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Universidad Salazar Narvaez

Licenciatura: Psicología

1° Grupo A

Psicología y su contexto.

Docente: Mtra. Dulce Valeria Martínez López

Temas de investigación:

 Cultura y Sociedad.
 Roles, Estatus y Evaluación social.
 Influencia y factores físicos emocionales y Sociales en el Comportamiento

Alumna: Stepfanie Jiménez Vázquez.

Psicología, cultura y sociedad: una articulación necesaria para abordar las problemáticas
y los desafíos de la orientación en el siglo XXI
Entre fines de los años cincuenta y principios de los años sesenta, se ha ido instalando en
nuestro campo intelectual el imperativo de vincular la Psicología con la Sociedad y la
Cultura. Además, a partir de las cátedras y los contenidos curriculares, nos hemos
formado en un clima de ideas heredero de aquella inclinación; en los pasillos de esta
facultad lo primero que aprendimos fue a considerar al hombre como un ser biológico,
psicológico y social. Es cierto que, al calor de la discusión sobre las proporciones de cada
factor, hemos visto priorizar algunos de ellos como elementos dominantes en la
producción de la subjetividad y en la orientación de las conductas. Pero siempre al interior
de un medio intelectual que instaba nuevamente a vincular las tres instancias, en el marco
de un “deber ser” tan cimentado en nuestro medio que.

Pero, aunque en los hechos sigamos recayendo en rígidos cortes disciplinares que
producen saberes fragmentarios, o aunque continuamente se nos presenten disonancias
entre trabajo de campo, investigaciones y elaboraciones conceptuales, de modos todos
nos desempeñamos bajo un paradigma que nos impele a vigilarnos ya preguntarnos una
y otra vez cómo promover pautas de investigación y modelos que se aplican
efectivamente a los problemas singulares que encontramos en las prácticas. Es evidente
que en la actualidad predomina como principio la tendencia a romper con las visiones
unilaterales; por lo tanto, las vinculaciones que se producen entre la psicología y otras
disciplinas, deberían permitirnos comprender cada vez más las relaciones entre
subjetividad, cultura y sociedad.

Pues bien, esta noción tan básica que hemos transformado en un lugar común, se instaló
en el campo intelectual de la Psicología en una sociedad –la de los años sesenta–,
notoriamente distinta a la nuestra en cuestiones elementales de la estructura social. Era
aquella una sociedad de 22 millones de habitantes con 2 millones de pobres; nuestra
sociedad actual está compuesta, aproximadamente, por 40 millones de personas, de las
cuales alrededor del 30% son pobres o indigentes. El desempleo promedio entre 1955 y
1976 apenas alcanzó a ser un 4% de la población económicamente activa, con pisos
mínimos de 2,3% en 1975; es decir que a la luz de la situación actual se trató de una
sociedad con pleno empleo. Las transformaciones estructurales que se producen en la
Argentina como consecuencia de los procesos de la globalización y las políticas
neoliberales aplicadas en las últimas décadas, provocaron dentro de sus consecuencias
en la población, el desempleo estructural, la subocupación, la precarización del trabajo,
así como un fuerte deterioro de la distribución del ingreso. Todos estos fenómenos han
generado una polarización social, que produjo una importante intensificación de la
pobreza, vulnerabilidad y exclusión social de gran parte de la población.

http://intersecciones.psi.uba.ar/index.php?
option=com_content&view=article&id=37:psicologia-cultura-y-sociedad-una-articulacion-
necesaria-para-abordar-las-problematicas-y-los-desafios-de-la-orientacion-en-el-siglo-
xxi&catid=9:perspectivas&Itemid=1

Los estatus y los roles


Si consideramos la posición de un miembro dado en un grupo como su lugar en el
sistema, esta posición cuanta con un papel (rol) asociado que consiste en síntesis en la
conducta esperada de quien lo ocupa, siendo el status la valoración que los demás
miembros conceden a la posición

De este modo, la posición de cada miembro en el grupo conlleva a una valoración o


prestigio que denominamos estatus, siendo el rol el conjunto de conductas asociadas a
una posición dentro de un grupo y ambos conceptos facilitan la interacción de los
miembros y sustentan el grupo. En efecto: desempeñar un rol supone conducirse y
comportarse según unas pautas determinadas establecidas socialmente y esto,
evidentemente, nos permite establecer relaciones con los demás de forma relativamente
predecible y coherente; esas pautas y ese rol poseen una valoración, una imagen social
atribuible a cada persona que conforma el estatus, y ambos nos dan un puesto en la vida.

Ahora bien, cuando nos referimos a una persona normalmente la aludimos desde su rol
principal y en base a su estatus general y el mismo se autoevalúa y percibe en base a
este estatus y rol claves.

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