Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Son ramas de la psicología evolutiva la psicología infantil, la psicología del escolar pequeño, la
psicología del adolescente, la psicología de la primera juventud, la psicología del adulto y la
gerontopsicologia.
La Psic. Evolutiva estudia las particularidades de los procesos psíquicos en las distintas
edades, las posibilidades de asimilar conocimientos, los factores que deciden el desarrollo de la
personalidad, etc. Esta indisolublemente ligada a la psi. Pedagógica.
Además la psicología pedagógica estudia los aspectos relacionados con el modo de enfocar
individualmente al alumno.
La psicología del preescolar, la psicología del escolar pequeño, del adolescente y del joven son
temas de estudio de la psicología evolutiva.
Ni los biogenéticos ni los sociogenéticos pudieron dar una noción correcta sobre las fuentes
y mecanismos del desarrollo psíquico del niño.
Durante las décadas del 20 y 30 se realizaron en la URSS, en el campo de la psicología
pedagógica, enorme cantidad de trabajos científicos que contienen un riquísimo material
investigativo, incorporado como parte orgánica a la psicología moderna.
En ese mismo período se plasmaron muchas concepciones psicopedagógicas que no
han perdido su importancia hasta nuestros días.
Su valor científico se reconoce ahora con más claridad y precisión que nunca.
A este respecto debemos mencionar el sistema de ideas sobre la personalidad del niño
y la colectividad infantil formulado por A.S. Makárenko (1888-1939)(posteriormente se
convierte en punto de partida para desplegar todo un conjunto de investigaciones
psicológicas dedicadas a los problemas del desarrollo de la personalidad y la
colectividad), y la teoría sobre el desarrollo de las funciones psíquicas superiores de L.
S. Vigotski.(1896-1934).
A.S. MAKARENKO Y LA PSICOLOGIA PEDAGOGICA.
Conformadas durante la década del veinte y la primera mitad de la del treinta, las
concepciones psicológicas de Makárenko sobre la personalidad del niño y su desarrollo
constituyen una doctrina sobre la formación de la personalidad dentro de la colectividad.
La teoría de Makárenko sintetizó su valiosa experiencia pedagógica y fue la base del
trabajo posterior en el terreno de la educación comunista.
La concepción científica de Makárenko abarca en muchos aspectos la psicología del
desarrollo de la personalidad (interrelaciones de la personalidad y la colectividad,
perspectivas del desarrollo de la personalidad, formación de su esfera motivacional,
formación del carácter, etcétera).
Makárenko resolvió los problemas nodales de la psicología en aguda polémica con la
interpretación biogenética y sociogenética de las relaciones entre personalidad y
colectividad.
Las afirmaciones de los sociogenetistas de que la colectividad es una reunión de
individuos que reaccionan de un mismo modo a unos u otros estímulos provocaron la
protesta de Makárenko, quien consideraba la colectividad como un conjunto de
personalidades, organizadas con un objetivo definido.
Tanto maestros como alumnos deben trabajar siempre en consonancia con los fines últimos de
la enseñanza.
Se entiende por personalidad desarrollada en todos sus aspectos, un individuo cuyas fuerzas
físicas e intelectuales se han desarrollado armónicamente y constituyen una sólida unidad.
No obstante para conducir con éxito su labor, no basta con la mera aceptación mecánica de la
formulación general de los fines y objetivos de la enseñanza, por el contrario, el maestro debe
reflexionar partiendo de ellos hasta alcanzar una comprensión viva de la multitud de elementos
educativos e instructivos que han de ser transmitidos a los alumnos.
El individuo desarrollado en todos sus aspectos tiene que haber sido educado intelectual, moral
y técnicamente, así como en su formación física y estética.
Al mismo tiempo hay que desarrollar en la clase la agudeza y la capacidad de percepción, una
fantasía creadora y una buena memoria.
Cada alumno debe dominar su lengua materna, debe poder expresarse correctamente al hablar
y por escrito.
Hay que impartir otras técnicas fundamentales del trabajo intelectual como evaluar una
conferencia, la preparación y presentación de un informe, la evaluación y preparación de
gráficas, diagramas, representaciones esquemáticas, el uso de cuadros sinópticos, esquemas y
mapas mentales y diccionarios, el saber llevar actas y cuadernos de observación, etc.
Un propósito ulterior del proceso de instrucción y educación es enseñar a pensar a los alumnos
de manera independiente y críticamente. Este pensamiento debe ser lógicamente correcto.
Todo lo dicho debe reflejarse en una actividad dirigida y responsable de los alumnos.
El joven debe tomar parte en la vida de la sociedad activa y decididamente, poniendo su saber
y su conocimiento al servicio de los principios humanistas y de la patria.
En general hay que despertar y estimular en los alumnos un gran interés e inclinación
intelectual de tal forma que los alumnos después y por su propia cuenta tiendan a profundizar y
desarrollar su saber y conocimientos
En este sentido, los resultados de la enseñanza deben ser el amor al trabajo manual e
intelectual, alegría por el esfuerzo realizado, aplicación, amor al orden, cumplimiento en el
trabajo, limpieza, puntualidad, economía y espíritu inventivo.
El maestro de la escuela debe educar a los jóvenes que le han sido confiados en la obediencia
consciente y voluntaria en la subordinación razonable.
Toda la educación moral debe desarrollar en los alumnos el sentido de hombres que piensen y
actúen colectivamente, que reconozcan la felicidad y el éxito colectivos como su propia
felicidad y su propio éxito, que contribuyan de buena voluntad a su logro y al desarrollo
colectivo.
La enseñanza politécnica tiene por fin inmediato instruir a los alumnos en los principios
científicos de la producción moderna.
Los alumnos deben, además, adquirir un punto de vista politécnico, por el que se entiende
conocer la organización de la producción, la relación que existe entre las diversas ramas de la
producción y la posición que en el futuro han de ocupar en el sistema de la producción social.
El maestro tiene los siguientes objetivos que cumplir en el campo de la educación física:
Mantener a los estudiantes saludables;
Consolidar y aumentar en ellos la fuerza física por medio del ejercicio;
Cultivar en los alumnos la destreza y agilidad corporal, rapidez en las reacciones, interés e
inclinación por el ejercicio físico, los juegos y los deportes;
Agudizar en los muchachos los sentidos,
Perfeccionar de forma dirigida el movimiento y el sentido rítmico,
la riqueza expresiva y estética del movimiento,
y despertar el placer estético por la belleza del cuerpo humano bien formado.
Los alumnos deben conocer los principios del cuidado del cuerpo y la salud, adquirir
prácticas y hábitos higiénicos y la disposición y la capacidad de emplear la fuerza física
para realizar mejor su trabajo
El aspecto exterior, es decir, el peinado, la ropa, los modales y la actitud personal deben ser no
solo utilitarios, sino también bellos.
La actividad psíquica del hombre en sus formas superiores tiene un carácter mediatizado.
(Signos y lenguaje mediatizan la actividad y el proceso de aprendizaje)
Por consiguiente, el surgimiento y desarrollo de estos medios –incluido el desarrollo de la
cultura_ son los que caracterizan ante todo el proceso de desarrollo histórico de la psiquis.
Por su parte, la asimilación de estos medios determina el proceso del desarrollo individual.
El niño asimila la experiencia elaborada en la historia de la humanidad. El pensamiento, la
memoria, la percepción del niños están esencialmente condicionados por la asimilación del
lenguaje, de determinadas formas de actividad, de conocimientos, etcétera.
La psicología Evolutiva y pedagógica marxista parte de la noción de que las leyes del
desarrollo psíquico del hombre están socialmente condicionadas y que el proceso de
desarrollo está determinado por el complejo conjunto de las condiciones de vida y
educación del niño.
La actividad psíquica del hombre es una formación muy compleja. Sus peculiaridades
están condicionadas ante todo por la vida y la educación del niño. La memoria lógica verbal,
el pensamiento conceptual, la percepción objetal y otras funciones psíquicas superiores,
específicamente humanas, no se fijan ni se trasmiten biológicamente por vía hereditaria.
Eso crea la posibilidad de reestructurarlas y perfeccionarlas en el proceso del desarrollo
histórico.
Es preciso diferenciar la actividad psíquica compleja que se forma durante la vida del
hombre (pensamiento, lenguaje) y las funciones naturales más elementales (por ejemplo, la
velocidad de formación de los vínculos condicionados y otros). La actividad psíquica
incluye entre muchos otros componentes también estas funciones elementales. Así se
conoce el vínculo que existe entre la capacidad musical del hombre y la agudeza auditiva,
entre el pensamiento matemático y la función de análisis y síntesis espacial. Las
propiedades elementales, innatas, que suelen denominarse dotes pasan a integrar las
funciones psíquicas más complejas que se forman bajo la influencia de las condiciones
externas.
Para muchos niños son más significativas las INTERRELACIONES CON QUIENES LOS
RODEAN. Su conducta está determinada por el afán de lograr cierta posición en la
colectividad, en las interrelaciones con sus coetáneos y con los adultos.
Para los escolares pequeños son a veces muy importantes los modos habituales de
conducta y relaciones conformados en ellos anteriormente, ya en la edad preescolar.
La principal orientación personal determina muchos otros aspectos importantes del
desarrollo psíquico del niño.
La orientación no es una cualidad rígida e inmutable que determine de una vez y para
siempre el tipo de personalidad del escolar. Con los años puede operarse el cambio de la
orientación principal de los alumnos.
2) Desarrollo de la estructura psicológica de la actividad.
Cada actividad involucra una serie de elementos. Todos juntos caracterizan la estructura de
la actividad. La componen:
EL MOTIVO, o sea, en función de qué se cumple la actividad.
El FIN, es decir, la noción de qué va a obtenerse como resultado
LAS OPERACIONES Y EL METODO, que son necesarios para obtener ese fruto
EL OBJETO, es decir, el material cuya transformación lleva al resultado que se desea.
Ejemplo: Elaboración de juguetes para el árbol de navidad como regalo para los niños de
jardín de infantes.
El motivo, puede ser distinto para diferentes niños, unos los cumplen para dar un gusto a
los niños pequeños, otros para satisfacer la exigencia de los adultos, los de más allá
sienten satisfacción por el solo hecho de preparar los juguetes. El fin es preparar los
juguetes para el árbol. El objeto es el material con el cual se construyen los juguetes. Las
operaciones son todas las acciones concretas que hace falta cumplir para obtener el
producto deseado (cortar papel, dibujar, pegar, etcétera). En esta actividad los niños se
manifiestan de distintas maneras. Unos determinan previamente qué juguetes van a hacer
(fin), escogen en consecuencia el material y realizan todas las operaciones necesarias,
obteniendo el producto previsto.
Otros, se olvidan del fin, por ejemplo, comienzan a hacer un coche, a construir una casa.
Una parte de los niños se orienta en lo fundamental a tomar el material que tienen o que ya
han manejado.
El fin y su nexo con los motivos son determinantes en la actividad. En el desarrollo del niño
la actividad tendiente a un fin determinado se va formando paulatinamente. Por ejemplo, los
niños de tres años aún no pueden organizar sus acciones en correspondencia con un fin
establecido de antemano; pierden con facilidad el fin. En los niños de cinco-siete años es
característico que sus acciones estén determinadas en buena medida por el material, por la
situación objetiva en la cual actúan. Hacia el final de la edad preescolar la noción del
producto futuro, del resultado, comienza a ocupar un sitio cada vez más preeminente en la
actividad. Pero no en todos los niños, ni mucho menos se logra esto. Muchos llegan a la
escuela con un bajo nivel de actividad orientada hacia un fin, organizada y libre, y eso
dificulta enormemente el éxito de su escolaridad.
Estos diversos niveles del desarrollo del pensamiento infantil se revelan al cumplir una tarea
como es la de comparar conceptos. Por ejemplo, a la pregunta de qué diferencia una piedra
de un huevo, los niños responden: “en la ciudad hay una piedra en la calle, pero el huevo lo
venden en la tienda” (comparación basada en una experiencia concreta, situacional del
niño); “El huevo es blanco y por dentro amarillo, y la piedra puede ser blanca o gris”
(diferenciación de los rasgos externos); “El huevo se puede comer, la piedra no”, “El huevo
se come y de la piedra se construyen casas” (diferenciación funcional del objeto); “El huevo
lo pone la gallina, en cambio las piedras se forman en la naturaleza” (rasgo de origen);
“Ambos son objetos, pero la piedra no es comestible y el huevo es comestible” (empleo de
conceptos genérico y específico). Por consiguiente, un mismo contenido objetivo puede ser
reflejado por los niños de diferente manera. Diferencian distintos aspectos y rasgos de ese
contenido. Se modifica así el contenido objetivo de la conciencia del niño.
Con la edad aumenta no sólo la cantidad de rasgos que el niño puede vincular en un
todo; también se modifica el carácter de las cualidades que sintetiza. Los
preescolares mayores y los alumnos de primer grado pueden vincular en lo
fundamental sólo cualidades concretas. En segundo y tercer grado aumenta la
posibilidad de síntesis de rasgos abstractos y concretos. Los resultados de las
investigaciones muestran que la aptitud para analizar tanto rasgos abstractos,
teóricos, como concretos, y de combinarlos en cierto contenido único está
interconectada con el progreso de la actividad pensante y con la posibilidad de
resolver en forma autónoma y creativa las tareas.
Así en el proceso integral de desarrollo del niño es posible destacar tres aspectos
básicos:
1) Desarrollo de los conocimientos y modos de la actividad en el proceso de
enseñanza;
2) Desarrollo de los mecanismos psicológicos de aplicación de los procedimientos
asimilados;
3) Desarrollo de las propiedades generales de la personalidad (orientación,
estructura psicológica de la actividad, la conciencia y el pensamiento).
Cada una de dichas líneas de desarrollo se caracteriza por rasgos específicos, y sólo
en conjunto éstos integran el proceso de modificación de la personalidad que puede
ser denominado desarrollo psíquico.
Pueden distinguirse las leyes generales que rigen la estructuración y desarrollo de las
formaciones psicológicas y las particularidades especificas que caracterizan cada uno de
los tres aspectos del desarrollo infantil que hemos subrayado.
Actividad de la personalidad del niño como condición del desarrollo psíquico. Una
de esas leyes generales consiste en que la manifestación de nuevas formaciones
psicológicas en el niño está ligada forzosamente a su propia actividad. Lo nuevo, aun
cuando en la enseñanza se brinda desde fuera _ por ejemplo en forma de procedimiento_,
debe estar incluido en la actividad del niño, ligado a la transformación de esa actividad.
La asimilación de un mismo material trascurre de modo diferente y, por ende, exige también
diferentes condiciones pedagógicas acorde con el nivel de desarrollo del niño. Asimilar, dijo
I. M. Séchenov, es “confrontar los resultados de la experiencia ajena con los testimonios de
la propia”. En el proceso de asimilación, el niño se manifiesta como personalidad con las
características de orientación, conciencia y actividad que le son propias. El desarrollo de
los aspectos básicos de la personalidad va condicionando el cambio en los mecanismos de
asimilación, lo que debe reflejarse en los métodos de enseñanza.
La ley general que rige el desarrollo de las formaciones psíquicas reside en que éstas
surgen sobre la base de la actividad del sujeto. Es importante que dicha actividad pueda
estructurarse con ayuda y b ajo la dirección del adulto. Lo nuevo es introducido en la
actividad del niño desde fuera, es organizado en forma de actividad externa. Poco a poco
se opera la trasformación de la actividad exterior en interna, ideal, psíquica.
En consecuencia, el desarrollo de la esfera motivacional, el desarrollo de la
conciencia, el pensamiento y la actividad constituyen la condición interna básica que
determina y mediatiza el proceso de formación y desarrollo de las nuevas
formaciones psicológicas.
Se ha comprobado que junto con las leyes generales que rigen el desarrollo del niño en el
proceso de enseñanza es importante considerar también las condiciones pedagógicas
concretas y específicas para los distintos aspectos de la psiquis infantil. En el curso de la
enseñanza los alumnos van dominando conocimientos y modos de actuar en las diferentes
asignaturas. Al aprender, los niños no repiten el camino recurrido por la humanidad y la
ciencia en su conjunto. Los conocimientos y modos de acción no son descubiertos por ellos
de nuevo, sino que les son trasmitidos desde fuera y ellos los asimilan. Las nuevas
acciones, el nuevo método son introducidos en la enseñanza forzosamente vinculados a
una tarea específica y son el medio para resolverla. Los niños deben comprender lo
peculiar de la nueva tarea en comparación con las que han cumplido anteriormente y lo
peculiar de la nueva acción como medio para resolver esa tarea.
Sólo en tal caso la asimilación de las nuevas acciones, en especial de las operaciones con
signos, será consciente y comprendida.
Diferentes son las condiciones pedagógicas en las que trascurre la formación y desarrollo
de los mecanismos psicológicos que aseguran una aplicación exitosa de los métodos y
conocimientos a la actividad concreta de los alumnos. A diferencia del método, estos
componentes de la actividad no pueden “trasmitirse” a los niños en forma acabada, como
acción generalizada. Se van conformando paulatinamente, durante el complimiento de las
acciones con un material concreto. Con ayuda de ejercicios especiales se puede formar en
los niños acciones mentales que aseguren los niveles más elevados de aplicación de
conocimientos y modos de acción.
Los niños omiten con mucha frecuencia la planificación, el control y la evaluación. Por eso
su cumplimiento debe ser reforzado permanentemente desde fuera; al principio mediante
indicaciones directas y la verificación del maestro, luego mediante signos exteriores. Los
niños pueden efectuar la actividad apoyándose en un esquema gráfico de sus etapas y sólo
poco a poco pasar al recurso interior para organizar su actividad.
Así, el proceso de desarrollo del niño no puede ser caracterizado por la modificación de
uno cualquiera de sus aspectos; es un proceso complejo y multifacético. Por ende,
también las condiciones pedagógicas que garantizan los diferentes aspectos del
desarrollo psicológico son esencialmente distintas.
La psicología soviética desarrolla la tesis que formulan L.S. Vigotski y P.P. Blonski sobre
el carácter histórico de los periodos evolutivos. En el proceso del devenir histórico se van
modificando las condiciones sociales generales en las cuales se desarrolla el niño, cambien
el contenido y los métodos de la enseñanza, y todo esto no puede dejar de expresarse en
una modificación de las etapas evolutivas del desarrollo.
Cada edad es una etapa cualitativamente especial del desarrollo psíquico y se caracteriza
por multitud de cambio que, en conjunto, constituyen la peculiar estructura de la
personalidad infantil en esa etapa. Vigotski consideraba la edad como determinada época,
ciclo o nivel de desarrollo, como determinado periodo del mismo, relativamente cerrado,
cuyo significado está definido por su lugar en el ciclo generad del desarrollo, como
determina do período del mismo, relativamente cerrado, cuyo significado está definido por
su lugar en el ciclo general del desarrollo y en el cual sus leyes generales se expresan cada
vez de un modo cualitativamente peculiar. Al pasar de una etapa evolutiva a otra surgen
nuevas formaciones que no existían en los períodos anteriores; se reorganiza y modifica el
propio curso del desarrollo.
La edad, por lo tanto, se caracteriza por las particularidades de las condiciones de vida y
exigencias que se plantean al niño en cada etapa de su desarrollo, por las particularidades
de sus relaciones con quienes lo rodean, por el nivel de desarrollo de la estructura
psicológica de la personalidad del niño, por el nivel de desarrollo de sus conocimientos y su
pensamiento y por el conjunto de determinadas características fisiológicas.
El cambio de la relación entre estos dos aspectos del proceso de desarrollo constituye un
importantísimo fundamento interior (“fuerza motriz”) del paso a la etapa evolutiva siguiente.
Por ejemplo, en la primera infancia, el vínculo del niño con la realidad está mediatizado por
su relación con el adulto. Precisamente en base a ese sistema de relaciones el niño va
dominando determinados hábitos, se forman en ellos niveles elementales de las
representaciones, se enriquecen los modos de comunicación con el adulto, se desarrolla el
lenguaje, etcétera. Todo esto crea la base para que se amplíen las posibilidades de
acciones independientes del niño y por consiguiente también para que se modifiquen las
formas de relación con quienes lo rodean.
Esto último, a su vez, modifica las condiciones de la ulterior marcha del desarrollo psíquico
(por ejemplo, ahora el niño conoce la realidad también a través de su actividad directa).
Una situación análoga (aunque en un nivel completamente distinto) surge en la
adolescencia, cuando el cúmulo de logros del desarrollo precedente y los cambios de las
condiciones de vida del niño conducen a la necesidad de modificar el contenido y los
modos de interrelación del niño con los demás, de modificar las formas de las actitudes de
los adultos hacia él.
Los denominados periodos críticos del desarrollo aparecen justamente cuando las
condiciones de la educación son tales que no se tienen en cuenta las cambiantes
relaciones, se infringe la correspondencia entre los modos de relación con los demás,
plasmados en la etapa precedente y propios de la misma, y las posibilidades del niño que
se han desarrollado en el curso de ese período.
La modificación de las condiciones de vida del niño, de las formas en que se lo educa y se
le enseña constituye el factor Primordial que determina lo específico de la edad.