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UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES “UNIANDES”

Estudiante: Luis Fernando Delgado Insuasti


Nivel: Octavo semestre
Materia: Derecho Notarial

SÍNTESIS
“LA RESPONSABILIDAD COMO LÍMITE A LA FE NOTARIAL DE LAS
ESCRITURAS PÚBLICAS”

Dando una breve introducción acerca de la responsabilidad como límite a la fe


notarial de las escrituras públicas de la autora Carmen María Delgado Alcívar, donde
establece que la función del notario es uno de los servicios públicos adoptados por
la República del Ecuador, implementa el principio de seguridad jurídica, que
garantiza la reproducción auténtica de la voluntad se manifiesta en el tiempo de
forma duradera. Como privilegio de ciudadanía, el servicio de un notario da lugar al
privilegio de archivar documentos, ya que es la prueba en los casos en que es
necesario apoyarse en ellos para defender los derechos. La finalidad de lo anterior
está determinada por la función y forma del notario público. Lo cual parte de los
deberes de un notario, ya que es un funcionario autorizado para declarar su fe, es
decir una declaración de intenciones que requiera la promoción de una actividad
pública debe garantizar la seguridad, garantía, autenticidad, valor legal y
perdurabilidad en el tiempo, según las facultades conferidas por la ley.
Por otro lado, la Ley Notarial y y el Código Orgánico de la Función Judicial
manifiestan que algunas de las obligaciones que tiene que cumplir el notario al emitir
un certificado o escritura pública, da lugar a la obligación de responder en las
distintas materias como civil, penal, administración, disciplina; al mismo tiempo,
ambos actos normativos contienen una lista de prohibiciones, cuya violación daría
lugar a la nulidad o invalidez de un acto público.
Por ende, la responsabilidad del notario constituye una limitación a la confianza de
la fe del notario en la realización de actos públicos, esto se debe a que las
obligaciones y prohibiciones impuestas por la ley reglamentaria definen el alcance
de esta función.

LA FE NOTARIAL
La fe pública originaria se puede definir como la calidad que el Estado otorga a una
serie de personas. Se trata de un atributo originario del Estado y que por
disposiciones de la ley debe ser delegado a ciertas personas o instituciones,
llamados los fedatarios.
Es por medio de lo que es la fe pública que el estado garantiza que son reales
determinados hechos que intervienen en el derecho. Es decir, que otorguen
autenticidad y certeza a todos los derechos jurídicos que sean pasados ante su fe.
Por otro lado, la fe notarial es la garantía que da el Estado de que son ciertos
determinados hechos que interesan al derecho. (Bollini y Gardey).
Asimismo, la fe notarial se la define como la calidad pública que, mediante la
intervención de un oficial público, acuerda ciertos documentos que por tal revisten
de autenticidad y eficacia. (Mustapich).
Es decir que, la fe pública notarial es la potestad que el Estado confiere al notario,
para que, a requerimiento de parte, y con sujeción a determinadas formalidades,
asegure la verdad de hechos y actos afirmaciones, de ser tenidas por autenticas
mientras no se impugnen mediante querella de falsedad.
La fe quiere decir creencia, convicción, persuasión, certeza, confianza en la verdad
de algo que no se vio pero tiene, por la honradez o autoridad moral y jurídica del
funcionario que certifica o expide testimonio de ellos. Por lo cual, la fe notarial o
extrajudicial es la potestad del notario de asegurar la verdad de hechos y actos
jurídicos que le constan y deben tenerse como cierto mientras no se demuestre en
la vía judicial su falsedad. Cuando no hay falsedad, sino simples inexactitudes no
es necesario argüirla.
Además, la fe pública del notario no es más que una especie de la fe pública estatal,
el cual corresponde a una facultad del Estado otorgada por la ley, siendo catalogada
como pública, debido a que proviene del Estado y tiene consecuencias que
repercuten en la sociedad. La fe pública del notario significa la capacidad para que
aquello que certifica sea creíble. Esta función del notario contribuye al orden público,
a la tranquilidad de la sociedad en que actúa, y da certeza que es una finalidad del
derecho. (Pérez)
En este sentido, la Fe Pública fue creada para que todas las acciones o hechos que
las personas no puedan presenciar, sean creídos y aceptados; y por ello surge la
necesidad de depositar la confianza del público en ciertos funcionarios del gobierno;
y por lo tanto dar por sentado en la celebración de acto o hecho.

Por lo tanto, la fe pública es aquella garantía que el Estado en el sentido de que se


preocupa por los derechos que sean verdaderos y auténticos, y por lo tanto están
de acuerdo con las pretensiones de todos los individuos de la sociedad deben
necesariamente ser considerados genuinos cuando existen normas de este tipo
aquellos que así establecen y encuentran estas declaraciones están investidos en
la confianza del público, a través de en la forma prescrita a tal efecto por la ley y por
un representante autorizado. En tal caso, deberá nombrarse un notario público que,
con su intervención, asegure a las partes la condena que requiere la realización de
una acción y su contenido y que la confianza venga de él, utilizando una herramienta
pública.
Los autores Carral y De Teresa, manifiestan que: “El servicio notarial persigue la
seguridad, el valor y la permanencia de los documentos otorgados o autorizados
por el Notario. La seguridad radica en brindar un valor real, eficiente y carácter de
prueba plena al documento notarial; el valor guarda relación con brindar tal fuerza
a la intervención del notario frente a las partes y a los terceros, que los documentos
que autoriza se encuentran revestidos de eficacia jurídica y legal; y la permanencia,
tiene que ver con brindar valor y fuerza en tiempo, para que, con posterioridad se
pueden obtener copias auténticas con el mismo valor de las entregadas de manera
original, aunque sean otorgadas por otro notario distinto de quien lo autorizó.
De acuerdo con lo mencionado en el texto constitucional del Ecuador y las
disposiciones legales que regulan su actuación, tales como la Ley Notarial y el
Código Orgánico de la Función Judicial, el Notario tiene fe pública para hacer
constar y autorizar actos y contratos en que intervenga por disposición de la ley a
requerimiento de parte, por lo que no puede existir instrumento público sin fe pública
y no puede haber fe pública sin instrumento en que se manifieste.

Asimismo, cabe mencionar que el COFJ en su artículo 296 manifiesta que: “El
Notariado es un órgano auxiliar de la Función Judicial y el servicio notarial consiste
en el desempeño de una función pública que la realizan las notarias y los notarios,
quienes son funcionarios investidos de fe pública para autorizar, a requerimiento de
parte, los actos, contratos y documentos determinados en las leyes y dar fe de la
existencia de los hechos que ocurran en su presencia. Así como intervenir en
ejercicio de la fe pública de la que se encuentran investidos, en los asuntos no
contenciosos determinados en la Ley, para autorizar, conceder, aprobar, declarar,
extinguir, cancelar y solemnizar situaciones jurídicas respecto de las que se
encuentren expresamente facultados en el Código Orgánico General de Procesos,
la Ley Notarial y otros cuerpos legales. El ejercicio de la función notarial es personal,
autónomo, exclusivo e imparcial. (Código Orgánico de la Función Judicial)

Por lo cual, dentro de los deberes de las notarias y notarios se encuentra, el servicio
notarial como se lo menciono anteriormente, ya que es permanente e
ininterrumpido. Para cumplir sus funciones, cuando el caso amerite o las partes lo
requieran, podrá autorizar los actos o contratos fuera de su despacho notarial.
También son deberes de las notarias y notarios:
1. Presentar su relación de gastos, así como el presupuesto de gastos
ordinarios y extraordinarios ante el Consejo de la Judicatura.
2. Declarar bajo juramento los valores cobrados por los servicios prestados en
forma mensual y depositar en la cuenta única del Tesoro Nacional lo que
exceda del monto máximo que le sea permitido percibir por el desempeño de
la función notarial que no podrá ser superior al señalado en el artículo 304.
La falsedad en las declaraciones tributarias o el ocultamiento en la inscripción
o registro de bienes muebles o inmuebles será motivo de destitución, sin
perjuicio de las acciones penales correspondientes.
Asimismo, de acuerdo con la Ley Notarial manifiesta en su artículo 19 otros deberes
de los notarios como:
a) Receptar personalmente, interpretar y dar forma legal a la exteriorización de
voluntad de quienes requieran su ministerio. De presentársele minuta, ésta
debe ser firmada por abogado con indicación del número de su matrícula y
del Colegio a que pertenece, minuta que será transcrita al protocolo;
b) Exigir, antes de la ejecución de un acto o de la celebración de un contrato, el
pago de los impuestos relativos, tanto al acto o contrato, como a los
impuestos que graven los bienes a que tal acto o contrato se refiere.
Sin embargo, el notario podrá recibir los valores correspondientes a tales
impuestos y entregarlos a las instituciones respectivas dentro de los días
hábiles subsiguientes, confiriendo recibo por el dinero que le se entregue y
haciéndose responsable por su custodia. Si al hacer la entrega del valor de
los impuestos, la institución beneficiaria se negare a recibirlos, el notario
inmediatamente depositará los valores correspondientes a la orden de
aquella en el Banco Central del Ecuador o en sus sucursales o agencias; y
donde no hubieren éstas, hará el depósito en las oficinas locales del Banco
Nacional de Fomento. En este caso, el notario será responsable por la
exactitud en la determinación legal del valor de los impuestos a pagarse.
c) Acudir, inmediatamente que sean llamados para desempeñar algún acto en
que la Ley prescriba su intervención;
d) Incorporar diariamente al protocolo las escrituras públicas que autorice y los
documentos que deban ser protocolizados;
e) Llevar el Libro de Diligencias en el cual extenderá, diariamente, una síntesis
de las diligencias que practique y que no formen parte del protocolo;
f) Organizar el Índice Especial de testamento;
g) Cerrar el último día de cada año, el protocolo y más libros a su cargo, dando
fe del número de fojas de que se compone, de la diligencia o escritura con
que principió y de aquella con que terminó;
h) Remitir, anualmente a la Corte Superior, hasta el 31 de marzo de cada año,
testimonio literal del índice del protocolo que hubiese formado el año anterior;
i) Conferir, por orden de cualquier Juez o Tribunal, copia de instrumentos,
escritos o diligencias, constantes en procesos archivados en la respectiva
notaría;
j) Afiliarse al Colegio de Notarios del Distrito.
k) Las tablas notariales deberán ser exhibidas en un lugar visible de la notaría,
tabla en la cual se señalará los montos que deban cobrarse de acuerdo a la
cuantía del instrumento público.
l) Remitir a la Autoridad Agraria Nacional dentro de los treinta primeros días de
cada año, el índice del protocolo formado el año anterior, sobre contratos
agrarios otorgados por escritura pública.

ESCRITURA PÚBLICA
Por otro lado, la escritura pública corresponde al documento público matriz otorgado
ante notario público que lo autoriza, asentado en el protocolo por medio de la cual
se hace constar un acto o contrato jurídico y que lleva la firma y sello de éste. Para
el otorgamiento de la escritura pública, las partes interesadas deben estar presentes
o debidamente representadas, requieren del cumplimiento de las solemnidades
exigidas por la ley para cada transacción y contiene una o más declaraciones de las
personas que intervienen en un acto o contrato, siendo necesaria su incorporación
al protocolo a cargo del notario, quien lo firma con los otorgantes, dando fe sobre la
capacidad jurídica de los mismos y de la fecha en que se otorgó la escritura pública,
de lo contrario, no existirá o no se considerara escritura pública.

Varios autores tienen diferentes conceptos acerca de la escritura pública, entre ellos
están los siguientes:
“La escritura pública se define “el documento autorizado por notario u otro
funcionario con atribuciones legales para dar fe de un acto o contrato jurídico”, así
lo manifiesta el autor (Cabellanas).
Mientras que otro autor lo denomina como todo escrito o documento que se realiza
con el fin de dejar constancia de algún acto o negocio jurídico, siendo realizadas
con el resguardo de todas las formalidades que la ley imponga, autorizadas ante
Notario competente, documento que se configura a través de la función notarial
designada al escribano. (Neri)
La autora (Neri) afirma que en las escrituras es necesario el cumplimiento de
diversas formalidades para dar validez al negocio, tales como que las escrituras
deberán ser extendidas en el protocolo del Notario autorizante, deberá identificarse
a los otorgantes, así como los testigos, necesitará de la lectura y firma del Notario,
concluyendo así con la autorización de este.

Constituyéndose así, la forma de la escritura pública, que es la manera legal de


expresar voluntad las relaciones jurídicas que dieron vida al instrumento. Asimismo,
la escritura pública se forma o nace a la vida jurídica exclusivamente cuando se
incorpora al protocolo el documento matriz, considerado como un mandato solemne
y formal que la Ley ha reservado en consideración al acto o contrato.
También cabe mencionar que el artículo 26 de la Ley Notarial manifiesta que la
Escritura pública es el documento matriz que contiene los actos y contratos o
negocios jurídicos que las personas otorgan ante notario y que éste autoriza e
incorpora a su protocolo. Se otorgarán por escritura pública los actos y contratos o
negocios jurídicos ordenados por la Ley o acordados por voluntad de los
interesados. (Ley Notarial)
Antes de redactar una escritura pública, el notario debe examinar lo siguiente:

1. La capacidad de los otorgantes;


2. La libertad con que proceden;
3. El conocimiento con que se obligan; y,
4. Si se han pagado los derechos fiscales y municipales a que está sujeto el
acto o contrato. La omisión de este deber no surtirá otro efecto que la multa
impuesta por la Ley al notario.
Para poder dar cumplimiento a lo mencionado anteriormente el notario debe exigir
la manifestación de los comprobantes legales de la capacidad y estado civil de los
comparecientes, si la hacen a través de apoderado, cumplirá igual formalidad,
constando las facultades del mandato. Si son interesados menores u otros
incapaces, deberá constar su representación con el instrumento público
correspondiente, verificando la identidad de dicho representante legal.
Para cumplir la segunda, el notario examinará separadamente a las partes, si se
han decidido a otorgar la escritura por coacción, amenazas, temor reverencial,
promesa o seducción y para cumplir la tercera, examinará si las partes están
instruidas del objeto y resultado de la escritura.
También cabe mencionar que a escritura pública deberá redactarse en castellano y
comprenderá:

1. El lugar, día, mes y año en que se redacta; y también la hora si el notario lo


estima conveniente;
2. El nombre y apellido del notario autorizante y el del Cantón donde ejerce;
3. El nombre y apellido de los otorgantes, su nacionalidad, estado civil, edad,
profesión u ocupación y domicilio;
4. Si proceden por si o en representación de otros, y en este último caso se
agregarán o insertarán los comprobantes de la capacidad;
5. La circunstancia de haber intervenido un intérprete nombrado y juramentado
por el notario, cuando alguna de las personas que intervienen ignoran el
idioma castellano;
6. La fe de conocimiento de los otorgantes de los testigos y del intérprete
cuando intervengan;
7. La comprobación de la identidad de las personas por dos testigos vecinos o
conocidos o que porten sus cédulas de identidad, si el notario no tiene
conocimiento anterior alguno de los interesados y no le hubieren presentado
la cédula de identidad, en caso contrario se anotará el número de ésta;
8. La exposición clara y circunstanciada del acto o contrato convenido, sin que
pueda usarse de números, signos ni abreviaturas, a menos que corresponda
a denominaciones técnicas (sic);
9. Las circunstancias de haber concurrido al otorgamiento dos testigos idóneos,
si el notario lo estimare conveniente o si alguno de los otorgantes lo solicitare,
cuyos nombres, apellidos y domicilios deben expresarse en el instrumento;
10. La fe de haberse (sic) leído todo el instrumento a los otorgantes, a presencia
del intérprete y testigos cuando intervengan; y,
11. La suscripción de los otorgantes o del que contraiga la obligación si el acto o
contrato es unilateral, del intérprete y los testigos si lo hubieren, y del notario,
en un sólo acto, después de salvar las enmendaduras o testaduras si las
hubiere.
Si las partes no supieren o no pudieren firmar, firmará por éstas la persona que
aquellas designen, expresándose esta circunstancia en el instrumento.
Por lo tanto, en la escritura pública, el notario le da validez legal del hecho en
cuestión, dejando constancia de este para mayor seguridad de los participantes.
Además, en caso corresponda, se poder hacer la inscripción en registros públicos.
Cabe señalar que todos los involucrados deben estar presentes en la firma de la
escritura pública o, en su defecto, debe hacer acto de presencia alguien que pueda
actuar como el respectivo representante de la parte interesada. Otra forma de
explicar la escritura pública es que implica otorgar carácter público a un documento
privado. Esto, mediante la rúbrica de un notario.
RESPONSABILIDAD DEL NOTARIO Y CLASES DE RESPONSABILIDADES

En primer lugar, la responsabilidad se define como la obligación de responder por


los actos o por las omisiones que pudieran o causen perjuicio para la reparación del
daño causado. El deber de responder del sujeto activo del acto u abstención que
causa daño o perjuicio a una persona o sus bienes proviene de la acción culposa o
dolosa.
Adriana Abella define la Responsabilidad Notarial “como aquella en la que incurre
el notario por incumplimiento de las obligaciones que le impone el ejercicio de la
función”.
Es decir, que los hechos ocasionados por los notarios pueden afectar a diversos
sectores, desde el orden público pasando por las relaciones privadas de los
ciudadanos y llegando hasta las relaciones internas de la jerarquía administrativa.
Los escribanos pueden responder en los ámbitos administrativo, civil, penal, fiscal
y disciplinario. En un mismo caso podrían responder simultáneamente dentro de los
distintos ámbitos indicados.
Por otro lado, en el ordenamiento jurídico ecuatoriano se encuentra establecida la
responsabilidad individual derivada del ejercicio del Poder Público, incluyendo a la
actividad notarial. En la Constitución de la República del Ecuador, en su artículo 233
manifiesta que: “Ninguna servidora ni servidor público estará exento de
responsabilidades por los actos realizados en el ejercicio de sus funciones, o por
sus omisiones, y serán responsables administrativa, civil y penalmente por el
manejo y administración de fondos, bienes o recursos públicos.

Las servidoras o servidores públicos y los delegados o representantes a los cuerpos


colegiados de las instituciones del Estado estarán sujetos a las sanciones
establecidas por delitos de peculado, cohecho, concusión y enriquecimiento ilícito.
La acción para perseguirlos y las penas correspondientes serán imprescriptibles y,
en estos casos, los juicios se iniciarán y continuarán incluso en ausencia de las
personas acusadas. Estas normas también se aplicarán a quienes participen en
estos delitos, aun cuando no tengan las calidades antes señaladas.
Es decir que en cada uno de los ámbitos antes mencionados tiene un rol diferente,
por ejemplo:
Responsabilidad civil
En la responsabilidad civil se consideran los siguientes elementos: la realización de
un daño; la abstención o actuación ilícita, culposa o dolorosa; y el nexo causal entre
ambos. Es necesario primero la existencia de un daño material o moral en sujeto
pasivo; segundo, que el daño se haya producido como consecuencia de la
abstención o actuación negligente, falta de previsión o con intención de dañar, es
decir, que haya culpa o ilicitud en el sujeto activo; tercer, que exista relación de
causalidad entre el daño causado y la actuación o abstención ilícita.

La responsabilidad civil del notario puede ser de origen contractual o


extracontractual, dependiendo de la causa que lo origine.

• Contractual. - Por tratarse de un contrato de prestación de servicios


profesionales, cuyo clausulado si no establece en cada contrato, es suplido
por el Código Civil, en arancel de notarios y la Ley del Notariado.
• Extracontractual. - Es la relación con uno de los sujetos que contrata con
su cliente, que no ha celebrado un contrato de prestación de servicios con el
notario y, sin embargo, y sin embargo lo recibe de parte de él.

RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA
El notario incurre en responsabilidad administrativa siempre y cuando cause daños
o perjuicios al solicitante de sus servicios por una violación a la Ley del Notariado,
sus reglamentos u otras leyes.
De esta forma la responsabilidad administrativa se da sólo cuando existen
violaciones a las leyes, daños y perjuicios al particular.
RESPONSABILIDAD PENAL
El notario está sujeto a las penas económicas y corporales establecidas en el
Código Penal para el Distrito Federal, pues en virtud de su cargo no goza de ningún
fuero ni tratamiento distinto al común de los ciudadanos.
La responsabilidad del notario es que el notario responde por el incumplimiento el
encargo que le corresponde en el desempeño de sus funciones, por el hecho de
que la actividad notarial pueda infringir el orden público, los intereses privados de
los ciudadanos o violar permisos relacionados con la relación jerárquica
administrativa interna debido a este servidor el público actúa como asesores y
custodios del fideicomiso general que la jurisdicción comprende la licencia de fe
pública para actuar, contratar, tramitar y realizar conforme a lo establece la ley.

Dentro de la metodología en que se basa este artículo titulado “La responsabilidad


como límite a la fe notarial de las escrituras públicas”, la autora empleó el método
analítico con la finalidad de poder descomponer cada una de las variables del tema.
Utilizo este método con la finalidad de analizar la responsabilidad como límite a la
fe notarial de las escrituras públicas, analizando a partir de la consideración de las
leyes ecuatorianas sobre responsabilidad notarial, fe notarial y acción pública, se
extraerán algunas conclusiones generales sobre el tema, pues el abordaje se inicia
con el análisis de leyes de aplicación universal, principios, postulados y certeza
comprobada para aplicarlos a casos particulares, decisiones o eventos. La finalidad
del análisis radica en conocer las partes de un todo, determinar los nexos o
relaciones que hay entre ellos y las leyes que rigen su desarrollo, entres estas leyes
se encuentra la Constitución del Ecuador, la Ley Notarial y el Código Orgánico de la
Función Judicial, donde establecen acerca de la fe pública, la responsabilidad
notarial y los deberes que tienen los notarios y notarias.
Es así que, como resultado de este análisis, se pudo evidenciar que, al hablar de la
responsabilidad como límite de la fe notarial de las Escrituras Públicas, se debe
precisar que la función notarial desempeñada por los notarios se encuentra regida
por un conjunto de normas dentro del ordenamiento jurídico ecuatoriano, tomando
en cuenta que los servicios notariales son públicos.
Es decir que en cada cantón o distrito metropolitano habrá el número de notarias y
notarios que determine el Consejo de la Judicatura. Las remuneraciones de las
notarias y notarios, el régimen de personal auxiliar de estos servicios, y las tasas
que deban satisfacer los usuarios, serán fijadas por el Consejo de la Judicatura. Los
valores recuperados por concepto de tasas ingresarán al Presupuesto General del
Estado conforme lo que determine la ley, así lo establece el artículo 199 de la
Constitución de la República del Ecuador.
Por otro lado, las notarias y notarios son depositarios de la fe pública; serán
nombrados por el Consejo de la Judicatura previo concurso público de oposición y
méritos, sometido a impugnación y control social. Para ser notaria o notario se
requerirá tener título de tercer nivel en Derecho legalmente reconocido en el país, y
haber ejercido con probidad notoria la profesión de abogada o abogado por un lapso
no menor de tres años. Las notarias y notarios permanecerán en sus funciones seis
años y podrán ser reelegidos por una sola vez. La ley establecerá los estándares
de rendimiento y las causales para su destitución, así lo establece el artículo 200 de
la Constitución de la República del Ecuador.

Por lo tanto, los notarios son un órgano auxiliar de la Función Judicial y el servicio
notarial consiste en el desempeño de una función pública que la realizan las notarias
y los notarios, quienes son funcionarios investidos de fe pública para autorizar, a
requerimiento de parte, los actos, contratos y documentos determinados en las
leyes y dar fe de la existencia de los hechos que ocurran en su presencia. Así como
intervenir en ejercicio de la fe pública de la que se encuentran investidos, en los
asuntos no contenciosos determinados en la Ley, para autorizar, conceder, aprobar,
declarar, extinguir, cancelar y solemnizar situaciones jurídicas respecto de las que
se encuentren expresamente facultados en el Código Orgánico General de
Procesos, la Ley Notarial y otros cuerpos legales.

Po lo cual, la intervención del notario se realiza de dos formas: en primer lugar, como
funcionario, certificación notarial de los hechos verificados con exactitud como visto,
oído, oído, es decir lo que siente. En este sentido, el notario no puede deducir, debe
confirmar lo que ha visto, lo que conoce directamente, por tanto, no puede emitir
juicios de valor o de carácter; y segundo, están sujetos a la persuasión pública de
aquellos abrumados por la intensidad.

En consecuencia, para que las escrituras públicas a ser autorizadas por el notario
puedan obtener la fe pública notarial y desplegar todos sus efectos jurídicos, se
hace menester reunir los requisitos legales y formales previstos desde el artículo 27
al 29 de la Ley notarial, artículos mencionados anteriormente donde cada uno
establece como se hace la escritura pública, que requisitos debe tener la escritura
pública, tales como la capacidad de las personas que intervienen, la libertad con
que proceden, el conocimiento con el que se obligan, y, si se han pagado los
derechos fiscales y municipales a que está sujeto el acto o contrato, así como
también que el acto, contrato o cualquier otro instrumento sea de aquellos
permitidos por las leyes, así como otros requisitos de carácter formal establecidos
en la legislación notarial.
A fin de comprobar la capacidad de los otorgantes, el notario debe exigir la
manifestación de los comprobantes legales relacionados con la capacidad y estado
civil de los comparecientes; si lo hacen a través de apoderado, cumplirá igual
formalidad, constando las facultades del mandato. Si los interesados son menores
u otros incapaces, deberá constar su representación con el instrumento público
correspondiente, verificando la identidad de dicho representante legal, todo ello
conforme al artículo 28 de la Ley Notarial.
Por otro lado, el autor (Vargas) determina que la escritura, en particular, es auténtica,
da forma, se prueba por sí misma, catalogándose como perfecto el negocio jurídico
por el hecho de la manifestación de las partes, a través del otorgamiento.
Asimismo, la fe pública que el legislador ha depositado en los actos públicos es la
seguridad que el notario da tanto al Estado como al particular cuando comprueba
que el acto está hecho conforme a la ley, con todo lo exigido por la ley, asegurando
así la seguridad jurídica, certidumbre y certeza, tanto en los documentos como en
las relaciones jurídicas nacidas, desarrolladas o terminadas a través de ellos.
De igual forma, la función notarial brinda seguridad jurídica en sus relaciones
privadas, dado el control de la legalidad de los actos en que el notario interviene en
nombre del Estado, otorgando el sello de su garantía, con el fin de prevenir los
litigios judiciales posteriores, aunado al carácter público y auténtico del documento
del que es autor, el cual goza de eficacia especial como medio de prueba, tiene
fuerza ejecutiva, y el original siempre es conservado por el notario.

Los efectos de dicha fe, se sustentan además en la objetiva imparcialidad del


notario, quien a través de su actuar, otorga perdurabilidad a los actos jurídicos,
documentados a través de las escrituras públicas, dotándolos de autenticidad y por
ende, de validez jurídica y fuerza probatoria, ésta última, guarda relación con
características de prueba documental indubitable o innegable, esto es, mientras no
se pruebe judicialmente lo contrario, bien sea por nulidad o falsedad, allí la fe pública
notarial pierde todo valor.
Por ende, los notarios son depositarios de grandes poderes que aceptan asumir a
cambio de responsabilidades, deberes y obligaciones, su tarea es muy amplia en el
ejercicio de una función pública, al certificar actos y contratos, cumpliendo con todas
las formalidades previstas en la legislación, con el propósito de brindar seguridad
jurídica a los mismos. No obstante, esta fe notarial no es absoluta, ya que tiene
como límite marcado la responsabilidad del notario, ante el incumplimiento de los
deberes y prohibiciones propias de su cargo o cualquier daño, pérdida o perjuicio a
consecuencia de una acción por negligencia, culpa o delito.

Cabe mencionar que la responsabilidad notarial, es aquella en la que incurre el


notario por incumplimiento de las obligaciones que le impone el ejercicio de sus
funciones. Surgirá ante la inobservancia del deber jurídico que le imputan las leyes
a su actividad, cualquiera sea su naturaleza, modo y tiempo en que debe ejecutarse.
(Rapalini)
En función el notario como órgano auxiliar de la función judicial responderá penal,
civil, administrativa y disciplinariamente por los delitos, faltas, hechos ilícitos e
irregularidades administrativas cometidas en el ejercicio de sus funciones, pudiendo
responder simultáneamente en los distintos ámbitos, imponiéndose una sanción y
reparación. En cada área tiene un rol diferente aquellas se encuentran mencionadas
anteriormente.

En el área civil la responsabilidad se enfoca en el deber que tiene el notario en


brindar seguridad jurídica a los usuarios, por lo que surge como consecuencia a las
posibles irregularidades de sus actos por falta del cumplimiento de los deberes
propios y en general, de sus obligaciones de origen convencional o legal, a los que
se atañen la acción u omisión, ya sea dolosa o culposa, directamente a la persona
o a un tercero, productora de un daño que él sea imputable según las reglas de la
causalidad.
Por su parte, la responsabilidad penal, también se asume por el simple hecho de
formar parte de la función pública, teniéndola el notario al fraccionar los
instrumentos públicos, por incurrir en falsedad y otros delitos conexos, haciendo
constar situaciones de derecho y de hecho que en la realidad no existen o
aprovechándose de su función en beneficio propio o ajeno, siendo así mismo
derivada en algunos casos la responsabilidad civil.
Las sanciones de los notarios por delitos penales tienen diversos alcances, pues
consiste en la privación de la libertad, el resarcimiento del daño o multas, y además
la inhabilitación transitoria o definitiva para el ejercicio de la profesión, conforme al
ordenamiento jurídico ecuatoriano.

La responsabilidad penal conlleva la obligación del pago de daños y perjuicios, en


virtud de que los hechos realizados pueden alterar la seguridad jurídica o el orden
de la comunidad, siempre y cuando se encuentren tipificados en la ley penal,
perjudica al Estado, daña a los particulares y a la sociedad.
Asimismo, se encuentra la responsabilidad administrativa que supone la
inobservancia o incumplimiento de normas que imponen deberes a través de leyes
administrativas.
Y por último se encuentra la responsabilidad disciplinaria opera mediante una acción
que tiene por objeto reprimir una falta a los deberes de la profesión reglamentada;
por lo que el notario incurre en responsabilidad disciplinaria, cuando falta a la ética
profesional o atenta en contra del prestigio y decoro de la profesión, al infringir
normas éticas y profesionales que causan lesión a los particulares y a la institución,
en el ejercicio de su función.
El objetivo principal es que los notarios y notarias cumplan con lo establecido en el
artículo 227 de la Constitución de la República del Ecuador manifestando a
constituyan un servicio a la colectividad que se rige por los principios de eficacia,
eficiencia, calidad, jerarquía, desconcentración, descentralización, coordinación,
participación, planificación, transparencia y evaluación.
También cabe resaltar que, en el ámbito de la responsabilidad disciplinaria, se
encuentran las causas de las infracciones notariales, se vendrían dando ya sea que
por descuido, negligencia o falta de precaución pueden cometer una infracción.
También sería de manera dolosa que teniendo conocimiento de la existencia de las
infracciones notariales, las cuales debe respetar, no las acata, actuando en forma
dolosa, con la intención de causar un daño a los usuarios, lesionando sus derechos
en la prestación de sus servicios e irrespetando las normas prohibitivas
consagradas en el artículo 20 de la Ley Notarial, el cual puede generar la nulidad o
invalidez de la escritura pública.
La nulidad es un castigo que la ley ha previsto para el caso de que el acto no reúna
las condiciones necesarias para su validez, sean ellas de fondo o de forma, bien
porque el acto es contrario a las leyes o bien porque el mismo carece de las
solemnidades requeridas. En los artículos 44 al 48 de la Ley Notarial establecen los
casos en que el instrumento es nulo y la sanción que acarrea al notario.
Primero se debe hacer énfasis mencionando el artículo 20 de la Ley Notarial, donde
manifiestan las prohibiciones de los notarios:

Art. 20.- Se prohíbe a los Notarios:


1. Ser depositarios de cosas litigiosas o de dinero, salvo el que corresponda al
valor de los impuestos que ocasione el acto o contrato;
2. Permitir que por ningún motivo se saquen de sus oficinas los protocolos
archivados;
3. Autorizar escrituras de personas incapaces, sin los requisitos legales; o en
que tengan interés directo los mismos notarios, o en que intervengan como
parte su cónyuge o sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad
o segundo de afinidad;
4. Otorgar, a sabiendas, escrituras simuladas;
5. Ejercer libremente la abogacía o ejercer un cargo público o privado
remunerado a excepción de la docencia universitaria;
6. Permitir que, mientras viva el testador alguien se informe de sus
disposiciones testamentarias, si no fuere el mismo testador;
7. Autorizar escrituras en que no se determine la cuantía del acto o contrato, o
en que se estipule la alteración de ellas por cartas o documentos privados.
Es decir que de acuerdo con el artículo 44 de la Ley Notarial, establece que: “La
infracción de los ordinales 3 y 4 del Art. 20 determina la nulidad de la escritura y el
notario será destituido, sin perjuicio de las responsabilidades civiles o penales a que
hubiere lugar.

Por defecto en la forma son nulas las escrituras públicas que no tienen la
designación del tiempo y lugar en que fueron hechas, el nombre de los otorgantes,
la firma de la parte o partes, o de un testigo por ellas, cuando no saben o no pueden
escribir, las procuraciones o documentos habilitantes, la presencia de dos testigos
cuando intervengan en el acto y la del notario o del que haga sus veces.
Por lo cual, estas prohibiciones hacia los notarios tienen que ver con autorizar
escrituras a personas incapaces, sin los requisitos legales correspondientes; o en
el que tengan interés directo los mismos notarios, o en su defecto que intervengan
como parte su cónyuge o sus parientes dentro del cuarto de grado de
consanguinidad o segundo de afinidad y el otorgamiento a sabiendas de escrituras
simuladas.
Para concluir, el notario tiene el deber de verificar la capacidad de las partes que
intervienen en la celebración del instrumento público y el cumplimiento de los
requisitos legales para ello; esto como deber primordial para salvaguardar la
integridad y validez del negocio jurídico contenido en el instrumento, ya que la
capacidad de las partes ligada también a la voluntad libre de vicio y los demás
requisitos legales, como el objeto y la causa lícitos, constituyen elementos
esenciales que le dan existencia y validez a los contratos que reposan en los
instrumentos que autorizan los notarios.
Continuando con la prohibición del funcionario para autorizar escrituras en que
tenga interés o de la que sea beneficiario directo o incluso en que intervengan como
parte su cónyuge o parientes; esto para evitar que las escrituras sean realizadas
para beneficio del propio notario o sus parientes, garantizando no solo la honestidad
y la transparencia en la función del notario sino también la seguridad jurídica referido
al cumplimiento de las normas, y el mantenimiento del orden público.
Por otro lado, es importante acotar, que las infracciones notariales conllevan
responsabilidades disciplinarias y civiles y por ende a la imposición de una sanción;
no obstante, no existe en la Ley Notarial una norma específica que sancione el
incumplimiento de las prohibiciones a los notarios; por el contrario, se encuentran
inmersas en las disposiciones relativas a las nulidades absolutas y relativas de las
escrituras públicas.
Para finalizar, es importante mencionar que en las últimas décadas se le ha
otorgado al Notario una gran cantidad de atribuciones, funciones y
responsabilidades, esto deriva del hecho que en el nuevo ordenamiento
constitucional de derecho y justicia social consagrado en la República del Ecuador,
se consideraba necesario desconcentrar ciertas competencias del sistema judicial
para procedimientos de jurisdicción voluntaria, cuya naturaleza es similar a la
administrativa, asignando tales competencias al servicio notarial.

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