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Reforma universitaria 1918

La reforma universitaria fue producida gracias a una serie de protestas originadas


por el centro de estudiantes de la universidad de Có rdoba, en el añ o 1918. Una
reforma se trata de modificaciones de la estructura, fines y contenidos de la
universidad.

La misma ocurrió en un escenario mundial y nacional de constantes cambios, con


tres hechos que resultaron ser los má s relevantes, la primera guerra mundial, la
revolució n socialista soviética de 1917 y en las primeras elecciones dadas gracias a
la ley Sá enz Peñ a se producida la llegada del presidente radical Yrigoyen al poder.
A partir del añ o 1900 gracias al desarrollo del capitalismo y las modificaciones que
ejercía en la sociedad, se produjo un gran flujo de extranjeros a nuestro país, lo que
desemboco en la creació n de una clase media bastante liberal que se unió a las
universidades.

En las universidades de La Plata, Buenos Aires, Santa Fe y Tucumá n, estos grupos


habían conseguido crear los primeros centros de estudiantes, mediante los cuales
realizaron pequeñ os cambios dentro de sus universidades, en la universidad de
Có rdoba era distinto debido a que era la má s tradicional, y en la cual la iglesia no
permitía ninguna modificació n que destituyera el control que ejercía sobre la
institució n. Dentro de esto, la reforma fue necesaria debido a diversos factores, en
primer lugar se quería conseguir un nuevo sistema para la elecció n de las
autoridades universitarias y el funcionamiento de la docencia; se exigía la
participació n en forma activa de los estudiantes en la direcció n que llevaba la
universidad en ese entonces; se proclamaba la prá ctica de democracia dentro del
á mbito universitario a través de la abolició n de privilegios, de oligarquías y de
dogmas religiosos muy arraigados en la misma.

Los hechos que hicieron que se llevara a cabo la lucha de los estudiantes, fueron:

 La supresió n del internado de los estudiantes de medicina en el Hospital de


Clínicas, debido a que los estudiantes de otras provincias recibían hogar y
alimento.
 La derrota de la tendencia estudiantil en las elecciones de rectorado (15 de
junio).

El 10 de marzo de 1918, los estudiantes cordobeses se manifestaron en las calles y


crearon un comité a favor de la reforma, liderado por Deodoro Roca, Osvaldo
Loudet. Alfredo Orgaz, Arturo Capdevila, Gabriel del Mazo y Julio Gonzá lez, entre
otros, aunque solo pedían pequeñ os cambios cambios. Estas modificaciones fueron
negadas por la cú pula de la universidad por lo que los estudiantes entraron en
huelga general lo que impidió el inicio normal de clases.
El 11 de Abril el gobierno intervino la universidad dejando a cargo a José Matienzo,
quien anuncio un proyecto de reformas para la universidad, por lo cual los
manifestantes terminaron la huelga y se reanudaron las clases.

El 15 de Junio se produjeron las elecciones dentro de la universidad en las que


salió elegido de forma fraudulenta Antonio Nores, el candidato de la iglesia. Los
estudiantes interrumpieron en el saló n y llamarían a una nueva huelga general, la
cual se extendió a las demá s universidades del país y tuvo la unió n de las
federaciones obreras.

El 21 de junio, Deodoro Roca redactó anó nimamente el “Manifiesto liminar de la


Reforma Universitaria”, en el que extendían su reclamo y creaban las bases para la
reforma universitaria.

En agosto, el gobierno nacional decretó la intervenció n de la Universidad,


poniendo a cargo a José Salinas. Los estudiantes tomaron el establecimiento y
iniciaron su propia universidad designando decanos y dando clases hasta que
fueron desalojados por la policía. Salinas debió hacer caso a los reclamos y decreto
una reforma del estatuto de la universidad, incorporando la docencia libre y la
participació n de los estudiantes en el gobierno de la facultad. Las demá s
universidades adoptaron las medidas volviéndola un estatuto nacional.

Posteriormente, la lucha estudiantil alcanzaría dimensiones continentales: el


estudiantado se levantaba en Chile, Perú y Cuba durante los primeros añ os de la
década de 1920

La reforma del 18 inspiró movimientos estudiantiles en todas las universidades de


Latinoamérica, durante la década de 1920 en Chile, Perú y Cuba; y durante la
década de 1930, en México, Paraguay y Brasil. No solo se extendió por America,
sino que alcanzo Europa, al ser un principal promotor del Mayo Francés del 68, un
movimiento estudiantil reformista que fue apoyado por má s de 9 millones de
trabajadores de toda Europa y América.

Para el cierre de esta hermosa y autentica monografía,


formada y estructurada por mis compañ ero procedemos a contar los beneficios
que recibimos hoy en día gracias a los compañ ero del 18. Tenemos la oportunidad
de que nuestras voces se escuchen y podamos elegir un representante, podemos
acceder a distintos conocimientos sin que nos limite

El legado del movimiento reformista

Uno de los principales puntos que suele dejarse de lado al hablar de la


Reforma Universitaria –con la intención de eliminar su carácter
revolucionario–, es el de la ligazón entre la universidad y la sociedad.
En este sentido, parte del movimiento reformista cuestionó el papel de la
universidad en tanto meras “fábricas de títulos” que se encontraban
desvinculadas de las problemáticas sociales que aquejaban a la época. Si bien
este cuestionamiento no daría lugar a profundas experiencias en Argentina,
sí sería el caso de los movimientos estudiantiles en otros países como Perú y
Cuba principalmente, a través de la constitución de universidades populares
con el objetivo de ligarlas a la clase obrera y el pueblo pobre, que se
encontraban excluidos de la enseñanza superior (en Argentina recién con el
Cordobazo se manifestaría en los hechos esta unidad). En ambos países
cumplirían un rol clave importantes figuras del marxismo latinoamericano
como el peruano José Carlos Mariátegui y el cubano Julio Antonio Mella.

En nuestro país, el principal dirigente del movimiento reformista y redactor


del Manifiesto liminar, Deodoro Roca, profundizaría el desarrollo de sus
ideas alrededor de esta cuestión. En discusión con las diversas tendencias
que defendían la postura de que la reforma solo se expresaría en cuestiones
meramente académicas, no dejó de tener en cuenta el eje central de la
relación entre la universidad y la sociedad.

Son ellos a quienes se refiere como lo “puramente universitario”: “Tales


trogloditas, dirá, creen saldadas sus deudas con los demás ‘por el mero
hecho de atestiguar ante el asombro privado que son cisternas de saber’, sin
advertir que es necesario que ‘con la palabra del intelectual se transparente
una acción” [4].

Para 1920, Deodoro concebía a la universidad y a todas sus problemáticas


como un reflejo de los problemas que atravesaban a la sociedad argentina
coetánea. La universidad se le presentaba como “resultante de un problema
profundo, concreto, y formidable: el problema social. De la injusticia social”,
llegando a utilizar categorías del marxismo como su noción de que la
universidad era productora de un “ejército de asalariados intelectuales”.

Repensar la Reforma Universitaria en la actualidad

Actualmente, los cuestionamientos de la profunda brecha que separa a la


universidad de la clase trabajadora y el pueblo no pierden vigencia, sino que
continúan siendo una de las principales desigualdades que atraviesa a las
sociedades capitalistas contemporáneas; pues la universidad responde a un
modelo capitalista que, con su inherente carácter elitista, constantemente
segrega a amplios sectores de la población del acceso a la misma.

La Ley de Educación Superior (LES) sancionada en 1995 durante el


menemismo, y mantenida por los posteriores gobiernos de la Alianza y los
sucesivos gobiernos kirchneristas, constituyó un importante avance del
neoliberalismo sobre las universidades nacionales: se introdujeron,
principalmente, una enorme cantidad de posgrados pagos que van en
detrimento del título de grado. El sistemático recorte de ofertas horarias
dificulta a miles de estudiantes que, debido a su situación económica, se ven
obligados a trabajar y, por ende, imposibilitados a cursar una carrera
universitaria; además de que los sistemas de becas no logran –ni se
proponen– solventar los problemas económicos de miles de jóvenes para
asegurarles el acceso a las carreras de grado.

El gobierno macrista esbozó un nuevo intento de avance sobre la educación


universitaria pública con paritarias docentes a la baja, tarifazos en los
transportes públicos y recortes de presupuestos en materia de educación
que el año pasado obtuvo respuesta a nivel nacional, 40.000 personas se
movilizaron en las calles de Buenos Aires y decenas de miles más en el resto
del país.

La defensa de la universidad pública hoy reside en que estudiantes y


docentes, junto con el resto de los sectores de trabajadores que enfrentan las
políticas de ajuste, la tomen en sus propias manos.

Es menester poner en pie un movimiento estudiantil que cuestione, no solo


el modelo de la universidad actual, sino también la sociedad de clases que la
engendra.

[1] Bonavena, Pablo Augusto; Califa, Juan Sebastián; Millán, Mariano (comp.),
El movimiento estudiantil argentino: historias con presente. Buenos Aires,
Cooperativas, 2007.

[2] Portantiero, Juan Carlos, Estudiantes y política en América Latina, México,


Siglo XXI, 1978.
[3] Asociación católica de carácter ultraconservador y aristocrático.

[4] Galfione, María Verónica, “Deodoro Roca y la Reforma Universitaria”.

[5] Roca, Deodoro, “Encuesta de Flecha”, en: Del Mazo, Gabriel, La reforma
universitaria, La Plata, 1941.

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