Está en la página 1de 2

BIOGRAFÍA DE:

JULIO CÉSAR TELLO


(Julio César Tello; Huarochirí, Perú, 1880-Lima, 1947) Arqueólogo y
antropólogo peruano. Estudió medicina y cirugía en la Universidad de
San Marcos, en Lima. Completó su formación en Estados Unidos y
Europa, circunstancia que aprovechó para estudiar arte y antropología.

De regreso al Perú en 1913, fue designado director del Museo Nacional


de Antropología y en condición de tal recorrió las más apartadas
regiones del país para investigar acerca de los fundamentos de la
excepcional civilización andina. En 1925, sus trabajos lo llevaron al
descubrimiento de la cultura de Paracas y a la obtención de datos
reveladores sobre el carácter constructivo de la civilización de Chavín.

Julio Tello ejerció también como catedrático de


arqueología americana y peruana y de
antropología general. Publicó, entre otros
trabajos que han dado a conocer importantes
aspectos de las culturas incaica y preincaica,
Introducción a la historia antigua del Perú, Origen
y desarrollo de las civilizaciones prehistóricas
andinas y Sobre el descubrimiento de la cultura
Chavín. Por sus investigaciones y hallazgos se le
reconoce como el padre de la arqueología
peruana. De las obras citadas sobresale Origen y
desarrollo de las civilizaciones prehistóricas
andinas (1939), en la que dio forma final a sus
hipótesis. Julio C. Tello postuló el carácter
autónomo del proceso andino a partir de un foco
amazónico arahuaco: su expresión más antigua
fue Chavín, matriz del desarrollo. Las culturas de
la costa, algo parásitas y desvaídas, derivaban de
ese arcaico centro difusor.

Sus ideas se oponían a las del alemán Friedrich Max Uhle, para quien los
más antiguos peruanos eran pescadores primitivos; según Uhle, su salto
al nivel de las altas culturas no resultó de una evolución endógena, sino
de influencias mesoamericanas.

Tello hizo su aparición en el panorama científico del Perú defendiendo la


tesis del autoctonismo de la cultura peruana precolombina y refutando la
teoría de la procedencia mesoamericana (de México y Centroamérica)
sostenida por el arqueólogo alemán Max Uhle.
Tello sostuvo que la cultura más antigua del Perú fue la cultura Chavín,
surgida hace 3000 años en la sierra oriental del departamento de
Áncash, y que de allí se había irradiado hacia la costa y a otras regiones
del área andina. Contradecía así a la teoría inmigracionista de Max Uhle,
que sostenía que los elementos culturales arribaron a la costa peruana
procedentes de Mesoamérica, para irradiarse luego a la sierra. Tello
sostuvo también que los iniciadores de cultura Chavín fueron gente
procedentes de la selva amazónica, portadores de una cultura
rudimentaria, pero que con el tiempo forjaron una alta cultura, sin
recibir ninguna influencia foránea. Para respaldar esta tesis del origen
amazónico, señaló la aparente representación de animales amazónicos
en el arte chavín, principalmente el caimán y el otorongo. Como
resultado de sus investigaciones, Tello señaló a la cultura Chavín (cuyo
centro es el santuario de Chavín de Huántar, situado en la sierra de
Ancash) como la cultura madre o matriz de la civilización peruana, es
decir de la que se originaron el resto de las culturas. Tello calculó su
antigüedad en 1000 a 1500 años antes de Cristo
Tello es considerado «padre de la
arqueología peruana», porque fue el
primero que se propuso estudiar, con
rigurosidad y métodos adecuados, la
formación y la naturaleza de las culturas
antiguas del Perú, convenciendo de que era
la única manera de comprender al Perú
actual. Tuvo el mérito encomiable de ser
uno de los primeros científicos sociales en
«romper la idea dominante» de la
inferioridad de los antiguos pueblos del
Perú.

En este sentido, acumuló ingentes testimonios de la grandeza del pueblo peruano,


en contra de los que se avergonzaban de lo genuinamente indígena. Hizo brotar
literalmente de las llanuras costeñas, innumerables tumbas, templos y ciudades
deslumbradoras, imágenes de dioses en oro, piedra y barro, e infinidad de
evidencias de la realidad sociocultural y económica del antiguo poblador andino.

Antes de morir, el doctor Tello legó su inmenso archivo personal a la


Universidad de San Marcos, mencionando en su testamento a dos de sus
discípulos, Rebeca Carrión Cachot y Toribio Mejía Xesspe, a quienes
consideraba los más idóneos para continuar su trabajo.

Así pues, Carrión y Mejía fueron designados por la Universidad para


compilar, ordenar y en algunos casos complementar las anotaciones y
libretas de campo hasta concluir algunas de las obras que Tello dejó en
proceso de preparación. Fue gracias a la labor de Mejía Xesspe que se
dio a luz dos obras fundamentales: Chavín, cultura matriz de la
civilización andina (1960) y Paracas (2 vols. 1959 y 1979).

También podría gustarte