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LAS NEUROSIS

HISTERIA

FREUD

ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS PARÁLISIS MOTRICES ORGÁNICAS E HISTÉRICAS (1893)

Reconoce dos clases de parálisis motrices:


● Parálisis periférico-espinal (o bulbar): es detallada, circunscrita a un determinado músculo. Esto depende de la extensión de la lesión, por eso se puede ver que
uno de los miembros periféricos puede escapar a la parálisis, mientras otro la padece. Por ejemplo, una parálisis aislada del hombro conservando la función de la mano.
● Parálisis cerebral o cortical: es conjunta, afecta a un conjunto de miembros. Jamás se limita a afectar individualmente un músculo, ya que la médula y el
cerebro transmiten una multiplicidad de información que va a múltiples partes del organismo. La parálisis cerebral es total, y por lo general las extremidades periféricas se
encuentran más afectadas que las cercanas al centro. Por ejemplo: la mano se encuentra más afectada que el hombro.
A la parálisis periférico-espinal propone llamarla proyección porque cada elemento de la periferia es proyectado a la sustancia gris de la médula espinal. A la parálisis
cerebral se la denomina de representación porque representa un conjunto determinado de fibras.
Las parálisis histéricas se corresponden siempre y solamente con las de representación. Igualmente, presenta ciertas diferencias con las mismas:
● No se corresponde con la regla de que la periferia se encuentra más afectada que el centro. La parálisis histérica aparece más disociada y sistematizada.
● La parálisis es selectiva: Puede ocurrir que un órgano esté paralizado para determinada función más simple y no para otra más compleja.
● Las manifestaciones de la enfermedad son excesivas y se presentan con la mayor intensidad posible.
La parálisis histérica es, entonces, de una limitación exacta y de intensidad excesiva, y contrasta así con la parálisis cerebral orgánica, donde nunca se asocian estas
características, ya que no puede aparecer de manera absoluta y a la vez limitada. También aparecen acompañadas de perturbaciones de la sensibilidad con más frecuencia que
las parálisis orgánicas.
Charcot afirma que estas parálisis son efecto de una lesión cortical, pero puramente dinámica o funcional, es decir, que son orgánicas pero no se encuentra una huella
visible de ellas en el cerebro.
Freud mantiene lo funcional, ya que hay alteración de una función del organismo, pero quita lo orgánico. Intenta demostrar que puede haber alteración funcional sin
lesión orgánica concomitante reconocible.
La lesión de las parálisis histéricas debe ser completamente independiente de la anatomía del sistema nervioso, puesto que la histeria se comporta en sus parálisis y
manifestaciones como si la anatomía no existiese o como si no tuviese ningún conocimiento de ella. Toma los órganos en sentido vulgar, y por eso falla en su simulación.
En base a eso va a decir que es una parálisis de representación psíquica del cuerpo. Una alteración de la concepción o idea de la parte afectada, que queda entonces
imposibilitada para entrar en asociación con las demás ideas que constituyen al yo, del cual la representación del cuerpo forma una parte importante.
La causa de esta alteración es por una vivencia traumática. Esa parte del cuerpo paralizada ha entrado en una asociación de gran valor afectivo, y solo podrá disminuir
por medios psíquicos apropiados.
La parálisis se da entonces a nivel subconsciente, porque un suceso ha tenido una connotación traumática a la cual sólo se podrá remitir a partir de la hipnosis.
EL MECANISMO PSÍQUICO DE LOS FENÓMENOS HISTÉRICOS (1893) - (opcional)

El factor accidental posee en la histeria un valor determinante. Tras todo fenómeno histérico se encuentra un trauma psíquico de base y, con frecuencia, la causa de
tales fenómenos patológicos se encuentra en la infancia del paciente.
El trauma psíquico, o su recuerdo, actúa a modo de un cuerpo extraño, que continúa ejerciendo sobre el organismo una acción eficaz y presente, por mucho tiempo que
haya transcurrido de su penetración en él.
El proceso causal actúa después de largo tiempo y de modo inmediato como causa inicial, del mismo modo que un antiguo dolor psíquico recordado en estado de
vigilia provoca todavía las lágrimas. Así pues, el histérico padecería principalmente de reminiscencias.
La debilitación o pérdida de afecto de un recuerdo depende de la descarga de dicho afecto, bien por reacción o por asociación, o del olvido, que desgasta las
representaciones carentes de eficacia afectiva. Los recuerdos que corresponden a traumas no han sido suficientemente descargados.
Hemos hallado así que los distintos síntomas histéricos desaparecen inmediata y definitivamente en cuanto se conseguía despertar con toda claridad el recuerdo del
proceso provocador, y con él el afecto concomitante, y describe el paciente con el mayor detalle dicho proceso, dando expresión verbal al afecto.
Estos sucesos, si bien conservan su nitidez y acentuación afectiva, faltan totalmente en la memoria, serían solamente accesibles a través de la hipnosis.
En la histeria se produce una disociación de la consciencia, evidenciada por estados patógenos (hipnoides) y recuerdos que no aparecen en la memoria del enfermo.
Esta disociación se da en dos grupos psíquicos separados, consciente y no consciente, o segunda consciencia, donde surgen representaciones excluidas del comercio asociativo
con las representaciones conscientes, pero asociables entre sí.
El síntoma histérico pertenece entonces a una extensión de este segundo estado a la inervación somática. Durante el ataque, el dominio sobre la inervación somática
aparece sobre la conciencia hipnoide. Pero la consciencia normal no queda anulada del todo, y puede percibir los fenómenos motores del ataque, aunque los procesos
psíquicos del mismo escapan a su percatación.

LAS NEUROPSICOSIS DE DEFENSA (1894)

Habla nuevamente de la escisión de la consciencia y de las diversas opiniones entre Janet y Breuer acerca del origen de esta.
Para Janet la escisión es un rasgo primario de la histeria, que se da debido a una debilidad congénita de la capacidad de síntesis psíquica, o sea de una angostura del
campo de consciencia.
Freud desestima la concepción de Janet por considerar primaria la escisión de la consciencia y por adjudicarlo a una degeneración congénita, mantendrá que la histeria
es adquirida.
Por el contrario Breuer dirá que la base y condición de la histeria es la existencia de estados de consciencia oniriformes, con disminución de la capacidad asociativa, a
los cuales denomina “hipnoides”. La disociación de la consciencia es entonces secundaria, motivada por el hecho de que las representaciones surgidas en los estados hipnoides
se hallan excluidas del comercio asociativo con los restantes contenidos de la consciencia. A este tipo lo nombrará histeria hipnoide.
Otro tipo es la histeria de retención donde la disociación de la consciencia ocupa un lugar menos importante, en estos casos perdura la reacción al trauma y pueden ser
curados por la derivación del mismo.
Freud distingue de estas dos la histeria de defensa. Son pacientes que habían gozado de salud psíquica hasta que surgió una representación inconciliable para el yo, que al
despertar un afecto tan penoso, movió al sujeto a olvidarlo (rechazo voluntario). A pesar de este olvido no puede hacer desaparecer la huella mnémica ni el afecto a ella
inherente. La solución sería debilitar la representación despojándola del afecto, entonces no aspirará ya a la asociación y no causará malestar.
Hasta aquí muestran la histeria, la fobia y las neurosis obsesivas iguales procesos. No así en adelante. En la histeria la representación intolerable queda hecha
inofensiva por la transformación de su magnitud de estímulo en excitaciones somáticas, proceso para el cual propone el nombre de conversión
Mecanismo específico de la HISTERIA: Conversión: Transpolar la suma de excitación psíquica a una parte del cuerpo.
En “La represión” Freud dice que la forma más lograda es la conversión, porque lo somático está bien separado de lo psíquico. En cambio en la neurosis obsesiva y en
la fobia la defensa tiene que estar actuando todo el tiempo y hay mayor gasto psíquico.
El lugar del cuerpo a dónde se dirige la suma de excitación siempre está en relación con el suceso traumático. Esta representación de la que se sustrae el afecto
igualmente conserva su carácter de huella mnémica, que formará parte de un segundo grupo psíquico.
El método catártico de Breuer consiste en crear un retroceso de la excitación desde lo físico a lo psíquico, solucionar la contradicción por medio del trabajo mental del
sujeto y descargar la excitación por medio de la comunicación oral.

NUEVAS PUNTUALIZACIONES SOBRE LAS NEUROPSICOSIS DE DEFENSA (1986)

A) La etiología específica de la histeria


Freud postula que es preciso que los traumas sexuales que originan los síntomas de la histeria deben sobrevenir en la temprana infancia, anterior a la pubertad, y su
contenido consiste en la excitación real de los genitales en procesos análogos al coito.
En todos los casos se cumple esta condición de pasividad sexual en tiempos presexuales (seducción por parte de un adulto). Pero no son los sucesos mismos los que
actúan traumáticamente, sino su recuerdo en etapas posteriores, cuando el individuo ha alcanzado la madurez sexual. Claro está que la huella del trauma infantil no se
encuentra jamás en la memoria consciente, y sí, solamente, en los síntomas patológicos.
Las experiencias y excitaciones en un segundo momento despiertan esta huella mnémica, que tampoco se hace consciente, pero provoca el desarrollo de afectos y la
represión.
La disposición a la histeria entonces sería el trauma sexual infantil, ya que la represión del recuerdo de una experiencia sexual penosa de los años de madurez sólo es
alcanzada por personas en las que tal experiencia pueda activar la acción de un trauma infantil.
Freud todavía otorga carácter real al trauma sexual infantil. Será hasta 1987 que descubra que “sus histéricas le mienten”, a partir de lo cual concluye sobre la
importancia de la realidad psíquica.

LAS FANTASÍAS HISTÉRICAS Y SU RELACIÓN CON LA BISEXUALIDAD (1908)

Freud sostiene que la fantasía tiene gran relación con los síntomas histéricos. Estas fantasías tienen su fuente y prototipo en los sueños diurnos de la juventud. Son
satisfacciones de deseos nacidos de una privación y un anhelo.
Pueden haber sido siempre inconscientes, teniendo su origen en el mismo, o pueden haber sido conscientes como sueños diurnos que se sobrecargaron de afecto y se volvieron
inconciliables, reprimidas y enviadas a lo inconsciente, momento en el que pueden devenir patógenas y exteriorizarse en síntomas y ataques.
La fantasía inconsciente tiene una importantísima relación con la vida sexual del individuo, pues es idéntica a la que él mismo empleó como base de la satisfacción
sexual en un periodo de masturbación infantil.
Cuando el individuo renuncia a esta modalidad de satisfacción infantil queda anulada la acción, pero la fantasía pasa de lo consciente a lo inconsciente, y cuando la
satisfacción sexual no es sustituida o sublimada, quedan cumplidas las condiciones para que la fantasía adquiera nuevas fuerzas y consiga exteriorizarse bajo la forma de un
síntoma patológico.
Los síntomas histéricos, entonces, son las mismas fantasías inconscientes exteriorizadas mediante la conversión. En tanto que son de carácter somático, las zonas
afectadas van a tener relación con las que anteriormente acompañaban a esas fantasías. De este modo queda abandonado el onanismo y alcanzado, aunque nunca por
completo, el fin del proceso patológico: la satisfacción sexual.
Un solo síntoma corresponde a varias fantasías, conforme a ciertas normas de composición.
Características del síntoma histérico:
1. Es el símbolo mnémico de una vivencia traumática sexual
2. Es la sustitución por conversión del retorno asociativo de las experiencias traumáticas.
3. Es siempre un cumplimiento de deseos.
4. Es la realización de una fantasía inconsciente puesta al servicio del cumplimiento de deseos.
5. Sirve para la satisfacción sexual y representa una parte de la vida sexual de la persona.
6. Es el retorno a una forma de satisfacción sexual realmente utilizada en la vida infantil y después reprimida.
7. Es un compromiso entre el deseo, que tiende a la exteriorización de la pulsión, y la defensa, que tiende a evitar tal exteriorización.
8. Puede acumular fantasías de las más diversas, pero siempre hay una vivencia sexual puesta en juego.
9. Es la expresión de una fantasía masculina y de otra femenina, ambas sexuales e inconscientes. La histérica asume ambas posiciones. Freud señala esto
como la significación bisexual de los síntomas histéricos.

APRECIACIONES GENERALES SOBRE EL ATAQUE HISTÉRICO (1909)

Los ataques histéricos son fantasías proyectadas sobre la motilidad y mínimamente representadas. Esta representación mímica (el ataque) sufre, por medio de la
censura, modificaciones análogas a las del sueño, ocultando así la fantasía representada.
El ataque se vuelve incomprensible por diversas razones:
1. Condensa múltiples fantasías. Los elementos comunes de las fantasías forman el nódulo central de la representación. A veces también se hacen
necesarias múltiples formas de ataques.
2. El enfermo busca representar los dos papeles que emergen en la fantasía por identificación múltiple y por la significación bisexual del síntoma.
3. La inversión antagónica. Las partes representan un papel contrario al de la fantasía
4. La inversión del orden temporal de la fantasía representada. De lo posterior a lo anterior, es decir, comienzan por el final para terminar por el
principio.
La emergencia del ataque histérico obedece a leyes fáciles de comprender. Ya que el complejo reprimido consta de una investidura libidinal y un contenido de
representación (fantasía), el ataque puede ser provocado:
1°. Asociativamente, cuando el contenido reprimido es aludido por un suceso de la vida consciente
2°. Orgánicamente, cuando, por causas internas somáticas o algún influjo psíquico externo, la carga de libido sobrepasa determinado nivel
3°. En servicio de propósitos primarios, como el refugio en la enfermedad, cuando la realidad es imposible de tolerar, a modo de consuelo.
4°. En servicio de propósitos secundarios, con los que se ha aliado la enfermedad, en cuanto que la producción del ataque facilita un fin conveniente para el
enfermo.

En cuanto a la 3° y 4° opción se destaca que detrás del síntoma existe una ganancia.
LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS (1900)

Sueño de la Bella Carnicera (La identificación histérica)

La paciente llega intentando refutar la teoría de que todo sueño es un cumplimiento de deseo, presentando uno donde se le niega precisamente un deseo.
“Quiero dar una comida, pero no dispongo sino de un poco de salmón ahumado. Pienso en salir para comprar lo necesario, pero recuerdo que es domingo y que las
tiendas están cerradas. Intento luego telefonear a algunos proveedores, y resulta que el teléfono no funciona. De este modo, tengo que renunciar al deseo de dar una comida”.
La paciente se ve en la necesidad de crearse un deseo incumplido en la realidad. Tiene el deseo de comer caviar, pero le ha pedido a su marido que no se lo traiga.
El día anterior había ido a visitar a su amiga, de la que estaba celosa porque su marido le prestaba atenciones. Por otro lado, estaba tranquila porque su amiga era
delgada y a su marido le gustaban las mujeres más rellenas. Su amiga habló durante la visita de su deseo de engordar, preguntándole cuándo la invitaría a comer, “ya que en su
casa se come maravillosamente”.
En cuanto al desplazamiento del caviar al salmón explica que la amiga se creaba también el deseo incumplido de comer salmón.
Su deseo sería propiamente, el de no cumplir el deseo de la amiga al no poder dar otra comida que el salmón. Pero sueña que el deseo no se le realiza a ella misma. En
base a eso Freud dice que ha oficiado una identificación a la amiga, y como signo de tal identificación se ha creado ella misma un deseo insatisfecho en la realidad.
La identificación es un mecanismo muy importante en la creación de los síntomas histéricos, y constituye el medio por el que los enfermos pueden expresar en sus
síntomas los estados de varias personas y no solo los propios. De este modo sufren por todo un conjunto de personas y pueden representar toda una obra ellos solos.
La medicina podrá objetar que es imitación histérica, pero esto no es un proceso consciente. La identificación no es una simple imitación. Se trata de una apropiación
basada en la misma causa etiológica. La reivindicación etiológica es un querer ponerse en el lugar del otro y atribuirle a ese otro algo que uno querría tener.
Freud plantea que la identificación es utilizada casi siempre en la histeria para la expresión de una comunidad sexual. Hay una comunidad de deseo, porque la
identificación al síntoma del otro es en base a su deseo, y lo llama identificación a un tercero merced al síntoma.
En base a lo expuesto podríamos explicar el proceso en la forma que sigue: la sujeto ocupa en su sueño el lugar de su amiga porque ésta ocupa en el ánimo de su
marido el lugar que a ella le corresponde y porque quisiera ocupar en la estimación del mismo el lugar que ella ocupa.

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