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Lo simple de lo absurdo

Una linda vista, un lindo atardecer tan hermoso y rojizo, aves volando sin más a cualquier destino, una
pequeña laguna sin rumbo con pequeños animales marinos dentro de ella. Que hermosa la vida ¿No?
Algo tan simple, pero perfecto, sin complejos, la vida fluctuando su ciclo sin fin hasta su polo opuesto y
volver a renacer, pero... ¿Cómo que algo no encaja? Hay algo que está rompiendo esa simplicidad, y eso
es... Sí, exacto, un humano, un humano tirado en las profundidades de esas aguas estupefactas ¿Por qué
estará ahí? Tendremos que entrometernos a solucionar esa falla a lo sencillo de este ciclo ¡Vamos a por
ello! ¿Quién será ese sujeto? Tal vez tendremos que ayudarle, sin embargo primero tendremos que saber
su historia ¿No? El porqué de estar ahí y ayudarlo a ver lo absurdo.

¿Listo? Aquí vamos.


David, un chico con una vida algo turbia y lleno de problemas, un adolescente que vive la vida con
complejos. Él no ha tenido una vida muy de color de rosas, ha tenido una infancia muy dura. Tenía
padres que abusaban de el verbal y físicamente desde que inició su vida. Su casa no era su lugar seguro
y lo peor de todo tampoco en su escuela, los niños le hacían bullying por su color de piel y por ser "el
rarito de la clase". Él no sentía ser parte de ningún grupo, solo quería encajar en algún lado, pero
lastimosamente a donde quiera fuera su pieza del rompecabezas no encogía con ninguno de ellos.

David le gustaba pintar, era su único lugar donde no era juzgado por nadie, ni por su padre diciéndole
ser un inútil, ni por su madre que lo corría como escoria, ni por sus compañeros por ser diferente, él
simplemente se dejaba llevar en su propia burbuja, resguardado de la crueldad humana. Tan solo era un
niño, un alma pura llena de inocencia siendo atormentada por la ferocidad de las llamas del ser humano.
Llegó el día, el niño creció, el niño ya no es más niño, él ya es un adolescente y como todo adolescente
empieza a ver con más claridad por el baldazo de la melancólica realidad que tenía en frente de sus ojos.
Él ya no más un niño pronto empezó a darse cuenta de lo mala que fue la vida con él.
Una noche normal en una ruidosa ciudad llena de contaminación lumínica y gente yendo de aquí para
allá, riéndose, divirtiéndose, gritando, entre otras actividades dudosas de su legalidad. En un pequeño
departamento no tan lujoso y con algunas paredes llenas de humedad y cucarachas caminando se
encontraba una habitación de un adolescente, este estaba tranquilo dibujando una especie de atardecer
con una laguna brillante y sofisticada además de unas pequeñas aves volando en el cielo hasta que otra
presencia se asomó y ese era... Su padre.
— ¡Niño estúpido! Porque no te pones a hacer algo más productivo en vez de estar tonteando con
pinturitas ¿A caso eres una nena? Ve a estudiar y mejorar tus nefastas calificaciones que así no tendrás
ningún futuro — cortó su línea para respirar y apuntar al chico — Para que sepas una cosa, si no te
pones las pilas con la escuela te echaré a la calle ¿Me entendiste? — El niño lo miró cabizbajo por unos
milisegundos y volvió a echar la cabeza para abajo — ¿Te atreves a mirarme? ¿Quién te dio el permiso?
A ver si te doy una lección — Terminó su frase y agarró fuertemente del brazo al niño para pararlo
luego agarró su dibujo y se lo rompió en sus narices para después agarrarlo de los pelos y decirle algo
cerca de su oído — Si no vas a aportar nada en esta casa que te quede claro que yo mismo con mis
propias manos que ves ahora mismo te golpearé hasta derramar la última gota de tu miserable cuerpo
¿Me entendiste? — el padre lo fulminaba con la mirada para que luego el pobre chico asistiera con la
cabeza tragando como podía su propia saliva — Más vale que me hagas caso o ya sabrás lo que te
espera — el hombre se fue golpeando la puerta dejando al adolescente tirado en el piso con su dibujo
que pintó con tanto esmero destruido en el piso dejando ir toda la poca esperanza que tenía para luego
empezar a sollozar silenciosamente guardando todo su dolor dentro de su vacío ser. Ya cuando las
lágrimas cesaron y ya no se asomaban el chico trató de arreglar su dibujo en sumo silencio.

Los días continuaban su ciclo y los ojos de David cada vez se veían más apagados y apagados hasta no
ver ni un rastro de luz en ellos. Él con tan solo 13 años se sentía solo, como un lienzo en blanco siendo
él el único pintado en esa soledad desierta. A donde quiera que fuera sentía que no merecía nada de
amabilidad de ninguna persona, se sentía culpable, culpable de ser inútil, culpable de no encajar,
culpable de ser un egoísta en la vida por querer ser alguien en el mundo, solo quería desaparecer sin
dejar rastro de su presencia.
A donde quiera que fuera él no encajaba, pero había algo que le hacía mantener la esperanza de vivir y
ese era Sebastián, su pequeño y tierno peluche. Siempre conversaba con él cuando se sentía mal o
quería simplemente atención de ser escuchado, nadie sabía de él, solo sus padres y a ellos no les
importaba en absoluto que hiciera con él.
— Sebas, quiero contarte algo — miró al peluche dando a entender que lo escuchaba — Hoy vi a mi
mami muy triste, gritaba y lloraba que parara, pero mi padre seguía haciendo algo muy raro con ella, era
como si la montara y su pequeño cosito entraba dentro de ella — el pequeño niño miraba triste y
impotenciado por la situación a Sebastián — yo quería que dejara en paz a mamá, se veía que sufría
mucho cuando papá hacía eso así que yo me metí a la habitación a defenderla, pero... Ya sabés, lo de
siempre, papá me golpeó y mi madre me decía que era problema suyo y no me entrometiera. No
entiendo por qué mamá se deja, si yo fuera ella enfrentaría a mi padre, pero ella nunca lo hace y solo me
echa la culpa a mí por ser el culpable de que su vida se arruinara — David agarro el muñeco para que lo
viera a él — no entiendo a mi madre, a veces hace cosas raras como pincharse una aguja en el brazo y
luego se duerme ¿Sabes? Solo quisiera que ella me amara un poco y que papá se vaya de nuestras vidas,
él es muy malo. Yo sé que en el fondo mi madre me quiere. Lo sé porque a veces me abraza llorando
diciendo que es lo único que tiene que ser de ella ¿Pero por qué me golpea si me ama? No lo entiendo
— luego de esa larga charla en donde solo hablaba el pequeño apagó la luz y se resguardó en la cama
abrazando su pequeño peluche de osito.

David ya a sus 15 años era un chico muy solitario, no tenía amigos, nadie le prestaba atención y lo
miraban raro. Su madre hace 2 años se había suicidado diciendo que lo amaba mucho para luego
colgarse de una soga en su habitación. Él no quería hablar mucho de eso, le dolía mucho y más estar con
su abusivo padre que le obligaba a ser el mejor de la clase para tener un buen futuro y largarse de la
casa. Él en su mente tenía una gran tormenta, ya no se reconocía a él mismo ¿Quién era? No lo sabía
solo creía que estaba perdiendo la poca cordura que tenía gracias a su propia miseria que le destruía
lentamente y dolorosamente como un psicópata homicida que disfruta del sufrimiento del cordero en sus
lamentos por luchar en subsistir en sus pocos cabales y últimos alientos en que ya va a atravesar hacia
otro plano existencial.
Él muchas veces había intentado suicidarse, pero todas esas veces fueron intentos fallidos de su
mediocridad.

"Estoy cansado de vivir" pensaba en su mente David mientras estaba tirado en su desordenada cama
"¿Por qué sigo vivo? A veces quisiera dormir hasta no volver abrir los ojos nunca más".

El adolescente de 15 años relataba en su diario todo lo que sentía "Ya ni encuentro el sentimiento
indicado para describir lo que siento en el vacío de mi ser, porque sí, soy un cascarón sin su pulpa, algo
tan hueco que ni puedes encontrar a nadie en ese deshabitado desierto en mi recóndito ser ¿Dónde estaré
yo? Esa es mi mayor pregunta de todos los días, capaz ese yo ya se fue hace mucho, capaz ese yo ya
morí hace mucho tiempo sin dejar artilugios para saber si alguna vez estuvo. Ese pequeño niño ya se fue
hace bastante tiempo y no dejo ni el rastro para averiguarlo si alguna vez existió o simplemente
desapareció. Lo única que me queda es mi orondo cascarón, es tan resistente que es lo único que quedó
de mi ser y lo único que puedo hacer con ello es llenarlo con falsedades, falsos sentimientos, falsas
actitudes, lo único que queda es ser un asqueroso mitómano para llenar mi ahuecado ser y pensar que si
soy alguien.
Vagando en mis miles de pensamientos continuos sin pausa se encontraba un gran miedo, y ese era
quedarme solo ¿Por qué tengo miedo a quedarme solo? ¿Será que necesito estar rodeado para llenar mi
soledad? ¿O aunque haya gente a mi alrededor se sigue sintiendo un desierto muy repetitivo y aburrido?
Sinceramente nunca me gustó estar solo, tuve que amar a la fuerza la soledad aunque esta me diera
terror. Tuve que abrazar forzadamente a la soledad y dar una danza con ella con un pequeño y corto
vals. Tuve que llevarla a tomar un café conmigo ¿Por qué me persigue tanto? ¿Está obsesionada
conmigo?

Nunca entendí la soledad, a donde quiera que vaya y aunque este rodeado de cientos de personas ella
seguía fluyendo en mi ser acompañándome hasta la eternidad. Yo no la quiero, no me gusta, siento que
es un amor tóxico hacia mi persona en la cual ella no se despega de mí. A pesar de hacer miles de cosas
escondiéndome de ella siempre me miraba en un rincón tratándome de comprender porqué no la quería
y yo ignorandola aunque siguiera ahí.
Al final de cuentas aprendí como un click en el cerebro que había algo que no estaba notando, y es que
siempre me sentí en soledad, que la soledad no significaba estar solo, que también podía sentir soledad
rodeado de gente. Ahí lo comprendí, no es el miedo a estar acompañado de la soledad, ella no tiene
porque ser mala, pero tampoco buena, la verdadera razón es que sentía un vacío en mí, un vacío que
necesitaba llenar.

A pesar de estar rodeado de muchas amistades y conocidos estás relaciones tenían muchas carencias y el
vínculo no era el más justo y equitativo ¿Por qué estar rodeado de gente a la que no le intereso? ¿Por
qué estar rodeado con gente que ni le importa si estoy bien o mal? Al terminar ello vas entendiendo que
en realidad no vale tener cantidad si va a abundar la falta.

Tengo que tener cuidado con la soledad, si bien no es mala ni buena el exceso y vicio a ello te puede
absorber, una vez que te sientes cómodo con ella te costará mucho salir de sus brazos ". Luego de
terminar las últimas palabras cerró el diario y se sumergió en su cama para esperar a conciliar el sueño
mientras su mente lo martirizaba con miles de pensamientos sin un fin.

Caminando sin rumbo David llegó a una laguna grande coloreándolo un hermoso atardecer avisando
que la noche se estaba por asomar — Esto se terminó, gracias Dios por todo, pero aquí llegue. Ya no
puedo más con tanto dolor. Lo siento por no ser útil en esta vida, lo siento por simplemente sobrar en
ella. Nos vemos Sebastián. Sigue la vida sin mí por favor, sé que tú serás más fuerte que yo, yo ya estoy
roto y no sirvo para esto — miraba con los ojos acuosos y moqueando a su querido y gran amigo de
toda su vida — Fuiste lo mejor que me pasó en mi vida. Nos vemos amigo — depositó a su peluche
marrón en el césped y luego se sumergió en las tranquilas aguas de la laguna escuchando una paz que
nunca en su vida pensó sentir, era tan tranquilo y silencioso, tan acogedor y placentero que pronto se
hundió hasta lo más oscuro de las aguas dejando de sentir todo lo exterior, solo oscuridad total y
silencio.
¿Sabes? Él nos da a reflexionar muchas cosas ¿No crees? Fue triste su vida y nunca disfrutó nada de
ella, pero... ¿Y qué tal si hubiera sido distinto esta historia? Tal vez algo que no nos dimos cuenta antes
¿Quieres ver la otra cara de la moneda? ¡Aquí vamos!

David sin rumbo aparente y sumergido en su mente llegó a una laguna grande y solitaria, había un lindo
atardecer hermoso y rojizo, pero había alguien allí, un hombre o más bien un anciano al cual vio y él
también — Hola jovencito. No te ves muy bien ¿Quieres acompañarme a pescar? No tengo a nadie
conmigo a mi lado, me vendría bien una compañía — el joven simplemente asintió y se sentó al lado de
ese extraño anciano con cara simpática y con buenas intenciones — ¿Y bien? ¿Qué te ha sucedido hijo?
Esa cara cuenta mucho a que no estás muy contento ¿No? — el hombre seguía con su caña mirando a
las aguas pacíficas — Parece que no quieres hablar ¿Eh? No importa chico, si no quieres hacerlo está
bien ¿Quieres ayudarme? Tengo otra caña para prestarte. Me vendría muy bien una ayuda — el
adolescente simplemente asintió y agarró la caña que le ofrecía el amable viejo — Lindas vistas ¿No?
Algo tan hermoso y simple como la naturaleza, el sol ocultándose, las aves volando para algún rumbo y
las aguas tan pacíficas como siempre — Te puedo hacer una pregunta señor — David por fin habló a lo
que el hombre pacientemente le responde con una afirmación — ¿La vida tiene sentido? — Vaya
pregunta muchacho. Mira te diré una cosa y espero que me prestes atención. La vida no tiene sentido es
como quererle darle sentido a lo absurdo es como preocuparse por algo que no deberíamos darle tanta
importancia y aceptarla tal y como es — terminando de decir esas palabras el joven se quedó confuso y
preguntó — Entonces... ¿Hay que joderse y aceptar que nada tiene sentido? — el señor se dio una
pequeña carcajada amable — Exacto niño. El absurdo deja de serlo cuando lo aceptamos tal y como es
y dejamos de pensar que hay cosas que hacen que la vida tiene algún sentido. Según Camus solo se
suicida el que anticipadamente buscó darle algún sentido a la vida. En cambio el que acepta lo absurdo
vive con él — al finalizar el chico lo miraba aún más confundido y con el ceño fruncido — Oh vaya, ese
tal Camus no te da muchas ganas de vivir que digamos — el hombre se rio aún más que la última vez —
Querido estás muy equivocado, Albert era todo lo contrario, estaba en contra del suicidio e incluso era
vitalista. Que la vida sea absurda no significa que debamos caer en la apatía más profunda. El mundo es
como un mar sin respuestas no quiere decir que nos debemos rendir ante la vida tenemos que aceptar y
afrontar toda su intangibilidad — a lo que luego de ello el joven le preguntó — ¿Y cómo podemos vivir
en un mundo sin sentido alguno sin sufrir en el intento? — el anciano lo miró y luego respondió —
¿Sabes? Un hombre muy sabio llamado Marco Aurelio decía "no puedes evitar que los pájaros de la
tristeza vuelen sobre tu cabeza, pero puedes evitar que hagan nido en tu cabello" —. — ¿Y qué significa
eso? — pacientemente el hombre le volvió a responder a sus innumerables dudas — Esta frase nos
enseña que aunque no siempre podemos controlar las circunstancias externas, si podemos controlar
como reaccionamos ante ellas. Nos invita a cultivar nuestra destreza mental y a no permitir que los
problemas se conviertan en una carga permanente — después de ello el joven siguió con sus incógnitas
— ¿Cómo puedo llegar a hacer eso? —. La sofisticación es la clave a través de la simplicidad y a
valorar la elegancia en todas las cosas. Encuentra la belleza en la simplicidad y busca la excelencia. —
¿Cómo lo puedo hacer si estoy rodeado de gente que no me quiere y me ven como un bicho raro? —. —
Uno de los más grandes problemas para el desarrollo personal es la gente pesimista, la gente gris y
tóxica que tiene falta de valentía en busca de sus sueños y entonces intentan que otros tampoco lo hagan
porque eso sería dejar al descubierto sus carencias y mediocridades. Sí, tú también puedes ser uno de
ellos, pero no tengas miedo. Los límites no están en las personas, están en los entornos. Seguramente
piensas que no eres la gran cosa, pero eso no es verdad, esas son tus creencias. Tus límites son los que te
pones tú con tus propias creencias. Si tú te crees inútil, esa inutilidad es tanto para bien como para mal.
Esos límites que te pones son nuestros no algo que ya viene con nosotros desde antes, sino el resultado
de nuestro entorno. Nuestros límites es como una especie de Software, todo el transcurso de nuestra
vida en lo que oímos verbalmente o lo que visualizamos. Tus creencias limitantes reflejan tu autoestima.
Si te ves capaz de hacer grandes cosas o grandes metas eso sucederá y si te ves insignificante para
alcanzar metas altas nunca las alcanzarás. Vivir con una baja autoestima es como andar en el mundo
atado de pies y manos, las posibilidades de avanzar son casi escasas. Tu autoestima es la reputación que
tienes de ti mismo. Como te ves como producto y si no te gusta lo que estás proyectando es que no te
comprarías a ti mismo y dado al caso tampoco los demás. El como te tratan las personas es un reflejo de
como te tratas a ti mismo. Tu vida es un reflejo del inconsciente, una manifestación de tu inconsciente.
Por eso el mejor reto es cultivar hábitos mentales sanos. Si tus creencias son limitantes da igual lo duro
que trabajes porque tus resultados serán pobres. Hay dos tipos de personas, las que creen que las cosas
suceden y las que hacen que las cosas sucedan. La mayoría son el primer tipo. Al humano le gusta
justificar el porqué de porque su vida no va como a ellos les gustaría que fuera y lo hace usando
diversas excusas, los políticos, las crisis, la educación o cualquier otro factor. Abundan la gente experta
en culpar la habilidad. Cuando uno decide hacerse responsable de su vida todo cambia a su alrededor.
Hay cosas que no se pueden cambiar como el clima, pero lo que uno puede hacer es coger un paraguas
si llueve, abrigarse bien si hace frío o poner el aire acondicionado cuando hace calor. El clima no puede
ser el inconveniente para encontrar la excusa de quedarse en casa a que salga el sol. No hay nada peor
que no hacer nada — el anciano dio una pausa para luego mirar al joven para proseguir — No te rindas
jamás. Lo peor que te puede pasar en la lucha por tus metas es darse por vencido. Hay un momento en
la vida que se cambia para mal... Cuando uno se resigna — pausó de nuevo para seguir en ello con una
mirada seria — Nunca, nunca, nunca pierdas la fe en ello. A lo largo del camino hay muchos momentos
de desesperación, de dudas, de bajones emocionales. Asúmelo como parte del proceso. No te detengas y
sigue a por ello. Cada vez que sigas insistiendo en intentar tus probabilidades de éxito aumentan cada
vez más. El trabajo más duro es no rendirse —. — Guau, señor usted es muy sabio ¿Cómo aprendió
todo eso? —. — Niño, vivir es la propia experiencia. Mientras más vives o más te pasan cosas que para
muchos pensarán que son malas o infortunios de la vida más aprendes y reflexionas. Cada uno debe
elegir uno de los dos dolores, el dolor de la disciplina o el dolor al arrepentimiento —. — ¿Pero cómo
puedo empezar? —. — Al principio será muy duro jovencito, todo el inicio de algo es doloroso porque
dejamos muchas cosas atrás de las cuales vamos a sentir mucha nostalgia, pero lo importante es dar el
primer paso. Trata de darte más relevancia e importancia. La única persona que te acompañará en toda
la trayectoria de tu vida serás tu mismo, tú serás tu propio compañero de vida. No significa ser más
egoísta si no ser más consciente de lo importante que somos en nuestra vida y que somos lo único que
nos quedará hasta nuestro lecho de muerte —.

A lo largo de la charla el tiempo pasaba y la noche se asomaba y eso indicaba la hora de que el anciano
ya se tenía que despedir. Antes de eso David quiso preguntarle el nombre a ese anciano lleno de
sabiduría — ¿Cómo te llamas? — a lo que el señor responde — Mi nombre es Alfred —. — ¿Cómo
puedo verte de nuevo señor? — el hombre lo mira con una sonrisa — Jovencito, mi trabajo ya está
hecho y mi destino ya está marcado. Esto es un adiós para siempre, pero antes de ello quiero darte algo
— el hombre le deja en la mano al joven una muy pequeña piedra de esmeralda — esto te servirá más a
ti que a mí. Espero que aprendas mucho de ella — el viejo le dio una sonrisa sincera y se fue caminando
dentro de una mata de árboles que pronto desapareció sin más hasta dejar un brillo al final dejando a
David con determinación.

David, inspirado por las lecciones de Alfred, decide enfrentar sus problemas y buscar un cambio en su
vida. Comienza a aplicar los principios que aprendió, como cultivar la mente, enfrentar las
circunstancias y superar las limitaciones autoimpuestas. A medida que David se embarca en este viaje
de autodescubrimiento, encuentra pequeños éxitos y experimenta un cambio gradual en su perspectiva.
A medida que pasaba el tiempo David le costó y le siguió costando luchar hacia la llamada tranquilidad,
aprendió a valorar más la sintonía de la vida y de sus pasatiempos para estar en el aquí y ahora con
paletas llenas de colores, trazos de pintura en todo su lienzo. Aún así su lucha todavía no terminaba,
quedaba seguir sobreviviendo y afrontar todo el sufrimiento de por medio. Él no quería el dolor del
arrepentimiento, disfrutaba más de su disciplina a encontrar en el sufrimiento del duelo, no es que sea
masoquista, encontraba el disfrute en sus pequeños y grandes logros que se proponía cada día valiendo
la pena todo lo perdido para encontrar lo nuevo.
El adolescente de 16 años casi por cumplir sus 17 empezó a mostrar su arte en su escuela mostrando su
gran destreza y talento para ello llamando la atención de alguien, era uno de sus profesores de arte que
cada vez se le iluminaban los ojos al ver los trazos perfecto y detallados de uno de sus alumnos. David
ya lo conocía desde antes, vivía en su vecindario, pero nunca tuvo la posibilidad de conversar con él. —
Muchacho ¡Maravilloso! Últimamente has mejorado bastante en las pinturas ¿Qué te hizo cambiar? — a
lo que el joven le responde — Sinceramente tampoco lo sé yo, simplemente fui constante con lo que me
apasiona. No creo ser el mejor de todos, pero disfruto mucho al hacerlo —. — Me encanta tu destreza
David, estaría muy contento si me hablaras más sobre el tema ¿Quieres algún día venir a mi casa a
tomar una taza de té y conversar sobre tu talento y esfuerzo? En la escuela se me hace difícil ayudarte a
ser más conocido al estar ocupado, pero estaría ideal exprimir todo ese talento nato que tienes amiguito
—. — Gracias profesor Gabriel, estaría encantado de hacerlo. Cualquier día que esto podríamos vernos
¿Tú eras el vecino del número 367? Siento que te he visto antes. — Claro, yo también te he visto chico,
pero nunca se dio la oportunidad de conocernos—. El hombre y el adolescente siguieron conversando
hasta que se le hizo tarde al profesor para una clase y tuvieron que lamentablemente dejar ahí la plática
despidiéndose al final para verse en el edificio.
Gabriel es un artista retirado que vive en la misma comunidad que David. A pesar de haber enfrentado
sus propios desafíos en el pasado, ha encontrado la paz a través del arte y la superación personal.
Gabriel descubrió el talento de David cuando vió algunas de sus obras expuestas en la escuela y se
acerca para ofrecerle orientación. Al final se hicieron grandes compañeros y ayudó al joven a hacer más
conocidas sus obras.
En el departamento del señor Gabriel este estuvo unas par de horas a ayudar en corregir pequeños
errores en la obra que estaba terminando de colorear David mientras el le hacía caso. Estos dos pasaron
tanto tiempo juntos en ese nuevo año del adolescente que empezó a verlo con una mirada más paterna a
su profesor, este sabía por lo que estaba pasando con su padre y como cada vez se deterioraba su
relación entre padre e hijo. Hubo varios días en los que el joven tuvo que escapar de las garras de su
figura paterna cuando volvía alcohólico refugiandose en su departamento. Este siempre consolaba en
sus peores momentos al chico creando un mejor vínculo con él.

En el cuarto del adolescente este estaba concentrado en su obra más importante, esta era para un gran
concurso internacional en su pueblo y quería ganar a toda costa, pero no contó con un infortunio en ello
y eso era… su padre. — ¿Qué te he dicho de dejar esa porquería? ¿Eh? No lograrás nada con ello. Te
vas a morir de hambre y yo no quiero un inútil pintor en mi propia casa — este se acercaba ferozmente
para empujar a David que trataba de defenderse con sus brazos. — A mí no me mires con esa cara,
sabes muy bien que en esta casa el que manda soy ¡Yo! Si vas a seguir con ese jueguito de niñas te vas
de esta casa ¿Oíste? — el padre empezó a agarrarlo de los pelos para tirar de ellos con ferocidad, luego
lo estampo contra la dura pared —. — ¿Qué prefieres niño estúpido? ¿Lárgate de esta casa para morir
de hambre o hacerme caso y empezar a hacer algo más productivo? —. El hombre lo miraba con ojos
furiosos y esparciendo palabras como una cuchilla — ¡Responde inútil de mierda! No tengo todo el día
— David agotado del maltrato de su padre por fin quiso abrir todo lo que guardó en todos estos años
contra este. Se levantó y miro a su padre con repudio — ¿Sabes qué papá? No me importa la mierda que
me digas, prefiero irme de esta casa y ser feliz sin ti que sufrir en tu absurda mediocridad. La única
basura idiota en esta casa eres ¡Tú! Solo muestras debilidad al querer pisotear a los más débiles para
llenar tu orgullo y narcisismo. Al final la única mierda siempre eras tú, pero te digo una cosa, ya a mí no
me pisotearas nunca, ve a buscar a otra persona al quien denigrar para hacerte sentir mejor, pero
conmigo ya no cuentas más. Adiós papá, espero que algún día te ames un poco más para no buscarla en
otros—. Al finalizar el padre se quedó sin palabras mirándolo como recogía sus cosas de su cuarto y
largarse de la casa para siempre sin dejar rastro.

David con los ojos acuosos fue de camino al departamento de Gabriel para pedirle ayuda y un lugar en
su casa hasta que pueda independizarse, era el único al cual confiaba y sabía de su situación, así que
pensó que sería lo correcto. Al abrirle la puerta el profesor miró sorprendido el estado del chico
entendiendo la situación al ver todo lo que llevaba el joven. — Ya no puedo más Sr. Gabriel, no aguanto
este dolor ¡Por favor, déjeme estar al menos unos días en su departamento! Juro ayudarlo y no
estorbarlo. — Niño está bien, el problema no es eso, en cambio me alegra que hayas salido de ese
entorno tan abusivo y pedirme ayuda. Yo estaré encantado de tenerte aquí. Acá lo único importante es
como estás tú. Dime que sientes — David lo abrazó para calmarse un poco y después hablar — Lo
siento señor, pero me está costando esta lucha ¿Por qué no puedo ser feliz en esta vida? ¿Tan miserable
soy para no merecerla? — los dos sentados en un sillón de cuero lo miró el hombre para responder —
David, la felicidad no es un destino final, sino un viaje continuo. Has demostrado una fortaleza
impresionante al enfrentar tus problemas y seguir adelante. La miseria no define quién eres; tu valentía
y determinación son mucho más poderosas. Ahora, en este nuevo capítulo, aprende a reconstruir tu vida
con las lecciones que has adquirido.

Gabriel apoyó a David durante esos días difíciles, brindándole un refugio seguro y aliento para seguir
adelante. Juntos, trabajaron en las pinturas para el concurso internacional, convirtiendo el arte en un faro
de esperanza y expresión personal.

En una tranquila tarde, mientras trabajaban en la obra, Gabriel compartió su propia historia de
superación con David. Habló de cómo el arte le había proporcionado una vía para liberarse de las
cadenas del pasado y encontrar una paz interior duradera. Este intercambio fortaleció aún más el vínculo
entre ambos.

La noche del concurso finalmente llegó, y David, a pesar de los desafíos, presentó una obra maestra que
reflejaba su viaje emocional. El jurado quedó impresionado, otorgándole un destacado reconocimiento.
En ese momento, David sintió una profunda satisfacción y entendió que la verdadera recompensa estaba
en el proceso de creación y autodescubrimiento.

A medida que David continuaba su viaje, el arte se convirtió en su refugio y medio para transmitir sus
experiencias. Su historia se volvió conocida en la comunidad, inspirando a otros a enfrentar sus propios
desafíos. La relación con su padre se desvaneció, pero David encontró una nueva familia en las personas
que lo apoyaron, especialmente en Gabriel, quien se convirtió en un mentor y figura paterna.

La historia de David es un testimonio de cómo la resiliencia, la pasión y la búsqueda constante de la


felicidad pueden transformar incluso las circunstancias más difíciles. Su viaje no termina aquí, pero
cada capítulo le enseña valiosas lecciones de vida.
Ahora quiero que tú me escuches lector. Sí, soy Alfred y quise que leyeras esto para que reflexiones y te
des cuenta hasta dónde estás llegando con tus acciones y pensamientos. Si estás pasando por un
momento crucial de tu vida trata de ver el camino de la lucha y disciplina. La vida no es tan oscura
como todos pensamos "sufrimos más en la imaginación que en la realidad" depende de ti si vas a tomar
la decisión de conducir tu propio auto o dejar que los demás lo hagan y no ser tu propio conductor de tu
vida.

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