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Función de la sangre
Como todos los tejidos del organismo la sangre cumple múltiples funciones
necesarias para la vida como la defensa ante infecciones, los intercambios
gaseosos y la distribución de nutrientes. Para cumplir con todas estas funciones
cuenta con diferentes tipos de células suspendidas en el plasma. Todas las
células que componen la sangre se fabrican en la médula ósea. Ésta se encuentra
en el tejido esponjoso de los huesos planos (cráneo, vértebras, esternón, crestas
ilíacas) y en los canales medulares de los huesos largos (fémur, húmero). La
sangre es un tejido renovable del cuerpo humano, esto quiere decir que la médula
ósea se encuentra fabricando, durante toda la vida, células sanguíneas ya que
éstas tienen un tiempo limitado de vida. Esta “fábrica”, ante determinadas
situaciones de salud, puede aumentar su producción en función de las
necesidades. Por ejemplo, ante una hemorragia aumenta hasta siete veces la
producción de glóbulos rojos y ante una infección aumenta la producción de
glóbulos blancos.
Composición de la sangre
Sangre circulando con aumento de 640X.
Como todo tejido, la sangre se compone de células y componentes extracelulares (su matriz
extracelular). Estas dos fracciones tisulares vienen representadas por:
Las células sanguíneas, que son los glóbulos blancos o leucocitos, células que "están de
paso" por la sangre para cumplir su función en otros tejidos;
Los derivados celulares, que no son células estrictamente sino fragmentos celulares,
están representados por los eritrocitos y las plaquetas; son los únicos componentes
sanguíneos que cumplen sus funciones estrictamente dentro del espacio vascular.
Glóbulos rojos[editar]
Artículo principal: Eritrocito
Los glóbulos rojos (eritrocitos) están presentes en la sangre y transportan el oxígenohacia el resto de
las células del cuerpo.
Glóbulos blancos[editar]
Artículo principal: Leucocito
Sangre circulando con posible glóbulo blanco arriba a la derecha. Aumento de 1024X, utilizando
un microscopio óptico.
Los glóbulos blancos o leucocitos forman parte de los actores celulares del sistema
inmunitario, y son células con capacidad migratoria que utilizan la sangre como vehículo para
tener acceso a diferentes partes del cuerpo. Los leucocitos son los encargados de destruir
los agentes infecciosos y las células infectadas, y también segregan sustancias protectoras
como los anticuerpos, que combaten a las infecciones.
El conteo normal de leucocitos está dentro de un rango de 4.500 y 11.500 células por mm³ (o
microlitro) de sangre, variable según las condiciones fisiológicas (embarazo, estrés, deporte,
edad, etc.) y patológicas (infección, cáncer, inmunosupresión, aplasia, etc.). El recuento
porcentual de los diferentes tipos de leucocitos se conoce como "fórmula leucocitaria"
(ver Hemograma, más adelante).
Según las características microscópicas de su citoplasma (tintoriales) y su núcleo (morfología),
se dividen en:
Basófilos: presentes en sangre entre 0,1 y 1,5 células por mm³, (0,2-1,2 % de los
leucocitos). Presentan una tinción basófila, lo que los define. Segregan sustancias como
la heparina, de propiedades anticoagulantes, y la histamina que contribuyen con el
proceso de la inflamación. Poseen un núcleo a menudo cubierto por gránulos de
secreción.
Eosinófilos: presentes en la sangre entre 50 y 500 células por mm³ (1-4 % de los
leucocitos). Aumentan en enfermedades producidas por parásitos, en las alergias y en el
asma. Su núcleo, característico, posee dos lóbulos unidos por una fina hebra de
cromatina, y por ello también se las llama "células en forma de antifaz".
Neutrófilos, presentes en sangre entre 2.500 y 7.500 células por mm³. Son los más
numerosos, ocupando entre un 55 % y un 70 % de los leucocitos. Se tiñen pálidamente,
de ahí su nombre. Se encargan de fagocitar sustancias extrañas (bacterias, agentes
externos, etc.) que entran en el organismo. En situaciones de infección o inflamación su
número aumenta en la sangre. Su núcleo característico posee de 3 a 5 lóbulos separados
por finas hebras de cromatina, por lo cual antes se los denominaba "polimorfonucleares" o
simplemente "polinucleares", denominación errónea.
Agranulocitos o células monomorfonucleares[editar]
Artículo principal: Agranulocitos
Linfocitos: valor normal entre 1.300 y 4000 por mm³ (24 % a 32 % del total de glóbulos
blancos). Su número aumenta sobre todo en infecciones virales, aunque también
en enfermedades neoplásicas (cáncer) y pueden disminuir en inmunodeficiencias. Los
linfocitos son los efectores específicos del sistema inmunitario, ejerciendo la inmunidad
adquirida celular y humoral. Hay dos tipos de linfocitos, los linfocitos B y los linfocitos T.
1. Los linfocitos B están encargados de la inmunidad humoral, esto es, la secreción de
anticuerpos (sustancias que reconocen las bacterias y se unen a ellas y permiten su
fagocitocis y destrucción). Los granulocitos y los monocitos pueden reconocer mejor y
destruir a las bacterias cuando los anticuerpos están unidos a éstas (opsonización).
Son también las células responsables de la producción de unos componentes del
suero de la sangre, denominados inmunoglobulinas.
2. Los linfocitos T reconocen a las células infectadas por los virus y las destruyen con
ayuda de los macrófagos. Estos linfocitos amplifican o suprimen la respuesta
inmunológica global, regulando a los otros componentes del sistema inmunitario, y
segregan gran variedad de citoquinas. Constituyen el 70 % de todos los linfocitos.
Tanto los linfocitos T como los B tienen la capacidad de "recordar" una exposición
previa a un antígeno específico, así cuando haya una nueva exposición a él, la acción
del sistema inmunitario será más eficaz.
Monocitos: Conteo normal entre 150 y 900 células por mm³ (2 % a 8 % del total de
glóbulos blancos). Esta cifra se eleva casi siempre por infecciones originadas por virus
o parásitos. También en algunos tumores o leucemias. Son células con núcleo
definido y con forma de riñón. En los tejidos se diferencian hacia macrófagos o
histiocitos.
Plaquetas[editar]
Artículo principal: Plaqueta
Plasma sanguíneo[editar]
Artículo principal: Plasma sanguíneo
El plasma sanguíneo es la porción líquida de la sangre que forma parte del líquido
extracelular. Es el mayor componente de la sangre, representando un 55 % del volumen
total de la sangre, con unos 40-50 mL/kg peso. Es salado y de color amarillento traslúcido.
Además de transportar las células de la sangre, lleva los nutrientes y las sustancias de
desecho recogidas de las células.
El plasma sanguíneo es esencialmente una solución acuosa, ligeramente más densa que
el agua, con un 91 % agua, un 8 % de proteínas y algunas trazas de otros materiales. El
plasma es una mezcla de muchas proteínas
vitales, aminoácidos, glúcidos, lípidos, sales, hormonas, enzimas, anticuerpos, urea,
gases en disolución y sustancias inorgánicas como sodio, potasio, cloruro de
calcio, carbonato y bicarbonato.
Entre estas proteínas están: fibrinógeno (para la coagulación), globulinas (regulan el
contenido del agua en la célula, forman anticuerpos contra enfermedades
infecciosas), albúminas (ejercen presión osmótica para distribuir el agua entre el plasma y
los líquidos del cuerpo) y lipoproteínas (amortiguan los cambios de pH de la sangre y de
las células y hacen que la sangre sea más viscosa que el agua). Otras proteínas
plasmáticas importantes actúan como transportadores hasta los tejidos de nutrientes
esenciales como el cobre, el hierro, otros metales y diversas hormonas. Los componentes
del plasma se forman en el hígado (albúmina y fibrinógeno), las glándulas endocrinas
(hormonas), y otros en el intestino.
Cuando se coagula la sangre y se consumen los factores de la coagulación, la fracción
fluida que queda se denomina suero sanguíneo.
Características físico-químicas[editar]
La sangre es un fluido no newtoniano (ver Ley de Poiseuille y flujo laminar de perfil
parabólico), con movimiento perpetuo y pulsátil, que circula unidireccionalmente
contenida en el espacio vascular (sus características de flujo se adaptan a la
arquitectura de los vasos sanguíneos). El impulso hemodinámico es proporcionado
por el corazón en colaboración con los grandes vasos elásticos.
La sangre suele tener un pH entre 7,33 y 7,44 (valores presentes en sangre arterial).
Sus variaciones más allá de esos valores son condiciones que deben corregirse
pronto (alcalosis, cuando el pH es demasiado básico, y acidosis, cuando el pH es
demasiado ácido).
Los valores de pH compatibles con la vida que requieren una corrección inminente
son: 6.8 - 8
Una persona adulta tiene alrededor de 4-5 litros de sangre (7 % de peso corporal), a
razón de unos 65 a 71 mL de sangre por kg de peso corporal.
Grupos sanguíneos[editar]
Artículo principal: Grupo sanguíneo
Fisiología de la sangre[editar]
Una de las funciones de la sangre es proveer nutrientes (oxígeno, glucosa), elementos
constituyentes del tejido y conducir productos de la actividad metabólica (como dióxido de
carbono).
La sangre también permite que células y distintas sustancias
(aminoácidos, lípidos, hormonas) sean transportados entre tejidos y órganos.
La fisiología de la sangre está relacionada con los elementos que la componen y por
los vasos que la transportan, de tal manera que:
Las células sanguíneas son producidas en la médula ósea de los huesos largos y planos
en la edad adulta; este proceso es llamado hematopoyesis. El componente proteico es
producido en el hígado, mientras que las hormonas son producidas en las glándulas
endocrinas y la fracción acuosa es mantenida por el riñón y el tubo digestivo.
Las células sanguíneas son degradadas por el bazo y las células de Kupffer en el hígado
(hemocateresis). Este último, también elimina las proteínas y los aminoácidos. Los
eritrocitos usualmente viven algo más de 120 días antes de que sea sistemáticamente
reemplazados por nuevos eritrocitos creados en el proceso de eritropoyesis, estimulada
por la eritropoyetina, una hormona secretada en su mayor parte por los riñones y en
menores cantidades por hígado y páncreas.
Viscosidad y resistencia[editar]
La resistencia del flujo sanguíneo no solo depende del radio de los vasos sanguíneos
(resistencia vascular), sino también de la viscosidad sanguínea. El plasma es casi 1.8
veces más viscoso que el agua y la sangre entera es tres o cuatro veces más viscosa que
el agua. Por lo tanto, la viscosidad depende en mayor medida del hematocrito, el efecto de
la viscosidad se desvía de lo esperado con base en la fórmula de Poiseuille-Hagen.
Transporte de gases[editar]
Artículo principal: Hemoglobina
La oxigenación de la sangre se mide según la presión parcial del dioxígeno. Un 98,5 % del
dioxígeno está combinado con la hemoglobina, solo el 1.5 % está físicamente disuelto.
La molécula de hemoglobina es la encargada del transporte de dioxígeno en los
mamíferos y otras especies.
Con la excepción de la arteria pulmonar y la arteria umbilical, y sus venas
correspondientes, las arterias transportan la sangre oxigenada desde el corazón y la
entregan al cuerpo a través de las arteriolas y los tubos capilares, donde el dioxígeno es
consumido. Posteriormente, las venas transportan la sangre desoxigenada de regreso al
corazón.
Bajo condiciones normales, en humanos, la hemoglobina en la sangre que abandona los
pulmones está alrededor del 96-97 % saturada con dioxígeno; la sangre "desoxigenada"
que retorna a los pulmones está saturada con dioxígeno en un 75 %.4 Un feto, recibiendo
dioxígeno a través de la placenta, es expuesto a una menor presión de dioxígeno
(alrededor del 20 % del nivel encontrado en los pulmones de un adulto), por eso los fetos
producen otra clase de hemoglobina con mayor afinidad por el dioxígeno (hemoglobina F)
para poder extraer la mayor cantidad posible de dioxígeno de su escaso suministro.5
Véase también: Hematosis
Circulación de la sangre[editar]
Artículo principal: Sistema cardiovascular
Arterias: las arterias están hechas de tres capas de tejido, uno muscular en el medio y
una capa interna de tejido epitelial.
Capilares: los capilares están embebidos en los tejidos, permitiendo además el
intercambio de gases dentro del tejido. Los capilares son muy delgados y frágiles,
teniendo solo el espesor de una capa epitelial.
El corazón:órgano musculoso situado en la cavidad torácica, entre los dos pulmones.
Su forma es cónica, algo aplanado, con la base dirigida hacia arriba, a la derecha, y la
punta hacia abajo, a la izquierda, terminando en el 5º espacio intercostal.6
Venas: las venas transportan sangre a más baja presión que las arterias, no siendo
tan fuerte como ellas. La sangre es entregada a las venas por los capilares después
que el intercambio entre el oxígeno y el dióxido de carbono ha tenido lugar. Las venas
transportan sangre rica en residuos de vuelta al corazón y a los pulmones. Las venas
tienen en su interior válvulas que aseguran que la sangre con baja presión se mueva
siempre en la dirección correcta, hacia el corazón, sin permitir que retroceda. La
sangre rica en residuos retorna al corazón y luego todo el proceso se repite.
Hemograma[editar]
El hemograma es el informe impreso resultante de un análisis cuali-cuantitativo de
diversas variables mensurables de la sangre. El hemograma básico informa sobre los
siguientes datos:
Índices corpusculares
Recuento de elementos formes
Valores de hemoglobina
Valores normales
Células sanguíneas. La sangre contiene muchos tipos de células: glóbulos blancos (monolitos,
linfocitos, neutrófilos, eosinófilos, basófilos y macrófagos), glóbulos rojos (eritrocitos) y
plaquetas. La sangre circula por el cuerpo a través de las arterias y las venas.
Olor y sabor
Así es. Ésa es otra. La sangre huele y sabe también a hierro, un desagradable sabor y
olor para muchos. Y como no puede ser de otra forma, la razón de estas sensaciones
no debe andar lejos de las expuestas para los metales hierro Fe (s) y cobre Cu (s).
Les digo parecido porque si, en el caso del metal, era la transpiración grasa de la piel
la que, al reaccionar con él, formaba los cationes Fe2+, responsables del olor
metálico.
En el caso de la sangre, el hierro que contiene, está presente ya como tal catión.
No se tiene que formar mediante reacción con los lípidos de nuestra piel. Ya está en
ese estado de oxidación. Por eso la sangre huele así, sin que la toquemos.
Una reacción que despertara el instinto de supervivencia que nos lleva a proteger a
nuestro hijo o ser querido herido. Por eso la sangre tiene ese peculiar olor y sabor,
para avisarnos de un peligro.
Test de urea
Los análisis de sangre para examinar los niveles de la función
renal toman la medida del nitrógeno de urea en sangre (BUN) y
de la creatinina. Ambos son productos de desecho que los
riñones filtran fuera del cuerpo, y cuando son anormales, pueden
indicar una enfermedad renal.
3. Pruebas de enzimas
5. Pruebas de coagulación
Como iremos viendo, la velocidad de sedimentación globular no se calcula con tubos de ensayo o
tubos de centrífuga. Se calcula haciendo uso de unas columnas especialmente diseñadas para tal
fin. Estas columnas nos permiten medir los milímetros que ha descendido la fracción forme
sanguínea transcurrido un determinado tiempo.
Etapas de la VSG
El proceso de sedimentación globular ocurre en tres etapas diferentes:
Hemaglutinación: En esta fase los hematíes comienzan a aglutinarse entre sí. Y lo hacen
formando agregados en forma de pilas de moneda, también llamados rouleaux. El tamaño
de estos agregados vedrá determinado por el potencial zeta existente entre los hematíes.
Se denomina potencial zeta a la energía de repulsión existente entre los hematíes debido a
la presencia de cargas negativas en su superficie. Esta energía de repulsión mantiene
separados a los hematíes.
Si el potencial zeta disminuye, los hematíes tienden a formar agregados de mayor tamaño
que descienden y sedimentan más rápido. Si esto ocurre la velocidad de sedimentación
globular aumenta.
Antes se realizaban mediciones a las dos horas con el fin de hallar el denominado índice de Katz.
Dicho índice se calcula de la siguiente manera:
Los valores de referencia de la VSG varían con el sexo y con la edad. La determinación de la VSG
tras la 2ª hora, o a las 24 horas, son de escaso valor clínico, por lo que no se recomienda su
empleo.
Se efectúa una punción capilar en talón o en dedo y se llena el tubo por capilaridad. Ese
tubo se lleva después a un soporte especial que lo mantendrá en vertical. Pasada una
hora, el resultado se compara con unas tablas que relacionan el espacio en milímetros con
el tiempo para poder valorar el resultado. Los valores de referencia son de 8-10 mm/h en
lactantes y de 6-8 mm/h en adultos y niños.
Alteración de los valores de la VSG. Causas.
La VSG es una prueba inespecífica, es decir, su aumento no es indicador de ninguna enfermedad
concreta. En cualquier caso, la presencia de una VSG claramente aumentada o disminuída puede
ser indicativo de un proceso patológico que se debe investigar. Por otra parte, una VSG normal no
excluye la posible existencia de una patología.
Una vez que se ha diagnosticado el proceso patológico, la VSG resulta muy útil para establecer un
control evolutivo de la enfermedad.
VSG aumentada
La velocidad de sedimentación globular se encuentra aumentada en condiciones fisiológicas como
el embarazo y el envejecimiento. En el tercer mes de embarazo la VSG es cuando más sube. Un
mes después del parto vuelve a la normalidad.
VSG disminuida
La VSG no se encuentra disminuida en ningún proceso fisiológico, pero sí en diversos procesos
patológicos como la insuficiencia cardiaca congestiva.
También se encuentra disminuida cuando se producen alternaciones de las proteínas plasmáticas
tales como la disminución de fibrinógeno plasmático, ya sea a causa de necrosis hepática o a
causa de una coagulación intravascular diseminada (CIVD).
En cuanto a las alteraciones hemáticas, encontramos una VSG disminuida
en policitemias, microcitosis, esferocitosis congénita, acantocitosis, anemia falciforme o en
cualquier alteración morfológica del hematíe.
Diabetes insípida: Por déficit de ADH. Hay poliuria, es decir, se orina muchísimo. Debido
a este hecho se pierde mucho agua y la concentración plasmática aumenta.
Coma hiperosmolar de la diabetes mellitus: Complicación aguda de la diabetes mellitus.
Esta enfermedad está denominada la enfermedad de las 3P (Poliuria, Polidipsia y
Polifagia). La osmolalidad plasmática aumenta debido a la alta glucemia y a la perdida de
agua a través del riñon. Otra característica es la presencia de glucosuria.
Deshidratación: Puede acontecer a causa de diarreas, vómitos o fiebre.
Osmolalidad plasmática disminuida
La osmolalidad plasmática está disminuida en determinados procesos patológicos:
Acidosis metabólica
Una acidosis metabólica implica el descenso del pH sanguíneo, con aumento de H +, debido a
alteraciones metabólicas. Esto puede suceder en diversos procesos patológicos:
Cetoacidosis metabólica. Por acumulación de cuerpos cetónicos.
Acidosis por ayuno.
Insuficiencia renal aguda.
Intoxicación por fármacos ácidos.
Diarrea.
Acidosis respiratoria
Una acidosis metabólica implica el descenso del pH sanguíneo, con aumento de H +, debido a
alteraciones respiratorias. Esto puede suceder en diversos procesos patológicos:
Depresión del centro respiratorio. Exceso de CO2 en sangre a causa de hipoventilación.
Enfermedades del aparato respiratorio: Neumonía, EPOC, Enfisema pulmonar, Fibrosis
pulmonar…
Patologías del aparato circulatorio: Cardiopatías.
Enfermedades neuromusculares que afecten a la movilidad torácica.
Uso de opiáceos, anestésicos y sedantes.
Alcalosis metabólica
Una alcalosis metabólica implica el aumento del pH sanguíneo, con descenso de H +, debido a
alteraciones metabólicas. Esto puede suceder en diversos procesos patológicos:
Vómitos. Debido a la expulsión de HCl de los jugos gástricos.
Hipermineralcortisolismos. Aumento de la actividad de la corteza suprarrenal, como en
el Síndrome de Cushing o el hiperaldosteronismo.
Administración de álcalis.
Uso de diuréticos.
Alcalosis respiratoria
Una alcalosis respiratoria implica el descenso del pH sanguíneo, con aumento de H +, debido a
alteraciones respiratorias. Esto puede suceder en diversos procesos patológicos:
Hiperventilación. Produce déficit de CO2 en sangre. Puede darse en asma, ansiedad,
ejercicio físico y embarazo.
Embolia pulmonar.
Composición y funciones de la sangre: ¿Qué es la sangre?
La sangre es un tejido líquido de color rojo que circula a través de los vasos sanguíneos del
organismo. Y lo hace gracias al impulso ejercido por el corazón. A grandes rasgos, y sin entrar en
mayores explicaciones anatómicas, la sangre circula a través de las arterias una vez ha sido
expulsada por los ventrículos izquierdo (arteria aorta) y derecho (arteria pulmonar). Y retorna al
corazón llenando las aurículas izquierda (vena pulmonar) y derecha (vena cava).
Muestras sanguíneas
Durante ese trayecto la sangre cumple una serie de funciones que veremos más adelante. Y lo
hace atravesando arterias, venas y capilares de la circulación pulmonar, la circulación sistémica y
el sistema porta. Sin olvidarnos de la circulación coronaria propia del corazón.
La cantidad de sangre, o volemia, que circula por el organismo es variable y depende de cada
persona. La volemia de una persona de 2 metros de estatura y 100 Kg de peso no será la misma
que la que tendrá una persona de 1.50 metros de estatura y 45 Kg de peso. Algunas fuentes citan
en porcentaje la cantidad de volemia de una persona adulta, estableciendo el 7-8% del peso
corporal como cifra. Otras se aventuran a dar cifras específicas de volumen, o rangos de cifras,
estableciendo en 5-6 litros de sangre el volumen de sangre normal. Pero los datos más fiables y
con menos margen de error son los siguientes:
Mujeres: 68 ml/kg. Es decir, por cada Kg de peso hay 68 ml de volumen sanguíneo o
volemia.
Hombres: 77 ml/kg. Es decir, por cada Kg de peso hay 77 ml de volumen sanguíneo o
volemia.
Para evitar distinciones de género, algunas fuentes establecen una media de 70 ml/kg para un
adulto.
Neutrófilos.
Eosinófilos.
Basófilos.
En cambio, los leucocitos mononucleares poseen un núcleo sin lobulación. En este grupo
encontramos:
Monocitos.
Linfocitos.
Neutrófilo
visto al microscopio óptico
Los valores normales de leucocitos en sangre periférica son de 5000 – 10000 leucos/μL. Todos
los leucocitos se producen en médula ósea, pero no todos terminan su maduración allí. Los
linfocitos maduran en órganos linfoides, como el Timo.
Cada tipo de leucocito tiene su propio periodo de vida media, pero todos, al final de la misma, son
eliminados por los macrófagos del Sistema Mononuclear Fagocítico (SMF). También comparten
una función: la defensa del organismo, pero cada uno a su manera tal y como veremos en el
futuro.
Plaquetas
También llamadas trombocitos. Son los elementos formes más pequeños de la sangre. No son
células, ya que en realidad son fragmentos citoplasmáticos de la célula que le antecede en su línea
de maduración: el Megacariocito liberador de plaquetas. Este paso evolutivo que da lugar a las
plaquetas ocurre en la médula ósea.
Las plaquetas poseen en su interior las sustancias necesarias para poder realizar su función en la
coagulación sanguínea. En condiciones normales hay entre 150000 y 400000 plaquetas/μL.
Tienen una vida media de tan solo diez días antes de ser retiradas de la circulación por los
macrófagos del sistema mono nuclear fagocítico presentes en el bazo.
Plaquetas
de una muestra sanguínea visualizadas con un microscopio óptico
Composición y funciones de la sangre: fracción líquida
La fracción líquida de la sangre es la encargada de vehiculizar a la fracción forme a través de los
vasos sanguíneos. Además, por sí sola, lleva múltiples sustancias disueltas esenciales para el
organismo. Antes de entrar a desgranar la composición de la fracción líquida conviene que
tengamos en cuenta algo importante.
Transporte de gases.
Inmunidad.
Hemostasia.
Nutrición celular.
Excreción.
Regulación hormonal.
Regulación térmica.
Mantenimiento del equilibrio ácido-base.
Sin ser una función en sí, también interviene en la regulación de la presión oncótica, ayudando a la
sangre a mantenerse dentro de los capilares sanguíneos. Y esto es posible gracias a las proteínas
plasmáticas, especialmente a la albúmina, que es la proteína más abundante.
Transporte de gases
El oxígeno es necesario para el metabolismo celular del organismo. Tanto el O 2 como el CO2 son
transportados por la hemoglobina de los hematíes, realizando los intercambios gaseosos en los
alveolos pulmonares y en las células.
Inmunidad
En la sangre circulan diversos participantes de la respuesta inmune del organismo, como
leucocitos, anticuerpos y el sistema del complemento. Juega un papel vital en la defensa del
organismo.
Hemostasia
En el plasma sanguíneo circulan disueltos los factores de la coagulación. Y además, en el mismo
plasma va vehiculizada la fracción forme de la sangre, en el que se incluyen las plaquetas.
Factores de coagulación y plaquetas juegan un papel esencial en la coagulación sanguínea, tanto
para la formación del coágulo como para su disolución.
Nutrición celular
La sangre transporta los nutrientes necesarios para las células. Glúcidos, lípidos, proteínas,
electrolitos, vitaminas…
Excreción
La sangre recoge los productos de desecho resultantes del metabolismo celular y los transporta
hasta los lugares de excreción. Un ejemplo claro es la urea, resultante del catabolismo de las
proteínas. La urea circula por la sangre hasta llegar a los riñones, encargados de su excreción.
Regulación hormonal
Las glándulas de secreción vierten las hormonas a la sangre. De este modo son transportadas
hasta los órganos diana en los que realizan su función. Un ejemplo claro sería la hormona
antidiurética (ADH) secretada por la hipófisis y que cumple su función en los riñones.
Regulación térmica
La sangre interviene en el proceso de regulación térmica del organismo, favoreciendo o impidiendo
que se pierda calor a través de la piel. Esto ocurre mediante la vasodilatación y la vasoconstricción
periférica que provoca el hipotálamo, el termómetro corporal. En caso de necesidad por aumento
de temperatura, los vasos sanguíneos se dilatan y la sangre caliente se acumula en ellos,
favoreciendo la expulsión de calor del organismo.
En una entrada anterior, titulada qué hacer ante el frío intenso, vimos con detalle como se
comportaba el organismo ante la necesidad de conservar el calor.
Mantenimiento del equilibrio ácido-base
La sangre tiene un pH entre 7.35 y 7.45, siendo la sangre arterial más básica y la sangre venosa
más ácida. La sangre amortigua y evita cambios bruscos en el pH que repercutan en el
funcionamiento normal de las células. Estos cambios bruscos pueden aparecer como
consecuencia de procesos metabólicos o respiratorios.
El plasma es la fracción líquida y acelular de la sangre. Se obtiene al dejar a la sangre
desprovista de células como los glóbulos rojos y los glóbulos blancos. Está compuesto por un
90 % de agua, un 7 % de proteínas, y el 3 % restante
por grasa, glucosa, vitaminas, hormonas, oxígeno, dióxido de carbono y nitrógeno, además de
productos de desecho del metabolismo como el ácido úrico. A estos se les pueden añadir
otros compuestos como las sales y la urea. Es el componente mayoritario de la sangre,
representando aproximadamente el 55% del volumen sanguíneo total, mientras que el 45 %
restante corresponde a los elementos formes (tal magnitud está relacionada con el
hematocrito).
El suero es el remanente del plasma sanguíneo una vez consumidos los factores
hemostáticos por la coagulación de la sangre.
Origen
Los componentes del plasma se forman en varias partes del organismo:
En el hígado se sintetizan todas las proteínas plasmáticas salvo las inmunoglobulinas, que
son producto de síntesis de las células plasmáticas.
Las glándulas endocrinas secretan sus hormonas correspondientes hacia la sangre.
El riñón mantiene constante la concentración de agua y solutos salinos.
Los lípidos son aportados por los colectores linfáticos.
Otras sustancias son introducidas por absorción intestinal.
Sangre. Funciones La sangre es un vehículo líquido de comunicación vital, entre los distintos
tejidos del organismo. Entre sus funciones, destacan: Distribución de nutrientes desde el intestino
a los tejidos Intercambio de gases: transporte de oxígeno desde los pulmones hasta los tejidos
y de dióxido de carbono desde los tejidos hasta los pulmones Transporte de productos de
deshecho, resultantes del metabolismo celular, desde los lugares de producción hasta los de
eliminación Transporte de hormonas desde las glándulas endocrinas hasta los tejidos diana
Protección frente a microorganismos invasores Protección frente a hemorragias Sangre.
Composición La sangre consta de una parte líquida, el plasma sanguíneo, en el que se encuentran
elementos formes (las células sanguíneas) en suspensión. La sangre es de color rojo debido a la
presencia de hemoglobina en los hematíes. Su viscosidad y su densidad están relacionadas con la
cantidad de hematíes y su presión osmótica, sobre todo, con su contenido en proteínas. Su pH se
encuentra entre 7.35- 7.45. El volúmen de sangre circulante o volemia es la cantidad total de
sangre que tiene un individuo y representa aproximadamente el 8% del peso corporal (5.5 L en un
hombre de 70 Kg y 250 ml en un recién nacido que pese 3.2 Kg). Del volúmen sanguíneo total,
alrededor de 1 litro se encuentra en los pulmones, 3 litros en la circulación venosa sistémica y el
litro restante se reparte entre el corazón, las arterias sistémicas, las arteriolas y los capilares. El
plasma sanguíneo es un líquido amarillento claro constituído por un 95% de agua y el 5% restante
por diversas sustancias en solución y suspensión. Estas sustancias incluyen: iones minerales
(sodio, potasio, calcio, cloro .....), pequeñas moléculas orgánicas (aminoácidos, ácidos grasos y
glucosa) y proteínas plasmáticas (albúminas, fibrinógeno....). En condiciones normales, las
proteínas del plasma constituyen el 7-9% del plasma (6-8 g/100 ml), destacando tres grandes
grupos de proteínas: albúminas, globulinas y factores de la coagulación como el fibrinógeno y la
protrombina. Las albúminas son las más pequeñas y abundantes y representan el 60% de las
proteinas del plasma. Las sintetiza el hígado y actúan como transportadoras de lípidos y hormonas
esteroides en la sangre, siendo responsables de la mayor parte de la presión osmótica (presión
oncótica) que regula el paso de agua y solutos a través de los capilares. -Las globulinas
representan el 40% de las proteinas del plasma. Se dividen en -globulinas se sintetizan en el
hígado y y -globulinas. Las -globulinas y globulinas, -globulinastransportan lípidos y
vitaminas liposolubles en la sangre. Las 4 (gammaglobulinas) son anticuerpos producidos por las
células plasmáticas y resultan fundamentales en la defensa del organismo frente a las infecciones.
El fibrinógeno es un importante factor de la coagulación. Es sintetizado por el hígado y representa
el 2-4% de las proteínas del plasma. Normalmente, la composición del plasma se mantiene
siempre dentro de unos límites seguros desde un punto de vista biológico, gracias a diversos
mecanismos homeostáticos (homeostasia = equilibrio). Distinguimos entre plasma y suero: El
plasma es la parte líquida de la sangre sin coagular. El suero es el líquido sobrenadante que
queda cuando la sangre total se coagula, por lo que tiene una composición similar a la del
plasma, aunque sin fibrinógeno ni otros factores de la coagulación. Existen 3 tipos de células en la
sangre: Glóbulos rojos o eritrocitos o hematíes Glóbulos blancos o leucocitos: Granulocitos o
leucocitos granulares (neutrófilos, eosinófilos y basófilos). Agranulocitos o leucocitos agranulares
(linfocitos y monocitos) Plaquetas o trombocitos.
Bibliografía
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Para una mejor comprensión de esta enfermedad, es necesario conocer las células
sanguíneas y sus funciones.
La sangre está constituida por un líquido denominado plasma y tres clases de células, cada
una de las cuales desempeña una función específica.
Los glóbulos blancos o leucocitos son la defensa del cuerpo contra las infecciones y las
sustancias extrañas que pudieran entrar en él. Para defender el cuerpo adecuadamente, es
necesario que exista una cantidad suficiente de glóbulos blancos capaces de dar una
respuesta adecuada, llegar a un sitio en el que se necesitan y luego destruir y digerir los
microrganismos y sustancias perjudiciales. Al igual que todas las células sanguíneas, los
glóbulos blancos son producidos en la médula ósea. Se forman a partir de células precursoras
(células madre) que maduran hasta convertirse en uno de los cinco tipos principales de
glóbulos blancos: los neutrófilos, los linfocitos, los monocitos, los eosinófilos y los basófilos.
Una persona produce aproximadamente unos 100.000 millones de glóbulos blancos al día.
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Para más información, puedes consultar las siguientes páginas web:
Wikipedia
Glucosa
La glucosa es un monosacárido con fórmula molecular C6H12O6.3 Es una hexosa, es decir,
contiene 6 átomos de carbono, y es una aldosa, esto es, el grupo carbonilo está en el extremo
de la molécula (es un grupo aldehído). Es una forma de azúcar que se encuentra libre en
las frutas y en la miel. Su rendimiento energético es de 3,75 Kcal/g en condiciones estándar.
Es un isómero de la galactosa,con diferente posición relativa de los grupos -OH y =O.
La glucosa es el compuesto que sirve de fuente de energía para los seres vivos.
Normalmente la conocemos como azúcar o monosacárido. El término "sacárido" se deriva
del griego sakcharon que significa "azúcar".
Características de la glucosa
Es una hexosa, es decir, tiene seis átomos de carbono.
Es una aldosa: posee un grupo aldehido o carbonilo CHO en el primer carbono.
Tiene grupos hidroxilo OH, que también se encuentra en los alcoholes.
Forma cristales sólidos.
Es soluble en agua.
Tiene sabor dulce.
La lactosa, que es el azúcar que se encuentra en la leche, esta formado por una glucosa y
una galactosa, que es otro monosacárido. La maltosa es un disacárido (dos moléculas de
glucosa unidas) que se encuentra en las semillas germinadas.
Muchas unidades de glucosa juntas forman polímeros llamados polisacáridos. Los dos
polisacáridos más conocidos son el almidón y el glucógeno. Esta es la forma de almacenar
glucosa, almidón en los vegetales, glucógeno en los animales.
Las paredes vegetales están formadas por celulosa, que es otro polisacárido formado por
cadenas de glucosa.
Función de la glucosa
La glucosa es una molécula importante en el metabolismo de los seres vivos.
Los almidones que se encuentran en gran cantidad en las patatas, el maiz, el trigo, arroz y
leguminosas son degradados por la amilasa de la saliva y del jugo pancreático. En el
intestino existe una enzima que rompe la unión de la fructosa y la glucosa en la sacarosa.
Una vez en el intestino delgado la glucosa es absorbida. Esta entra en la célula intestinal
por transportes especiales, que son pasadizos en la membrana plasmática. Una vez dentro,
la glucosa sale por el extremo opuesto y cae en los vasos sanguíneos del intestino.
La glucosa llega a las células del organismo a través de la sangre. La primera estación es el
hígado, donde la glucosa llega para ser almacenada en forma de glucógeno. Cuando
pasamos un período largo sin ingerir alimentos, el hígado es el encargado de suplir glucosa
constantemente, a través de la degradación del glucógeno.
La glucosa entra en las células a través de pasadizos o transportadores en las membranas
plasmáticas. Algunos de esas compuertas son abiertas por acción de la insulina, una
hormona producida en el páncreas.
La glucosa en las células musculares también es almacenada como glucógeno, que es una
forma rápida y segura de obtener energía cuando estamos haciendo ejercicio.
En los humanos, los niveles de glucosa en sangre son regulados por dos hormonas: La
insulina y el glucagón. Ambas hormonas son producidas en el páncreas.
54-99 3,0-5,5
Luego de una comida, los niveles de azúcar aumentan ligeramente, regresando a los valores
previos a las dos horas de comer. Cuando hay un aumento de glucosa en la sangre
hablamos de hiperglucemia. Cuando los niveles están disminuidos, se denomina
hipoglucemia.
Existen desde hace varios años unos aparatos llamados glucómetros, los cuales están
diseñados para medir la cantidad de glucosa en una gota de sangre. Estos aparatos pueden
comprarse en farmacias u otros establecimientos, y cualquiera puede usarlos.
día.
tiene en el cuerpo.
Referencias
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