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1.Tipicidad
El concepto técnico-jurídico de delito, con incorporación o no de la punibilidad como
elemento, se comprende como acción típica, antijurídica y culpable, de modo que,
para que la acción antijurídica sea constitutiva de delito, es necesario que sea típica,
es decir, prevista por el legislador en el CP o en leyes especiales.
Función de la tipicidad y su conexión con la antijuricidad:
1.La tipicidad como elemento abstracto/indefinido del delito, es decir, la
descripción hecha por el legislador. Aparece desconectada de la antijuricidad y no
implica juicio valorativo alguno.
2.Tipicidad como “ratio cognoscendi”. La tipicidad tiene relación o deriva de la
antijuridicidad.
3.Tipicidad como “ratio essendi” de la antijuridicidad. Sin tipicidad no puede existir
antijuridicidad.
4.Teoría de los elementos negativos del tipo. Une tipicidad y antijuridicidad, de
modo que, si concurre una causa justificadora, excluye a ambas.
-Delitos de omisión propios o puros. Son aquellos en los que se ordena actuar de un
determino sentido, castigando el no hacerlo.
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C) OBJETO
Se distingue entre un objeto material y un objeto jurídico:
-Objeto material: Es la persona, animal o cosa sobre la que recae la acción delictiva.
Así, puede serlo el hombre vivo en el delito de homicidio o los animales y cosas en un
delito de robo o daños. Es un elemento necesario en los tipos de lesión, pero no en
los de peligro.
-Objeto jurídico: Es el bien jurídico protegido, que el delito lesiona o pone en
peligro.
3. Clases de tipos
1.Por la relación entre la acción y el resultado, se distinguen entre delitos formales
(de actividad) y materiales (de resultado), y de lesión y peligro.
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4. Por el número de sujetos: unipersonales (Ej. Homicidio) y pluripersonales (Ej.
Rebelión). Cuando el sujeto activo requiere la colaboración del pasivo se denomina
“de encuentro” (Ej. Estafa)
5. Por la cantidad de los bienes jurídicos protegidos: uniofensivos (homicidio) o
pluriofensivos (homicidio del Rey).
6.Según el grado de desarrollo: consumación normal y consumación anticipada (el
legislador no espera a que se produzca el resultado, ej. Tenencia de droga)
7. Según el número de acciones: simple o compuesto.
8.Tipos básicos y subtipos agravados (producen del efecto de aumentar la sanción
penal) o atenuantes (reducen la pena).
5. La acción
Al formular un concepto jurídico del delito, se comienza por la afirmación de que se
trata de una acción, y se considera una acción y no un hecho. La acción supone que
una vez superada la fase interna, se muestra la decisión delictiva, momento en el
que habrá que estudiar si dicha acción es típica, antijurídica, culpable y punible
(dolosa o imprudente). Se pueden destacar tres posiciones de la acción:
1º. Teoría/concepto causal. La acción es la “conducta humana dominada por la
voluntad, que produce una determinada consecuencia exterior”. De esta forma, en el
estudio de la acción, sólo interesa el impulso volito, (ej. El del disparo mortal). En el
estudio del elemento de la acción sólo interesa determinar si esa conducta de
disparar estaba dominada por la voluntad del autor, mientras que el resultado de
muerte se estudia en el campo de la culpabilidad.
2º. Teoría/concepto final. El hombre conduce la acción y dirige su actividad hacia la
misma. Así, en el ejemplo del disparo mortal, el agente, decidido a matar a una
persona determinada, elige el arma, apunta y dispara para ocasionar la muerte. Por
tanto, para los finalistas la acción es “conducta humana, dominada o dirigida por la
voluntad para producir una determinada consecuencia en el mundo exterior”.
Las críticas que se han formulado se orientan en dos aspectos concretos, el primero,
no explica suficientemente la omisión; el segunda motivo es el relativo al delito,
cuanto mas logré captar la esencia de los delitos dolosos, menos podrá comprender
la naturaleza de los culposos.
3º. La teoría social. A esta Teoría se le suele decir que es una síntesis entre el
concepto causal y el concepto final de acción porque su objetivo es ofrecer un
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concepto unitario de acción, en el que habrían fracasado tanto los causalistas como
los finalistas, y no una estructura sistemática del delito.
Manifestaciones de la acción
El comportamiento humano puede presentar dos aspectos diferentes: un hacer algo,
conducta activa (acción, y que también podemos llamar comisión), y un no hacer
algo, conducta pasiva (omisión).
La acción o comisión, en cuanto conducta activa, supone un movimiento corporal
que produce en el mundo exterior un resultado y pone en peligro o lesiona un bien
jurídico. Los delitos de acción o de comisión serán los que en su descripción típica
recojan un hacer del hombre. El autor infringe una norma que prohíbe una
determinada conducta.
El resultado
Si la acción produce una determinada consecuencia en el mundo exterior, a tal
consecuencia llamamos resultado.
El resultado puede consistir:
1º. En un cambio apreciable en el mundo físico o material.
2º. La alteración del mundo físico por la acción esperada y no ejecutada.
3º. En una mutación en el mundo psíquico externo, como la impresión que produce la
amenaza o la injuria en el sujeto pasivo que la recibe.
4º. Por último, también es resultado el riesgo o daño potencial y el peligro corrido,
que es el resultado en la tentativa.
En relación, con la problemática del resultado, se distingue entre delitos formales,
llamados de simple actividad o mera conducta, y delitos materiales, llamados de
resultado externo. Actualmente tienen mayor resultado los delitos de peligro,
concreto o abstracto, y delitos de lesión.
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Los supuestos de ausencia de acción
Para que un determinado hecho sea considerado como delito, este tiene que ser
fruto de una conducta humana, pero, es necesario que el comportamiento humano
sea voluntario.
1º. Fuerza física irresistible o Vis absoluta: Son situaciones donde el sujeto está
imposibilitado para tomar una resolución o si la toma, se encuentra impedido para
realizarla. Para la apreciación de fuerza irresistible es necesario que la misma:
-Anule por complete la voluntad del sujeto activo.
-Provenga de un tercero.
-Que actuando con positiva influencia sobre aquél le obligue a realizar un acto
contrario a sus deseos o a su voluntad.
Ej. A empuja B, que se pasea por el borde de la piscina, cayendo sobre C y
causándole la muerte. Será A, autor inmediato, quien responde de la muerte de C.
2º. Movimiento reflejo. Tienen lugar sin que la voluntad humana participe de ningún
modo, porque “la orden” de realizar el movimiento muscular se trasmite
directamente por la vía subcortical, esto es, sin que intervenga en ningún momento
la consciencia i por lo tanto sin que puedan controlarse por la voluntad. (Ej. Persona
se quema con una plancha y aleja mecánicamente el brazo, causando una lesión en
la cara a la persona de al lado)
3º. Estados de inconsciencia. En estos supuestos hay una ausencia de voluntariedad
sobre el propio cuerpo, pues el sujeto se haya inconsciente. Pueden darse los
siguientes ejemplos: hipnosis, sueño, ataque epiléptico con pérdida de memoria…
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Así, por ejemplo, si un conductor de vehículo de motor en estado de ebriedad, no puede
mantenerse en su propio carril e invade el contrario, produciéndose un accidente
automovilístico, el hecho de haber consumido alcohol es causa respecto de ese accidente;
pero según la misma fórmula, son también causa los fabricantes de los vehículos y otras
personas que hayan motivado a la conducción de ambos, así como un cúmulo de ulteriores
circunstancias que hayan influido en el suceso (ej., la contrucción de la carretera y del
vehículo, etc.).
1º. La disminución del riesgo. No son imputables al sujeto los casos en que con su
acción ha tratado de evitar otro resultado más grave.
2º. Creación o no creación de un riesgo jurídicamente relevante. El resultado no
es imputable si la acción del sujeto no ha creado un riesgo jurídicamente relevante.
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3º. Aumento o falta de aumento del riesgo permitido. Sólo podrá haber imputación
objetiva si la conducta del autor significa un aumento del riesgo permitido.
4º. La esfera de protección o fin de la norma como criterio de imputación. Para la
imputación objetiva es preciso además que el resultado coincida con el tipo de
causación que precisamente pretende evitar la norma prohibitiva directa o la norma
de cuidado infringida. Su contenido básico es determinar hasta dónde se contempla
el resultado dañoso causado dentro de la norma que establece la conducta como
típica. Por ejemplo, se excluyen de la imputación objetiva los llamados resultados
secundarios (muertes o daños posteriores a un hecho que causa otro), ya que la
norma sólo protege en estos casos, el daño inmediato, y no lo que ocurra en días,
meses o años plazo