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JOYELES
100206
EF REBO LL EDO L I B R E R Í A DE LA V » D E C U . B O U R E T
PARÍS I MÉXICO
23, Hue Visconti, 23 | 14, Cinco de Mayo, 14
1907
A
MMO
EFRÉN REBOLLEDO
P* *ZT
Quedan asegurados los derechos conforme á la ley.
a C u a r z o s » e s u n a s u n t u o s a vitrina c u y o s a n a q u e l e s
de p a l i s a n d r o s u s t e n t a n marfiles p r e c i o s o s , o r f e b r e r í a s
CUARZOS
Sculpte, lime, cisèle,
Que t o n r ê v e flottaut
Se scelle
D a n s le b l o c r é s i s t a n t .
Th. Gautibr.
PROLOGO
1 !•
P o r su t e r s u r a y t r a n s p a r e n c i a
Grabé en la clara refulgencia
De los diamantes mi paciencia.
•
Mi fe es el jaspe veteado,
Y en el zafiro inmaculado
Está mi anhelo cincelado.
En la t u r q u e s a de agua pura
Ríe destellos mi ventura
Y llora el ónix mi a m a r g u r a ,
Mi a m o r f u n d i r e s p e r a t u s enojos,
Y y a mi a m o r ha visto á la e s p e r a n z a A Luis G. Urbina.
E n el azul a b i s m o de tus o j o s
R e l u c i r como el s i g n o de la alianza. Mis castillos he t r o c a d o p o r los l a u r o s del t r o v e r o ,
P o r la lira mis esmaltes y mis nobles oriflamas,
Y en los blancos p l e n i l u n i o s , cual Vidal a v e n t u r e r o ,
Y q u i e r e tu b o n d a d mi s u f r i m i e n t o ,
He cantado los a m o r e s ; s o y el b a r d o de las d a m a s .
Y ante tu solio mi p a s i ó n se inclina,
Oye mi voz, alivia mi t o r m e n t o ,
Turris ebúrnea, stella matutina. Y el e n o j o de las d a m a s he s u f r i d o c o m o A r n a l d o ,
Cual R u d e l he s o r p r e n d i d o las bellezas más a d u s t a s ,
Y p r e g o n a mi linaje la t r o m p e t a del h e r a l d o
En las i r a s del t o r n e o y en las g l o r i a s de las j u s t a s .
EL SONETO
Á Jeríu B. Valcnzuela.
El generoso a r d o r de su montura
Contiene con la brida r e f r e n a d a
Y acariciando el pomo de su espada
En los firmes estribos se a s e g u r a .
LA LLUVIA
Rompe s u s collares
De aceradas cuentas
La lluvia tediosa,
Y en tristes cantares
Y baladas lentas
Mi fastidio glosa.
E c h a d o en la alfombra
De obscuros florones
El lebrel bosteza,
Y su larga s o m b r a
E n los corazones
Tiende la tristeza.
Porfiado, porfiado,
E n la calle suena
Tu repique lento,
HACIA EL IDEAL
LAS GOLONDRINAS
AUSENCIA
CANSANCIO
Acompañada p o r un lloroso
S u s u r r o de hojas primaverales,
En su ventana del Norte u m b r o s o
L a lluvia tiende sus g r i s e s chales.
Y deslumhrado p o r tu belleza
Que más realzas con tu decoro,
E n el brocado de mi tristeza
B o r d é ilusiones color de o r o .
AURORA
Y deslumhrado p o r tu belleza
Que más realzas con tu decoro,
E n el brocado de mi tristeza
B o r d é ilusiones color de o r o .
AURORA
Y con los p i e s cubiertos de polvo y con las manos Torna al combate rudo, piensa, genera, siente ;
Heridas, repartiendo la muerte á los tiranos, Exprime tu cerebro, sigue tu austera vida;
Mostrando á los d e s n u d o s la ruta hermosa y b r e v e , Lacera y despedaza tu corazón valiente,
Y abriendo un surco de oro se va con s u s h e r m a n o s Junta tu llanto acerbo, cuaja tu sangre ardiente
E n t r e un clamor de voces el púgil Diecinueve. Y enclaustra en el estudio tu juventud querida.
Estos viriles jefes han sido los m a y o r e s Y allá brilla la Nueva J e r u s a l é n , la santa
Del Veinte poderoso que agita su bandera Ciudad de tus anhelos, allá en el horizonte
Reuniendo las falanges de invictos luchadores, Relucen sus baluartes y pórticos, mas, cuánta
Y al son de sus fanfarrias y al son de s u s t a m b o r e s Sangre caliente y roja derramará tu planta
T r a s p o n e con la A u r o r a la a b r u p t a cordillera. En las hostiles p e ñ a s p a r a escalar el monte!
Y pues que ya cerraste la gruta funeraria Allí están sus almenas, atrás de la espesura
De tus ¡lustres Manes, pues que tu cáliz lleno Tupida de j a g u a r e s ; allá tras esa falda
De luto has apurado, recita tu plegaria, De enmarañado cerro, salvando la b r a v u r a
Y al r e c o r r e r la estepa desnuda y solitaria. De l a s crueles rocas, e n c o n t r a r á s la p u r a
Sigue á Zola, el Valiente, y oye á Tolstoi, el Bueno. Ciudad de muros de oro, de jaspe y de esmeralda.
Allí exultarán todos, allí comerá el falto
De bienes y el magnate, verán los que no han visto,
Y al resplandor del cielo de plata y de cobalto,
Más alto que las c u m b r e s , y con su cruz en alto,
Congregará á los hombres el nuevo Jesucristo.
FAUNALI A
i Ciro B. Ceba/fot.
mm
Encarnizaban en el mate
De las olímpicas caderas.
VOTO
•m
Vendrá con su r o p a j e de inocencia
É incitando mi a r d o r con su decoro,
P e r o al fio gozaré de sü opulencia
E n medio de mis ánforas de esencia
Y mis ardientes candelabros de oro.
C R E P Ú S C U L O
Á Balbino Dávalos.
I
Dulcemente,
El doliente
Sol se esfuma
T r a s la bruma
De áurea espuma
Del poniente.
De los cielos
Cuelgan velos
Y brocados
Mordorados, Y en la bruna
Y violados Noche, entre una
Terciopelos. Nube e r r a n t e ,
Surge avante
El octante
R o s t r o s bellos, De la luna.
Finos cuellos,
Dulces ojos,
Labios rojos,
Nudos flojos
De cabellos.
Cuantos dones
É ilusiones,
Cuando hay viudos.
Cuando hay mudos
Y desnudos ti
Corazones. i
El santuario
Solitario
Lanza al viento
El lamento
De su lento
Campanario.
LA VEJEZ DEL SÁTIRO
A Luis Barreda
CUÑO
t
Bogaron en mi sueño de láminas t r a n q u i l a s
Como en las quietas fuentes los cisnes familiares.
SAUDADES
(Á LA MANERA DE LOPE)
A Federico Gamboa.
HERMANA DE LA CARIDAD
Me llevé el deslumbramiento
De tu blanquísima tez,
Y en mis manos voluptuosas
La sensación de tu piel,
Y recordaba tu imagen,
Acordándome también
De las liras, de las ánforas
Y de las alas, tal vez,
P o r q u e remedan contornos
Y gálibos de m u j e r ,
Y en la noche saturada
De tu memoria, soñé
Que era un escultor de Atenas,
Y que estaba en un taller
Lleno de h e r m o s a s estatuas
Del Arte y la F o r m a prez,
Y que tú estabas desnuda
Y mi labio era un cincel,
Y que pulía tu cuerpo
Muriéndome de placer
Desde tu bendita frente
Hasta tus divinos pies.
SILUETA
Te s o r p r e n d e la lluvia repentina
Discurriendo en el p a r q u e sombreado,
En donde con coqueto desenfado
Gozas de la frescura vespertina.
Al contemplar tu arqueada
Y reluciente cadera
Se iluminó tu bañera
Como una amante mirada.
BURBUJAS DE CHAMPAGNE
El fagot luego m u r m u r a ,
Y después gime la flauta
Descifrando la escritura
Intrincada de la pauta.
P u j a el c o r n o enmarañado
Gomo el tubo de una tripa.
Y el trombón cuelga cansado Y no p a r a la batuta,
Con el dejo de una pipa. La batuta milagrosa,
Como vara diminuta
De hechicera prodigiosa.
La batuta no reposa :
Zigzaguea como un rayo,
Los tirantes arcos como
Se columpia cadenciosa
Lanzaderas diligentes,
Y se inclina con desmayo.
O r a j u n t a s caen á plomo,
Ora vibran impacientes.
Y se quejan, y se quejan
Irritados en las primas Y se quejan y se quejan
Los violines que semejan Irritados en las primas
Un sutil chirriar de limas. Los violines que semejan
Un sutil chirriar de limas.
L i n d a s t a r d e s e n t o l d a d a s p o r los c o b r e s l u m i n o s o s
De los c ú m u l o s e s p e s o s y los c i r r o s v a p o r o s o s ,
F r e s c a s n o c h e s en que vierte la m a r i m b a s u s g e m i d o s
B a j o el cielo salpicado de l u c e r o s e n c e n d i d o s .
La floresta forma verdes delantales en los flancos Las neblinas se descuelgan cual finísimas espumas
De las cónicas montañas, y tapiza los b a r r a n c o s Envolviendo los bambúes que parecen grandes plumas,
Las flexibles cañas mueven sus carrizos cimbradores En su campo azul oscuro, como si una moza b r u n a
P r o d u c i e n d o dulces ritmos y bucólicos r u m o r e s ; Se ataviara con diamantes y una blanca media luna ;
C u a n d o llueve, el cortinaje de las nubes se desbila
F i g u r a n d o largos flecos de mantones de M a n i l a ;
Arde en el raso e n s a n g r e n t a d o
Que con amor tu cuerpo toca,
1 En el clavel de tu tocado
Y en los corales de tu boca.
Al descender de tu c a r r u a j e
Fulgió en tu espléndida mantilla,
• *
Y adormecido de ilusiones
Te tuve en sueños en mi pecho
E n t r e los tintos e d r e d o n e s
Y las batistas de tu lecho.
Y poblaban de locuras
Las agrestes espesuras ;
Y poblaban de locuras
Las agrestes espesuras ;
ALEGORÍA
: . . L- .
Le s i r v a el salobre golfo Si la sonrosada concha
De lápida funeral, P o r feliz casualidad
En busca de hermosas p e r l a s Guarda en su hueco una perla
Se lanza al fondo del m a r . De perfección ideal,
El buzo que la ha sacado
De las ondas á pesar
Desciende el buzo al a b i s m o . De la peligrosa manta
De lóbrega oscuridad, O del tiburón voraz,
Y entre el bosque de m a d r é p o r a s Puede obtener oro en cambio
Y los huertos de coral, O adquirir la libertad,
Y la espesura de esponjas, Y en una regia corona
Y el g r u p o de algas que va O en un suntuoso collar,
Navegando entre las aguas Lucir la nítida perla
Gomo ligero cendal, De esplendidez imperial,
Alarga el s e g u r o b r a z o Que es del oriente más p u r o
Hacia una concha sin p a r Y de hechizo singular,
Que es tal vez el cofre h e r m o s o , P o r ser acaso una lágrima,
El estuche natural Cristalización quizás,
De la perla de más brillo, De la gota más salobre
Más tamaño y más beldad, De los abismos del mar.
Y contento del hallazgo
Que lo ha llenado de afán
Lo aprieta con mano trémula, P u e s como el experto buzo
Y destrozando el cristal Que el piélago explora audaz,
De las sosegadas olas Yo exploré mi pecho ansioso,
Sale del fondo del mar. Y en la densa oscuridad,
Entre las amargas dudas
Y los bancos de p e s a r ; Que la perla t r a n s p a r e n t e
En mi corazón ardiente De perfección ideal,
Que modulaba al compás Ni luzca en regia corona,
De vuestro favor ó enojo Ni brille en g r u e s o collar,
Su intermitente tictac ; Sino que se hunda y se entierre
E n el hueco más oculto, D o n d e no la miréis más,
Colocada en la mitad E n t r e cadenas de rocas
De la entraña infatigable O dédalos de coral,
Que palpita pertinaz, Que se esconda p a r a siempre,
Como en una concha rara Que vuelva al fondo del mar.
Y asombrosa, que en lugar
De ser sonrosada es r o j a ,
E n c o n t r é p a r a mi mal
Una perla más brillante
Que las perlas de Ceilán,
Más hermosa que las perlas
Pescadas en Panamá,
Un ferviente a m o r que es vuestro,
Vuestro solo y nada más.
P e r o si porque hay razones
De extraña fatalidad,
Ni yo os lo puedo ofrecer
Ni vos lo podéis g u a r d a r ,
Que vuelva al fondo del pecho
El vivo y oculto afán,
Para no a p a r e c e r nunca,
P a r a no salir j a m á s ,
YA LA L L U V I A HA DESTEJIDO
SUS CENDALES
SONETOS GALANTES
IM
Á UNA RUBIA
i n
DE GOYA
LOS CORALES
PERFIL
\ .51
Hecha para reinar vives reclusa,
Tu orgullo á los r e q u i e b r o s se r e h u s a ,
Y si algún atrevido te corteja.
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T j y T g r
*¿ikt
T g r
E s g r i m e s tu pupila fulgurante
Bajo el arco tupido de tu ceja,
Y nublas tu borbónico semblante.
A UNA PÁLIDA
EN EL BAILE
Te a r r a s t r a b a en el cauce desbordado
Del baile, desafiando la fatiga,
Y sentía en mis sienes una espiga
Suelta de tu magnífico tocado.
Al c r u z a r su destello electrizado
Nuestros ojos, tramaban una intriga,
Y como el ave incauta p o r la liga
Yo estaba p o r tu hechizo aprisionado.
INDICE
ÍNDICE
E f r é n Rebolledo i
Cuarzos.
Prólogo 3
Santa Teresa 7
T i b i , Regina 9
La Canción del T r o v e r o 11
Los Besos 13
El Soneto 15
La Llavia 17
Hacia el Ideal 21
Las G o l o n d r i n a s 23
Ausencia 25
Cansancio 27
La B o r d a d o r a 31
Aurora 35
Voto 51
Crepuscolo 53
La vejez del S á t i r o 57
Caño 59
Belkiss « gì
Saudades 53
H e r m a n a de l a C a r i d a d g5
Hilo de corales.
Yo necesito t u m a n o n e v a d a 7
Reliquia 73
Silueta . . . . " . 75
Como u n a a m a n t e m i r a d a 77
B u r b u j a s de C h a m p a g n e 79
De H o f f m a n n 83
T ú no s a b e s Jo que es s e r esclavo 87
Intermezzo 89
Guatemala 93
De r o j o 97
Qué a f á n el q u e m e a g i t a . . tot
De los s á t i r o s t r a i d o r e s 103
Alegoría 109
Ya l a lluvia ha destejido sus c e n d a l e s 115
Sonetos galantes.
Á una rubia ; 119
De Goya 121
Los Corales 123
Perfil 125
A una pálida 127
En el b a i l e 129