Está en la página 1de 12

Capítulo 9

en 1936. En razón de las atribuciones ya concentradas en el Estado, la nacionalización no era la única


alternativa posible, si el objetivo hubiese sido solamente dinamizar la economía con la palanca del
crédito

Sin duda alguna, la nacionalización inauguró un conjunto de posibilidades nuevas. Ellas, sin embargo, no
se pueden reducir al siempre mencionado espacio socio-económico para el ascenso de nuevos grupos
sociales

En las reformas de junio de 1948 estuvo presente también una concepción de la política que
comprometía una representación de la condición ciudadana y de la democracia política.

En 1948 se consolidó una cultura política caudillista en un espacio institucional en transformación.


Ocurrió un entrecruce entre prácticas tendencialmente modernas e instituciones propias de la
democracia representativa, con representaciones y conductas políticas verticales. Este lastre llegará
hasta el fin de siglo. Confusión, falta de claridad, disociación entre lo que se decía y lo que se hacía, falta
de discusión, de democracia y de transparencia fueron acusaciones que se escucharon en el 2000,
cuando se intentó aprobar la reforma del sector de la energía y las comunicaciones. Palabras semejantes
fueron empleadas por los críticos de la reforma social, y también por los críticos de la nacionalización
bancaria.

Impulsos conflictivos

Situémonos en junio de 1948, en el inicio de la llamada reforma económica. La Junta tenía entonces solo
unas semanas en el poder.

El pacto sellado con Otilio Ulate en la madrugada del l.° de mayo le dio todo el poder a una Junta. A ella
se le asignaba la tarea de llamar a elecciones para una Constituyente, en el mes de diciembre siguiente,
y de integrar una comisión que preparara un proyecto de Constitución.

la Junta se propuso poner las bases económicas de la llamada Segunda República. Las dos medidas de
mayor trascendencia fueron un impuesto extraordinario de un 10 por ciento, pagadero una sola vez por
los capitales superiores a los cincuenta mil colones (decreto 70) y la nacionalización bancaria (decreto
71)

El primer acto de la reforma económica ocurrió en la fase en que la Junta tenía el mayor grado de apoyo
político. Un espectro amplio y muy desigual de sectores respaldaba a los hombres que desalojaron del
poder a los republicanos y a los comunistas

En esta otra variante, el problema del Estado inflado y copado por los “políticos” tenía que ser
enfrentado con acuerdos entre las llamadas fuerzas del trabajo y del capital.

l 25 de abril de 1948, un día después del ingreso de Figueres a San José, cuando a decir de La Nación, la
nueva Costar Rica se descubría ante sus héroes,735 empezó el castigo de los desplazados. Comenzaron
las requisas de bienes presuntamente adquiridos de manera ilícita, y la captura de las personas
presumiblemente implicadas en actos delictivos. Hubo detenciones, asaltos a viviendas y ajustes
personales de cuentas. El castigo se convirtió en revancha. Ese 25 de abril se anunció el control de
vehículos y camiones propiedad de adeptos al régimen caído, y la detención del juez Cañas Frutos y de
otros funcionarios menores del Poder Judicial. Cañas Frutos fue liberado poco después por una orden
del mismo Poder Judicial, todavía activo en esta fase de transición. Consiguió refugiarse en la Embajada
de México, y salir del país. En parte como reacción a estas escabullidas, la Junta suspendió la Ley
Orgánica del Poder Judicial y declaró la interinidad de todos sus funcionarios. El decreto número 3, del 8
mayo, integró con nuevas personas la Corte Suprema de Justicia.

El 9 de mayo Ese día propuso la formación inmediata de unos Tribunales Especiales, con la tarea de
juzgar y castigar a las personas acusadas de crímenes, delitos y abusos. Un día después tuvo lugar el acto
ante la tumba de Cortés, en el curso del cual se dijo que la “venganza” había sido lograda. Por estos días,
tres hombres acusados de asesinatos fueron sacados de la Penitenciaría Central y ejecutados en “La
Cangreja”

El 2 de junio siguiente, con el decreto 41 se creó la Oficina de la Propiedad Intervenida y el Tribunal de


Probidad.738 Todas las personas intervenidas por la Junta eran presumidas culpables de haber
adquirido bienes y propiedades en forma fraudulenta. Los bienes afectados por este decretoley fueron
todos aquellos que las personas intervenidas, sus esposas o hijos hubiesen adquirido desde el 8 de mayo
de 1940. La intervención se decretó el 2 de junio. Ese mismo día fueron nombrados los integrantes del
Tribunal de Propiedad, mediante otro decreto. Sin embargo, la primera lista de personas intervenidas
estuvo preparada veinte días antes, el 11 de mayo. En ella aparecían 115 personas cuyos bienes serían
inmediatamente congelados hasta que pudiesen demostrar una procedencia honesta

El decreto número 8, del 12 de mayo, dispuso la reorganización del Poder Judicial; para tal efecto todos
los funcionarios de este poder fueron declarados interinos, excepto los magistrados nombrados por la
Junta. El artículo l.° de ese decreto ordenaba el saneamiento y reorganización de los tribunales y el 2 de
junio fue derogada la ley del año 1944 que establecía la inmovilidad del personal de las municipalidades
y de los concejos de distrito

El pacto del 19 de abril, llamado Pacto de la Embajada de México, estableció las condiciones para
finalizar el conflicto. Se acordó que se garantizaría la vida y haciendas de los ciudadanos involucrados
(punto 2); los derechos de todos lo militares, funcionarios y empleados del gobierno de Picado (punto
3); la indemnización de las víctimas e incapacitados como consecuencia de la guerra (punto 4); la
ausencia de represalias de ningún tipo (punto 5), y una amnistía general (punto 6). Cada una de estas
cláusulas fue desconocida antes de que la Junta denunciara el pacto, en razón de los decretos emitidos.
Seis decretos dados en el mes de mayo más otros dos de principios de junio anulaban lo pactado.’

En esta secuencia vemos a la Junta actuando sin ningún tipo de límite. Las garantías individuales son
reconocidas y desconocidas a voluntad de la Junta, lo mismo que los derechos establecidos en el Código
de Trabajo. La sospecha de culpabilidad era suficiente para que una persona fuese presentada ante los
Tribunales Especiales. Esta es la tónica que marcará el resto del año. En agosto algunos exfuncionarios
municipales fueron acusados de malversación de fondos, por trabajos en calles y obras públicas que no
fueron terminados. En diciembre, durante la invasión, se suspendió la ley de hábeas corpus (decreto
304) y mediante el decreto 306, se dispuso despedir de todos los puestos públicos a personas de
reconocida filiación “caldero-comunista”. De nuevo acá se suspendieron los artículos del Código de
Trabajo que establecían las responsabilidades patronales en caso de despido
La Segunda República empezó con dos pactos que serán desconocidos, y un tercero, con Ulate,
conseguido con dificultad. Tras bambalinas gravitaba el pacto de colaboración “revolucionaria” firmado
por Figueres en Guatemala, a fines de 1947. De él se librará en diciembre de 1948, en parte recurriendo
a la abolición del ejército, y en parte ratificando el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca

La Reforma Económica: la armonía verticalmente inducida

El 19 de junio de 1948, Figueres anunció la nacionalización de los depósitos bancarios y el impuesto al 10


por ciento

El decreto de la nacionalización fue firmado el 21 de junio. Se nacionalizaron los depósitos públicos y se


expropiaron las acciones de los tres bancos privados existentes en el país, el Banco de Costa Rica, el
Anglo y el de Crédito Agrícola de Cartago.

El punto primero del decreto estableció una relación vital entre la organización moderna de la economía
y el crédito público. En las resoluciones se dispuso que el Ministerio de Economía y Hacienda tomara
posesión inmediata de los bancos expropiados

El impuesto del 10 por ciento, además de ser extraordinario y único, estuvo acompañado de una
cláusula en la cual el Estado se comprometía a dar facilidades de crédito a los contribuyentes, para que
pudiesen pagar el impuesto. La justificación del impuesto era la reconstrucción de las zonas devastadas
por la guerra, y reponer el equipo de trabajo de la administración pública.

Seis días antes del decreto 71, el 15 de junio, Figueres redactó el prólogo para el folleto de Martén
titulado Solidarismo y Racionalización. Un sistema de Garantías Económicas748 en el cual se reunían un
conjunto de artículos publicados en La Nación a principios de este mismo año. El texto de Figueres
sintetizaba los cuatro ejes principales de acción de la Junta en el campo económico: el compromiso con
la producción con miras al bienestar general; la cooperación armónica entre las clases sociales; la
tecnificación y racionalización del sistema productivo y, como resultado de lo anterior, la justicia social.

s. A partir de este momento el cuadro político empezó a complicarse y polarizarse. Surgió un nuevo
frente. En su escrito, Martén llamaba a un gran pacto social, en el momento justo que se desconocían
los pactos políticos que le pusieron fin al conflicto a la guerra. Ahora se daba un paso adicional, sin
valorar las posibles implicaciones de este. Los conflictos generados con el incumplimiento de lo pactado
en abril, y por las medidas de revancha, se empiezan a encadenar con las reacciones que provocan las
inesperadas decisiones económicas

La salvación: una racionalización solidaria y eficiente

. Desde 1944, Martén venía diciendo que las Garantías Sociales eran un progreso unilateral, que había
desequilibrado la economía. A su entender, “los políticos” habían tomado decisiones en el campo social
basados en creencias y suposiciones falsas, y sin atender que, si la meta era realmente acabar con la
pobreza, la distribución era insuficiente.

El ministro estaba convencido de que el trabajo y el capital tenían intereses comunes. El más importante
de todos era incrementar la producción, para beneficio de ambos. La tarea del “economista de la
Segunda República” era elaborar un plan en este sentido, y velar por el acatamiento disciplinado de
este. El tiempo de los gobiernos de los abogados y los letrados había expirado. También, se creía, el
tiempo de los “políticos”.
o. La justicia dependía del aparato productivo; de los excedentes generados por los pares solidarios,
pero desiguales. La democracia era el orden fundado sobre la producción solidaria. Su sostén era la
buena economía y no la ciudadanía. Es parecido a lo que pensaba Figueres en 1942, ahora llevado a la
práctica.

Los decretos económicos de junio de 1948 tomaron forma en este horizonte de ideas. La nacionalización
de la banca era tan solo un paso en una estrategia reorganizadora de la sociedad costarricense

Pensando en grande: la banca y la nueva Grecia

Una vez tomadas las decisiones económicas, el acento se empezó a poner en el cambio. El 21 de junio,
Figueres declaraba que la revolución había tenido siempre propósitos que trascendían la toma del
poder, o el desplazamiento de los caldero-comunistas. La única manera de no volver al caos anterior era
emprender una gran reconstrucción económica

Gonzalo Fació, ministro de Justicia, describía el paso dado en junio como parte de un esfuerzo para sacar
al país de un estadio donde predominaba el capitalismo financiero. Según él, los conflictos entre las
clases sociales desaparecerían en un futuro próximo, gracias a un nuevo encuentro del trabajo y el
capital alrededor de una producción dinamizada por la banca

El dinero tenía que ser reducido a un simple instrumento, cuya tarea exclusiva era medir y distribuir el
trabajo humano. El golpe dado a la banca privada era parte de una gran acción para controlar los
movimientos autónomos e irracionales del dinero, y a quienes tomaban decisiones “económicas”
pensando que él era un fin. según esto, la Segunda República se aproximaba a una innovación nunca
antes ensayada en ningún lugar del planeta. Por primera vez se aspiraba a eliminar el dinero real (la
fuerza enajenante y enajenada) para convertirlo una unidad de medida transparente, plana y objetiva.
Este nuevo dinero será luego llamado dinero metafísico™ 5 Con la ayuda del dinero convertido en un
cupón de medida, los economistas podrían llevar una gran contabilidad social, y orientar la economía
con datos fidedignos. El dinero sería atado a la producción

Desde esta fantasía, se imaginaba un orden social basado en unidades económicas grandes y altamente
productivas, creadas gracias a la reorientación del dinero. La producción familiar o en pequeña escala
debía desaparecer, ya que implicaba un desperdicio de esfuerzo social.

En uno de los artículos de esta serie, Martén anunciaba el inicio de la construcción de una “nueva
Grecia” en el Caribe, gracias a las medidas económicas recién tomadas. La nueva Grecia tropical se
levantaría en lucha contra los miembros indolentes y egoístas de las clases dirigentes.

Pero esto no significaba que la nueva Grecia se forjaría en las asambleas de ciudadanos. La razón ya la
conocemos. Si entre los grupos más acomodados o privilegiados predominaba la mirada estrecha y
egoísta que impedía entender el problema de la producción, entre el pueblo reinaba la ignorancia, la
debilidad y la falta de criterio propio: Al pueblo hay que quererlo como un niño lleno de necesidades y
debilidades, debe nutrírsele, educársele, preparándolo para la vida cívica y social.

La lucha contra los "colaboracionistas" y el llamado a la colaboración

Estamos en julio de 1948. Todo lo que se dice tiene implicaciones en lo que se está haciendo. Las
creencias tienen consecuencias reales, sobre todo cuando se tiene el poder. Después del 21 de junio, el
obstáculo principal con el que tropezó la Junta no fueron los republicanos o los comunistas. Fueron sus
aliados de unas semanas atrás, aquellos que se “descubrían” ante los héroes triunfantes, el 24 de abril

Muy pronto, la Junta quedó atrapada en una complicada telaraña. Había llegado al poder con un
respaldo social que no era para ella, sino para Ulate, y una vez en el poder, sus mismas concepciones le
dificultaban construir una base social de apoyo propia

En junio de 1948 estaban abiertos varios frentes de conflicto. Rápidamente ellos se encadenarán y se
condicionarán entre sí. Retomemos el hilo de los acontecimientos. En mayo se crearon los Tribunales de
Sanciones Inmediatas y de Probidad. Al mismo tiempo, aparecieron las primeras listas de acusados

El primer choque de la Junta con la banca ocurrió por estas listas. El 13 de mayo, mes y medio antes de
la nacionalización, renunció la Junta Directiva del Banco Nacional de Costa Rica, el único banco del
Estado

Dos Impulsos: revanchas y fantasías

El primero, ya mencionado, tiene que ver con la polarización política y las cargas emotivas presentes. Los
triunfadores se entendían todavía en lucha contra un enemigo que debía ser erradicado del cuerpo
social. Unos van a la cárcel y allí esperan que se les hagan cargos que justifiquen su detención. Otros,
encuentran sus nombres en las listas emitidas, y esperan poder probar su inocencia. La culpabilidad era
siempre presupuesta.

En medio de los arrestos y del anuncio de la nacionalización, hubo tiempo para formas simbólicas de
revancha que agregaban sal a las heridas abiertas. El 22 de junio de 1948, la Junta acordó darle la casa
de habitación de Calderón Guardia a los militares, para convertirla en un casino

Recurrentemente se mencionan los contratos sin licitación, las adulteraciones y los desfalcos, la
alteración de planillas y la especulación con bienes escasos, importaciones sin pago de impuestos, y la
apropiación de propiedades de personas enviadas a campos de internamiento

Pero, aun así, como lo sugieren las sentencias de los Tribunales de Probidad, los cargos de fraude o
enriquecimiento ilícito no siempre se podían probar.

El desconcierto y el principio de nuevas alineaciones

El decreto 80, del 26 de junio, fijaba en 6 millones de colones el monto que sería destinado al pago de
indemnizaciones, deudas de guerra y auxilio a los excombatientes y a las víctimas. Este dinero se
tomaría de los ingresos por concepto del impuesto del 10 por ciento. Entre los pagos incluidos en este
decreto estaban tanto los que se le deben hacer a los combatientes extranjeros, que eran secretos,
como los pagos a Figueres, por los daños a sus propiedades

o, después de la nacionalización La Nación empezaba a vislumbrar el peligro de trastornos irremediables


por falta de meditación y debate, de una puntuación precisa de los problemas diagnosticados y de las
soluciones propuesta. toman decisiones que hubiesen requerido de un estudio público para que
tuviesen respaldo de la ciudadanía

En síntesis, existían alternativas menos costosas, material y políticamente, que no fueron consideradas,
ni respecto a la nacionalización, ni respecto al 10 por ciento. Un debate político pudo haber sido o
provechoso. Pero esto no era posible por la presunción de que se actuaba conforme a una doctrina
científica provechoso. Pero esto no era posible por la presunción de que se actuaba conforme a una
doctrina científica.

En un algún nivel, actuaba esa necesidad de reconocimiento por méritos propios, con la que Figueres
inició “La Lucha sin fin”. También el empeño de Martén por dejar atrás el mundo de los políticos, el de
su padre. Los dos querían dejar una huella indeleble, un antes y un después de ellos. Un año antes
Figueres era un “cortesista auténtico”. En junio, él y Martén querían verse como constructores
“auténticos”, sin referencia a nadie. De allí también la fuerte e imprecisa distinción entre la primera y la
segunda República. Solo recordemos que algo parecido estuvo presente en Calderón Guardia. En 1942,
él era presentado como un reformador que rompía con un pasado de injusticia. Gracias a él ocurría ese
“gran corte” que era la reforma social. Entonces era Surco el que replicaba que la reforma social era un
eslabón de una cadena de cambios graduales, iniciada décadas antes. Ponía continuidad donde el
gobierno introducía el corte y la singularidad. Algo parecido hacían en 1948 Fació y varias de las voces
que sugerían alternativas

La coherencia incoherente del planificador

La reforma social se desgastó por los grupos que no logró incorporar. Los campesinos quedaron por
fuera, igual que los muy pequeños grupos medios urbanos. La política de la armonía entre las clases, en
la versión de la reforma social, careció de un concepto político-económico para compensar
consistentemente lo que estos sectores, y una emergente burguesía, podían resentir como una
desatención o como un costo que amenazaba su existencia. Contra los políticos

. La decisión de aumentar los salarios de los técnicos y profesionales que trabajaban para la Junta,
generó críticas sobre los eventuales privilegios de un grupo ligado al Estado. A la vez cobró importancia
la cuestión de los pagos a los extranjeros y las indemnizaciones, y con ello, nuevamente, el tema de los
procedimientos claros y transparente

Por una "democracia restringida"


Figueres afirmaba que solo el tiempo podría juzgar las bondades de la nacionalización. A este le daba la
última palabra.828 Justificándose en el tiempo, Figueres no se creía obligado a poner sus planes en
discusión, o a escuchar objeciones

Siempre será posible discutir sobre el efecto democratizador que tuvo la nacionalización bancaria. Sin
embargo, es difícil sostener, atendiendo los argumentos y los hechos, que ella hubiese estado integrada
a una concepción de la democracia política que buscara potenciar la condición ciudadana

Ese era básicamente el problema. Lo que sigue era trabajo del hombre de ideas. El buen gobernante
debía encontrar la ruta más corta hacia la producción y la riqueza. Figueres y Martén pretendían ser un
poder que aspiraba a potenciar poder (empresas en gran escala, tecnologías que incrementen los
rendimientos, electrificación, ingeniería de la eficiencia)

Figueres va a reivindicar siempre un espacio para actuar libremente, de ser posible con “poderes
extraordinarios”. Por esa misma razón, pensaba que la vida democrática tenía que fundarse en la figura
restringida del ciudadano(a) elector(a). Así quedaba un espacio para que la dirigencia actuara
libremente

La apoliticidad deseable: por la mansedumbre ciudadana


Figueres y Martén se creían rebeldes, innovadores, revolucionarios, personas con ideas propias,
intransigentes y dispuestas a la violencia, todo por sus convicciones

El 48 consolidó una cultura electoral. Pero no dio pasos en dirección de una cultura política centrada en
la figura de la ciudadanía. La verticalidad caudillista continuó perteneciendo a nuestra normalidad
política

De esa manera se afianzan dos realidades políticas. Una es la realidad del ciudadano y la ciudadana que
votan periódicamente y que el resto del tiempo quedan al margen de las decisiones políticas, pero que a
pesar de ello se viven como actores de un proceso democrático y dan por un hecho que viven en una
democracia. La otra es la realidad de la dirigencia política en sus distintos escalones, la cual se entiende
dotada con atribuciones superiores, las cuales libran a esa dirigencia de las regulaciones que
supuestamente tienen valor general

Esto da el contexto para establecer la responsabilidad de personas como Figueres en la gestación de lo


que él llamaba en noviembre de 1949, un país pequeño y escéptico,837 y años más tarde, un pueblo de
gente domesticada. La expresión los costarricenses son un pueblo domesticado, atribuida a Figueres,
tiene un complemento que dice: por eso necesitan líderes y caudillos que marquen el camino. La
primera frase prepara el camino para la legitimación de una forma de ejercicio del poder. Esa es su
importancia.

Este impulso lleva hacia la independencia de la esfera de las decisiones, y hacia la omnipotencia de
quien participa en ella, algo que le da un atractivo adicional a los puestos políticos, y los convierte en
una apetecida sutura de heridas narcisistas. El segundo impulso circunscribe el espacio para el ejercicio
de la vida ciudadana. La ciudadanía se queda sin recursos legítimos y efectivos para corroborar la
coincidencia entre el interés ciudadano y el supuesto interés general proclamado por la dirigencia, o
para manifestar, con consecuencias reales, su disconformidad o su oposición

La radicalización del conflicto y el reagrupamiento político

En la segunda mitad del año 1948, los dirigentes de la Junta continuaron actuando sin mayor
tacto político, creando incertidumbre y abriendo focos de conflicto posibles de evitar, sin considerar su
fuerza real.

Paradójicamente, los constitucionalistas recibieron el apoyo de los comunistas. La Nación, los


comunistas y los constitucionalistas querían básicamente lo mismo, frenar a la Junta y regresar a la vida
constitucional.

Las contradicciones y los niveles de tensión eran múltiples. A mediados de octubre, los comerciantes,
inicialmente del lado de la nacionalización, chocaron con Martén por la política de cambios
diferenciales, las restricciones de las importaciones, y las medidas empleadas para combatir la
especulación. En noviembre, la Cámara de Comercio se enfrentaba con el ministro debido a una
caricatura, aparentemente bien vista por él, que presentaba a los comerciantes como especuladores
irremediables, algo comprensible si atendemos la “doctrina” de Martén

También los socialdemócratas lamentaban las decisiones económicas tomadas sin consultar a los
técnicos y especialistas en la materia. Entre algunos pasos moderados, con apoyo de la opinión pública,
y unas “leyes avanzadas” que no podían ser asimiladas por la conciencia nacional, optaban por lo
primero

A principios de 1949, la Junta decretó un bloqueo informativo a La Nación. Responsabilizó al diario de


sus tropiezos y dificultades, y lo acusó de tener relaciones cercanas con Calderón Guardia, un cargo muy
fuerte después de la invasión de diciembre

La Junta que desarticuló el sindicalismo vanguardista y encarceló a los comunistas, era acusada de ser
ideológicamente afín a ellos

A principios de 1949, complicando aún más el cuadro, Figueres y Martén se enfrentaron de


modo irreconciliable. En abril, Figueres se distanciaba de la “doctrina” que ataba el dinero a la
producción. A esta altura, el costo político de permanecer cerca de su amigo era muy alto. Como otros
de sus compañeros de antes, éste también quedó en el camino

Precisiones finales

Una reflexión del período de la Junta tiene que considerar tanto las pasiones desatadas
previamente, como la parte atinente a las pretensiones grandiosas de los reformadores.

Figueres era comparado con Stalin. La línea de la venganza que llevó al desconocimiento de los
pactos y a los Tribunales Especiales le dio nuevo aliento a los odios anteriores. La línea de la
racionalización solidaria fracturó el bloque de los aliados de principios de mayo y generó nuevos odios y
nuevas alianzas.

La atención principal se concentró en los atributos del Estado, y en lo que le correspondía o no


le correspondía asumir. Pero se perdió de vista algo importante. Quedó sin plantear el debate sobre el
significado del caudillismo y el autoritarismo en nuestra historia, y sus implicaciones. Igualmente, quedó
fuera de discusión la representación de la democracia que aproximaba a los dos momentos de reforma
de los años cuarenta

Los años cuarenta no crearon en primera instancia ciudadanos. Crearon seguidores electorales
de caudillos: calderonianas, Agüeristas, ulatistas

Con la ruptura entre Martén y Figueres la doctrina de la racionalización solidaria, en su versión


original, fue dejada de lado
Capítulo 10

El choque con límites: la crisis de abril

El límite con que tropezó la Junta en las elecciones de diciembre de 1948, se ratificó a principios
del año siguiente. El intento de golpe del ministro Cardona ocurrió el 2 de abril. Seis días después, el 8
de abril, la Asamblea Constituyente rechazó el proyecto de Constitución de la Junta, el cual era una
versión modificada del documento redactado por una comisión integrada por delegados del partido
Social Demócrata y del Unión Nacional. El 8 de abril de 1949 llegó a su final el proyecto racional-solidario
de la Segunda República

a comisión creada por el decreto 37 del 25 de mayo de 1948 tenía como mandato redactar el
proyecto de Constitución Política de la Segunda República,866 Todos los documentos de la Junta
relacionados con la Constituyente dicen que se trata de la Carta de la Segunda República

Tres constituyentes del Unión Nacional participaron en la redacción del proyecto de


Constitución inicial. Fernando Volio Sancho, Fernando Baudrit Solera y Manuel Antonio González
Herrán, el hijo de Cleto González Víquez, formaban parte de la comisión que redactó el proyecto
rechazado. El 8 de abril los constituyentes del Unión Nacional se dividieron por la mitad. Unos se aliaron
con los socialdemócratas y otros con los constitucionalista

Los constituyentes del Unión Nacional formaban un bloque heterogéneo, representativo del
espectro de grupos que se movió detrás de la candidatura presidencial de Ulate

Gracias a esta heterogeneidad, los seis votos del Partido Constitucional, y los cuatro socialdemócratas
tuvieron una resonancia desproporcionada en la Constituyente. El espacio político que se abrió
favoreció a los constitucionalistas, pero también a Rodrigo Fació, quien aprovechó la tensión de fuerzas
existente para impulsar la descentralización del Estado

Con la decisión del 8 de abril, el péndulo se movió hacia la ecuanimidad. La prudencia


aconsejaba tomar como punto de partida la Constitución de 1871. Eso implicaba aceptar todas las
reformas de la década incorporadas a la Constitución, incluidas las Garantías Sociales. Su futuro quedó
resuelto con esa decisión

La Junta modificó la propuesta que salió de la comisión encargada de redactar el proyecto de


una nueva constitución, la cual era resultado de un primer acuerdo entre los delegados
socialdemócratas y los del Unión Nacional.

El 8 de abril la situación de la Junta ya era muy complicada. Unas semanas después ocurrió la
renuncia de Martén

Como vimos, Martén empezó a replegarse a fines del año anterior. A principios de febrero, él defendió
la urgencia de un plan de trabajo para los ministros y para el presidente de la Junta, y propuso una
comisión para resolver el problema del presupuesto

Martén dejó de ser el economista de la Segunda República. También en este sentido ella llegó a su
límite. A decir de Figueres, era demasiado economista para ser ministro de Hacienda0 La gota que
terminó de derramar el vaso fue la emisión de bonos y los sobregiros en los bancos del Estado. Figueres,
dice luego Martén, decidió que el Banco Nacional “se tragara” la deuda. Aquí terminó el intento
(“revolucionario”) de am arrar el dinero a la producción

En abril de 1949, la Junta perdió a dos de sus ministros. Tuvo que hacer concesiones. El puesto de
Cardona fue ocupado por una persona de la confianza de Ulate. Aquiles Bonilla, el nuevo Ministro de
Seguridad, era constituyente del Unión Nacional. El 8 de abril, él votó en contra del proyecto de
Constitución de la Junta. Antes, el 23 de marzo, se negó a prorrogar el plazo de la Junta hasta mayo de
1950, una solicitud que había sido avalada por Ulate

El 21 de abril, Figueres anunció la entrega del poder a Ulate el siguiente 8 de mayo, medio año antes de
lo pactado

Entre otras cosas, la decisión del 10 de marzo implicaba que ninguno de los decretos dados sería
impugnado en la Constituyente, la nacionalización incluido

A fines del mes de abril, cuando se hablaba del “ocaso” de la Junta, Figueres convirtió los límites
políticos con los que chocó en una traición y una conspiración

En los últimos días de abril, Figueres dibujaba un nuevo bloque enemigo: a él pertenecía el sector
opositor del Unión Nacional, los constitucionalistas y La Nación

En la Constituyente resonó con fuerza el tema de los Tribunales Especiales. La invasión reciente de
Calderón Guardia, más las notas de prensa sobre las personas a las que no se les pudo demostrar la
culpabilidad presumida, crearon el ambiente propicio para que los Tribunales Especiales fuesen
denunciados como un obstáculo para la restauración de la paz interna. Además, la Constituyente le
prestó atención a las muertes del Codo del Diablo, en razón de una carta enviada por los comunistas a
fines de febrero, en la cual pedían un pronunciamiento sobre esos asesinatos

El 9 de marzo, el constitucionalista Celso Gamboa mocionó a favor de la derogación inmediata de los


Tribunales Especiale

En la Constituyente se empezó a escuchar la necesidad de una amnistía. Si ella era válida para Cardona,
¿por qué no podía ser una forma de reintegrar a los republicanos al sistema político? Pero tampoco esta
iniciativa prosperó. Tendría que esperar

En setiembre de 1951, días antes de fundarse Liberación Nacional, Figueres proponía la


conveniencia de impulsar una “economía mixta”. Lo mixto era una combinación de empresa privada con
entes autónomos encargados de la salud, el agua y la electricidad. Era algo más próximo a lo buscado
por Rodrigo Fació, sin la coherencia que en él tenía. Figueres apelaba a la función social de la economía,
un concepto introducido en la Constitución Política en 1943 por la reforma social, sin mencionar este
origen

Reagrupamientos: pinceladas de una década

El crecimiento económico de la posguerra estuvo centrado en los Estados Unidos y coincidió con
la constitución de un escenario planetario polarizado. El mundo parecía encaminarse hacia una tercera
gran conflagración
En la Costa Rica de aquellos días, los diarios daban a conocer las múltiples facetas, reales y
supuestas, de la lucha entre el este y el oeste. En nuestro caso, el sindicalismo vanguardista había sido
desarticulado con las medidas de junio de 1948.

En Centroamérica el peligro mayor era entonces Guatemala. A principios de 1953 había


empezado la reforma agraria y con ella las expropiaciones tocaron a las multinacionales bananeras.
Desde el año anterior, la prensa nacional denunciaba que los comunistas controlaban el movimiento
sindical guatemalteco en razón de una alianza con Jacobo Arbenz. El experimento político guatemalteco,
iniciado casi al mismo tiempo que la reforma social en Costa Rica, llegó a su fin en julio de 1954, con la
invasión organizada y financiada por la CIA norteamericana. En Costa Rica la caída de Arbenz fue
saludada como un triunfo contra el comunismo

En julio de 1953, el Partido Demócrata recibió el apoyo del Unión Nacional, aunque este
último mantuvo una papeleta independiente para diputados. Mario Echandi, ministro de Relaciones
Exteriores de Ulate, se presentó como candidato a diputado por San José, en el primer lugar. La alianza
del Unión Nacional con los demócratas fue avalada por Ulate, quien a partir de ese momento empezó a
deslizarse hacia el polo de los traidores, en el cual ya estaba Echandi. Al mismo tiempo, un grupo de
gente que había estado antes en el Unión Nacional se pasó a las filas de Liberación Nacional. Ese fue el
caso de Fernando Volio Sancho, quien en 1947 pidió la ¡legalización de los comunistas y llevó esa tesis a
la Constituyente, logrando el apoyo de la mayoría.

A la altura de julio de 1953 el país estaba políticamente dividido y seguía dividiéndose.


No fueron las “ideas” las que llevaron a ese 65 por ciento del electorado a las urnas. Para los demócratas
era improbable que el país se pacificara con Figueres, al que acusaban de sed de sangre e incluso de
estar desequilibrado mentalmente

La década del cincuenta siguió marcada por la violencia en una modalidad que
recuerda a la de los años precedentes, aunque con otra intensidad. Empezó con detonaciones de
explosivos en el centro de San José y en las provincias. La casa de habitación de Mario Echandi fue
objeto de un atentado con explosivos en marzo de 1951, siendo ministro de Relaciones Exteriores. Se
presumió un plan terrorista, y hubo casi medio centenar de detenidos. Hechos parecidos seguían
ocurriendo hacia el fin de la década.

La guerra y la paz

El cierre de la fase de violencia política fue difícil, pero hacia 1958 se había iniciado una
distensión. El motivo visible fue el respaldo electoral de los calderonistas a la candidatura presidencial
de Mario Echandi, del Unión Nacional. Con este paso los primeros regresaron a la vida política
institucional. Dos enemigos de la década anterior coincidieron abiertamente en el campo electoral.
Antes de llegar a este punto, los conflictos tuvieron que agudizarse nuevamente. Primero tuvo que ser
claro para todos que un nuevo período de violencia solo dejaría aislamiento internacional, y perdedores
de distintos tipos

El conflicto que llevó a la paz y despejó el camino para el olvido

En los meses siguientes a la toma de posesión de Figueres, a fines de 1953, los calderonistas
empezaron a coordinar un nuevo alzamiento contra su enemigo. Las razones invocadas para volver a las
armas fueron varias. Unas veces se apeló al “comunismo” de Figueres, en la cercanía de lo que había
sostenido el Partido Demócrata en las elecciones recién pasadas, y antes un sector de la Constituyente.
Otras veces se recurrió al tema de las irregularidades electorales, alegándose que hubo un fraude en
1953. También se trajo como motivo el peligro de que el nuevo Gobierno aboliera la obra social de
Calderón Guardia. Todas eran razones débiles. En el fondo se trataba de una acción de revancha, de una
respuesta situada al mismo nivel que la acción de Figueres, en 1948. La invasión de 1955 contó con el
apoyo de Somoza y con el respaldo de varios gobiernos dictatoriales del Caribe que veían a Figueres
como un aliado de sus enemigos domésticos

En julio de 1954 ocurrió un primer ensayo. Tres meses después de un intento fallido de
acabar con la vida de Somoza, realizado por un grupo de nicaragüenses presuntamente apoyados por
Figueres, tuvo lugar la incursión por Sarapiquí de una veintena de calderonistas provenientes de
Nicaragua. Ya entonces las relaciones diplomáticas entre los dos países estaban prácticamente
interrumpidas, y Nicaragua se aprestaba a denunciar a Costa Rica ante la OEA. El pequeño grupo invasor
dirigido por Claudio Mora Molina, un calderonista de vieja cepa, asumió el nombre de “Ejército de
Liberación Anticomunista de Costa Rica”.

El mismo motivo de lucha contra el comunismo volverá con los invasores de enero de
1955, quienes firmaron algunos de sus comunicados a nombre de un llamado “Comité Revolucionario
Anticomunista”.910 Eran los ecos de la Guerra Fría. Al situarse de esta manera, los calderonianas
tomaban definitivamente distancia de los comunistas.

También podría gustarte