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Reflexión de la Lectura: Enseñar a Vivir!

Reynel Lugo. 24334505.

Edgar Morir intenta explicarnos qué, para reformar el pensamiento es necesario llevar a cabo

una transformación desde lo más profundo (desde las bases) de su estructuración. Un cambio que

sea capaz de traer consigo una revolución que este en la capacidad de complejizar la reflexión, es

decir, tener conocimientos de los principios que rigen el pensamiento complejo, con el fin de

poder captar la complejidad de la realidad. Morín nos señala que para poder pensar de manera

compleja, se requiere ver el objeto desde distintos puntos de vista y observar todas sus

relaciones, uno debe comprender el dinamismo que lo rodea, percibir las interrelaciones que

estén presentes, con el fin de superar la confusión, la molestia y la dificultad para pensar con la

ayuda de un pensamiento organizador.

Se indica que la reforma del pensamiento ha tenido dos transformaciones favorables las

cuales siguen evolucionando día a día y fortalecen el pensamiento complejo: las dos grandes

revoluciones científicas generadas por la física cuántica a inicios del siglo XX y las provocadas

por las ciencias sistemáticas. Esta revolución del pensamiento complejo tiene en contra las

estructuras mentales, institucionales y de paradigma que está en el interior de cada uno de

nosotros y ha trascendido. Debido a esto, para lograr una reforma del pensamiento es necesario

que haya un cambio paradigmático y también programático de la educación que exige reformas

epistemológicas y metodológicas, las cuales han sido necesarias para la humanidad ya que

gracias a ellas hemos logrado llegar tan lejos, sin ellas la supervivencia como especie estaría

comprometida.
Reflexión de la Lectura: Enseñar a Vivir!

Por lo tanto, es indispensable replantear las maneras en que se lleva a cabo la producción del

conocimiento, priorizando los conocimientos que sean pertinentes, ecologizados,

contextualizados, con sentido y significado para aquellos que aprenden, es aquí donde la escuela

tiene un papel importante que asumir como lugar donde se organizan, enseñan y trasmiten los

conocimientos y se construyen los procesos del aprendizaje, en el sentido de garantizar la

competencia institucional para su realización. La escuela es una institución fundamental en la

cadena recursiva entre la reforma del pensamiento, la reforma del conocimiento y la de la

educación y de las instituciones educativas

Los programas actuales en la educación, tal y como están ahora, ya no nos sirve, debido a que

la situación actual dista mucho con aquella escuela napoleónica y centralizada de épocas

pasadas, una educación basada en la disciplinada, conservadora que encarcela a una masa de

alumnos en horarios y programas rígidos, basados en la estricta obediencia y que ofrece un tipo

de conocimiento que atribuye una visión unidimensional del mundo, de la sociedad y de la vida.

En la actualidad, aún este tipo de conocimiento es impartido en las escuelas, una educación que

no está preocupada por el desarrollo humano integral, ni por la sustentabilidad ecológica y

mucho menos por el cambio del paradigma dominante.

De hecho, la reforma del pensamiento, conocimiento y de la educación a partir del

pensamiento complejo, amerita de un cambio inmediato paradigmático de naturaleza filosófica,

epistemológica y metodológica, que se real y palpable, esta reforma debe tener como base

fundamental a la educación en su totalidad y a la escuela como un sistema de aprendizaje de


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naturaleza compleja, que enseñe al educando aprender a aprender. Que es sistema se estructure

en base a una escuela verdaderamente capaz de preparar al sujeto para la vida, para aprender a

conocer, a ser, a hacer y a vivir y convivir. Para ello, se requiere de la integración del observador

en su observación, es decir el examen de sí, el autoanálisis, la autocrítica que tenga como fin un

sistema de aprendizaje en el cual los procesos de enseñanza-aprendizaje, de orientación

educativa y de desarrollo humano se interrelacionen con los procesos vitales, espirituales,

creativos y de construcción de sentidos que permiten hacer de la educación un fenómeno de

carácter social, cultural, político y también espiritual.

Finalmente, es muy importante entender que el conocimiento debe, por cierto, utilizar la

abstracción, pero tiene también que procurar construirse en relación con el contexto y, por

consiguiente, movilizar todo lo que el individuo sabe del mundo. La comprensión de datos

particulares sólo puede ser pertinente para aquellos que ejercitan y cultivan su inteligencia

general y movilizan sus conocimientos de conjunto en cada caso particular. Es indispensable, por

una parte, complementar el pensamiento que aísla con un pensamiento que une. El pensamiento

complejo es un pensamiento que trata a la vez de vincular y de distinguir pero sin desunir. Por

todo ello, es necesario un enfoque educativo capaz de enseñar a pensar desde la complejidad a la

gente de todas las edades, capaz de modificar nuestros modelos mentales para desarrollar

competencias, reforzar hábitos de trabajo basados en la confianza, la comunicación y el respeto a

la dignidad humana. Este enfoque educativo permitirá, desde la complejidad, articular la

inteligencia colectiva nacional e internacional.

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