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Los principios que rigen el derecho notarial son: Fe publica, quiere decir que todos
los actos notariales serán tomados como verdaderos; De la forma: son todos los
requisitos y cualidades necesarios para poder redactar un instrumento público;
Autenticación: el instrumento público se debe consignar, declarar y comprobar por
el notario a través de su firma y sello; Inmediación: el notario siempre ha de estar
en contacto con las partes, los hechos y actos que se producen para dar fe de lo
acontecido; Rogación: el notario ha de actuar a solicitud de parte más no puede
actuar de oficio; Consentimiento: se expresa y queda plasmado con la firma de los
otorgantes; Unidad del acto: el instrumento publico ha de iniciarse y concluirse en
una fecha y hora determinada, finalizando con la firma de las partes en un mismo
acto; Seguridad jurídica: le brinda a los particulares la certeza de que el
documento emitido es verídico y constituye plena prueba de los actos que se
llevaron a cabo; Publicidad: el notario está autorizado a publicitar los actos
notariales a quien interese, siempre en presencia del notario y por supuesto
exceptuando los testamentos y donaciones por causa de muerte; Unidad de
Contexto: no está permitido crear, suprimir o modificar las obligaciones de los
notarios contenidas en el código notarial mediante otro cuerpo legal, más que las
modificaciones hechas directamente al mismo; Función integrada: son las
funciones posteriores al acto notarial, por ejemplo, posterior a realizar una
compraventa de inmueble se ha de llevar un testimonio al archivo general de
protocolos dentro de los veinticinco días hábiles siguientes a la autorización de la
escritura; Imparcialidad: el notario ha de ser profesional e inmaculado, en tanto a
que no consignara o emitirá instrumentos públicos según su conveniencia o que le
beneficien más allá de la remuneración debida por los actos ejecutados en su
función notarial.