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Se trata de problemas que convocan a todas las ciencias a una nueva 昀椀esta,
exigiéndoles un vestido nuevo. En el caso del derecho, la invitación es amplia:
abarca lo público y lo privado, lo penal y lo civil, lo administrativo, lo procesal,
sin excluir a nadie, con la condición de que se adopten nuevas características.
Primera etapa
Una primera etapa de sesgo privatista que regula el uso de los recursos
naturales especí昀椀cos (ej.: agua, bosques, fauna, etc.). Se trata de normas
pragmáticas más que de protección.
Segunda etapa
En una segunda etapa, ya surge una serie de derechos de recursos naturales
especí昀椀cos.
Tercera etapa
En una tercera etapa, surge el derecho de los recursos naturales, en plural,
aunque esta pluralidad es entendida como mera sumatoria de los componentes
individuales (fragmentaria).
Cuarta etapa
En la cuarta etapa surge el derecho ambiental a partir de la concepción integral
del ambiente, virando hacia su protección, publicista e internacionalista.
No hay acuerdo entre los juristas sobre el signi昀椀cado y alcance del derecho
ambiental, ya sea que designe un conjunto de normas jurídicas que regulan
cuestiones ambientales o que se re昀椀era a la disciplina o ciencia jurídica que se
ocupa de dichas normas.
Cabe destacar, como surge de la de昀椀nición, que, para este autor, el derecho
ambiental está compuesto por las normas, la doctrina, la jurisprudencia y los
usos y costumbres.
Para cerrar este apartado, citamos a Brañes, que de昀椀ne al derecho ambiental
(en el sentido de derecho positivo) como
el conjunto de normas jurídicas que regulan las conductas humanas que pueden
in昀氀uir de una manera relevante en los procesos de interacción que tienen lugar
entre los sistemas de los organismos vivos y sus sistemas de ambiente,
mediante la generación de efectos de los que se espera una modi昀椀cación
signi昀椀cativa de las condiciones de existencia de dichos organismos. (Brañes,
2000, p. 29).
Carácter interdisciplinario
esto es consecuencia de la naturaleza interdisciplinaria del medio ambiente. El
derecho requiere, para establecer las necesarias medidas de protección, las
indicaciones y la asistencia de otras disciplinas que estudian los aspectos
físicos, químicos y biológicos del medio ambiente; como así también que
describan los deterioros de la biósfera, evaluando y proponiendo soluciones que
el legislador deberá traducir al lenguaje jurídico, teniendo en cuenta,
igualmente, los datos que los economistas y sociólogos puedan aportar.
Carácter sistemático
el ambiente debe ser interpretado como un conjunto de elementos que se
interrelacionan sistemáticamente, no como una mera acumulación de ellos. Esto
se ve re昀氀ejado en el derecho ambiental, que, como vimos, tuvo una incipiente
primera manifestación como derecho de los recursos naturales
Carácter supranacional
los elementos que componen el medio ambiente, como los problemas
ambientales no reconocen fronteras; de ahí la importancia de la cooperación
internacional, la que se evidencia en los compromisos asumidos por los Estados
en diferentes conferencias internacionales sobre medio ambiente. El derecho
ambiental internacional es un re昀氀ejo de esta característica.
Especi昀椀cidad 昀椀nalista
este criterio 昀椀nalista tiene por objeto suprimir o eliminar el impacto de las
actividades humanas sobre los elementos o los medios naturales.
Énfasis preventivo
en el derecho ambiental, es fundamental la prevención del daño, ya que por sus
características la sanción posterior en la mayoría de los casos resultará ine昀椀caz
(difícilmente se pueda restablecer el ambiente a su estado anterior).
Vocación redistributiva
el derecho ambiental intenta corregir las de昀椀ciencias que presenta el sistema de
precios, incorporando a los costos las externalidades ambientales.
Desde otro punto de vista, observando la actividad del jurista que consiste en
solucionar con昀氀ictos, Lorenzetti (2014) entiende que las fuentes son "criterios a
los que se recurre en el proceso de creación normativo en búsqueda de
objetividad, lo cual exige una mirada retrospectiva hacia el principio de
autoridad (fuente formal) o hacia el argumento 'razonable' (fuente material)".
Las normas formales son obligatorias conforme a una norma de reconocimiento,
entre ellas, encontramos: a) la ley, que es general y obligatoria; b) la
costumbre; c) la jurisprudencia obligatoria; d) las decisiones de tribunales
internacionales y de organismos creados por tratados internacionales en los
supuestos previstos por la Constitución. Las fuentes materiales carecen de
obligatoriedad, pero son importantes porque 昀椀jan el contenido del derecho.
Lorenzetti destaca la doctrina y la jurisprudencia no obligatoria.
La Ley General del Ambiente N.º 25675 nos brinda, en su artículo 4, diez
principios de la política ambiental. A esos principios enumerados en una ley
(una de las fuentes del derecho), se agregan estos citados por el máximo
tribunal de nuestro país. Cabe aclarar que estos dos principios novedosos —in
dubio pro natura e in dubio pro aqua—.
El principio in dubio pro natura establece que "en caso de duda, todos los
procesos ante tribunales, órganos administrativos y otros tomadores de decisión
deberán ser resueltos de manera tal que favorezcan la protección y
conservación del medio ambiente, dando preferencia a las alternativas menos
perjudiciales. No se emprenderán acciones cuando sus potenciales efectos
adversos sean desproporcionados o excesivos en relación con los bene昀椀cios
derivados de los mismos"
Por su parte, el principio in dubio pro aqua establece que "las controversias
ambientales e hídricas, ante las cortes, deberán resolverse, y las leyes
aplicables interpretarse de la manera en la cual sea más probable proteger y
conservar los recursos hídricos y los ecosistemas relacionados".
Fuentes externas
Constitución nacional
Artículo 41.- Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano,
equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades
productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las
generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental
generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la
ley.
Códigos de fondo
Según el artículo 75, inciso 12, de la Constitución nacional: "corresponde al
Congreso […] dictar los Códigos Civil, Comercial, Penal, de Minería, y del Trabajo
y Seguridad Social".
Esta normativa nacional también constituye una fuente del derecho ambiental,
aunque directamente no se re昀椀era a la temática. En el nuevo Código Civil y
Comercial sancionado en 2014 se incluyen normas importantes, como, por
ejemplo: los artículos 14, 240 y 241, que hacen referencia a los derechos de
incidencia colectiva y a los presupuestos mínimos. Con respecto al Código Penal,
destacamos el capítulo de daños dentro de los delitos contra la propiedad, y
otros artículos que se re昀椀eren a incendios, explosiones e inundaciones,
envenenamiento o adulteración de agua potable, entre otros. En cuanto al
Código de Minería, en el año 1995, por la Ley 2458523 se incorporó la sección 2,
"De la protección ambiental, para la actividad minera", dentro del título 13,
"Condiciones de la explotación".
MODULO 2 – LECTURA 3
Derecho al ambiente
El artículo 41 de la Constitución nacional establece que "todos los habitantes
gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo
humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades
presentes sin comprometer las de las generaciones futuras.
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Es muy importante destacar, que además del artículo 41, con la reforma de
1994 se ha dado jerarquía constitucional a los tratados de derechos humanos
enumerados en el artículo 75, inciso 223, lo cual ensancha enormemente el
marco normativo constitucional. Particularmente, el derecho humano al
ambiente fue incorporado en importantes instrumentos jurídicos
internacionales, ya sea de manera explícita como implícita. Explícitamente, en
el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en
materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, conocido comúnmente
como Protocolo de San Salvador de 1988, se establece el derecho de toda
persona a vivir en un medio ambiente sano, y la obligación de los Estados de
proteger, preservar y mejorar el medio ambiente 4. De manera implícita, en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, o Pacto de San José de Costa
Rica, se reconoce en el artículo 4 inciso 1 el derecho a la vida, y en el artículo 5
inciso 1, el derecho a la integridad personal.
Las leyes de orden público constituyen "aquella parte del orden jurídico que
asegura los 昀椀nes esenciales de la colectividad" (Garrone, 1993, p. 639). En otras
palabras, son aquellas normas jurídicas que no pueden ser dejadas de lado por
los particulares porque su 昀椀n es asegurar un mínimo de condiciones
indispensables para la normal convivencia. La consecuencia es, entonces, que
las leyes de orden público marcan el límite de la autonomía de la voluntad
En este sentido, el artículo 12 del Código Civil y Comercial señala que "las
convenciones particulares no pueden dejar sin efecto las leyes en cuya
observancia está interesado el orden público".
podemos decir que existe una relación doble entre los derechos humanos y el
medio ambiente. Por un lado, los problemas ambientales, agravados en los
últimos años, impiden el ejercicio y goce pleno de derechos humanos
preexistentes. Mientras que, por otro lado, el derecho al ambiente sano
constituye un derecho humano en sí mismo, íntimamente relacionado con el
derecho a la vida, a la integridad personal y a la salud.
MODULO 2 – LECTURA 4
Participación ciudadana
sujetos obligados son todas las autoridades públicas de cualquier esfera del
Gobierno nacional, provincial o municipal, así como privados prestatarios de
servicios públicos7. A pesar de lo anterior, es importante destacar que el artículo
7 enumera un elenco de excepciones basado principalmente en la protección de
la defensa, secretos comerciales, industriales o cientí昀椀cos, con昀椀dencialidad
dispuesta por ley o vinculada a datos personales, o cuando la solicitud es
imprecisa, debiendo ser fundada dicha negativa.
Sobre las condiciones de ese acceso a la información, el artículo 3 9 de la ley
expresa que será libre y gratuito, siendo exceptuados solamente los gastos
vinculados con los recursos utilizados para la entrega de la información
solicitada, siempre y cuando estos no impliquen un menoscabo para el ejercicio
del derecho de acceder a la información. Además, no es necesario acreditar
razones ni interés determinado, solo se debe presentar la solicitud formal ante
quien corresponda, donde conste la información requerida y la identi昀椀cación del
solicitante.
A nivel federal, nos encontramos con la Ley nacional N.º 27275, sancionada en
el año 2016. Su estructura presenta, en primer lugar, un título preliminar, el cual
expone los objetivos de la ley y sus principios. Continúa luego con el título
primero, dedicado al mecanismo de acceso a la información pública, el cual
contiene de昀椀niciones necesarias para la aplicación del régimen. Establece una
legitimación activa amplia; gratuidad, salvo gastos de reproducción; obligación
de entregar la información en el estado en el que se encuentre y en formatos
digitales abiertos; sujetos obligados, incluyendo a todas las estructuras de los
tres poderes del Gobierno federal, sumando también concesionarios, institutos,
cooperativas, 昀椀deicomisos y otros sujetos privados vinculados al Estado, así
como algunas personas públicas no estatales. El régimen continúa detallando
las excepciones para la entrega de información; la tramitación del pedido; los
requisitos para la denegatoria total o parcial, y las alternativas en caso de
denegatoria injusti昀椀cada o silencio, pudiendo acudir a una vía judicial (amparo)
o a un mecanismo de reclamo ante la Agencia de Acceso a la Información
Pública (Roth, Strauss y Vera, 2018). El título II está destinado a las medidas de
transparencia activa, detallando en un listado el conjunto de datos que cada
repartición está obligada a hacer público y sus excepciones. Finalmente,
culmina con un título III, el cual posee disposiciones transitorias.
Participación ciudadana
La Ley General del Ambiente (N.º 25675), entre los objetivos de la política
ambiental nacional, enumera el de "fomentar la participación social en los
procesos de toma de decisiones". Luego le dedica un título denominado
"Participación ciudadana" en el que especi昀椀ca normas de presupuestos mínimos
en tres artículos. El primero de ellos declara que toda persona tiene derecho a
opinar en procedimientos administrativos que se relacionen con la preservación
y protección del ambiente, ya sean de incidencia general o particular.
Además, y como contrapartida de este derecho, impone a las autoridades el
deber de "institucionalizar procedimientos de consultas o audiencias públicas
como instancias obligatorias para la autorización de aquellas actividades que
puedan generar efectos negativos y signi昀椀cativos en el ambiente" 13. Es muy
importante destacar los efectos de las opiniones u objeciones de los
participantes, ya que no serán vinculantes para las autoridades, "pero en caso
de que estas presenten opinión contraria a los resultados alcanzados en la
audiencia o consulta púbica deberán fundamentarla y hacerla pública".
Por su parte, el artículo 21 especi昀椀ca que "La participación ciudadana deberá
asegurarse, principalmente, en los procedimientos de evaluación de impacto
ambiental y en los planes y programas de ordenamiento ambiental del territorio,
en particular, en las etapas de plani昀椀cación y evaluación de resultados"
Como surge de la normativa, entre los instrumentos más relevantes de
participación pública, resaltan las audiencias públicas, que al decir de Morales
Lamberti (2005, p. 169) "constituyen mecanismos de encuentro y debate entre
ciudadanos (individuos, grupos, sectores representativos y organizaciones no
gubernamentales) y los representantes de organismos con responsabilidad de
tomar decisiones (nacionales, provinciales y municipales)".
¿Por qué es importante este derecho de acceder a la información ambiental?
¿Cómo impacta este en la participación ciudadana?