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Sumario:
1. PALABRAS PRELIMINARES. 2. TÉRMINOS Y DEFINICIONES OPERATIVAS. 3.-
LA RECEPCIÓN DEL AMBIENTE EN EL DERECHO. 3.1. La asunción del ambiente
como realidad positivamente valorada. 3.2.- Otras consideraciones al tema. a)
La protección ambiental, de interés difuso a interés colectivo. b) El derecho al
"medio ambiente" como derecho subjetivo. 4.- EL CONCEPTO JURÍDICO DE
AMBIENTE. 4.1. Concepción amplia. 4.2. Concepción restringida. 4.3. Posición
intermedia. 4.4. Posición personal.
1. PALABRAS PRELIMINARES.
Para poder operar sobre el cúmulo de opiniones doctrinales que tenemos a disposición,
hemos considerado necesario "elegir", de manera preliminar, un término y su
correspondiente significado que mejor exprese al objeto de la referida protección.
1
Cfr.- DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Edición 1998.
2
Significa:"Esencia y propiedad característica de cada ser. Principio universal de todas las operaciones naturales e
independientes del artificio, en este sentido la contraponen los filósofos al arte, Virtud, calidad o propiedad de las
cosas con que pretenden su conservación y aumento; Fuerza o actividad natural como contrapuesta a lo sobrenatural
2
Los términos que, según nosotros, expresan mejor el objeto de la protección del
Derecho Ambiental son ecosistema y ambiente.
y milagrosa".
3
Significa: "... Cualquier fluido que rodea un cuerpo; Aire o atmósfera; Condiciones o circunstancias
físicas sociales, económicas etc. de un lugar, una colectividad o una época; Grupo estrato o sector social;
Disposición de un grupo social o de un conjunto de personas respecto de alguien o lago".
4
Significa: "Sustancia fluida o sólida en que se desarrolla un fenómeno determinado; Conjunto de
circunstancias culturales, económicas y sociales en que vive una persona o grupo humano; Sector,
círculo o ambiente social; Elemento en que vive o se mueve una persona, animal o cosa; Conjunto de
circunstancias físicas y químicas exteriores a un ser vivo y que influyen en su desarrollo y en sus
actividades fisiológicas".
5
Significa: "Conjunto de circunstancias físicas, culturales y sociales, etc., que rodean a los seres".
6
Significa:"Lo que rodea".
7
Significa: "Ciencia que estudia las relaciones entre los seres vivos y el medio en que viven".
8
Significa: "Conjunto de seres vivos y substancias inertes que actúan recíprocamente intercambiando materiales.
Funciona como un sistema cerrado por lo que respecta a la materia y como un sistema abierto para la energía que
proviene del sol. En un ecosistema se distinguen elementos bióticos productores (vegetales y bacterias químico
sintéticas), bióticos consumidores (herbívoros y carnívoros) y factores abióticos (agua, oxigeno y substancias
orgánicas, etc.)".
9
BRAÑES BALLESTEROS. (1994: Pág. 20)
10
Esta redundancia interna es originada por los significados particulares de las palabras que lo componen. Entre
otros Cfr.- BRAÑES BALLESTEROS. (1994: Pág. 20); MARTIN MATEO. (1991: 80 y 1998: 21); DOMPER
FERRANDO. (1992: 65 a 66).
11
Ha de tenerse en cuenta que la propuesta del autor sale al paso de quienes sostienen que la disciplina debe
llamarse Derecho Ecológico y le atribuyen un objeto de protección y estudio restringido. Cfr.- BRAÑES
BALLESTEROS. (1994: Pág. 43).
3
Lo contrario parece acontecer con el término ambiente (del latín ambiens o ambientis:
lo que rodea o está cerca de algo). Aunque tiene la misma plasticidad que ecosistema,
la moderna doctrina ambiental prefiere utilizar el término ambiente, pero lo dota de un
significado "jurídico" funcional, que expresa el consenso a que se ha llegado sobre la
dimensión del objeto de la protección jurídica, el ecosistema natural, los sistemas
naturales. A este objeto se les unen, en caso extremo, elementos artificiales o
inducidos por el hombre. Se trata de un objeto suficientemente diferenciado y
consistente para ser protegido con cierta independencia de otros elementos y fines de
origen exclusivamente humano o antropogénico.
Cabe advertir a los lectores sobre el uso que se viene haciendo del término medio
ambiente en distintas constituciones. Se trata de un término, predicable como
adecuado, sano, ecológicamente equilibrado o etc., para el desarrollo de la persona.
En este caso el significado "constitucional" del término medio ambiente es amplio
(como lo podría tener también el término ambiente), para comprender al conjunto de
realidades que son indispensables para el fin programático declarado, es decir, para el
desarrollo o bienestar humano que se desea alcanzar por la sociedad, trama en la que
necesariamente se ven involucrados, además del factor natural, elementos sociales,
económicos, culturales, etc.
Como ejemplo del primer dato, tenemos expresiones y protestas sociales contra la
contaminación del medio natural desde la década de los sesenta12, trabajos científicos
que señalaban la problemática y un número importante de convenciones
internacionales al respecto13.
El segundo dato se refiere a la evolución que han tenido las disposiciones jurídicas
internas e internacionales sobre todo en los temas de comercio, salud, desarrollo, y
aquellas propiamente de protección al ambiente, y que a su vez denotan cómo se ha
venido configurando el objeto de esa misma protección, escalable inclusive a la noción
constitucional de medio ambiente que mencionamos antes.
12
Entre muchos otros Cfr.- MARTIN MATEO (1991: 5 a 28); CORCELLE (1993: 108); KISS (1989: 241);
PRIEUR (1991: 1).
13
Para tener un panorama de la cantidad de instrumentos, entre muchos otros Cfr.- MARTIN MATEO (1991: 27 a
33); PAOLILLO (1999: Págs. 241 a 242); JAQUENOD DE ZSÖGÖN (1991: 117 a 152); BRAÑES
BALLESTEROS (1994: 641 y ss).
14
Haciendo relación de un amplio número de estos instrumentos internacionales Cfr.- MARTIN MATEO (1991: 5
a 28); JAQUENOD DE ZSÖGÖN (1991: 117 a 152); CORCELLE (1993: Pág. 108); KISS (1989: Pág. 241);
PRIEUR (1991: 14 a 20, 39 a 50); CABRERA ACEVEDO (1981: 97 a 106).
Como una muestra representativa de esta furibunda producción de compromisos internacionales, véase tan sólo los
Tratados, Convenios y Protocolos Internacionales vigentes en América Latina y el Caribe. Cfr.- PNUMA/ORPALC
(1993).
15
Para consultar la Declaración de Principios de esta conferencia, entre otros Cfr.- CABRERA ACEVEDO (1981:
109 a 115); GIORGIO Y DA COSTA (1992: 6 a 12); CORCELLE (1993: Págs. 134 y 135).
16
Para consultar la Declaración de Principios de esta conferencia, entre otros Cfr.- DELGADO PIQUERAS y et
5
El caso de nuestro país resulta muy emblemático, ya que debido a las particularidades
de los problemas nacionales que originaron la revolución mexicana (1910 - 1917),
desde el texto original del artículo 27 de la Constitución de 1917 se postula hasta hoy
el cuidado y conservación de los recursos naturales20.
formalmente esta misma disciplina, nos proporciona una clara idea del proceso de
configuración jurídica del ambiente, como su objeto de estudio y de protección,
autónomo e independiente por ejemplo de la salud humana o la propiedad nacional,
pública, social o privada de los recursos naturales y su aprovechamiento racional; dicha
transformación es interpretada por los autores de muy diferentes maneras y con
diversa extensión.
Esta evolución se puede analizar desde el Derecho Romano, particularmente con las
disposiciones sobre las cosas comunes a todos "res communi omni" y la acción civil
contra las inmisiones molestas que interferían el goce de la posesión o propiedad del
titular; en un segundo momento nos podemos referir a disposiciones sanitarias
especialmente de seguridad e higiene laboral en industrias nocivas y peligrosas; luego
se pueden citar aquellas legislaciones que introducen principios de uso y
aprovechamiento racional de los recursos naturales; y finalmente podemos encontrar a
la legislación propiamente ambiental que sostiene una concepción del ambiente no
sectorial sino hólistica del ambiente y un enfoque integral de sus problemas y
amenazas22.
Otra interpretación "más corta", pero igualmente reveladora, nos dice que la evolución
del Derecho ambiental, y por tanto la de su objeto de protección y estudio, arranca
desde las disposiciones de tipo higienista o sanitaria, y de promoción de la agricultura y
la industria, todas del siglo XIX, las que evolucionan a legislaciones de protección
ambiental pero de dimensión sectorial; y finalmente aparecen leyes que protegen las
interrelaciones ambientales23.
22
Como ejemplos, GREGORI y DA COSTA, tras señalar que el dramatismo del problema ecológico en el presente
y los delicados asuntos Estatales de esta materia en el plano internacional apuntan [...hanno determinato un´intensa
attività di revisione degli ordinamenti interni in deciso disaccordo coi paradigmi legislativi e con la prassi
tradizionali], afirman entonces [...La prima reazione degli ordinamenti contro l´inquinamento è stata, sul piano
storico, l´azzione civile contro le immissioni moleste], que perturbe [il pacifico possesso o la propietà dei beni]. En
un segundo momento, junto a esta regulación civil de las relaciones de vecindad, los elementos ambientales
encuentran protección adicional [...in disposizioni di carattere sanitario o poste a tutela della sicurezza o dell´igieni
del lavoro, ovvero in materia di industrie insalubri e pericolose]. Finalmente en esta línea evolutiva aparece [una
legislazione, cioè, che è costruita secondo una trama peculiare, in quanto trova la principale raison d’ ëtre
nell´esigenza di assicurare alla colettivita un uso equilibrato e ragionevole delle risorse naturali. Oggi, negli
ordinamenti più evoluti, il problema dell`ambiente attraversa questo stadio di transizione verso la maturità]. (1992:
18 a 29).
También en la línea trazada, JORDANO FRAGA destaca el papel que como antecedentes pueden cumplir las
disposiciones sobre las cosas comunes a todos y sobre las inmisiones molestas en el Derecho Romano, y por el
análisis que hace del Derecho Ambiental español, menciona a ordenanzas, fueros, cédulas reales y legislaciones
sobre recursos naturales, hasta la aparición de Derecho Ambiental con caracteres modernos. Cfr.- (1995: 15 a 54);
igualmente agregando la mención del Código de Hammurabi y la Ley de las Doce Tablas, JAQÜENOD DE
ZSOGÖN (1991: 87 a 107) (1996: 40 a 50).
Para una exposición cercana también Cfr.- PIGRIETTI (1997: 52 a 53).
23
MARTIN MATEO detecta tres tipos de normas "... unas que constituyen simple prolongación o adaptación a las
circunstancias actuales de la legislación sanitaria o higienista del siglo pasado (-S. XIX-) y de las que, también en
épocas anteriores protegían el paisaje, la fauna y la flora; otras de cuño moderno y de base ecológica aunque de
dimensión sectorial, para el aire, el agua, el ruido, etc.; y otras por fin más ambiciosas, que intentan conectar con la
interrelación de los factores en juego, recogiendo en una normativa única todas las reglas relativas al ambiente ..."
7
De igual forma se puede concebir esta evolución en cuatro momentos --que coexisten--
. El primero tiene que ver con disposiciones para proteger de la salud física del hombre.
El segundo con aquellas que se relacionan con limitaciones o que proporcionan ciertas
orientaciones sobre derechos subjetivos que pueden incidir en la naturaleza. El tercero
se configura por disposiciones sobre conservación y adecuado aprovechamiento de
recursos naturales, y el cuarto que se integra por disposiciones sobre protección del
ecosistema24 25.
De otra visión de la evolución del Derecho Ambiental, tenemos leyes que procuran
determinados animales, como seres individuales y no como miembros de una
determinada familia, después se tienen leyes que protegen especies o familias
completas de flora o fauna, luego aparecen leyes que ofrecen protección de modo
mediato y a manera de mosaicos, y finalmente leyes cuyo objeto de protección son
medios amplios como agua, aire, suelo, lo que vale también para el mundo vegetal o
Una interpretación más de esta evolución del Derecho Ambiental, acotada al sistema
capitalista identifica tres etapas (y que también coexisten). La primera se integra por
normas que sin tener el propósito especifico de protección ambiental, sí generan
efectos ambientales "... en tanto se ocupan de elementos ambientales como recursos
naturales y contribuyen a definir su régimen jurídico...". Su aplicación es muy amplia,
en todo lo no previsto especialmente por las normas específicamente ambientales. Son
"... normas civiles, penales, procesales y administrativas que concurren a disciplinar un
conjunto de materias que interesan al derecho ambiental, como es el caso de la
propiedad privada, la responsabilidad extracontractual y la responsabilidad penal, la
manera de hacer efectivas tales responsabilidades, los procedimientos administrativos,
etc. Se trata de una legislación que tiene una relevancia ambiental casual".
En la segunda etapa, donde no se tiene la idea del ambiente como un todo, aparece
cierta protección con carácter sectorial "... Las leyes sobre aguas, suelos, bosques,
flora, fauna, etc., fueron y son ordenamientos jurídicos que regulan cada uno de estos
elementos ambientales, sin considerar, por lo general, las relaciones que existen entre
ellos y con otros elementos ambientales...", pero que ciertamente "... no son normas
propiamente -ambientales- tales, en tanto no se encuentran inspiradas en una
concepción adecuada de lo que es el ambiente ...". Considera que son "legislación
sectorial de relevancia ambiental".
26
Cfr.- ESER (1985: 604 a 606).
27
BRAÑES BALLESTEROS (1994: 35 a 39).
28 Esta clasificación está muy difundida en nuestro país. Por ejemplo, Cfr.- GONZÁLEZ MARQUEZ (1997: 24 a
25); GUTÍERREZ NAJERA (1998: 115 a 118), QUINTANA VALTIERRA (2000:19 a 22).
29 Por nuestra parte, considerando lo expuesto por la doctrina nacional, vemos que los antecedentes más cercanos
del Derecho Ambiental mexicano arrancan en ramas tradicionales del orden jurídico como el Derecho
Constitucional, Civil y Penal, con relación a disposiciones Sanitarias; luego aparecen aquellas leyes sectoriales de
aprovechamiento de los recursos naturales con referencias de protección importantes; siguen en esta línea,
ordenamientos contra la contaminación ambiental, y culmina esta evolución las normas que consideramos de
directa protección al ambiente. En ese sentido, tomando en cuenta la evolución del Derecho Ambiental, formulamos
varias dimensiones que coexisten:
En la primera tenemos a la Protección ambiental Tradicional, referencias normativas con incidencia en la protección
ambiental que encontramos en las Constituciones, códigos civiles, penales, códigos o leyes sanitarias, que protegen
principal y directamente diversos derechos, bienes o intereses jurídicos, y de manera secundaria al ambiente.
9
Como es lógico, cuando surge un valor u objeto que se debe proteger jurídicamente,
por un elemental imperativo metodológico, se procede necesariamente a caracterizar
dicho objeto, es decir, a definirlo y buscar su naturaleza jurídica, y en función de ello
crear determinada estructura conceptual e instrumental para su defensa, o bien
referirlo a alguna de las ya existentes. Esta tarea se vuelve sumamente delicada
cuando la ciencia del Derecho se enfrenta a un objeto muy particular y novedoso como
lo es el ambiente, que exige, como ningún otro, un tratamiento jurídico que podríamos
llamar exquisito, con un enfoque sistémico y tendencialmente preventivo, derivado de
su propia "naturaleza" y de su complejo funcionamiento30.
En un período que va de inicio a la mitad del pasado siglo veinte, en un amplio número
de constituciones se establecen derechos subjetivos y mandatos para el Estado. En ese
contexto y casi imperceptiblemente comienza a ascender la demanda de protección
ambiental.
En la segunda, ubicamos a la Protección Ambiental Sectorial, reglas que inciden en la protección ambiental que se
localizan en la Constitución y leyes sobre recursos naturales, en función de alguna actividad deportiva o económica
(leyes de caza, pesca, forestal, aguas, de conservación del suelo y agua, agraria, etc.).
En la tercera tenemos a la Protección Propiamente Ambiental, integrada por la legislación (normalmente
administrativa y hasta penal) que protege de manera directa, global y sistemática al ambiente (Ley General del
Equilibrio Ecoógico y Protección al Ambiente, Ley General de Vida Silvestre y los delitos contra el ambiente del
Código Penal Federal), así como por el recientemente consignado derecho constitucional a un medio ambiente
adecuado. Por todo Cfr.- CIFUENTES LÓPEZ (1998, 1999, 2000).
30 En este sentido Cfr.- SERRANO MORENO (1992: 37 a 42).
31
Cfr.- ALMAGO NOSETE (1986: 71 a 72); MARTIN MATEO (1991: 183); RAMOS SAULO (1992: 471 a 482).
32
Cfr.- MARTIN MATEO (1991: 182); ALMAGO NOSETE (1986: 71).
10
que comparte intereses sociales, intereses que a un mismo tiempo son ajenos y
propios, pero siempre comunes33.
En estos casos, el Estado, por razones de filosofía política, suele elegir sólo algunos de
estos intereses difusos, principalmente los de carácter más general y sensibles a
termómetros políticos, como la protección ambiental o la protección a grupos
desvalidos, y los formaliza, es decir, eleva a la categoría procesal de intereses
colectivos, además constituyéndose al mismo tiempo en gestor y garante de tales
intereses36.
Ahora bien, los intereses difusos, convertidos en interés colectivo, entre los que
podemos encontrar a la protección ambiental, poseen algunas características comunes.
La primera es su alcance siempre colectivo, ya que su alcance importa a grupos más o
menos amplios. La segunda es la intercomunicación de sus resultados, pues su defensa
interesa o beneficia automáticamente a todos los que guarden la misma situación. La
tercera consiste en que mediante su presencia y efectivo reconocimiento, no se puede
hablar de existencia exclusiva de derechos subjetivos. La cuarta radica en el hecho
según el cual, si en determinado momento no se pueda reconocer en ellos derechos
subjetivos, ello no quiere decir que sean portadores de exigencias jurídica o
políticamente intrascendentes, por el contrario, su reconocimiento y defensa efectiva
está respaldada por el mismo derecho. La quinta se refiere a los problemas para
instrumentalizar su defensa38.
33
ALMAGO NOSETE (1986: 70 a 71).
34
Cfr.- Una clara exposición de la discusión sobre el concepto de estos intereses en BUJOSA VADELL (1997: 2);
entre otros también ALMAGO NOSETE (1986: 74 a 75); MARTIN MATEO (1991: 183); GELSI BIDART (1987:
35 a 37); LIBSTER (1993: 237 a 239).
35
MATEOS RODRÍGUEZ - ARIAS (1992: 36).
36
Cfr.- ALMAGO NOSETE (1986: 70 a 71); PERIS RIERA (1987: 23 a 24).
37
Cfr.- ALMAGO NOSETE (1986: 70 a 71).
38 Cfr.- MARTIN MATEO (1991: 183 a 184).
11
Vale decir desde ahora, como una afirmación general, que para definir al ambiente
desde el plano jurídico, no se deben ignorar las conclusiones que sobre este mismo
asunto nos pueden ofrecer otras disciplnas, sean de cualquier signo. Sólo a partir de
tales conocimientos se pueden hacer valoraciones dogmáticas respecto a la sustancia y
amplitud que se le puede atribuir al ambiente.
Por otra parte, salta a la vista que las opiniones doctrinales, a parte de estar
referenciadas a su orden jurídico nacional, se perfilan hacia al antropocentrismo, al
biocéntrismo43 o a la posición ecléptica.
Pues bien, hemos organizado el material teórico bajo una clasificación ya tradicional en
el Derecho Ambiental, en orden a la amplitud de su contenido: la concepción amplia, la
concepción restringida y la concepción intermedia.
43 Para tener una noción más a fondo de los postulados antroponéntricos y naturocéntricos, entre otros,
Cfr.- BRAÑES BALLESTEROS (1994: 19 a 20); ESER (1985: 608 y 616); MADDALENA (1992: 351 a 352).
44
Vid.- Como por ejemplo la protección a la diversidad biológica, tema importante en la Convención sobre el
medio ambiente y desarrollo en la Cumbre de Río; véase también la importancia de este tema a través de la
magnitud de la reforma a la LGEEPA, en diciembre de 1996.
13
A partir de este concepto dice que se pueden encontrar tres versiones del concepto
jurídico de ambiente, -lo mismo que en la construcción conceptual de GIANNINI-. La
primera como normativa de protección del suelo, el aire y el agua; la segunda como
objeto de la disciplina urbanística; y la tercera como ámbito físico de diversas acciones
humanas en el que existen sistemas de equilibrio. De ahí que se elaboren para su
protección dos estrategias jurídicas: 1) Gestión del territorio (que se ajusta dentro del
ámbito de la normativa urbanística); 2) Gestión de los elementos o factores de
ambiente (recursos naturales). Sin embargo, dice que el ambiente no debe ser
considerado territorio o espacio de ordenación y gestión, tampoco puede identificarse
sin más al ambiente con la naturaleza.
Por otra parte GUSTAFANE resalta el lugar central que debe ocupar el hombre en
cualquier planteamiento jurídico, principio establecido claramente en el artículo 2º de la
Constitución Italiana, y señala que el problema de la definición jurídica del concepto de
ambiente, como cualquier otro problema de significación jurídica, se resuelve
relacionando el objeto de tutela establecido y los fines que se quieren lograr, hacia la
plena realización de la persona humana. De manera muy sintética dice que por
ambiente en sentido jurídico debe entenderse como "... l'insieme degli elementi naturali
e/o artificiali, che dall'esterno incidono necessariamente sulla formazione estetico-
culturale, psico-fisica, socio-economica della persona umana, cosi da diventare
l'oggetto dell'insopprimibile interesse della persona umana stessa alla sua armonica e
contestual sistemazione estetico-culturale, igienico-sanitaria, socio-economica.
L'ambiente è, difatti, protetto come elemento determinativo della qualità della vita, non
47
JAQUENOD DE ZSÖGÖN (1991: 39) (1996: 22).
48
Cfr.- JAQÜENOD DE ZSOGÖN (1991: 80 a 82).
15
Para PRIEUR desde el punto de vista etimológico, el término ambiente es "una noción
camaleón". Tiene presente el condicionamiento que van estableciendo los
conocimientos provenientes de la ecología50. Señala dos significados comunes de
ambiente; el primero como "... celui qui est issu des sciences de la natura et applique
aux sociétés humaines l'approche écologique, il s'agit alors de cet ensemble de
données et d'equilibres de forces concurrentes qui conditionnent la vie d'un groupe
biologique; celui qui se rattache au vocabulaire des architectes et urbanistes et sert á
qualifier la zone de contact entre un espace bâti et le milieu ambiant (naturel ou
artificiel)."51. Advierte que si bien el artículo 1º de la ley sobre protección a la
Naturaleza (10 VII 76) señala que " l'environnement est ici un terme générique qui
recouvre trois éléments: la natura (espèces animales et végétales et équilibres
biologiques), les ressources naturalles (eau, air, sol, mines,), les sites et paysages...",
otras leyes utilizan significados más restringidos para dicha expresión52. Hecha esta
relación, aunque no se pronuncia claramente al respecto, estructura su libro según la
concepción jurídica de ambiente en sentido amplio.
49
Cfr.- GUSTAFANE (1991: 20).
50
A mayor abundamiento dice "... Selon le contexte dans lequel il est utilisé, il sera entendu comme étant une idée á
la mode, un luxe pour pays riches, un mythe, un thème de contestation issu des idées hypeppies et
soixantehuitardes, un retour á la bougie, une nouvelle terreur de l'an 1000 liée á l'imprevisibilité des catastrophes
écologiques, les fleurs et les petits oiseaux, un cri d'alarme des économistes et philosophes sur les limites de la
croissance... " Cfr.- PRIEUR (1991: 1).
51
Cfr.- PRIEUR (1991: 2).
52
Señala, por ejemplo, que la ley del 19 de julio de 1976 relativa a las instalaciones clasificadas para la protección
del ambiente, primera que utiliza el término environnement en uno de sus títulos, aunque no proporciona ninguna
definición de ambiente, tiene una noción más restringida que lo relativo a la naturaleza o ambiente en sus
significados más vagos, excluyendo sitios y monumentos, y que la ley sobre arquitectura del 3 de enero de 1972,
establece referencias sobre el ambiente en sentido estético y arquitectónico... Cfr.- PRIEUR (1991: 2).
53
Cfr.- CARMONA LARA (1991: 9, 20 y 22).
54
Cfr.- BRAÑES BALLESTEROS (1994: 16,17, 19, 21, 43, 51, 101, 467, 463 y 536).
55
Cfr.- GARCIA SAAVEDRA et. al (1997: 27 a 28).
16
MARTIN MATEO, iniciador de esta posición lanza una critica a las concepciones
amplias, considerándolas infructuosas declaraciones de principios que obstaculizan "...
la adopción de postulados de trascendencia jurídica inmediata."56. Posteriormente
considera que el ambiente debe identificarse, en una primera mirada, con las llamadas
res nullis, en cuanto bienes comunes a todos y señala que el tratamiento jurídico de
este tipo de bienes se volvió inapropiado porque posibilitó su aprovechamiento
abusivo57. Así, restringe más su concepción de ambiente a los "... elementos naturales
de titularidad común y de características dinámicas: en definitiva, el agua y el aire,
vehículos básicos de transmisión, soporte y factores esenciales para la existencia del
hombre sobre la tierra"58.
Resulta bastante curiosa esta exclusión del suelo, cuando el mismo autor reconoce que
"... la superficie de la tierra biológicamente activa realiza, además de sus vitales
aportaciones a la creación de biomasa y potenciación de la diversidad de las especies,
funciones ambientales importantes e imprescindibles como la que representa la
dinámica fisiológico - vegetal y bacteriana, en la estabilidad de la atmósfera."61.
En este peldaño clasificatorio colocamos, por decirlo de alguna manera, a las ideas que
representan el justo medio de las otras concepciones. Por ello se les ubica como
antropocéntrismo moderado o naturocentrismo moderado. Postulan que el ambiente
debe ser considerado el conjunto de las bases naturales de todas las formas de vida,
incluido por supuesto el género humano, y busca armonizar la protección al ambiente
56
MARTIN MATEO (1991: 82 y 1981: 21).
57
MARTIN MATEO (1991: 85 y 1981: 24).
58
MARTIN MATEO (1991: 86 y 1981: 24).
59
MARTIN MATEO (1991 Tomo II: 466).
60
MARTIN MATEO (1991 Tomo II: 468).
61
MARTIN MATEO (1991 Tomo II: 468).
62
Nos referimos a su MANUAL DE DERECHO AMBIENTAL. 2ª ed. Edit. Trivium Madrid España 1998.
17
con el desarrollo económico. Pero debe entenderse que en tal conjunto, los elementos
y factores naturales se vinculan de manera sistémica.
En la misma vía ROSEMBUJ establece que para una concepción del ambiente en
sentido jurídico, ésta se debe informar de las elaboraciones de la disciplina
especializada, la ecológica; así el factor ambiental "... participa de ese modo como
fuente de conocimiento necesario y obligado en la definición legal y la aplicación de la
norma sea por el juez o el ciudadano"66.
Por otro lado, sostiene "... el ambiente (rectitus: el bien ambiental), en términos
jurídicos reconoce su perfil peculiar en el equilibrio ecológico de la biosfera o de los
distintos ecosistemas, cuya tutela se dispone para la salvaguardia de los mismos y,
finalmente, de la especies humana y su continuidad transgeneracional"67. Señala que
sería equivocado inducir el equilibrio ecológico únicamente desde la perspectiva
antropocéntrica, en atención única del genero humano, ésta solo sería la posición de
arranque, hasta incluir beneficios a especies diferentes a la humana68. Afirma con
claridad "que el enfoque antropocéntrico es el que ha puesto en peligro - y nosotros
agregaríamos destruido- no sólo múltiples ecosistemas, sino algunos de directa y
necesaria contingencia vital para el hombre"69.
63
ESCOBAR ROCA (1995: 44 a 47).
64
ECACOBAR ROCA (1995: 48).
65
ESCOBAR ROCA (1995: 44 a 49).
66
ROSEMBUJ (1995: 11)
67
ROSEMBUJ (1995: 12).
68
ROSEMBUJ (1995: 12 a 13).
69
ROSEMBUJ (1995: 13).
18
De este parecer es también SERRANO MORENO, expone varias razones para tomar
como base del Derecho ambiental a la noción de ecosistema natural, entre éstas
destacan las razones de orden metodológico. La primera razón es que la noción de
ecosistema natural contesta muy bien la interrogante doctrinal sobre cual será el objeto
del Derecho ambiental, es decir, las conductas que pueden influir en el ecosistema
natural, y sepulta la discusión en el sentido de incluir o no en el concepto jurídico
"tanto al hombre y a otros organismos vivos, como el medio físico no viviente, o los
bienes culturales o incluso el medio construido"72. La segunda es que "... nos permitirá
un alto grado de flexibilidad metodológica. Si se observa, tan ecosistema es una laguna
como el planeta. Y por tanto, la dogmática del Derecho ambiental puede practicar
tanto una aproximación macroscópica: la Tierra como sistema, como una particular a
cada uno de los sistemas"73.
70
ROSEMBUJ (1995: 14).
71
ROSEMBUJ (1995: 9 a 14).
Aquí nos parece necesario decir que es y debe ser el derecho quien cierre este sistema sobre la unidad básica del
ambiente; las ciencias naturales si bien lo han definido con cierta concreción, no pueden decir que ya se haya
cerrado para ellas el objeto de análisis
72
SERRANO MORENO (1992: 39 a 40).
73
SERRANO MORENO (1992: 40).
74
SERRANO MORENO (1992: 41).
75
SERRANO MORENO (1992: 41 a 42).
19
La quinta razón es que con la noción de ecosistema natural podemos "dibujar con
precisión el objeto del derecho ambiental y, - también - centrar el objeto de
conocimiento: la protección del equilibrio de los ecosistemas en la medida en que hace
posible la vida de la especie sobre la Tierra. La ciencia jurídica puede incluirse así en el
más amplio campo de la ecología social y puede asumir también el diagnóstico central
para toda traslación política de la Ecología, según el cual la perturbación de todos los
ecosistemas es parte, causa o síntoma de la crisis civilizatoria; de otra forma, que la
crisis ecológica no está aislada, sino condicionada por lo que llamamos progreso de la
civilización y que, por tanto, vivimos una crisis compleja y multidimensional que afecta
a todos los aspectos de nuestras vidas; la salud y el sustento, la calidad del ambiente y
la relación con nuestros semejantes, la economía, la política y la tecnología76
MARTIN MATEO, anterior partidario de una idea restrictiva del concepto jurídico de
ambiente, en una renovada posición al respecto, acepta incluir en el concepto jurídico
de ambiente - y por lo tanto dentro del objeto de protección y estudio del Derecho
ambiental - al suelo, elemento que no consideraba antes, dice "Aunque el suelo como
sostenemos, no sea técnicamente equiparable a los otros dos factores básicos de la
biosfera - aire y agua -, su tutela comparte muchos aspectos con ellos, no sólo por sus
interacciones como veremos, sino porque se dan aquí equivalentes mecanismos a los
que operan en aquellos sistemas, incluyendo el traslado a la colectividad de los costos
económicos que deberían asumir los sujetos afectados."77 y para ser más categórico
añade, el objeto del Derecho Ambiental es la tutela de "... los sistemas naturales que
hacen posible la vida: agua, aire y suelo."78.
Así, añade que el ambiente debe ser entendido como sistemas naturales que
"Constituyen el soporte de la vida. Interaccionan con los organismos naturales. Tienen
ámbito planetario. Los sistemas ambientales, son materiales, físico - químicos,
suministran los elementos necesarios para que se den las condiciones necesarias para
que la vida se mantenga y evolucione, de lo que se trata la biología. Se explican así en
el contexto de la ecología, que estudia la biología de los ecosistemas integrados por
organismos que interaccionan entre si y con el medio que los rodea .... a nosotros nos
interesa el soporte de la vida que no es rígido ni estanco, sino que se encuentra con
ella, como vimos, en continua retroalimentación."79.
76
SERRANO MORENO (1992: 42).
77
MARTIN MATEO (1998: 301).
78
MARTIN MATEO (1998: 61 a 63 y 299 a 302).
79
MARTIN MATEO (1998: 24).
20
de los recursos naturales y del equilibrio ecológico del hábitat"80. Conviene dejar
constancia que esta autora al formular sus definiciones de Derecho ambiental, expresa
nuevas reflexiones y preocupaciones de esta disciplina, es decir, que el Derecho
ambiental debe regular no sólo a aquellas conductas que por su magnitud resultan
relevantes, sino también aquellas que no lo son, pero que por su frecuencia y
acumulación, si importan en la protección del ambiente.
Debemos precisar que nuestra posición es partidaria del verdadero y real desarrollo
sustentable, pero rechaza tajantemente el "aprovechamieto sustentable de los pobres";
y tampoco llegamos a postular que los elementos ambientales sean considerados
sujetos de derecho81. En efecto, lo que se necesita es un cambio del enfoque con que
concebimos la problemática ambiental y sus posibles soluciones; hay que establecer
una nueva forma de relación entre los humanos y entre éstos y los elementos
ambientales, donde se les conceda a estos últimos diferentes formas y grados de
protección, y no derechos subjetivos.
80
GUTIERREZ NAJERA (1998: 112).
81
Sobre la idea de que estas entidades puedan ser sujetos de derecho, argumentaciones en pro y
contra. Cfr.- ESER (1985: 616); SERRANO MORENO (1992: 100 a 118).
En México se ha pronunciado abiertamente a favor de esta idea CARMONA LARA (1991: 23).
82
Cfr.- MADDALENA (1992: 351 a 352); ESER (1985: 619 a 646).
21
En primer lugar, como quiera que sea, el hecho de que parezca una referencia
ambiental en las constituciones es ya un gran paso. En segundo lugar, esta referencia
constitucional es el primer gran paso en la construcción de los derechos subjetivos
ambientales, los que serán una de las vías más idóneas para la protección ambiental y
para el desarrollo de nuestra disciplina. Ciertamente hoy existen muchas insuficiencias
y lagunas para que el derecho subjetivo a un medio ambiente adecuado tenga una
tutela efectiva, pero si salvamos estas y otras dificultades formales y materiales es
seguro que la situación actual se mejore. En tercer lugar, sea o no, esta referencia
constitucional un derecho subjetivo, y eso depende del lugar que se le haya asignado
dentro de la estructura de la propia Constitución, lo cierto es que nada impide que se
considere como principio programático de los poderes públicos y del Estado en su
conjunto. Y en último lugar, además, esta referencia constitucional, precisamente por
encontrarse en ese plano jerárquico, funciona hoy y lo hará en el futuro, como una
directiva suprema de interpretación finalista, cuando haya que echar mano de ese
argumento83.
BIBLIOGRAFÍA
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La Educación Ambiental - Fondo de Cultura Económica. México D.F., 1994.
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CIFUENTES LÓPEZ Saul. "La evolución del Derecho Ambiental en México" conferencia
impartida en el Congreso Internacional CHIAPAS EN LA VISIÓN DE MÉXICO
83
Para una exposición más completa de estos puntos Cfr.- SERRANO MORENO (1992: 114 a 126).
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