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Introducción:
En el devenir de la humanidad han existido personajes, cuyo actuar ha sido clave para el desarrollo
de las sociedades, su influencia ha trascendido a su entorno geográfico y político, al grado que los
podemos considerar verdaderos forjadores de la historia.
Pericles, un ciudadano de origen aristocrático que elevó a Grecia a la cumbre cultural del
mundo antiguo, centro de la educación y el desarrollo de la época, al grado que la civilización griega,
es referente indispensable y base histórica de los estados modernos.
Fuerte líder militar, abogado, artífice de la política, gran orador, estadista, mecenas de
artistas y filósofos, en los 38 años que duró su gobierno en Atenas, (del año 469 al 429 A.C.), llevó a
su ciudad a ser el prototipo cultural del mundo antiguo, sin embargo, el impulso que dio su gobierno
persistió durante varias décadas más, al grado que su época la conocemos como “El Siglo de
Pericles”.
No es mi deseo darle a este ensayo un carácter biográfico, me enfocaré en los aspectos que
nos puedan conducir a formarnos una idea de las características de este personaje que lo convierten
en un verdadero artífice de la historia.
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Muy breve biografía:
Su nombre en griego es Περικλῆς, que se traduce como “al que rodea la gloria”, nació en el año
1495 A.C. en Atenas, sus padres fueron Jantipo y Agarista, se casó en 2 ocasiones, se
desconoce el nombre de su primera esposa, con quien tuvo 2 hijos: Paralus y Xantippus, su
segunda mujer se llamaba Aspacia, originaria de Mileto, con ella procreó a su hijo Pericles el
joven. Muere en el año 429 a causa de la “Peste de Atenas”. (1) (Dagnino 2011)
(1) En el año 430 a.C., al iniciarse el segundo año de la guerra del Peloponeso, una terrible epidemia se desató en
Atenas y en las ciudades más populosas de Ática. Duraría algo más de cuatro años y morirían unas 100.000
personas, un cuarto a un tercio de la población. Sabemos de ella a través de la magistral descripción que Tucídides
hace en su Historia de la Guerra del Peloponeso. Su relato ha perdurado por 25 siglos por su interés médico y,
sobre todo, por su gran fuerza dramática. La descripción de los síntomas y signos, su evolución y las consecuencias
sobre las personas y sobre el orden social y moral ha cautivado a médicos, filólogos e historiadores. Ha inspirado
obras literarias y cientos de artículos sobre la etiología de la plaga sin que hasta el momento exista acuerdo sobre
qué fue, si es historia o tragedia, e incluso, si es que hay una respuesta única a estas alternativas.
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En 461 A.C. Pericles es elegido gobernador de Atenas después del asesinato de
Efialtes, precursor de la democracia ateniense, por parte de la oligarquía, y ante la
falta de su principal opositor Cimón que se encontraba desterrado.
Ya al frente el gobierno, en el año 460 A.C. Pericles encabeza un ejército de la
Liga de Delos contra la Liga del Peloponeso, después de varios años de intensa
lucha, en que Atenas poseía amplia superioridad en la guerra en el mar y Esparta
tenía claras ventajas en tierra, por lo que el conflicto parecía interminable. La guerra
termina con un tratado llamado “La Paz de los treinta años”, cuyo objetivo era fijar
las condiciones necesarias para una paz duradera en la zona, Pericles demostró su
gran habilidad como estadista evitando la prolongación de un conflicto que afectaba
la economía de ambos bandos.
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Como Constructor y promotor de las artes:
Las construcciones mas importantes del llamado “Siglo de Pericles” fueron el templo
de Zeus en Olimpia, el de Apolo en Delfos, y los edificios que coronan La Acrópolis
de Atenas, que había sufrido un incendio provocado por los persas y se encontraba
en ruinas, Pericles formó un equipo con los mejores arquitectos, escultores y
constructores, las obras de construcción duraron 20 años, periodo en que la
población de Atenas tuvo trabajo.
Conclusión:
El principal rasgo que influyó en el desempeño de Pericles como soldado, estratega,
político y estadista, es sin duda su brillante inteligencia que le permitió enfrentarse
a todas las adversidades que se le presentaron, a pesar de que su gobierno nunca
estuvo exento de conflictos armados, supo encontrar un periodo de estabilidad en
donde fincar una época de oro para el arte y el pensamiento, fue un líder portentoso
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que supo imponer la razón por medio de una brillante oratoria y una singular
habilidad conciliadora.
Su impacto sobre la historia del género humano es innegable, su influencia
política asociada a la democracia, sigue siendo un referente para los gobiernos de
los dos últimos siglos.
Pericles lejos de ser un gobernante concentrado en las conquistas y la
expansión territorial de sus dominios, se mostró como un amante de las artes, la
educación y el buen gusto, bajo su tutela floreció la lírica, el teatro, la escultura, la
arquitectura y sobre todo la filosofía, que en su época aportó las bases del intelecto
clásico, el valor de la idea y la inteligencia, los conceptos de libertad, justicia y
democracia.
La forma de vida en Atenas en el Siglo de Pericles estuvo basada en la
austeridad, no existían ciudadanos con enormes fortunas, la economía se basaba
en el comercio marítimo, y todos los ciudadanos recibían la misma oportunidad de
educación, recibían conocimientos de lectura, escritura, matemáticas y música,
también existía igualdad en las obligaciones del individuo con la comunidad, entre
las que se contaba el servicio militar y la participación en el culto religioso.
El legado de su gobierno es perceptible a más 2,400 años de distancia en el
tiempo, al contemplar la sofisticación y el buen gusto de las obras artísticas de su
periodo que fue la cúspide de la civilización humana clásica.
En un largo discurso pronunciado en honor de los primeros muertos en la
Guerra del Peloponeso, Pericles nos hereda una oración que resume el espíritu del
pensamiento ateniense. Para finalizar transcribo una de las partes más significativas
de su “Oración fúnebre”
“Disfrutamos de un régimen político que no imita las leyes de los vecinos; más que imitadores de otros, en efecto,
nosotros mismos servimos de modelo para algunos. En cuanto al nombre, puesto que la administración se ejerce en favor de
la mayoría, y no de unos pocos, a este régimen se lo ha llamado democracia; respecto a las leyes, todos gozan de iguales
derechos en la defensa de sus intereses particulares; en lo relativo a los honores, cualquiera que se distinga en algún aspecto
puede acceder a los cargos públicos, pues se lo elige más por sus méritos que por su categoría social; y tampoco al que es
pobre, por su parte, su oscura posición le impide prestar sus servicios a la patria, si es que tiene la posibilidad de hacerlo.
Tenemos por norma respetar la libertad, tanto en los asuntos públicos como en las rivalidades diarias de unos con
otros, sin enojarnos con nuestro vecino cuando él actúa espontáneamente, ni exteriorizar nuestra molestia, pues ésta, aunque
inocua, es ingrata de presenciar. Si bien en los asuntos privados somos indulgentes, en los públicos, en cambio, ante todo
por un respetuoso temor, jamás obramos ilegalmente, sino que obedecemos a quienes les toca el turno de mandar, y
acatamos las leyes, en particular las dictadas en favor de los que son víctimas de una injusticia, y las que, aunque no estén
escritas, todos consideran vergonzoso infringir.” (Tucídides 2007)
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Bibliografía
Bowra, C. 2015. La Atenas de Pericles. Madrid: Alianza Editorial.
Dagnino, Jorge. 2011. «¿Qué fue la plaga de Atenas?» Revista Chilena de Infectología (Pontificia
Universidad Católica de Chile) 28 (4): 374-380.
Tucídides. 2007. La guerra del Peloponeso. Traducido por Diego Gracian. Madrid: Ed. Patyta.