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Expediente: 2007-15727-32-RHC
Distrito: Chuquisaca
Magistrada Relatora: Dra. Elizabeth Iñiguez de Salinas
En el memorial presentado el 29 de marzo de 2007 (fs. 26 a 30), el recurrente indica que dentro
del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra su representado, por la supuesta
comisión del delito de violación a una menor de edad, el Juez Primero de Instrucción en lo Penal
dispuso su detención preventiva en el penal de “San Roque”, sin valorar la prueba documental y
testifical aportada, que demuestra su condición de menor edad, que tiene familia en la comunidad
de “Murifaya”, trabajo en la “Flota Bolívar” en calidad de ayudante y domicilio en su propia fuente
de trabajo y en la comunidad de “Murifaya” al ser natural de la misma, que tanto la prueba
documental como testifical no fueron valoradas ni tomadas en cuenta por el Juez correcurrido a
tiempo de ordenar su detención preventiva.
Señala que apelada tal determinación, los Vocales recurridos incurrieron en la misma omisión toda
vez que no tomaron en cuenta dichas pruebas para disponer la cesación de la detención
preventiva de su representado, menos su condición de menor de edad, sin considerar que en la
propia audiencia cautelar ya se determinó ese aspecto.
Alega que de esa manera las autoridades judiciales recurridas han dado lugar a una detención
indebida.
De fs. 61 a 62 vta., cursa el acta de la audiencia pública realizada el 31 de marzo de 2007, en la que
se suscitaron los siguientes hechos:
El Juez recurrido manifestó en su informe escrito que cursa de fs. 51 a 52, lo siguiente: a)
Mediante Auto de 27 de febrero de 2007, dispuso la detención preventiva del representado del
recurrente, al presentarse los supuestos previstos en los arts. 233 incs. 1) y 2) éste último en
relación al 234.1 ambos del Código de Procedimiento Penal (CPP), al no haberse acreditado que
tenga familia, trabajo y domicilio conocidos, en vista a que el menor es imputable, fallo que no fue
apelado por ninguna de las partes; b) El 20 de marzo de 2007 dictó la Resolución que rechazó la
solicitud de la cesación de la detención preventiva del representado del recurrente, por no
haberse desvirtuado los motivos que dieron lugar a la detención preventiva; c) Toda vez que el
certificado de trabajo extendido por el representante de la “Flota Bolívar” señala que el imputado
trabajó como ayudante en dicha flota, desde el 22 de noviembre de 2006 hasta el 22 de febrero
del 2007, tal como corroboró su propio testigo de descargo, es decir que en la fecha en la que
cometió el supuesto ilícito no tenía trabajo; d) En cuanto al domicilio, refiere que está en “Flota
Bolívar”, que allí vive y duerme y que realiza constantemente viajes a Santa Cruz y Cochabamba
por lo que no puede considerarse que tenga un domicilio habitual como manda el art. 234.1 del
CPP; e) Contra dicha determinación el imputado interpuso recurso de apelación que fue resuelto
mediante Auto de Vista de “24 de marzo” que declaró improcedente el recurso manteniendo
firme el Auto apelado; f) Lo que no refiere el representado del recurrente es que el 26 de marzo de
2007, intentó por segunda vez la cesación de su detención preventiva que igualmente fue
rechazada mediante Auto de 28 de marzo de 2007, Resolución que no fue apelada, por lo que mal
puede impugnar una Resolución anterior, con ese acto a consentido libremente la Resolución
dictada.
A su turno la vocal Teresa Rosquellas Fernández, informó por escrito que cursa de fs. 43 a 45 lo
siguiente: Se dispuso la detención preventiva del representado del recurrente en vista que no
demostró tener trabajo, familia ni domicilio conocidos, apelada tal determinación, la Sala Penal de
la Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca, dispuso declarar improcedente el recurso
mediante Auto de Vista 103/07 de 24 de marzo de 2007, pues si bien demostró tener padres,
hermanos que viven en diferentes lugares; los padres en la comunidad de “Murifaya” provincia
Chayanta del departamento de Potosí; empero no demostró tener relación directa con sus
progenitores, tampoco demostró documentalmente el lugar donde habita simplemente manifestó
trabajar en “Flota Bolívar” y que su domicilio sería la oficina, lo que no garantiza la aplicación de
una medida sustitutiva, en cuanto al trabajo el representante de la “Flota Bolívar” no garantizó
que el imputado en caso de permanecer en libertad contaría con ese trabajo.
El vocal Oswaldo Fong Roca, señaló que: i) El Tribunal de alzada valoró la prueba oportunamente
presentada, tomando en cuenta que es una demanda incidental; ii) El recurso de hábeas corpus no
es sustitutivo de otros recursos ordinarios e inmediatos a los que la parte ofendida puede acudir,
en vista a que el mismo solicitó nuevamente cesación de su detención preventiva y ante la
Resolución que rechazó su pedido no interpuso apelación alguna.
I.2.3.Resolución
Por Resolución 131/2007 de 31 de marzo, cursante de fs. 63 a 65, pronunciada por la Sala Social y
Administrativa de la Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca, se declaró improcedente el
recurso, con el siguiente fundamento: a) El representado del recurrente si bien demostró tener
familia en diferentes puntos del país, no es menos evidente que no demostró tener dependencia
directa con la misma, tampoco demostró tener trabajo ni domicilio conocidos; b) El representado
del recurrente incumplió los requisitos para beneficiarse de una medida sustitutiva a la detención
preventiva; c) El mismo interpuso una nueva solicitud de cesación de su detención preventiva que
mereció el Auto de 28 de marzo de 2007, que no fue objeto de apelación alguna; d) No existen
nuevos elementos de juicio que hagan posible la cesación de su detención preventiva, más aún si
el hábeas corpus no es sustitutivo de otros recursos ordinarios, por lo que el Tribunal no puede
ingresar a valorar el fondo ni la prueba existente.
II. CONCLUSIONES
De los actuados producidos en este recurso, se llega a las conclusiones que se apuntan
seguidamente:
II.1.Dentro del proceso penal de investigación seguido por el Ministerio Público contra Nicolás
Gonzáles Pacheco, por la supuesta comisión del delito de violación seguido a denuncia de Crispín
Mamani, el Juez Primero de Instrucción en lo Penal, Iván Sandoval Fuentes, dispuso la detención
preventiva del imputado “en una sección especial de la cárcel pública de esta ciudad de Sucre”
para que se respeten los derechos del menor imputable, con el suficiente argumento que no
acreditó debidamente tener familia, trabajo ni domicilio conocidos (fs. 1 a 4).
II.2.Apelada la Resolución referida por el imputado, la Sala Penal de la Corte Superior del Distrito
Judicial de Chuquisaca, mediante Auto de Vista 103/07 de 24 de marzo de 2007, dispuso no ha
lugar a la prueba aportada en alzada, invocando el art. 404 del CPP y declaró improcedente el
recurso manifestando que el imputado no demostró tener familia, trabajo ni domicilio conocidos,
y que el Juez a quo obró conforme a ley en la valoración de los hechos y de la prueba aportada (fs.
24 a 25 vta.).
II.3.El 26 de marzo de 2007, el imputado solicitó ante el Juez Primero de Instrucción en lo Penal, la
cesación de su detención preventiva, la que fue rechazada mediante Resolución de 28 de marzo de
2007, y que según el informe del Juez correcurrido, no fue objeto de apelación alguna (fs. 51 a 57).
El recurrente señala que las autoridades judiciales recurridas vulneraron el derecho a la libertad de
su representado y la garantía del debido proceso, el Juez recurrido al haber dispuesto su detención
preventiva en el penal de “San Roque”, sin tomar en cuenta su minoridad y al haber rechazado la
cesación de su detención preventiva, mediante Resolución de 20 de marzo de 2007. Los Vocales
correcurridos al no haber tomado en cuenta la prueba aportada en segunda instancia y al no haber
valorado la misma a tiempo de dictar el Auto de Vista que confirmó la Resolución apelada. Por lo
que corresponde analizar, en revisión, si de acuerdo a los datos del cuaderno procesal y las
normas legales aplicables, se debe otorgar la tutela que brinda el art. 18 de la CPE.
Especificando su ámbito de acción, el art. 2 del Código del Niño, Niña y Adolescente (CNNA),
señala que se considera niño o niña a todo ser humano desde su concepción hasta cumplir los
doce años y adolescentes desde los doce a los dieciocho años de edad cumplidos.
Asimismo el art. 4 del CNNA señala que en caso de duda sobre la edad, se presume la minoridad,
en tanto no se pruebe lo contrario mediante documento público o por otros medios previa orden
judicial.
III.2. En caso de hechos delictivos en los que se encuentren involucrados los adolescentes, el art.
303 del CNNA, prescribe que una vez recibida la denuncia o información fehaciente sobre la
comisión de un hecho delictivo por un adolescente, el Fiscal determinará la investigación e
informará al Juez dentro de las ocho horas.
III.3.En relación a lo referido, el art. 225 del CNNA, dispone: “Los mayores de dieciséis años y
menores de veintiún años, serán sometidos a la legislación ordinaria, pero contarán con la
protección a que se refieren las normas del presente título”, normas que concuerdan con las
previstas por el art. 5 del Código Penal (CP) que establece: “La ley penal no reconoce ningún fuero
ni privilegio personal, pero sus disposiciones se aplicarán a las personas que en el momento del
hecho fueren mayores de dieciséis años”. De la interpretación de estas normas, se tiene que el art.
2 del CNNA, señala que su ámbito de aplicación incluso alcanza a menores de veintiún años; sin
embargo, en lo que se refiere a responsabilidad penal, el mismo Código remite el procesamiento
de los mayores de dieciséis años a la legislación ordinaria, de manera que las normas de
procedimiento para los menores que sobrepasaron esa edad son las del Código de Procedimiento
Penal, sin desmedro de la protección especial que otorgan las normas del Código del Niño, Niña y
Adolescente.
III.4.En el caso de autos por la cédula de identidad y del informe social cursantes a fs. 6 y 8 a 10, se
evidencia que el imputado Nicolás Gonzales Pacheco cuenta con diecisiete años de edad; por
consiguiente, se encuentra en la categoría de adolescente imputable, en tal condición frente a la
supuesta comisión del delito de violación que se le acusa, fue sometido a la justicia ordinaria, en la
que se le debe otorgar la protección especial que conceden las normas del Código del Niño, Niña y
Adolescente.
De los antecedentes cursantes en obrados se tiene que a imputación del Ministerio Público, el Juez
cautelar recurrido dispuso la detención preventiva del imputado, previa valoración de la prueba
aportada, determinación que fue apelada y confirmada por los Vocales recurridos, quienes
rechazaron valorar la prueba ofrecida en segunda instancia, apartándose de la jurisprudencia
constitucional señalada entre otras en la SC 1181/2006-R de 24 de noviembre que dice: “(…) Por
otra parte, a efecto de resolver la problemática planteada, se debe establecer si el tribunal de
apelación, cuando se impugnen las resoluciones referidas a medidas cautelares, debe o no valorar
los elementos de prueba presentados en apelación. Para dilucidar este aspecto se debe señalar
que la apelación de la resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, está
sujeta a un trámite especial previsto en el art. 251 del CPP, modificado por el art. 15 de la Ley del
Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana (LSNSC), que prevé que la resolución puede ser apelada
en el efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos horas, y que una vez presentado el
recurso, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas ante la Corte Superior de Justicia en el
término de veinticuatro horas, debiendo resolver el Tribunal sin más trámite y en audiencia,
dentro de los tres días siguientes de recibidas las actuaciones.
Conforme se tiene dicho, el trámite previsto en el art. 251, difiere del regulado en los arts. 404 al
406 del CPP, al consignar plazos más cortos para el tratamiento de la apelación y eliminar algunas
formalidades previstas en las normas antes referidas, esto debido a que las decisiones vinculadas a
las medidas cautelares, además de afectar el derecho a la libertad del imputado, tienen carácter
instrumental al proceso, en la medida en que aseguran la averiguación de la verdad, el desarrollo
del proceso y la aplicación de la ley; consiguientemente, las decisiones sobre las medidas
cautelares deben ser adoptadas en un tiempo menor y atendiendo a los principios generales que
rigen la aplicación de medidas cautelares, previstos en el Código de Procedimiento Penal, como
por ejemplo, el carácter excepcional de las medidas cautelares y el principio de favorabilidad
establecido en el art. 7 del CPP, que determina que: `La aplicación de medidas cautelares
establecidas en este Código será excepcional. Cuando exista duda en al aplicación de una medida
cautelar o de otras disposiciones que restrinjan derechos o facultades del imputado, deberá
estarse a lo que sea más favorables a éste`.
Consiguientemente, en virtud al principio de favorabilidad, que informa la aplicación de las
medidas cautelares, conforme lo determina el art. 221 del CPP, es posible que la prueba
presentada en apelación, pueda ser compulsada y valorada por los vocales que conocen la causa al
momento de pronunciar resolución” ( las negrillas son nuestras).
Sin embargo, frente al rechazo del recurso de apelación el imputado, no recurrió oportunamente
al recurso de hábeas corpus, sino que el 26 de marzo de 2007, volvió a presentar ante el Juez
cautelar un memorial en el que le pide la cesación de su detención preventiva, anexando prueba
para tal efecto, petitorio que fue rechazado mediante Resolución de 28 de marzo de 2007, frente a
ello el imputado no interpuso el recurso de apelación ante el superior en grado; por el contrario
acudió directamente al recurso de hábeas corpus, sin tomar en cuenta que las Resoluciones que
ahora impugna son anteriores a la Resolución referida de 28 de marzo de 2007 y que
corresponden a una etapa procesal anterior a la que el mismo dio lugar a tiempo de realizar una
nueva solicitud, lo que hace improcedente ingresar a analizar la problemática de fondo, en vista a
que el recurso de hábeas corpus, no puede examinar actuados procesales anteriores a una nueva
Resolución que rechazó la cesación de la detención preventiva, debido a que quien alega la
vulneración de su derecho a la libertad, debe impugnar la supuesta vulneración en el momento
preciso, dado que los plazos procesales y actuados precluyen y no es posible retrotraer el proceso
por medio de un recurso de hábeas corpus.
Continua refiriendo la citada Sentencia que: “(…) en los supuestos en que la norma procesal
ordinaria de manera específica prevea medios de defensa eficaces y oportunos para resguardar el
derecho a la libertad supuestamente lesionado, estos deben ser utilizados, previamente,
circunstancia en la que excepcionalmente, el recurso de hábeas corpus operará de manera
subsidiaria”.
Señala también que: “(...) como el ordenamiento jurídico no puede crear y activar recursos
simultáneos o alternativos con el mismo fin sin provocar disfunciones procesales no queridas por
el orden constitucional, se debe concluir que el proceso constitucional del hábeas corpus,
únicamente se activa cuando los medios de defensa existentes en el ordenamiento común, no
sean los idóneos para reparar, de manera urgente, pronta y eficaz, el derecho a la libertad
ilegalmente restringido. No es posible acudir a este recurso, cuando el ordenamiento jurídico
prevé medios de impugnación específicos y aptos para restituir el derecho a la libertad, en forma
inmediata. Conforme a esto, solamente una vez agotado tal medio de defensa y ante la
persistencia de la lesión, se podrá acudir a la jurisdicción constitucional, invocando la tutela que
brinda el hábeas corpus” (las negrillas son nuestras).
Refiere igualmente: “(...) que el Código de Procedimiento Penal, ha previsto un recurso expedito
en resguardo del derecho a la libertad del imputado. En consecuencia, ese es el recurso que debe
utilizarse para impugnar los actos del juez que se consideren lesivos al derecho aludido, y no
acudir directamente o de manera simultánea a la justicia constitucional a través del recurso de
hábeas corpus, garantía que podrá ser utilizada sólo cuando el tribunal superior en grado no haya
reparado las lesiones denunciadas” (las negrillas son nuestras).
POR TANTO
No interviene la Magistrada, Dra. Silvia Salame Farjat, por ser de voto disidente.