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Estudio comparativo de las parálisis motrices orgánicas e histéricas

Este estudio sirve para destacar algunos caracteres generales de la neurosis.

La clínica nerviosa reconoce dos tipos de parálisis motrices, y su diferencia se debe únicamente a la estructura de la
anatomía del sistema nervioso y la relación entre estas dos series de hechos y las circunstancias de la lesión.

 Parálisis perifeo-espinal o de proyección: cada musculo puede ser paralizado de manera individual y aislada,
dependiendo de la extensión de la lesión nerviosa.
 Parálisis cerebral o de representación: es siempre una afección que ataca una amplia zona de la periferia, una
extremidad, un segmento de esta, un aparato motor complicado. Nunca afecta a un músculo individualmente.
(las únicas excepciones – como la parálisis cortical, que tiene una mayor capacidad de disociación- se trata de
músculos que por sí solos cumplen una función de la cual son el instrumento único).

Se le atribuye a la histeria la capacidad de simular las afecciones orgánicas más diversas, entre ellas, las parálisis.

Características de las parálisis histéricas:

 las parálisis histéricas simulan únicamente los caracteres de las parálisis orgánicas cerebrales o de
representación. Al mismo tiempo, se diferencian de las parálisis cerebrales en que no se someten a la regla de
estas de que el segmento periférico es siempre más afectado que el segmento central. En la histeria, la espalda o
el muslo pueden estar más paralizados que la mano o el pie. Por lo tanto, para una parálisis histérica no ofrece
ninguna dificultad producir una parálisis aislada del muslo, por ejemplo, en contradicción con las reglas de la
paralasis orgánica cerebral.

Entonces, la parálisis histérica es un término medio entre los dos tipos de parálisis orgánicas. No posee todos los
caracteres de disociación y de aislamiento de la de proyección; ni tampoco está sujeta a las leyes estrictas que rigen
a la de representación (puede ser mucho más disociada, más sistematizada que esta). Se considera que la parálisis
histérica es una parálisis de representación, pero de una representación “especial”. La histeria sólo reproduce la
parálisis de los miembros, y aun con gran frecuencia y con mayor facilidad disocia la parálisis del brazo de la de la
pierna, bajo la forma de monoplejías. Ese mismo poder disociador se manifiesta en las parálisis aisladas de un
segmento de un miembro con integridad de las otras partes del mismo miembro, o también, en la abolición
completa de una función pero con integridad de otra función ejecutada por los mismos órganos.

 Otra característica de las parálisis histéricas es que, como todas las neurosis en general, se manifiestan de forma
excesiva, tendiendo a producir síntomas con la mayor intensidad posible. Suelen ser absolutas en grado
extremo. Por ejemplo, el afásico histérico no profiere una palabra; mientras que el afásico orgánico conserva casi
siempre algunas sílabas. Entonces, la parálisis histérica es de una delimitación exacta y de una intensidad
excesiva; y en esto reside su mayor contraste con la parálisis cerebral orgánica, en la cual, de una manera
constante, estos dos caracteres no están asociados.

 Las parálisis histéricas van acompañadas de perturbaciones de la sensibilidad mucho más frecuentemente que
las parálisis orgánicas (porque siempre queda alguna parte de los elementos nerviosos que no es destruida por
completo). Aun no hay una explicación para explicar esta diferencia entre ambas.

 Algunas formas de parálisis cerebral no se encuentran en la histeria, como por ejemplo, la hemianopsia.

Dado que solamente hay una anatomía cerebral, y que según esta es imposible explicar la sintomatología de las
parálisis histéricas, estas últimas deben ser estudiadas basadas en su verdadero origen, que no es, como quedó
demostrado, anatómico (orgánico).
Entonces, ¿Cuál es la naturaleza de las parálisis histéricas, que se comporta como si la anatomía no existiera?

La parálisis histérica es ignorante de la distribución de los nervios, y por esto no simula las parálisis de proyección.
Toma los órganos en el sentido vulgar, popular, del nombre que llevan, y por esto, no hay razón en estas parálisis
para unir la parálisis del brazo con la de la cara. La histérica que “no puede hablar” carece de motivos para olvidar su
comprensión de la lengua, dado que la afasia motriz y sordera verbal no tienen ningún parentesco según la noción
popular, etc.

Entonces, la lesión que causa las parálisis histéricas es una lesión funcional o dinámica pero que sucede sin lesión
orgánica. Es una lesión que altera la concepción (representación) de la idea de, por ejemplo, brazo.

Psicológicamente, la parálisis del brazo consiste en que la concepción del brazo no puede entrar en asociación con
las otras ideas que constituyen el yo, del cual el cuerpo del individuo forma una parte muy importante. La lesión es,
entonces, la abolición de la accesibilidad asociativa de la concepción del brazo. Este se comporta como si no
existiera en el juego de las asociaciones. (Ejemplo del súbdito que toca la mano del rey).

Lo que sucede en estas lesiones, es que el valor afectivo que el sujeto le atribuye a la primera asociación de un
objeto repugna la posibilidad de hacerlo entrar en asociación nueva con otro objeto o representación, y, en
consecuencia, vuelve inaccesible a la asociación la idea de ese objeto. Entonces, el brazo está paralizado en
relación a la persistencia de este valor efectivo o a su disminución por medios psíquicos apropiados. La concepción
de brazo existe en el sustrato material, pero no es accesible para las asociaciones conscientes porque toda su
afinidad asociativa está saturada en una asociación subconsciente con el recuerdo del suceso, del trauma, productor
de esa parálisis. Y, con terapia, más específicamente con la psicoterapia hipnótica, se puede mostrar que el brazo se
libera tan pronto como ese valor afectivo es borrado.

¿Cómo funciona esto?

Teoría de la abreacción de los aumentos de estímulo: Cada suceso, cada impresión, están provistos de cierto valor
afectivo del que el yo se libra por la vía de una reacción motriz o por un trabajo psíquico asociativo. Pero si el
individuo no puede o no quiere tramitar el excedente, el recuerdo de esta impresión adquiere la importancia de un
trauma (la impresión permanece en el subconsciente) y deviene en síntomas permanentes de histeria, como por
ejemplo, las parálisis.

Entonces, la lesión de la parálisis histérica desparece en cuanto el valor afectivo del trauma psíquico es eliminado
por la reacción motriz adecuada o por el trabajo psíquico consiente y en consecuencia el órgano afectada puede
volver a entrar en asociación con el resto de las representaciones de forma consciente.

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