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Expediente: 2006-13793-28-RAC
Distrito: Oruro
Magistrado Relator: Dr. Walter Raña Arana
Los recurrentes en el escrito presentado el 11 de abril de 2006 cursante de fs. 14 a 16, manifiestan
que en el Juzgado Tercero de Instrucción en lo Penal Cautelar del Distrito Judicial de Oruro, se
sustancia el proceso penal seguido por el Ministerio Público contra Mónica Nadesda Mendoza
Medina, hoy correcurrente, por la presunta comisión del delito de falsedad ideológica y otros,
habiendo por ello contratado la asistencia profesional del abogado Fernando Arispe Crespo
(correcurrente), para que la asista y asuma su defensa técnica, en cuyo ejercicio se apersonó ante
el Ministerio Público a cargo de la Fiscal ahora correcurrida, solicitando una certificación, quien le
respondió que observe las previsiones contenidas en el art. 18 de la Ley de la Abogacía (LA) y art.
14 del Código de Ética Profesional de la Abogacía (CEPA), siendo así que en la solicitud presentada
no se dirigió con términos indecorosos ni actuó con deslealtad en la defensa. Es así que el 1 de
marzo de 2006, la Fiscal emitió requerimiento expreso para que el Colegio de Abogados, extienda
certificación si existía alguna denuncia contra el abogado de la imputada o fue sometido a proceso
en el Tribunal de Honor de esa institución, lo que constituye una persecución indebida, además de
la obstaculización del legítimo derecho al trabajo y deL ejercicio profesional de defensa, pues el
actuar de la representante del Ministerio Público, tiene la finalidad de amedrentarlo y lo que es
más, sin tener presente que no es parte del proceso, pues únicamente es abogado patrocinador
de la imputada, en cuyo ejercicio es inviolable por las opiniones que emita en su defensa o
alegatos ante las autoridades, no pudiendo por ese motivo ser investigado, molestado,
perseguido, detenido ni procesado, conforme lo dispone el art. 9 de la LA.
Indican como vulnerados sus derechos a la seguridad jurídica, al derecho al trabajo, a la defensa y
del debido proceso, previstos por los arts. 7 incs. a) y d) y 16 de la CPE.
Los recurrentes, interponen amparo constitucional contra Abigail Modesta Saba Salas de Segarra,
Fiscal de Materia y Rosendo Gutiérrez Rojas, Juez Tercero de Instrucción en lo Penal Cautelar del
Distrito Judicial de Oruro, solicitando sea declarado procedente, dejando sin efecto el
requerimiento emitido por la Fiscal de Materia correcurrida, y se instruya que dicha autoridad deje
de perseguir, disponer investigaciones, certificaciones e informes haciendo uso del proceso penal
seguido contra la recurrente. Asimismo, se imponga al Juez correcurrido, la obligación que tiene
de hacer prevalecer y respetar las garantías constitucionales, con costas y demás condenaciones
de ley.
Efectuada la audiencia pública el 20 de abril de 2006, según consta en el acta de fs. 71 a 78 vta. de
obrados, se produjeron los siguientes actuados:
El Juez Tercero de Instrucción en lo Penal Cautelar del Distrito Judicial de Oruro, informó: a) en su
Juzgado se está sustanciando el proceso penal seguido contra la correcurrente Mónica Nadesda
Mendoza Medina, cuyo abogado al presentar sus memoriales, su autoridad observó el
cumplimiento del art. 22 de la LA, respecto al pase profesional el que en efecto fue presentado.
Posteriormente en otro memorial el abogado, ahora correcurrente, denunció actos ilegales de
investigación y persecución indebidos por parte de la representante del Ministerio Público,
habiendo respondido su autoridad conforme establece el art. 279 del Código de Procedimiento
Penal (CPP), que no se halla facultado para inmiscuirse en actos de investigación, por ser éstos
propios del Ministerio Público, disponiendo que acuda a la vía llamada por ley, más aún si el
recurrente ha señalado no ser sujeto procesal; b) indica el correcurrente que su autoridad no hizo
prevalecer las garantías o derechos constitucionales respecto a las partes, principalmente sobre
las denuncias del abogado, quien señala que por disposición del art. 317 del CPP, resulta ser sujeto
procesal, sin considerar que esta norma tiene estricta relación con el art. 16 del mismo compilado
adjetivo penal únicamente para las excusas y recusaciones, y no así para los casos de investigación,
por lo que entiende que los sujetos procesales son el Ministerio Público, el querellante y la
imputada, no así los abogados; c) el recurrente en su recurso, indica que existe una marcada
enemistad con la Fiscal recurrida, por eso su autoridad dispuso se libre a la vía llamada por ley, las
denuncias efectuadas por el abogado correcurrente, no siendo evidente que con esa providencia
se le hubiera cerrado la puerta a otro recurso, pues tenía conforme a ley el recurso de reposición,
lo que prueba no agotó con las instancias legales antes de plantear este recurso, además que su
demanda es por indebida investigación y persecución, debiendo acudir a la tutela de otro recurso
extraordinario y no del amparo constitucional, solicitando sea declarado improcedente.
La correcurrida, Fiscal de Materia, Abigail Modesta Saba Salas, en su informe escrito de fs. 43 a 46,
leído en audiencia señaló: 1) por las fotocopias adjuntas se constata que el proceso penal seguido
por la UTO contra Mónica Nadesda Medina Mendoza, por la presunta comisión del delito de uso
de instrumento falsificado, a la fecha se halla radicado ante el Tribunal de Sentencia Penal de la
Capital, con acusación pública y trámite para la formulación de la acusación y el consiguiente juicio
oral; 2) el correcurrente alega que como resultado del requerimiento de 1 de marzo de 2006, que
emitió pidiendo certificación del Colegio de Abogados, si existía denuncia o había sido sometido a
algún proceso por el Tribunal de Honor, se apersonó ante el Juez Tercero de Instrucción Penal
Cautelar, quien al no considerarlo sujeto procesal, rechazó su solicitud de dejar sin efecto el
requerimiento aludido; sin embargo, la autoridad jurisdiccional responsable del control de
garantías, alegando que la competencia del órgano jurisdiccional se limita al conocimiento de las
solicitudes de los sujetos procesales, declaró sin lugar la solicitud vinculada al abogado Fernando
Arispe Crespo; empero, el recurrente contra esa providencia, no interpuso ningún recurso de
reposición, en estricta observancia de los arts. 401 y 402 del CPP; 3) conforme el art. 96 inc. 3) de
la Ley del Tribunal Constitucional (LTC), el recurso de amparo constitucional, no procede contra las
resoluciones judiciales que por cualquier otro recurso puedan ser modificadas o suprimidas aún
cuando no se haya hecho uso oportuno de dicho recurso. De lo que se desprende que el recurso
de amparo se constituye en un instrumento subsidiario y supletorio en la protección de los
derechos fundamentales, porque no es posible utilizarlo si es que previamente no se agotó la vía
ordinaria de defensa y supletorio porque viene a reparar y reponer las deficiencias de esa vía
ordinaria, señalando Sentencias Constitucionales ( SSCC 1089/2003-R, 552/2003-R); 4) el
correcurrente, Fernando Arispe Crespo, no ejercitó el recurso de reposición contra la providencia
de 9 de marzo de 2006, dictada por el Juez Cautelar, resultando el presente recurso improcedente
en mérito a que la autoridad judicial no ha tenido la posibilidad de pronunciarse sobre aquel
asunto, puesto que el correcurrente no ha planteado recurso alguno en su oportunidad y plazo
legal; 5) no se ha acreditado la vulneración de ningún derecho o garantía que hubiera sido
amenazada, restringida o suprimida, en ningún momento se puso en riesgo su trabajo, como
abogado, no existe persecución indebida o ilegal, toda vez que la causa se encuentra en etapa de
juicio oral, sin vulnerar el debido proceso porque todos los actos han sido encaminados conforme
a derecho.
I.2.2.Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1.El 6 de enero de 2005, la Fiscal de Materia de Oruro, Abigail Saba Salas, presentó imputación
formal contra Mónica Nadesda Mendoza Medina y otros, por la presunta comisión del delito de
uso de instrumento falsificado, previsto por el art. 203 del Código Penal (CP), solicitando la
aplicación de medidas sustitutivas a la detención preventiva, dentro del proceso penal seguido en
su contra por la Universidad Técnica de Oruro (fs. 50 a 56), las que fueron impuestas mediante
Auto interlocutorio motivado de 2 de febrero de 2005, dictado por el Juez Tercero de Instrucción
en lo Penal Cautelar de Oruro (fs. 57 y vta.).
II.4.El correcurrente, Fernando Arispe Crespo, mediante memorial de 8 de marzo de 2006, solicitó
al Juez Tercero de Instrucción en lo Penal Cautelar, que como controlador de las garantías
constitucionales, disponga se revoquen las certificaciones así como se limite el accionar de la Fiscal
de Materia recurrida, quien abusando de su condición de Fiscal, en su caso, no puede hacer
peticiones que le atañen como abogado, por no ser parte del juicio (fs. 62 y vta.), mereciendo la
providencia que al no ser sujeto procesal, debe acudir a la vía llamada por ley (fs. 63).
II.6.La imputada correcurrente, reitera su pedido al Juez de la causa, para que en su condición de
sujeto procesal le otorgue garantías necesarias en su derecho a la defensa, considerando la
denuncia de su abogado patrocinador (fs. 67 y vta., y 69 y vta.), providenciando la autoridad
jurisdiccional, en sus diversos puntos lo impetrado con anterioridad por la imputada, rechazando
la separación del proceso y con relación a la denuncia de persecución de su abogado, reitera
acuda a la vía llamada por ley (fs. 70).
Los recurrentes, afirman que la Fiscal de Materia y el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal
Cautelar del Distrito Judicial de Oruro, han vulnerado sus derechos a la seguridad jurídica, debido
proceso, a la defensa y al trabajo, pues dentro del proceso penal que le siguen a la correcurrente,
por la presunta comisión del delito de uso de instrumento falsificado, al asumir defensa como
abogado patrocinante, el correcurrente, la Fiscal de Materia, ha requerido dentro de dicha acción
penal, certificaciones del Colegio de Abogados respecto a las denuncias o procesos a los que se
haya sometido al abogado, lo que constituye no solo una persecución en contra del profesional
citado, sino una vulneración del derecho al trabajo, así como coartar el derecho a la defensa de la
imputada correcurrente, a través de una defensa técnica, situación que denunciada ante el Juez
Cautelar, en vez de velar por el respeto y garantías de los derechos de la imputada, dispuso se
acuda a la vía llamada por ley. En consecuencia, corresponde determinar si los extremos
demandados son evidentes y si merecen la protección que brinda el art. 19 de la CPE.
III.1. En la acción tutelar, planteada por los recurrentes, alegando actos ilegales e indebidos de las
autoridades recurridas, corresponde antes de ingresar a su análisis, referirse a la jurisprudencia
constitucional que ha determinado los casos en que se concede la tutela mediante el recurso de
amparo constitucional, desarrollando subreglas debido a su naturaleza subsidiaria, las que han
sido establecidas en la SC 1337/2003-R, de 15 de septiembre, señalando:“…se extraen las
siguientes reglas y subreglas de improcedencia de amparo por subsidiariedad cuando: 1) las
autoridades judiciales o administrativas no han tenido la posibilidad de pronunciarse sobre un
asunto porque la parte no ha utilizado un medio de defensa ni ha planteado recurso alguno, así: a)
cuando en su oportunidad y en plazo legal no se planteó un recurso o medio de impugnación y b)
cuando no se utilizó un medio de defensa previsto en el ordenamiento jurídico; y 2) las
autoridades judiciales o administrativas pudieron haber tenido o tienen la posibilidad de
pronunciarse, porque la parte utilizó recursos y medios de defensa, así: a) cuando se planteó el
recurso pero de manera incorrecta, que se daría en casos de planteamientos extemporáneos o
equivocados y b) cuando se utilizó un medio de defensa útil y procedente para la defensa de un
derecho, pero en su trámite el mismo no se agotó, estando al momento de la interposición y
tramitación del amparo, pendiente de resolución. Ambos casos, se excluyen de la excepción al
principio de subsidiaridad, que se da cuando la restricción o supresión de los derechos y garantías
constitucionales denunciados, ocasionen perjuicio irremediable e irreparable, en cuya situación y
de manera excepcional, procede la tutela demandada, aún existan otros medios de defensa y
recursos pendientes de resolución”.
III.2. En el caso de autos, es aplicable la jurisprudencia glosada, por cuanto de los antecedentes
procesales se constata que los recurrentes denuncian actos ilegales restrictivos de derechos y
garantías fundamentales por parte de la Fiscal de Materia y del Juez Tercero de Instructor en lo
Penal Cautelar del Distrito Judicial de Oruro. Al respecto, cabe señalar que con relación a la
actuación de la Fiscal de Materia, ante su actuar ilegal, con abuso y exceso de poder, al requerir
certificaciones de antecedentes del abogado correcurrente, dentro del proceso penal que se sigue
contra su patrocinada, como si fuera también objeto de la investigación o que esté involucrado en
la acción penal, la Ley Orgánica del Ministerio Público, prevé dentro del Régimen Disciplinario
como en el Reglamento de Organización y Funcionamiento de la Inspectoría General y Régimen
Disciplinario de los Miembros del Ministerio Público, las sanciones a las que son pasibles los
Fiscales que incurran en faltas graves, gravísimas y leves, en el ejercicio de sus funciones, como en
el caso presente en el que los recurrentes antes de acudir a la justicia constitucional, deben
hacerlo ante el superior jerárquico, denunciando formalmente los hechos que consideran
lesionados o conculcan sus derechos, para que en la vía administrativa se establezca la
responsabilidad, en este caso, de la Fiscal de Materia correcurrida, lo que determina la
improcedencia de la acción tutelar presente, conforme lo establece el fallo constitucional citado,
como en este caso, en el que las autoridades fiscales administrativas no han tenido la posibilidad
de pronunciarse sobre el asunto porque la parte no ha utilizado un medio de defensa ni ha
planteado recurso alguno.
Respecto a la actuación del Juez Tercero Instructor en lo Penal Cautelar de Oruro, autoridad que
no obstante los reclamos efectuados por los recurrentes, para que ejerza el control jurisdiccional,
velando por que se respeten los derechos y garantías de la imputada, garantizándole su defensa
técnica mediante un profesional abogado, se constata que derivó el conocimiento de dichas
actuaciones ilegales de la Fiscal correcurrida a la vía llamada por ley, mediante el decreto
cuestionado, respecto al cual los recurrentes debieron pedir reposición, recurso previsto por el art.
401 del CPP, antes de recurrir vía amparo constitucional, en reclamo de la reparación de lo que
considera sus derechos lesionados, al no hacerlo dejó precluir su derecho, no siendo este recurso
constitucional sustitutivo de los recursos ordinarios ni suple la negligencia de las partes, además
de poder insistir en su reclamo ante el Juez Cautelar para que cumpla con su rol encomendado por
el art. 54.1) del CPP.
III.3. Finalmente, a los efectos de adecuar los términos empleados en las Resoluciones y
Sentencias Constitucionales que resuelven los recursos de amparo constitucional, a partir del
entendimiento desarrollado en la SC 0505/2005-R, de 10 de mayo, corresponde recordar que: “(…)
tanto los jueces y tribunales de amparo, así como el Tribunal Constitucional deben emplear los
términos “conceder” o “denegar” el amparo en aquellos casos en que se ingrese a resolver el
fondo de la problemática planteada en el recurso de que se trate; que los términos de
“procedencia” o “improcedencia” del amparo están reservados para los casos de los arts. 94 y 96,
respectivamente, de la LTC, en cuyo caso, si se constata que el amparo procede por no existir
ninguno de los supuestos de improcedencia previstos por el art. 96 de la LTC, el juez o tribunal
tendrá que abocarse al análisis de los requisitos de admisibilidad; en cambio, si verifica la
concurrencia de alguna de las causales señaladas en el art. 96 de la LTC debe declarar de manera
fundamentada la improcedencia in limine del amparo (…)”, SC 0191/2006-R, de 21 de febrero. (Las
negrillas son nuestras).
En consecuencia, el Tribunal de amparo al haber declarado “no haber lugar y deniega el recurso”,
aunque debió declararlo improcedente conforme lo señalado, ha compulsado debidamente los
antecedentes procesales y dado correcta aplicación al citado art. 19 de la Ley Fundamental.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional en virtud de la jurisdicción y competencia que ejerce por mandato de los
arts. 19.IV y 120.7ª de la CPE y arts. 7 inc.8) y 102.V de la LTC, en revisión, resuelve APROBAR con
los fundamentos precedentes, la Resolución 04/2006, de 20 de abril, cursante de fs. 79 a 82 vta.,
pronunciada por la Sala Penal Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Oruro y, en
consecuencia declarar IMPROCEDENTE el recurso.