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Sabrá usted, profesor, que me pidió realizar un cuadro sinóptico del contenido del primer libro

de la Metafísica de Aristóteles; cosa que he estado haciendo harto rato ya: las cosas se me han
venido cuesta arriba ―mi familia, mi trabajo, mis amigos― todo ha influido a desestabilizar
mi vida en términos generales ―mi espíritu y mi pobre alma―, nada me queda que pueda ser
algo valioso, pues mi tiempo, que es estéril ahora, háyase subyugado por cuantas aflicciones
conforman mi vida. Como fuere, creo que me he atenido a sus exigencias y ahora, aquí, entrego
finalmente mi trabajo que es un muy modesto cuadrito de aquello que logré rescatar de la Meta-
física, nada realmente complejo; de hecho, si bien es cierto que Aristóteles dedica como ocho
capítulos a la crítica de los filósofos precedentes a él (a su doctrina), me parece a mí que el con-
tenido real de su Metafísica son la doctrina de las primeras causas y el concepto positivo de
Sabiduría en cuanto que ciencia. De ahí en más, su comentario a los filósofos anteriores me
parece más bien una forma de justificar esto; de aquí el que mi cuadro tan sólo trate ello: la
doctrina de las primeras causas y el concepto positivo de Sabiduría. Nada más que añadir, espe-
ro que mis maneras y mis modos le sean correctos ahora y verdaderamente disculpe mi tardan-
za (no soy vago, es sólo que he estado a merced de las circunstancias que no son mis amigas
harto rato hace ya).

Domingo 11 de diciembre del 2022, 9:51 a. m.;


Zamora, Michoacán de Ocampo.
Eduardo Reyes Echevarría.
Eduardo Reyes Echevarría,
a domingo 11 de diciembre del 2022.
Jerson Solís Montelongo;
Historia de la Filosofía Antigua,
cuadro sinóptico del primer libro de la Metafísica de Aristóteles.
Licenciatura en Filosofía,
Universidad Vasco de Quiroga.

El siguiente cuadro se lee así: de izquierda a derecha, todo los conceptos están enumerados,
apostados a todos ellos hay una llamada que significa su definición (las cuales [las llamadas]
las estaré apostando debajo de este preliminar), a su vez, en algunos casos adjunté, mediante
una subscripción, el capítulo del libro en que se puede hallar más precisamente su definición y,
seguido del número del capítulo en romanos, escribí en arábigos las páginas que yo mismo co-
tejeé; las relaciones discursivas entre los conceptos se constituyen, gráficamente, mediante el
guion largo o la «raya» y, de hecho, éstas mismas pueden cotejarse consiguiendo la numeración
de las significancias en cuanto que llamadas.

Cdr. 1 (adjunto el cuadro sinóptico como una imagen aparte por motivos de espacio).

BIBLIOGRAFÍA:

Aristóteles (1994) Metafísica, Ed. Gredos, Madrid.


________
(1).―El saber (como un hecho: el hecho del saber), Aristóteles lo describe tal que tres ins-
tancias consecuentes: la sensación (o «αἴσθησις»), la experiencia («ἐμπειρία») y el conocimien-
to («ἐπιστήμη»).
(1.1).―La sensación ―la apercepción sensible, estética― no es conocimiento alguno, sino
mera impresión de los sentidos de un fenómeno presente.
(1.2).―La experiencia consiste en la comparación de las percepciones ulteriores semejantes
y que, en su coyuntura religiosa, generalmente devendrán en conocimiento.
(1.3).―El conocimiento (ἐπιστήμη) es un «saber» metonímicamente.
(1.31).—Una vez tengamos conocimiento, a este conjunto de saberes, a esta sapiencia propia
de alguien en tanto que éste sea sapiente o practicante de dicha ciencia, lo denominaremos (al
conjunto de conocimientos) «arte» (τέχνη). Es arte como podría decirse «es disciplina», se trata
de un adquirir conocimiento útil para un fin; Aristóteles distingue dos clases de fines: aquellos
fines fuera del conocimiento en sí y aquel fin que es el conocimiento en sí. Todas las artes así,
son artificiosas: son, pues, productivas.
(1.311).—Las artes trascendentales son aquellas que tienen su fin fuera de sí (del desarrollo
de sus mismas ciencias), hay, por supuesto, dos tipos (según Aristóteles): las que tienen por fin
la producción de bienes necesarios y las que tienen por fin la producción de bienes placenteros.
(1.3111).—Véase, por ejemplo, la medicina o la agricultura.
(1.3112).—Véase, por ejemplo, el cine o la danza.
(1.312).—Las artes teoréticas son aquellas que poseen fin en sí mismas: son las artes con-
templativas. Éstas se desarrollan a fin a sí mismas: aunque después tienen infinidad de aplica-
ciones, éstas se cultivan a causa suya. Por ejemplo: las matemáticas.
(1.3121).―La sabiduría, en Aristóteles, es la ciencia máxima: la disciplina cuyo objeto es el
conocimiento de las causas y los primeros principios. Es la ciencia más universal, la más exac-
ta, aquella verdaderamente escible y a la que se encuentran subordinadas todas las demás.
(1.31211).―Es universal en tanto que, al tratarse de los primeros principios y las causas en
general, hay en ella conocimiento sumario al respecto de todo lo que es; así se puede llegar a
conocer todo conforme a dichas condiciones.
(1.31212).―Esta ciencia es dificilísima de adquirir, pues es ella misma absolutamente ajena
a los sentidos: al ser generalísima su estudio consiste en la abstracción absoluta de los hechos.
(1.31213).―Este saber es exactísimo, pues dicha ciencia, al tratar los primeros principios,
parte de un número más bien pobre («simple» en este sentido) que complejo en cuanto a los
mismos.
(1.31214).―Además, esta ciencia es máximamente escible, y cuando digo que es verdade-
ramente escible quiero decir con esto que difiere del resto de ciencias pues aún cuando en éstas
haya un interés objetual intrínseco, lo cierto es que dichos intereses pueden ser, o bien naturales
o bien subjetivos; mas sin embargo, en dicha ciencia (en la Sabiduría), aquello es esencial a la
disciplina misma: no puede haber sabiduría que no se pretenda a sí misma, pues es objeto de sí
por definición.
(1.31215).―Todas las demás ciencias están subordinadas a ésta, pues ésta, al tratar los pri-
meros principios y las causas generales de todo lo que es, lo determina todo en cuanto que es,
de tal modo que sólo se puede llegar a conocer lo que es a partir de tales determinaciones esen-
ciales.
(1.312111).―Cuando digo «primeras causas», digo «causa» en un sentido literal y digo que
son «primeras» porque hablamos de determinaciones esenciales de la cosa en sí.
(1.3121111).―La primera de las causas que Aristóteles distingue (y que trata [todas las cau-
sas] más precisamente en la Física) es la causa esencial, bien podría entenderse como la enti-
dad o «lo entitario de una cosa», cuanto su definición pretendamos.
(1.3121112).―La segunda causa es la materia, la materia como aquello que hace de la cosa
la cosa; dice Aristóteles: «el sujeto».
(1.3121113).―La tercera es la causa eficiente: «aquello de donde proviene el movimiento»,
cuanto por «movimiento» entendemos «cambio»; aquello que actualiza la cosa.
(1.3121114).―Y la cuarta causa es el fin ―la causa final―, esto es: hacia lo que tiende el
movimiento de dicha cosa.
(1.31211121).―En cuanto a la causa material corpórea, Aristóteles refiere a los antiguos
filósofos quienes pensaban en el arjé de tal modo: Heráclito imaginó el fuego, Tales el agua y
Anaxágoras la infinitud de los cuerpos homeoméricos.
(1.31211122).―Y respecto a la materia incorpórea: Platón imaginó lo Grande y lo Pequeño
y los itálicos lo indeterminado.

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