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CAMBIO CLIMATICO Y DESARROLLO

SEMANA 2

Katherina Rodriguez V.
14-01-2023
Programa de continuidad en Ingeniería en gestión de calidad y ambiente
DESARROLLO
1. ¿Cómo el efecto invernadero contribuye al cambio climático? Plantee un ejemplo
donde se pueda observar el mismo.
Estas causas conducen a un aumento de las emisiones de gases de efecto
invernadero (GEI), cuyas consecuencias pueden incluir: aumento del nivel del mar;
retroceso de los glaciares, e; aumento de los fenómenos meteorológicos extremos,
como sequías e inundaciones. Además:
 Aumento de la sequedad.
 Aumentarán los chubascos fríos y de corta duración.
 Aumento del nivel del mar.
 Temporada de lluvias reducida.
 Incremento de incendios forestales.
 Reducción de la biodiversidad de plantas y animales (medicinales).
Pérdidas económicas derivadas, entre otras cosas, de la disminución de la
producción de tierras agrícolas, árboles frutales, hortalizas, cereales y la pérdida de
ganado por falta de forraje.

2. ¿Cree usted que las actividades industriales contribuyen a la emisión de GEI?


Las principales fuentes de emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero
son la electricidad y la calefacción, la agricultura y otros usos del suelo, la industria, el
transporte, otras fuentes de energía y las emisiones de la construcción (15,6 Gt CO2eq
en 2018 o 31,9% emisiones brutas de gases de efecto invernadero). transporte (6,9 Gt
CO2eq en 2018 o el 14,2% emisiones totales) y la industria.
3. Identifique 3 consecuencias ambientales producto del cambio climático en Chile -
Argumente su punto de vista con los contenidos vistos.
Escasez y cuidado del agua
Se estima que el problema afecta al 15% de la población chilena,
aproximadamente. “Muchas comunidades son abastecidas por camiones aljibe, no sólo
en las zonas áridas del norte, sino también al centro y sur del país, lo cual es un
indicador preocupante. Esto impacta en las actividades forestales y agropecuarias”,
señala Fernando Farías, el especialista chileno convocado para participar en los
informes de cambio climático de IPCC.

En 2017, los aluviones ocurridos en San José del Maipo obligaron a Aguas Andinas a
realizar un corte de emergencia en el suministro a 30 comunas de la Región
Metropolitana. La medida fue impulsada debido a los altos índices de turbiedad
registrados en el agua. “Esas precipitaciones cálidas e inesperadas son una señal
típica del cambio climático. La lluvia termina siendo un problema y no un beneficio”,
agrega Farías.

El especialista destaca los esfuerzos realizados por las empresas sanitarias en Chile en
materia de canalizaciones y cuidado eficiente del agua en las obras civiles. Asimismo,
subraya la acción del Ministerio de Obras Públicas para la adaptación del desarrollo de
infraestructura a las necesidades del cambio climático. “Es una señal muy positiva
que no he visto en otros países”, asegura.

Aumento de sequías y baja en las precipitaciones:


Pablo Sarricolea, profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile,
observa que las sequías a nivel nacional podrán ser más prolongadas y espacialmente
más extensas como consecuencia del calentamiento global. En efecto, los grandes
incendios forestales generan problemas para los ecosistemas y sus poblaciones
cercanas. “La contaminación atmosférica en los incendios de 2017 fue altísima,
con valores de emergencia superiores a los que se declaran para Santiago”,
sostiene.

“Desde hace 50 años, aproximadamente, Chile viene experimentando una


disminución de las precipitaciones en la zona central a un ritmo de 5% por década .
Si en el futuro no hay cambios en relación con el calentamiento global, podríamos
esperar una baja del 30% para fin de siglo”, explica el meteorólogo Roberto Rondanelli,
del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile.
El experto advierte que la disminución de las precipitaciones va asociada a un aumento
de la temperatura que es más acentuado en la cordillera. Como consecuencia, la
nieve se derrite antes de lo previsto, con ríos caudalosos de forma temprana y
consecuentemente más secos en el verano.

La hidrología de Chile depende en gran parte de la nieve que cae en cordillera . Si


fuera por la precipitación en los valles, Santiago probablemente no tendría suficiente
agua para sustentar sus actividades productivas ni el consumo humano, aporta Roberto
Rondanelli.

Marejadas y aumento del nivel del mar:

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático identificó a las
zonas costeras bajas como una vulnerabilidad en la geografía chilena.

El aumento del nivel del mar, inducido por el incremento de la temperatura a causa de
fenómenos naturales y del calentamiento global, puede tener serias incidencias en los
6.435 kilómetros de costa en el país.

Según Humberto Merino, director de la revista especializada Enfoque, las principales


derivaciones del cambio climático en la zona costera son: incremento de la temperatura
de la atmósfera y el océano, alza del nivel medio del mar, intensificación de tormentas y
oleaje, cambios en el régimen de precipitaciones, cambios en las corrientes oceánicas,
hundimientos y levantamiento cosísmicos, intrusión de agua salada. Esto se traduce en
impactos bióticos (naturaleza y ecosistemas), paisaje, agricultura, recursos hídricos,
acuicultura, infraestructura y perdida de vida humana, animal y vegetal.

“No me atrevo a afirmar algo terminante, pero hay que estar preparados para evitar
erosión costera derivada de marejadas. Si bien no son aún atribuibles al cambio
climático, han sido más frecuentes en los últimos años”.
4. ¿Cuáles son las evidencias de que el cambio climático está ocurriendo? Presente
evidencias que sustenten su planteamiento (noticias, enlaces de interés, etc.).
El calentamiento del sistema climático es inequívoco, como se evidencia en el aumento de las
temperaturas medias globales del aire y océano, el derretimiento generalizado de la nieve
y el hielo, que tiene como consecuencias el ascenso global medio del nivel del mar.

https://www.pactomundial.org/noticia/cual-es-el-estado-actual-del-cambio-climatico-en-el-mundo/

¿Cuál es el estado actual del cambio climático en el mundo?


El año 2020 comenzó con lo que parecía una ola imparable de cambio de hábitos en pro
de la lucha contra el cambio climático. Por fin, las voces científicas y los movimientos
ecologistas como Fridays for future habían calado tanto en la sociedad como los
gobiernos, que ya dirigían sus estrategias hacia la transición verde. Sin embargo, lo que
parecía ser el año para cambiar de rumbo hacia un planeta más verde, se convirtió en
un año marcado por una crisis económica y de salud sin precedentes. De este modo, los
esfuerzos climáticos fueron relegados a un segundo plano, eclipsados por la irrupción de
la pandemia.
Y aunque en este año hemos sido testigos de una breve y nunca antes vista disminución
de las emisiones, lo cierto es que este solo fue un efímero respiro para el planeta ya que
las emisiones de CO2 han vuelto a registrar niveles récord y siguen aumentando. Todo
ello nos muestra que el cambio climático no se detendrá ante crisis mundiales como la
de la COVID-19 y necesitamos reducir las emisiones y lograr la neutralidad en materia
de carbono para 2050.
La urgencia de esta misión es cada vez mayor: se prevé que el período comprendido
entre 2016 y 2020 será el quinquenio más cálido de la historia, y en base de las
tendencias actuales, el mundo no está en condiciones de mantenerse por debajo de los
objetivos del Acuerdo de París. Así lo muestra el informe “United in Science
2020” editado por varias agencias de las principales organizaciones científicas.* En él
se destacan los efectos cada vez más acusados e irreversibles del cambio climático, que
afectan a los glaciares, los océanos, la naturaleza, las economías y las condiciones de
vida de los seres humanos y que a menudo se dejan sentir a través de peligros
relacionados con el agua como la sequía o las inundaciones. Asimismo, el informe
también documenta cómo COVID-19 ha obstaculizado nuestra capacidad para realizar
una vigilancia exhaustiva de estos cambios a través del sistema de observación mundial.
A continuación, exponemos algunas de sus conclusiones principales:
En primer lugar, las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) fósil, que son
aquellas procedentes del uso de combustibles fósiles y la industria, alcanzaron un
récord en 2019 de 36,7 Gigatoneladas. Durante el 2020 se observan anomalías
relacionadas con el periodo de confinamiento y parón de la economía global que hizo
disminuir en abril un 17% las emisiones en comparación con los promedios globales
diarios en 2019. Unos niveles que volvieron a recuperarse en junio de 2020.
A pesar de esta ligera reducción de emisiones durante la pandemia,
las concentraciones de Gases de Efecto Invernadero en la atmósfera han seguido
aumentando hasta alcanzar nuevos registros. Esto se debe a que el balance de las
concentraciones atmosféricas es el resultado de las emisiones actuales y pasadas y del
período de vida sumamente prolongado de ese gas, por lo que el efecto del descenso de
emisiones durante el confinamiento en el cómputo total es muy limitado. Este es uno de
los puntos más críticos en la lucha contra el cambio climático ya que las reducciones
sostenidas de las emisiones son necesarias para estabilizar el aumento de la
temperatura global.
En este sentido, el informe revela que la temperatura media mundial de la superficie
para el período 2016-2020 estará entre las más cálidas de cualquier período
equivalente registrado. En concreto, se estima que actualmente es 1,1 °C superior a la
media de la etapa preindustrial (1850–1900). Y lo más preocupante, existe alrededor de
un 20% de probabilidad de que la temperatura media global supere temporalmente los
1,5 °C por encima del nivel preindustrial en el período comprendido entre 2020 y 2024.
En consecuencia, el cambio climático inducido por el hombre está afectando a los
sistemas de sustentación de la vida, que van desde la cima de las montañas hasta las
profundidades de los océanos, lo que provoca diferentes efectos en cascada para los
ecosistemas y la seguridad humana como:
  Deshielo del Ártico y aumento del nivel del mar
El ritmo de subida del nivel medio del mar a escala mundial de 2006 a 2015 es ya de 3,6
milímetros anuales, un valor sin precedentes para el conjunto del siglo pasado. En este
punto debemos tener en cuenta que el océano global cubre el 71% de la superficie
terrestre y otro 10% de la misma está cubierta por glaciares o capas de hielo, lo que
llamamos criosfera. El océano y la criosfera sostienen hábitats únicos y están
interconectados con otros componentes del sistema climático a través del intercambio
global de agua, energía y carbono, lo que provoca que cualquier cambio en el nivel de
estos dos componentes afectará gravemente al clima terrestre y a la vida submarina.
  Acidificación del océano y pérdida de biodiversidad mar
El océano ha absorbido entre el 20 y el 30 % del total de emisiones de CO2 que provoca
el hombre desde la década de 1980, y ello ha incrementado su acidificación. Desde
aproximadamente 1950 muchas especies marinas han experimentado cambios en su
área de distribución geográfica y en sus actividades estacionales en respuesta al
calentamiento de los océanos, los cambios en el hielo marino y la pérdida de oxígeno.
Esto ha dado lugar a cambios en la composición de las especies, la abundancia y la
producción de biomasa de los ecosistemas, desde el ecuador hasta los polos.
  Modificación de las condiciones hidrológicas
Los cambios que están ocurriendo en nuestro sistema climático han comenzado a
impactar y tendrán impactos más pronunciados en nuestro planeta. El Informe de las
Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo (UNESCO,
2019) enumera tres impactos clave relacionados con el agua en un clima cambiante:
1) Aumento de los desastres relacionados con el agua: actualmente el 90% del
impacto de los desastres naturales está relacionado con el agua y para 2050, el número
de personas en riesgo de inundaciones aumentará de su nivel actual de 1.200 millones a
1.600 millones.
2) Aumento de las zonas que sufren de estrés hídrico: A principios y mediados del
decenio de 2010, 1.900 millones de personas, o el 27% de la población mundial, vivían
en posibles zonas de grave escasez de agua. En 2050, esta cifra aumentará entre el
42% y el 95%, o entre 2.700 y 3.200 millones de personas.
3) Aumento de las muertes relacionadas con la mala calidad del agua. Datos del
2019, mostraban que el 12% de la población mundial bebe agua de fuentes no
mejoradas e inseguras, con el consecuente riesgo para la salud. En este aspecto, según
datos de UNICEF (2017) más de 800 niños mueren cada día por la diarrea asociada con
el agua no potable y la falta de higiene y saneamiento.
Por último, el documento hace hincapié en que los impactos de la pandemia de COVID-
19 también van más allá de las emisiones. Según la OMM, los buques de investigación
oceanográfica y los buques comerciales dejaron de tomar datos durante la pandemia de
COVID-19, y la red GO-SHIP canceló su estudio oceánico de la década. El informe
destaca que el estudio de estas variables es esencial para evaluar el avance del cambio
climático y sus consecuencias por lo que estas “lagunas” deberían evitarse a través de la
coordinación internacional y la colaboración en materia de datos. Un espíritu de alianza
que además queda reflejado en el prólogo del secretario de Naciones Unidas, Antonio
Guterres, quien señala que:
“Nunca antes ha sido tan evidente la necesidad de aplicar transiciones limpias,
inclusivas y a largo plazo que permitan afrontar la crisis climática y hacer realidad el
desarrollo sostenible. Debemos convertir la estrategia de recuperación de la pandemia
en una auténtica oportunidad para forjar un futuro mejor”. Y añade que para ello
“necesitamos ciencia, solidaridad y soluciones”.

 Las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero


continúan aumentando y las emisiones de combustibles fósiles ahora están por
encima de los niveles previos a la pandemia después de una caída temporal
debido a los bloqueos asociados con la pandemia de COVID-19 en 2020 y 2021
 En los últimos años se registraron temperaturas récord y el calor del océano. De
cara al futuro, existe una probabilidad del 48 % de que, durante al menos un año
de los próximos cinco años, la temperatura media anual sea temporalmente 1,5
°C más alta que en 1850-1900
 Las promesas de mitigación son insuficientes para lograr el Acuerdo de París. Es
necesario intensificar las acciones para evitar el calentamiento continuo que
aumenta la probabilidad de cambios irreversibles en el sistema climático,
conocidos como puntos de inflexión.
 Miles de millones de personas en todo el mundo están expuestas a los impactos
del cambio climático. Las ciudades, responsables de hasta el 70 % de las
emisiones provocadas por el hombre, se enfrentarán a impactos socioeconómicos
cada vez mayores y las poblaciones más vulnerables del mundo serán las que
más sufrirán, como se ha visto en los recientes fenómenos meteorológicos
extremos.
 La adaptación es crucial para reducir los riesgos de los impactos climáticos. Los
sistemas de alerta temprana pueden salvar vidas, reducir pérdidas y daños,
contribuir a la reducción del riesgo de desastres y apoyar la adaptación al cambio
climático.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 IACC (2021). Fundamentos del Cambio Climático. Parte II. Cambio Climático y
Desarrollo Sustentable. Semana 2. Cambio Climático y Desarrollo Sustentable

 https://ojoalclima.com/evidencia/

 https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2021-08-09/el-gran-informe-cientifico-
sobre-cambio-climatico-responsabiliza-a-la-humanidad-del-calentamiento-y-el-
aumento-de-fenomenos-extremos.html

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