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CAPÍTULO 1

Definición del dolor


Taxonomía
Glosario de términos
relacionados con el dolor
Gustavo Illodo Miramontes
Jorge Sobrino Ramallo
Jaime Fandiño Vaquero

1. Definición de dolor
Durante siglos se ha fracasado a la hora de englobar en una sola defini-
ción, la enorme complejidad y multitud de aspectos y variantes que presenta
el dolor.

El término dolor es definido en la última Edición del Diccionario de la


Lengua Española de la Real Academia Española, basado en su etimología
latina (dolor-oris) como: «aquella sensación molesta y aflictiva de una parte del
cuerpo por causa interior o exterior» y también como «un sentimiento, pena o
congoja que se padece en el ánimo».

La definición más aceptada actualmente, es la de la Asociación Mundial


para el Estudio del Dolor (IASP): «es una experiencia sensorial y emocional
desagradable, asociada con un daño tisular, real o potencial, o descrita en tér-
minos de dicho daño».

El dolor se produce cuando llegan a distintas áreas corticales del SNC un


número de estímulos suficientes a través de un sistema aferente normalmen-
te inactivo, produciéndose no sólo una respuesta refleja, ni sólo una sensa-
ción desagradable, sino una respuesta emocional con varios componentes:
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• Componente sensorial-discriminativo: hace referencia a cualidades
estrictamente sensoriales del dolor, tales como su localización, calidad,
intensidad y su características témporo-espaciales.

• Componente cognitivo-evaluativo: analiza e interpreta el dolor en


función de lo que se está sintiendo y lo que puede ocurrir.

• Componente afectivo-emocional: por el que la sensación dolorosa se


acompaña de ansiedad, depresión, temor, angustia, etc. Respuestas en
relación con experiencias dolorosas previas, a la personalidad del indi-
viduo y con factores socio-culturales.

2. Terminología usada en la medicina del dolor


2.1. Definición de términos comunes de dolor
según la Asociación Internacional para
el Estudio del Dolor (IASP):
Alodinia:
Dolor provocado por un estímulo que, en condiciones normales, no lo
provoca. Ante el tacto, presión suave, calor o frío moderado el paciente
experimenta dolor. En la alodinia el estímulo y la respuesta tienen dife-
rente modalidad, a diferencia de la hiperalgesia. La causa que lo origina
no suele ser dolorosa, pero sí lo es la respuesta. Hay una pérdida de
la especificidad de la modalidad sensitiva. De igual manera que en la
hiperalgesia se puede diferenciar una alodinia mecánica y una térmica
según el estímulo utilizado. La alodinia mecánica se divide a su vez en
estática si se aplica un solo estímulo como la presión manual leve que
causa un dolor sordo pesado, y, dinámica por aplicación repetida de
estímulos suaves o por el paso suave sobre la piel de un cepillo, gasa
o algodón, que origina un dolor agudo superficial. La alodinia térmica
puede ser al frío o al calor. Como en la hiperalgesia térmica se desen-
cadena un dolor urente, que se puede comparar con otra región de piel
no afecta y que puede persistir más allá de la aplicación del estímulo.

Analgesia:
Ausencia de dolor ante un estímulo normalmente doloroso.

Anestesia dolorosa:
Percepción de dolor en un área anestésica o insensible.

Artralgia:
Dolor referido a una articulación.

Causalgia:
Síndrome caracterizado por dolor quemante, alodinia e hiperpatía, se-
cundario a una lesión nerviosa traumática.

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Dermatoma:
Segmento sensorial cutáneo correspondiente a una metámera nerviosa.

Disestesia:
Sensación desagradable, espontánea o evocada.

Dolor por desaferentación:


Secundario a la pérdida de estimulación sensorial del Sistema Nervioso
Central (SNC) desde el Sistema Nervioso Periférico (SNP).

Dolor central:
Asociado con lesiones del SNC.

Dolor espontáneo:
Dolor que el paciente experimenta sin aplicar ningún estímulo ni rea-
lizar ningún tipo de maniobra.

Dolor fisiológico:
En el que hay una relación entre el estímulo y la respuesta.

Dolor patológico.
Respuestas anormales a la estimulación dolorosa.

Dolor provocado:
Dolor que aparece en respuesta a estímulos aplicados a una zona deter-
minada o tras realizar una determinada maniobra.

Efecto placebo:
Del latín "placare", satisfacer. Es el nombre dado a los efectos terapéu-
ticos (mejoría o curación de los síntomas de un paciente) derivados del
uso de una sustancia inerte para el organismo o cuya acción no tiene
efecto sobre la enfermedad estudiada. Sin embargo, el placebo puede no
ser un fármaco, considerándose como placebo cualquier procedimiento
que alivie los síntomas del paciente sin tener una acción directa sobre el
proceso que causa la enfermedad. Por ejemplo, administrar anestesia a
un paciente al que se le dijo que se le iba a aplicar terapia electroconvul-
siva (electroshock), o anestesiarlo y hacer una simple incisión en la piel
para luego suturarla en un paciente al que se le dijo que iba a ser ope-
rado. Ambas situaciones han representado efectos placebo en procesos
tan disímiles como la psicosis y la artritis, mostrando beneficios sig-
nificativos en algunos estudios. De este modo vemos como no solo los
fármacos, sino cualquier intervención con fines de tratamiento, puede
tener un efecto placebo.

Estímulo doloroso:
Estímulo que produce daño en un tejido normal.

Hiperalgesia:
Respuesta exagerada a un estímulo doloroso.

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Hiperestesia:
Sensibilidad aumentada al estímulo sensorial.

Hiperpatía:
Síndrome doloroso caracterizado por respuesta aumentada ante un es-
tímulo, especialmente repetido.

Hipoalgesia:
Sensibilidad disminuida al estímulo nociceptivo.

Hipoestesia:
Sensibilidad disminuida a la estimulación sensorial.

Neuralgia:
Dolor en la zona de distribución de uno o varios nervios.

Neuritis:
Inflamación de uno o varios nervios.

Neuropatía:
Alteración patológica de un nervio (mononeuropatía, neuropatía múl-
tiple, polineuropatía).

Nociceptor:
Receptor sensible a un estímulo nociceptivo o a un estímulo que se vol-
verá nociceptivo si persiste.

Parestesia:
Sensación anormal de tipo «calambre» u «hormigueo» espontánea o
evocada.

Radiculopatía:
Anormalidad funcional de una o varias raíces nerviosas.

Sensibilización central:
Proceso patológico que afecta al sistema nervioso central que con-
siste en un descenso del umbral de dolor y una percepción alterada
de estímulos normalmente no dolorosos. Consiste en un estado de hi-
perexcitabilidad neuronal ante un estímulo periférico, de tal forma que
hay una respuesta dolorosa exagerada en intensidad y duración (hipe-
ralgesia), así como la percepción de dolor ante estímulos normalmente
no dolorosos (alodinia).

Tolerancia al dolor:
Intensidad del dolor máximo que podemos soportar.

Umbral doloroso:
La mínima sensación dolorosa que una persona puede reconocer.

Umbral de dolor:
Intensidad mínima de un estímulo que despierta la sensación de dolor.
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CAPÍTULO 4

Grandes tipos de dolor

Gustavo Illodo Miramontes


Elena Rojo Rodríguez
María Vieito Amor

Para un correcto tratamiento del dolor, se deben identificar y evaluar los


síndromes dolorosos más comunes. Esta es la idea principal con la que hemos
intentado realizar, de forma sencilla y asequible, la creación de este capítulo.
Han sido muchos los intentos de clasificar los diferentes tipo de dolor, pro-
poniéndose clasificaciones basadas en la etiología, expectativa de vida, según
la región afectada, la intensidad, y el tiempo de duración entre otras. En este
apartado, vamos a intentar simplificarlo:

Tipos de dolor
Clasificación según la duración
DOLOR AGUDO
Se suele definir como la respuesta normal fisiológica y predecible del or-
ganismo frente a una agresión química, física o traumática. Es decir, persiste
mientras dura el proceso de curación o cicatrización de los tejidos. Por tanto,
no excederá de 3 a 6 meses, cediendo al remitir la causa originaria.
El dolor agudo es un síntoma, la señal de alerta que advierte de la existen-
cia de una agresión, permitiendo poner en marcha los mecanismos de evita-
ción o protección.
Además, puede acompañarse de hiperreactividad del sistema nervio-
so autónomo, manifestándose con la asociación del dolor agudo a ansiedad
y signos físicos autonómicos (taquicardia, hipertensión, taquipnea, vómitos,
sudoración, palidez, entre otros).
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Puede ser superficial (piel y mucosas), profundo (músculos, huesos, arti-
culaciones, ligamentos) y visceral.

El dolor se transmite por fibras nerviosas A delta y C. Las que transmiten


tanto el dolor superficial como el profundo se dirigen a sus territorios iner-
vados de forma independiente, mientras que el visceral lo hace por fibras A
delta y C que acompañan en parte del trayecto a las vías simpáticas, parasim-
páticas y nervio frénico.

Según su etiología, el dolor agudo puede ser: Médico, Postquirúrgico o Pos-


traumático y Obstétrico.

DOLOR CRÓNICO
Se acepta que el dolor crónico es aquel que dura más de 3 a 6 meses, más
allá del tiempo de reparación tisular, perpetuado por factores distintos del
causante original del dolor, sin utilidad biológica, persistente y desproporcio-
nado: el dolor deja de ser un síntoma para convertirse en una enfermedad en
sí mismo, asociando cambios de la personalidad y depresión (tristeza, pérdida
de peso, insomnio, desesperanza). En la mayoría de los casos requiere un en-
foque terapéutico pluridisciplinar, ya que no se resuelve con los tratamientos
habituales (Tabla 1).

Tabla 1. Diferencias entre dolor agudo y crónico


AGUDO CRÓNICO
Es un síntoma, Es una enfermedad en sí,
tiene una función no cumple una
biológica función biológica
Lesión tisular real,
Lesión tisular real
Causado por pero perpetuado
o potencial
por otros factores
Intensidad Proporcionado Desproporcionado
Asociado a Ansiedad Depresión
Evolución Transitorio Permanente/recurrente
Respuesta al tratamiento Buena Irregular

Dolor crónico benigno


Cuando el dolor crónico no está asociado con el cáncer o SIDA se denomi-
na Dolor Crónico Benigno.

Dolor crónico maligno


El dolor producido en el paciente oncológico constituye una verdadera ur-
gencia que debe tratarse de inmediato y en el que están representados todos
los tipos de dolor posibles, ya que múltiples mecanismos pueden estar ac-
tuando en una o en diversas localizaciones. El dolor puede estar causado por:

• el propio tumor y sus metástasis,


• los tratamientos efectuados o
• otras circunstancias no relacionadas con la enfermedad de base o su
terapéutica.
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Puede ser un dolor continuo y constante, siendo frecuente que aparez-
can períodos de agudización en relación con la expansión del proceso tu-
moral. Además de la propia enfermedad, existen otros factores que influyen
en la percepción del dolor: el psicológico, tanto cognitivo (desesperanza, ca-
tastrofismo, desconfianza) como emocional (ansiedad, depresión), y el social
(soporte del entorno). Entre los síndromes dolorosos más frecuentes en pa-
cientes oncológicos están: el dolor por invasión ósea (como lesión primitiva
o metastásica), dolor neuropático (por compresión nerviosa) y dolor visceral.

Clasificación según su fisiopatología


DOLOR NOCIOCEPTIVO (dolor normal o sensorial)
Es aquel dolor que aparece en los individuos normales después de un es-
tímulo que produce daño o lesión en órganos somáticos o viscerales.

Dolor nociceptivo somático


Llamamos sistema somatosensorial a las organización de las estructu-
ras anatómicas implicadas en la transmisión de estímulos, tales como tacto,
temperatura, propiocepción (posición del cuerpo) o nocicepción (dolor). La
activación de los nociceptores situados en cualquier tejido corporal, ya sea
periférico o profundo, genera un impulso que es transmitido por los nervios
somáticos, a través de la médula, hasta alcanzar el tálamo y la corteza cere-
bral. En dicha corteza, toda esta información se distribuye siguiendo un mapa
de la superficie corporal, un homúnculo, y es esencial para la creación de la
imagen corporal (Figura 1). El mapa Somatotópico o somatotopía es la corres-
pondencia punto por punto de un área del cuerpo con un área específica del
sistema nervioso central.

Figura 1.

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El dolor somático incluye todos los dolores procedentes de estructuras no
viscerales, incluido el cráneo, meninges y los dientes. Se trata de la causa más
común de consulta para casi todas las especialidades, sobretodo para aque-
llas dedicadas al aparato locomotor.

Ej: heridas, artritis, dolor postraumático, quemaduras, tendinitis, dolor


muscular.

Dolor miofascial
Un apartado especial requiere este tipo de dolor nociceptivo somático, ya
que es extremadamente frecuente, aunque en muchas ocasiones no se diag-
nostica como tal. Se trata de una disfunción neuromuscular con tendencia
a la cronicidad. Consiste en un trastorno doloroso regional, que afecta a los
músculos y fascias, de forma que los músculos implicados tienen unos puntos
gatillo como componentes esenciales. Éstos se localizan dentro de una banda
tensa de un músculo o de su fascia, son palpables y con dolor referido. Se ac-
tivan por traumatismo directo, presión y/o sobrecarga del músculo. Además
pueden coexistir alteraciones autónomas regionales y segmentarias.

Cada músculo tiene un patrón de irradiación que permite establecer una


sospecha diagnóstica.

Más frecuente en mujeres, el trapecio es el músculo más afectado a nivel


cervical, y el cuadrado lumbar, psoas y piriforme, a nivel lumbar.

Dolor nociceptivo visceral


El dolor visceral es un dolor sordo, difuso y mal localizado, cuyo punto de
partida son las vísceras huecas o parenquimatosas. Generalmente, es referi-
do a un área de la superficie corporal, siendo acompañado frecuentemente
por una intensa respuesta refleja motora y autonómica (simpática).

Los estímulos que pueden producir dolor visceral son: espasmo del mús-
culo liso (vísceras huecas), distensión, isquemia, inflamación, estímulos quí-
micos y tracción, compresión o estiramientos de los mesos. Ej: apendicitis,
cólico biliar, dolor canceroso pancreático, dolor pleural.

DOLOR NEUROPÁTICO
Se definió en 2008 como “dolor que aparece como consecuencia directa de
una lesión o enfermedad que afecta al sistema somatosensorial”, tanto perifé-
rico (dolor neuropático periférico) como central (dolor neuropático central).
Engloba a cualquier tipo de dolor persistente, ya sea somático o visceral, que
con el tiempo desarrolle cambios en las estructuras nerviosas involucradas
en la transmisión del mismo, es decir, se debe a una lesión del sistema ner-
vioso, a un mal funcionamiento de éste, y no a una activación anormal de las
vías nociceptoras. Difiere del dolor nociceptivo en varios aspectos (Tabla 2).
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Tabla 2. Diferencias entre dolor nociceptivo y neuropático
NOCICEPTIVO
NEUROPÁTICO
(SOMÁTICO/ VISCERAL)
Dolor causado por Dolor causado por
Definición oficial activación de nociceptores disfunción del sistema
periféricos/ viscerales nervioso periférico/central
Transducción fisiológica Generación ectópica
Mecanismo
natural (nociceptor) de impulsos
Dolor local + referido Territorio de inervación de
Localización síntomas
Sin topografía neurológica la vía nerviosa afectada
Sensaciones dolorosas Nuevas sensaciones,
comunes de la vida diaria: desconocidas, aberrantes:
descripción verbal fácil descripción verbal difícil
Cualidad de los síntomas
Examen neurológico Hipo/hipersensibilidad:
normal: respuesta y respuesta y agresión
agresión se corresponden no se corresponden
Parcialmente eficaz:
Eficaz: analgesia
Tratamiento antiepilépticos,
convencional
antidepresivos
(Serra Catafau. Tratado de dolor neuropático) (modificado)

Se ha intentado clasificar el dolor neuropático desde distintos puntos de


vista: según su etiología, su afectación anatómica o su mecanismo desenca-
denante. En la Tabla 3 se clasifican según la estructura anatómica que origina
el cuadro doloroso.

Tabla 3. Clasificación del dolor neuropático según su etiología


LOCALIZACIÓN EJEMPLOS CLÍNICOS
Córtex Ictus, convulsiones
Tálamo Ictus, tumor, desmielinización
Tronco/Puente Ictus, desmielinización
Tractos de la médula Traumatismos, tumores, siringomielia, discopatía cervical
Asta dorsal medular Lesiones por avulsión
Ganglio raíz dorsal Herpes Zóster
Neuropatías adquiridas
Endocrinas: diabética
Aisladas: tic doloroso
Dolor de origen neoplásico
Infecciones: SIDA, Guillen-Barré, Herpes Zóster
Vasculitis
Tóxicas: alcohol, talio, arsénico
neuropatías heredadas
Nervio periférico
Enfermedad de Fabry
Neurofibromatosis
neuropatías por atrapamiento
Síndrome del túnel carpiano
Hernia de disco
Trauma: amputación, postoperatorio
Dolor de origen simpático
Desmielinización

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DOLOR PSICÓGENO
El dolor psicógeno es un dolor no orgánico, que surge como consecuencia
de padecimientos de origen psíquico, y tiene los siguientes criterios clínicos:

• El síntoma principal es el dolor, localizado en una o varias zonas cor-


porales.

• Es de suficiente gravedad como para necesitar atención médica, o de-


terioro social, laboral u otra área importante de la vida del individuo.

• Los factores psicológicos desempeñan un papel importante en el inicio,


gravedad, exacerbación y persistencia del dolor.

• No existe simulación ni intencionalidad, ya que entonces se trataría de


una simulación o un trastorno facticio, respectivamente.

• No se explica mejor por otras psicopatologías, como un traastor-


no del estado de ánimo, ansiedad o psicosis, y no cumple criterios de
dispareunia.

Ejemplos de dolor psicógeno, son los que aparecen en las neurosis (histe-
ria, estados obsesivos compulsivos, estado de ansiedad e hipocondriasis) y en
la psicosis (esquizofrenia en forma de alucinaciones y especialmente en los
trastornos afectivos en forma de equivalentes).

No hay que olvidar que el dolor psicógeno forma parte de los síndromes
dolorosos crónicos, que es real y que precisa de un tratamiento específico por
el psiquiatra.

RESUMEN FINAL
En 1994 la IASP estableció una clasificación del dolor, actualizada en el
año 2012.

Atendiendo a su duración, la clasificación más frecuente se hace en dolor


agudo y crónico. El agudo es aquel producido por una lesión real, que dura
mientras cicatriza el tejido. Si persiste en el tiempo, más de 3-6 meses, se
considerará crónico: benigno o maligno. El dolor maligno incluye todos los
dolores secundarios a un proceso oncológico o a sus tratamientos, y es un
criterio de urgencia médica.

En la clasificación según su fisiopatología, el dolor transmitido por el sis-


tema somatosensorial se llamará nociceptivo si procede de un tejido corporal:
visceral, si se trata de órganos internos o visceras, y somático, si se trata del
resto de tejidos constituyentes del cuerpo. Especial reseña se debe hacer al
somático miofascial por su alta frecuencia.

Cuando el sistema somatosensorial se altera por una lesión o enfermedad


demostrables, aparecerá el dolor neuropático.

El dolor psicógeno es el que no puede atribuirse a una causa orgánica.


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