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1. INTRODUCCIÓN
La terapia de solución de problemas (TSP) fue propuesta por D'Zurilla y Goldfried (1971), siendo luego
revisada y ampliada hasta nuestros días (D'Zurilla y Nezu, 1982, 1990, 1999, 2007; D ' Zurilla, Nezu y
Maydeu-Olivares, 2002; Maydeu-Olivares y D'Zurilla, 1995, 1996; Nezu, 2004; Nezu y D'Zurilla, 1989).
Desde su aparición hasta hoy, el crecimiento de su aplicación ha sido enorme por su utilidad. Además, tiene la
ventaja de que puede ser útil sola en un tratamiento o como una técnica de tratamiento junto a otras. Esto
último ha favorecido su uso en múltiples tratamientos o paquetes de tratamiento muy conocidos (por ejemplo,
se utiliza en la terapia cognitiva de Beck, en el entrenamiento en inoculación de estrés, en distintos
entrenamientos en habilidades sociales, etc.). La TSP surge en los años setenta dentro de las técnicas cognitivas.
Los hechos que favorecieron su aparición fueron (D'Zurilla, 1986) el interés por la creatividad, la relevancia de
la competencia social en psicopatología, el desarrollo de las técnicas cognitivas-conductuales y el desarrollo de
la teoría transaccional del estrés de Lázaro La TSP es un proceso cognitivo, afectivo y conductual a través del
cual el individuo intenta identificar o descubrir soluciones a los problemas específicos que se presentan en su
vida cotidiana. El objetivo de la TSP es mejorar la competencia social y disminuir el malestar psicológico.
Fue en 1982 cuando D'Zurilla y Nezu (1982) redenominaron la primeramente afectada TSP por TSP sociales
debido a los problemas con los que se enfrentan a una persona pueden ser tanto personales como
interpersonales. Su meta siempre ha sido producto de consecuencias positivas en el individuo, junto a disminuir
o evitar las consecuencias negativas. Con la TSP podemos aprender una habitación general, la calidad nos
puede permitir un cambio de conducta más positiva, generalizado y duradero (Chang, D'Zurilla y Sanna, 2004).
La ventaja de este tratamiento es que lleva un cabo en el ambiente natural del mundo real del individuo
(D'Zurilla y Nezu, 1982). Por ello, hoy se puede evaluar al mismo tiempo como un proceso de aprendizaje, una
estrategia de afrontamiento general y un método de autocontrol (D'Zurilla y Nezu, 2007). En ocasiones, la
solución de problemas sociales representa un grupo de habilidades sociales que son importantes para la
competencia social. Varios entrenamientos en capacidades sociales incluyen el TSP como una parte esencial de
la misma (por ejemplo, en el de Bedell y Lennox, 1997). La ventaja de la TSP es que es útil para abordar
cualquier tipo de problema, sean interpersonales (por ejemplo, problemas financieros), personales e
intrapersonales (por ejemplo, conflictos maritales, disputas familiares, depresión, ansiedad, etc.), o sociales o
comunitarios (por ejemplo, conducta criminal, discriminación, malos tratos, etc.). Quizás el cambio más
importante en la evolución histórica de la TSP es su actual énfasis en la necesidad de centrarse en los principios
del cambio de conducta (sea conductual, cognitiva o embajada) más exclusivamente en solo la TSP (D'Zurilla y
Nezu, 2007). Ello viene dado por su utilidad, muchas versiones como técnica complementaria de otras más que
como una técnica exclusiva de tratamiento.
2. BASES TEÓRICAS
2.1. El problema, la solución y la solución de problemas
Los tres conceptos principales de la TSP son los problemas, solución y solución de problemas (Nezu, 2004;
D'Zurilla y Nezu, 2007). Por problema, o situación problemática, entiende cualquier situación de la vida,
actividad o tarea, presente o anticipado por el individuo, que demanda una respuesta para su funcionamiento
adaptativo pero no dispone en este momento de ninguna respuesta efectiva. La persona, pareja o grupo, ante
esta situación, por los obstáculos que están presentes, sean porque han sobrevivido recientemente (por ejemplo,
una enfermedad), por las demandas a las que no se les puede hacer frente o porque el individuo está en una
situación crónica de soledad, aburrimiento, etc., no tiene solución para el problema. Esto puede originarse
dentro del propio individuo (por sus emociones o pensamientos), entre individuos, o debido al ambiente. La
ambigüedad, la incertidumbre, las demandas conflictivas, la capacidad de recursos o la novedad son elementos
que pueden estar en la base del problema. La solución es una respuesta de afrontamiento dirigida a alterar la
naturaleza del problema, las reacciones emocionales negativas que producen, o ambas, Las soluciones efectivas
son las respuestas respuestas de afrontamiento que no solo logran cuentos objetivos, solucionando el problema ,
sino que también al tiempo maximiza otras consecuencias o beneficios positivos y minimiza otras
consecuencias o costos negativos. Tiene en cuenta los resultados personales de la solución junto con los
sociales, a corto y largo plazo. Las consecuencias relevantes incluyen los resultados personales y sociales, así
como los resultados a corto y largo plazo (Nezu, 2004).
La solución de problemas sociales es el proceso cognitivo conductual por el que el individuo intenta identificar
o descubrir soluciones efectivas o adaptativas para su problema concreto, habitualmente detectado por el estrés,
y para todos los problemas que surgen en su vida diaria. Es una actividad consciente, racional, que implica
esfuerzo, y se dirige a una aleta. Con ello pretendemos cambiar la situación problemática para mejorar, reducir
el macho emocional que produce, o ambas. Esto vale para un individuo, una pareja o un grupo.
TABLA 20.1
Cuadro resumen de los pasos de la terapia de solución de problemas
1. Modelo subyacente a la terapia en solución de problemas.
2. Creación de una relación terapéutica adecuada
3. Evaluación conductual, formulación del caso y evaluación de la capacidad de solución de problemas.
4. Aplicación del entrenamiento en solución de problemas como tratamiento único o como técnica
complementaria a otras de un tratamiento.
5. Pasos de la terapia de solución de problemas:
a. Orientación hacia el problema.
b. Definición y formulación del problema.
c. Generación de soluciones alternativas.
d. Toma de decisiones.
e. Puesta en práctica y verificación de la solución.
6. Tareas para casa y otros ejercicios de solución de problemas.
7. Mantenimiento de los resultados y prevención de la recaída.
8. Problemas más frecuentes y sus soluciones en la aplicación de la terapia de solución de problemas.
3.3. Evaluación conductual, formulación del caso y evaluación de la capacidad de solución de problemas.
Una parte importante del proceso de evaluación conductual es el análisis funcional o la formulación del caso.
Nezu, Nezu y Lombardo (2004) han diseñado todo un modelo, basado en la solución de problemas, para la
formulación del caso clínico y para el diseño del tratamiento. Con él podemos organizar toda la información
que recopilamos de cada persona y cómo debemos proceder como terapeutas en la recopilación de la
información sobre la persona y su(s) problema(s) para poder poner en práctica el mejor tratamiento, Por
ejemplo, cuando la persona llega a un tratamiento, estar en el estado actual (por ejemplo, con depresión),
mientras que nuestro objetivo y el cliente podrían tener el estado deseado (que deje de tener depresión).
Detectar los obstáculos para lograr resolver el problema (por ejemplo, separar hechos de asunciones, identificar
los factores que determinan la situación problema, analizar si las metas que se logran lograrán son viables, si
tienen las habilidades necesarias, etc.) y poner en práctica la TSP y las técnicas que se precisen para lograr esa
mejoría es lo que hacemos en el tratamiento. Es muy útil recurrir en la aplicación de la TSP al Inventario de
solución de problemas sociales (D'Zurilla et al., 2002), del que hay varias versiones en castellano (Calero et al.,
2001; Calvete y Cardeños, 2001; Maydeu-Olivares et al., 2000). Con él podemos evaluar tanto las capacidades
de solución de problemas de la persona como los estilos de solución de problemas (racional, impulsivo y
evitativo) y los cambios que se producen en las capacidades y estilos de la persona conforme se aplica el
tratamiento, o una vez que este ha finalizado.
3.4. Aplicación del entrenamiento en solución de problemas como tratamiento único o como una técnica
complementaria a otras de un tratamiento
Hoy la TSP es un procedimiento flexible que puede aplicarse solo o como parte de un tratamiento. Permite ser
aplicado individualmente, con parejas, en grupos, en personas con distintos tipos de trastornos, en diferentes
contextos sociales (por ejemplo, escuela, trabajo, asociaciones) y clínicas (por ejemplo, atención primaria,
hospital, consulta). Realmente el nuevo planteamiento de la TSP, que resumen muy bien D'Zurilla y Nezu
(2007) cuando dicen que «enfatizamos la noción de centrarse en los procesos de cambio de conducta más que
exclusivamente en el entrenamiento en solución de problemas» ( p. 95), indica la versatilidad de este
procedimiento terapéutico. Esto ha facilitado el que se ha convertido en un tratamiento muy útil tanto aplicado
solo como formando parte de un tratamiento a más amplio. También se ha utilizado como una estrategia de
mantenimiento o como un programa preventivo (Malouff et al., 2007).
Por lo tanto, en esta fase se utilizan tres principios derivados de la producción divergente de Guildford y de la
tormenta de ideas de Osborn: el principio de la cantidad, el principio del aplazamiento del juicio y el principio
de la variedad. El principio de la cantidad se refiere a qué cuas más soluciones alternativas se producen ante un
problema, más calidad de las ideas disponibles y con más probabilidad podremos llegar a la mejor solución. El
principio del aplazamiento del juicio se refiere a una persona que genera mejores soluciones si no tiene que
evaluarlas en ese momento. Además, el juicio utilizado a inhibir la imaginación si se usan al mismo tiempo. El
principio de la variedad afirma que cuanto mayor es el rango o variedad de ideas de solución, más ideas de
buena calidad serán descubiertas. Si el cliente enfatiza soluciones difíciles de generar, el terapeuta puede
sugerir soluciones poco realistas o claramente inadecuadas. Esto suele servir para que el cliente proporcione
más alternativas y que necesite sean más realistas. De igual modo el terapeuta debe favorecer que el cliente se
decante por ciertas soluciones que son relevantes y específicas, en contraposición a las poco relevantes,
generales, inespecíficas o poco realistas (tabla 20.5).
En este proceso interfiere el bloqueo emocional, la ansiedad, la depresión, el llegar siempre a la misma
solución, la falta de información, etc. Ello lleva una forma de evitar las alternativas adecuadas de solución, si
este es el caso, sería necesario echar mano de otras técnicas, como la reestructuración cognitiva, las
autoinstrucciones o el entretenamiento en relajación. Son procedimientos también útiles para aumentar la
cantidad y calidad de la generación de alternativas, utilizar combinaciones, modificaciones o modificaciones de
las que se le van ocurriendo. Finalmente, tenemos que lograr soluciones relevantes para el problema,
específico, de cara a poder luego poner en práctica una estrategia que conduzca específicamente a la solución y
la táctica para lograrlo.
Ejemplos de solución poco o nada realistas
En esta fase, para cada solución alternativa, indique los costos y beneficios, a corto y largo plazo, y juzgue el
resultado esperado o la utilidad de cada alternativa, compare alternativas y seleccione la solución o
combinaciones de soluciones con la mejor utilidad esperada. El juicio de la utilidad esperada se basa
principalmente en cuatro criterios costo / beneficio:
a. Resolución del problema (probabilidad de alcanzar la meta de solución del problema).
b. Bienestar emocional (calidad del resultado emocional esperado).
c. Tiempo / esfuerzo (cantidad de tiempo y esfuerzo que calcula que le requiere)
d. Bienestar personal y social en conjunto (racionamiento coste / beneficio esperado total).
Aun utilizando los criterios anteriores, la persona que toma la decisión puede variar en sus evaluaciones de los
resultados de la solución a causa de diferencias en normas, valores y compromisos personales. Es útil para cada
decisión la persona puntúa su grado de satisfacción con el resultado esperado para cada solución. Así, establece
la utilidad esperada de cada solución alternativa. Esto puede hacerlo con hojas de decisión (tabla 20.6), en la
que la persona puntúa en una escala de I a 10, o en otro tipo de escala, distintas consecuencias (personales,
interpersonales, sociales, etc.) o ventajas y desventajas de cada alternativa de solución. Al final se obtiene una
puntuación que le permite más objetivamente llegar a la selección de la mejor alternativa.
También en esta fase del proceso podemos usar varios procedimientos para facilitar el conocimiento de
estructuras de solución de problemas alternativos, así como las creencias, valores y emociones que pueden
influir en su preferencia por soluciones alternativas. Entre ellos están las soluciones vagas o ambiguas, que hay
que pasarlas a términos condicionales concretos, ensayo de conducta o ensayo encubierto; ver el problema
desde otra perspectiva y generar formulaciones del problema alternativas, plantear tantas soluciones como sea
posible y considerar concepciones de solución alternativas y todos los resultados de solución posibles
anticipando las ganancias y pérdidas que pueden sufrir cada una de ellas.
En función de los resultados estimados de las alternativas de solución disponibles, la persona debe responder a
estas tres cuestiones:
a) ¿El problema es resoluble?
b) ¿Necesito más información antes de que pueda seleccionar e implantar una solución?
c) ¿Qué solución o combinación de soluciones puede elegir para ponerla en práctica?
De ellas deben quedarse con tres, siguiendo los pasos para seleccionar las mejores. Demostrarán que
seleccionen la que consideren mejor y luego que la poenla en práctica para verificar si con ella resuelven o no el
problema.
4. VARIACIONES DE LA TÉCNICA
Aunque hace unas décadas junto al TSP de D'Zurilla y Goldfried (1971) disponíamos de procedimientos
similares, como era la solución de problemas cognitivos interpersonales de Spivack y Shure y la ciencia
personal de Mahoney (véanse en Becoña, 1993), en los últimos años apenas hay aplicaciones con ellas, siendo
la TSP de D'Zurilla y Nezu la TSP que ha tenido casi en exclusiva y que tiene un gran número de aplicaciones y
estudios experimentales.
5. ÁMBITOS DE APLICACIÓN
Actualmente disponemos de un gran número de estudios que se han realizado con la TSP sociales, bien tratado
sola, bien como una técnica de una paleta de tratamiento. Sus aplicaciones más relevantes han sido las referidas
al tratamiento de la depresión (por ejemplo, Areán, 2000; Nezu et al., 1989, 2007), pero hay muchas otras (tabla
20.9).
Disponemos de varios.metaanálisis que evalúan Ja eficacia de la TSP. El de Malouff y col. (2007) analizaron
distintos problemas de salud física y mental. Incluimos 31 estudios en el mismo, con casi 3.000 pacientes. Los
resultados indican que la TSP es más eficaz que el no tratamiento, que el tratamiento habitual que recibe otros
grupos, que los grupos de control de atención placebo, aunque no es más eficaz que otros tratamientos
experimentales con los que se comparó . Específicamente para la depresión tenemos el metaanálisis de Cuijpers
et al. (2007) Incluyó 13 estudios. Se aprecia una gran variedad de resultados entre ellos, aunque la mayoría
con resultados favorables a la aplicación de la TSP. El promedio del tamaño del efecto es de 0,34, con el
modelo de efectos fijos, y de 0,83, con el modelo de efectos aleatorios. La intervención en grupo de mejores
resultados que la individual; en estudios de personas que padecen solo depresión los resultados son menores; y
los mayores efectos aparecen cuando se compara la TSP con un grupo de control de lista de espera. Con
pacientes de atención primaria con depresión, los resultados no han mostrado que la TSP sea eficaz comparada
con las condiciones de control.