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Universidad Alberto Hurtado

Facultad de Filosofía y Humanidades


Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales

Trabajo Práctico: Espacio y Justicia Social


en la Obra “Like stars on heart”

Espacio Geográfico y Justicia Social.


Profesor: Marcelo Garrido Pereira.
Ayudantes: Josefina Gambardella D'Etigny y Diego Varela Núñez.
Estudiantes: Javiera Donoso - Katherine Morales – Pablo Montalba – Luka Romero.
Fecha: 24 de noviembre de 2022.
En el presente informe se dará cuenta de un análisis de la película “Like Stars on Earth” del año
2007 o traducida como Estrellas en la Tierra de los directores Aamir Khan y Amole Gupte, para
continuar abordando los postulados de la geografía post crítica y su conexión con los principios del
reconocimiento y como todo esto se ve expresado en episodios de justicia social dentro de la obra
cinematográfica.

Para comenzar, realizaremos una descripción general de los acontecimientos y el desarrollo del
filme, de esta manera se nos presenta la historia de Ishaan un niño de ocho años, el cual posee
graves problemas de aprendizaje, con esto e incluidos los múltiples esfuerzos de su familia en
especial su madre por ayudar a su proceso educativo, éste sigue teniendo notas deficientes y graves
problemas para leer y escribir, lo último lleva a que termine siendo ingresado en un internado, donde
comienza un periodo de desdicha donde nuestro protagonista se ve dominado por el miedo y la
desesperanza, ya que no se acomoda a las metodologías de los docentes.

Todo cambia cuando llega un nuevo profesor de artes al establecimiento, como reemplazo, Ram
Shankar Nikumbh, este nuevo agente presta atención ante el desinterés de Ishaan y logra identificar
los problemas por lo cuales está pasando nuestro protagonista, el cual obtienes una explicación a
sus dificultades en el diagnóstico de la dislexia.

Ram posee experiencia en el tema debido a que es dislexico al igual que el protagonista y, también
porque ejerce en una escuela para niños con discapacidad llamada di tulipanes, lo que le permite
iniciar un proceso de reflexión en el que decide ayudar a Ishaan. Así es como primero logra explicar
el problema de la dislexia a su familia y a sus compañeros de clase, para posteriormente
presentarse a los directivos y plantear la inclusión educativa dentro de las metodologías del
internado para terminar volviéndose el tutor del protagonista.

Es a través de diversos modos de enseñanza que Ishaan logra avanzar en la superación de las
mayores dificultades escolares. Ram también lo ayuda a reconocer el potencial oculto que tenía en
las artes visuales, donde se proclama como ganador de una competencia de pintura realizada en la
escuela.
Ya finalizando la película los padres de Ishaan se reúnen con sus maestros en el último día de
clases y ven las grandes transformaciones de su hijo, y como sus profesores lo llenan de buenos
comentarios sobre cómo ha superado las dificultades que parecían imposibles de sortear.

Para continuar esta tarea académica proponemos aquí una breve conceptualización de lo referente
al enfoque teórico sobre el espacio que hemos seleccionado para la realización de este informe.
La geografía post crítica de Edward Soja y Doreen Massey que nos permitirán posteriormente
analizar la obra audiovisual anteriormente descrita.
Es importante en primer lugar generar una distinción entre las teorías poscríticas y las críticas lo que
para Soja (2014) se define en nuevas preocupaciones para el análisis crítico respecto a lo espacial
lo que se traduce en el texto: “A medida que las geografías emergentes se entienden mejor, variados
conceptos y temas que hasta entonces habían sido raramente vistos desde una perspectiva espacial
crítica, tales como el capital social y la justicia social, están siendo significativamente especializadas
en términos de causas y efectos.” (Soja, 2014, pág. 35).
Lo anterior nos permite deducir que Soja se refiere a las geografías emergentes como la formulación
de teorías poscríticas. La geografía poscrítica si bien establece un lineamiento de aversión a las
sociedades capitalistas y su conformación al igual que las teorías críticas, incluyen en su desarrollo
conceptual el análisis a las problemáticas asociadas al espacio temas importantes sobre las
identidades donde temas como el género, la raza/etnia, las condiciones etarias, o las capacidades
físicas diferenciadas son sumamente relevantes para entender la justicia social, así como la justicia
espacial.
De acuerdo a esto existe una comparación que se establece con las teorías críticas, quienes centran
su análisis en el poder implicado en las relaciones de luchas de clases establecido por los modelos
socio-económicos, mientras que lo postcrítico se ocupará de esto incluyendo nuevas problemáticas
relacionadas la identidad.
De esta manera encontramos en la introducción ofrecida por Josep Vicent Boria en el texto de Soja
(2014) una explicación respecto a la compresión de la justicia espacial como uno de los conceptos
más relevantes del autor: “¿Y social? Sí, también, pero parafraseando a Edward W. Soja, todo lo
que es social es simultáneamente e inherentemente espacial, de la misma manera que todo lo
espacial está simultánea e inherentemente socializado.” Con esto, se comprenderá que la justicia
espacial es un concepto primordial para el enfoque de las nuevas teorías poscríticas, y de las cuáles
podremos desprender nuestro análisis respecto a la obra Like Stars on Earth (2007).
Las teorías poscríticas además apuntan al desarrollo de una convivencia más sana y democrática de
nuestros espacios sociales, apuntando así al enfoque de justicia social en desmedro de las teorías
capitalistas más despiadadas que benefician el bienestar individual por sobre las exigencias de los
colectivos.
A saber, Soja (2014) explica de mejor forma en el texto que: “El pensamiento espacial en esta línea
no sólo puede enriquecer nuestra comprensión de casi cualquier tema sino también añadir potencial
para extender nuestro conocimiento práctico a acciones más eficaces dirigidas a mejorar el mundo.”
(pág. 31). Esta mejora del mundo se traduce en la comprensión con el/la otro/a a través de una
amplia gama de conocimientos y de conceptos que aportan a una valorización social de los espacios
y del cual se hace cargo el aporte de este enfoque de pensamiento espacial ya que en el mismo
texto (2014) se expresa que: “Vincula la noción activa de búsqueda de la justicia con otros
conceptos amplios referidos a las cualidades de una sociedad justa: libertad, igualdad, democracia,
derechos civiles.” (pág. 53). Esto nos permite referirnos al marco del análisis del espacio que
convoca la obra audiovisual a examinar.
En el objetivo de construir un vínculo con la teoría del reconocimiento, Massey plantea su
comprensión de la diferencia o “el diferente” en el sentido de que las interrelaciones sociales y la
multiplicidad de historias se comprenden a través de un espacio en común, por lo tanto el
reconocimiento es importante en la comprensión de las realidades del otro/a.
De esta manera en el texto de Massey “Filosofía política de la espacialidad” (1999) define en su
argumentación que: “En otras palabras: una comprensión acabada de la espacialidad implica que
hay que reconocer que hay más de una historia desarrollándose en el mundo y que esas historias
tienen al menos una relativa autonomía” (p.117). Es a partir de este reconocimiento de la autonomía,
y de la validación de la multiplicidad de las historias humanas, son parte de la espacialidad.
Comprendiendo esto veremos con mayor profundidad la relación entre reconocimiento y el enfoque
poscrítico para luego caracterizar el espacio de la obra seleccionada.
En cuanto al empleo de las categorías de la Justicia Social recurriremos a la que se basa en el
reconocimiento tomando como autor principal a Axel Honneth y Nancy Faser.
Ambos autores comparten un libro que hemos revisado para el análisis de este esfuerzo académico,
denominado ¿Redistribución o Reconocimiento? (Honneth y Fraser, 2003) donde la filósofa
estadounidense comienza por reconocer que el estado del arte en torno a la Justicia Social ha
pasado de estar liderado exclusivamente por la redistribución, a estar constituido cada vez más
comúnmente por reivindicaciones del tipo de reconocimiento.
En lo que atañe a esta esfera de la justicia social, el reconocimiento entendido de manera filosófica
tiene su origen en los postulados hegelianos recuperados por Honneth y la escuela teórica crítica de
Frankfurt. A su vez, designa una relación recíproca entre sujetos que se identifican como iguales,
pero que sin embargo también se reconocen distintos el uno del otro. Ante esto Fraser nos
menciona: “Se estima que esta relación es constitutiva de la subjetividad: uno se convierte en sujeto
individual sólo en virtud de reconocer a otro sujeto y ser reconocido por él” (Honneth y Fraser, 2006,
pág. 20) lo que permite dilucidar la complejidad de la relación recíproca del reconocimiento entre
sujetos que se necesitan para alcanzar su autorrealización.
En lo referido al reconocimiento en la esfera política, éste es la realización de luchas sociales
contemporáneas que tienen por objetivo el alcance de la justicia.
Si bien la autora estadounidense tiene por objetivo lograr hacer converger en un sistema integrado
las reivindicaciones políticas del reconocimiento y la redistribución, el autor alemán pone en
evidencia que para él la conceptualización del reconocimiento no es meramente una forma de
describir, un concepto que permita nombrar diferentes tipos de lucha coyunturales, sino que más
bien es una teorización conceptual que busca contrarrestar un déficit de la Teoría Crítica que a su
vez permite identificar la injusticia y sufrimiento social en las experiencias sociales conjuntas.
En lo que respecta a los espacios que se identifican de la película como pertinentes para analizar en
esta propuesta teórica, se encuentran aquellos en los cuales el desarrollo del protagonista se da por
medio principalmente conflicto, como lo es la casa de la familia, el internado escolar al que es
enviado por su situación escolar, y que representara un lugar de conflicto emocional. Finalmente la
sala de clases, en tanto lugar no deseado.

Así, tenemos la casa del protagonista como un lugar de conflicto donde el protagonista se ve
constantemente violentado verbalmente por su padre y donde su madre intenta reforzar los
contenidos, frustrada a su vez por no poder comprender la situación de su hijo, a raíz de lo cual el
niño no se siente cómodo en el espacio donde constantemente se le reitera lo importante que es ser
competitivo en el sistema.

Lo anterior también se puede evidenciar en las escenas donde Ishaan, al estar fuera de su hogar de
trayecto a la escuela, deja volar su imaginación, puesto que no posee las presiones constantes por
su bajo rendimiento escolar. Apoyándonos en los dicho de Massey (2004) comprendemos este
espacio desde el concepto de Identidad, “Es decir, no hay lugares que existan con identidades
predeterminadas que luego tienen interacciones, sinó que los lugares adquieren sus identidades en
muy buena parte en el proceso de las relaciones con otros.” (Massey, 2004, p.79), de esta manera
para nuestro protagonista la idea estándar del hogar como un lugar de relajo y comprensión, no se
ve conformado, si no que la identidad que es creada por el protagonista es de desesperación,
incomodidad y recelo ante su propio ambiente familiar.

En segundo lugar, tenemos el internado como espacio, donde el protagonista comienza un periodo
de bajón anímico al sentirse abandonado por su familia y se culpa constantemente por no lograr
cumplir las expectativas académicas y que lo alejaron. En concreto, no logra acostumbrarse a la
convivencia con sus compañeros y se ve comúnmente en problemas con sus profesores que no
comprenden aún su situación.

Para analizar este contexto del personaje tomamos en cuenta que el espacio es un constructo social
de interrelaciones por lo tanto, “La vida humana es consecuentemente, y consecuencialmente,
espacial, temporal y social, simultánea e interactivamente real e imaginaria.” (Soja, 2014, p. 50). De
esta manera los postulados de Soja presentan al espacio como un lugar socialmente construido,
situación por la cual el niño no pasa al ser ingresado de forma abrupta en el internado a mediados
de año y este termina viéndose en un contexto desconocido sin figuras de apoyo y sin vivencias de
donde crear su espacio imaginario, esto por consecuencia termina aislandolo de las relaciones
sociales dentro del establecimiento.

En tercer lugar, posicionamos la sala de clases como lugar no deseado por Ishaan, ya que es
constantemente expuesto por sus dificultades para leer y escribir, esto es retratado cuando la
maestra de su escuela básica le pide que lea un párrafo en voz alta y él no logra hacerlo. Al ser
cuestionado de porque no cumple con las instrucciones, le responde que las letras están bailando y
la docente interpreta esto como una burla y una forma de nula colaboración en el aula y termina
siendo sacado de la clase y nos enteramos que este es un comportamiento habitual.

Estas situaciones siguen ocurriendo cuando es ingresado al internado y se acrecientan cuando en


su primera clase de lenguajes es cuestionado si comprende lo expuesto y al no poder responder, el
comienza una fantasia en la que pasa a darse cabezazos contra la pizarra, rasguñar la misma y se
concibe a si mismo como idiota a traves de gritos.

Los sucesos anteriormente presentados se coinciden dentro de la capacidad de multiplicidad que


posee o más bien debería poseer el espacio, entendiéndose como “el espacio es la esfera de la
posibilidad de la existencia de la multiplicidad; es la esfera en la que coexisten distintas trayectorias,
la que hace posible la existencia de más de una voz.” (Massey, 2005, p.105). De esta suerte, el aula
de clases en ambos casos se ve cerrada a las múltiples relaciones en el espacio, lo que termina en
contraposición de lo que nos expresa Massey, ya que los espacios deben ser dinámicos e inclusivos
y de esa manera conectado con la dimensión del reconocimiento donde distintas posturas, visiones y
experiencias deberían converger, todas ser igual de válidas y protegidas por el contexto en favor del
desarrollo individual y colectivo.

Ahora bien, en lo que se refiere a los espacios y vinculación con la justicia social hemos decidido
emplear para este caso a dos autores revisados en el curso, en primer lugar Axel Honneth y
posteriormente a Nancy Faser, ambos intelectuales nos permitirán desarrollar este vínculo de
manera tal que la obra cinematográfica permita graficar de manera clara las concepciones de justicia
o injusticia social que hemos observado en ella.

Para comenzar esta argumentación es preciso recurrir a Axel Honeth, sociólogo alemán
perteneciente a la tercera generación de intelectuales de la Universidad de Frankfurt. Es discípulo de
Habermas y seguidor de Hegel, por lo que en sus tareas de investigación se observan
constantemente críticas, esbozos, mejoras o reinterpretaciones de estos y otros autores de
renombre como Foucault.

En el desarrollo de sus reflexiones en “Lucha por el reconocimiento”, el cual es empleado para


trabajar una parte de la introducción del libro La Sociedad del desprecio (2011), y que será la
herramienta esencial para describir la Justicia Social que se analizará en este argumento. Honneth
recurre al concepto de reconocimiento y al sistema de eticidad hegeliano para reflexionar en torno a
lo que aquí hemos tratado como Justicia Social basada en el reconocimiento.

Embarcado en esta tarea intelectual el autor recurrirá a tres modelos de reconocimiento hegelianos,
que denominará “esferas del reconocimiento” para describir el desarrollo del reconocimiento
recíproco en las relaciones intersubjetivas e interdependientes de los sujetos, donde la subjetividad
será un media por la cual, a través de su vínculo con el orden político, se accederá a las formas en
las cuales opera el reconocimiento para la autorrealización práctica de los sujetos, y las formas
negativas que se dan cuando hay ausencia de reconocimiento.

En las relaciones afectivas de reconocimiento de la familia, el individuo humano es reconocido


como un ente concreto de necesidades, en las de reconocimiento formal-cognitivo del derecho lo
es como persona abstracta, y en las relaciones emocionalmente ilustradas del Estado, es
reconocido exclusivamente como un universal concreto, como un sujeto socializado en su
unicidad (Honneth, 1992, pág. 45)

En la cita anterior el autor describe las tres esferas de reconocimiento, y por lo tanto las esferas
en las que se desarrolla el proceso de formación del sentido del “yo” en relación con los otros.

En sentido de lo anterior, la primera esfera de reconocimiento es la familia. Para el caso del


protagonista de la obra audiovisual empleada se observa que el reconocimiento no está dado a
completitud por todos los miembros del núcleo familia en el espacio del hogar, por ejemplo su
hermano es capaz de reconocer las habilidades de Ishaan en lo artístico, le habla de buena
manera y lo felicita por su talento, mientras que el caso del padre y la madre es distinto. El
primero lo trata de formas violentas, lo maltrata emocional y físicamente como en la escena del
minuto 43:00 (Like Stars on Earth, 2007, min 43:00) mientras que la madre no logra
comprenderlo a pesar de todo el cariño que siente por él.

De esta manera se observa cómo en el contexto de la película se falla de manera radical en la


primera esfera de reconocimiento, la familia y la casa, de este niño con una potencialidad
diferente a la común.

Asimismo existe una constante negligencia en la segunda de las esferas, donde Ishaan no
logra ser reconocido en su diferencia por los profesionales de la educación de su primera
escuela y por la mayoría de los docentes en la segunda escuela, lo que trajo por consecuencia
el despojo de su derecho a la educación a obligarlo a abandonar la sala por no seguir las
normas de comportamiento dentro de ella como se observa en varias ocasiones en el
transcurso de la obra.
En contraste a lo anterior está el caso del único profesor que logra identificar que el
protagonista atravesaba un gran y profundo problema, reconoce en él las dificultades que
presenta para aprender en contextos tradicionales, reconoce sus cualidades y capacidades
individuales, haciendo presente la tercera de las esferas en el momento en el que apela a la ley
educacional del país para conseguir que racionalmente se le entregue una educación
diferenciada que permita el desarrollo de su potencial.

Con todo, se evidencia en la película que hay diversos espacios y personajes que se
relacionan y nos permiten describir lo que el autor considera como una de las consecuencias
de la falta de justicia basada en el reconocimiento, esto es el desprecio.

A cada una de las esferas del reconocimiento les acomoda una modalidad de desprecio, en lo
familiar, como ya se mencionó, es el desprecio convertido en maltrato y violación, en lo social
es la desposeción de sus derechos y en la ultima es la deshonra que solo es reconstruida
hacia el final de la pelicula donde el protagonista comienza a desplegar sus habilidades en
público.

Respecto a los anterior Honneth sostiene:

“Si en alguno de los escalones de su desarrollo tal forma de asentimiento social queda
excluida, esto abre en su personalidad un hueco psíquico, en el que penetran las reacciones
negativas de sentimientos tales como la vergüenza o la cólera. Por ello, la experiencia de
desprecio siempre va acompañada de sensaciones afectivas que pueden indicarle al singular
que se Ie priva de ciertas formas de reconocimiento social (Honneth, 1992: 220)”

Y que ayuda a reconocer e identificar el porqué de las actitudes negativas en Ishaan, como el
conflicto con los niños que los molestaban, las peleas, la decisión de escaparse de la escuela, entre
otras que demuestran el sufrimiento que causaba en él el desprecio familiar y social.

Por otro lado, Nancy Faser en su texto Redistribución o reconocimiento (2006) explora distintas
formas de segregación que las personas, como agentes de la sociedad, pueden sufrir. En ese
contexto nos alejamos de la clásica visión de la economía y los estratos sociales vinculadas a la
redistribución, para dar con formas menos explícitas de discriminación las cuales no salen a colación
constantemente.
En el caso de Ishaan, nuestro protagonista sufre una discriminación que para Fraser es
“bidimencional”, la cual entra dentro de las discriminaciones de género. Esta segregación se debe
principalmente a la dificultad que presenta el niño a la hora de realizar ciertas tareas, las cuales a
nivel productivo lo convierten en un agente que no tributa a la sociedad. Las actividades en las que
él presenta problemas son las actividades “productivas” las que para la sociedad son importantes.
De ahí nace el conflicto con su padre, quien cree que su hijo es retrasado.

La autora nos da a entender que las actividades en que Ishaan destaca, como lo es el dibujo, son
actividades de “delantal” las cuales son principalmente ejercidas por mujeres las cuales no trabajan,
ya que sus actividades no son remuneradas. Para la sociedad dónde nuestro protagonista vive se
espera que las actividades que desarrolle le provean de un salario alto y que su desempeño laboral
sea ejemplar, ya que es hombre. (Honneth y Fraser, 2006, pág.28)

A modo de conclusión y con un esfuerzo sintetizador reconocemos que tanto las Teorías pos críticas
del espacio en las que encontramos a Soja y Massey, así como las propuesta de Justicia Social
basada en el reconocimiento de Honneth y Fraser nos han permitido acceder a un análisis de la obra
cinematográfica hasta expuesta, que no hubiese sido posible por medio de teorías no críticas o que
tienen como objetivo seguir reproduciendo las formas de habitar el espacio y la justicia tradicional
para sujetos no neuro divergentes.
Esto en el sentido, en el que la película nos presenta aquellas nociones de educación tradicional, de
lo ético en ellas, de las formas correctas o incorrectas de habitar una sala de clases, de comportarse
socialmente en ella, que son excluyentes o ajenas para un sujeto neurodivergente como Ishaan, el
protagonista.
Así, vemos que el problema no nace particularmente del establecimiento educacional solamente, ya
que la idea de aprendizaje no nace solamente de la escuela, el trabajo en el hogar es igual de
importante. A raíz de eso creemos que todo el trabajo que tiene por delante la justicia social para
con los alumnos y/o ciudadanos con trastornos del aprendizaje como era el caso de Ishaan es
adaptar el entorno y el pensamiento para que situaciones como esta sean contempladas en políticas
educativas que reconozcan las diferencias y estas sean integradas. Sabemos que la tarea es ardua
y difícil, es por eso que valoramos los esfuerzos analíticos que nos presentan los autores,
principalmente el de Nancy Fraser.
Bibliografía

● FRASER, N.; HONNETH, A. (2006). ¿Redistribución o reconocimiento?. Madrid: Morata.


● HONNETH, A. (2011). La sociedad del desprecio. España: Trotta.
● MASSEY, D. (1994). Lugar, identidad y geografías de la responsabilidad en un mundo en
proceso de globalización. En Treballs de la Societat Catalana de Geografia, 57, 2004
● MASSEY, Doreen (2005). La filosofía política de la espacialidad. En Arfuch, L. Pensar este
tiempo. Buenos Aires: Paidos
● SOJA, Edward. (2014). En busca de la justicia espacial. Valencia: Tirant Humanidades.

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