La máquina

En un mundo donde todos son Expertos, nadie parece comprender cómo funciona la
Máquina, ni por qué está aquí.
 La máquina
A
quí se presenta "La máquina", una
ambientación de rol válida para cualquier
sistema.
Los protagonistas se sumirán en una
sociedad que no comprenden, en la que se
encuentra, desde hace cientos de años, una
máquina abominable que influye, de una u otra
forma, en la vida de todos sus habitantes.
Historia
«Su aspecto era temible, gigantesco y monstruoso, tenía
multitud de engranajes, pistones, ruedas dentadas, tuercas y
tornillos, todo estaba cubierto de herrumbre desde hacía
tanto tiempo que no quedaba nadie en aquel lugar que
recordase su aspecto original.
El tamaño de la Máquina era abrumador, producía un leve
traqueteo, de vez en cuando parecía avanzar mientras que
otras veces retrocedía, aunque nunca parecía alejarse
demasiado.
Contaba con numerosas chimeneas, algunas altas y
esbeltas, mientras que otras eran retorcidas, algunas eran
inmensas y se ubicaban en todo lo alto y otras, por el
contrario, estaban en los laterales y el humo que expulsaban,
en ocasiones azulado, blanco u oscuro, se introducía
lentamente por las oquedades de metal de toda su estructura.
A veces extendía inmensos brazos metálicos que
arrancaban pedazos de tierra, la golpeaban o sencillamente
se movían de forma acompasada arriba y abajo, como un
aleteo, que unas veces era lento e hipnótico, mientras que
otras era violento y terrible.
También sucedía a veces que se quedaba completamente
inmóvil, provocando gran temor, pues en esas contadas
ocasiones no se podía evitar que, entre todos los presentes,
se extendiese la duda de si volvería alguna vez a funcionar.
Aunque hasta el momento siempre lo había hecho, los
Expertos más ancianos del pueblo recordaban con verdadero
terror el periodo más largo de inactividad de la máquina; casi
tres semanas hacía ya cincuenta años en donde se temía que
no volviera a arrancar jamás.
En multitud de ocasiones habían sucedido accidentes, un
par de personas fueron engullidas por dos láminas de acero
que súbitamente se abrieron y cerraron sin previo aviso
(como acostumbraba a suceder en la Máquina), y en otra
ocasión, un Experto que había subido a lo alto de una de las
torres para llevar a cabo labores de mantenimiento, cayó al
vacío al agitarse ésta violentamente.
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Los creadores de la Máquina, si es que existieron, no
dejaron un manual de instrucciones (la verdad es que
hubiera sido un detalle), pero aun sin comprender del todo su
funcionamiento, de lo que nadie dudaba era de que se trataba
de un artefacto formidable y magnífico.
Entre los ciudadanos había numerosos Expertos en la
Máquina, eran aquellos que la habían estudiado en
profundidad (o que al menos lo habían intentado), aunque sus
predicciones sobre su comportamiento solían fallar a
menudo.
Cuando no fracasaban estrepitosamente, esas
predicciones se circunscribían, por ejemplo, sólo a unos
pocos engranajes de la parte inferior de la caldera, o a la
forma de lubricar los pistones para que estos produjeran el
menor ruido posible.
Algo que tienen en común todos estos Expertos es que
piensan que su conocimiento concreto sobre su pequeño
ámbito de estudio es perfectamente extrapolable a todo el
resto de la Máquina; si algo caracteriza a los más entusiastas
es que siempre afirman categóricamente conocer el
funcionamiento completo del artefacto.
Por un lado, aquellos que conocen en profundidad los
engranajes de la parte inferior de la caldera, creen que los
engranajes de la parte frontal, sobre las grúas delanteras,
deben funcionar igual.
Por su parte, los Expertos que siempre optaban por
lubricar los pistones de los motores laterales solían
recomendar lubricar también los cabrestantes de acero, para
espanto y asombro del resto de Expertos.
En una ocasión la multitud se agolpaba alrededor de la
Máquina, era el día de tomar decisiones.
—Hay que apretar más las tuercas —dijeron, como en cada
ocasión, los Expertos Tuerquistas.
—Llevamos años apretándolas y no ha servido para nada
—replicaban los Tornill ó cratas— Hay que dejar en paz las
tuercas y centrarse en los tornillos.
—¡La herrumbre, todo es culpa de la herrumbre!, la
herrumbre bloquea todos los mecanismos y si estos no
pueden moverse libremente, la Máquina jamás podrá
avanzar.
—Nosotros no queremos que avance, ¡primero tenemos
que aprender a moverla en la dirección adecuada! —les
replicaba el resto.
 —Se podría haber evitado el coste que trajeron consigo el
También había entre la muchedumbre diversos militantes año pasado, ¡Se tendría que haber hecho antes! —dijeron los
de Derrumbre, un grupo fundamentalista que hacían de un bando.
incursiones a la Máquina durante todo el año, llevando
consigo material para limpiar el óxido, pese a que esto era —Intercambiar ambas torres no es la solución y además
considerado peligroso. será muy costoso, la solución es quitar esas torres, ¡no sirven
para nada! —se lamentaron los de otro.
Cada habitante de aquel lugar había formado su propia
opinión con los años, la última vez que apretamos las tuercas —¿Quitar las torres?, deben haber olvidado lo que sucedió
la caldera dejó de funcionar, tiene que haber alguna relación la última vez que alguien hizo algo así —dijeron echándose
entre las tuercas de los motores laterales y la caldera, el las manos a la cabeza.
Experto que decía que había que sustituir todos los tornillos
de la máquina terminó trabajando para una fábrica de Al terminar el día todos regresaron a sus hogares, algunos
tornillos, ¡así no hay quien se fíe de él!. decaídos y llenos de rabia, otros con la satisfacción del
trabajo bien hecho y llenos de esperanza.
Siguieron discutiendo largo y tendido durante todo el día y
finalmente todos los allí presentes votaron.
Al día siguiente los resultados de la votación ya estaban
listos y uno de los representantes los leyó en voz alta: A la semana siguiente la Máquina aplastó a un operario
bajo el peso de la séptima viga central, la culpa variaba
—A la séptima de las vigas centrales se le apretarán la dependiendo de a quién se le preguntase, para unos
segunda y quinta tuerca, pero en cambio la tercera se le resultaba obvio que fue de los Tuerquistas, por apretar
aflojará. demasiado las tuercas, para otros resultaba obvio que la
culpa era de los Tornillócratas, por colocar una arandela.
Hubo gran revuelo, los Tuerquistas lo consideraban una
victoria, habían logrado convencer al resto de la importancia —Esto se veía venir —dijeron unos.
de la segunda y la quinta tuerca de la séptima viga central,
todos los Expertos estaban pletóricos y sus votantes —Lo advertimos y nadie nos hizo caso —dijeron otros.
entusiasmados, por fin la séptima viga central sujetará la
estructura con la firmeza que requieren los tiempos. Así siguieron las cosas durante muchísimos años.
Por su parte los Tornillócratas también lo consideraban Siempre hubo alguien a quien echarle la culpa cuando la
una victoria propia, porque tal y como habían prometido, la Máquina fallaba y siempre hubieron multitud de Expertos
tercera tuerca de la séptima viga central se aflojaría, dejando tratando de desentrañar su funcionamiento para poder
así espacio para la arandela que tanto tiempo llevaban explicárselo a los demás.
reclamando, esa holgura debería permitir a la estructura
pivotar con mayor facilidad. Lo que nunca hubo fue nadie que se preguntase para qué
demonios servía aquella Máquina, aparte de para romper la
Entre la algarabía se alzó de nuevo la voz del tierra, contaminar el aire, suscitar interminables discusiones
representante, que anunció la segunda medida: —Se quitará y triturar algunos operarios de vez en cuando.»
la herrumbre del sexto engranaje trasero.
Parece que el mensaje de los sectores más radicales de
Derrumbre ha calado entre la muchedumbre.
—Por primera vez en la historia este engranaje se moverá,
es un avance para todos, incluso para aquellos que no han
creído en nosotros —dijo en la prensa el líder de Derrumbre.
Para la mayoría de los Expertos, sin embargo, este
engranaje no parecía servir para nada, no es de extrañar que
este tipo de pensamientos afloren en tiempos convulsos, Es
culpa de la mala imagen que da el tener engranajes en
condiciones tan deplorables.
La tercera medida fue la más polémica:
—Dos de las torres superiores se intercambiarían de lugar,
la trasera se moverá al lugar que actualmente ocupa la
delantera y viceversa —anunció el representante,
asombrando a todos los presentes.

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Los Expertos
Experto es el nombre que recibe cualquier habitante en
este lugar. La vida de un Experto está siempre condicionada
por la Máquina; ésta le arrebata amigos y familiares,
destruye lugares y a veces provoca incendios.
Todos los Expertos tratan de solucionar los problemas que
causa continuamente la Máquina, y todos parecen tener muy
claro cómo hacerlo, pero, seamos sinceros: nadie tiene ni
idea.
Los Tuerquistas
Este grupo de Expertos está obsesionado con las tuercas,
se remiten a manuales de dudosa procedencia e incluso a
libros antiguos y polvorientos escritos por gente ya olvidada
para justificar sus férreas creencias.
Si algo tienen claro es que apretar y aflojar las tuercas es la
única forma de hacer que la M á quina funcione en beneficio
de todos.
Los Tornillócratas
Este grupo de Expertos está obsesionado con los tornillos
y para justificar sus convicciones se apoyan en textos de
procedencia desconocida e incluso a tomos viejos y
estropeados, escritos por gente que ya nadie recuerda.
Si algo les define es su creencia en que apretar y aflojar
tornillos es la única forma de hacer que la Máquina funcione
bien.
Derrumbre
Este grupo de Expertos está obsesionado con la
herrumbre, son los Expertos más violentos y fanáticos de
todos.
Están convencidos de que quitar la herrumbre es la única
forma de hacer que la Máquina funcione de una vez por
todas y para siempre.
Los protagonistas
Los jugadores conducirán a los protagonistas de la historia
mediante sus decidiones y la forma que tengan dichos
personajes dependerán directamente de la historia que se
pretende contar.
Pueden ser hábiles guerreros medievales, ataviados con
portentosas armaduras de placas y pesados manguales que
estrellan contra los cráneos enemigos a la menor
oportunidad, o pueden ser diminutos e insignificantes seres,
demasiado asustados para confrontarse entre sí, más allá de
la batalla intelectual.
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Sea cual sea la decisión que toméis, lo único importante es
que estos protagonistas encajen en el tono y en la historia
que queráis contar.
Cómo jugar a La máquina
Para jugar a "La máquina" basta con que te juntes con una
o más personas y que al menos una de ellas haya leído este
manual.
Si alguien se erige como "director de juego", sería ideal que
preparase de antemano un sistema, el tiempo, el tono y la
historia que pretende transmitir al resto de la mesa de juego.
El sistema
Por suerte o por desgracia éste no es un manual para un
sistema específico, tan solo se trata de una ambientación, lo
bueno es que eso permite que elabores el material que más te
guste y lo amoldes al estilo de juego que más apetezca a tus
jugadores, así como al sistema al que estéis acostumbrados.
Algunos consejos a la hora de
preparar un sistema
Si crees que vais a necesitar las estadísticas de la
Máquina (porque seguro que al final alguien tratará
de enfrentarse a ella), ponle los números que
consideres adecuados para que suponga un reto.
Si estimas necesario utilizar PNJs (personajes no
jugadores) que intervengan en la historia, puedes
generarlos de antemano.
Si piensas que alguna de las situaciones a las que
se enfrentarán los jugadores deberían resolverse
mediante tiradas de dados, ten también pensado
de antemano cuáles serán y cómo se resolverán.>
Algunos ejemplos de estas situaciones pueden
ser dilemas morales, los enemigos a los que se
encuentren o las consecuencias del paso del
tiempo cuando un evento catastrófico se acerca
inexorablemente.
El tiempo
Escoged si vais a jugar un one-shot (una partida de una
única sesión) o una campaña larga (aunque tampoco pasa
nada si preparáis una partida corta dejando abierta la
posibilidad de que se alargue indefinidamente), una vez
decidido esto podéis centraros en escoger el tono y en
perfeccionar la historia que vais a contar.
El tono Si el "director de juego" tiene pensado que las preguntas
sobre la Máquina tengan alguna respuesta concreta, estaría
El tono de esta ambientación es neutral, introduce una bien que fuera capaz de respondérselas él mismo antes de
historia casi a modo de fábula con tintes políticos, de forma comenzar a jugar (aunque no es imprescindible hacerlo con
que permite que los jugadores establezcan el tono que mucho detalle), para conseguir la máxima coherencia posible.
quieran a sus partidas, aquí se muestran algunas ideas.
Humor: Los Expertos son seres similares a los clásicos Incluso si no existen respuestas acerca de la Máquina y
Kobolds, se cabrean y reconcilian con facilidad y en sus tanto su origen, como su finalidad y naturaleza van a ser un
delirios de grandeza hablan con vehemencia o se empujan misterio irresoluble, también debería tenerse claro desde un
dentro de las ruedas dentadas de la Máquina. inicio.
Distopía: En el polo opuesto al tono humorístico podemos En resumen
encontrar una distopía racista, machista o de una crudeza
sólo antes vista durante la Edad Media con la Inquisición.
La persecución por motivos políticos o religiosos puede Éste es un manual pequeño que tan solo sienta las bases
ser un interesante punto de partida (añade una hoguera de lo que es la Máquina y lo que son los Expertos, siéntete
en la que quemar a quienes no piensan como tú y que libre de añadir facciones (los Tuerquistas, los Tornillócratas
comience el juego). y Derrumbre son sólo ideas).
Introspección: Los Expertos protagonistas sufren una Elige el tiempo que os llevará, si será un one-shot, una
revelación sobre la verdadera naturaleza o campaña larga o una única sesión con final abierto para
funcionamiento de la Máquina; el motor de la historia es poder ampliarla cuando os apetezca.
este descubrimiento y la forma en la que cada personaje
consigue (o no) encajarlo en su forma de ver el mundo. Utiliza tu sistema favorito (Dungeons & Dragons, Cthulhu,
Alta sociedad: Una gran cena de gala en la que un Vampiro, Coriolis, Savage World, cualquier PBTA, el sistema
comentario desafortunado termina en que un comensal se de Fiasco... ¡Incluso un sistema inventado por ti!).
siente agraviado y termina desenfundando un arma. No Define el tono que más te guste (de los sugeridos o el que a
cuesta imaginar algo así en un ambiente tan polarizado. ti se te ocurra).
Tornilleo y Tuerqueta: Los primogénitos de dos familias
enfrentadas es la clásica ambientación que te permite Si eres el "director de juego" prepara también una historia
explorar el mismo drama romántico que encontramos en trepidante para los jugadores, pero si optas por jugar
Romeo y Julieta pero desde una perspectiva diferente. repartiendo dicha responsabilidad entre todos, ¡también vale!
Oscuridad, humo y un ruido que nunca cesa: Tanto en un
futuro distópico (al estilo cyberpunk), como en un pasado
anacrónico (al estilo steampunk), el humo oscuro de una
distante (pero siempre presente) máquina que oscurece
toda la ciudad y el continuo estruendo que nunca cesa
terminan trastornando a la gente, este tono lúgubre y
opresivo puede ser el punto de partida de cualquier
historia.
Investigación: ¿Cómo diablos funciona la máquina?, ¿quién
la creó?, ¿con qué propósito? En este manual no te vamos
a dar respuestas, búscalas tú, o mejor aún, que las
busquen los protagonistas. Este tono sin duda puede ser
trasversal a todos los anteriores.

La historia
Lo ideal es que la historia se escriba durante la partida,
pero si hay un "director de juego" encargado de responder las
preguntas que puedan plantearse los jugadores, no estaría de
más que éste se preparase un pequeño guión con apuntes
sobre la realidad del mundo en el que van a jugar.
Si el "director de juego" tiene pensado plantear situaciones
o dilemas a los jugadores estaría bien que al menos el
"director de juego" lo planease todo de antemano.