Está en la página 1de 7

Tema 3

1.Tipicidad
El concepto técnico-jurídico de delito, con incorporación o no de la punibilidad como
elemento, se comprende como acción típica, antijurídica y culpable, de modo que,
para que la acción antijurídica sea constitutiva de delito, es necesario que sea típica,
es decir, prevista por el legislador en el CP o en leyes especiales.
Función de la tipicidad y su conexión con la antijuricidad:
1.La tipicidad como elemento abstracto/indefinido del delito, es decir, la
descripción hecha por el legislador. Aparece desconectada de la antijuricidad y no
implica juicio valorativo alguno.
2.Tipicidad como “ratio cognoscendi”. La tipicidad tiene relación o deriva de la
antijuridicidad.
3.Tipicidad como “ratio essendi” de la antijuridicidad. Sin tipicidad no puede existir
antijuridicidad.
4.Teoría de los elementos negativos del tipo. Une tipicidad y antijuridicidad, de
modo que, si concurre una causa justificadora, excluye a ambas.

2.Estructura de los tipos


Hemos de distinguir entre los sujetos, la acción y el objeto de la misma.
A) SUJETOS
Se distinguen entre los que contemplan a cualquier persona llamados “comunes”, y
los referidos a un sujeto determinado por una condición física o jurídica.
Encontramos también los denominados “de propia mano” (el tipo exige que la
conducta típica se realice personalmente, sin intermediarios), “especiales propios”
(el hecho tiene que ser cometido por un sujeto que reúna las características
específicas) y “especiales impropios” (aquellos que tienen correspondencia con un
delito Común.)
En cuanto al sujeto pasivo, se refiere al titular del bien jurídico lesionado, que puede
ser tanto el hombre como las personas jurídicas.
B) LA ACCIÓN
La acción puede manifestarse en forma positiva (activa) y en forma omisiva (pasiva),
existiendo así dos tipos de delitos según la conducta de que se trate:

-Delitos de omisión propios o puros. Son aquellos en los que se ordena actuar de un
determino sentido, castigando el no hacerlo.

-Delitos de comisión por omisión o impropios de omisión. Son aquellos en los


cuales un sujeto determinado no impide la causación de un resultado/el autor no
hace lo que debe hacer y produce un resultado que no debe producir. (La madre que
no alimenta al bebe, y en consecuencia muere)

1
C) OBJETO
Se distingue entre un objeto material y un objeto jurídico:
-Objeto material: Es la persona, animal o cosa sobre la que recae la acción delictiva.
Así, puede serlo el hombre vivo en el delito de homicidio o los animales y cosas en un
delito de robo o daños. Es un elemento necesario en los tipos de lesión, pero no en
los de peligro.
-Objeto jurídico: Es el bien jurídico protegido, que el delito lesiona o pone en
peligro.

3. Clases de tipos
1.Por la relación entre la acción y el resultado, se distinguen entre delitos formales
(de actividad) y materiales (de resultado), y de lesión y peligro.

 Formales: Son aquellos en los que se agota el tipo penal, y donde no es


necesario para su integración la producción de un resultado externo
(portación de un arma prohibida).
 Materiales: Son aquellos que para su integración se requiere la producción de
un resultado objetivo o material.
 De lesión: Son aquellos que causan un daño directo en bienes jurídicamente
tutelados por la norma violada.
 De peligro: Son aquellos que no causan un daño directo en los bienes
jurídicamente tutelados, pero crean para estos una situación real de peligro.
Distinguimos entre un peligro concreto y un peligro abstracto.
2.Por las formas de la acción, distinguimos entre omisión propia o pura y de omisión
impropia o comisión por omisión.
-Delitos de omisión propios o puros. Son aquellos en los que se ordena actuar de un
determino sentido, castigando el no hacerlo.

-Delitos de comisión por omisión o impropios de omisión. Son aquellos en los


cuales un sujeto determinado no impide la causación de un resultado/el autor no
hace lo que debe hacer y produce un resultado que no debe producir. (La madre que
no alimenta al bebe, y en consecuencia muere)

3.Por la determinación del sujeto activo: comunes, de propia mano y especiales.


-Especiales: Se exigen determinados requisitos para que sea sujeto activo.

 Propios: Se exigen condiciones y no existe ningún delito similar que pueda


realizar otra persona (Ej. Prevaricación)
 Impropios: Se exigen determinados requisitos y existe un delito similar que
pueda realizar otro particular (Ej. Soborno)
-Comunes: Pueden realizarlos cualquier persona, no es necesario reunir una
determinada cualificación para ser su autor (Ej. Robo)
-De propia mano: Delitos que de alguna manera requieran la intervención física del
sujeto activo (Ej. Violación)

2
4. Por el número de sujetos: unipersonales (Ej. Homicidio) y pluripersonales (Ej.
Rebelión). Cuando el sujeto activo requiere la colaboración del pasivo se denomina
“de encuentro” (Ej. Estafa)
5. Por la cantidad de los bienes jurídicos protegidos: uniofensivos (homicidio) o
pluriofensivos (homicidio del Rey).
6.Según el grado de desarrollo: consumación normal y consumación anticipada (el
legislador no espera a que se produzca el resultado, ej. Tenencia de droga)
7. Según el número de acciones: simple o compuesto.
8.Tipos básicos y subtipos agravados (producen del efecto de aumentar la sanción
penal) o atenuantes (reducen la pena).

4. Formulación de los tipos


Se pueden emplear elementos descriptivos y elementos normativos:
-Descriptivos: El intérprete se limita a comprobar su existencia, como es el caso del
homicidio, en que la adecuación al tipo se determina verificando la muerte de otro.
-Normativos: El intérprete ha de efectuar un juicio de valor para determinar si se
ajusta al tipo, distinguiéndose entre elementos normativos, jurídicos, culturales o
sociales.

5. La acción
Al formular un concepto jurídico del delito, se comienza por la afirmación de que se
trata de una acción, y se considera una acción y no un hecho. La acción supone que
una vez superada la fase interna, se muestra la decisión delictiva, momento en el
que habrá que estudiar si dicha acción es típica, antijurídica, culpable y punible
(dolosa o imprudente). Se pueden destacar tres posiciones de la acción:
1º. Teoría/concepto causal. La acción es la “conducta humana dominada por la
voluntad, que produce una determinada consecuencia exterior”. De esta forma, en el
estudio de la acción, sólo interesa el impulso volito, (ej. El del disparo mortal). En el
estudio del elemento de la acción sólo interesa determinar si esa conducta de
disparar estaba dominada por la voluntad del autor, mientras que el resultado de
muerte se estudia en el campo de la culpabilidad.
2º. Teoría/concepto final. El hombre conduce la acción y dirige su actividad hacia la
misma. Así, en el ejemplo del disparo mortal, el agente, decidido a matar a una
persona determinada, elige el arma, apunta y dispara para ocasionar la muerte. Por
tanto, para los finalistas la acción es “conducta humana, dominada o dirigida por la
voluntad para producir una determinada consecuencia en el mundo exterior”.
Las críticas que se han formulado se orientan en dos aspectos concretos, el primero,
no explica suficientemente la omisión; el segunda motivo es el relativo al delito,
cuanto mas logré captar la esencia de los delitos dolosos, menos podrá comprender
la naturaleza de los culposos.
3º. La teoría social. A esta Teoría se le suele decir que es una síntesis entre el
concepto causal y el concepto final de acción porque su objetivo es ofrecer un

3
concepto unitario de acción, en el que habrían fracasado tanto los causalistas como
los finalistas, y no una estructura sistemática del delito.

Manifestaciones de la acción
El comportamiento humano puede presentar dos aspectos diferentes: un hacer algo,
conducta activa (acción, y que también podemos llamar comisión), y un no hacer
algo, conducta pasiva (omisión).
La acción o comisión, en cuanto conducta activa, supone un movimiento corporal
que produce en el mundo exterior un resultado y pone en peligro o lesiona un bien
jurídico. Los delitos de acción o de comisión serán los que en su descripción típica
recojan un hacer del hombre. El autor infringe una norma que prohíbe una
determinada conducta.

La omisión propia o pura, en cuanto conducta pasiva, el autor no realiza la conducta


jurídicamente esperada, en virtud de lo dispuesto con una determinada norma
preceptiva (ejemplo: omisión del deber de socorro). Tales conductas omisivas vienen
expresamente tipificadas por la ley, es decir, las impone el ordenamiento jurídico.
La omisión propia es, pues, un delito de mera conducta, o como algunos prefieren
llamarlo, de simple inactividad.

La omisión impropia o comisión por omisión, el autor no cumple con el específico


deber de actuar derivado de su posición de garante (en relación con el mandato
impuesto por la norma) y se le imputa por ello el resultado antijurídico producido
que se quería evitar (la prohibición).

El resultado
Si la acción produce una determinada consecuencia en el mundo exterior, a tal
consecuencia llamamos resultado.
El resultado puede consistir:
1º. En un cambio apreciable en el mundo físico o material.
2º. La alteración del mundo físico por la acción esperada y no ejecutada.
3º. En una mutación en el mundo psíquico externo, como la impresión que produce la
amenaza o la injuria en el sujeto pasivo que la recibe.
4º. Por último, también es resultado el riesgo o daño potencial y el peligro corrido,
que es el resultado en la tentativa.
En relación, con la problemática del resultado, se distingue entre delitos formales,
llamados de simple actividad o mera conducta, y delitos materiales, llamados de
resultado externo. Actualmente tienen mayor resultado los delitos de peligro,
concreto o abstracto, y delitos de lesión.

4
Los supuestos de ausencia de acción
Para que un determinado hecho sea considerado como delito, este tiene que ser
fruto de una conducta humana, pero, es necesario que el comportamiento humano
sea voluntario.
1º. Fuerza física irresistible o Vis absoluta: Son situaciones donde el sujeto está
imposibilitado para tomar una resolución o si la toma, se encuentra impedido para
realizarla. Para la apreciación de fuerza irresistible es necesario que la misma:
-Anule por complete la voluntad del sujeto activo.
-Provenga de un tercero.
-Que actuando con positiva influencia sobre aquél le obligue a realizar un acto
contrario a sus deseos o a su voluntad.
Ej. A empuja B, que se pasea por el borde de la piscina, cayendo sobre C y
causándole la muerte. Será A, autor inmediato, quien responde de la muerte de C.
2º. Movimiento reflejo. Tienen lugar sin que la voluntad humana participe de ningún
modo, porque “la orden” de realizar el movimiento muscular se trasmite
directamente por la vía subcortical, esto es, sin que intervenga en ningún momento
la consciencia i por lo tanto sin que puedan controlarse por la voluntad. (Ej. Persona
se quema con una plancha y aleja mecánicamente el brazo, causando una lesión en
la cara a la persona de al lado)
3º. Estados de inconsciencia. En estos supuestos hay una ausencia de voluntariedad
sobre el propio cuerpo, pues el sujeto se haya inconsciente. Pueden darse los
siguientes ejemplos: hipnosis, sueño, ataque epiléptico con pérdida de memoria…

6. TEORÍAS CAUSALES. CAUSALIDAD E IMPUTACIÓN OBJETIVA


Para que una persona pueda ser considerada autora de un delito, es necesario
determinar que la acción de aquella es causa (antecedente necesario/suficiente de
un fenómeno) del resultado descrito en el tipo delictivo.
En el ámbito de la determinación causal se limita en un doble aspecto:
1º. En los llamados delitos de resultado, el tipo exige la producción de una lesión o
peligro del bien jurídico protegido separada temporal y espacialmente de la acción
del autor (por ejemplo, el homicidio, las lesiones, los daños

2º. En los delitos de mera actividad, el delito se realiza con la mera ejecución de la


acción, sin que sea necesario un resultado separado de dicha acción (por ejemplo, las
injurias o el falso testimonio).

-Teoría de la equivalencia de las condiciones o de la <conditio sine qua non>:


Para esta teoría, es causa toda condición que interviene en la producción de un
resultado, siendo imposible diferenciar entre causas y condiciones. Para determinar
cuando estamos en presencia de una causa, hay que usar la formula “conditio sine
qua non”, que establece que si suprimimos mentalmente determinada condición y el
resultado desaparece, dicha condición es su causa.

5
*
Así, por ejemplo, si un conductor de vehículo de motor en estado de ebriedad, no puede
mantenerse en su propio carril e invade el contrario, produciéndose un accidente
automovilístico, el hecho de haber consumido alcohol es causa respecto de ese accidente;
pero según la misma fórmula, son también causa los fabricantes de los vehículos y otras
personas que hayan motivado a la conducción de ambos, así como un cúmulo de ulteriores
circunstancias que hayan influido en el suceso (ej., la contrucción de la carretera y del
vehículo, etc.).

En esta teoría, no se realiza ninguna selección de las muchas condiciones de


cualquier resultado, sino que todas se consideran equivalentes, por lo que a
ese juicio de equivalencia se le debe su nombre a la teoría de la equivalencia.
El criterio predominante es que todo resultado es determinado y verificado
por un conjunto de antecedentes causales, por lo que la causa será el
conjunto de condiciones o antecedentes que han contribuido a la producción
causal del resultado. Por ello, también se le denomina teoría de la “conditio
sine qua non”, entendida del latín “condición esencial” o “condición
indispensable”, que implica que un acontecimiento es causa de un
resultado, cuando no pueda ser suprimido mentalmente, sin que el
mencionado resultado desaparezca.

-Teoría de la causación adecuada. Entiende que para la existencia de la relación de


causalidad se requiere que el agente haya determinado o producido el resultado con
una conducta proporcionada y adecuada.
La consecuencia fundamental de la teoría es que no se consideran causados por el
agente los efectos que en el momento de la acción se presentasen como improbables
o raros/distintos. No toda condición que produzca un resultado puede ser
considerado causa del mismo, sino solo aquello que conforme a la experiencia es
adecuada para producir un resultado típico. Para saberlo, se realiza un juicio de
probabilidad por el juez.

-Teoría de la causalidad humana. Estima que sólo los resultados sometidos a la


conciencia y voluntad del hombre se pueden considerar causados por él. Aun cuando
no los haya querido, se encontraba en situación de impedirlo.

-Teoría de la relevancia. Esta teoría puede complementar a la “conditio sine qua


non”, de modo que primero se investigará si la conducta del sujeto es “conditio sine
qua non” y después si, además, es causa relevante.

-Teoría de la causa eficiente. Entendemos como causa eficiente aquella o aquellas


que tengan fuerza bastante para producir el evento.

Como complemento de las teorías de causalidad, se ha elaborado el concepto de


“imputación objetiva” del resultado producido, de modo que, una vez determinado
que éste ha sido causado por una acción humana, generalmente conforme a la teoría
de la equivalencia de condiciones, es preciso acreditar que es objetivamente
imputable.

Podemos desarrollar la teoría a través de los siguientes principios:

1º. La disminución del riesgo. No son imputables al sujeto los casos en que con su
acción ha tratado de evitar otro resultado más grave.
2º. Creación o no creación de un riesgo jurídicamente relevante. El resultado no
es imputable si la acción del sujeto no ha creado un riesgo jurídicamente relevante.

6
3º. Aumento o falta de aumento del riesgo permitido. Sólo podrá haber imputación
objetiva si la conducta del autor significa un aumento del riesgo permitido.
4º. La esfera de protección o fin de la norma como criterio de imputación. Para la
imputación objetiva es preciso además que el resultado coincida con el tipo de
causación que precisamente pretende evitar la norma prohibitiva directa o la norma
de cuidado infringida. Su contenido básico es determinar hasta dónde se contempla
el resultado dañoso causado dentro de la norma que establece la conducta como
típica. Por ejemplo, se excluyen de la imputación objetiva los llamados resultados
secundarios (muertes o daños posteriores a un hecho que causa otro), ya que la
norma sólo protege en estos casos, el daño inmediato, y no lo que ocurra en días,
meses o años plazo

También podría gustarte