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LA CONSTRUCCIÓN MOQERNfl
• Revista quincenal ilustrada de Arquitectura, inoenierta e Higiene urtiana •
I
CÓMO SE ACABAN LAS GRANDES OBRAS
con todos...! iDía por día, con pesadez abrumadora, caían sobre nosotros las mismas
quejas.
Una mañana de tantas caminábamos abstraídos liacia la obra, cuando nos llamó la
atención nn gran cartel que anunciaba la inauguración del Monumental para una fecha
cercana.
—¿Era posible? ¿Quién había mandado pegar aquellos carteles?...
Un pánico tremendo se apoderó de nosotros, y no quisimos dar cródito a lo que
veían nuestros ojos. Sin duda habíamos leído mal... El anuncio sería de alguna otra
obra..,
En días de D. Carlos Sagarra habíamos inaugurado, sin concluir, algunas obras, tales
como el Real Cinema; pero, ¿cómo—decíamos—se iba a abrir este edificio, en el que aíin
faltaba trabajo para tres mesesV
Llegamos a la obra. El movimiento que observamos era inusitado. El hormigueo de
los operarios, llevando toda clase de artefactos de un lado a otro; las vncss, los tropezones
que se daban en su celeridad, todo era sorprendente. Los maestros, que por la mañana
temprano salieron de sus casas para otras ocapaciones, fueron apresados por los afi-ches de
la calle y por los sueltos de los periódicos. Allí estaban formando un grupo. Sns caras, so-
carronas de ordinario, se habían trocado en otras de estupor. Todos estaban allí- Kunca
habíamos podido reunir a tantos.
—¡Esto no puede ser!—decían.
—¡Mire que la pintura no se seca en una hora...!
—Sin que el albañil no termine, ¿cómo voy a pintar?—preguntaba Amador.
—¡Pues hay que acabar todo on cuarenta y ocho horas, o dar la sensación de que
está terminado! ¡Sea como sea, y sin replicar, que cada uno me diga lo que no puede
hacer, para que yo encuentre otros maestros...! ¡Conque a trabajar, que el tiempo urge,..!
En otro grnpo, unas personas accionaban nerviosas; eran el presidente del Consejo,
don iiicardo Urgoiti; el Sr. Eguren; Heredia, el secretario, que había abandonado sus
quehaceres: Armenta, el gerente; el ingeniero electricista... Alguno se n.trevía a decirles
que la decisión dictatorial tomada sin consultar a nadie, era prematura...
Pero [así se había dispneslo, y así había que hacer!
—Desengáñense ustedes—decía don Iiicardo—, esta es la única manera de acabar! En
dos días, antes o después de los albañiles, acabarán de pintar la sala; subirán el gran farol,
que nos trae locos desde hace una semana; solarán el vestíbulo; colocarán las butacas; se
concluirá todo...! ¡No faltaba más...!
Las obras—y este es un consejo leal del técnico—no se acaban cuando quiere el
arquitecto, ni cuando quieren los maestros, ni los obreros. Se acaban cuando quieren
los dueños; cuando, cansados de aguardar y de escuchar promesas, se trasladan a la obra
y empiezan a vivir en ellas. Los familiares y los obreros son elementos antagónicos,
irreconciliables, y, en la pugna, quedan vencedores los que son dueños, y la casa ter-
minada.
Aún quedan por colO;;ar cientos de butacas, y Armenta dirige bélica arenga a los aco-
modadores, mientras el jefe del personal ensaya a. éste en el conocimiento de imaginarias
filas de asientos. La orquesta, guiada por Escobar, prueba las condiciones acústicas del
local. Los obreros, escuchando, permanecen con las herramientas en alto, como el vizcaíno
y Don Quijote, en la novela inmortal... Alguien les dirige una advertencia, y reanudan
sus faenas, golpeando con furia.
hosjaz-band, con sus chirridos de cacerolas, bocinas de mito y artefactos extraños,
son música deliciosa al lado de este concertante ensordecedor... ¡Qué concierto infernal!
LA CONSTRUCCIÓN MODERNA 325
¡Tablones que caen; martillazos de los entariniLLdoi'es sobre el ^raa parclie de la aula; voces
de Enando; ayes y maldiciones de un contuso...!
Aparece un miembro de la Junta de Espectáculos, que hace ver la absoluta impo-
sitñlidad de que aquello esté listo pitL'a el día déla inangaraciilii anunciado en los car--
teles.
—lEsté usted tranquilo; le aseguro que esto se acaba!—le contestan.
Cambiamos impresiones; discutimos un bnen rato, hasta que un ejército de cin
cuenta barrenderas nos obliga a levantar la sesión, envolviéndonos en un simoum de pol-
vo y yeso.
Paitan la autorización de apertura, la acometida de la luz, butacas, barandillas, las
puertas de la calle, los herrajes, parte de la pintura, cristales, todo. Y cinco taquilleros,
con el personal de oñcinas, extraen de unos grandes cestos, ty.cos y más tacos de localida-
des, que la Casa de los herederos de Regino Velasco va vomitando.
Alguien íla la noticia de que ya se están formando colas, serpenteando por la plaza de
Antón Martín, y recordamos que aún están sin ter minar las taquillas...
El pi'iblico madrileño tiene un instinto singulai' para formar cidas. En las panade-
rías, en los estancos, en las liquidaciones, en las fuentes, en los tranvías, en todas
partes.
No me explico cómo a estas altaras no se ha arrancado algún sainetero con un coro
que entonara:
La cola tíd en Eapaña
un s¡nibu)o nacional.,.
O algo parecido. Lascólas son las organizaciones, dentro de nuestra idiosincrasia, más
correctas y castizas. Para llegar a cualquier puesto, bien espemndo que Ins antecesores
satisfagan sus deseos, o se cansen o se mueran, ha de sumarse uno a un rabo terminal, si
quiere llegar a la meta.
Hay momentos en que nos imaginamos que el cine es una barraca de feria que, como
por encanto, levanta sus muros de tela y construye sus graderías.
Al final, tanto avanzan los trabajos, que diríaso de los obreros que son tramoyistas
de teatro, que con grandes telas arman en un dos por tres un lujoso salón...
¡Ya llegó el día de la inaugnraciónl ¡Y aún faltan ninclias cosas que hacer...! Allí
están Muñoz, Garriga, Vinardell, Lapuente, Amador, Barcala, Jaime Riiiz, Valcárcel,
l'lata, Guinea, Nicoli, S. López y Miquel, que harán esfnerzos sobrehumanos.
Donde falta el solado, se cubre de cemento continuo o con unas alfombras; van
llegando las butacas; en vez de una barandilla de hierrn, el carpintero, en una hora, con
cuatro palos hace una artística de madera; los electricistas se vuelven locos, empalmando
provisionalmente los hilos de una enmarañada madeja... |Y cuando más falta nos hace la
luz, se queda ia sala o oscuras y los operarios laboran a tientas.,,I ¡Es que el operador está
probando el objetivo y enfocando la imagen!
Uuiz, el tapicero, sustituye con sedalina plisada los cristales que no están coloca-
dos.. .! lY poco elegantes que quedaban los huecos, ya terminados en apariencia...!
La víspera habíamos celebrado una conferencia con Adolfo, el encargado de Maume-
jean; faltaban en las puertas principales las vidrieras de los tres medios puntos, que no
podían estar listas ni en quince días.
— iCómo quince días! ¡Mañana tienen que estar terminadas! iPero entendámonos: no
las deñnitivas, sino unas provisionales, hechas con modelos y fragmentos que tengan en
el taller! ¡Allí tienen ustedes unas vidrieras que representan cabiiUos, cabezas que irían
LA CONSTRUCCIÓN MODERNA 327
meterlos en algúa lado; pero ea seguida. ¿Díínde? Dentro del edificio es imposible. Recor-
damos que allí misrao^ eti la plaza, tiay un solar magnífico. Tres duros abren la puerta del
solar, y en él se guardan Ins armatostes, la valla, todo lo que estorbaba.
Sudorosos pintores y andamistas, dicen que en la vida lian trabajado con tanta celeri-
dad y más a gusto.
Desde la puerta se oye el preludio de la orquesta. El público se lanaa en tropel. Los
chiquillos, vociferando, invaden todas las dependencias y trepan más que suben, por esca-
leras y anfiteatros; abren puertas, se asoman a todas partes. No saben dónde meterse. Nos
hacen el efecto de dos mil gatos extraños a la casa que buscan sus guaridas...
RendidO; deshecho, como si hubiese dirigido una nueva Torre de Babel, me retiro a
casa. Por el camino voy pensando que todo ha dado la sensación de estar concluido, aun-
que todavía hay trabajo para dos meses.
¿Todo? No; falta el paso subterráneo del Metro, Hasta allí no han llegado nuestras
Euerzds. ¡DiOá s,ibe cnanto tardará en abrirse, estando listo desde muchos días antes! El
expediente se pasea de Fomento al Ayantamiento y del Ayuntamiento a Fomento. De día
en día va creciendo de volumen, con todos los informes habidos y por haber, de técnicos,
letrados^ comisiones, juntas, negociados y reglamentos. Se han aplicado infinidad de leyes;
ya no se sabe qné artícnlos aplicar. Es un casj insólito. Si legislador no ha legislado sobre
estos pasos, y esta primera obra ha de pagar los vidrios rotos de las que vengan detríls.
II
LA INTUICIÓN DE SAGARRA
El paseo de la Castellana era más angosto que las Ramblas; el líanco de España no
merecía la pena, ni la monumentalldad del Palacio Postal era merecedora de encomio...
Así iban menospreciando todo lo que hallaban al paso, hasta que se metieron en el
Real Cinema, donde dieron fin a sus comentarios.
Viendo que callaban, les preguntó el amigo Verdugo:
—Y esto, ¿qué tal?
—¡Esto, la verdat, no tenemos ni an Barselone!...—, que ya es para dicho por aqué-
llos, tan fervorosos amantes de todo lo suyo.
En un balneario, en cierta ocasión reciente—testificamos coa nombres—, D. Ricardo
Urgoiti discutía con unos americanos sobre nuestros cines y los de allende el Atlántico.
#
^9 LA CONSTRUCCIÓN MODERNA
Don Ricardo, como jefe de una de las Empresas más importantes de cines, no podía
tolerar las frases despectivas que los americanos vertían, y hubo de pedir por telégrafo al
gran fotógrafo Liado, que remitiese con toda urgencia nna colección completa de vistas
del líeal Cinema,
No hay para qué decir que la llegada de las fotos puso término a la distensión, llevan-
do al convencimiento de los recalcitrantes de qae aquí no estábamos tan retrasados como
ellos se imaginaban.
* * *
Contando anécdotas nos hemos olvidado de argumentar sobre los cines que aún están
por construirse en Madrid.
Madrid, a veces, suele oponerse por temperamento a las innovaciones; pero, una vez
que se da cuenta del adelanto, de la comodidad, de la utilidad de lo nuevo, suele aceptar-
lo con verdadera complacencia. Recuerdo que todos decían que el Metro no tendría acep-
tación; que el pueblo no se acostumbraría a la celeridad que hace falta para montar y des-
cender en el tren subterráneo; que daría lugar a mil accidentes e incidentes desagrada-
bles, etc, etc. Y justo es hacer constar, en honor del pueblo madrileño, que desde el pri-
mer día utilizó aquel medio de locomoción sin el menor asombro, como la cosa más natu-
ral del mundo.
Madrid tiene, pues, un apetente temperamento de novedades, por más que algunos
sigan llamándole rutinario y atrasado. Nadie, ni un ciego, puede negar el afán con que se
lanza sobre todo lo moderno.
El quietismo, el atraso en que ha estado sumido largas etapas, ha ido conteniendo los
anhelos y ansias de mejora, hasta que, desbordados, irrumpiendo frenéticamente los di-
ques, asimila lo que parecía—por no carecer de precedentes locales—que se oponía a su
idiosincrasia.
En otro aspecto, son de ayer los augurios pesimistas de nuestros mejores financieros,
que preveían fracasos ruidosos en empresas de origen exótico. Y la misma afirmación
puede hacerse de no pocos técnicos. ^
Al cine le ha pasado lo mismo; con diatribas y chistes, a los que somos tan dados los
de la nación, que tuvo a Marcial, a Quevedo, a Alcázar y ul maestro Cavia, se aseveraba
que, como una placa sensible, no era capaz de mantenerse a la luz, y que vivía oculto ig-
nominiosamente, cubriendo con sus tinieblas inconfesables apetitos...
Edificios levantados pensando en que con público dominguero se sostendrían, se líer
nan hasta los topes en días laborables. " •*
Pequeños y grandes, y hasta venerables ancianos, franquean sus puertas, con gran
asombro de los adversarios.
Si el andar con el tiempo les cuesta trabajo, ¿cómo desprecian espectáculos añejos por
lo que no es de su tiempo?
Muchas veces nos hemos hecho esta pregunta sin encontrar la respuesta satisfactoria.
Los centauros que galopaban en la pantalla, con la celeridad del rayo, las escenas de ter-
nura en habitantes de lejanas latitudes; los autos y trenes, alcanzados en rauda marcha;
los intrépidos aviadores saltando, en pleno vuelo de un avión, animaban los apergamina-
dos rostros, en los que se reiiejaban sus estrenieoimientos, centelleando sus ojillos en la
oscuridad.
Los deseos juveniles insatisfechos; las correrías por imaginarios países les saciaban,
les hacían sentirse mozos; a la manera de esas figuras vigorosas de los anuncios de los
cinturones eléctricos, que arrojan chispas de vitalidad...
LA CONSTRUCCIÓN MODERNA 333
* H: *
Con ser muchos, muchísimos, los partidarios de este nuevo arte, están en proporción
reducida con respecto al censo local. Pero está probado que, cuantos más edificios se le-
vantan—sobre todo si, como los de la Empresa Sagarra, tienen facilidades, rápido acceso,
comodidades, excelente orquesta, buenas películas, inteligente dirección y baratura—,
fomentan más y más la afición.
Entre nosotros, el cine está en mantillas, en sus balbuceos, como dijo el notable pe-
riodista Domínguez Rodiño.
¡Cuánto tenemos que andar hasta que, como en Norteamérica, tengamos abiertos los
cines, en sesión continua, desde las diez de la mañana, para que, en el momento más pro-
picio, cuando nos sobran unos minutos o cuando queremos borrar nuestras preocupacio-
n3S con el sello, calmante inst'intáneo, de una ciuta interesante!...
Lo que empezó por ser un espectáculo de barraca, a perra cliicala entrada, ¡qué insos-
pechado desarrollo va teniendo!
Monumental Cinema, que diariamente atrae a 8,000 espectadores, y que a las dos ho-
ras de abrir las taquillas cuelga el cartelillo de ¡No hay billetes!, también iba a ser otro
estrepitoso fracaso en el concepto de quienes se tienen por entendidos en esta clase de ne-
gocios, y que añadían que nunca podría amortizar los gastos de la construcción, teniendo
que ser clausurado o dedicado a otras actividades...
¡Lástima que no pueda verlo su creador el buen Sagarra! ¡Cuánto daríamos porque lo
admirase los que nos honramos trabajando bajo sus órdenes!...
334 LA CONSTRUCCIÓN MODERNA
III
Cinema nos vimos obligados, no por un capricho, a disponer lo contrario, coa los accesos
a los lados de la pantalla.
Y ¡no filé chica la sorpresa aí^radable del público, cuando se vio sorprendido al entrar
de cara a los espectadores!
Esta forma inadvertida^ con el tiempo se hace vulgar. Mas [cuánto no la criticaron los
que la examinaban con lupaí...
La forma ideal no es la rectangular perfecta, como creen muchos, sino la trapezoidal,
con el lado menor por la parte del escenario. Y la sala, ensanchando hacia la fachada.
De las tres primeras cifras, se desprende que cada espectador necesita de 0,43 a 0,47
metros cuadrados del solar, teniendo el edificio: planta baja de butacas, un anfiteatro que
avance y dos o tres pisos de palcos.
Cuando el ediñcio es mayor—el Titán, por ejemplo—se requiere más amplitud de la
normal en pasos, escaleru^s y salones, hasta llegar a 0,47 m^.
La cifra última del Monumental no ha de parangonarse con las anteriores; pues este
edificio es otro caso, con dos grandes anfiteatros.
Cuando el ediñcio es de mucho lujo, con grandes comodidades, se puede llegar al me-
dio metro, y aun más.
Hasta existe una relación entre el coste total y el número de espectadores, que no la
insertamos por no extendernos demasiado.
Máximo a-proDechamieriio.—La primera preocupación que ha de tener el arquitecto
es—cuEindo interroga en el papel al perímetro del solar—la máxima utilizoción de la
superñcie.
Este es un principio fundamental de toda explotación industrial.
Si no mete el mayor número de localidades posible, no habrá negocio, vSi el empresa-
rio no gana, es debido a la disposición desdichada que se ha dado al local. Y el arquitecto,
con las miradas escrutadoras del público y de Ins inteligentes, se deslionrará más que
adquirará nuevos clientes.
Decir máximo aprovechamiento no es recomendar el hacinamiento de localidades, ni
mucho menos; ni visión imperfecta, ni pasillos angostos, ni escaleras en abanjco, en las
que ruede el público, ni salones mezquinos.
Si carece el edificio de comodidades, si el público no se halla satisfecho dentro de él,
como considerando que, por el precio de la localidad, es dueño del mismo, el negocio no
podrá ser productivo.
En salones amplios, la mayoría de los espectadores se regocija, por contraste con las
casas mezquinas que ocupan.
Bien ordenados, de distribución clara y aspecto regio, el público se va acostumbrando
a los grandes locales, y cada vez pide más lujo y más facilidades y comodidades.
—Por media peseta—nos decía uno—se siente potentado cualquiera en el cine y
durante tres horas...
Entre nosotros van siendo corrientes las disposiciones extranjeras de avanzar los an
fiteatros sobre la sala, para que el aforo sea mayor.
Con esa disposición desaparece la continuidad en los antepechos de todos los pisos, y
los pisos exbremos quedan cortados.
Tipos intermedios, de transición entre el teatro del siglo pasado y los nuevos edificios,
en Madrid, son los teatros Odeón y Reina Victoria.
Siendo profundos los anfiteatros que avanzan sobre las butacas, debajo de ellos caben
—sin perturbar la parte utilizable para espectáculo—grandes salones y bares. Estas de-
pendencias, con sus techos inclinados, a manera de grandes guardillones, son otra de la
característica de los cines modernos.
Fácil es, ocupando grandes porciones de solar, proyectar monumentales salones;
pero entristece encontrarse en algunos ediflcios con espacios muertos, que malbaratan el
conjunto.
Otra característica es la de llevar los retretes y urinarios de la planta baja al
sótano.
338 LA!,CONSTRUCCIÓN MODERNA
Subir y bajar unos escalores no es muy molesto. Y, aunque lo Euese, hay que impo-
ner ese síicriflcio al público: para aprovechar la planta de butacas, para disponer con más
amplitud los servicios de aseo, y, más que todo, para acabar con la pestilencia que en los
teatros viejos es compañera inseparable de las regiones más nobles del edificio.
Como edificio mal distribuido, con solar desperdiciado, y en el que se hubiese metido
a gusto medio millar más de espectadores, citaremos—¿por qué no mencionar los malos
ejemplos, ante los que se puede instruir tanto o más que con los buenos?—el teatro Reina
Victoria, de Madrid.
Le sobran salones y departamentos, que para nada sirven, cerca de la fachada. Palta,
en cambio, local en la sala, en Ins anfiteatros—mezquinos y tortuosos—, en el escenario y
eu los cuartos de artistas.
Hay que tener todo el arte y la habilidad del Sr. Cadenas y sus compañeros para re-
presentar en un escenario, que tiene unos cinco metros de fondo, vistosas revistas que
dan la impresiíín de grandes locales...
Las escaleras, en vea de llevarlas hacia la fachada, están donde más disturban a la
sala, y los lados del anfiteatro principal—desde los que no se veía el escenario—se han
utilizado para guardar trastos y para el billetaje,..
Cuando veo edificios de esta especie, se me representan las malas modistas a las que
se entrega una pieza de tela abundante o precisa, y que, después de cortar y recortarla a
diestro y siniestro, sacan un vestido corto; pero dejando por el suelo grandes retales que
no tienen aplicación posible...
Hueco de la ó'ñía.—Proscrita la forma de herradura del teatro de los siglos xvil al XIX
para la planta de butacas, la del hueco de la sala ha de ser semejante a la ya descrípta.
Los costados, o palcos convergentes, hacia el escenario; el antepecho del anfiteatro
en línea curva muy abierta, y si es circular, su centro habrá de estar en el escenario.
Se aconseja que los rayos visuales de Ins espectadores extremos no formen con la
traza horizontal de la pantalla ángulos mayores de 40°. Precepto que no puede ser absolu-
to, pues siempre hay algunas localidades desde las que se observa la escena con mayor
oblicuidad.
Ca&ins.—En un cine bien organizado, donde se proyecten las cintas sin interrupción,
ha de haber dos aparatos.
Una cabina cómoda debe tener de dimensiones 3,60 metros de frente y unos tres de
fondo, y no ha de carecer de ventilación adecuada—natural o artificial, pero intensa—,
pues la temperatura dentro de ella suele ser elevada mientras Xunciona.
Contigua, o debajo de ella, habrá un W.-C, y, a poder ser, una pequeña habitación
de descanso.
Los aparatos de proyección son aproximadamente de 1,35 metros de largo, por 0,70
de ancho.
La cabina se suele colocar en el fondo del anfiteatro último o de la planta de butacas,
lista última—como en el Real Cinema—es la mejor disposición; pues el eje del cono lumi-
noso, siendo hurizontal, corta normalmente a la pantalla.
Asila cabina está más próxima al escenario, gana en fijeza la imagen y se econo-
miza fluido.
En un cine normal de 2.000 espectadores, la proyección requiere 50 amperios y 70 en
un cine doble. El tamaño de la proyección varía con el de la sala.
En el Monumental la cabina está a un lado, para aprovechar un rincón de la sala y
acortar el cono luminoso; estando la pantalla algo inclinada, respecto del eje de la sala,
buscando la normalidad de la imagen.
LA CONSTRUCCIÓN MODERNA 339
dedos salas normales entre sí. Desde una de ellas se veía la pantalla, y a la otra lle-
gaba la imagen por un espejo que formaba 45** con la imagen primera, en lienzo trans-
parente, disposición curiosa hoy inaplicable.
Orquesta.—No requiriendo foso el pequeño escenario de los cines, la orquesta se
acomoda debajo del tablado, sobre un piso de madera que está sobre un hueco—caja de
resonancia.
El ángulo superior contiguo al muro del fondo ha de redondearse con tabla elevada
a cerchas, de modo que reíleje las ondas sonoras.
En ciertos momentos del espectáculo el director de orquesta, desde su sitial, ha
340 LA CONSTRUCCIÓN MODERNA
de atisbar la proyección, para lo que se han de abrir uno o más boquetes en el suelo
de escenario.
El 'pyohlema visual.—Es el primordial en un cine.
Al proyectar, al tantear las plantas, inmediatamente se ha de trazar un esquema de
la sección longitudinal, dibujando el cono luminoso y las visuales de los espectadores de
las últimas filas de la sala y anfiteatros.
Estas visuales extremas forman, por decirlo asi, la envolvente de la construcción, pues
determinan los salientes, altura y demás circunstancias; délos anfiteatros sobre todo
Es evidente que si algún elemento constructivo corta las grandes visuales, la visión
de los espectadores será imperfecta.
El trazado de la curva óptica que dan los libros no es aplicable a los grandes edificios:
s¡ se adaptasen sus reglas, las pendientes de la sala y de los anfiteatros serían, por lo
exageradas, incómodas y hasta peligrosas.
Obsérvase en la mayoría de los teatros, que un espectador no ve pnr encima de la
cabeza del espectador que se halla delante en la fila inmediata, como sostienen los tra-
tadistas.
La pendiente de una sala es adecuada cuando los espectadores, moviendo un poco la
cabeza buscan un hueco entre los espectadores anteriores y ven las candilejas o el extremo
inferior de la pantalla por encima de la cabeza del espectador que está situado dos filas
más delante que él.
Como dato práctico, para casos normales, diremos que el piso de butacas debe empe-
zar siendo horizontal—la teoría obligaría a que este trozo fuese en pendiente hacia el esce-
nario—, para terminar ascendiendo paulatinamente, en un seis o seis y medio por luO de
inclinación.
Hemos visto salas hechas con los libros en la mano, con un 12 por 100 de pendiente,
donde era peligrosísimo caminar, sobre todo a tientas.
Tales salas están pidiendo peldaños en los pasillos.
Kespecto a su aspecto diremos que debe ser atrayente, y que el estile, dada la nove-
dad del espectáculo, sin tradición alguna, debe ser también moderno.
Aquí concluímos de hablar de estos temas novísimos, en general, aunque se podría
decir, disponiendo de mayor espacio, muchísimo más.
Sección de la orquesta
LA CONSTRUCCIÓN MODERNA 341
IV
EL EDIFICIO
¡Que se va a caer...!—Antes de inaugurarse el Real Cinema, y ahora, al abrirse el
Monumental, soto vece se susurraba que la Junta de Espectáculos no toleraría la apertura.
Y que, si acaso, el hundimiento sería inmediato al ocupar el público las galerías altas...
¡Puerilidades que, traídas a eolación ahora, hacen reír!
Pero, hay que recordarlas, y ponerse en el caso del que proyecta, construye, padece y
tiene que hacer frente a la ignorancia y a la maledicencia.
Ignorancia, por lo que imponen los grandes vanos, las columnas cenceñas y los atre-
vidas voladizos, construidos con un material como el hormigón armado, que, aún—es triste
decirlo—suscita recelos, y no cuenta con el beneplácito de algunos profesionales y clientes.
¡Había Escuela especial—no la nuestra—donde se tenía descontada la catástrofe...!
¡Más vituperable es la maledicencia, compañera de los envidiosos, de los que temen
la competencia!
El de enfrente, en .sendos reclamos en letras de molde, llegó a decir que, el que esti-
mase en algo su seguridad personal, se abstuviese de concurrir al Monumental.
Sé de algunas familias que, hasta pasado el primer mes de la inauguración, no se
atrevieron^—¡por si acaso!—a franquear las puertas del Real Cinema.
Estos temores, que amigos cariñosos hacen llegar al autor, UD día y otro también,
van minando su confianKa y seguridad. Llega un momento en que uno mismo empieza a
dudar, y se pregunta: —¿Sí estarán en lo cierto?
Paseando por la obra, con las manos en los bolsillos y la mirada escrutadora, se dice:
—¿Quién me dice a mí que, dentro de aquella columna tan sana, o esotra viga, no hay
algún fallo que hiende su seguridad? ¿No habrá bajo los cimientos algunas minas an-
tiguas...?
¡No falta quien propone que el día de la inauguración, por lo que pueda tronar, no
se permita entrar al público de golpe, sino con cuentagotas, cerrando el grifo en momento
oportuno, mientras el técnico, ojo avizor, esté debajo atisbando las muecas y crngidos de
la osamenta...!
Amedrentan los pisos altos, uno con 1.200, y el otro, el de encima, con 1.000 espec-
tadores, nados a la fuerza de débiles soportes (l).
¡Hasta la Superioridad, en un informe lleno de peros y regaños—¡hay ahora tanto
pánica a las responsabilidades!—, a los que se agarraría más tarde con unos: —¡Ya lo decía
yo ..! ¡Ya lo veíamos venir...! ¡Estos atrevimientos no debían consentirse...!
Por primera vez, se manda:
«Que la Empresa, al comenzar la pro3'"ección, anuncie en la pantalla que, si por motivo
de cualquier alarma, el público tuviese que abandonar el local, lo haga con calma...Í
«Todo hace indicar la importancia que se reconoce a esta planta principal, en lo que
afecta al número de espectadores...»
Machaconamente continúa:
o
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LA CONSTRUCCIÓN MODERNA 343
«Que se coloquen indicadores y dependientes en cada una de las salidas, así como
anuncios visibles, recomendando al público la mayor calma en las salidas, por motivo de
cualqnier alarma..-»
¡Bien claro se lee entre líneas cuando dice, entre otras cosas, de los anfiteatros:
«Cuidando singularmente que sea reducido el número de espectadores.»
En Barcelona hubo empresario que, para inl'undir tranquilidad al público, engordó
con recios i'ustes de escayola las columnas que sostenían el anñteatro... Las columnas eran
metálicas.
¡Nosotros casi estuvimos dispuestos a hacer lo mismo...!
El público, bonachón y candido, entrando tumultuosamente en los anfiteatros, apelo-
tonándose en los puntos débiles, no inmutaba al edificio.
Durante varios días se proyectaron en la pantalla fotografías que Liado había tomado
al hacer las pruebas de resistencia. Y con aplauso cerrado—qne nos compensó de las amar-
guras—mostró ante el atrevimiento su complacencia y la satisfacción de encontrarse en
sitio seguro y cómodo.
Visto el buen éxito, los alarmistas frescamente cambiaron de disco, y ahora entonan
el: -¡No liabía motivo alguno para inquietarse..,1»
(1) El Sr, Muñoz, persona de graa pi-esligio en Zaragoza, eo pocotiünipo so ha aereiliLado on la corte.
Butre oLras obras (ÍQ categoría, ha construido eo Madrid la Fábrica de Litiuloum, y en brcvo comenzará la
cdiflcaclón de un teatro.
(2) La caaa OetnBntos Portland, de Sestao. es una de las man ¡nitiguas de Espaüa, dedicada a au espe-
cialidad.
Establecida en Bilbao (Alameda de Urc[uljo, 1), tiene por gerente a D. José Cadet.
Ha conaLruido, entre innuiiierablea obras, varios teatros; de ellos, en Madrid, el Odeón y el Alcázar.
(3) lÍQtre cines y teatros, la Casa Torras cuenta en su haber con unos veinte; entre ellos el Eeal
Cinema, Cine Ideal, Cinema Goya e Ideal Rosales, j ' está terminando en la calle de Dlef^o dü teón, un salón
de la Film Española para impresión de peliculas.—Oficinas; Glorieta de Atocha, 8, Madrid.
344 LA CONSTRUCCIÓN MODERNA
Antes de ahora, en toda la estructura metálica dd Real Cinema, hemos tenido oca-
sión de apreciar la valía del ingeniero D. Celso Máximo, especializado en estas clases
de obras.
La carpintería de taller, anfiteatros y las 3.600 butacas de haya, han salido del taller
del maestro D. Francisco Garriga, de gran práctica en la construcción de teatros y cines.
(1) El Sr. Garriga ha intervenido en Madrid en [a coaatrucción del SalÓQ Doró, reforraaa del Príncipe
Allonso y del Infinta laabol. Loa talleres de carpintería, montados con todoa los adelantos, en la calle de
Fray Luis de León, 8, Madrid. Su especialidad es ta construcción de muebles, distinguiéndose en los ame-
ricaüos, para Bancos y ofleinas. Recientemente se le ha adjudicado la carpintería del Palacio del Círculo de
Bellas Artes, de la calle de Alcalá.
LA CONSTRUCCIÓN MODERNA 345
1^1) La Instalación de luz en 63t6 cf'ne es máa corapllca'3a que la do un teatro grande. Loa hilos son
vulcanizados, y el cuadro, con una proluslóo de hlloá, cortacircuitos e Interruptores, consta de dos paneles
de mármol, do 2,20 por 0,80 por 0,003, con 60 interruptores.
No S6 ha reparado en gastos, hasta conseguir una instalación perfecta. La repetida casa bilbaína ha su-
ministrado conductores para las instalaciones eléctricas del Kursal de San Sebastián, y do los Bancos de
Bilbao, UrquijQ y Vizcaya, de Madrid, así como también para otras obras de categoría. Domicilio social:
Bilbao: calle de Afíuirre, y sucursal en Madrid, representante, D. Rafael Jublodo, Reina, 5 y 7.
LA CONSTRUCCIÓN MODERNA M9
(I) La Ciisa Rodríguea Hermanos, Carrera de San Jerónimo, 34, ea un eetabloclmlonto acreditadísimo y
muy eonociíJo. líntrü loa nuraerusos trabajos que ha ejecutado, cltareraoa: en Madrid, teatroa Odeón, Reina
Victoria, Rey Alíonao, Real Ciüeina, Príncipe Alíonao; on Iluelva un teatro, y otroa varioa. Poaeegran sur-
tido en dibujos tnoderuos, en cantldaJea auficlentea para atender a loa pedidos, por importantea que aean.
(2) Eduardo Uuiz, oatabJeeldo en la callo de Sagaata, 5, os el tapicero de la Empresa Sagarra, Ha con-
feccionado la tapicería del ííeal Cinema, Príncipe Alíonao y otraa salaa de eapectáculos.
(3) La caaa González y Hermano, Gran Vía, 14, está también establecida en Sevilla, Tetuán, 25; en
líuelva, Málaga y Córdoba. Hu especialidad aon los herrajes, azulejos, cerámica artíatica y aparatos de
saneamiento.
La fábrica do D. Luia Vínardell, Alcalá, 12, de modaícoa hidráulicos, ha sumlniatrado loa pavimen-
toa del vestíbulo principal, bar, salones de descanao y solana; imitación de los mosaicos romanea.
Butsoma y Compañía, Moreno Nieto, 1, flllal de la de Barcelona, ae dedica a la fabricación de piedra
a]-tlftclHl eu toilus sus apUcaclouea, tuberías do üeraonto y bsiMosas de lodus líljisen.
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distintas sensaciones. F^as escaleras, columnas y pilastras, las lia construido el maestro
José Antonio Valcárcel (l).
Precauciones contra incendios.—ha~pñmeTa. y la más importante es la de haber
adoptado la estructura de cemento armado. . . ; ^
El techo dtí la sala es un tablero de ladrillo hueco.
La cabina es de cemento armado, con puerta'de hierro, y los aparatos Power de pro-
(i) La oapecíallilad dfl este solador jirtlatlco son loa müaatcoa romanoá y veneoianos. Últimamente ha
ejecutado trabajos en ol MetropoütatiOj Gran Vía, aocledadea de reoreo y portadas de tiendas, Tione la
expOalclÓQ en Lope ele Vega, 40, y log tallerea y almacén en Méndoa Alvaro, 1?, Madrid,
(2) También ha Instalado tos retretoa, urinarios, iuvaboi, bajadas de la cubierta, servicios de agua y
desagües de los bares. Trabajos últiinauíente ejecutados; Ei liar Regio y reparación del edificio de la Unión
y el FéQis Español. Taller, Avemaria, núm. 1, Madrid.
352 LA CONSTRUCCIÓN MODERNA
En las terrazas se han dispuesto seis bocas de incendios, con las que cómodamente
maniobrarían los bomberos atacando el fuego del edificio y hasta el de las casas vecinas,
contra el que es necesario precaverse, para que nb cause perjuicio a la explotación.
El jefe de Bomberos, D, José Monasterio, ha dispuesto que se realicen en esas terra-
zas unas maniobras, para que el personal a sus órdenes esté aleccionado-en la^defensa de
barrio tan populoso.
Bares.—Uay dos grandes mostradores de mármoles extranjeros, brechas y onís.
JVAN
Repujado del bar. (Dibujo de Juan José.)
El del vestíbulo de Atocha tiene 15 metros de frente, y está montado a todo lujo con
todos adelantos.
En el sótano se encuentran la bodega, despensa y almacén, unidos con el bar con un
montacargas.
La marmolerfa de los mostradores y vestíbulo son de primera calidad, y han corrido
a cargo de D. Faustino Nicoli (l),
Los repujados en cobre: unos motivos en el frente del bar del vestíbulo; la marque-
sina, composición central de ciervos y la fuente, más otros ornatos, han sido laborados
(1) Este taUor, lundado por D. Pedro Nicoli en 1835, ea de sobra conocido. Con D. Faustino Nicoli
colabora au hijo D. Podro, prestigioso escultor. Trabajos llevados a cabo por este taller últimamente, son
varios en la Casa lieal, en loa palacios de Linares, Núñez y Alba; Archivo de Alcalá, San Francisco el
Grande, varios panteones y otras obras de mérito. Despacho: Alcal;i.2B, y taDeres en Fuenterrabia, 4,
Madrid.
LA CONSTRUCCIÓN MODERNA 353
cnn arte exquisito por el reputado artífice Juan José García (Eguilaz, 11), quien ha reali-
zado un trabajo digno de su gran fama.
Condiciones acúsiicas.—Son excelentes, como las del Real Cinema, y lo decimos sin
inmodestia^ después de haber oído el primer concierto de la Sinfónic'i j las alabanzas^de
su director, el maestro Arbós, y ntros músicos.
Sr. Muñoz, el encarg-ndo Miguel y el último obrero, han tomado parte en estos trabajos
premiosos.
Después de haber citado a los maestros, sería injusto no mencionar a dos profesio-
nales: en primer lugar a D. José González Edo, uno de los jóvenes arquitectos más capa-
citados, que nos prestó valiosa ayuda en momentos en que estábamos agobiados de
trabajo.
D. Gregorio Lapuente, aparejador que honra a la profesión, es el segundo.
Otros trabajos.—No queremos terminar—ya va siendo demasiado largo este aná-
lisis—sia mencionar otros aspectos de la construcción.
La calefacción, y sobre todo la aireación de la sala, han sido una de las mayores
inquietudes.
El 18 por la mañana, el día del primer concierto, estaban en la sala 4.300 personas.
Y en total, en las cuatro sesiones, desñlaron por la sala 16,000 personas. Estas cil'ras
son por sí solas elocuentes, y dan idea del cuidado que requería el estudio de la reno-
vación del aire.
Las instalaciones de calél'acción y ventilación son del ingeniero Jacobo Schneider
(Alfonso XII, 56).
Sin disturbar el interior de la sala con grandes conductos, se ha dispuesto todo sobre
el Lecho de la sala. Desde allí, los aspiradores acoplados a sus motores, extraerán el aire
viciado, y, cambiando la dirección del movimiento, los mismos inyectan aire puro.
13e Jaime Kuiz (Arenal, 22) son los pasamanos y guardavivos de metal fundido de
las escaleras del vestíbulo, así como también los cierres de las taquillas y otros trabajos.
LA CONSTRUCCIÓN MODERNA 35í
LA CRÍTICA Y EL ^'MONUMENTAL.,
Prensa, técnicos, artistas y público lian dedicado los mayores elogios al nuevo cine,
A continuación i asertamos, entre tantas opiniones, los juicios de tres autorizados
escritores:
La obra de arte de Anasagasti
El cinematógrafo se proyecta en cualquier sitio, sobre cualquier sábana extendida y
tendida sobre la más alta cuerda.
Una de las cosas que hacen que el cinematógrafo sea un arte teatral con caluroso
emboque, con magnífiea intimidad, es el que le fabriquen un teatro para su telón y lo
adornen con grandeza, en que la frialdad de las cintas se matice y se recaliente.
El gran arquitecto Anasagasti acaba de dar ese cobijo de arte al cinematógrafo, y,
fuera de los reclamos, necesitaba ana exaltación su modernísimo.acto de gran artista, su
mágica rotundidad.
El nuevo cinema que Anasagasti ha creado ha dado un fondo colorista, dramático y
grandioso al cinematógrafo, encontrando la arquitectura novelesca, honda y entusiasta con
que necesita adornarse la sábana tendida iluminada p)r la novilunar lúa voltaica.
RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA.
Anasagasti, constructfpr
Hace unos noches asistimos a la inauguración del Monumental Cinema por los ínti-
mos. Es un ediñclo en que pueden colocarse 4.000 espectadores, pero sin ocupar sitio,
o sea dejando en todas direcciones espacias inmensos, en ios que se dilata la vista como
por un paisaje. Es de cemento armado. Soportes rectos, desprovistos de ornamentación,
que aguantan los pisos con antepechos Usos. El juego de líneas y planos, de soportes de
ámbitos en huida hasta los fondos remotos del gallinero, se desarrolla amplio y magníñco,
sin otros recursos que los simplemente arquitectónicos. Magníñca prueba de arquitecto.
Sólo alguna insinuación decorativa en determinados puntos de los antepechos. Sobriedad,
austeridad; pero todo henchido de un género de alegría que resulta del perfecto equilibrio
y de la sensación de seguridad, no obstante las apariencias frágiles.
Una estruendosa fantasía japonesa, como lucernario central pendiente del techo,
inunda aquellos ámbitos, austeramente armónicos, de luz y de fugaces insinuaciones deco-
rativas, que descienden sobre el público como si fueran bandadas de pajarillos de colores.
FRANCISCO ALCÁNTARA.
No menos indudable que al espíritu clásico y al amante de los estilos pretéritos duele
un poco y aturde más esta fuerza sin gracia y este desdén por las normas de adopción
transmitida.
Se piensa que puedp consentirse la simulación de materiales-el hierro, la piedra, el
mármol—con la fácil diversidad que otorgan las modernas conquistas industriales, y de
este modo un Banco, un Odeón, un cuartel, un hospital, ana casa de recreo o un Ministe-
rio, conserven en sus líneas reminiscencias de otras formas, como sus actividades interio-
cación geográfica al espectador puro del cine, al que no le interesa sino la conmocLóti
repentina. Serán los personajes: El, Ella, el Otro, la Otra, el Viejo, el Niño. Serán los sitios:
el mar, la montaña, el valle, la taberna, el palacio. Serán los asuntos: el odio, el amor, el
patriotismo, la lujuria, elíanatismo, la guerra.
Y así, a grandes planos, a espacios de infinito y con una sobriedad elocuente, donde la
mirada repose sin que nada la distraiga de lo que ella q-uiere ver, habría de ser construido
el local donde se exhiben las grandes síntesis espectaculares.
Dentro del c¿?ie sólo importa la obscuridad y el respirar como respiran las muche-
Ni los mismos materiales. El cemento es el símbolo del siglo gris, donde fatalmente
habrán de fundirse todos los coloras y las cosas emblematiaadas con ellos. Pero ese respeto
a la estractura eminentemente estática del cemento no le hará falta tenerlo a los mármoles
y los bronces de las plutocracias improvisadas, ni a las escayolas y las calaminas de las
aristocracias en decadencia.
Josii FRANCJÍÍS.
NOTAS
La Empresa Sagarra (S. A.).—Es la Sociedad española más importante de cinemato-
grafía.
Fundada en 19L8 por D. Garlos Viñas Sagarra y I). Ricardo Urgoiti, con un capital
inicial de 600.000 pesetas, qne más tarde fné ampliado a seis millones y que se piensa
incrementar aún.
Ei Consejo de Administración está fornado por D. Ricardo Urgoiti, presidente; don
Juan Manuel Urquijo, D. Juan Eguren, D. Enrique ííeredia, secreLario, y D. Antonio
Armenta, gerente.
En la actualidad es la Sociedad dueña del líeal Cinema y Monumental Cinema, y
explota, además, ei i'ríncipe Alfonso y el España.
La capacidad de estos salones, por día, es de 20.000 espectadores, y por año concurren
a los mismos carea de cinco millones de personas.
Por impuesto al listado, Municipio y demás abona al año 'JOO.OOO pesetas-
Por último, el número de empleados es de 250.
CRÓNICA E INFORMñCION
H l g i e n i z a c i ó n d e v i v i e n d a s e n Ma - Hace una síntesis histórica de la forma y des-
drid.—A propuestEi del asesor técnico tíe la Comi- arrollo de la antigua Monarquía pirenaica durante
sión inspectora del Ayuntamiento de esiu corte ia cual vivieron aragoneses y navarros unidos
(ingeniero Sr. Gallego), el alcalde ha publicado el cerca de tres siglos, para e.^plicar la razón de las
áiguiente decreto, de cuyo cumplimiento exacto grandes analogías que ee observan en la arquitec-
depende la higienizacíón de gran numero de vi- tura románica de ambas regiones.
viendas: Indica cuál fué el origen de esta arquitectura,
«A fin de reducir en lo posible el número de po- según las opiniones más autorizadas, y después
zos negros, que tantos peligros suponen para (a de describir los grandes perfeccionamientos que
salud pública, y en cumplimiento de lo que pre- experimentó merced al genio de loa monjes cluni-
ceptúa el art. 4.^ de U Real orden de Gobernación censes, entra de lleno en el tema objeto de la con-
del 9 de agosto último (Gaceta del !tí), referente ferencia, diciendo que todos los monumentos del
a la higienización de viviendas, S. E . 6e ha servi- Alto Aragón y de Navarra pueden clasificarse en
do disponer lo siguientes dos grupos: los que pertenecen a la escuela «ro-
1.° Se concede un plazo de tres meses, dentro mánicalatina», que no presentan ingerencias del
del cual lodos los propietarios de fincas utilizadas elemento oriental, y los «rcmánicobizantinosD,
para viviendas que radiquen en el término muni- que ofrecen la cúpula sobre base cuadrada como
cipal, y por cuya inmediación puse un colector o característica de su estructura.
ramal público del nuevo alcantarillado, acometan Dice también que en Nav;trra hay otro tipo de
al mismo, en las condiciones y formas reglamen- iglesias románicas de planta poligonal que perte-
tarias. necieron a los Templarios, y son la de Eunate,
2.° Debiendo considerarse como de carácter muy conocida, y la casi ignorada de Torres del
urgente las obras necesarias para efectuar esta Río, de gran interés arqueológico esta última, por
acometida, así como las de sustitución de los re- estar cubierta de una cúpula hispanomahometana,
tretes antiguos, por los inodoros, las licencias para constituida por robustos nervios de piedra, que
efectuarlas se tramitarán con la mayor rapi'lez, dejan por su cruzamiento un ojo o hueco central.
debiendo presentarse al director del servicio de 'Describe luego el Monasterio de Leire, y refirién-
Fontanería y Alcantarillas, que deberá resolverlas dose a la iglesia, hace su historia, comenzando
en el plazo máximo de tres días, marcando el por la cripta, conatrucción románica del siglo xi,
tiempo que considere suficiente para su ejecución. en la que se aprovecharon capiteles de época an-
3.° A fin de producir las menores perturbacio- terior.
nes posibles a los vecinos que ocupen las habita- Estudia después la cabecera de la iglesia alta,
ciones que han de ser objeto de mejora higiénica también del siglo xi, con estructura propia de la
de lama trascendencia, el director de Fontanería escuela francesa del Poitu, y, finalmente, la por-
precisará el orden en que los aludidos trabajos han tada principal, exornada con gran profusión de
de realizarse, y en los casos en que sea impres- follajes, cenefas, grecas y estatuas.
cindible el momentáneo desalojamiento de las vi- Analiza lo que el eminente arqueólogo francés
viendas, ordenará se haga ósíe escalonadamente y Bertaux ha dicho acerca de esta puerta, que la
por el tiempo estrictamente indispensable, dando considera como perteneciente a la escuela tolosana,
cuenta al teniente de alcalde del distrito, para que, y termina la descripción de este famoso Monasterio
si es necesario, facilite el excelentísimo Ayunta- navarro, que fué favorecido por todos los Monar-
miento vivienda provisional a los inquilinos de cas, especialmente por Sancho el Mayor, proyec-
condición humilde. tando una vista de coniunto para dar idea do lo
4." En ningún caso servirán de pretexto las bravio del terreno en que se halla emplazado.
obras de saneamiento mencionadas, para la ejfscu- Habla seguidamente de San Juan de la Peña,
ción de ninguna otra, y menos para la elevación cuna de la reconquista pirenaica, como lo fué Co-
de los alquileres, fuera de loa límites que toleren vadonga de la Cantábrica, y después de hacer su
las disposiciones vigentes.» historia, menciona la iglesia baja, de eslito mozá-
rabe; la iglesia superior románica, con ábsides
C o n f e r e n c i a . — Monasterios e iglesias de semicirculares practicados en la misma roca, y,
los Templarios. — Ante una selecta concurrencia finalmente, describe el claustro y el panteón ro-
dio el dia 29 del pasudo mes en la Residencia de mánico de los ricos homes de Aragón, auxiliándo-
Estudiantes una interesante conferencia sobre loa se de proyeccionas que ilustran las explicaciones
Monasterios e iglesias privadas de los Templarios del conferenciante.
el ingeniero D. Serapio Huici. Como tipos de las iglesias «románicobizantinas»
El coaferenciante trató del arte románico en el presenta la del castillo de Loarre, en Aragón, y la
Pirineo occidental, que comprende las regiones de Nirache, en Navarra. De una y otra, proyec-
altaa do Aragón y Navarra. tando en la pantalla los cortes longitudinales, es-
362 LA CONSTRUCCIÓN MODERNA
tudia sus bóvedas en detalle, rozonaiido au es- guiadora de la Contribución sobre utilidades de la
tructura. riqueza mobiliaria, texto refundido de 22 de sep-
Para terminar la conferencia, ya que la falta tiembre de 1Ü22, que loa contribuyentes del epí-
material de tiempo le iraijíde hablar de Huesca y grafe fíi, del número 2.°, de la tarifa primera
Jaca, Estella y Sangüesa, hace un resumen de la deben llevar libros registros que permitim conocer
historia de los Templarios, con el fin de justiflcar a la Administración con toda exactitud el importe
la disposición de las pequeñas iglesias, como la de de sus ingresos profesionales, y publicados en la
Bunato y Torres, donde celebraban sas ceremo- Gaceta de Madrid los modelos correspondientes,
nias privadas. Se detiene en la descripción de la Su Majestad el Rey (q. D. g.), se ha servido
bóveda de la de Torrea, diciendo que se halla ins- disponer lo siguiente:
pirada en l a q u e cubre la del jji/ií'ra/^ de la mez-
quita de Córdoba, del siglo x, mostrando intere- ].° A partir del 1 del corriente raes, se decla-
santes fotografías que aclaran sus explicaciones. ra obligatorio para los abogados, médicos, ingenie-
ros, arquitectos, agentes de Cambio y Bolsa y co-
rredores oficiales de comercio, comprendidos en el
R e v i s i ó n d e l a l e y d e C a s a s b a r a t a s , — epígrafe EJ, del número 2° de la tarifa primera
Por el Instituto de íi'jt'ormas sociales se está lle- del art. 4.° de la ley reguladora de la Contribución
vando a cabo la información a que se refiere la sobre las utilidades de la riqueza mobiliaria, el uso
Real orden de la Presidencia que a continuación de los libros registros a que se refiere el a n . 20 de
copiamos: (1) dicho texto, y con las formalidades determinadas
«Con objeto de estudiar y [proponer soluciones para cada profesión en los modelos establecidos por
armónicas al difícil problema de la crisis de la Reales órdenes de este Mmisterio de fechas 2:i de
construcción, se celebró en esta corte, del 28 de julio, l í y 31 de agosto, 7 de septiembre y 26 de
mayo al 4 de junio úkiüiQs, la conferencia nacio- octubre próximo pasado, y publicadas en la Gaceta
nal de la edificación, organizada por el Ministerio de Madrid de los días ;-íl de julio, 19 de agosto,
de Trabajo, a cuyas deliberaciones fué sometido 2 y 15 de septiembre y 28 de octubre.
un amplísimo cuestionario. Pública y unánime-
raenlc se ha reconocido el acierto de d'icha confe- En dichos libros se harán constar por los con-
reneiíi, en la que estuvieron representadas crecido tribuyentes inierosados ios ingresos que cada dia
número de importantes entidades, y las conclusio- perciban o hayan percibido por el ejercicio de su
nes propuestas a loa diversos temas son en estos profesión, cuidando de que figuren todos los deta-
momentos objeto de preferente estudio por parte lles requeridos por el modelo respectivo, y siendo
del Dii'eciorio militar. de alta conveniencia, para la mayor faciliaad y
exactitud en las liquidaciones correspondientes,
Entre dichas conclusiones está incluida el soli- consignar las operaciones retiliziidus desde el co-
citar del Poder ejecutivo que, en el plazo más bre- mienzo del actual ejercicio económico.
ve posible, convoque a una información a las en- Los notarios que no ejerzan otra profesión que
tidades adheridas a dicha conferencia, y a aque- la propia de au notaría, están exceptuados de lle-
llas otras que, sin estarlo, tengan aprobados sus var libros registros de ingresos, por estar especial-
reglaratmtos de Casas baratas, a fin do practicar mente regulada su forma de tributación en virtud
una detenida y completa revisión de la ley y regla- del párrafo segundo del citado art. 20 y Real orden
mento vigentes, de 7 de noviembre de PJ22.
Y no habiéndose efectuado aún esa convocato- Aquellos que, además de su profesión notarial,
ria, y esümando el Directorio convione al interés se dediquen a alguna otra de las comprendidas en
nacional que la aludida información ae realice sin el referido epígrafe E) de la tarifa primera, están
pérdida de tiempo, ya que la crisis de la construc- obligados a llevar los libros registros que corres-
ción y de la vivienda subsiste sin aminorarse. pondan a las otras profesiones que ejerzan.
Su Majestad el Rey (q. D. g.)ha tenido a bien dis-
poner que por V. I. se den las oportunas órrienes para 2.° Dentro del mes actual, los contribuyenteH
organizar la citada información, a la que podrin de referencia deberán presentar sus libros encua-
acudir cuantas entidades o pürticulares estén inte- dernados y foliados, en la Administración de Con-
resados en que la vigente ley de Casas baratas tribuciones de la provincia de su residencia, para
adquiera mayor eficacia; debiendo presidir dicha su legalización en forma reglamentaria; y
Asamblea el excelentísimo señor presidente del :-!." La falta de presentación a diligenciar en
Instituto de Reformas Sociales y desarrollar ésta el término señalado en el número anterior de loa
su labor en los diaa hábiles comprendidos entre libros registros, así como el incumplimiento de la
el 8 y el 1& del próximo mes de noviembre, o obligación de llevar en ellos la cuenta y raz'^in de
sus ingresos profesionales, serán cori'egidas con
El i m p u e s t o d e U t i l i d a d e s . — P o r el Minis- las multas señaladas por la ley, sin perjuicio, en.su
terio de Hacienda se ha dictado la siguiente Real caso, del derecho de la Administración a liquidar
orden: y cobrar el tributo tomando como basa los datos
cdlmo. Sr,: Dispuesto por el art. 20 de la ley re- que pueda obtener por otros medios.
De Real orden lo digo a V . I. para su conoci-
(1) La publicación de dicha Real orden se debe a mieilo y demás efectos. Dios guarde a V. J. mu-
Sotclativas •"tal ingeniero Sr, Gallego, boiióvolaiuento chos años. Madrid, C de noviembre de 1923.—lili
ai::jgiila por el |.irosiíii}iitn «Jel Dli'ui^toi'io. jefo encargado del despacho, Illana.ú
LA CONSTRUCCIÓN MODERNA 363
món, a !a Comandancia de Ceuta; D. José María do 2G6,fi6 pesetas, el comimdanle D. Lorenzo Pe-
Lftviña, piloto mílicar do aeroplano, paaa a sitúa- drel, y se señala el sueldo mensual de 000 pese-
ción B. las al coronel en situación de reserva D. Josó
SUPERNUMERARIOS TafuT, ,;
LA CONSTRUCCIÓN EN MADRID
Licencias concedidas por el '\yuntamien1o de esta corle para modilicar la propiedad urbana