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Las experiencias pasadas y su relación con la personalidad

Cada individuo presenta diversas características durante sus años de vida. Cada uno
piensa diferente al resto, sea en mayor o en pequeñas partes. Eso hace que cada persona
sea autentica, muy distinto a sus similares. A lo largo de la vida, cada persona va
viviendo distintas experiencias, distintas vivencias, que forman la personalidad del
mismo. Aquellas experiencias forman el criterio del individuo y amplían su forma de
pensar.

La primera isla de personalidad es la más predominante. Yo la nombré la “Isla de las


mascotas” porque es la que abarca mi sentido de responsabilidad con las mascotas y
representa mi amor hacia las mismas. Esta isla surgió cuando mi primera mascota llegó
a mis 14 años, luego de varios años, algunos con obstáculos, mi mascota tiene 5 años de
vida y sigue a mi lado, aquel perro marcó mi vida y mi sentido de protección hacia los
animales creció hasta tal punto de incentivar a la gente de mis alrededores a dar un
mejor trato a sus mascotas, porque su gran corazón no permite que estés solo.

La segunda isla de personalidad tiene que ver con el cuidado del medio ambiente. Tiene
de nombre la “Isla de cuidado ambiental”. Esta surgió cuando ingresé al colegio, este se
enfocaba en el cuidado ambiental e incentivaba a tomar acción; además que este
contaba con un brazo de manglar atrás de sus instalaciones, tomaban más
responsabilidad con el ambiente. Gracias a aquella educación, empezó mi accionar,
tenía un sentido de responsabilidad con la naturaleza, entonces junto a un grupo de
compañeros dimos conferencias a la comunidad en distintos puntos de la ciudad,
adquirimos más conocimientos, limpiábamos el manglar de la parte trasera, plantamos
más de 2000 árboles de distintos tipos y mingas comunitarias en la península de Santa
Elena. Toda esa experiencia me convirtió en activista ambiental en mi comunidad.

La tercera isla de personalidad, no es una debilidad en sí, más bien sería un minúsculo
obstáculo que preferiría evitar, pero no tengo problemas si es requerido. Se trata de la
“Isla de oratoria. Cuando era pequeño me costaba bastante hablar frente a un público,
tenía miedo, pero con el pasar del tiempo fui adquiriendo experiencia y mejoré poco a
poco. No me considero un orador magnifico, pero sí hago un buen trabajo cuando es
requerido.

Para concluir puedo decir que, luego de horas, pensando, recordando y revisando mi
mente, pude encontrar cuales son mis habilidades las cuales adquirí mediante
experiencias pasadas. Es por aquellas experiencias que mis islas de personalidades se
cimentaron sólidamente y puedo decir que abarcan mis gustos, y mi responsabilidad con
la comunidad y la naturaleza.

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