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UNIDAD 7

LA SANGRE Y EL SISTEMA INMUNE

I.- VISIÓN GLOBAL DEL SISTEMA SANGUÍNEO

La sangre es un tipo de tejido conectivo cuya principal característica es que la


sustancia intercelular, el plasma, es líquida, por lo que se comporta como un fluido; es
decir, se mueve y se deforma cuando es sometida a una fuerza. Esta característica hace
de la sangre, impulsada por el corazón, el medio ideal para distribuir sustancias y
células a cualquier parte del organismo, adonde es transportada por una compleja red de
tubos, los vasos sanguíneos.

Solo hay dos estructuras en el cuerpo a las que no llega sangre: la córnea y el cristalino. Estas dos
lentes oculares no reciben sangre para mantener su transparencia. Las células de la córnea reciben
sus nutrientes del humor acuoso y de las lágrimas, mientras que el cristalino los recibe del humor
acuoso.

Suspendidas en el plasma se encuentran tres tipos de células sanguíneas, los


glóbulos rojos (o eritrocitos o hematíes), los glóbulos blancos (o leucocitos) y las
plaquetas (o trombocitos). Cada tipo de célula realiza distintas funciones.

Figura 7.1 Componentes celulares de la sangre

La sangre realiza importantes funciones propias y colabora en las funciones de


otros aparatos y sistemas, todas ellas dirigidas al mantenimiento de la homeostasis y a la
defensa del organismo:
• Transporte de sustancias. La sangre es fundamental en la respiración (lleva oxígeno
a las células y retira el dióxido de carbono que se forma en la glucólisis aerobia), en la
nutrición (transporta nutrientes), y en la excreción (retira productos de desecho
generados en el metabolismo celular).

Tema 7 La sangre y el sistema inmune. 1


Gracias a la función transportadora de la sangre podemos utilizarla como vehículo de
medicamentos, nutrientes y otras sustancias exógenas que son introducidas en el organismo con
fines terapéuticos.

• Regulación del metabolismo. Transporta hormonas y otras sustancias reguladoras.


• Regulación del equilibrio ácido-base y del pH. Función compartida con los aparatos
respiratorio y renal; el pH de la sangre (ligeramente alcalino) debe mantenerse estable
porque cualquier alteración puede tener graves consecuencias, incluida la muerte.
• Regulación de la temperatura corporal. La sangre, junto con el aparato
cardiocirculatorio y el sistema muscular, colabora en el mantenimiento de la
temperatura corporal.

Nuestro sistema cardiocirculatorio funciona como un sistema de calefacción. La sangre se


mantiene a una temperatura estable de 37 °C, que es la idónea para que todas nuestras células
funcionen (salvo en los testículos, en los que la temperatura debe ser un poco inferior; por eso
están “fuera” del abdomen).
La vasodilatación o vasoconstricción localizada permite modificar la temperatura. Por
ejemplo, cuando nos sonrojamos se produce una vasodilatación en la piel de la cara, aumentando
el flujo de sangre y la temperatura (sofoco).

• Defensa (inmunidad). La sangre transporta células de defensa (leucocitos) y proteínas


de defensa (anticuerpos y factores del complemento).
• Reparación. La sangre contiene los elementos necesarios para reparar las lesiones que
se producen en los tejidos (cicatrización). Esta función es fundamental para el
mantenimiento de la estructura de los vasos sanguíneos que continuamente están
sufriendo agresiones, sobre todo los capilares, que los rompen produciendo la salida de
sangre de su interior (hemorragia). Gracias a las plaquetas y a unas proteínas
plasmáticas (llamadas factores de coagulación) se taponan y reparan estas roturas
(hemostasia).

II.- COMPOSICIÓN DE LA SANGRE

El cuerpo tiene entre 4,5 y 6 litros de sangre, dependiendo de factores como la


edad, el sexo, el peso corporal, etc.
La sangre tiene dos componentes: el plasma y las células.

A.- El plasma

Está formado por agua en un 95 %, y representa entre el 50 y el 60 % del


volumen sanguíneo en los hombres, y entre el 55 y el 65 % en las mujeres. El porcentaje
restante representa el volumen de células. Esta parte celular del volumen total puede
medirse por centrifugación, y su determinación se conoce como hematocrito.
El plasma lleva disueltos electrolitos (sodio, potasio, cloro, etc.), sales
(bicarbonato, etc.), proteínas, lípidos, azúcares, urea, etc. El componente más
importante del plasma son las proteínas, entre las que destacan la albúmina, los
factores de la coagulación y las inmunoglobulinas. Si al plasma se le extraen las
proteínas de la coagulación, el porcentaje restante es suero.

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Figura 7.2 Proceso de separación del plasma y el hematocrito

B.- Células sanguíneas

1.- Glóbulos rojos, eritrocitos o hematíes.

Se trata de células sin núcleo y sin orgánulos celulares que tienen forma de disco
bicóncavo. Además, las características de su membrana les confieren una gran
elasticidad, lo que les permite deformarse y atravesar los finos capilares sanguíneos
(que son más estrechos que los glóbulos).
Su principal componente es la hemoglobina, una molécula formada por cuatro
proteínas que se enrollan en forma de ovillo (globulinas), cada una de las cuales tiene
asociado un grupo hemo que contiene hierro y que se puede unir al O2 al CO2, por lo
que la sangre es fundamental para el transporte de los gases.

La sangre tiene color rojo debido a la presencia, en el interior de los glóbulos rojos, de una
proteína, la hemoglobina, que tiene este color, en parte debido a su alto contenido en hierro,
mineral que es necesario ingerir con los alimentos.

2.- Leucocitos o glóbulos blancos.

Son cinco tipos celulares que se diferencian por su tamaño, la forma del núcleo y
sus características tintoriales. Desempeñan funciones defensivas. Son capaces de salir
de los vasos sanguíneos a nivel de los capilares y pasar a los tejidos.

a) Granulocitos.

Se llaman así porque se observan muchos gránulos en su citoplasma que se


corresponden con lisosomas con alto contenido en enzimas. Tienen núcleos con formas
variadas, motivo por el cual también reciben el nombre de polimorfonucleares. Como
las células son transparentes, para poder observarlas al microscopio debemos teñirlas,
pero cada uno de los leucocitos reacciona (se tiñe) con distintos colorantes, y así los
granulocitos pueden ser:
• Neutrófilos. Se tiñen poco (con colorantes neutros). Son, fundamentalmente,
células fagocitarias, imprescindibles en la defensa antibacteriana.

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• Basófilos. Reaccionan con los colorantes básicos, por lo que aparecen con un
tono rojo violáceo. Producen sustancias como la heparina (un anticoagulante natural), y
la histamina, que es un mediador de la inflamación.
• Eosinófilos. Reaccionan con colorantes ácidos (eosina), por lo que aparecen
con un tono anaranjado. Son células fagocitarias que actúan en las parasitosis y las
enfermedades de tipo alérgico.

b) Agranulocitos.

Se llaman así porque, al observarlos al microscopio óptico, no se aprecian


gránulos en su citoplasma (aunque realmente los hay). Todos ellos mantienen núcleos
con una única forma por lo que también se denominan monomorfonucleares. Se
dividen en:
• Monocitos. Son células que salen de los vasos sanguíneos y pasan a los tejidos,
donde se transforman en histiocitos o macrófagos tisulares que no solo actúan
fagocitando a los agresores, sino que también producen sustancias que activan la
respuesta inmune (citocinas), como la interleucina 1, que estimula la hematopoyesis,
eleva la temperatura corporal (también se le llama pirógeno endógeno), estimula la
síntesis proteica, etc.
• Linfocitos. Son los leucocitos responsables de la respuesta inmune.
Aunque con el microscopio óptico no se aprecian diferencias, sabemos que hay
linfocitos con diferentes glucoproteínas de membrana que permiten distinguir dos tipos:
- Linfocitos B, que son productores de inmunoglobulinas (anticuerpos).
- Linfocitos T, de los que a su vez hay dos tipos:
+ Linfocitos T4, que producen proteínas (citocinas) que actúan
estimulando las defensas.
+ Linfocitos T8, que son células fagocitarias y productoras de
sustancias tóxicas para los microorganismos patógenos.
En la sangre hay, sobre todo, linfocitos T, mientras que en los tejidos son más
abundantes los linfocitos B.
Además de estos linfocitos hay otros que no tienen las características ni de los T
ni de los B que se llaman células asesinas o NK (natural killer), con importantes
funciones relacionados con la destrucción de células cancerígenas.

3.- Plaquetas o trombocitos.

Las plaquetas no son verdaderas células sino fragmentos citoplasmáticos de una


célula precursora, el megacariocito.
Las plaquetas tienen dos propiedades importantes: la adhesión y la agregación;
estas propiedades les permiten juntarse (adhesión) y unirse fuertemente (agregación),
pudiendo así taponar heridas vasculares (tapón plaquetario), como veremos más
adelante.

Figura 7.3 Células sanguíneas

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III.- FISIOLOGÍA SANGUÍNEA

Las funciones que realiza la sangre son muy variadas, pero todas ellas tratan de
mantener la homeostasis y defender al organismo.

A.- Hematopoyesis y hemocatéresis

La hematopoyesis es el proceso de formación de la sangre. Consta de varios


procesos que afectan a las diferentes líneas celulares, y así se distinguen eritropoyesis,
granulopoyesis, monopoyesis, linfopoyesis y trombopoyesis.
La hemocatéresis es el proceso de destrucción de las células sanguíneas que
tiene lugar principalmente en el bazo y en el hígado.
La hematopoyesis es un proceso permanente porque las células sanguíneas
tienen una vida media corta, por lo que están en continua renovación.
Tiene lugar en distintos órganos hematopoyéticos.
• En el feto, las células sanguíneas se producen fundamentalmente en el hígado,
el bazo y el timo hasta el séptimo mes de vida intrauterina. A partir del séptimo mes
comienza la hematopoyesis en la médula ósea.
• En los niños y jóvenes, la hematopoyesis tiene lugar en la médula ósea roja de
los huesos diafisarios.
• En el adulto, la hematopoyesis tiene lugar en la médula ósea roja de los huesos
planos e irregulares (pelvis, esternón, costillas, vértebras).
El proceso de hematopoyesis parte de una célula originaria llamada célula
madre o hemocitoblasto, que es capaz de diferenciarse, según las necesidades, hacia
células precursoras de eritrocitos (eritropoyesis), de granulocitos, (granulopoyesis), de
monocitos (monopoyesis), de linfocitos (linfopoyesis) o de plaquetas (trombopoyesis).

1.- Eritropoyesis.

La eritropoyesis comienza con un proeritroblasto que se va dividiendo y


transformándose en diferentes células en las que se va incrementando la presencia de
hemoglobina citoplasmática hasta que pierde el núcleo y se convierte en reticulocito.
Después, el reticulocito sale de la médula ósea hacia la sangre donde solo se mantiene
24 horas porque muy pronto se transforma en eritrocito. Para sintetizar hemoglobina se
necesitan hierro y vitaminas, como la vitamina B12 y el ácido fólico, que están
presentes en los alimentos.
Los eritrocitos tienen una vida media de 120 días, tras los cuales comienzan a
degenerar, alterándose su forma. Cuando eritrocitos viejos pasan por el bazo son
captados por los macrófagos y destruidos. En este proceso de destrucción, la
hemoglobina sufre una serie de modificaciones que tienen como objeto trasladar los
grupos hemo al hígado y recuperar el hierro, que se transporta por una proteína
plasmática específica, la transferrina. El hierro se reutiliza para sintetizar nueva
hemoglobina.
La eritropoyesis es estimulada por una hormona que se produce en el riñón, la
eritropoyetina o EPO. En los riñones hay unos sensores que miden la presión
sanguínea de O2. Si esta presión baja, se libera EPO renal.

2.- Granulopoyesis.

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La granulopoyesis comienza con un mieloblasto que tras dividirse puede
transformarse en mielocito eosinófilo, mielocito neutrófilo o mielocito basófilo, que se
convertirán en eosinófilo, neutrófilo o basófilo, respectivamente. Los leucocitos
polimorfonucleares están en la sangre poco tiempo porque sus funciones las desarrollan
en los tejidos, donde sobreviven unos pocos días.

3.- Linfopoyesis.

La linfopoyesis comienza con un linfoblasto que abandona la médula ósea y es


transportado por la sangre hacia dos localizaciones: el timo, donde se forman los
linfocitos T, y los órganos linfoides secundarios, donde se forman los linfocitos B.
Todos ellos pasan a la sangre y se distribuyen por los tejidos linfoides repartidos por
todo el cuerpo (los veremos en la Unidad 8).

4.- Monopoyesis.

La monopoyesis comienza con un monoblasto que, por división, da lugar a los


monocitos.

5.- Trombopoyesis.

La trombopoyesis comienza con un megacarioblasto que, por división, da


lugar al megacariocito, que sufre un proceso de partición citoplasmática que da lugar a
las plaquetas que pasan rápidamente a la sangre donde viven unos 10 días. Como los
eritrocitos, las plaquetas viejas se destruyen en el bazo, sobre todo, y en el hígado.

Figura 7.4 Hematopoyesis

B.- Transporte de gases

En el pulmón, los glóbulos rojos procedentes del corazón se cargan de O2 y


liberan CO2 (hematosis). Esta sangre oxigenada vuelve al corazón y se distribuye por
las arterias a todo el cuerpo, aportando el O2 para las funciones celulares y cargándose
del CO2 que se produce en la glucólisis aerobia mitocondrial. La sangre desoxigenada es
transportada por las venas hacia el corazón y desde este a los pulmones, donde se
completa el proceso (Unidad 8).

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C.- Hemostasia

Bajo el nombre de hemostasia se agrupan los procesos que tienen como


finalidad evitar que la sangre salga del interior de los vasos sanguíneos cuando se
producen lesiones en estos, así como evitar las hemorragias.
La hemostasia consta de tres fases en las que participan las plaquetas y los
factores de la coagulación.

1.- Hemostasia primaria.

Cuando hay una lesión vascular se produce una vasoconstricción refleja que
hace más lenta la circulación. Además, la lesión de los vasos sanguíneos expone el
colágeno de sus paredes el cual actúa atrayendo a las plaquetas que se unen entre sí
(adhesión plaquetaria) formando un tapón en la herida. La adhesión provoca una serie
de cambios metabólicos en las plaquetas, que modifican su estructura y se unen
fuertemente (agregación plaquetaria), al tiempo que inducen la coagulación.

2.- Hemostasia secundaria o coagulación.

En el plasma existen un conjunto de proteínas que son estimuladas tanto por las
proteínas de la pared vascular lesionada como por las plaquetas cuando se agregan. Esta
estimulación implica una cascada de activaciones de las proteínas de la coagulación en
presencia de calcio. Al final de la secuencia una de las proteínas plasmáticas la
protrombina, se transforma en trombina, que a su vez induce la conversión de otra
proteína plasmática, el fibrinógeno, en fibrina, que es una proteína fibrosa que forma
una red compacta que agrupa a las plaquetas y atrapa a otras células sanguíneas
formando un trombo, que no es más que un fragmento sólido de sangre. El trombo
permite que los mecanismos de reparación tisular tengan lugar y se repare la lesión.

3.- Fibrinólisis.

La fibrinólisis consiste en la disolución del trombo. Se produce cuando las


paredes del vaso sanguíneo se han reparado y eso hace que se active otra proteína
plasmática, el plasminógeno, que se transforma en plasmina, una proteína que ataca a
la fibrina y la descompone (fibrinolisis) volviendo todo a la normalidad.

D.- Mecanismos de defensa (inmunidad)

La inmunidad comprende los mecanismos que tiene el cuerpo para defenderse


frente a las agresiones externas. La inmunidad puede ser inespecífica (innata o natural)
y específica (adquirida). En los mecanismos inmunitarios participan células
(inmunidad celular) y anticuerpos (inmunidad humoral).
Los mecanismos de defensa inmunológica no serían posibles sin la existencia en
nuestro organismo de un sistema de reconocimiento de lo propio, basado en que todas
nuestras células tienen en su membrana glucoproteínas y glucolípidos que las
diferencian. De hecho, en cada individuo el conjunto de moléculas de membrana es
distinto, existiendo un grupo de ellas que constituyen un verdadero código de
identificación celular hereditaria, único para cada individuo, que se conoce como
sistema HLA (todas las células de una persona, excepto los glóbulos rojos, tienen el
mismo código HLA).

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Solo los gemelos idénticos tienen las mismas moléculas del sistema HLA,
siendo, por tanto, histológicamente compatibles al 100 %.

1.- Concepto de antígeno y anticuerpo.

Cualquier sustancia capaz de provocar una respuesta inmunológica recibe el


nombre genérico de antígeno (Ag).
En ocasiones, hay sustancias que no provocan una respuesta inmune por sí solas
pero sí lo hacen si se unen a otras (a proteínas corporales, por ejemplo). A estas
sustancias se les llama haptenos.
Cuando nuestro sistema de defensa identifica una sustancia como Ag, puede
sintetizar unas proteínas que, al unirse específicamente al Ag, lo neutralizan, lo
precipitan o lo aglutinan, lo que favorece su eliminación. A estas proteínas, sintetizadas
por los linfocitos B, se les llama genéricamente anticuerpos (Ac) o inmunoglobulinas
(Ig). A la unión específica de un Ag con su Ac se le denomina complejo antígeno-
anticuerpo (Ag-Ac).

Figura 7.5 Complejo antígeno-anticuerpo

Se han identificado cinco tipos de inmunoglobulinas, con distintas funciones:


• Inmunoglobulina G (IgG). Es la más abundante (75 %) y la única capaz de
atravesar la barrera placentaria, por lo que al feto le sirve como mecanismo de defensa
intraútero. Estimula a los neutrófilos y macrófagos y al complemento (véase más
adelante).
• Inmunoglobulina M (IgM). Representa entre el 5 y el 10 % de todas las
inmunoglobulinas. Es la primera que se forma en una respuesta inmune. Estimula al
complemento y es capaz de aglutinar los complejos Ag-Ac.
• Inmunoglobulina A (IgA). Representa el 15 % de las inmunoglobulinas. Es
muy abundante en las secreciones, como la saliva o el sudor. Proporciona una
protección extra en la piel y las mucosas.
• Inmunoglobulina E (IgE). Representa menos del 1 % de todas las
inmunoglobulinas, pero aumenta cuando se produce una reacción alérgica. Estimula
tanto a los macrófagos como a los basófilos. Es la más importante en la defensa contra
los parásitos.
- Inmunoglobulina D (IgD). Casi inexistente en el plasma, es la principal
inmunoglobulina de la membrana de los linfocitos B. No está claro cuál es su función,
aunque se cree que tiene relación con la diferenciación de los linfocitos B en células
plasmáticas.

2.- Mediadores de la respuesta inmune.

La respuesta inmune puede ser inespecífica o específica.

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a) Respuesta inmune inespecífica.

Está representada por:


• Barreras naturales, como la piel y las mucosas.
• Los neutrófilos, basófilos, eosinófilos, macrófagos tisulares y células NK,
gracias a su capacidad fagocitaria.
• Los mecanismos de inflamación.
• La fiebre, porque lo elevación de la temperatura corporal impide el crecimiento
de algunas bacterias.
• Factores del complemento, que son un conjunto de proteínas plasmáticas que
son activadas por anticuerpos unidos a antígenos de membranas celulares. La
actuación del complemento provoca la destrucción de la célula a la que está
unido el antígeno.

b) Respuesta inmune específica.

En la respuesta inmune específica, o adquirida, es necesaria la participación de


los macrófagos, los cuales tras realizar la fagocitosis, identifican a las sustancias
antigénicas y las exponen en su membrana, lo que permite el reconocimiento por parte
de los linfocitos T4. Estos linfocitos a su vez estimulan a los linfocitos T8 y a los
linfocitos B. Los primeros son los mediadores de la respuesta celular (fagocitan y
desarrollan sustancias citotóxicas) y los segundos se transforman en células plasmáticas,
que sintetizan anticuerpos específicos contra el antígeno que provocó su formación
(respuesta humoral).

3.- Memoria inmunológica.

Cuando un microorganismo patógeno o una sustancia nociva penetra en el


organismo es inmediatamente captado por los macrófagos tisulares, que lo fagocitan e
identifican las sustancias antigénicas, al tiempo que producen mediadores, que provocan
una vasodilatación local, y citocinas, que atraen a los leucocitos. Los macrófagos
expresan los antígenos en su membrana y los exponen a los linfocitos T4. Por su parte,
los linfocitos B también pueden reconocer sustancias antigénicas liberadas por los
microorganismos.
Los linfocitos T4 liberan citocinas que estimulan tanto a los linfocitos T8 como
a más linfocitos B, poniéndose en marcha tanto la respuesta celular (linfocitos T8) como
la humoral (producción de IgM), constituyendo la denominada respuesta primaria,
que tarda unos cinco días porque es el tiempo que necesitan los linfocitos B para
transformarse en células plasmáticas. Lo importante de este proceso es que algunos
linfocitos B quedan «sensibilizados» contra los antígenos agresores constituyendo lo
que se conoce como células de memoria inmunológica.
Si se produce una segunda exposición a los mismos antígenos (incluso años
después), las células de memoria responden de una forma rápida y eficaz sintetizando
IgG en grandes cantidades (respuesta secundaria).

E.- Grupos sanguíneos

En la membrana de los glóbulos rojos hay unas glucoproteínas que permiten


diferenciar distintos tipos de glóbulos rojos. A esas glucoproteínas se les denomina,

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aglutinógenos. Los aglutinógenos reaccionan con los anticuerpos específicos,
denominados aglutininas, produciéndose la aglutinación de la sangre.
Hay muchos aglutinógenos (más de 20), pero hay dos que tienen una mayor
implicación con los fenómenos de compatibilidad; son los denominados grupo ABO y
grupo Rh.

1.- Grupo ABO.

Depende de la presencia de aglutinógenos en la membrana de los glóbulos rojos.


Uno de ellos se denomina antígeno A y el otro antígeno B.
• Los glóbulos rojos que tienen antígeno A en su superficie se dice que son del
grupo A.
• Los glóbulos rojos que tienen antígeno B en su superficie se dice que son del
grupo B.
• Los glóbulos rojos que tienen ambos antígenos, A y B, en su superficie se dice
que son del grupo AB.
• Si los glóbulos rojos no tienen ni antígeno A ni antígeno B, se dice que son del
grupo 0.

Figura 7.6 Grupos sanguíneos

El grupo ABO provoca una inmunidad natural, de tal forma que las personas del
grupo A tienen aglutininas anti-B; las personas del grupo B tienen aglutininas anti-A;
las personas del grupo AB no tienen anticuerpos; las personas del grupo O tienen
anticuerpos anti-A y anti-B.
Si se realiza una transfusión sanguínea de un grupo con un antígeno determinado
a un individuo que no lo posea, las aglutininas del receptor aglutinarían la sangre
donada.
Por tanto las transfusiones de sangre entre diferentes grupos sólo pueden ser:

A B AB O*

A puede recibir de X X

B puede recibir de X X

AB** puede recibir de X X X X

O puede recibir de X

Por eso: * El grupo O se llama donante universal


** El grupo AB se llama receptor universal.

2.- El sistema rhesus, o factor Rh.

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El factor Rh es otro antígeno, localizado en la membrana de los glóbulos rojos,
que viene determinado genéticamente.

En 1940, 40 años después del descubrimiento de los grupos sanguíneos, se descubrió en el


mono rhesus, otro factor de aglutinación al que denominaron Rh. Más tarde se demostró que dicho
factor se halla presente también en el 85 % de los seres humanos.

Estructuralmente, es más complejo que el grupo ABO porque depende de la


existencia de hasta seis proteínas distintas en la membrana del glóbulo rojo, aunque a
efectos prácticos se reduce a la existencia o no del llamado Ag D. Así, las personas que
tienen el Ag D se dice que son Rh positivas (Rh+) y las personas que no tienen el Ag D
se dice que son Rh negativas (Rh-).
El grupo Rh no produce inmunidad natural, es decir las personas Rh- no tienen
anticuerpos anti-D y solo los forman si alguna vez su sangre entra en contacto con otra
sangre Rh+ (en una transfusión, por ejemplo).

IV.- INTRODUCCIÓN A LA PATOLOGÍA SANGUÍNEA

Las enfermedades propias de la sangre son de muy diversos tipos. Veremos aquí
las más frecuentes.

A.- Patología eritrocitaria

Las anemias (disminución de hemoglobina) son el grupo de enfermedades más


frecuentes de la sangre. Hay muchos tipos de anemias dependiendo de la causa, pero la
consecuencia de todas ellas es la deficiente oxigenación de los tejidos (hipoxia).
Las anemias «carenciales» suelen aparecer en enfermedades del aparato
digestivo que cursan con mal absorción porque no se absorben los nutrientes necesarios
para la eritropoyesis y la formación de hemoglobina.

1.- Manifestaciones de las anemias.

• Palidez de piel y mucosas. Debida a la deficiente oxigenación de los tejidos


periféricos y a que el organismo intenta compensar la hipoxia de los órganos vitales
retirando sangre de la piel y las mucosas.
• Taquicardia. O aumento de la frecuencia cardíaca debida a que el aparato
cardiocirculatorio intenta compensar la deficiente oxigenación aumentando la
frecuencia cardiaca.
• Manifestaciones secundarias a la hipoxia. Como cefalea mareos visión
nublada disnea (dificultad respiratoria), debilidad muscular y otras.

2.- Tipos de anemias más frecuentes.

• Anemia ferropénica. Secundaria a una disminución del hierro corporal, bien


por deficiencias alimentarias (dieta pobre en hierro), por síndrome de mal absorción o
por pérdidas (hemorragias). La característica fundamental es que los eritrocitos son
pequeños y pálidos (se dice que es una anemia microcítica e hipocrómica).

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• Anemias megaloblásticas. Llamadas así porque aparecen en la sangre
eritroblastos (células inmaduras) de gran tamaño. Son secundarias a deficiencias de
vitamina B12 o de ácido fólico.
• Anemias hemolíticas. Por procesos que destruyen los glóbulos rojos.
Generalmente, se trata de enfermedades autoinmunes. También pueden ser debidas a
malformaciones de los glóbulos rojos, como la anemia falciforme.

En el embarazo es muy frecuente la anemia ferropénica y la anemia megaloblástica


porque están aumentadas las necesidades tanto de hierro como de ácido fólico.
Es importante hacer una prevención de estas anemias dándole a la mujer embarazada un
aporte suplementario de hierro y ácido fólico.

B.- Patología neoplásica

Se trata de trastornos relativamente frecuentes, sobre todo en la infancia. Todos


ellos presentan manifestaciones generales, como astenia (cansancio), anorexia
(disminución del apetito), y adelgazamiento, además de manifestaciones particulares
dependiendo de la línea celular afectada.

1.- Leucemias.

La proliferación anómala puede afectar a cualquiera de las líneas celulares,


clasificándose en distintos tipos de leucemias:
• Leucemias agudas, en las que predominan las células inmaduras. Pueden ser
mieloides, cuando se afectan las células derivadas de los mieloblastos, o linfoides, en
las que se afectan las células derivadas de los linfoblastos.
• Leucemias crónicas, en las que predominan las células maduras. Como las
leucemias agudas, las crónicas pueden ser mieloides o linfoides.

2.- Linfomas.

En los linfomas se ve afectada específicamente la línea linfocítica y, por tanto,


los órganos linfoides.

3.- Mieloma múltiple.

Es una enfermedad proliferativa que afecta específicamente a las células


plasmáticas que invaden a todos los tejidos por lo que, secundariamente, aparecen fallos
multiorgánicos.

C.- Patología de la hemostasia

La consecuencia de las anomalías hemostáticas es la hemorragia, sangrado que,


si es abundante, conduce a la anemia. La patología hemostática puede afectar a la
hemostasia primaria, a la secundaria o a la fibrinólisis.

1.- Hemostasia primaria.

12 Tema 7 La sangre y el sistema inmune.


Hay enfermedades que afectan específicamente a las plaquetas y en las que
suelen aparecer microhemorragias en la piel que se conocen con el nombre genérico de
púrpura; de ahí que a estas enfermedades se las conozca como púrpura
trombopénica cuando están disminuidas las plaquetas, o púrpura trombopática
cuando el número de plaquetas es normal.

2.- Coagulación.

Generalmente, trastornos congénitos y hereditarios que afectan a la síntesis de


alguno de los factores de la coagulación, como la hemofilia.
Por otro lado, hay varias enfermedades extrasanguíneas que pueden inducir una
coagulación intravascular (el proceso se conoce como coagulación intravascular
diseminada o CID) que al principio provoca trombosis, pero que cuando avanza (es
muy rápida y peligrosa) consume los factores de la coagulación, por lo que aparecen
hemorragias masivas que comprometen la vida.

3.- Fibrinólisis.

Poco frecuentes, casi siempre aparecen en el curso de una CID.

D.- Patología inmune

Existen algunos trastornos que afectan al sistema inmunológico que destacan por
su importancia, como las reacciones de hipersensibilidad, los trastornos autoinmunes o
el síndrome de inmunodeficiencia.
También nos referimos a un proceso poco frecuente sobre el que suele haber
muchas dudas, sobre todo en las mujeres fértiles, la eritroblastosis fetal.

1.- Reacciones de hipersensibilidad (alergias).

Hay algunos trastornos, como el asma o la rinitis alérgica, en los que la respuesta
inmune es inadecuada. En estos casos, los antígenos, que se llaman específicamente
alérgenos, provocan una reacción defensiva mediada por IgE que activa a los basófilos
y los mastocitos Estos liberan sustancias, sobre todo histamina, que provocan una
reacción defensiva exagerada, que incluye vasodilatación, paso de sustancias de los
vasos sanguíneos a los tejidos, contracción de la musculatura lisa, etc. En ocasiones,
estos efectos son tan exagerados que pueden provocar un shock y la muerte (shock
anafiláctico).

2.- Trastornos autoinmunes.

Se producen cuando falla el sistema de discriminación entre lo propio y lo


extraño, y nuestro sistema inmune ataca a nuestras propias estructuras (falla la
tolerancia inmune). Muchas enfermedades que afectan a diferentes órganos tienen una
base autoinmune.

3.- Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).

Es causado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que ataca a


muchos tipos celulares, pero específicamente a los linfocitos T4, a los que destruye.

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Como estos linfocitos son los que estimulan a los T8 (respuesta celular) y a los B
(respuesta humoral), su desaparición provoca una grave inmunodeficiencia que hace
que los pacientes contraigan infecciones crónicas graves (tuberculosis, hepatitis, etc.).
Además, también se afectan las células NK, lo que trae como consecuencia el desarrollo
de tumores.

4.- Eritroblastosis fetal.

Se trata de una incompatibilidad Rh en una mujer Rh- que queda embarazada


con un feto Rh+. Cuando se trata de un primer embarazo no sucede nada porque la
mujer no tiene Ac anti-D, pero en el momento del parto, cuando se separa la placenta,
parte de la sangre fetal entra en contacto con la sangre materna y la mujer desarrolla Ac
anti-D que son de tipo IgG. Si la mujer tiene un segundo embarazo con un feto Rh+, los
Ac anti-D maternos atraviesan la placenta y pasan o lo circulación fetal destruyendo los
glóbulos rojos y comprometiendo el embarazo (puede producirse un aborto o, si el
embarazo llega a término, el recién nacido sufre eritroblastosis debido a que la
destrucción de sus glóbulos rojos aumenta la eritropoyesis, aunque no siempre es capaz
de compensar la anemia y puede morir).
Para prevenir la eritroblastosis es necesario que todas las mujeres conozcan su
Rh y, en caso de ser negativo, se deben adoptar medidas preventivas que consisten en
inyectar Ac anti-D inmediatamente después de cada parto (si el feto es Rh+). Lo que se
persigue es que los Ac anti-D exógenos destruyan rápidamente o los eritrocitos fetales
que hayan podido pasar a la sangre materna evitando así que la madre forme sus propios
Ac anti-D. Los Ac exógenos desaparecen en poco tiempo y la mujer sigue sin tener Ac
anti-D propios, por lo que un nuevo feto no corre peligro. Este tipo de inmunización hay
que hacerla tras cada parto, siempre que el feto sea Rh+.

Figura 7.7 Procesos que producen la eritroblastosis fetal

14 Tema 7 La sangre y el sistema inmune.


Test de repaso

1. ¿Cuál de los siguientes minerales es indispensable para la síntesis de hemoglobina?


a) Hierro.
b) Yodo.
c) Calcio.
2. El principal componente del plasma es:
a) Proteínas.
b) Albúmina.
c) Agua.
3. El suero es:
a) Plasma sin proteínas.
b) Plasma sin factores de la coagulación.
c) Plasma sin agua.
4. Una de las siguientes respuestas sobre los eritrocitos es falsa:
a) Son células sin núcleo.
b) Tienen mucha hemoglobina.
c) Sus mitocondrias producen gran cantidad de energía para sus funciones de transporte.
5. La vida media de los eritrocitos es:
a) De 10 a 30 días.
b) 4 meses.
c) 6 meses.
6. El principal órgano hemocaterético es:
a) El bazo.
b) El hígado.
c) La médula ósea.
7. Respecto a la histamina, es falso que:
a) La producen los basófilos.
b) La producen los eosinófilos.
c) Es un mediador de la inflamación.
8. Respecto a los histiocitos, es falso que:
a) Intervienen en la inmunidad específica.
b) Producen interleucina 1.
c) Son células fagocitarias.
9. ¿Qué linfocitos producen inmunoglobulinas?
a) Linfocitos T4.
b) Linfocitos T8.
c) Linfocitos B.
10. El valor hematocrito normal en las mujeres es:
a) Entre 37 y 48 %.
b) Entre 40 y 50%.
c) Entre 45 y 55%.
11. La transferrina es:
a) Una proteína transportadora de colesterol.
b) Una proteína transportadora de hierro.
c) Una vitamina.
12. ¿Cuál de estos tipos de leucocitos es el más abundante en la sangre?
a) Neutrófilos.
b) Basófilos.
c) Linfocitos.

Tema 7 La sangre y el sistema inmune. 15


13. Respecto a la hemostasia, es falso que:
a) En la hemostasia primaria se agregan las plaquetas.
b) En la coagulación se forma fibrina.
c) En la coagulación actúan las proteínas del complemento.
14. En la respuesta inmune primaria se produce:
a) Inmunoglobulina G.
b) Inmunoglobulina M.
c) Inmunoglobulina E.
15. Respecto a las anemias, es falso que:
a) La anemia ferropénica se produce por una deficiencia de hierro.
b) La anemia megaloblástica puede deberse a falta de ácido fólico.
c) La cantidad de hemoglobina es normal.
16. Una leucemia que cursa con gran cantidad de mieloblastos neutrófilos es:
a) Mieloide crónica.
b) Mieloide aguda.
c) Linfoide aguda.
17. La hemofilia es:
a) Un tipo de linfoma.
b) Un trastorno de la coagulación.
c) Un tipo de trastorno autoinmune.

16 Tema 7 La sangre y el sistema inmune.


Actividades

Actividad 1. Realiza un cuadro distinguiendo los términos homeostasis, hematosis y


hemostasia.
Actividad 2. Examina este cuadro de la composición del plasma y responde a las
preguntas.

Componentes Gramos/litro Función

Agua 900 Transportar sustancias. Regular la temperatura.


Regular la entrada y salida de agua en las células
Sales minerales 8,95
(ósmosis).
Albúminas 40 Reserva alimentaria.
Proteínas

Globulinas 32 Defensiva (anticuerpos).

Fibrinógeno 3 Coagulación de la sangre.

Lípidos 6 Proporcionar energía a las células del organismo.

Glucosa 1 Proporcionar energía a las células del organismo.


Productos de desecho
2 Hasta el aparato excretor, donde serán expulsadas.
(urea y ácido úrico)

a) ¿Cuál es el principal componente plasmático?


b) ¿Qué tipo de macromolécula es la albúmina?
c) ¿Cuál es la principal proteína de coagulación?
d) ¿Cuáles son los principales productos de desecho que transporta el plasma?
Actividad 3. Completa los datos de esta tabla respecto a las células sanguíneas:
Célula Estructura Funciones

Eritrocitos

Neutrófilos

Linfocitos

Plaquetas

Actividad 4. En las siguientes enfermedades, indica a qué serie celular afectan y cuál
es su definición.
Enfermedad Serie Definición
Anemia
ferropénica
Anemia
hemolítica
Leucemia
mieloide aguda
Mieloma
múltiple

Tema 7 La sangre y el sistema inmune. 17


Actividad 5. Teniendo en cuenta que cualquier gen tiene dos alelos, uno procedente
del padre y otro de la madre, una persona del grupo A puede tener los genes IA (un
progenitor) y IA (otro progenitor), es decir, genotipo IAIA, o IA (un progenitor) y i (otro
progenitor), es decir, genotipo IAi. Explica qué genotipo pueden tener los hijos de un
progenitor IAi y otro IBi (haz las combinaciones emparejadas).

IA i IB i

Actividad 6. Explica cómo se produce la sensibilización Rh en una persona Rh-.


Actividad 7. Realiza un cuadro en el que se relacionen las respuestas inmunológicas
celular y humoral.
Actividad 8. Define qué son las citocinas.
Actividad 9. Realiza un cuadro con los tipos de inmunoglobulinas y sus
características.
Actividad 10. Explica en qué consiste la memoria inmunológica y su relación con las
vacunaciones.
Actividad 11. En la Unidad 4 se estudió que la artritis reumatoide es una enfermedad
autoinmune. Investiga cómo es su fisio-patogenia.
Actividad 12. Explica las diferencias entre leucemia aguda, leucemia crónica y linfoma.

18 Tema 7 La sangre y el sistema inmune.

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