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Observaciones previas
A partir de la observación de la siguiente obra, el estudiante tendrá que buscar aquellas fuentes
literarias en las que se ha podido basar el autor para idear el asunto central del retablo (La
Crucifixión), pudiendo comentar de manera secundaria el conjunto de escenas y el sentido que
las mismas adquieren desde el punto de vista narrativo en este tipo de composiciones. Una vez
localizadas y leídas las fuentes escritas, se deberá realizar un comentario indicando las
variaciones existentes entre la pintura principal y las versiones literarias que narran la escena,
así como la referencia a otras obras de arte de la misma temática.
La extensión máxima del ejercicio será de 3 páginas (letra Arial, tamaño 11 e interlineado 1,5).
Se valorará el número y variedad de fuentes localizadas y la capacidad de relacionar cada uno
de los textos con los motivos, objetos y personajes representados.
Miquel Alcanyís (atribuido), Retablo de la Santa Cruz, ppios. s. XV. Museu Belles Arts València.
[enlace al catálogo del museo | enlace a imagen ampliada]
EJERCICIO 2. Estudio de un tema y su evolución iconográfica: Prometeo
La extensión máxima del ejercicio será de 3 páginas (letra Arial, tamaño 11 e interlineado 1,5),
excluyendo del límite la reproducción de las imágenes, numeradas como fig. 1, fig. 2, etc. Se
valorará la variedad e idoneidad de las obras elegidas así como la capacidad de relacionarlas
con el contenido del texto en relación a los personajes, paisaje, momento de la acción dentro del
relato… En ese sentido, es posible seleccionar fragmentos y detalles puntuales de obras.
Hermes. — He aquí, Hefesto, el Cáucaso, donde deberá ser clavado este infeliz titán 1.
Busquemos ahora una roca adecuada, si hay en algún sitio una zona exenta de nieve, a
fin de que las cadenas se fijen con mayor seguridad y éste quede a la vista de todos una
vez colgado.
Hefesto. — Busquémosla, Hermes: no conviene, en efecto, crucificarlo a poca altura y
cerca de la tierra, no sea que acudan en su ayuda los hombres, esos seres que ha
modelado 2; ni tampoco en la cima —pues no alcanzarían a verlo los de abajo—. Si te
parece, crucifiquémosle a media altura, aquí, sobre la sima, con los brazos extendidos
desde esta roca a esa de enfrente.
Hermes. — Tienes razón: las peñas están peladas y resultan inaccesibles por doquier,
levemente inclinadas, y la roca tan sólo presenta ese estrecho punto de apoyo al pie,
donde es difícil mantenerse de puntillas; en una palabra, va a resultar una cruz muy
adecuada. (A Prometeo.) No resistas, pues, Prometeo; sube y sométete a ser clavado a
la montaña.
Prometeo. — Vosotros, Hefesto y Hermes, tened compasión de mí, que sufro una
desgracia inmerecida.
Hermes. — Con eso quieres decir, Prometeo [con «tened compasión»], que en tu lugar
seamos nosotros crucificados al momento por desobedecer la orden. ¿O acaso no te
parece que el Cáucaso tiene suficiente capacidad para admitir a otros dos enclavados
más? Vamos, extiende la mano derecha. (A Hefesto.) Tú, Hefesto, sujétala, clávala y
dale al martillo con fuerza. (A Prometeo.) Dame ahora la otra. Que quede también ésta
bien segura. Ya está bien. Luego bajará volando el águila a roerte el hígado, para que
tengas tu pleno merecido por tu bella e ingeniosa creación plástica 3.
Prometeo. — ¡Oh Crono, Jápeto, y tú, madre! 4. ¡Qué de males padezco en mi desdicha,
sin haber cometido mal alguno!
1
Los titanes eran hijos de Urano y la Tierra (Gea), en número de doce. De uno de ellos, Jápeto, y la nereida Clímene
nacieron Atlante, Menetio, Prometeo y Epimeteo. Cf. Hesíodo, Teogonía, 507 ss.
2
Hesíodo y Esquilo (Prometeo encadenado) no se alude a este hecho. Cf. Cicerón, Tusculanas II 10; Apolonio de
Rodas, II 1247, etc.
3
Cf. Hesíodo, Teogonía 521 ss.; Esquilo, Prometeo encadenado 1 ss.
4
Cf. nota 1.