El transporte marítimo fluvial es aquel modo de transporte en el que tanto
pasajeros como mercancías pueden ser trasladados por ríos, rías o canales, cuya profundidad sea óptima para navegar en ella. Ya que el transporte fluvial presenta importantes ventajas para la población que se beneficia de este tráfico, ya que en muchos casos no tienen salida al mar y sin el transporte fluvial estarían obligados a manejarse al 100% con el transporte terrestre, lo cual supone una importante limitación. El transporte fluvial impone la necesidad de embarcaciones muy específicas, que a grandes rasgos podemos clasificar en:
Cargueros. Barcos de mercancía, que típicamente transportan pocos
pasajeros y mucha mercancía, generalmente compuesta de envasados, cereales, minerales, líquidos, etc. Barcos de contenedores. Con un altísimo nivel de especialización, son capaces de cargar y descargar su contenido en un solo día, casi siempre de naturaleza industrial. Suelen conectar con el transporte ferroviario o con el marítimo. Buques cisterna. Tanqueros y otros barcos diseñados para transportar líquidos y gases (como el gas natural licuado), o combustibles e hidrocarburos. Barcos de pasajeros. Diseñados de distinta forma y con distinta capacidad de pasajeros, van desde lanchas y botes hasta cruceros fluviales.