Está en la página 1de 3

¿NEPEÑA ES EL ORIGEN DE LA CULTURA CHAVIN?

Antes de responder la pregunta planteada hablaremos rápidamente sobre 4 datos necesarios


para entender el tema.

-Chavín.- Se llama así a una antigua cultura altamente desarrollada cuyo centro estaba en
la sierra andina del norte de Perú (distrito de Chavín, región Ancash) y floreció entre los
años 1000 a.C. y 200 a.C. Durante este tiempo, la influencia artística de Chavín se extendió
por todo el norte y centro de lo que hoy es Perú. El sitio arqueológico más conocido de esta
cultura es el Templo de Chavín de Huántar. Su construcción data del año 1000 a.C y era el
centro político y religioso de Chavín. Fue elaborado con bloques de piedra rectangulares,
tiene galerías interiores, y tallados en bajorrelieve sobre los pilares y dinteles. Los
principales motivos del estilo Chavín son figuras serpentinas, humanas, aviares, felinas y
cocodrilianas; y estos se combinan a menudo en imágenes muy complejas y fantásticas.

-Formativo.- Es el periodo de la historia peruana que va desde el año 1500 a.C. hasta el
200 d.C. Aparecen las primeras altas culturas peruanas (Cupisnique, Kuntur Wasi, Kotosh-
Wairajirca, Sechín Alto, Nepeña; Chavín, Pacopampa, Caballo Muerto, Garagay; Paracas,
Salinar, Vicús, Virú, Pucará). Es el primer periodo en que pueblos distintos compartieron
creencias religiosas semejantes, y el culto a un dios jaguar cuya imagen se asocia también
a la serpiente y el águila. Existía una iconografía y un estilo comunes. No se trató de una
cultura homogénea ni de un imperio político unitario. Pero como Chavín ejercía una
influencia poderosa y brindaba las pautas artísticas, entonces a este periodo se le llama
también Horizonte Chavín. Estos pueblos se caracterizan por poseer una agricultura y una
cerámica desarrolladas, centros ceremoniales y arquitectura habitacional, pero no hay
evidencia de ciudades propiamente dichas. También se caracteriza este período por la
expansión religiosa, la orfebrería, metalurgia, arte textil y la ingeniería hidráulica.

-Julio C. Tello.- Nació en Huarochirí en 1880 y falleció en Lima en 1947. Fue un notable
arqueólogo y antropólogo. Estudió medicina en la Universidad de San Marcos, y
arqueología en Estados Unidos y Europa. Recorrió las más apartadas regiones del Perú para
investigar acerca de los fundamentos de la civilización andina. Descubrió la cultura Paracas
y Chavín. Se le reconoce como el padre de la arqueología peruana. Tello defendió la tesis
de que la cultura andina tiene un origen propio, autónomo y serrano (a partir de un foco
amazónico) y se enfrentó a Uhle quien decía que la cultura andina era inferior y solo pudo
desarrollarse por influencia directa de culturas mesoamericanas. Para Tello, la matriz de la
cultura peruana es Chavín y creía que las culturas de la costa eran dependientes y
derivaban de Chavín.

-Rafael Larco Hoyle.- Nació en la hacienda Chiclín en 1901. Murió en Lima en 1966.
Es uno de los padres de la arqueología peruana. Estudio ingeniería agrícola, pero se dedicó
al estudio del antiguo Perú, y realizó notables descubrimientos arqueológicos. Planteó antes
del desarrollo del método de datación radio carbónica, una acertada secuencia cronológica
de culturas y estilos que se desarrollaron en la costa y sierra del Perú. Larco se opuso a la
tesis del origen serrano para la cultura andina (Chavín) que defendía Julio C. Tello. Para
Larco, el origen de Chavín era costeño y estaba en Nepeña, y por tanto Nepeña era el
origen de la cultura andina.
---**---
En épocas tan antiguas como 8800 años antes de Cristo, al hombre peruano se le
encuentra en Paiján cazando animales para alimentarse. Luego entre los años 8000 y 5500
a.C. lo hallamos en Guitarrero cultivando pallares. Ha de pasar buen tiempo para verlo,
ahora, en Kotosh, entre los años 2500 y 1800 a.C. donde ya construye centros ceremoniales
serranos. Hacia el año 1800 a.C., encontramos a este hombre en Caral donde crea diseños
complejos arquitectónicos, es decir es un arquitecto experto. Por el año 1500 a.C. lo
hallamos en Sechín tallando compleja iconografía sobre piedra y en Cerro Blanco
(Nepeña) elaborando iconografía sobre barro (es ya un artista) y fabricando cerámica.
Finalmente encontramos a este hombre en Chavín hacia el año 1000 a.C.
Este es el panorama que ahora conocemos gracias a los estudios arqueológicos, pero en el
año 1919, cuando Julio C. Tello llegó al Templo de Chavín, la arqueología peruana estaba
muy poco desarrollada y se tenían muy pocos elementos para dar teorías consistentes sobre
los problemas arqueológicos. En ese tiempo no había Casa de la Cultura, INC y Ministerio
de Cultura. Las excavaciones se hacían gracias al dinero y al trabajo de arqueólogos
extranjeros, pero Tello rompió esta tradición y por ello es el pionero de la arqueología
peruana y gracias a su férrea voluntad excava sin pausa por todo el Perú para defender su
tesis: la cultura andina tiene su origen en la sierra peruana y su máxima expresión es
Chavín, y por tanto Uhle estaba equivocado al proponer que el desarrollo de nuestra cultura
se realizó gracias a la influencia de culturas extranjeras.
En ese afán, Tello proponía teorías creíbles y totalizantes, pero no sustentaba sus teorías.
Sus vastos conocimientos y su autoridad le permitían construir teorías y propuestas sin
elementos de apoyo. Otro mecanismo que usaba era el de simplificar los hechos para
acomodarlos a sus propuestas. En los sitios arqueológicos de Cerro Blanco y Punkurí, Tello
encontró (en el año 1933) lo que pensó eran manifestaciones costeñas de la influencia
irradiada desde Chavín, y utilizó la evidencia en Nepeña para cimentar su idea del
«Horizonte Chavín», es decir que Chavín era la matriz cultural andina. Tello no se preocupó
ni le interesó averiguar la antigüedad de Cerro Blanco y Punkurí.
Koichiro Shibata, en un artículo publicado el año 2006 (La estrategia de Nepeña en el
Formativo), luego de excavar y usar el método del carbono 14, sostiene que la parte más
antigua de Cerro Blanco data del año 1500 a.C. Y según Lorenzo Samaniego, Punkurí es
todavía un poco más antiguo. Nótese que Chavín aparece en el año 1000 a.C., mientras que
Cerro Blanco y Punkurí ya existían por lo menos 500 años antes.
Pero a Larco sí le interesaba averiguar la antigüedad de los sitios arqueológicos costeños
porque él no creía que Chavín fuera la cultura más antigua del Formativo. Larco había
excavado extensamente en amplios lugares de la costa y había hallado culturas costeñas
más antiguas que Chavín. Y por ello, entre 1938 y 1940, Larco publicó su libro titulado
“Los mochicas” y en el capitulo llamado “Los orígenes”, del tomo I, afirma que la cultura
Chavín no se originó en la sierra, sino en Nepeña. ¿Qué argumentos brinda para reforzar
su tesis? Veamos: 1) Alrededor de Chavín de Huantar no existía ningún poblado con el
suficiente desarrollo cultural y económico que le permitiera construir un palacio como el de
Chavín; 2) Más de 500 años antes de la aparición de Chavín, en el valle de Nepeña se
desarrollaban varios pueblos que tenían muchos recursos económicos, suficiente población,
amplia agricultura, y numerosos arquitectos y artesanos (Punkurí y Cerro Blanco); 3) estos
pueblos nepeñeros tenían una antigua y fluida comunicación con la sierra ancashina; y 4)
los nepeñeros ya habían construido (500 años antes de Chavín) edificaciones de barro
cuyas paredes tenían decoraciones en relieve con jaguares, serpientes y animales con un
estilo muy semejante a lo que ahora conocemos como Chavín.
Cuando Larco propuso la tesis que Nepeña era el origen de la cultura Chavín, fue
desacreditado y su teoría se desechó sin mayor análisis; pero el problema del origen de
Chavín y de la cultura andina ha resucitado: desde el año 2002 se han iniciado
numerosos estudios arqueológicos en el valle de Nepeña que pretenden desentrañar los
misterios del periodo Formativo. Estos misterios son: ¿Nepeña es el origen de Chavín?,
¿cómo podemos periodificar mejor el Formativo?, ¿cuáles son las características de las
culturas nepeñeras del Formativo (Cerro Blanco, Punkurí, Caylán, Huambacho) y por tanto
del Formativo en general?, etc.
Actualmente los principales investigadores del Formativo en el valle de Nepeña son:
Koichiro Shibata (Universidad de la ciudad de Kobe, Japón) en Cerro Blanco y Huaca
Partida; Hugo Ikehara (PUCP, Universidad de Pittsburgh) en Cerro Blanco y Kushipampa-
Moro; David Chicoine (Universidad Estatal de Luisiana, EEUU) en Huambacho y Caylán;
Emily Grace (Universidad Estatal de Luisiana, EEUU) en Huambacho; y Lorenzo
Samaniego en Punkurí. Y se preparan excavaciones sobre el Formativo en Cosma (Jimbe) a
cargo de Kimberly Munro (Universidad Estatal de Luisiana, EEUU).
¿Y por qué se investiga en la parte baja del valle de Nepeña (Huambacho), en la parte
media (Cerro Blanco, Huaca Partida, Caylán y Punkurí) y en la parte alta (Kushipampa y
Cosma)? Por la sencilla razón que en Nepeña se encuentran todas las fases del desarrollo
del Formativo, mientras que en Chavín este ya aparece solo plenamente cristalizado,
como si los constructores de Chavín hubieran venido de un lugar lejano. Además, el hecho
de que en el valle de Nepeña se encuentren todas las fases del Formativo facilita la
comparación, la interrelación y la integración de los datos arqueológicos a fin de obtener
una radiografía confiable del Formativo peruano en su conjunto. Solo cuando se logre
obtener esta radiografía, los arqueólogos podrán afirmar o negar la teoría que
propone que Nepeña es el origen del Horizonte Chavín. Mientras tanto, se sospecha que
Nepeña tiene igual jerarquía que Chavín como para reclamar que la tradición formativa
tiene un origen costeño y que este origen está en Nepeña.
Y usted, estimado lector, ¿qué cree?, ¿podría ser Nepeña el origen de la cultura Chavín?
¿Sabía usted que Nepeña es un lugar clave para desentrañar los misterios del origen de
la cultura andina? Seguramente usted ha pensado siempre que Nepeña es un valle sin
importancia, pero la vida nos sorprende: ¡usted estaba equivocado!
Finalmente, ya sea que Larco haya tenido razón o no, lo importante es tomar conciencia
de que en el valle de Nepeña vivieron unos hombres extraordinarios que realizaron obras
notables en el arte, la agricultura, la hidráulica y la arquitectura; y que, en homenaje a ellos,
nosotros, los hombres de ahora, ¡deberíamos emular ese ejemplo!

Escribe: Leonardo Garay Montañez.

También podría gustarte