jurisprudencia Nacional

Supuestos de embargos: “El art. 209, inc. 5º del Cód. Procesal otorga la facultad
de solicitar embargo preventivo cuando se acredita: 1-la titularidad del crédito
sujeto a condición y 2-se demuestra sumariamente la disminución patrimonial del
deudor” (CNFed. Civil y Com., Sala II, 1998/09/24, La Ley, 1999-A, 378).
Supuestos de embargos: “Los supuestos contemplados en el art. 209 del Cód.
Procesal como idóneos para habilitar la traba de una medida cautelar, presuponen
la existencia de una relación entre las partes, de base convencional previa al
acatamiento del hecho que se reputa dañoso” (CNCiv., Sala E, 1998/09/24,
“Ismael vs. Torre”, La Ley, 1999-B, 782, 41.279-S).
Jurisprudencia Provincial

Presunción: “La solicitud de embargo preventivo efectuada por la actora debe


juzgarse a la luz de las disposiciones del Digesto Procesal. Este Digesto establece
en su art. 218 los presupuestos de toda medida cautelar, que deben justificarse
sumariamente, a saber: verosimilitud del derecho, peligro de frustración o razón de
urgencia de la medida. A su vez el art. 233 del CPCCT, inc. 1, apartado c),
establece la presunción de que estos requisitos concurren cuando la existencia del
crédito esté demostrada con instrumento público, salvo prueba en contrario (inciso
c). El Código Civil en su art. 979, inc. 5 establece que son instrumentos públicos
las cuentas sacadas de los libros fiscales, autorizadas por el encargado de
llevarlas. El análisis de este artículo e inciso, en su parte final, ‘lleva a interpretar la
actuación del Estado como persona de Derecho público, cobrando las rentas de la
Nación’, Código Civil y Normas Complementarias. Análisis Doctrinario y
Jurisprudencial, Bueres y Highton. Tomo 2 C, Editorial Hammurabi SRL, Bs. As.,
1999, pág. 10” (CCDL, Sala Iº, sentencia nº 407 de fecha 08/10/2013)

Secuestro Judicial: En sentido estricto, el secuestro es la medida


cautelar en cuya virtud se desapodera a una persona de un bien sobre el cual se
litiga o se ha de litigar, o de un documento necesario para deducir una pretensión
procesal. En sentido impropio también de llama secuestro cuando se alude al
depósito de las cosas embargadas en poder de un tercero.

El secuestro se diferencia del embargo, toda vez que mientras el


primero recae sobre cosas ciertas y determinadas acerca de las cuales existe o ha
de promoverse una controversia judicial, el segundo versa sobre cualquier bien
que se encuentre en el patrimonio del deudor y cuya eventual realización permitirá
satisfacer el crédito por el cual se procede. Ambas figuras difieren también en lo
que concierne a sus efectos, pues en tanto los bienes embargados pueden ser
usados por el deudor, si éste ha sido nombrado depositario, tal facultad no existe
en la hipótesis del secuestro, pues las cosas afectadas por la medida se ponen en
manos de un tercero.

El secuestro puede solicitarse como medida subsidiaria del embargo o


en forma autónoma.

El secuestro procede de los bienes muebles o semovientes, cuando el


embargo no asegurase por sí solo el derecho invocado por el solicitante, siempre
que se presenten instrumentos que hagan verosímil el derecho cuya efectividad se
quiere garantizar. Procederá asimismo, con igual condición, toda vez que sea
indispensable proveer a la guarda o conservación de cosas para asegurar el
resultado de la sentencia definitiva (conf. art. 221, 1º párr. del CPCN 21).

El juez designará depositario a la institución oficial o persona que mejor


convenga, fijará su remuneración y ordenará el inventario si fuese indispensable
(conf. art. 221, 2º párr. del CPCN).

El CPCT estatuye que procederá el secuestro de cosas muebles o


semovientes, o de títulos, acciones o documentos que sean objeto de litigio
cuando el embargo preventivo no bastara para asegurar el derecho del
peticionante, o cuando fuera necesario conservarlos para asegurar el resultado de
la sentencia o cuando lo prevean las leyes de fondo. Se decretará previa
justificación de los requisitos del Artículo 280 (art. 296).

A su vez, el art. 297 dispone que “Al ordenar el secuestro el juez


individualizará la cosa que haya de ser objeto de él y designará depositario de ella

21
Art. 221 del CPCN: “Procederá el secuestro de los bienes muebles o semovientes objeto del
juicio, cuando el embargo no asegurare por el derecho invocado por el solicitante, siempre que se
presenten instrumentos que hagan verosímil el derecho cuya efectividad se quiere garantizar.
Procederá, asimismo, con igual condición, toda vez que sea indispensable proveer a la guarda o
conservación de cosas para asegurar el resultado de la sentencia definitiva. El juez designará
depositario a la institución oficial o persona que mejor convenga; fijará su remuneración y ordenará
el inventario, si fuese indispensable”.
a un establecimiento público o a un particular de suficiente responsabilidad,
fijándosele la remuneración y la forma cómo deberá actuar con relación a la cosa
secuestrada”.

Jurisprudencia Nacional

Secuestro: “El secuestro de un bien procede en caso de ser indispensable proveer


la guarda o conservación de aquél para asegurar el resultado de la sentencia”
(CNCom., 1988/12/23, “Sándwich c/ Cuenca”, La Ley, 1999-B, 770, 41.231-S).
Jurisprudencia Provincial

Rebeldía: “Conforme a lo prescripto por el art. 190 del CPCC y tratándose el


presente de una acción de cumplimiento de contrato que tiene por objeto la
entrega in natura de los objetos materia de la misma, a la sazón los muebles
descriptos en las facturas de compra acompañadas con la demanda, el objeto de
la acción es claramente la entrega de dichos objetos, razón por la cual y en el
contexto de las circunstancias procesales de autos (rebeldía del demandado), no
aparece exagerada la cautelar peticionada (secuestro)” (CCCC, Sala IIº, sentencia
nº 190 de fecha 08/06/1994).

Inhibición General de Bienes: En todos los casos en que habiendo


lugar a embargo éste no pudiere hacerse efectivo por no conocerse bienes del
deudor o por no cubrir éstos el importe del crédito reclamado, podrá solicitarse
contra aquél inhibición general de vender o gravar sus bienes, la que se deberá
dejar sin efecto siempre que presentase a embargo bienes suficientes o diere
caución bastante. El que solicitare la inhibición deberá expresar el nombre,
apellido y domicilio del deudor, así como todo otro dato que pueda individualizar al
inhibido, sin perjuicio de los demás requisitos que impongan las leyes. La
inhibición solo surtirá efecto desde la fecha de su anotación, salvo para los casos
en que el dominio se hubiere transmitido con anterioridad, de acuerdo con lo
dispuesto en la legislación general. No concederá preferencia sobre las anotadas
con posterioridad (conf. art. 228 del CPCN22).

22
Art. 228 del CPCN: “En todos los casos en que habiendo lugar a embargo éste no pudiere
hacerse efectivo por no conocerse bienes del deudor, o por no cubrir éstos el importe del crédito
reclamado, podrá solicitarse contra aquél la inhibición general de vender o gravar sus bienes, la
que se deberá dejar sin efecto siempre que presentase a embargo bienes suficientes o diere
caución bastante. El que solicitare la inhibición deberá expresar el nombre, apellido y domicilio del
Se diferencia del embargo, en tanto éste último recae sobre uno o más
bienes del deudor, sean muebles o inmuebles, mientras la inhibición constituye
una medida cautelar que se traduce en la interdicción de vender o gravar cualquier
bien inmueble de que el deudor pueda ser propietario en el momento de anotarse
la medida, o que adquiera en lo sucesivo, pues los escribanos no pueden, sin
orden judicial, otorgar escrituras traslativas de dominio o de constitución de
derechos reales cuando surge, del certificado expedido por el Registro de la
Propiedad correspondiente, que existe anotada una inhibición respecto del titular
del dominio.

También se ha admitido la inhibición voluntaria, entendida como el


pacto conforme al cual una persona, a fin de garantizar el cumplimiento de un
contrato, contrae la obligación de no transmitir un bien determinado o aquéllos de
que sea o pueda ser propietario.

En el régimen del CPCT se determina que en todos los casos en que


habiendo lugar a embargo éste no pudiere hacerse efectivo por no conocerse
bienes del deudor, o por no cubrir éstos el importe del crédito reclamado, podrá
solicitarse contra aquél la inhibición general de vender o gravar bienes, la que se
deberá dejar sin efecto si presentase a embargo bienes suficientes o diere caución
suficiente. El que solicitare la inhibición deberá expresar el nombre, apellido y
domicilio del deudor, así como todo otro dato que pueda individualizar al inhibido,
sin perjuicio de los demás requisitos que impongan las leyes. La inhibición sólo
surtirá efecto desde la fecha de su anotación salvo para los casos en que el
dominio se hubiere transmitido con anterioridad, de acuerdo con lo dispuesto en la
legislación general (art. 302 del CPCCT).

Jurisprudencia Nacional

deudor, así como todo otro dato que pueda individualizar al inhibido, sin perjuicio de los demás
requisitos que impongan las leyes. La inhibición sólo surtirá efecto desde la fecha de su anotación
salvo para los casos en que el dominio se hubiere transmitido con anterioridad, de acuerdo con lo
dispuesto en la legislación general. No concederá preferencia sobre las anotadas con
posterioridad”.
Concepto: “La inhibición general de bienes constituye una medida precautoria de
índole condicional y subsidiaria que, frente a la falta de conocimiento de bienes
para embargo o su insuficiencia, tiene por finalidad esencial impedir la
movilización patrimonial de cualquier bien registrable de propiedad del deudor”
(Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contenciosoadministrativo Federal, sala I,
“AFIP-DGI 30002/11 c. S.A. La Nación”, 09/01/2012, LA LEY 03/04/2012 , 7).
Jurisprudencia Provincial

Características: “Si bien la inhibición general de bienes constituye una medida


cautelar que se traduce en la interdicción de vender o gravar, genéricamente,
cualquier cosa, inmueble o mueble registrable de que el deudor pueda ser
propietario en el momento de anotarse la medida o que adquiera con
posterioridad, la misma no acuerda prioridad alguna en el pago con respecto a
embargantes posteriores, por cuanto aquella medida, a diferencia del embargo, no
afecta ni individualiza ningún bien determinado y sólo tiende a impedir la
disposición de los bienes del deudor, por lo que la inhibición no genera
preeminencia alguna respecto de embargos o de cualquier medida cautelar de
fecha posterior; caso contrario no podrían tampoco anotarse embargos coactivos,
como ocurrió en la causa principal, con posterioridad a la anotación registral de la
medida de inhibición general de bienes. La jurisprudencia tiene dicho que:
‘Respecto de los efectos con relación a otros acreedores se ha resuelto que si la
inhibición inscripta no tiene preferencia sobre las anotadas con posterioridad, no
puede tenerla con otro derecho o medida cautelar’ (CNCom. Sala D, 4/4/75, L.L. t.
1.975-C, p.222). ‘De ello se deriva que la anotación de la inhibición general de
bienes inscripta en el registro público con anterioridad al embargo trabado, carece
de prioridad alguna. Recién luego de que el embargante o embargantes cobren su
crédito y en el caso de existir, remanente, luego de levantar todos los embargos
existentes, puede cobrar el inhibiente’ (CNCom. Sala G, 2/7/82, L.L. t. 1.982-D,
p.348)” (CSJT, sentencia nº 584 de fecha 27/10/1995).

Anotación de Litis: Es la medida cautelar que tiene por objeto


asegurar la publicidad de los procesos relativos a bienes inmuebles, para el
supuesto de que las sentencias que en ellos se dicten hayan de ser opuestas a
terceros adquirentes del bien litigioso o a cuyo favor se constituya un derecho real
sobre éste23.

23
Conf. PALACIO, Lino Enrique, Manual de Derecho Procesal Civil, 18º ed., Buenos Aires,
Abeledo-Perrot, 2004, pág. 797.
A diferencia del embargo preventivo, la anotación de la litis no impide la
libre disposición del bien, que puede ser gravado, o enajenado por el demandado.
Pero en la medida en que configura un modo de dar a conocer la existencia de un
litigio sobre aquél, descarta la posibilidad de que los terceros que se encuentren
en alguna de las mencionadas condiciones puedan ampararse en la presunción de
buena fe que, como principio general, establece el art. 2362 Cód. Civil.

Procederá la anotación de litis cuando se dedujere una pretensión que


pudiere tener como consecuencia la modificación de una inscripción en el registro
correspondiente y el derecho fuese verosímil. Cuando la demanda hubiere sido
desestimada, esta medida se extinguirá con la terminación del juicio. Si la
demanda hubiese sido admitida se mantendrá hasta que la sentencia haya sido
cumplida (conf. art. 229 del CPCN24).

El CPCT expresa que procederá la anotación preventiva de la litis


cuando se ejerzan acciones que tengan por objeto la propiedad o la constitución,
modificación o extinción de derechos reales sobre inmuebles u otros bienes que
exijan registro de dominio. Procederá también en las acciones personales cuando
la sentencia a dictarse en ellas pueda dar lugar a una modificación en la anotación
de un bien en el registro (art. 303). Asimismo, el art. 304 del CPCCT dispone que
“En el primer caso, la anotación se ordenará con la sola petición que se formule en
el escrito de demanda. En el segundo caso, deberá procederse como se indica en
el Artículo 280”, es decir, se deberá acreditar rigurosamente la configuración de
los supuestos de verosimilitud del derecho y peligro en la demora.

Jurisprudencia Nacional

Supuestos: “La anotación preventiva de litis con relación a un inmueble que será
objeto de una acción de simulación de venta debe admitirse, siempre que se
encuentre en cabeza de quien va a ser demandado y previa caución juratoria,

24
Art. 229 del CPCN: “Procederá la anotación de litis cuando se dedujere una pretensión que
pudiere tener como consecuencia la modificación de una inscripción en el Registro correspondiente
y el derecho fuere verosímil. Cuando la demanda hubiere sido desestimada, esta medida se
extinguirá con la terminación del juicio. Si la demanda hubiese sido admitida, se mantendrá hasta
que la sentencia haya sido cumplida”.
pues los elementos de juicio incorporados resultan suficientes para acreditar prima
facie la verosimilitud del derecho invocado” (Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Civil, sala E, “Contreras Ledesma, Facundo Gustavo c. Varela, Alberto
Diógenes”, 22/03/2013, LA LEY 13/08/2013, 4).

Jurisprudencia Provincial

Concepto: “Sabido es que la anotación de litis es una medida cautelar que tiene
por objeto asegurar la publicidad de los procesos relativos a bienes inmuebles o
muebles registrables, para que las sentencias que en ellos se pronuncien puedan
ser opuestas a terceros adquirentes del bien litigioso o a cuyo favor se constituye
un derecho real. No impide la transferencia del bien afectado a ella, pero permite
que su adquirente esté informado de la existencia del juicio y de la naturaleza del
mismo; por ello no podrá luego, si quien pidió la medida triunfa, ampararse en la
presunción de buena fe. En la especie, la anotación de litis se registró con
anterioridad al embargo. De allí que es aplicable el criterio jurisprudencial que
predica que ‘si el boleto ha tenido acceso registral, el embargante posterior no
puede pretender mejor derecho que el adquirente pues lo cierto es que su
prioridad surge de un registro que, al mismo tiempo, le está publicitando la nueva
situación jurídica que tiene el inmueble (cfr. García Conti, Raúl, ‘Oponibilidad
inscriptiva de los boletos de compraventa’, Revista del Notariado, núm. 829, 1990,
p. 212)’ (SCMendoza, 6/12/91, ‘Ongaro de Minni y otros’, LL 1992-B-159)” (CSJT,
sentencia nº 617 de fecha 23/08/1999).

Intervención y administración Judicial.

La intervención judicial es una medida cautelar en cuya virtud una


persona designada por el juez, en calidad de auxiliar externo de éste, interfiere en
la actividad económica de una persona física o jurídica, sea para asegurar la
ejecución forzada o para impedir que se produzcan alteraciones en el estado de
los bienes25.

Dentro de la primera (aseguramiento de ejecución forzada) se


encuentra ubicada la especie más simple de la intervención judicial, que es

25
Conf. PALACIO, Lino Enrique, Manual de Derecho Procesal Civil, 18º ed., Buenos Aires,
Abeledo-Perrot, 2004, pág. 791.
aquella que se dispone con el único objeto de que el interventor haga efectivo un
embargo ya decretado (interventor recaudador). La segunda (mantenimiento de
una situación de hecho, corresponde distinguir dos especies: a) interventor
fiscalizador, cuyas funciones se limitan a controlar la administración de una
sociedad o asociación; b) administración judicial que consiste en que el interventor
debe desplazar al administrador de la correspondiente entidad, asumiendo
facultades de dirección y gobierno en sustitución de aquél.

Según el CPCN, además de las medidas cautelares de intervención o


administración judicial autorizadas por las leyes sustanciales, que quedan sujetas
al régimen establecido por ellas, podrán disponerse las que se regulan a
continuación26:

Interventor recaudador: a pedido de acreedor y a falta de otra medida


cautelar eficaz o como complemento de la dispuesta, podrá designarse a un
interventor recaudador, si aquella debiere recaer sobre bienes productores de
rentas o frutos. Su función se limitará exclusivamente a la recaudación de la parte
embargada, sin injerencia alguna en la administración. El juez determinará el
monto de la recaudación que no podrá exceder del (50%) cincuenta por ciento de
las entradas brutas; su importe deberá ser depositado a la orden del juzgado
dentro del plazo que éste determine (conf. art. 223 del CPCN).

Interventor informante: de oficio o a petición de parte, el juez podrá


designar un interventor informante para que dé noticias acerca del estado de los
bienes objeto del juicio o de las operaciones o actividades, con la periodicidad que
se establezca en la providencia que lo designe (conf. art. 224 del CPCN).

En el régimen nacional sobre la intervención judicial se contemplan


algunas disposiciones comunes a toda clase de intervención, cualquiera sea la
fuente legal de la intervención judicial y en cuanto fuere compatible con la
regulación respectiva, las que se mencionan a continuación:

26
Conf. art. 222 del CPCN.
1. El juez apreciará su procedencia con criterio restrictivo; la resolución
será dictada en la forma prescripta en el artículo 161del CPCN27 (conf. art. 225 inc.
1º del CPCN).

2. La designación recaerá en persona que posea los conocimientos


necesarios para desempeñarse atendiendo a la naturaleza de los bienes o
actividades en que intervendrá será en su caso persona ajena a la sociedad o
asociación intervenida (conf. art. 225 inc. 2º del CPCN).
3. La providencia que designe al interventor determinará la misión que
debe cumplir y el plazo de duración sólo podrá prorrogarse por resolución fundada
(conf. art. 225 inc. 3º del CPCN).
4. La contracautela se fijará teniendo en consideración la clase de
intervención los perjuicios que pudiere irrogar y las costas (conf. art. 225 inc. 4º
del CPCN).
5. Los gastos extraordinarios serán autorizados por el juez previo
traslado a las partes, salvo cuando la demora pudiere ocasionar perjuicios; en este
caso, el interventor deberá informar al juzgador dentro del tercer día de realizados
(conf. art. 225 inc. 5º del CPCN).
6. El nombramiento de auxiliares requiere siempre autorización previa
del juzgado (conf. art. 225, in fine, del CPCN).

Por su parte, el CPCT establece que cuando la medida cautelar deba


recaer sobre el producido de establecimientos comerciales, empresas industriales
o explotaciones agrícolas o, en general, sobre rentas, frutos o productos, podrá
decretarse a pedido de parte interesada la intervención del negocio, empresa o
explotación, acreditándose los requisitos del Artículo 280 (es decir, se deberá
acreditar rigurosamente la configuración de los supuestos de verosimilitud del

27
Art. 161 del CPCN: “Las sentencias interlocutorias resuelven cuestiones que requieren
sustanciación, planteadas durante el curso del proceso. Además de los requisitos enunciados en el
artículo anterior, deberán contener: 1) Los fundamentos. 2) La decisión expresa, positiva y precisa
de las cuestiones planteadas. 3) El pronunciamiento sobre costas”.
derecho y peligro en la demora). Esta medida podrá decretarse también en caso
de condominio o de sociedad (art. 298)

A su vez, el CPCCT también dispone que el Tribunal establecerá las


facultades del interventor, restringiéndolas a las estrictamente necesarias para el
cumplimiento de los fines que con la medida se proponga. Sin perjuicio de otras
medidas estimadas convenientes, podrá disponer que el interventor recaude un
porcentaje de las entradas o frutos que se determinen y lo deposite a la orden del
juzgado, o en el lugar apropiado según la naturaleza de los bienes. Podrá también
designar un interventor informante para que dé noticia acerca del estado de los
bienes objeto del juicio o de las operaciones o actividades, con la periodicidad
establecida en la resolución que lo designe (art. 299).

Por su parte, el art. 300 del CPCCT dispone que “Cuando fuera
necesario sustituir la administración del negocio, empresa, explotación, sociedad o
condominio, por desavenencias entre sus responsables o componentes, que
impidan su normal desenvolvimiento, o por circunstancias que, a criterio del
tribunal, demuestren la inconveniencia de la actual administración, podrá a pedido
de parte interesada designar un administrador judicial en persona idónea, de
suficiente responsabilidad, a quien señalará sus facultades y deberes. Los hechos
que fundamenten el pedido deberán justificarse en la forma determinada en el
Artículo 280. Cuando las medidas cautelares de intervención o administración
judicial estén autorizadas por las leyes sustanciales, quedan sujetas al régimen
establecido por ellas”.

También existen disposiciones comunes a toda clase de intervención,


las que se identifican en el art. 301, señalando que “Cualquiera sea la fuente legal
de la intervención judicial y en cuanto fuera compatible con la respectiva
regulación, son comunes a toda clase de intervención las siguientes pautas:

1. El Tribunal apreciará su procedencia con criterio restrictivo.


2. La resolución que designe al interventor determinará la misión que
debe cumplir y el plazo de duración, que sólo podrá prorrogarse por resolución
fundada.

3. La contracautela se fijará teniendo en consideración la clase de


intervención, los perjuicios que pudiera irrogar y las costas.

4. Los gastos extraordinarios serán autorizados por el Tribunal previa


vista a las partes, salvo cuando la demora pudiera ocasionar perjuicios. En este
caso, el interventor deberá informar al juez dentro del tercer día de realizados. Los
nombramientos de auxiliares requerirán siempre autorización previa del juzgado.
El interventoradministrador sólo podrá retener fondos o disponer de ellos con el
objeto de pagar los gastos de la administración normal.

5. El interventor que no cumpliera eficazmente su cometido podrá ser


removido de oficio; si mediara pedido de parte, se dará traslado a las demás y al
interventor.

6. El interventor sólo percibirá los honorarios a que tuviera derecho una


vez aprobado judicialmente el informe final de su gestión. Si su actuación debiera
prolongarse durante un plazo que a criterio del tribunal justificara el pago de
anticipos, previa vista a las partes, se fijarán estos en adecuada proporción al
eventual importe total de sus honorarios. Para la regulación del honorario definitivo
se atenderá a la naturaleza y modalidades de la intervención, al monto de las
utilidades realizadas, a la importancia y eficacia de la gestión, a la responsabilidad
en ella comprometida, al lapso de la actuación, a las demás circunstancias del
caso y a las leyes profesionales cuando correspondiere.

Jurisprudencia Nacional

Auxiliares: “Los interventores se desempeñan como auxiliares de la justicia y su


actuación debe cumplirse en interés de ambas partes, con prescindencia del
resultado final del pleito y con independencia del curso de las costas” (Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Comercial, Sala A, “Rodríguez, Adriana vs. Boveda,
Carlos”, 14/05/1999, La Ley 1999-E, 513).
Jurisprudencia Provincial

Facultades: “Si el interventor veedor tiene o tuvo dificultades para cumplir su


cometido, el mismo dispone de todos los resortes legales para llevar a cabo la
gestión encomendada, incluso el uso de la fuerza pública, astreintes, etc., con
previa autorización judicial” (Cámara Civil y Comercial Común, Sala 1º, sentencia
nº 406, 28/12/1994, “Rodríguez Francisco Manuel vs. Garay Herrero Mercedes s/
Disolución y Liquidación de Sociedad de Hecho -Incidente-”).
Interpretación: “La cautelar en cuestión – intervención societaria - es una medida
accesoria que requiere como recaudo previo para su procedencia –entre otros- ,
que se haya promovido la acción destinada a obtener la remoción del órgano de
administración de la sociedad (LSC art. 114), exigencia que en el caso está
satisfecha. Desde una perspectiva general, diremos que la cautelar de
intervención societaria se ordena al interés social objetivo, pues la aludida medida
–en cualquiera de las formas previstas legalmente- es un instituto de
características singulares , erigiéndose como excepción, al cual puede recurrirse
una vez agotadas todas las posibles instancias para conjurar el peligro potencial
que provendría de acciones u omisiones. De lo anteriormente expuesto, puedo
colegir que prima el criterio restrictivo de otorgamiento de la medida, porque la
intervención no puede importar una injustificada intromisión o interferencia en los
negocios de la sociedad (en igual sentido, CN Com., Sala B, in re: ‘González,
Carlos Alberto y o. c/ Propulsora Industrial San Luis S.A. y o. s/ Medidas
Cautelares’ del 17..2.99 y antecedentes allí citados). Tal criterio restrictivo está
impuesto por la ley. El carácter excepcional y restrictivo que caracteriza la
adopción de una intervención judicial, impone al peticionante la carga e generar en
el Tribunal la convicción acerca de la existencia de peligro para la sociedad que
justifique la designación del interventor, habida cuenta la intromisión en la
estructura administrativa de aquella que sea decisión importa, que puede ser
susceptible de causar mayores perjuicios a la sociedad de los que se pretenden
evitar (Conf. CNCom., Sala A, 4-10-2001, ‘Valdez Alberto c. Nuevo Balcarce S.A. y
otros s/medida precautoria’ – Horacio Roitman, ‘Ley de Sociedades Comerciales
Comentada y Anotada’, Tomo III, pág. 421)” (Cámara de Feria Civil, del Trabajo,
Cont. Adm., Doc. y Loc. y Flia y Suc., sentencia nº 6 de fecha 10/01/2014).

Prohibición de innovar y de contratar.

La prohibición de innovar es una medida en cuya virtud se ordena a una


de las partes que se abstenga de alterar, mientras dure el proceso, la situación de
hecho o de derecho existente en un momento determinado. Su basamento
constitucional consiste en garantizar la defensa en juicio y la igualdad ante la ley28.

Conforme el artículo 230 del CPCN, las medidas cautelares de


prohibición de innovar y de contratar pueden decretarse en toda clase de juicio,
siempre que:

1. El derecho fuere verosímil.


2. Existiere el peligro de que si se mantuviera o alterara en su caso, la
situación de hecho o de derecho, la modificación pudiera influir en la sentencia o
convirtiera su ejecución en ineficaz o imposible.
3. La cautela no pudiere obtenerse por otra medida cautelar.

Para Lino Enrique Palacio la medida también es admisible para impedir


la alteración de un estado de hecho existente con anterioridad y que el juez
ordena restablecer luego de iniciado el proceso. En la doctrina, Jorge Walter
Peyrano propicia el tratamiento autónomo, bajo la denominación de medida
innovativa.

Por su parte, con relación a la medida cautelar de prohibición de


contratar, corresponde señalar que cuando por ley o contrato o para asegurar la
ejecución forzada de los bienes objeto del juicio, procediese la prohibición de
contratar sobre determinados bienes, el juez ordenará la medida. Individualizará lo
que sea objeto de la prohibición, disponiendo se inscriba en los registros
correspondientes y se notifique a los interesados y a los terceros que mencione el
solicitante. La medida quedará sin efecto si quien la obtuvo no dedujere la
demanda dentro del plazo de CINCO (5) días de haber sido dispuesta, y en
cualquier momento en que se demuestre su improcedencia (conf. art. 231 del
CPCN).

28
Conf. PALACIO, Lino Enrique, Manual de Derecho Procesal Civil, 18º ed., Buenos Aires,
Abeledo-Perrot, 2004, pág. 798.
En el marco de la Provincia de Tucumán, el art. 305 del CPCCT
dispone que “A pedido de parte o de oficio, el tribunal podrá ordenar que
cualquiera de las partes o ambas se abstengan de modificar el estado de hecho o
de derecho existente en el momento de pedirse la medida”. A su vez, agrega que
cuando se encuentren cumplidos los requisitos de verosimilitud del derecho y el
peligro en la demora “procederá en toda clase de juicios ya iniciados y en
cualquier estado de la causa, aún después de la sentencia y en grado de
apelación, y podrá ser dejada sin efecto en cualquier momento, cuando el tribunal
lo estime conveniente en atención a las circunstancias” (art. 306).

Jurisprudencia Nacional

Aplicación en supuestos de ejecuciones: “La prohibición de innovar tendiente a


que la Provincia de Provincia de Río Negro se abstenga de ejecutar o de exigir a
la accionante el pago de las tarifas implementadas en la resolución SH 3/2012 de
la Secretaría de Hidrocarburos del Ministerio de Producción local para el ingreso
de hidrocarburos en el territorio provincial y la solicitud de fiscalización previo al
ingreso del producto, es procedente, pues resultan acreditados, prima facie los
presupuestos de admisibilidad previstos en el art. 230 del Cód. Procesal”
(Corte Suprema de Justicia de la Nación, “Petroquímica Comodoro Rivadavia S.A
c. Provincia de Río Negro s/ acción declarativa de inconstitucionalidad”,
18/02/2014).

Jurisprudencia Provincial

Finalidad: “La medida cautelar de no innovar responde al principio de igualdad de


las partes en el proceso y tiene por objeto el mantenimiento o la inalterabilidad de
la situación existente al tiempo de ser dictada, con relación a las cosas sobre las
que versa el litigio. Su finalidad conservatoria impone la obligación de no hacer o
de no modificar el estado material o jurídico del objeto del litigio, evitando
destrucción, cambio de ocupantes, locaciones, arrendamientos, etc. que tornen la
sentencia de cumplimiento imposible y el derecho reconocido en la misma se torne
ilusorio” (Cámara Civil y Comercial Común, Sala 2º, Sentencia nº 223, de fecha
15/05/2013).

Medidas Cautelares sobre las personas.


Los arts. 234 a 237 del CPCN regulan una medida cautelar dirigida a la
protección de ciertas personas expuestas a peligros o amenazas sobre su
integridad física o moral o sobre su libertad de determinarse en un asunto de
orden privado.

En ese sentido se destaca que podrá decretarse la guarda: 1) De


incapaces mayores de dieciocho (18) años de edad abandonados o sin
representantes legales o cuando éstos estuvieren impedidos de ejercer sus
funciones; 2) De incapaces mayores de dieciocho (18) años de edad que están en
pleito con sus representantes legales, en el que se controvierta su curatela (conf.
art. 234 del CPCN, sustituido por art. 74 de la Ley N° 26.061 -B.O. 26/10/2005-).
En estos supuestos la petición podrá ser deducida por cualquier persona, y
formulada verbalmente ante el asesor de menores e incapaces, en cuyo caso se
labrará acta con las menciones pertinentes, la que será remitida al juzgado que
corresponda (conf. art. 236 del CPCN, sustituido por art. 75 de la Ley N° 26.061 -
B.O. 26/10/2005-).

Será competente para decretar la guarda el juez del domicilio de la


persona que haya de ser amparada. La medida debe disponerse con intervención
del asesor de menores e incapaces. Se resolverá provisionalmente y sin más
trámite cuando existiere urgencias o circunstancias graves (conf. art. 235 del
CPCN).

Al disponer la medida, el juez debe ordenar que se entreguen a la


persona a favor de quien ha sido ordenada, las ropas, útiles y muebles de su uso y
profesión. Debe disponer además, que se le provea alimentos por el plazo de
treinta días, a cuyo vencimiento quedarán sin efecto si no se iniciase el juicio
correspondiente. La suma se fija prudencialmente por el juez, previa vista a quien
deba pagarlos y sin otro trámite (conf. art. 237 del CPCN).

Jurisprudencia Nacional

Requisitos: “Debe confirmarse la resolución que dispuso, como medida cautelar,


la suspensión del régimen de visitas acordado al padre y la prohibición de contacto
y acercamiento entre éste y los hijos menores, dada la grave conflictividad familiar
y a fin de preservarlas, pues si bien por el momento no existen elementos
concretos que generen la convicción sobre lo realmente sucedido, tampoco
existen garantías sobre la ausencia de riesgos para los menores” (Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala M, “G., C. c. B., H. A.”, 08/05/2007,
DJ 2007-III , 1212).

Jurisprudencia Provincial

Si bien el juez no admite el divorcio por causal subjetiva por falta de pruebas; ello
no obsta para que proceda la cautelar, que es una medida provisoria, que como
Lino Palacio lo expresa en su obra ‘Derecho Procesal Civil, Procesos Cautelares y
Voluntarios’ Tomo VIII, Pág 253, se regula: ‘...como arbitrio orientado a la
protección provisional de ciertas personas expuestas a amenazas o peligros sobre
su integridad física o moral...’; a diferencia de la sentencia de divorcio vincular, que
causa estado. En efecto, nos encontramos frente a personas de la tercera edad,
que deben convivir para asistirse, colaborarse y prestar ayuda mutua, quebrado
estos principios es procedente la exclusión de uno del hogar, teniendo en cuenta
sobre todo que la actora es una persona mayor de 78 años, enferma, que padece
diabetes y que tiene un ACV conforme surge del certificado médico” (Cámara Civil
en Familia y Sucesiones, Sala 1º, sentencia nº 21 de fecha 17/02/2011).
Concepto: “La medida es de protección de persona, que al decir de Podetti es
sustraer a una persona de un lugar o ambiente pernicioso o donde corre peligro
físico o moral o donde carezca de la necesaria libertad física o de determinación.
Esta medida como cautelar que es, tiene los requisitos de admisibilidad que le son
comunes a todas las cautelares, verosimilitud del derecho y provisoriedad de la
mismas” (Cámara Civil en Familia y Sucesiones, Sala 1º, sentencia nº 383 de
fecha 18/10/2013).

3.- Tutela preventiva urgente: Medidas autosatisfactivas y tutela


anticipada.

Tutela preventiva urgente: Frente al objetivo de alcanzar la tutela


judicial efectiva de los derechos de las personas y la insuficiencia que frente a
algunos supuestos de hecho presentan la tradicionales medidas cautelares (y sus
rasgos esenciales), han aparecido paulatinamente “figuras procesales” que si bien
presentan vínculos o nexos con las tradicionales medidas cautelares, también
exhiben rasgos distintos (que en algunos casos parecen oponerse incluso a los
que presentan aquellas). Esto ha dado lugar a que comiencen a delinearse (en
forma pretoriana, pero en algunos casos reflejados en distintas normas procesales
del país) institutos procesales afines a los procesos cautelares pero con rasgos
autónomos. Lo cierto es que a pesar de los distintos enfoques que surgen sobre
los mismos, nos permitimos realizar una breve explicación sobre sus rasgos más
salientes.

Medida Innovativa: tiene como objetivo alterar el estado de hecho o de


derecho existente antes de la petición de su dictado. Su alcance es diferente a la
medida cautelar de no innovar, dado que esta última tiene por objetivo evitar una
modificación del estado de hecho o de derecho durante el proceso, es decir, que
no se haga lo que todavía no se hizo.

En la medida innovativa el juez dispone que se modifique la situación


existente, es decir, a diferencia de las medidas de no innovar, se ordena sin que
medie sentencia firme, que alguien haga o deje de hacer algo en sentido contrario
al representado por la situación existente. Esto puede implicar también que sea
menester que se disponga la generación de una nueva situación distinta a
cualquier otra preexistente.

La medida innovativa siempre es dictada en una instancia accesoria


vinculada a un proceso principal, debiéndose encontrar un vínculo entre la
pretensión de la medida innovativa y la pretensión principal.

Tutela anticipada: Ya sea como una especie dentro de las medidas


innovativas o como una entidad autónoma (de acuerdo a cada autor), no puede
desconocerse la existencia de las medidas de tutela anticipada, esta implica el
anticipo del juicio de mérito. Es decir, el juez debe formular un pronóstico
(provisorio, por cierto) acerca de cual será el desenlace de la causa y procede a
conceder en forma anticipada (en forma previa a la sentencia) todo o parte de la
pretensión principal que probablemente distribuirá más tarde la sentencia de
mérito. De tal modo, se evita que el decurso del tiempo (inevitable para sustanciar
un juicio) se transforme en un enemigo de una real y eficiente tutela de los
derechos.
Las medidas de tutela anticipada también deben ser dictadas en una
instancia accesoria vinculada a un proceso principal, debiéndose encontrar
coincidencia en todo o en parte entre la pretensión de la medida de tutela
anticipada y la pretensión principal. La tutela anticipada suele distinguirse de las
medidas cautelares despachables "inaudita parte", porque como principio, la
solicitud se bilateraliza (sea por la vía del traslado o de la celebración de
audiencia). Estas medidas han encontrado un reconocimiento expreso por parte
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, donde se destacan los precedentes
“Camacho Acosta”29 y “Pardo”30.

Respecto de las medidas de tutela anticipada debemos destacar que el


nuevo CPCCT contempla una regulación concreta de esta figura. En primer lugar
señala que, sin que configure prejuzgamiento, el tribunal podrá, a requerimiento
fundado de parte y de manera excepcional, anticipar parcial o totalmente los
efectos de la tutela pretendida en la demanda o en la reconvención. El tribunal
puede disponer medidas provisionales que consistan en la actuación anticipada de
lo que decidiría en la sentencia definitiva, sea total o parcialmente, siempre que los
efectos de la decisión puedan ser de posible reversión y no afecten el interés
público. El tribunal podrá adoptar las medidas provisionales que juzgue adecuadas
o anticipar la realización de determinadas diligencias, para evitar que se cause a la
parte, antes de la sentencia, un daño irreparable o de difícil reparación (art. 310).

A su vez, el CPCCT regula -en el art. 311- como requisitos para el


progreso de las medidas de tutela anticipada las siguientes:

1. Convicción del juzgador suficiente sobre la probabilidad del derecho


cuya tutela se solicita.

29
Corte Suprema de Justicia de la Nación, “Pardo, Héctor Paulino y otro c/ Di Césare, Luis Alberto
y otro s/ art. 250 del C.P.C.”, sentencia de fecha 00/12/2011, Fallos 334:1691.
30
Corte Suprema de Justicia de la Nación, “Camacho Acosta, Maximino vs. Grafo Graf S.R.L. y
otros”, de fecha 07/08/1997, Las Ley 1997-E, 653, Fallos 320:1633.
2. Urgencia de la medida en tal grado que de no ser adoptada de
inmediato cause al peticionante la frustración del derecho o una lesión grave o de
difícil reparación

3. Reversibilidad de los efectos de la medida anticipada si la sentencia


definitiva resultare contraria a la acción del requirente.

4. Otorgamiento de caución suficiente.

También se contempla que no será necesario acreditar urgencia o


peligro de daño para ordenar la anticipación de tutela cuando surgiere de la
conducta de las partes durante el proceso la probabilidad del derecho alegado, y
especialmente cuando: 1. Se produjere un reconocimiento expreso o tácito,
derivado del incumplimiento de cargas o deberes procesales de la parte
demandada. 2. El demandado debidamente citado no compareciere o abandonara
el proceso. 3. El demandado abusare del derecho de defensa o fuere manifiesto
su propósito dilatorio del proceso (art. 312).

Respecto del procedimiento de las medidas de tutela anticipada, el art.


313 del CPCCT dispone que “Solicitada la tutela anticipada, el tribunal designará
una audiencia con carácter urgente, a la que serán citadas las partes interesadas
y se celebrará con quienes comparezcan. Concluida la audiencia, resolverá sin
otra sustanciación”. Luego se especifica que la tutela anticipada podrá ser
revocada o modificada al tiempo de la sentencia, o durante el proceso si
cambiaren las condiciones tenidas en cuenta para concederla (art. 314).

Finalmente el CPCCT dispone que “El régimen de cumplimiento y de


recursos será el establecido para la ejecución provisional de la sentencia.
Concedida o no la tutela el proceso proseguirá hasta su finalización” (art. 315).

Medidas autosatisfactivas: Se las definió como una solución urgente no


cautelar, que procura aportar una respuesta jurisdiccional adecuada a una
situación que reclama una pronta y expedita intervención del órgano jurisdiccional.
La medida autosatisfactiva está ideada de modo que genera un proceso
autónomo y principal, que se agota en sí mismo, que no requiere la promoción de
otro posterior, es decir, no depende de la interposición coetánea o ulterior de una
pretensión principal. Se la denomina medida autosatisfactiva porque a través de
este proceso se puede obtener la satisfacción plena de una pretensión sin
necesidad de recurrir a otra vía procesal posterior.

Generalmente se exige para su dictado, el riesgo de un perjuicio de


difícil o imposible reparación, así como la fuerte probabilidad del derecho del
peticionante, dado que pueden ser dictadas inaudita parte, sin perjuicio de su
impugnabilidad posterior por quien es afectado por la misma.

El nuevo CPCCT también regula la tutela autosatisfactiva, disponiendo


que, para la procedencia de la tutela autosatisfactiva el peticionante deberá
acreditar sumariamente: 1. La necesidad de satisfacer una obligación
incondicionada impuesta por ley, o hacer cesar de inmediato conductas o vías de
hecho producidas o inminentes, contrarias a derecho según la legislación de
fondo. 2. Un interés razonable en la prevención de un daño o de una conducta
contraria a derecho, ofreciendo toda la prueba sobre la probabilidad del daño, su
continuación o agravamiento o bien de la conducta ilícita que se describe. 3. Que
su interés se limita a obtener una solución de urgencia que no se extiende a la
declaración judicial de derechos conexos o afines. 4. Que la tutela autosatisfactiva
no depende de un proceso principal. La demanda deberá cumplir, en lo pertinente,
con lo dispuesto en los Artículos 417 y 418 (art. 471)

Respecto del procedimiento, el CPCCT dispone que el juez previo a


pronunciar la resolución deberá oír a la contraparte en audiencia a fijarse en un
plazo no superior a cinco (5) días de solicitada la tutela. Con la notificación de la
audiencia se correrá traslado de la demanda. La resolución definitiva deberá
dictarse al concluir la audiencia. Excepcionalmente, por razones especiales de
urgencia prudencialmente apreciadas por el juez, se podrá ordenar
provisionalmente la tutela autosatisfactiva en forma previa a su sustanciación. Lo
resuelto no configurará prejuzgamiento. El rechazo de la tutela autosatisfactiva no
obsta al derecho a peticionar su reconocimiento en otro tipo de proceso (art. 472).

Sin perjuicio de lo anterior “El juez o Tribunal para ordenar la medida


podrá exigir a la parte solicitante que preste caución suficiente, valorando
motivadamente las circunstancias del caso. Se podrán fijar límites temporales a
las medidas que se concedan, y disponer a solicitud de parte su prórroga” (art.
473).

Finalmente, respecto de la impugnación, el CPCCT dispone que “La


sentencia podrá ser impugnada por alguna de las siguientes vías: 1. Recurso de
apelación que será concedido sin efecto suspensivo. 2. Juicio sumario de
oposición a la medida, que podrá contener la reclamación de daños y perjuicios. El
juicio deberá promoverse dentro del plazo de treinta (30) días de notificada la
resolución definitiva, no impedirá el cumplimiento de la decisión judicial impugnada
y será competente el mismo juez que intervino en el proceso de tutela
autosatisfactiva. Elegida una vía se perderá la posibilidad de hacer valer la otra.
No impugnada en tiempo y forma por ninguna de las vías previstas en este
artículo, la sentencia adquirirá el valor de cosa juzgada” (art. 474).

Jurisprudencia Nacional
Madida innovativa. Rasgos: “La medida cautelar innovativa es una decisión
excepcional, pues, altera el estado de hecho o de derecho existente al tiempo de
su dictado. Como configura un anticipo de jurisdicción favorable respecto del fallo
final de la causa, resulta justificada una mayor prudencia en la apreciación de los
recaudos que hacen a su admisión” “Es de la esencia de las medidas cautelares
innovativas enfocar sus proyecciones -en tanto dure el litigio- sobre el fondo de la
controversia, ya sea para impedir un acto o para llevarlo a cabo. Tales medidas
están orientadas a evitar la producción de perjuicios que se podrían producir en
caso de inactividad del magistrado, tornándose de muy dificultosa o imposible
reparación en la oportunidad del pronunciamiento de la sentencia definitiva” “El
anticipo de jurisdicción en el examen de las medidas cautelares innovativas no
importa una decisión definitiva sobre la pretensión concreta del actor. Lleva ínsita
una evaluación del peligro de permanencia en la situación actual a fin de habilitar
una resolución que concilie -según el grado de verosimilitud- los probados
intereses de aquél y el derecho constitucional de defensa del demandado” (CSJN,
“Camacho Acosta, Maximino vs. Grafo Graf S.R.L.y otros”, 07/08/1997, La Ley
1997-E, 653, Fallos 320:1633).
Enfoque constitucional: “No pudo pasar desapercibido para la cámara, dada la
interrelación que existe entre los requisitos de admisibilidad, la relevancia que en
este tipo de medidas adquiría la gravedad del cuadro de salud que presentaba la
joven, ni los daños irreparables que se producirían de mantenerse la situación de
hecho existente hasta el dictado de la sentencia, habida cuenta del cuidado que
los jueces deben poner en la consideración de las cuestiones sometidas a su
conocimiento, en especial cuando el anticipo de jurisdicción solicitado tiende a
remediar un agravio a la integridad de la persona, tutelada por la Convención
Americana sobre los Derechos Humanos y por la Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad (art. 5.1 y arts. 10, 17 y 25, respectivamente;
arg. Fallos: 320:1633, considerando 9°)” (CSJN, “Pardo, Héctor Paulino y otro c/ Di
Césare, Luis Alberto y otro s/ art. 250 del C.P.C.”, sentencia de fecha 00/12/2011,
Fallos 334:1691).
Jurisprudencia Provincial

Se conceptúa la ‘tutela anticipatoria’ como ‘es una tutela diferenciada de urgencia


que, con base a una cognición sumaria (juicio gnoseológico de posible)y llenado
los requisitos de procedencia, satisface anticipadamente al requirente, otorgándole
una atribución o utilidad que pudiera probablemente obtener en la sentencia futura
con autoridad d cosa juzgada material’ (Teoría de las tutelas diferenciadas en el
proceso’ (Luiz Guilherme Marinoni-Luis Madozzo-Alvaro Pérez Ragone). Cabe
señalar que dentro de las medidas cautelares genéricas, la medida innovativa
tanto la jurisprudencia como la doctrina, la han considerado como excepcional.
Esto así ya que implica una alteración o mutación en la situación de hecho o de
derecho existente al momento de su pedido, como así mismo una anticipación de
jurisdicción favorable, circunstancias estas que justifican un mayor rigorismo y
prudencia en el análisis de los presupuestos y recaudos que hacen a su admisión.
Si bien es cierto que el hecho que la medida coincida con el objeto del pleito, de
ahí que se las llame también auto-satisfactivas, no constituye un impedimento
absoluto para su admisión, si lo es que para tornarlas procedentes es necesario
que la irreparabilidad del daño o su agravamiento, considerado en el caso
concreto a resolver surja con tal nitidez, claridad y evidencia que al juzgador no le
quepan dudas que no se puede esperar la sentencia de mérito, para evitarlo”
(Cámara Civil en Documentos y Locaciones, Sala 1º, sentencia nº 348 de fecha
09/09/2004, Delpero María Alcira del Valle vs. Mutualidad Provincial Tucumán s/
Amparo”).

Rasgos: “Ha destacado este tribunal que las medidas autosatisfactivas son una
especie de proceso urgente, género global que abarca otras hipótesis en las
cuales el factor tiempo posee especial resonancia (cautelares genéricas, tutela
anticipatoria, etc.). Habiéndose expresado que la categoría de proceso urgente es
más amplia que la de proceso cautelar. Así, la primera comprende también las
denominadas medidas autosatisfactivas y las resoluciones anticipadas (cfr.
Kemelmajer de Carlucci, Medidas autosatisfactivas, en Medidas Autosatisfactivas,
bajo la dirección de J. Peyrano, pág. 438). Las medidas procuran solucionar
coyunturas urgentes, se agotan en sí mismas, caracterizándose por la existencia
de un peligro en la demora” (Cámara Civil y Comercial Común, Sala 3º, sentencia
nº 360 de fecha 16/09/2013, “Chazarreta Dora Josefa c/ Protección Mutual dse
Seguros del Transporte Público de Pasajeros s/ Medida Autosatisfactiva por vía de
amparo”).

4.- Incidentes. Concepto y clases. Trámite. Incidentes en las


audiencias y fuera de las audiencias. Efectos. Costas.

Concepto: Los incidentes son todas las cuestiones contenciosas que


pueden surgir durante el desarrollo del proceso y guarden algún grado de
conexidad con la pretensión o petición que constituye el objeto de aquél31.

Los incidentes puede clasificarse en: a) autónomos y genéricos. Los


primeros son aquellas cuestiones que han sido objeto de una específica
reglamentación legal en cuanto al modo en que deben sustanciarse (v.gr.
recusación, nulidad de actos procesales, etc.). Los segundos se encuentran
sujetos a un mismo trámite que la ley establece sin consideración de la materia de
que se trata.

Dentro de la regulación genérica de los incidentes, el CPCN contempla


como “incidente” a toda cuestión que tuviere relación con el objeto principal del
pleito y no se hallare sometida a un procedimiento especial, instituyendo reglas
“residuales” para su regulación (conf. art. 175 del CPCN).

Desde el punto de vista de su gravitación en el trámite del proceso


principal, los incidentes pueden ser suspensivos o no suspensivos. La regla
general establecida por el CPCN es que los incidentes no suspenden la
prosecución del proceso principal, salvo que aquél disponga lo contrario o que así
lo resuelva el juez cuando lo considere indispensable por la naturaleza de la

31
Conf. PALACIO, Lino Enrique, Manual de Derecho Procesal Civil, 18º ed., Buenos Aires,
Abeledo-Perrot, 2004, pág. 802.
cuestión planteada; la resolución sobre esa cuestión será irrecurrible (conf. art.
176 del CPCN). Por su parte el CPCT dispone que la promoción del incidente no
suspenderá el trámite del proceso principal (art. 232 del CPCCT). Sin perjuicio de
ello, también dispone que, excepcionalmente, cuando este Código así lo disponga
o lo decidiera fundadamente el tribunal en razón de la naturaleza de la cuestión
planteada, se suspenderá el proceso principal. Motivaran la suspensión del
principal, los incidentes sin cuya resolución previa sea imposible, de hecho o de
derecho, continuar su sustanciación (art. 233), aclarando que “Los incidentes
planteados fuera de la audiencia que no obsten a la prosecución del proceso
principal se sustanciarán en pieza separada, formada por las constancias que las
partes indiquen y las que el tribunal considere necesarias” (art. 234)

Es competente para conocer de los incidentes, el juez que interviene en


el proceso principal (conf. art. 6, inc. 1º del CPCN y art. 103, inc. 14º del CPCT).

El escrito en que se planteare el incidente deberá ser fundado clara y


concretamente en los hechos y en el derecho, ofreciéndose en él toda la prueba
(conf. art. 178 del CPCN).

El juez debe rechazar in limine el incidente promovido que fuere


manifiestamente improcedente; la resolución será apelable sólo con efecto
devolutivo (conf. art. 179 del CPCN).

El incidente se forma con el escrito en que se promueve y con copia de


la resolución y de las demás piezas del expediente principal que lo motivan y que
indicaren las partes, señalando las fojas respectivas, cuya confrontación debe ser
hecha por el secretario o prosecretario administrativo (conf. art. 177 del CPCN).

Con posterioridad, y en el supuesto que el juez admitiese el incidente,


se deberá correr traslado por el término de cinco (5) días a la parte contraria,
quien al contestarlo también deberá ofrecer todas las pruebas El traslado se
notificará personalmente o por cédula dentro del tercer día de dictada la
providencia que lo ordenare (conf. art. 180 del CPCN).
Habiendo hechos contradichos o de justificación necesaria, se
convocará a una audiencia, que el juez debe fijar dentro del término de diez (10)
días. En dicha audiencia se citará a los testigos que las partes no puedan hacer
comparecer por sí y adoptará las medidas necesarias para el diligenciamiento de
la prueba que no pueda recibirse en dicha audiencia. Si no resultare posible su
agregación antes de la audiencia, sólo será tenida en cuenta si se incorporase
antes de resolver el incidente, cualquiera sea la instancia en que éste se
encontrare (conf. art. 181 del CPCN).

Contestado el traslado o vencido el plazo, si ninguna de las partes


hubiese ofrecido prueba o no se ordenase de oficio, o recibida la prueba, en su
caso, el juez, sin más trámite, dictará resolución (conf. art. 185 del CPCN). En esta
misma oportunidad deben decidirse las cuestiones que hayan surgido en el curso
del incidente y que carezcan de entidad para constituir un incidente autónomo
(conf. art. 184 del CPCN).

Por su parte, el CPCT distingue entre incidentes en audiencias e


incidentes fuera de audiencias, respecto de los primeros, el art. 229 dispone que
“Los incidentes que se planteen en la audiencia deberán sustanciarse y resolverse
de inmediato si no hubiere prueba para producir. La resolución será recurrible
mediante revocatoria y apelación en subsidio con efecto diferido.
Excepcionalmente, el juez podrá aplazar su resolución para la sentencia
definitiva”.

A su vez, en relación a los incidentes fuera de las audiencias, el art. 230


del CPCCT dispone que “Los incidentes planteados fuera de audiencia deben
deducirse y sustanciarse por escrito. Con el escrito de deducción ofrecerá la
prueba que intente producir. Asimismo, deberá acreditar que su planteo es
oportuno y que no se pudo plantear con anterioridad. Del incidente se dará
traslado a la contraria por cinco (5) días, quien al contestarlo deberá ofrecer la
prueba. Evacuado el traslado o vencido el plazo para hacerlo, si no se hubiere
ofrecido prueba, el incidente quedará en estado de resolver”. El CPCCT también
dispone que “Los incidentes planteados fuera de la audiencia que no obsten a la
prosecución del proceso principal se sustanciarán en pieza separada, formada por
las constancias que las partes indiquen y las que el tribunal considere necesarias
(art. 234), mientras que el art. 235 regula que “Cuando la cuestión incidental
planteada fuera de la audiencia lo permitiere, el juez de oficio o a petición de parte,
podrá disponer su sustanciación y resolución, en la audiencia subsiguiente,
debiéndose resolver con carácter previo”.

Respecto de las pruebas en los incidentes, el art. 236 del CPCCT


dispone que “Si se hubiera ofrecido prueba que el juez considere pertinente, se
fijará una única audiencia en un plazo no mayor a veinte (20) días. En la misma
providencia el juez ordenará la producción de toda aquella prueba que no deba ser
rendida en la audiencia, la que deberá ser producida hasta la fecha fijada para su
celebración. El plazo de prueba comenzará a correr a partir del día siguiente al de
la última notificación a las partes. No se admitirá término extraordinario o
ampliación por razón de la distancia. Las partes no podrán ofrecer más de tres (3)
testigos cuya debida citación y comparecencia deberán impulsar. Las
declaraciones no podrán recibirse fuera de la jurisdicción, cualquiera fuere el
domicilio de aquéllos, salvo cuando se realicen por videoconferencia. La prueba
pericial, cuando procediere, se llevará a cabo por un solo perito designado de
oficio”.

Las costas se impondrán al vencido, salvo que el juez encuentre mérito


suficiente para eximirlo.

Todas las cuestiones incidentales cuyas causas existan al mismo


tiempo deberán ser deducidas simultáneamente. Por ello el art. 231 del CPCCT
dispone que “Se desestimarán sin más trámite los incidentes que no se hubiesen
deducido conjuntamente pudiendo hacerlo. Las cuestiones que surgieran en el
curso de los incidentes y que no tuvieran entidad suficiente para constituir otro
autónomo, se decidirán en la interlocutoria que los resuelva”.

Jurisprudencia Nacional

Suspensivo: “Es improcedente la declaración oficiosa de caducidad del proceso


principal si el demandado, antes de que se emitiera el citado decreto, articuló un
incidente de perención, ya que el mismo, al originar una cuestión previa que
imposibilitaba seguir el curso del proceso mientras no se sustanciara y resolviera
dicho planteo, produjo la suspensión del juicio principal” (Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil, sala K, “Abalos Aliaga, Rubén P. vs. Imperiale, Augusto
J.”, 15/11/2002, DJ 2003-1, 962).

Jurisprudencia Provincial

Suspensivo: “En relación a los arts. 183 y 184 del CPCyC, un incidente es
suspensivo cuando necesita de una resolución previa a la prosecución del
desarrollo procesal del principal; en cambio, no lo será cuando sea de tal
naturaleza que su dilucidación previa no constituya un presupuesto para continuar
la marcha del principal (Código Procesal Civil y Comercial de Tucumán,
Bourguignon-Peral, Tomo I, pág. 489 y sig.), vg. incidente de caducidad de
instancia, de nulidad, integración de litis, etc.” (CSJT, sentencia nº 96 de fecha
07/03/2012, Arias Luís Rolando vs. Fara Elias y Otra s/ Daños y perjuicios”).
Caducidad: “En los incidentes, una vez agregadas las pruebas y vencido el
término probatorio, los autos quedan pendientes de sentencia de conformidad con
lo dispuesto por el tercer párrafo del art. 186 procesal, por lo que corresponde
aplicar el art. 211 inc. 1 CPCC que excluye la posibilidad de la caducidad de
instancia” (CSJT, sentencia nº 348 de fecha 02/06/2011, “Ferretera del Norte
S.R.L. s/ Concurso preventivo –Inc. de revisión de crédito promovido por el Banco
del Tucumán S.A.-).

4.- Tercerías. Concepto. Clases. Requisitos. Trámite. Efectos.

Concepto: Es la pretensión en cuya virtud una persona distinta a las


partes intervinientes en un determinado proceso, reclama el levantamiento de un
embargo trabado u otra medida cautelar equivalente en dicho proceso sobre un
bien de su propiedad, o bien, reclama el pago preferencial de un crédito con el
producido de la venta del bien embargado.

Clases: Existen dos clases de tercerías: a) de dominio; y b) de mejor


derecho (conf. art. 97 del CPCN32 y art. 55 del CPCT33).

32
Art. 97 del CPCN: “Las tercerías deberán fundarse en el dominio de los bienes embargados o en
el derecho que el tercero tuviere a ser pagado con preferencia al embargante. La de dominio
deberá deducirse antes de que se otorgue la posesión de los bienes; la de mejor derecho, antes de
Requisitos: Los requisitos de tiempo varían según sea se trate de una
tercería de dominio o de mejor derecho. En el primer caso, la pretensión debe
deducirse antes de que se otorgue la posesión del bien embargado al comprador
(conf. art. 97, 2º párr.). La tercería de mejor derecho debe deducirse antes de que
se pague al acreedor que ha obtenido el embargo.

Por su parte, el CPCT prescribe que la tercería de dominio podrá


deducirse en cualquier estado de la causa anterior a la subasta de los bienes
cautelados. Si es de mejor derecho, hasta el momento de hacerse el pago al
acreedor (art. 57 del CPCCT).

Si la tercería se dedujere la demanda después de diez (10) días desde


que tuvo o debió tener conocimiento del embargo o desde que se rechazó el
levantamiento del embargo sin tercería, debe abonar las costas que origine su
presentación extemporánea, aunque las del juicio sean impuestas a la otra parte
por ser procedente la tercería (conf. art. 97, 3º párr. del CPCN). En el régimen del
CPCT se estatuye que si el tercerista dedujera el incidente después de quince (15)
días desde que tuvo o debió tener conocimiento de la medida cautelar o desde
que se rechazó el levantamiento sin tercería, abonará las costas que originase su
presentación extemporánea, aunque correspondiera imponer las del proceso a la
otra parte por declararse procedente la tercería (art. 57 del CPCCT).

Los requisitos de forma con relación a las tercerías, exigen lo siguiente:


a) que el tercerista pruebe, con instrumento fehaciente o en forma sumaria, la
verosimilitud del derecho en que se funde. Pero aun no cumplido dicho requisito la
tercería es admisible si quien la promueve da fianza para responder de los

que se pague al acreedor. Si el tercerista dedujere la demanda después de DIEZ (10) días desde
que tuvo o debió tener conocimiento del embargo o desde que se rechazó el levantamiento sin
tercería, abonará las costas que originare su presentación extemporánea, aunque correspondiere
imponer las del proceso a la otra parte por declararse procedente la tercería”.
33
Art. 55 del CPCCT: “El tercero que resultase afectado por un embargo trabado sobre bienes de
su propiedad u otra medida cautelar equivalente, o que tuviese derecho a ser pagado con
preferencia al embargante, podrá hacer valer su derecho mediante la deducción de la
correspondiente tercería”.
perjuicios que puede producir la suspensión del proceso principal (conf. art. 98, 1º
párr.). Si se trata de bien inmueble, el tercerista debe acompañar el testimonio de
la escritura pública respectiva, correspondiendo un análisis específico en el
supuesto que pretenda acreditar su dominio con otro elementos. En materia de
bienes muebles, para dar curso a la tercería se debe demostrar que a la fecha de
la traba del embargo, era poseedor de la cosa, por cuanto el poseedor cuenta a
su favor con la presunción de propiedad establecida por el art. 2412 del Cód. Civil,
incumbiendo al embargante la prueba tendiente a desvirtuar esa presunción; b) Si
la tercería deducida es de mejor derecho, se debe acreditar la titularidad del
crédito y la existencia de un privilegio especial a su favor o de un embargo
obtenido con anterioridad.

Los efectos de la tercería de dominio consisten en que, consentida o


ejecutoriada la orden de remate de los bienes, corresponde disponer la
suspensión del procedimiento principal hasta tanto se decida la tercería (conf. art.
99, 1º párr. del CPCN34).

En cuanto a los efectos de la tercería de mejor derecho, se observa que


previa citación del tercerista (que tiene la calidad de parte en las actuaciones
correspondientes al remate) pueden venderse los bienes, y sólo corresponde
suspender el pago hasta que se decida sobre la preferencia invocada, salvo que el
embargante otorgue fianza para responder por las resultas de la tercería (conf. art.
100 del CPCN35).

34
Art. 99 del CPCN: “Si la tercería fuese de dominio, consentida o ejecutoriada la orden de venta
de los bienes, se suspenderá el procedimiento principal, a menos que se tratare de bienes sujetos
a desvalorización o desaparición o que irrogaren excesivos gastos de conservación, en cuyo caso,
el producto de la venta quedará afectado a las resultas de la tercería. El tercerista podrá, en
cualquier momento, obtener el levantamiento del embargo dando garantía suficiente de responder
al crédito del embargante por capital, intereses y costas en caso de que no probare que los bienes
embargados le pertenecen”.
35
Art. 100 del CPCN: “Si la tercería fuese de mejor derecho, previa citación del tercerista, el juez
podrá disponer la venta de los bienes, suspendiéndose el pago hasta que se decida sobre la
preferencia, salvo si se otorgare fianza para responder a las resultas de la tercería. El tercerista
será parte de las actuaciones relativas al remate de los bienes”.
En cuanto al régimen del CPCT, se advierte que se dispone que cuando
la tercería de dominio versara sobre bienes inmuebles, con el escrito inicial el
presentante deberá acompañar el título de dominio, y si no lo tuviera en su poder,
solicitará previamente su testimonio. Si versara sobre bienes muebles o fuera
tercería de mejor derecho, ofrecerá toda la prueba de que intente valerse. No
observándose estos requisitos, el Tribunal declarará inadmisible la tercería sin
más trámite ni recurso. Su reiteración no será admitida si se fundara en título que
hubiese poseído y conocido el tercerista al tiempo de entablar la primera (art. 58
del CPCCT).

A su vez, el art. 59 del CPCCT dispone que “La tercería de dominio


suspenderá, hasta que sea resuelta, el auto que ordena sacar a remate los bienes,
a menos que se trate de bienes sujetos a desvalorización o desaparición, o que
arrojen excesivos gastos de conservación, en cuyo caso el producto de la venta
quedará afectado a las resultas de la tercería. En la tercería de mejor derecho
continuará el trámite hasta la venta de los bienes embargados, suspendiéndose el
pago al acreedor hasta que la misma sea resuelta. El tercerista será parte de las
actuaciones relativas al remate de los bienes. Cuando se probare la connivencia
entre el tercerista y el embargado, el Tribunal deberá ordenar la remisión
inmediata a la justicia penal, sin perjuicio de imponer al tercerista, al embargado y
a los profesionales intervinientes apoderados o patrocinantes o a todos ellos las
sanciones previstas en el Artículo138”.

El efecto común de la tercería consiste en que el embargante puede


pedir una ampliación o mejora del embargo o la adopción de otras medidas
cautelares (conf. art. 102 del CPCN).

Procedimiento: a) la tercería debe deducirse en contra de ambas partes


-embargante y embargado-, constituyéndose un litisconsorcio pasivo necesario; b)
el trámite de la tercería puede ser el del juicio ordinario o el del incidente, según lo
determine el juez conforme a las circunstancias de la causa. El allanamiento y los
actos de admisión realizados por el embargado no podrán ser invocados en
perjuicio del embargante (conf. art. 101 del CPCN).

El CPCT normativiza que la demanda de tercería se deducirá contra las


partes del proceso principal. Se sustanciará por el trámite de los incidentes. El
allanamiento y los actos de admisión realizados por el embargado no pueden ser
invocados en perjuicio del embargante (art. 56 del CPCCT).

En caso de resultar probada la connivencia entre el tercerista y el


embargado, el juez debe ordenar sin más trámite la remisión de los antecedentes
a la justicia penal e imponer sanciones disciplinarias a las partes involucradas y
sus letrados (conf. art. 103 del CPCN).

Levantamiento de medidas cautelares sin tercería: el tercero


perjudicado por un embargo podrá pedir su levantamiento sin promover tercería,
acompañando el título de dominio u ofrecimiento sumaria información sobre su
posesión, según la naturaleza de los bienes. Del pedido se dará traslado al
embargante. La resolución será recurrible cuando haga lugar al desembargo. Si lo
deniega, el interesado podrá deducir directamente la tercería, cumpliendo los
requisitos exigidos por el art. 98 del CPCN36 (conf. art. 104 del CPCN37).

Jurisprudencia Nacional

36
Art. 98 del CPCN: “No se dará curso a la tercería si quien la deduce no probare, con
instrumentos fehacientes o en forma sumaría, la verosimilitud del derecho en que se funda. No
obstante, aún no cumplido dicho requisito, la tercería será admisible si quien la promueve diere
fianza para responder de los perjuicios que pudiere producir la suspensión del proceso principal.
Desestimada la tercería, no será admisible su reiteración si se fundare en título que hubiese
poseído y conocido el tercerista al tiempo de entablar la primera. No se aplicará esta regla si la
tercería no hubiese sido admitida sólo por falta de ofrecimiento o constitución de la fianza”.
37
Art. 104 del CPCN: “El tercero perjudicado por un embargo podrá pedir su levantamiento sin
promover tercería, acompañando el título de dominio u ofreciendo sumaria información sobre su
posesión, según la naturaleza de los bienes. Del pedido se dará traslado al embargante. La
resolución será recurrible cuando haga lugar al desembargo. Si lo denegara, el interesado podrá
deducir directamente la tercería, cumpliendo los requisitos exigidos por el artículo 98”.
Concepto: “Se denomina tercería a la pretensión que puede interponer una
persona ajena a las partes que intervienen o figuran en un determinado proceso, a
fin de que se disponga el levantamiento de un embargo trabado en ese proceso
sobre un bien de su propiedad —tercería de dominio—, o que se le reconozca su
derecho o el derecho a ser pagado con preferencia al embargante con el
producido de la venta del bien que ha sido objeto de dicha medida -tercería de
mejor derecho-” (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, sala A,
“Rodríguez, Rubén Ramón vs. Simonetti, Horacio Néstor”, 17/02/2011).

Procedimiento: “Toda vez que en el juicio de tercería de mejor derecho tanto el


actor como el accionado en el proceso principal integran un litisconsorcio pasivo
necesario, la extensión de la acción a los codemandados procede aún si se
solicita con posterioridad a la notificación de la demanda, en tanto tal circunstancia
no altera un elemento objetivo de la pretensión -objeto o causa-“ (Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Comercial, sala D, “Sindicato de Trabajadores
Municipales de Florencio Varela vs. Bardi, Daniel Ricardo y otro s/ ordinario
s/tercería de dominio”, 28/06/2011, Sup. Doctrina Judicial Procesal 2011 -octubre-
, 43).

Jurisprudencia Provincial

Concepto, clases y alcances: “La ley adjetiva reconoce en el artículo 95 al tercero


que resultase afectado por un embargo trabado sobre bienes de su propiedad, o
que tuviese derecho a ser pagado con preferencia al embargante, el derecho a
deducir la correspondiente tercería, ya de ‘dominio’, ya de ‘mejor derecho’,
previendo en el art.99 de igual digesto los efectos que el aludido planteo trae
aparejado. Y tal efecto en la tercería de mejor derecho no es otro que el permitir la
continuación del trámite hasta la venta de los bienes embargados,
suspendiéndose el pago al acreedor hasta que la misma sea resuelta. Al acudir el
tercero al planteo de tercería de mejor derecho, sabía que corría el peligro que la
subasta del inmueble embargado en el juicio del epígrafe, precediera
irremediablemente a la resolución de la acción intentada por su parte, a estar a la
expresa disposición del art.99 in fine del C.P.C.C. Previendo tal circunstancia
debió, quizás, acumular dicha acción con una ‘tercería de dominio’ -las que son
susceptibles de reunir en un mismo planteo- y citando la evolución jurisprudencial
existente sobre el tema, esperar la resolución de la justicia sobre el punto. En tal
caso, hubiese sido beneficiario de los efectos de la suspensión de la ejecución de
la sentencia de remate que ahora pretende. Pero, la circunstancia de haber
limitado el tercerista su planteo a una tercería de mejor derecho, encuadra
indefectiblemente su ámbito de análisis se impide que en la litis principal se muden
sus efectos haciéndola aparecer como una tercería de dominio” (CSJT, sentencia
nº 417 de fecha 30/11/1992).

Prioridad al embargante: “El criterio de prevalencia de la publicidad registral se


construye sobre la base de lo dispuesto por los arts. 2505, 2609 y 1185 del Cód.
Civil y los arts. 2, 3 y 19 de la ley 17.801. Y si bien el boleto no es considerado
título idóneo para justificar la transmisión de derechos reales sobre inmuebles, el
adquirente en tales condiciones puede inscribir dicho instrumento a fin de poner en
conocimiento de los terceros la situación jurídica respecto del bien en cuestión. La
ley provincial 3690 (preceptiva que asume las facultades que le acuerda la ley
nacional 17.801 y su dec. reglamentario Nº 652) admite la registración de este tipo
de instrumentos privados (art. 14) y regula el procedimiento a seguir para la toma
de razón y el plazo de caducidad de la inscripción (art. 37). En el caso, la omisión
en la inscripción del boleto de permuta -prevista conforme al art. 3 de la ley 17.801
y al art. 14 de la ley provincial 3690- priva al adquirente de los beneficios
derivados de la publicidad registral que le confiere la toma de razón del acto en
cuestión; esto es, que los terceros ajenos a la promesa de permuta, tomaran
conocimiento de la obligación de escriturar que pesaba sobre el titular registral. Si
el ordenamiento jurídico reconoce a ambas partes -al poseedor por boleto y al
acreedor embargante- el acceso a la publicidad registral, por aplicación del
principio ‘prior in tempore potior in iure’, el primero de los derechos que hubiera
sido inscripto, gozará de un jus preferente” (CSJT, sentencia nº 144 de fecha
12/03/2004).

Boleto inscripto: “En el caso el conflicto que se presenta en esta tercería se


produce entre el titular de una prioridad o ventaja de carácter excluyente, cual es
el titular de un boleto de compraventa inmobiliaria inscripto, y quien invoca un
privilegio fundado en el art. 3931 C.C. Dado el carácter de los derechos que se
contraponen: una ventaja de carácter excluyente frente a un privilegio del Código
Civil, prevalece el derecho del adquirente por boleto de compraventa inscripto y
con posesión, pues este último ostenta un efecto jurídico excluyente del privilegio
que aquí se invoca. Ello así pues el deudor de ambos contendientes, -en este
caso el Consorcio-, cedió al adquirente sus derechos sobre el lote en las
condiciones del art. 1458 del Código Civil, otorgó la tradición del inmueble y se
configuró la publicidad registral sobre ese negocio jurídico. En tales condiciones, la
empresa Constructora no puede hacer valer su privilegio ante quien ostenta una
ventaja o prioridad excluyente como es la que tiene el adquirente por boleto en las
condiciones descritas en la sentencia impugnada. Por lo expresado, resulta
correcta la sentencia que dilucidó la cuestión litigiosa examinando la confrontación
de los derechos del adquirente por boleto de compraventa inscripto con posesión,
frente al embargante posterior, cuestión ésta que el recurrente expresamente
señaló que no impugnaba” (CSJT, sentencia nº 394 de fecha 08/06/2010).

Levantamiento de medida cautelar sin tercería: “El instituto regulado en el artículo


99 del CPCCT, es sucedáneo de la tercería bajo algunas condiciones. Es de
carácter excepcional y sólo puede prosperar cuando es de fácil solución y puede
resolverse con los elementos obrantes en autos, posibilitando el levantamiento de
una cautelar sin tercería” (CSJT, sentencia nº 46 de fecha 05/03/2013)

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