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TEMA Nº 6

LA AMISTAD Y EL SECRETO PROFESIONAL

I. INTRODUCCIÓN A LA AMISTAD .................................................................................. 1


1.1. LA AMISTAD ............................................................................................................ 1
II. LA AMISTAD UN VALOR DISTORSIONADO EN EL MUNDO PROFESIONAL .......... 2
III. CARACTERISTICAS DE LA VERDADERA AMISTAD .............................................. 3
IV. LA AMISTAD EN LA SELECCIÓN DE PERSONAL .................................................. 4
V. LA AMISTAD Y CONTRATOS CON PROVEEDORES ................................................. 5
VI. LA AMISTAD CON UN VALOR RELATIVO ............................................................... 6
PREGUNTAS PARA DISCUSION ......................................................................................... 6
VII. INTRODUCCIÓN AL SECRETO PROFESIONAL ..................................................... 7
7.1. CONCEPTO ............................................................................................................. 7
VIII. DEFINICIÓN DEL SECRETO PROFESIONAL .......................................................... 8
IX. FUNDAMENTACIÓN DEL DEBER MORAL DE GUARDAR SECRETOS
PROFESIONALES ................................................................................................................. 8
X. DOS CLASES DE SECRETOS PROFESIONALES ...................................................... 9
XI. DEBERES MORALES RELACIONADOS CON EL SECRETO PROFESIONAL .... 10

I. INTRODUCCIÓN A LA AMISTAD

1.1. LA AMISTAD

La amistad (del latín amicĭtas, por amicitĭa, de amicus, amigo) es una


relación afectiva entre dos o más personas. La amistad es una de las relaciones
interpersonales más comunes que la mayoría de las personas tienen en la vida. La
amistad tiene presencia en distintas etapas de la vida y en diferentes grados de
importancia y trascendencia. La amistad se crea cuando las personas encuentran
inquietudes y sentimientos comunes al igual que la confianza mutua. Hay amistades
que nacen a los pocos minutos de relacionarse y otras que tardan años en hacerlo.

Puede haber relaciones amistosas donde interviene una persona y otro tipo de
personalidad o de una forma animal. Por ejemplo, algunas personas catalogan
como amistad a su relación con un perro, no en vano a este último se le conoce
como «el mejor amigo del hombre». También se puede dar la amistad incluso entre
dos o más animales de especies distintas. (Real Academia Española, 2023)

II. LA AMISTAD UN VALOR DISTORSIONADO EN EL MUNDO


PROFESIONAL

Uno de los valores que se suele percibir en forma distorsionada en nuestra sociedad
es la amistad. Es cierto que la amistad es un valor que debe tener importancia en
nuestras vidas. También es cierto que nuestros amigos nos ayudan a dar sentido
a nuestras vidas al entregarse a nosotros y al exigir de nosotros una entrega
personal. Sin embargo, también es cierto que la amistad tiene límites. No debemos
hacer cualquier cosa por un amigo aun a costa de sacrificar nuestros principios
morales. (Enric Corbera Institute, 2022)

Lamentablemente, con frecuencia los profesionales favorecen en forma indebida a


sus amigos en vez de defender los legítimos intereses de su empleador. No
conceden un contrato al mejor postor. Dan el visto bueno a la propuesta del amigo.
Y en vez de contratar a una persona realmente competente, contratan al amigo o a
una persona que ha sido recomendada. En muchas empresas y dependencias
públicas funciona el llamado “tarjetazo” para casi todo, sin respetar los principios
morales. Todo esto está mal. Pero muchas personas no lo ven así. Los
profesionales que creen que tienen el deber sagrado de favorecer a sus amigos por
encima de los principios morales, manifiestan una conciencia cegada por valores
distorsionados en la sociedad.

No es fácil ayudar a los profesionales a superar este tipo de deformación de su


conciencia moral. Sin embargo, donde hay buen a voluntad y el deseo de aprender,
mucho se puede hacer. El resto de este capítulo pretende ser un aporte para las
personas que desean comprender dos cosas el verdadero papel de la mistad y los
límites de sus obligaciones frente a los amigos. (De Zan, 2004)
III. CARACTERISTICAS DE LA VERDADERA AMISTAD

Una verdadera amistad existe entre dos o más personas cuando comparten
valores, sentimientos, principios y responsabilidad por el bien del amigo. En una
sana relación de amistad, todo parte de compartir valores genuinos. Los
sentimientos, como manera de expresar estos valores son sanos. Los principios
son buenos a la luz de la moralidad objetiva. Y la responsabilidad por el bien del
otro incluye la posibilidad de criticarle cuando sea necesario por su propio bien.

Los amigos pueden compartir sus valores mediante sentimientos, ideas y principios.
La forma en que dan sentido a su vida determina como comparten sus valores. En
términos de la teoría del desarrollo humano de Fewler, en la tercera etapa de fe
humana los amigos fundamentan su amistad en sentimientos compartidos. Aceptan
en forma crítica los valores morales de sus amigos. Creen que piensan de la misma
manera frente a todo. Pero tanto a nivel de sus principios como a nivel de sus
valores más profundos, puede hacer discrepancias que nunca descubren porque no
están dispuestos a discutir con un amigo.

Temen que una discusión podría romper una linda amistad. Y esta es la gran
debilidad de la amistad entre personas cuya fe humana es sintética- convencional.
No suelen tener la libertad ni la valentía de cuestionar lo que sus amigos piensan o
quieren hacer. Y están aún menos dispuestos a cuestionar sus valores.

Cuando una persona comienza a sentir la necesidad de avanzar hacia la cuarta


etapa de fe humana desea fundamentar su amistad más bien en ideas y principios
compartidos. Muchas veces surgen roces entre la persona y sus amigos. Lo que
produce estos roces es el hecho de que algunos de ellos no sienten este mismo
deseo. En esta transición, cualquier persona corre el riesgo de perder algunos
amigos. Pero también descubre amigos nuevos. Comienza a fundamentar su
amistad en las ideas y los principios que comparte con ellos. Cuando dos o más
personas se dan cuenta de que comparten ideas y principios, surgen sentimientos
de amistad. Pero en la cuarta etapa de fe humana estos sentimientos no son el
fundamento de la amistad. Son consecuencia de haber fundamentado su amistad
en ideas y principios compartidos.

Cualquier amistad implica un sentido de responsabilidad por el bienestar del amigo.


El grado de responsabilidad depende del grado de amista; pero en todo caso, tienen
límites. En nuestro medio la mayoría de las personas creen que esta
responsabilidad va mucho más allá de lo que exige la moralidad objetivo. Pero este
motivo fácilmente sacrifica sus principios morales frente a lo que sienten como una
obligación sagrada de ayudar a sus amigos. Como es obvio este riesgo es mucho
mayor en personas cuyos valores morales se expresan solo a nivel reflexivo. Si no
se logra que tales personas avancen hacia una moralidad basada en principios, no
se puede superar esta visión distorsionada de la amistad. Es verdad que la amistad
es un valor. Pero no es menos verdad que los principios morales de uno mismo
deben prevalecer sobre supuestas obligaciones con los amigos, que en realidad no
existen.

IV. LA AMISTAD EN LA SELECCIÓN DE PERSONAL

De lo dicho anteriormente, se podría llegar a una conclusión equivocada en el


sentido de que la amistad nunca debería influir en la selección de personal. Para
cualquier cargo, se debe escoger a una persona idónea que reúna las cualidades y
las habilidades necesarias para desempeñarse bien en el puesto. No es
moralmente aceptable dar a un amigo o a un recomendado un puesto para el cual
no está preparado porque en la selección de personal, cualquier profesional tienen
la obligación moral de defender los legítimos intereses de su empresa o institución.
(Lopez Gumucio, 2010)

Cuando una empresa o una institución tienen un rendimiento claramente


establecido, tal como puede ser un concurso abierto, la persona encargada de la
selección de personal debe regirse por las normas establecida. Cualquier excepción
tendrá que ser autorizada por la autoridad competente que a su vez tiene la
obligación moral de vigilar por los legítimos intereses de la empresa o institución.
(Huanca Pacompia, 2014)
Si se trata de buscar una persona para ocupar un cargo de confianza, es posible
que la amistad juegue un papel en el proceso de selección. Si se supone que varios
candidatos reúnen las cualidades y las habilidades necesarias y si se supone que
sean más fáciles integrar a un amigo al equipo y exigir que cumpla bien sus
funciones, no hay inconveniente en dar algún peso a; factor amistad. Sin embargo,
habrá que tener mucho cuidado al proceder así. La experiencia indica que en la
mayoría de los casos es más difícil exigir el cumplimiento a un amigo que a una
persona que no goza de nuestra amistad. Lo importante es tomar la decisión que
mejor favorezca los legítimos intereses de la empresa o la institución.

¿Qué puede decirse acerca de la moralidad de contratar a familiares para cargos


vacantes? En pequeñas empresas familiares si un familiar realmente reúne las
cualidades necesarias para desempeñar bien un determinado cargo, no hay
inconveniente en dárselo. Sin embargo, si no puede atender a las necesidades de
los clientes no se le debe ofrecer el puesto por familiar que sea. Por lo general con
un poco de entrenamiento, se puede subsanar esta falta de idoneidad al tratarse de
una pequeña empresa. Pero si se trata de una empresa o una institución grande el
asunto es mucho más delicado. En tales casos se aplican las mismas normas
señaladas en el párrafo anterior. La experiencia indica que, por lo general es muy
difícil exigir un buen cumplimiento a los familiares que están bajo las órdenes de
uno mismo.

Por este motivo, son muchas las empresas y las instituciones que tienen como
política no contratar a parientes de sus empleados. Esta política representa un juicio
práctico acerca de un medio necesario o conveniente para defender un valor, por lo
tanto, no debe ser considerado como un principio moral.

V. LA AMISTAD Y CONTRATOS CON PROVEEDORES

¿Un profesional debe contratar a sus amigos para proveer de bienes y servicios a
la empresa cuyos intereses él representa? La respuesta a esta pregunta es la
misma que en el caso de contratar a sus amigos como empleados. Al conceder un
contrato su obligación moral es vigilar por los legítimos intereses de su empresa o
institución. Puede ser que en nombre de la amistad le sea más fácil exigir el
cumplimiento oportuno de un contrato. Pero también puede ser que su amigo
intente aprovecharse de esta amistad, mal entendida para no cumplir. Lo
importante es que en cada caso se tome la decisión que mejor favorezca el
cumplimiento del contrato. Una vez más, la experiencia indica que la mayoría de
las veces es más difícil exigir el cumplimiento a un amigo que a uno que no goce de
nuestra amistad.

VI. LA AMISTAD CON UN VALOR RELATIVO

Ciertamente en el mundo profesional la amistad es un valor relativo.


Lamentablemente en nuestra sociedad se suele percibir este valor en forma
distorsionada. Este problema se da con mayor frecuencia en personas cuya
moralidad es pre reflexivo. Una de las ventajas de pasar a una moralidad más
reflexiva es que se aumente la probabilidad de percibir la amistad en su verdadera
dimensión. Es necesario que las personas desarrollen su capacidad de dar
prioridad a sus principios morales frente a lo que perciben como las exigencias de
la amistad. Solo así podrán con una conciencia moral bien formada, las obligaciones
y los derechos que corresponden a una verdadera amistad. (Enric Corbera Institute,
2022)

PREGUNTAS PARA DISCUSION

1. ¿Qué es para ti la amistad?

2. ¿Qué buscas en un amigo?

3. ¿Qué estás dispuesto a hacer por tus amigos?

4. ¿Qué no estás dispuesto a hacer por tus amigos?

5. ¿crees que la amistad debe influir en el mundo del trabajo como profesional?
Por favor, explica tu respuesta.
VII. INTRODUCCIÓN AL SECRETO PROFESIONAL

7.1. CONCEPTO

El secreto en líneas generales, es todo aquello que se mantiene oculto o escondido,


que no se quiere revelar y que se pretende sustraer de la vista y conocimiento de
los demás. (ABC La UPEA, 2019)

El secreto profesional del abogado representa uno de los aspectos más


significativos de su actuación, tiene el deber ético de guardar celosamente la
reserva de los asuntos vinculados con la vida privada de sus clientes. Ello, porque
se debe proteger el bien jurídico correspondiente a la intimidad de la vida privada
de las personas, así como también todo lo que se haya revelado o descubierto con
motivo de requerirse la opinión del abogado, su consejo o patrocinio, y en general
todo lo que él llegase a saber por razón de su profesión, protegidas por la
normatividad jurídica y la jurisprudencia comparada. Es por ello, que el abogado
ética y jurídicamente está comprometido a no violar el derecho a la intimidad en la
vida privada de aquel cliente que le confía informaciones que pertenecen. (Espinoza
Melet, 2015)

Al analizar varias deformaciones de la conciencia moral que puedan presentarse,


se habló de la conciencia cegada por los valores morales distorsionados en la
sociedad. La persona que adolece de esta deformación no percibe algún valor en
algún área de su vida. La razón es que a este valor no se le da mayor importancia
en el medio en que vive.

Uno de los valores morales que los profesionales en las ciencias económicas y
administrativas en nuestro medio no perciben con la debida claridad es la obligación
de respetar el secreto profesional. Son relativamente pocos los que se dan cuenta
de la importancia de no compartir con terceras personas, ni usar en provecho
personal, información confidencial. Para la mayoría de estas personas, un secreto
es algo que solo cuentan a sus mejores amigos: y estos, a su vez, solo lo cuentan
a sus propios amigos. En poco tiempo, la información llega a ser de dominio público.
Una de las razones por las cuales se cometen con facilidad faltas contra el secreto
profesional es que se percibe el valor de la amistad como algo sagrado. Se supone
que entre amigos no debe haber secretos. Según este supuesto, sería faltar a la
amistad no contar a un amigo algo que le podría interesar o ser de utilidad. Este
supuesto está lejos de la verdad. Más bien, existe la obligación moral d no revelar,
directa ni indirectamente, información confidencial a las personas que no tiene el
derecho de saberla. Tampoco debe un profesional usar este tipo de información en
provecho propio. Los profesionales que no sepan respetar el secreto profesional
difícilmente llegaran a ocupar cargos de responsabilidad en sus respectivas
empresas.

VIII. DEFINICIÓN DEL SECRETO PROFESIONAL

Por definición, un secreto profesional es información confidencial que ha sido


comunicada a una persona para que la utilice en su trabajo. Al recibir un secreto
profesional, cualquier persona tiene la obligación moral de usar esta información
solo por los fines para los cuales le haya sido confiada. Falta a su deber como
profesional si la revela a personas no autorizadas o si la usa en provecho personal.

IX. FUNDAMENTACIÓN DEL DEBER MORAL DE GUARDAR SECRETOS


PROFESIONALES

La información que es material de un secreto profesional es una forma de


PROPIEDAD PRIVADA. Estrategias de mercadeo, información sobre clientes, e
incluso ciertos tipos de información financiera son objetos de valor para una
empresa. Igual que una fórmula secreta para producir algún producto, son una
forma de propiedad privada.

Por otra parte, el respeto del secreto profesional es necesario para que las
empresas, tanto privadas como públicas, puedan alcanzar sus legítimos objetivos
al ofrecer bienes y servicios a la sociedad. Si los profesionales que integran estas
empresas no pueden confiar en la capacidad de sus colegas de respetar los
secretos profesionales, difícilmente pueden lograr sus objetivos.
X. DOS CLASES DE SECRETOS PROFESIONALES

Para fines de análisis se puede hablar de dos clases de secretos profesionales


secretos explícitos y secretos implícitos.

Un secreto profesional explicito existe cuando se le dice a una persona que tal o
cual información es reservada y que, por lo tanto, no debería comunicarla a terceras
personas. No queda ninguna duda sobre la obligación moral de guardar secreto. La
persona que falta a un secreto profesional explicito sabe lo que debería hacer; pero
con argumentos típicos de una conciencia laxa, intenta justificarse al compartir lo
que sabe con terceras personas, o usarla para sus propios fines. Tales personas
suelen intentar justificarse con argumentos tales como:

“pero la persona a quien revele el secreto es de mi entera confianza. Estoy seguro


que no dirá nada a nadie.”

“Claro que la información para ganarme alguito. Pero no hice daño a nadie.”

De aceptarse el primer argumento, la persona a quien el profesional revelo un


secreto podría justificarse de la misma manera de contárselo a otras personas. Se
aumentaría rápidamente el número de personas que conocieran el secreto. Muy
pronto lo que era confidencial seria de dominio público. Y en cuanto al segundo
argumento sui una persona gana alguito, siempre es a costa de los intereses de
otras personas. Cuando ocurre un abuso de la información contendía en un secreto
profesional, alguien siempre pierde injustamente.

Un secreto profesional implícito existe cuando una persona se entera de información


confidencial que, por su naturaleza, no debe ser revelada a personas no
autorizadas. No hace falta que le digan que esta información es un secreto. Por su
condición de profesional, debe saber que una de sus obligaciones implícita e son
revelar este tipo de información. En teoría, no debería ser necesario decir a cada
profesional todas las cosas que debería considerar como información confidencial.
Sin embargo, en un ambiente en que hay poca sensibilidad frente a la obligación
moral de guardar los secretos profesionales, es conveniente hacer explícito lo que
el profesional debería saber con referencia a secreto profesional.

XI. DEBERES MORALES RELACIONADOS CON EL SECRETO


PROFESIONAL

El primer deber relacionado con el secreto profesional es la obligación de guardar


silencio frente a las personas que no está autorizadas a recibir la información. Salvo
en situaciones en que haya que evitar un grave daño a terceros, o a la sociedad
misma, siempre debe respetarse esta obligación de guardar silencio.

Tal como se ha indicado, la persona que sabe el contenido de un secreto profesional


debe utilizar esta información solo para los fines por los que le hay sido confiado,
este es, entonces, el segundo deber moral relacionado con el secreto profesional.
Supongamos que una persona es miembro de una comisión gubernamental que
controla el precio de bienes de primera necesidad. En virtud de su cargo, sabe la
fecha en que se va autorizar un aumento de precios. Esta persona no tiene el
derecho moral de aprovecharse de esta información. No es ético comprar estos
bienes para ahorrar dinero o con la intención de revenderlo al nuevo precio. El que
pierde injustamente en este tipo de negocio es la persona a quien se compra los
productos.

El tercer deber es evitar situaciones en que, sin darse cuenta, traicionando por su
comunicación no, verbal un profesional podría revelar información confidencial. A
veces las reacciono espontánea de una persona frente a una pregunta indiscreta
comunica mucho más que sus palabras al contestarla. Cada profesional debe
desarrollar sus propias tácticas para no revelar, ni siquiera mediante un cambio
significativo de expresión, los secretos profesionales que le hayan sido confiados.

La cuarta obligación que tiene un profesional, con referencia al secreto profesional,


es restituir por los daños ocasionados por su falta de discreción. Tal como se ha
dicho, la información confidencial es una forma de propiedad privada. Si una
persona quita injustamente a otra su propiedad, tiene la obligación moral de restituir
por el daño que ha ocasionado. Lo mismo puede decirse en el caso del secreto
profesional. Dentro de lo posible, existe la obligación de restituir, por los daños
ocasionados por la indiscreción.
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

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Schopenhauer, A. (2022). Respuestas Filosóficas a la ética: A la ciencia y a la


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