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NOMBRE DE LA INSTITUCIÓN: ISFD “SAGRADO CORAZÓN” D-223-


PROFESORADO EN EDUCACIÓN FÍSICA

CÁTEDRA: SOCIOLOGÍ DE LA EDUCACIÓN

TÍTULO: LOS PROCESOS DE REPRODUCCIÓN Y PRODUCCIÓN SOCIAL Y


CULTURAL

ALUMNO: SUÁREZ, MÁXIMO

DOCENTE: BEISEL, SANTIAGO

FECHA DE ENTREGA: 05/11/21


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INTRODUCCION:
El siguiente trabajo trata de relacionar a los dos autores propuestos por la Cátedra,
respecto del concepto de disciplina. Desde la mirada de Durkheim y M. Foucault
reflexionando y comparando dicho concepto con su implicancia en la actualidad de las
instituciones educativas.
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DESARROLLO:

¿Cómo se produce el disciplinamiento escolar?

“La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que no
están todavía maduras para la vida social; tiene como objetivo suscitar y desarrollar en
el niño cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que requieren en él
tanto la sociedad política en su conjunto como el ambiente particular al que está
destinado de manera específica.”( Durkheim, Pág. 98)

La organización social, el conjunto de bienes intelectuales y morales que constituyen


la civilización debe interiorizarse en el individuo. El hombre no nace social; se hace
social en el momento en el que el lenguaje, el concepto, el sentimiento colectivo, la
solidaridad lo hace así.

Durkheim, relaciona moralidad y normatividad, entre la constricción de los hechos


colectivos sobre cada individuo y la libertad. Así llega a la noción de disciplina.

La disciplina tiene dos objetivos: la regularidad del comportamiento y la asignación


d fines que delimiten su horizonte. Así la disciplina proporciona hábitos, regula y frena
la voluntad. De este modo se da el concepto de disciplina, sin la cual no se obtendría los
elementos de la educación moral: la adhesión al grupo y la autonomía de la voluntad.

En el ámbito de la educación el primer elemento que se debe mirar en la noción de


disciplina es, el hábito y el precepto.

Para Durkheim, la disciplina no debe ser un instrumento para mantener el orden por la
fuerza, sino para formar.

A cerca de la disciplina, Foucault opina:” el dispositivo de disciplinamiento sería una


fábrica de individuos dóciles y sometidos. “Métodos que permiten el control minucioso
de las operaciones del cuerpo, que garantiza la sujeción constante de sus fuerzas y les
imponen una relación de docilidad-utilidad.” (Foucault, 1997. Pág. 141).

Foucault, habla de dispositivos disciplinarios, carcelarios, de poder; dispositivos de


saber, de sexualidad, de subjetividad, de verdad, entre otros.

Edgardo Castro, explica el concepto Foucaultiano de dispositivo de la siguiente


manera:
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1) El dispositivo es la red de relaciones que se pueden establecer entre elementos


heterogéneos: discursos, instituciones, arquitectura, reglamentos, leyes, medidas
administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales,
filantrópicas, etc.
2) El dispositivo establece la naturaleza del nexo que puede existir entre estos
elementos heterogéneos. Por ejemplo, el discurso puede aparecer como
programa de una institución, como un elemento que puede justificar u ocultar
una práctica, o funcionar como una interpretación a posteriori de esta práctica,
ofrecerle un campo nuevo de racionalidad.
3) Se trata de una formación que en un momento dado ha tenido por función
responder a una urgencia. El dispositivo tiene así una función estratégica, como,
por ejemplo, la reabsorción de una masa de población flotante que era excesiva
para una economía mercantilista.
4) Además de definirse por la estructura de elementos heterogéneos, un
dispositivo se define por su génesis. Foaucault distingue al respecto dos
momentos esenciales: un primer momento del predominio del objetivo
estratégico; un segundo momento de la constitución del dispositivo propiamente
dicho.
5) El dispositivo, una vez constituido, permanece tal en la medida en que
tiene lugar un proceso de sobredeterminación funcional: cada efecto, positivo o
negativo, querido o no-querido, entra en resonancia o contradicción con los otros
y exige un reajuste.
La labor de la disciplina sería normalizar. La normalización disciplinaria,
según Foucault, consiste en1:
1. La disciplina analiza, descompone a los individuos, los lugares, los
tiempos, los gestos, los actos, las operaciones. Los descompone en elementos
que son suficientes para percibirlos, por un lado, y modificarlos, por otro.
2. La disciplina clasifica los elementos así identificados en función de objetos
determinados. (ej: ¿cuáles son los niños más aptos para alcanzar tal resultado?)
3. La disciplina establece las secuencias o las coordinaciones óptimas: cómo
distribuir a los niños escolarizados en jerarquías y dentro de clasificaciones

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Foucault, Michel: “Seguridad, Territorio y Población”. Argentina: Fondo de Cultura Económica, 2006.
Pag. 75
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4. La disciplina, fija los procedimientos de adiestramiento progresivo y


control permanente y a partir de ahí distingue entre quienes serán calificados
como ineptos e incapaces y los demás.
La operación de normalización disciplinaria pasa por intentar que la gente,
los gestos, los actos se ajusten a ese modelo; lo normal es, precisamente, lo que
es capaz de adecuarse a esa norma, y lo anormal, lo que es incapaz de hacerlo.
Lo fundamental entonces no es lo normal o anormal sino la norma.
Los establecimientos educativos, a través de sus agentes de disciplinamiento
(profesores, inspectores, orientadores, psicólogas, psicopedagogas, etc.) inculcan
a los niños un conjunto de valores y normas que los irán disciplinando. En la
vida cotidiana de una escuela se producirán cuerpos dóciles y relatos de un
cuerpo normal y productivo, y otros de un cuerpo anormal e improductivo: niños
enfermos, flojos, rebeldes, con déficit atencional, etc. Si bien, se reconoce a
estos niños como “anormales”, no se les excluye totalmente.
La disciplina fabrica así cuerpos sometidos y ejercitados, cuerpos “dóciles”.
La disciplina aumenta las fuerzas del cuerpo, en términos económicos de
utilidad, y disminuye esas mismas fuerzas en términos políticos de obediencia.
El poder disciplinario tiene como función primordial enderezar conductas,
utilizando instrumentos simples: la inspección jerárquica, la sanción
normalizadora el examen.

La Vigilancia jerárquica, puede observarse en los diseños de las


infraestructuras escolares que permiten el control interior para hacer visibles a
quienes están dentro.
El poder disciplinario controlaría hasta a aquellos encargados de controlar, lo
que lo vuelve un poder indiscreto, al mismo tiempo que es discreto, porque
funciona permanentemente y en silencio
La sanción normalizadora:
a) Infrapenalidad: Posee sus propias leyes, sus propios delitos y sus
sanciones e instancias de juicio.
b) Jurídico-natural: El orden que los castigos disciplinarios deben hacer
respetar es a la vez “artificial”, dispuesto por una ley, programa o reglamento;
pero es también “natural” y observable: duración de un aprendizaje, el tiempo de
un ejercicio, aptitudes.
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c) Correctivo: El poder disciplinario es correctivo, debe reducir las


desviaciones. Así este poder, da prioridad a los castigos del ejercicio, de trabajo:
aprendizaje intensificado, repetición. Castigar es ejercitar, de ahí se obtiene el
encauzamiento de la conducta.
d) Gratificación sanción: El castigo, en la disciplina, utiliza este doble
sistema. El profesor debe evitar castigar y tratar de recompensar. Así los flojos
se sentirán más incentivados para trabajar por el deseo de ser recompensados y
los estudiosos y diligentes por temor de ser castigados.
Este mecanismo de dos elementos, permite ciertas operaciones.
La calificación de las conductas y de las cualidades a partir de dos valores
opuestos de bien y de mal, negativo o positivo, buenas o malas notas.
Lo normal se establece en la educación estandarizada, como un principio de
coerción. El poder de normalización obliga a la homogeneidad, pero
individualiza al permitir las desviaciones, determinar los niveles, fijar las
especialidades y hacer útiles las diferencias ajustando unas a otras.
El examen es la combinación de las técnicas de jerarquías que vigilan y las
sanciones que normalizan. Permite calificar, clasificar, y castigar. A través de
este instrumento se diferencia y se sanciona a los individuos.
Según Foucault, el examen sería una pobre técnica donde se encuentran
implicados todo un dominio de saber, todo un tipo de poder.
La escuela es un aparato de examen ininterrumpido, una comparación
constante que permite medir y sancionar.
En la antigüedad el poder era lo que se veía, se manifestaba y aquellos sobre
quienes se ejerce, eran invisibilizados; en el poder disciplinario esta situación se
invierte. El poder se vuelve invisible, los que aparecen son los sometidos. El
hecho de poder ser vistos constantemente es lo que los mantiene sometido al
individuo disciplinado.
Los exámenes van acompañados de un sistema de registro y de acumulación
de documentos.
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CONCLUSIÓN:
Son elementos de las relaciones de poder en las instituciones, la vigilancia, el
control y la corrección.
Hasta hace algunos años, padres y docentes representaban para el alumno la
autoridad. Últimamente, tanto docentes como padres plantean que sus alumnos o
hijos no los respetan, manifestando su impotencia para transmitir las enseñanzas
y directivas correspondientes. A veces, algunos docentes temen caer en
posiciones autoritarias confundiendo autoritarismo con autoridad.
Uno de los recursos más usado por el docente autoritario es la intimidación
que puede generar, miedo a la sanción disciplinaria, a repetir de grado, etc.
También el que deja hacer, es promotor de situaciones de desorden, apatía y
violencia.
Poner límites para favorecer el aprendizaje ocupa un lugar central, que deriva
en excesos e insuficiencias y conduce al tema de la disciplina. El concepto de
disciplina tiene un doble significado relacionado a lo educativo. Hace referencia
tanto a las áreas del conocimiento, como a las reglas que mantienen el orden y la
obediencia. Un aspecto positivo de la disciplina alude al esfuerzo, al trabajo, a la
constancia que son necesarios asumir, para apropiarse de los conocimientos. En
su aspecto negativo la disciplina se orienta más a enseñar a obedecer que a
ayudar a reflexionar.
Hoy en día, el lugar del docente cambió y las formas también.
Éste construye diariamente su autoridad en el aula, a partir de procesos de
reflexión y aprendizaje, generando confianza en el otro. Esta autoridad del
profesor es dinámica y activa, se va adquiriendo y perfeccionando con la
práctica académica. Ésta se construye no solo de forma individual, sino que los
alumnos también aportan generando un compromiso con esa autoridad. Generar
un clima de reflexión, de intercambio de opiniones, puede dar algo positivo a la
clase.
La relación entre el profesor y los alumnos es asimétrica, principalmente en el
conocimiento en general. El uso del conocimiento representa una herramienta
sumamente importante que no solo debe transmitirse, sino que deben facilitar la
posibilidad de análisis en ese proceso. En la educación, el docente tiene poder e
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influencia de forma académica y personal hacia los alumnos. Tiene un lugar


importante en potenciar, en dar origen.
El error se da cuando al poder se lo relaciona a favor de dominar y obedecer,
ya que el sistema educativo debería generar un dispositivo que proponga una
mirada crítica, que busque descontracturar, que permita la participación.
La educación se debe comprender, no como la manera de manipular a los
alumnos ni tampoco de intentar cambiar sus ideales sino de promover un cambio
que lo beneficie, donde adquiera mayores valores.
El sistema educativo, debería fomentar la libertad de pensamiento, la
importancia de la autonomía no de la obediencia, la intención de generar una
visión propia, un pensamiento crítico. La autonomía se refiere a las posibilidades
del sujeto de tomar decisiones por su propia intencionalidad, en esta relación
humana existe un margen de libertad donde el docente acciona, tracciona, actúa.
Cuando la autoridad promueve la libertad, se pueden realizar actividades que
cuestionen, generen debates, y ahí el aprendizaje se vuelve significativo, tiene
una razón de ser.
 El docente debe ejercer poder de una forma transparente y democrática,
generando una responsabilidad de ambos lados, para poder llegar a ser una
sociedad más libre y justa.
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BIBLIOGRAFÍA:

 Brener, G. (2017) “Autoridad docente”. Transformar la


Secundaria. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?
v=OweLXUEcGtM

 Durkheim, E. (1858) Educación y sociología. Barcelona: Ediciones


Península
 Foucault, M. (1975) Vigilar y castigar. Buenos Aires: Siglo veintiuno.

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