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Estilo de Afrontamiento
1. Estilo psicológico
Sánchez López, M. (1997). El estilo organiza la conducta, tiene un carácter
eminentemente global, es imprescindible para el mantenimiento adaptativo del
individuo y puede considerarse como un conjunto de pautas de interpretación,
donación de significados y respuestas. Dado su carácter globalizador, el EP es
aplicable a muchos campos.
2. Estilo cognitivo
Lozano (2000,) establece que "los estilos cognitivos refieren patrones específicos
inconscientes y automáticos a través de los cuales las personas adquieren
conocimiento. El énfasis reside en los procesos involucrados en el manejo de
información en la mente del individuo. La percepción, el juicio, la atención y la
memoria son elementos identificados en estos patrones. De aquí que se deriven
implicaciones en el aprendizaje debido a estas tendencias cognitivas en lo
referente a la percepción, el procesamiento, el almacenamiento y la recuperación
de la información".
Los estilos cognitivos tienen una relación directa con las tendencias o
inclinaciones naturales para realizar una acción de cierta manera y no de otra. Las
tendencias constituyen hábitos o costumbres arraigadas con orígenes en
experiencias tempranas de la vida del sujeto. La edad, el género, la cultura, el
ambiente, el tipo de estimulación, entre otros, influyen notablemente en la
constitución de las tendencias y, como resultado, en el desarrollo de los estilos
cognitivos.
3. Importancia de los estilos cognitivos
Hernangómez, L. y Fernández, C. (2012) nos dice que los estilos cognitivos son
un elemento importante de nuestra persona que puede ayudar a comprender
mejor cómo cada persona procesa la información proveniente del entorno o de su
interior. Más allá de los descriptivo esto puede tener implicaciones en diversas
áreas tales como la educación o la práctica clínica.
Por ejemplo, un niño con un procesamiento principalmente visual encontrará más
complejo captar la información verbal y recordará mejor los conocimientos si se
aplican gráficas o estímulos centrados en la vista. Es lo que ocurre con muchos
niños con diferentes trastornos, como en muchos casos de trastorno del espectro
autista o en muchos trastornos del habla, en los que el uso de pictogramas e
informaciones más visuales facilitan la comprensión y adquisición de habilidades y
conocimientos.
A nivel clínico también tiene gran relevancia si tenemos en cuenta que el estilo
cognitivo facilita interpretar la realidad de determinada manera. Por ejemplo, se ha
identificado que pacientes dependientes de campo suelen tender más a patologías
como la depresión, mientras que los independientes de campo lo hacen hacia
trastornos psicóticos. Del mismo modo, el impulsivo tiende al estrés, o el reflexivo
puede acercarse a los trastornos obsesivos.
Tener en cuenta los estilos cognitivos puede ser de gran ayuda para establecer
planes individualizados en diversidad de áreas, permitiendo una mejora sustancial
de las capacidades y bienestar de cada persona a partir del ajuste de las
expectativas y las ayudas que se les ofrezcan para avanzar.
4. Afrontamiento
Así, por ejemplo, cuando nos enfrentamos a una situación que nos puede generar
estrés o ansiedad, movilizamos nuestros recursos de afrontamiento para oponer
resistencia. Por ello, este autor considera que el estrés es un proceso amplio de
adaptación al ambiente, sin el cual no podríamos vivir.
Buena o mala movilización de recursos de afrontamiento
Ante un hecho imprevisto, pueden darse dos situaciones. La primera es que la
movilización de nuestros recursos sea la adecuada. En este caso, sí se da
esta adaptación y, por lo tanto, podríamos continuar normalmente haciendo uso de
nuestros recursos. Pero también puede darse un segundo escenario: lo que
demanda de nosotros el ambiente es excesivo.
5. Tipos de afrontamiento
Según Frydenberg y Lewis (1996) podemos distinguir tres estilos de
afrontamiento:
1. Productivo (que incluye acciones dirigidas a resolver el problema).
Para responder las preguntas comenzaremos con lo básico, el estrés nace con
la única intención de identificar la demanda en el ambiente y responder a ella. Sin
embargo, esta demanda la tenemos que dividir de dos maneras:
1. Si es irrelevante, no nos afecta, por lo tanto, no implica un compromiso
emocional, personal, ni social. Puede percibirse como activador (activar
diversos mecanismos de la respuesta de alerta) pero no desde una forma
negativa.
2. Si es relevante, la situación significa un compromiso, una alteración de lo
cotidiano, un conflicto entre mis intereses, deseos personales o vínculos
sociales. Aquí el estrés es percibido de forma negativa y nos obliga a
concentrarnos y poner atención en el problema, por ejemplo, pensamos en
él todo el tiempo, nos produce pesadillas, nos convierte en distraídos y
perdemos la capacidad de disfrutar, aprender o interactuar. En este punto
surge el afrontamiento.
7. Estrategias de afrontamiento
Según Lazarus y Folkman definieron las estrategias de afrontamiento como
los esfuerzos tanto de pensamiento como de conducta que cambian de acuerdo al
desarrollo de los conflictos o demandas. Estas demandas pueden ser externas
como un accidente, el pago de una cuenta de servicio o internas como no sentirme
con la capacidad para completar una tarea, o el sentirme defectuoso o
abandonado después de una ruptura amorosa.
En este lugar tenemos que diferenciar si mi afrontamiento o esfuerzos cognitivos
están siendo efectivos o no. Para esto necesitamos diferenciar las estrategias de
afrontamiento en dos grandes grupos (3):
·
1. En el afrontamiento activo o centrado en el problema, la persona
emplea acciones directas que van dirigidas a alterar la situación
problemática y minimizar las consecuencias negativas. Las estrategias
psicológicas concretas utilizadas por estas personas pueden ser: buscar
información sobre el problema, visualizar las diferentes opciones de
solución que existen evaluando cuál puede ser la más efectiva, planificar la
estrategia de acción, organizar cómo llevar a cabo los distintos pasos que
conducen a la solución, buscar apoyo en otras personas para que le den
información, lo aconsejen, le presten ayuda económica, etc.
1. Apoyo
Uno de los métodos de afrontación de un problema es a través de las
conversaciones con nuestros familiares y amigos. De esta forma, el apoyo puede
ser un parche que nos ayude a sobrepasar una situación difícil.
2. Relajación
Una de las técnicas de afrontamiento más útiles para aquellos que sufren de
estrés son los diferentes ejercicios de relajación que podemos hacer. A través de
la meditación u otras técnicas calmantes podemos llegar a evadir ciertos
problemas de nuestra rutina.
3. Resolución de problemas
Para realizar una de estas técnicas de afrontamiento es de vital importancia
identificar el problema que provoca una situación de malestar. Una vez
visualizadas las causas, después debemos desarrollar algún método para poder
evitarlo o manejarlo de la forma más efectiva.
4. Humor
Tomar a la liguera una situación estresante puede ser una de las mejores técnicas
de afrontamiento. Reírse de uno mismo en ciertas situaciones puede hacer que le
dejemos de dar tanta importancia y podamos afrontarlos de la mejor forma posible.
5. Actividad física
El ejercicio físico es una manera muy eficaz de poder afrontar de mejor forma
ciertas situaciones en nuestra vida. La realidad es que el deporte tiene muchos
beneficios a nivel psicológico y físico.
1. Escape
Existen algunas personas que lidian tanto con la ansiedad como con el estrés
intentando evitar a toda costa las situaciones que generan este malestar. Esto no
sólo hace que puedan perder ciertas oportunidades laborales, sino que además
puede hacer que se distancien cada vez más de sus familiares y amigos.
2. Alimentación y adicciones
Muchos intentan dejar atrás estas malas situaciones a través de auto-calmarse
de una forma poco saludable. De esta forma, una de las malas estrategias de
afrontamiento más conocidas es la alimentación emocional. Además, también
ciertas adicciones tanto a los videojuegos como a las drogas pueden ir derivadas
de estos errores.
3. Adormecimiento
En algunos casos las malas situaciones acaban haciendo que la persona en
cuestión recurra a dormir para olvidarse de los sentimientos negativos que
comportan. A pesar de que es una de las técnicas de afrontamiento más
desapercibidas.
4. Autolesiones
En muchos casos cuando los problemas no son afrontados y acaban
sucumbiendo la vida de la persona, esta puede derivar en ciertas conductas de
riesgo. Una de ellas es a través de las autolesiones que en algunos casos pueden
llegar a pasar desapercibidas. Este punto es crucial detectar la enfermedad en
cuestión y acudir a un psicólogo.
El uso de estas habilidades de afrontamiento puede ser un buen método
para mejorar el bienestar mental y emocional. Aun así, muchas personas pueden
llegar a dejar atrás la solución de sus problemas a causa de tener estas técnicas o
estilos de afrontamiento. Lo esencial es usarlos como un método para sobrellevar
estas malas situaciones mientras se solucionan las patologías psicológicas que
comportan.
Los recursos de afrontamiento nos permiten adaptarnos a las diferentes
situaciones del ambiente. En este último supuesto, el sujeto percibe que existe un
desequilibrio entre lo que se requiere para solucionar el problema y las
habilidades, capacidades o destrezas que tiene para hacerle frente