Michel Foucault.

Las instancias disciplinarias

La clase pasada hablábamos acerca del texto de Tenti Fanfani y su apelación a

los desarrollos teóricos de Weber y Foucault para analizar las características
del sistema educativo, en tanto instancia burocrática institucional. Nos
detuvimos ya en las características centrales de las afirmaciones de Weber que
Tenti Fanfani considera, y ahora nos toca hacer lo mismo con las de Michel
Foucautl.

En términos generales podemos decir que Foucault es un filósofo que inicia su

recorrido dentro de una postura próxima al marxismo estructural, pero que
progresivamente se irá alejando tanto de uno como de otro, y aunque nunca
logrará sacarse de encima la impronta estructuralista, evidenciará una
preocupación prioritaria sobre el desarrollo histórico y las particularidades de
los grupos más vulnerables de la sociedad, que lo llevarán a sostener una
cierta adscripción al posestructuralismo.

En cuanto a la importancia que le asigna al desarrollo histórico, Foucault

esgrime como método de estudio una aproximación genealógica hacia los
términos y las instituciones que estudia. Genealógica en el sentido del estudio
del origen, de la génesis, de estas instituciones y prácticas. En este sentido,
Foucault es un filósofo “de archivo”. Emprende una labor de estudio de
manuales de procedimiento, de reglamentos y ordenaciones de estas
instituciones y ancla su estudio en los comienzos de la modernidad, que es
cuando comienzan a operarse una serie de cambios en la administración de las
técnicas de control social, a las que Foucault considera como íntimamente
relacionadas con un permanente esfuerzo por controlar los cuerpos. “Hacer
presa en el cuerpo del otro” es para Foucault una de las claves más
importantes del ejercicio del poder en la modernidad. La domesticación de los
cuerpos, la producción de cuerpos dóciles y obedientes, provee a la estructura
social de un cuerpo disciplinado de trabajadores, estudiantes, soldados,
monjes, prisioneros o enfermos, todos ellos necesariamente circunscriptos a
sus propias especificidades, pero compartiendo en común el haber sido
“expropiados” de sus cuerpos, el haber perdido la intimidad con respecto a sus
decisiones y haber sido sometidos a un minucioso procedimiento de
adiestramiento que Foucault califica como “micropolítica”,
“biopolítica” o “anatomía política”. Noten como todas estas denominaciones
hacen referencia a lo corporal, a lo físico. Para Foucault la dominación
moderna no sólo comprende instancias ideológicas, imaginarias o mentales,
como consideran tanto Althusser como Bourdie, sino que se dirime en un
terreno mucho más íntimo e inmediato: el cuerpo.

Al respecto, Foucault se dedica al estudio del origen (la génesis) de las que
denomina “instituciones de encierro”. Aquellas en las que los sujetos pierden
control sobre sus propias acciones, al encontrarse sometidos a una serie de
reglamentaciones que racionalizan la cotidianeidad, adjudicando roles,
compartimentando el tiempo y, a través de diversos mecanismos domiciliarios,
expropiando a los sujetos, en diverso grado, del dominio de sus propios
cuerpos.

En este sentido, Foucault analiza reglamentos y procedimientos disciplinarios y

enuncia una serie de conceptos referidos a la disciplina que se pueden aplicar
a ámbitos diversos dentro de la modernidad.

Las características que Foucault identifica en la disciplina moderna pasan por

la intencionalidad de ejercer un control discreto y continuo sobre la conducta,
en particular sobre la disposición del cuerpo. Adicionalmente, la disciplina se
orienta a corregir y no a castigar. La reinserción social, la readaptación, el
“encauzamiento” diría Foucault son las preocupaciones centrales de la
disciplina moderna. Lejos del ejercicio de la justicia que busca castigar al
culpable, que busca exhibir la venganza de la autoridad herida por la
desobediencia, la disciplina moderno busca construir conductas, anticiparse a
la desobediencia y, de producirse, aplicar procedimientos de castigo centrados
en la “normalización”. Esta es la razón por la cual en la modernidad se
desarrolla el sistema carcelario, como instancia institucional abocada a la
corrección de las desviaciones. Entre los dispositivos mencionados por
Foucault como artificios destinados al ejercicio del control disciplinario destaca
el “panóptico”
 
 

La característica central de este dispositivo arquitectónico de vigilancia consiste

en que otorga a quien ejerce la vigilancia la posibilidad de observarlo todo, sin
que los observados sepan a ciencia cierta cuando están siendo vigilados. Ver
sin ser visto. Foucault encuentra en este recurso la posibilidad del ejercicio de
un control continuo, sistemático. Diferente en esencia al ejercicio disciplinario
feudal, o antiguo, de naturaleza esporádica e irregular. La justicia pre moderna
actúa castigando al infractor, una vez que la infracción se ha cometido. La
modernidad se plantea la posibilidad de anticiparse a la desobediencia,
mediante mecanismos de construcción de conducta que ejercen una vigilancia
continua, discreta y sistemática. En el caso de aún así producirse la desviación,
el accionar de la justicia se presenta como orientado a la corrección de la
conducta infractora y no al castigo del infractor. Aparecen las cárceles como
lugares en los cuales los reos cumplen su condena, al tiempo que son objeto
de intervenciones que apuntan a su reinserción social.  

En este sentido, Foucault afirma que todas las instituciones “de encierro”
cuentan con un micro sistema penal, en el cual se establecen normas y
sanciones para quienes las infrinjan. En tanto la escuela es una institución a la
cual la modernidad le ha imprimido estas características, Tenti Fanfani aplica
las elaboraciones de Foucault identificando tres instrumentos a través de los
cuales se ejerce el control disciplinario en la escuela:

La vigilancia Jerárquica.

La Sanción Normalizadora.
El Examen.

La vigilancia jerárquica es aquella ejercida por las diversas instancias del

encadenamiento jerárquico que va del director hasta el estudiante, atravesando
todas las instancias medias. Es importante que el ejercicio de esta vigilancia no
interfiera, obstaculizando la dinámica del proceso de construcción del
conocimiento. Sin embargo, hay diversas instancias en las que está presente
(registro de firmas del personal, planillas de asistencia para los estudiantes,
libro de temas de clase, requerimientos mínimos de asistencia y trabajos
prácticos, etc.)

La Sanción Normalizadora es aquella que intenta mediar en los conflictos o en

las inconveniencias, de manera que las partes involucradas se aperciban de la
naturaleza de la falta y se contemplen instancias de “normalización” (acuerdos
de convivencia,  reincorporaciones de estudiantes libres, el apercibimiento
como sanción).

Por último el Examen es la instancia que sintetiza a las dos anteriores.

Mediante la corrección del examen el docente ejerce una forma de vigilancia
jerárquica, en la cual “ve sin ser visto”, controla no sólo el rendimiento de los
estudiantes sino también la regularidad de la entrega, y puede incluso abocarse
al análisis de aspectos que pueden no corresponder a su asignatura
(ortografía, sintaxis), o que se relacionan tangencialmente con ella pero hacen
al rendimiento académico, como la prolijidad, por ejemplo. Del mismo modo, el
hecho de la calificación constituye en sí mismo una sanción o un premio, ya
que al establecerse un ránking, numérico o por ponderación verbal, se premia a
quien ha tenido mayor rendimiento y se castiga con un 1 o un aplazado a
quienes lo hayan hecho “de la peor manera”. La existencia de instancias de
recuperación para los exámenes o de recuperación del promedio mediante
ejercicios diversos o exámenes adicionales completa el carácter “normalizador”
del examen.

Como bibliografía para esta clase las dirijo nuevamente al capítulo 2 del libro
de Tenti Fanfani, que ya está en el campus, y les adjunto un libro de consulta
para un panorama general de la obra de Michel Foucault.

En youtube hay unos cuantos videos también sobre la vida y la obra de

Foucault, que resumen estos y otros aspectos de su pensamiento.

Saludos.

Nos seguimos leyendo.