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Las leyes se grabaron en doce tablas de bronce, por lo que se conocen como
las Doce Tablas, que se convirtieron en el fundamento del futuro Derecho
Romano. Sin embargo, parece que todo el proceso fue en realidad un intento de
los patricios de recuperar definitivamente el poder, pues, una vez confeccionadas
las leyes, los decenviros no renunciaron a sus cargos. Al contrario, cada uno de
ellos se rodeó de una guardia de corps formada por doce lictores. Los decenviros
ostentaban el símbolo del poder en Roma, que era un haz de varas atadas con un
hacha en el medio. Había sido el símbolo de la monarquía y después del
consulado. Representaba el poder de azotar con las varas y de matar con el hacha.
Estos símbolos eran llamados fasces (haces).
Ese mismo año moría Cimón en Atenas. Pericles era el gobernante indiscutible
de la ciudad, reelegido democráticamente una y otra vez sin que la nobleza
pudiera hacer nada para evitarlo. El gobierno de Pericles coincidió con el apogeo
cultural de Atenas, por lo que este periodo es conocido como la Edad de Oro
Ateniense, e incluso como la Era de Pericles. Por esta época destacaba Leucipo
de Mileto, quien afirmaba que la materia está formada por diminutas partículas
que no pueden dividirse en partes más simples. Su teoría fue desarrollada por su
discípulo Demócrito, que había nacido en la ciudad tracia de Abdera y
llamó átomos a estas partículas. También afirmaba que la Vía Láctea era una
acumulación de estrellas. Fue un gran viajero. Su padre era un rico mercader, y al
morir le dejó una sustanciosa suma de dinero, que él empleó en visitar Egipto,
Nubia, Persia y la India. "La patria de todo hombre razonable es el
mundo", decía, y "Es más importante conquistar una verdad que un
trono". Parece ser que compuso tratados de Medicina, Astronomía, Matemáticas,
Música, Psicoterapia, Física, Anatomía, etc.
Fuera así o de otro modo, lo cierto es que el poder de los tribunos aumentó. Se
les permitió sentarse en el Senado. Se les otorgó el derecho de interpretar los
presagios, cosa más importante de lo que podría parecer, pues si los presagios
eran malos las sesiones del Senado podían ser interrumpidas, al menos
temporalmente.
Las ciudades griegas que se habían sometido a Atenas cuando la amenaza persa
no aconsejaba disensiones, empezaban a reclamar su tradicional independencia.
Beocia se levantó contra la dominación ateniense, con Tebas a la cabeza. Atenas
envió un ejército, pero fue derrotado. Tebas se hizo con el control de Beocia e
instauró oligarquías en las ciudades donde Atenas había instaurado democracias.
Los focenses estaban separados de Atenas por Beocia, por lo que consideraron
más conveniente abandonar la alianza con Atenas que se había establecido tras la
Segunda Guerra Sacra.
En 445 Roma dio una muestra más de progreso social: por primera vez se
permitía el matrimonio entre patricios y plebeyos.
En 433 Corinto había preparado una nueva expedición contra Corcira para
apoyar a los oligarcas. Los demócratas pidieron ayuda a Atenas, que envió otra
flota. Cuando ésta llegó, las naves de Corinto estaban imponiéndose lentamente
sobre los corcirenses, pero los atenienses descompensaron las fuerzas y Corinto
tuvo que retirarse por segunda vez. En venganza, Corinto se las arregló para que
la ciudad de Potidea, en la península calcídica, se rebelara contra Atenas, pero
Pericles logró controlar rápidamente la situación. Corinto, fuera de sí, solicitó la
ayuda de Esparta. Sin embargo, el rey Arquidamo II se opuso. Era amigo de
Pericles y se las arregló para mantener la paz, apelando a la Tregua de los Treinta
Años firmada entre las dos ciudades.
En 430 se publicó el libro de historia griega más antiguo que se conserva íntegro.
Su autor es Heródoto, nacido en la ciudad de Halicarnaso, al sur de Jonia.
Tendría ya más de cincuenta años cuando se decidió a escribir. Había viajado por
Persia y Egipto interesándose por todo. El tema principal de su libro era la guerra
con Persia. Los atenienses le concedieron un premio en metálico por su obra.
Ese año volvieron los espartanos, pero Atenas se encontró con un enemigo
inesperado: Una virulenta peste se extendió rápidamente por la ciudad. Los
atenienses no sabían cómo combatirla y murió el veinte por ciento de la
población. Pericles fue destituido por votación y juzgado por malversación de
fondos públicos, pero no encontrando quien le sustituyera en el mando, se le
volvió a elegir.