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“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas
nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los
presos apertura de la cárcel;
2 a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová…” (Isaías 61: 1, 2)
El profeta Isaías, 700 años antes de Cristo, profetizó acerca de Jesús, quien iba a ser el que tuviera el Espíritu
de Jehová sobre él, para realizar ciertos actos.
“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre,
y se levantó a leer.
17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
18 El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
19 A predicar el año agradable del Señor.
20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Lucas 4: 16-19)
Con la venida del Mesías a Israel la primera vez, primeramente en cuanto al pueblo judío, se cumplió esa
palabra. Jesús hizo muchos milagros de sanidades, liberaciones, etc.
Así que, aunque originalmente esa palabra originalmente fue enviada a favor de los judíos, los judíos al
rechazar al Mesías, y el Mesías fundar su Iglesia, esa palabra – digo – se cumplió y se cumple en relación a
ella.
Cabe decir que se volverá a cumplir hacia los judíos al final de la gran tribulación, cuando haya entrado la
plenitud de los gentiles (Ro. 11: 25) y e Israel sea salvo (Ro. 11: 26), todo ello en el contexto del Milenio.
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“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para…” (Lucas 4: 16)
Toda esta actuación del Señor sobre su Ungido, y en la medida de la voluntad de Dios, de su Ungido a través
de los hijos suyos, tiene un componente básico: Su misericordia.
Es por su misericordia que Dios hace estas cosas, no por merecimiento alguno.
Por lo tanto, que el Espíritu de Jehová viniera sobre Jesús de Nazaret, era obra de Dios para manifestar Su
misericordia hacia los hombres. Básicamente esa fue (y es) la razón.
Tuvo un propósito: “…por cuanto me ha ungido para…”
Esa unción de Jesús recibiera, profetizada por Isaías 730 años antes de ocurriera, tuvo una razón de ser.
Dios no hace nada sin un propósito definido. Ese propósito es siempre conforme a verdad, basado en el amor.
Esas buenas nuevas, en hebreo (básar), y que serían “buenas, alegres, gozosas noticias”.
Esas buenas nuevas, en gr (evvagelizó), y que sería declarar el evangelio, es decir, las buenas nuevas de
salvación; de vida eterna.
A los humildes
“…me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos” (Isaías 61: 1)
Esos abatidos, en hebreo (anáv). Abatidos, en el sentido de necesitados de Dios: humildes, modestos,
mansos. Gentes que van a creer en Dios, y le van a creer a Dios. Esta palabra no es para los incrédulos.
“No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos” (Is. 57: 21)
Sólo los que se humillan ante Dios pueden recibir el beneficio del ungimiento de Jesús.
Esos pobres, en griego (ptochos), en el sentido de absolutamente necesitados, como lo son los mendigos.
Necesitados de Dios.
CRISTO FUE UNGIDO CON EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO, PARA DAR A CONOCER LAS BUENAS
NOTICIAS A LOS NECESITADOS DE ELLAS.
Por lo cual los que creen que no necesitan esas buenas noticias, no reciben el beneficio de las mismas.
Esas “buenas noticias” se resumen en lo que se denomina el Evangelio de la gracia. Pablo tuvo la especial
comisión de dar a conocerlo:
“Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con
gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de
Dios” (Hechos 20: 24)
Este es el mensaje de salvación: Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo (Hchs. 16: 31)
Esta es la principal razón del ungimiento de Jesús por parte de Dios: salvar a todos aquellos que son lo
suficientemente humildes como para recibir esa verdad y creerla.
Por lo tanto esa palabra no puede actuar en aquellos que se aferran a la soberbia.
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A vendar
Quebrantados:
Corazón:
ASÍ QUE EN ESTE CASO, CRISTO FUE ENVIADO A SANAR A LOS QUE TIENEN DAÑADOS LA MENTE,
SENTIMIENTOS, VOLUNTAD, POR CAUSA DEL PECADO.
A publicar:
Libertad:
Cautivos:
En hebreo (shaba): tiene el sentido de “los transportados a cautividad”; es decir, hechos cautivos.
CRISTO VINO A DECLARAR LIBERTAD A LOS QUE HABÍAN SIDO (O HAN SIDO) CAUTIVOS, HECHOS
PRISIONEROS.
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Presos y oprimidos:
ESTAS GENTES ATADAS, DOLIDAS, BAJO OPRESIÓN, EN OPRESIÓN SON PUESTAS EN LIBERTAD,
PORQUE EL ESPÍRITU DE DIOS ESTUVO (Y ESTÁ) EN CRISTO.
A proclamar:
ESE AÑO AGRADABLE DEL SEÑOR, SE PUEDE ENTENDER DE IGUAL MANERA COMO EL “TIEMPO
ACEPTABLE” Y EL “DÍA DE SALVACIÓN”
Ese es el tiempo en general para los hombres, y también el particular para cada hombre. Es la oportunidad
que cada uno recibe de ser salvo; oportunidad que puede ser aceptada o rechazada por parte del sujeto.
Concluyendo
Esta bendiciendo de lo Alto, recae sobre cada uno de los que somos de Cristo, y es parte de las bendiciones
espirituales que Dios preparó para cada uno de los que íbamos a creer:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los
lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos
santos y sin mancha delante de él, 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por
medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” (Efesios 1: 3-5)
No dudemos, en este contexto “acercarnos pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4: 16)