Está en la página 1de 10

Aquel sucio lugar estaba vació nuevamente, tenía la sensación de que cada vez que entraba,

apestaba más, incluso que se volvía mucho más oscuro. Otra vez, aquel hombre no estaba,
no tenía derecho de ser llamado papá si estaba ausente todos los días, lo entendería si
estuviera trabajando, pero se gastaba todo el dinero en damas de compañía, tampoco
entendía de donde saca tanto para conseguirlas. Suspiro con molestia, su ceño fruncido
hacía que su desagrado por estar en aquel lugar se notara cada vez más. Apenas había
regresado de la escuela y ahora tenía que soportar eso… No, no tenía porque hacerlo, solo
hacía lo que siempre hacía, irse de ese lugar, a ese punto ya no sabía ni siquiera porque
regresaba. Cierto, es porque no tenía ningún otro lugar al cual ir.
No puso un pie más dentro, apenas estaba en el marco de la puerta y no pensaba pasar de
allí. Dándose medía vuelta volvió a abrir la puerta, saliendo del departamento. Apenas abrir
la puerta, el no poder avanzar gracias a la presencia de alguien lo dejo inquieto, nadie
buscaba a ese hombre a menos que fuera por dinero y tenía la sospecha de que esa era la
razón por la que los dos hombres frente a esa puerta se encontraban allí. Uno pareciendo un
clásico matón, mientras que el otro hombre de cabello más largo le daba un saludo con una
sonrisa demasiado amable como para que fuera verdad. Su cerebro solo podía darle la alerta
de salir de ese lugar de inmediato. El saludo fue lo que menos escucho, intento apartarlos
para irse, sin decir ninguna palabra, pero fue rápidamente empujado con fuerza por el otro
hombre, la fuerza ocupada fue suficiente como para que casi cayera hacía atrás. Mantuvo su
pierna izquierda firme al suelo para no caerse. Iba a renegar con molestia, pero sus palabras
fueron cayadas por el de cabello largo quien tocaba el hombro del hombro frente a él.
Tranquilo, solo es un chico, no tienes porque ser pesado — Volteo hacía él, dándole una
sonrisa tranquila, haciendo de alguna manera, que este suspirara con un tono de cansancio.
Señor, de verdad es demasiado considerado — Comento el otro.
No tenía ninguna intención de quedarse allí, pero si esos dos bloqueaban su camino no
podía hacer demasiado. Su mirada barrio la sala, buscando un punto de salida, pero solo
pudo darse cuenta de que el olor a humedad se mezclaba con uno mucho más pestilente.
Llevaba alrededor de 3 días fuera, no podía estar tan sucio al punto de oler a basurero.
Si no quieren nada conmigo ¿Pueden dejarme pasar? — Pregunto con un tono bastante
pesado, llamando la atención del hombre de cabello largo.
Lo siento pequeño ¿Cuál es tu nombre? —
No respondió, solo barrio al hombre con su mirada, intentando identificar si este quería
hacer cualquier otra cosa y tuviera que alejarse. Nada, no había ningún indicio de nada,
solamente esa sonrisa un tanto preocupada, combinada a miradas furtivas hacía dentro del
departamento.
Mako, podrías llevarte al chico un momento — Ordeno el de cabello largo.
¿Qué era aquella orden? El hombre solo asintió e intento tomarlo por el brazo, dio varios
pasos hacia atrás intentando evitarlo. Si, era más rápido, pero el lugar era demasiado
pequeño para moverse con libertad y evitar su agarre, por lo que termino tomándolo del
brazo y jalándolo hacía afuera del departamento con brusquedad. No tenía la menor idea de
lo que planeaban, pero sabía que no era nada bueno.
Mientras bajaban, el suelo de metal gastado del complejo de apartamentos resonaba debajo
de sus pies. Intento soltarse, pero la fuerza del hombre era mucho mayor que la suya. Era
obvio, un anciano fornido, iba a ser imposible zafarse de esa. El hombre solo le daba
miradas furtivas, como diciéndole que se calmara o no le iría nada bien. Parecía molestarle
que sus intimidaciones no funcionaran con él, pues únicamente lanzaba chasquidos
molestos o la presión que ejercía sobre su muñeca se volvía mucho más fuerte, al punto de
comenzar a lastimarlo. Pasaron unos cuentos minutos, hasta que él resonar del piso
metálico sobre ellos daba entender que había alguien bajando, poco después, el hombre de
la coleta apareció. Solo lucía preocupado. Se acerco hacía ellos, en especial con el
grandulón de su compañero.
Llama a la policía, esta muerto —
A pesar de que susurro cerca de su compañero, pudo escucharlo ¿Estaba muerto? ¿Se
refería a su padre? Lo pensó por un segundo, pero era obvio, no podía ser otra persona,
nadie más vivía en aquel sucio lugar. Por alguna razón se sintió aliviado, no le importaba
que aquel estuviera muerto, no le tenía ningún cariño ni respeto, era imposible tener algún
sentimiento parecido cuando se hablaba de un ser tan miserable como lo era él.
¿Ese tipo esta muerto? — Pregunto hacía el de la coleta, quien volteo su mirada
sorprendida hacía él — ¿Murió de un coma etílico o algo así? — Soltó una suave risa — Ya
era hora, un adulto inútil menos ¿no creen? —
Incluso el hombre que lo sostenía aflojo su muñeca, sorprendido por sus palabras.
Simplemente estaba diciendo la verdad, si era un adulto inútil lo mejor era que solamente
desapareciera, sería una molestia menos para el mundo. Mucho más si era una escoria como
aquel hombre. Aprovecho aquella soltura para dar un empujón apartándose lo más que
pudo, no se atrevió a ver hacía atrás. Sus pies no le dieron para correr de aquel lugar, salto
la barda que rodeaba el estacionamiento del edificio, ir por la entrada simplemente le haría
perder tiempo que podía ocupar para huir.
Unas cuadras más adelante, detuvo poco a poco su andar, hasta comenzar a caminar a paso
normal, no pensó demasiado en que haría después de eso, había logrado huir, no quería que
le cargaran una deuda que no era suya solamente por que ese tipo debía a personas
peligrosas, tampoco le importaba que la policía estuviera en aquel lugar, no tenía pensado
volver nuevamente, ahora con mucha más razón.
Chasqueo la lengua con molestia. Era un verdadero fastidio, aunque era cierto consideraba
las calles como su primer hogar, el tener un techo al cual volver era bastante favorable,
además de que no quería ir a ningún orfanato o algo parecido, aun era menor, apenas iba en
el ultimo año de secundaria, tendría que ver como arreglárselas. Con el trabajo de medio
tiempo que tenía, había ahorrado una cantidad relativamente alta, esperaba que aquello le
fuera de utilidad por un tiempo. Luego de eso, no sabía que es lo que haría, tenía que evitar
que la policía o sus maestros notaran la ausencia de aquel hombre. No era complicado,
nunca se presento a ninguna reunión, tampoco cuando causaba algún problema,
probablemente los maestros estaban aburridos de llamarlo y simplemente resolvían los
problemas con él directamente.
Unos pocos días después, el caso del hombre muerto por una sobre dosis en un complejo de
apartamentos se expandió por el vecindario. Todos se encontraban preocupados, en especial
las personas que residían en ese lugar. Supuso que no era nada muy agradable vivir cerca
de un cadáver por unos días. La verdad pensaba que había muerto por algo relacionado al
alcohol, resulto ser bastante peor de lo que pensaba, pero, al fin y al cabo, ya no era algo
que le importara.
Todos los estudiantes y profesores también hablaban de eso, parecía que se convertiría en el
chisme del mes hasta que algo mucho mas interesante sucediera. Para ahorrarse un poco de
dinero se quedaba hasta tarde en la escuela pues todo el resto la noche dormía en un
Internet café, el más económico que pudiera conseguir, solo necesita poder dormir y comer
un poco, pero alguno de sus profesores parecía darse cuenta de algo andaba mal con él…
poco peor de lo que andaba con normalidad. Ignoro a muchos de ellos, los pasaba de largo
a sus llamados o sus intentos de hablarle o acercarse a él, confiar en los adultos solo lo
hacía perder su tiempo, solo intentarían evangelizarlo con algunas palabras, pero no
cambiarían nada, nadie se entrometería, su ayuda era únicamente para mantener un perfil
respetable. Doblando uno de los pasillos hacía la cafetería, choco con un alguien, chasqueo
la lengua con molestia.
¿Acaso eres ciego? Ve donde caminas —
No sabía ni siquiera con quien había chocado, pero tampoco era importante, iba a seguir su
camino sin importar nada, pero la voz conocida de hace pocos días inundo toda su cabeza.
Alzo su mirada, fijándose mucho más en el hombre de cabello largo. Ocupaba ropa formal,
un pantalón de vestir color celeste y una camisa blanca, con su cabello amarrado como la
ultima vez que lo vio. La misma sonrisa que la primera vez que lo vio. Volteo hacía otro
lado, continuando su camino, pero el brazo del otro detuvo su andar.
Estaba por preguntarle a los profesores si en realidad estudiabas aquí — Una risa que
parecía amable salió de sus labios.
¿Lo había investigado? ¿Era necesario? No podía simplemente perderse, en aquel pasillo
lanzarse de la escalera era algo que se estaba hasta planteando. Mantuvo siempre su mirada
al frente sin decir ninguna palabra.
¿Oh? — Una voz femenina ahora se presentaba en el pasillo — Señor Fudo, no esperaba
tenerlo de visita por aquí, aun estamos agradecidos por su aporte — La extrema amabilidad
de la profesora le daba hasta un nauseas — ¿Qué lo trae por aquí? —
Vengo a hablar con este chico ¿Tiene algún lugar donde podamos hablar con tranquilidad?
— el hombre coloco su mano sobre uno de los hombros de él, haciendo que girara la
mirada hacia el lugar y lo apartara con brusquedad.
Kai, se amable con el señor. Tus modales están cada vez peor —
El regaño fue omitido por completo por su cerebro, no quería hablar con él de cabello largo,
solo quería largarse de allí, aun no le producía nada de confianza, mucho menos que
quisiera hablar a solar con él y que lo hubiera investigado de aquella manera.
Por supuesto señor Fudo — Hablo ahora dirigiéndose a él — Puede ocupar la sala de
profesores — Se hizo a un lado, dándole paso al hombre para que avanzara.
Tranquilo, no vengo a cobrarte nada —
El de cabello largo ladeo su cabeza, poniéndose más o menos a su altura. Nuevamente,
aquella sonrisa tranquila, ahora comenzaba a creer que se la habían cocido en el rostro,
nadie podía sonreír todo el tiempo. Aun así, no le quedaba de otra, suspiro pesadamente,
dando medía vuelta y caminando hacía la sala de profesores, inconscientemente guiando al
hombre hacía el lugar. Algunos profesores en el camino lo saludaban con suma amabilidad,
parecían conocerlo de hace un tiempo y por lo que dijo la profesora, aquello era un hecho.
Al entrar en la sala de profesores fue la misma dinámica, profesores saludando, otro
ofreciéndola agua o cualquier otra cosa y él simplemente negando con una amabilidad casi
inhumana. Otros profesores le preguntaban que tenía pendiente con un chico como él, pues
tenía una fama relativamente mala entre los profesores, por un incidente tratando de
defenderse de un par de bullys que lo habían marcado durante tiempo atrás. Cuando por fin
los dejaron en paz, el hombre o “Fudo” se giro hacía él. Su mirada fija en él parecía querer
transmitirle algún tipo de confianza, por primera vez, no pudo mantener su mirada
desinteresada sobre él, girando hacía otro lado para distraerse.
Lamento lo que sucedió con tu padre — Empezó la conversación
¿Hizo algo de lo que tenga que disculparse? Ese hombre no tenía ni donde caer muerto, fue
culpa de él —
No creo que deba… —
¿No deba decir eso sobre mi padre? — Interrumpió al de cabello largo. Comenzó a jugar
con los botones de sus mangas de forma desinteresada — Solo era un bueno para nada —
De reojo pudo notar como la mirada del de cabello largo cambiaba, dándole una expresión
de pena o algo parecido. Eso lo hacía visto muchas veces, casi todo el mundo sentía pena
por él, solamente se había acostumbrado y ya no le interesaba.
Se que vivías solo con él — Cambio rápidamente de tema — Si lo deseas, puedo ayudarte
buscando un buen lugar donde quedarte, conozco unos cuantos lugares donde pueden
acogerte. Parece que tus profesores no saben nada de lo que sucedió —
¿Orfanatos? — Con una ceja alzada levanto la mirada hacía el hombre, el cual se quedo en
silencio — No gracias, prefiero vivir en medio de la basura que ir a uno de esos lugares —
Se levanto de su lugar. El rechinar del sofá donde se encontraba el de cabello largo le hizo
entender que se levantó detrás de él, comenzó su camino hacía la salida, esperando no
volver a toparse con él, mucho menos si le venía con aquella mala oferta.
¿No podrías considerarlo? —
Fudo alzo la voz para que lo escuchara. Un esfuerzo inútil, la oferta fue descartada desde el
momento en que salió de su boca. Aunque estuviera muriendo de hambre, no iría a ninguno
de esos lugares, se negaba completamente a hacerlo. Un lugar lleno de niños, se mezclaban
dos cosas, la esperanza de encontrar una nueva familia o la desesperanza de nunca
encontrar una, todo en una misma ruidosa habitación.
-----------------------
Después de ese patético intento de ayudar al chico se quedo en blanco, aunque no había
sido por su culpa, tenía la sensación de que lo podía ayudar, o al menos hacer algo por un
niño que se quedo completamente solo. Aquello se convirtió en una tarea difícil, el chico
tenía una personalidad bastante problemática según lo poco que logro investigar sobre él,
luego de que se fuera, le pregunto a unos de sus profesores y todos comentaban lo mismo
sobre el “un niño problema” en su cabeza parecía bastante normal. Al menos con el
uniforme escolar se veía como una persona decente. Pequeños detalles como la venda que
cubría toda su mano, su cabello desordenado y unas cuantas ojeras debajo de su rostro, eso
era lo que más destacaba del chico, además de su carácter bastante fuerte.
El rechazo que recibió fue bastante duro, no se le ocurría nada más que pudiera hacer, pero
simplemente no quería dejarlo a su suerte. Esa fue la principal razón por la que fue a
buscarlo y porque les pidió a los profesores del chico que lo vigilaran un poco más e
informaran a él de como estuviera en caso de que notaran algo demasiado raro en el chico.
No le perdió la pista luego de eso. Se mantuvo al tanto de lo que hacía, si no estaba en su
club deportivo, solamente paseaba por el Shibuya toda la tarde, todo el tiempo solo, se
sentaba en alguno de los callejones haciendo nada, en varias ocasiones casi se metía a una
que otra pelea con otros chicos y unas cuantas veces con varios adultos a los que no
comprendía bien que le decía. Cuando el no podía vigilarlo, alguno de sus hombres lo
hacían, dándole los informes y era casi siempre lo mismo. Dormía en un Internet café todas
las noches, sus caminos eran los mismos. Según sus profesores se veía cada día un poco
más cansado.
Verdaderamente se estaba preocupando por la vida que llevaba el chico, con quien no se
pudo presentar formalmente en ningún momento gracias a su rechazo y solamente supo que
se llamaba Kai, gracias a la profesora.
¿Por qué se preocupa tanto por el chico? — Pregunto Mako — Solo es un mocoso
malcriado, no creo que valga la pena hacer algo por él.
¿Eso crees? — Pregunto con una risita — A mi me parece alguien fuerte, aunque también
da un poco de miedo que un chico de su edad sea tan realista —
Respondió mientras acomodaba unos cuantos papeles en su escritorio. Ya había pasado
alrededor de un mes desde la ultima vez que pudo verlo y dos desde que le hablo por
primera vez. Si, había intentado comunicarse con él nuevamente, muchas veces para ser
sincero, pero en ninguna pudo, lo evitaba con tal facilidad que estaba perdiendo las
esperanzas de volver a encontrarse con él nuevamente.
No, no podía perder la esperanza, menos con lo que le decían sus profesores sobre él chico.
Estos le informaron hace poco que parecía notarse más cansado de lo normal, incluso en
sus practicas en el club de gimnasia no había podido realizar ejercicios que para él eran
básico y en una o dos ocasiones termino en la enfermería. También se quejaron de lo
obstinado que era, pues no pasaba ni siquiera 15 minutos en la enfermería y regresaba a sus
practicas o se iba.
Aprovechando que tenía algo de tiempo al día siguiente, esta vez el fue el que siguió las
rondas que Kai solía hacer. Se mantuvo a una distancia prudente siguiéndolo, su recorrido
al menos parecería ser el mismo, pero pudo notar en parte lo que le habían dicho, se
mantenía erguido de manera terca. Escuela, su club, paseo por shibuya, al menos por ese
momento todo parecía relativamente normal. Contestar una llamada hizo que perdiera de
vista al chico, o él había notado su presencia y aprovecho la oportunidad para perderlo. No,
era algo difícil de creer para él.
Lo busco por varios minutos, alrededor de medía hora, pero no había señales de que
apareciera, probablemente era un desperdicio de tiempo seguir buscando, ya había pasado
un rato. Rasco su nuca mientras caminaba para regresar a su casa, lo volvería a intentar otro
día.
Al girar su mirada hacía uno de los callejones, la figura de alguien intentando levantantarse
llamo su atención, junto a las risas de otras cuantas personas alejándose a quienes apenas
pudo notar como sus espaldas doblaban para salir del callejón. Aunque no tenía pensado
meterse, su propio instinto hizo que se acercara hacía la persona tirada, la venda en mano
izquierda y el sonido de la voz con los quejidos hizo que reconociera de inmediato al chico
tirado en el suelo.
¿Kai? — Se acerco rápidamente llamándolo por su nombre.
El chico solo levanto la mirada frunciendo el ceño, su rostro estaba con varias heridas desde
el labio hasta la mejilla, se miraba fatal. Intento ayudarlo a levantarse, pero con la fuerza
que le quedaba aparto su mano, chasqueando la lengua demostrando su molestia.
Si no quieres que te patee la cara, no me toques — Amenazo
No creo que tengas la energía para hacerlo —
Volvió a intentar levantarse, hizo lo que pudo, apenas unos cuantos se puso de rodillas callo
nuevamente, pero esta vez ni siquiera intento volver a ponerse de pie, su barbilla contra el
suelo y su mirada perdida hacía la calle donde pasaba las demás personas, ahora ya no se
veía amenazante, no parecía transmitir nada, pero pudo notar un ápice de cansancio en sus
ojos, casi como si ya estuviera arto de estar así. Se mantuvo en silencio un rato,
simplemente, probablemente antes fue demasiado intrusivo con él, pensaba que no confiaba
en él solamente porque no lo conocía, pero con el tiempo que lo observo, fue notando que
realmente no tenía confianza a ninguna persona, especialmente a personas adultas.
Así que me estabas siguiendo — Después de unos minutos hablo, volviendo a intentar
ponerse de pie.
Solo… me preocupaba un poco como estuvieras — Sonrió amigablemente, estirando su
mano hacía él para que se ayudara de ella para levantarse — Supongo que me atrapaste.
Tus hombres no son muy discretos — echo una mirada a él y luego a su mano.
No la tomo, su orgullo era más grande que él. Rio para si mismo al ver como este ocupaba
toda su fuerza para ponerse de pie, por un momento se fue hacía atrás, por instinto intento
sostenerlo, pero este se agarro de la pared a su espalda. Al soltarse comenzó a caminar, su
paso era lento y torpe, cojeando un poco de su pierna derecha.
Chico ¿De verdad no quieres ayuda? — Camino a su lado, con una mirada preocupada
No —
Que respuesta tan seca — Intento burlarse un poco, pero el otro no se soltó ni una sonrisa
— ¿Quiénes de golpearon? —
No te interesa —
¿Me dejas al menos llevarte a un hospital para que te revisen? No pareces estar muy bien

El chico detuvo su paso y por fin volteo a verlo, aunque seguía notándose bastante
desconfiado, su mirada daba a entender que lo estaba considerando. Regreso su mirada al
frente y simplemente asintió, aceptando su oferta. Se alegro que al menos aceptara eso, su
pierna no parecía estar muy bien y la venda de su brazo estaba comenzando a caerse, por lo
que pudo notar en ella unas cuantas heridas. Intento ayudarlo, se acercó, pero fue
nuevamente rechazado.
¿Tienes memoria corta o algo así? No me toques —
Si… probablemente debiese dejar de ser intrusivo con él y dejar que avanzara a su ritmo,
no era una persona que le encantara que se metieran en su espacio personal o en su vida de
la manera en la que lo estaba haciendo él. Su auto estaba a pocas cuadras, en unos cuantos,
con el paso que Kai llevaba pudieron llegar en un par de minutos, que estaba seguro de que
hubieran reducido si el otro hubiera dejado que lo ayudara a caminar, pero solo tenia que
adaptarse a lo que el chico quisiese hacer. También dudo en subirse un par de segundos,
pero luego se rindió y simplemente se adentro en el auto sin siquiera voltearle la mirada.
Era interesante tratar con el chico con un carácter tan fuerte. Mientras iban al hospital,
seguían pasando ideas en su cabeza de como podía ayudarle, si había rechazado tan
fuertemente el ir a un orfanato a con una familia provisional el volver a proponerlo no era
ninguna opción.
Una vez en hospital, paso un rato hasta que el chico fue revisado por los doctores, él se
encargo de todos los documentos de registro mientras eso sucedía. Paso alrededor de una
hora o poco más, donde no tuvo ninguna noticia. Un poco después, por unos de los pasillos,
el chico iba caminando con un par de muletas, su pie vendado daba la impresión de estar
hinchado, El doctor se acerco hacía él, con una mirada que denotaba cierta preocupación y
revisando varios de los documentos que tenia en su carpeta.
El niño tiene un esguince en pie derecho, así que no podrá realizar ninguna actividad por lo
menos un es — Hizo una pausa, volteando una de las hojas de la carpeta. Kai siguió
avanzando hacía una de las maquinas expendedoras para comprar algo — Tampoco parece
estar alimentándose demasiado bien, sus exámenes generales no salieron muy bien ¿Sabe la
razón de los golpes? — Preguntó alzando la vista por fin hacía él.
Parece que tuvo una pelea con otros chicos —
¿Las heridas de su brazo derecho? Son antiguas —
No sabía de ellas —
El doctor parecía dudas de sus respuestas, casi como si lo estuviera acusando de maltrato o
algo parecido. Él soltó un suspiro, bajando su carpeta. De reojo pudo ver como Kai se
sentaba en una silla al lado de la maquina expendedora a tomar la bebida que había
comprado.
¿De verdad no estaba enterado? — Pregunto nuevamente esta vez con un tono un tanto más
insistente.
Lo conozco hace poco, solo lo ayudaba —
¿No es familiar del chico? — Negó rápidamente, la situación parecía complicarse un poco
más cada vez — Si es así, necesitamos que venga un tutor legal del chico —
Creo que eso será un poco complicado… — Sonrió un tanto apenado — Vivía solo con su
padre y él murió hace unos días —
Si el chico esta solo, me temo que tenemos que llevar al servicio social, no puede estar
vagando, poniendo en riesgo su salud —
Eso era malo para el chico, si llamaban al servicio, es seguro que terminaría con alguna
familia provisional o algún orfanato y por su reacción la ultima vez, era lo que menos
quería. Bien, tenía una opción que de alguna manera considero durante un rato, pero no
tenía la menor idea si el chico aceptase, razón por la que ni siquiera se puso a considerarlo.
¿Puedo hablar con el chico primero? —
El doctor asintió, era su ultima opción, tenía que arriesgarse a intentarlo al menos, en esa
situación no perdía nada con intentarlo. Camino hacía Kai, quien mantenía la mirada fija en
suelo mientras sorbia de su bebida, seguía sorprendiéndole la seriedad con la que el chico
podía mantener un perfil serio, también el como se daba cuenta de su ambiente, pues
apenas se acerco unos pasos, este alzo la mirada con rapidez, un tanto amenazante, pero con
la misma velocidad que alzo su cabeza, la mirada amenazante simplemente volvió a ser
seria. Coloco una rodilla en el suelo, poniéndose a una altura un tanto más bajo que el
chico.
El doctor saber que estas solo — Comenzó su pequeño discurso, el chico frunció el ceño,
parece que sabía lo que eso significaba — ¿Puedo proponerte algo? —
Si es alguna idea estúpida como la primera vez, procura que ni siquiera salga de tu boca —
Tan brusco— Soltó una risa suave risa, llevando una mano hacía su corazón, haciendo
parecer como si lo hubiera lastimado — ¿Me permites ser tu tutor? — Silencio total, solo el
paso y vos de las personas alrededor, pero al menos no parecía que la idea fuera rechazada
de inmediato, se la estaba pensando y eso ya era un gran avance — ¿No quieres ser
recogido cierto? Si aceptas puedes vivir en mi casa, realmente hay mucho espacio y a veces
se siente un poco solitario — Una sonrisa amable se presento en su rostro, tratando de que
confiara en él, pero el silencio continuo un poco más.
Las manos del chico se apretaron un poco alrededor de la lata de soda que estaba tomando,
evito por completo su mirada y parecía seguir divagando sobre si aceptar su oferta o no. Lo
entendía, él era casi un extraño que había conocido en una situación un poco desfavorable
para él. Estaba también el echo de que no tuviera confianza en las personas en general, pero
tampoco quería que el chico fuera forzado a vivir en algún lugar donde la pasara mal, de
por sí ya parecía no pasarla demasiado bien en su vida cotidiana y tampoco podía estar
completamente solo a su edad o al menos él no quería que eso pasara.
No cambiara nada, podrás vivir como siempre lo has hecho no interferiré si así lo deseas —
Trato de llenar el silencio que había dejado el chico.
Tendré una deuda de por vida contigo si acepto —
Soltó una risa que pareció sorprender a Kai, él era sorprende. Que pensara en eso en su
situación era incluso un tanto triste. Alzo su mano, intentando llevarla hacía la cabeza del
chico para acariciar su cabello, pero este se aparto inmediatamente, como si fuera un gato
arisco. Lo intento nuevamente, pero esta vez un poco más lento, la mirada del chico estaba
fija en los movimientos de su mano, pero esta vez no se apartó. Dejo una pequeña caricia
en su cabello y luego lo despeino, logrando molestarlo y haciendo que se apartara
nuevamente. Otra risa, de verdad era un gato arisco.
Solo intento ayudar, no me deberás nada, puedes irte cuando seas mayor o hacerme
compañía hasta que sea un anciano — Su sonrisa se expandió mucho más al notar una muy,
pero muy leve sonrisa en los labios del otro chico. Había que estar demasiado atento para
notar esos pequeños detalles. Logro sacarle una sonrisa, eso ya era algo.
No pienso cuidar a un viejo arrugado — Hizo una pausa antes de continuar — Acepto,
supongo que es la mejor opción que tengo ahora —
Yo me encargare de todo, quédate aquí —
Intento volver a acariciar su cabello, pero este dio un pequeño golpe en su mano para
alejarlo. Se, no tenía que forzar nada, todo pasaría de manera orgánica mientras el tiempo
continuara pasando, si intentaba avanzar rápido únicamente molestaría al otro. Se despidió
momentáneamente, agitando su mano mientras sonreía regresando hacia donde se
encontraba el doctor para hablar con él nuevamente. Estaba contento, desde ese día tendría
compañía en su casa, cuando todos los muchachos se iban, era realmente solitario y
silencioso, le daría un poco más de vida el poder hablar con alguien, aunque fuera una
conversación unilateral.

También podría gustarte