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BIOGRAFIA DE SOLON

Angely Natalia Carreño Pinto.


Roosevelt Arcardy Segura Hernández.
Kevin Styven Romero Castillo
Agosto 2019.

CORPORACION UNIVERSITARIA REMINGTON


FACULTAD DE DERECHO
HISTORIA DEL DERECHO
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Solón
Legislador griego que puso las bases de la democracia ateniense (Isla de
Salamina, h. 640 - h. 558 a. C.). Aunque su figura permanece envuelta en la
leyenda, parece que se trataba de un comerciante de origen aristocrático. Los
conflictos sociales que agitaron Grecia desde finales del siglo VII a. C. llevaron a
investir a Solón -uno de los tres arcontes que gobernaban Atenas- de poderes
dictatoriales para recuperar el consenso reformando la Constitución y las leyes
de la ciudad (594-93 a. C.).
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LEGISLADOR GRIEGO

Solón

Según Plutarco, es probable que Solón fuese hijo de Execéstidas, descendiente


de Codros y por tanto de ascendencia Melántida, aunque Dídimo de Alejandría lo tiene por
hijo de Euforión. Su madre, afirma Plutarco siguiendo a Heráclides Póntico, fue una prima
de la madre de Pisístrato. Durante su juventud, tras caer su familia en la pobreza, hubo de
dedicarse al comercio y a escribir poesía. En principio realizaba esto último sin otro fin que
el de entretenerse, pero progresivamente fue volcando el tono de sus versos hacia un
costado más filosófico y político.

Siendo Solón aún joven finalizó la guerra que Atenas mantenía con Megara por la posesión
de Salamina. Aquél, de acuerdo a Plutarco, se dirigió a la plaza y recitó un poema elegíaco
denominado Salamina, con el que convenció a los atenienses de que no debían rendirse. La
guerra volvió a establecerse con Solón a la cabeza y, finalmente, Salamina fue recuperada.
Algunos autores antiguos le reconocen a Solón un papel decisivo en la «primera guerra
sagrada», como agitador de los anfictíones en su guerra contra Cirra por el dominio
del templo de Delfos.
Su fama de moderado en una época marcada por los conflictos entre un bando popular y la
aristocracia antigua lo llevó al arcontado y a que se le otorgara un poder especial para
legislar e introducir cambios en la forma de gobierno.

Solón ante Creso durante su visita a Sardes, por Gerrit van Honthorst.
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Sin embargo, aunque sus leyes resolvían varios problemas de la sociedad ateniense, no era
suficiente para las clases más bajas, que esperaban medidas más radicales, sobre todo en
lo relacionado con la cuestión agraria y la repartición de tierras. Solón en cambio buscaba el
justo medio, atribuyéndosele la frase ”guarda todo con mesura”.
Dejó a los atenienses por el lapso de 10 años, en los que debían respetar las leyes, cosa
que no ocurrió, y recorrió varios países como Chipre, Lidia y Egipto, de donde obtendrá a
partir de varios sacerdotes el relato de la Atlántida, conservado por Critias y después
ampliado y adaptado por Platón en sus diálogos Timeo y Critias, regresando a Atenas
durante el gobierno del tirano Pisístrato, que se mantuvo respetuoso con el viejo legislador.
Debatió sobre el sentido de la ley con el filósofo Anacarsis el escita y falleció el
año 558 a. C.
Heródoto relata que en su viaje a Lidia, Solón se entrevistó con el rey Creso. Según la
leyenda, convencido el monarca de ser el hombre más dichoso del mundo, consultó a Solón
sobre quién era, a su juicio, el más afortunado entre los hombres. Solón dio algunos
nombres, todos de personas fallecidas. Consternado Creso por no haber sido nombrado
entre ellos, le preguntó si en tan poco apreciaba su prosperidad. A esto Solón respondió
diciendo que no le era posible ponderar la dicha de un hombre vivo, pues su fortuna es
caprichosa y, por tanto, sólo puede ser evaluada una vez que el individuo ha muertoResulta
poco probable que este encuentro se haya producido alguna vez, puesto que Creso fue
coronado hacia 560 a. C., época en que Solón ya había regresado a Atenas y a poco se
encontraba de su muerte.

CONTEXTO HISTORICO

La comunidad ateniense, aunque fundamentalmente agrícola en la época, había alcanzado,


desde los comienzos de su unificación política, una estratificación social ya bastante
avanzada. Los eupátridas o «bien nacidos», nobles terratenientes de la zona del Ática, eran
dueños de la mayor parte de la tierra y señores de una considerable proporción de la
población. Al respecto, señala Aristóteles:
“Los pobres se hallaban esclavizados no sólo ellos en persona, sino también sus hijos y sus
mujeres, Recibían la denominación de pelates y hectemorioi («los de la sexta parte»), pues
precisamente bajo tales condiciones labraban las tierras de los ricos. Y, en general, la tierra
estaba en manos de unos pocos. Y si los indigentes no abonaban el precio del arriendo, se los
podía llevar esclavizados, a ellos y a su prole. También los préstamos se aseguraban mediante
la esclavización personal “.
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El estrato intermedio entre eupátridas e indigentes lo constituían dos


grupos: geomoros (o geomori), agricultores dueños de escasas tierras en zonas infértiles; y
los demiurgos (o demiurgi), artesanos sin tierras. Con el progresivo desarrollo del comercio
marítimo ático y la exportación de artesanías, los sectores carentes de tierras productivas
(pequeños productores rurales, artesanos, mercaderes, etc.) se concentraron en Atenas, su
puerto (Pireo) y la costa (Paralia); junto con los metecos, inmigrantes sin derechos políticos
e incluso sin derecho a la posesión de casa propia.
Al caer la monarquía, el poder político se basó en un gobierno de nueve arcontes, elegibles
año a año exclusivamente por los eupátridas. Al abandonar sus cargos, los exarcontes
ingresaban al Areópago órgano de autoridad indiscutible, que representaba la instancia
superior para la mayor parte de los asuntos y poseía el voto decisivo en la elección de los
arcontes. De tal manera, los eupátridas tuvieron en sus manos, a la vez que la
concentración del poder económico, la concentración absoluta del poder político ateniense.
Durante los siglos VII y VI a. C. se produjo la sublevación y posterior lucha de los atenienses
contra los eupátridas y sus instituciones. Los más pobres reclamaban, ante todo, un nuevo
reparto de tierras y la abolición del derecho vigente sobre el endeudamiento. Los estratos
medios, por su parte, en tanto ya poseían cierta estabilidad económica, ansiaban ante todo
el poder político, por lo que exigían la anulación de los privilegios políticos de los eupátridas.
Las leyes de Dracón, redactadas hacia el 621 a. C., se promulgaron en el contexto de este
enfrentamiento y, si bien pueden ser interpretadas como una reafirmación escrita de las
leyes vigentes y benefactoras de la aristocracia, también, desde otro ángulo, pueden ser
consideradas como la primera delimitación legislativa, clara y definida, que acotaba la
arbitrariedad de los jueces hasta entonces basados en el Derecho consuetudinario.
A comienzos del siglo VI a. C. el enfrentamiento había llegado a un punto sin retorno. Desde
tiempo atrás la situación entre las dos facciones antagonistas estaba bloqueada.
La mayoría del pueblo se hallaba subyugado por unos pocos, y el pueblo se había sublevado contra
los nobles. El alboroto era muy fuerte, y durante largo tiempo unos lucharon contra otros.

En este clima de stásis (guerra civil), los dos partidos le eligieron como magistrado de la
ciudad a este poeta-soldado.
Al asumir como arconte, Solón se propuso realizar una serie de reformas que quedaran
plasmadas en una nueva Constitución ateniense.
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REFORMA CONSTITUCIONAL

Sistema censitario
Solón organizó un sistema timocrático que significó la división de la población no extranjera
y libre en cuatro clases según el volumen (en medimnos o medimnoi) de su producción
agraria. Para los sectores que no obtenían ingresos de la tierra, se confeccionó una
equivalencia (v.gr., un medimno de cereales o una oveja valían una dracma; un buey,
cinco). De este modo, los derechos políticos de cada individuo dejaban de establecerse de
acuerdo a su linaje y pasaban a considerarse en arreglo a su riqueza. A su vez, la división
servía para organizar la milicia.
La clase más alta fue la de los pentacosiomedimnos (Pentakosiomedimnoi), que tenían
ingresos de 500 medimnos o más. Disponían de la plenitud de sus derechos políticos y
podían elegir o ser electos para cualquier cargo gubernamental (incluido el de arconte).
En tiempos de guerra ejercían los más altos cargos militares y se les encomendaba a sus
miembros el suministro de los recursos necesarios. En particular, debían hacer entrega de
las denominadas «liturgias», que incluían el armamento de un barco de guerra (trierarquía),
la financiación de una embajada en el extranjero y el montaje de una pieza teatral (coregía).
La segunda clase fue la de los hippeis, con ingresos superiores a los 300 medimnos.
Contaban con los mismos beneficios políticos que los primeros. Éstos debían prestar
servicio como caballeros y mantener el caballo por su cuenta.
La tercera de las clases la constituyeron los zeugitas (zeugitai), cuyos ingresos superaban
los 200 medimnos. Este grupo no podía ser electo ni participar en la elección del arconte,
aunque sí en la de los demás cargos y sus integrantes ser electos para ellos. Debían
integrarse a los hoplitas (milicia de infantería pesada) y cargar con los costos de sus armas.
La última clase estaba formada por los tetes (thetes), de ingresos inferiores a los 200
medimnos. No podían ser electos para ningún cargo; podían, en cambio, participar en la
elección de aquellos cargos que no fueran el arcontado. Este grupo, en tiempos de guerra,
constituía la infantería ligera y el grueso de los remeros de la flota de Atenas.
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Poder político e instituciones


El areópago o Consejo Aristocrático, en época monárquica había sido el Consejo del Rey y,
durante la época de los nueve arcontes, tribunal supremo en asuntos de justicia. Se le
denominaba Bulé, pero cambió su nombre cuando Solón creó la nueva Bulé. En época de
Solón fue mantenido como un consejo prestigioso que supervisaba el gobierno de la ciudad,
el trabajo de los magistrados, opinaba sobre el gobierno y actuaba como tribunal para
delitos graves y de sangre. Sin embargo, ya no participaba directamente en asuntos
administrativos.
La administración y el quehacer legislativo de la ciudad quedó a cargo fundamentalmente de
la asamblea popular (Ekklesía) y de la bulé, ambos organismos establecidos por Solón.6
Esta última consistía en un Consejo de cuatrocientos ciudadanos (cien de
cada tribu o filai del Ática). Se cree que se ocupaba de proponer leyes, de preparar las
reuniones de la ekklesía y, en general, de realizar las funciones que previamente tenía a su
cargo el areópago. La ekklesía o «asamblea popular» era la que tomaba todas las
decisiones de política interior, exterior, legislativa, judicial y ejecutiva, pero necesitaba la
aquiescencia y consejo del areópago y la bulé. La ekklesía elegía a los arcontes, y por tanto,
elegía indirectamente a los nuevos miembros del areópago. Estaba compuesto por todos los
ciudadanos mayores de dieciocho años, varones. Delegaba su poder ejecutivo en los nueve
arcontes y su poder judicial en el areópago (tribunal para los casos de homicidio voluntario)
y en la heliea (tribunal ciudadano).
La heliea era el tribunal de justicia supremo, compuesto por ciudadanos elegidos por sorteo.
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LEGISLACIÓN Y REFORMAS SOCIALES

Reformas agrícolas
En una de sus primeras medidas como arconte, Solón anuló las deudas contraídas por los
campesinos según las leyes anteriores , y éstos recuperaron sus tierras embargadas. La
legislación al respecto fue denominada seisachteia o «supresión de cargas».
El alcance de dicha anulación no está del todo claro. Aristóteles, Plutarco y Diógenes
Laercio interpretaron que la medida anulaba todas las deudas. Dionisio de Halicarnaso, en
cambio, consideró que los efectos alcanzaban solamente a los deudores más indigentes;
y Androción, orador y político discípulo de Isócrates, opinó que no significaba otra cosa que
la disminución de los intereses de las deudas contraídas.
Por su parte, el mayor reclamo de los menos privilegiados, que consistía en una nueva
repartición de tierras, no fue considerado.
Abolición de la esclavitud por deudas
En su legislación, Solón derogaba la ley vigente en ese entonces según la cual era posible
cobrar deudas mediante la esclavitud del deudor y sus familiares (hektemoroi). La nueva ley
amparaba exclusivamente en lo sucesivo la retribución mediante bienes. Una vez que ésta
entró en vigencia, el arconte compró esclavos con el fin de liberarlos. Esto constituyó un
cambio de gran importancia, puesto que, al prohibirse la esclavitud del deudor, se estaba
prohibiendo en sí la esclavitud del ateniense.
Política económica
Algunas de sus leyes en materia económica prohibían la exportación de cereales fuera de la
región del Ática pero estimulaban la exportación de aceite de oliva. Se dispuso el orden y los
métodos a emplear en la plantación y se reguló la forma de cavar y hacer uso de los pozos.
Se estimularon las labores artesanales y se redactó una ley que obligaba al padre a enseñar
un oficio a sus hijos, quedando éstos, en caso de no haber recibido dicha educación,
eximidos de la obligación de mantenerlo durante la ancianidad, tal como era costumbre en la
época. Entre las medidas que pretendían evitar el ocio en términos económicos, Solón, si
bien mantuvo la ley de Dracón al respecto, modificó el castigo de pena capital por el de
multas y privación de derechos civiles (atimia).
Por otra parte, si un extranjero se establecía con su familia en Atenas y establecía allí
industria o comercio, podía solicitar el derecho de ciudadanía.
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La legislación de Solón intentó tanto estimular la actividad productiva como evitar los gastos
improductivos. Por ejemplo, se prohibieron los funerales costosos y la inmolación de
animales en honor al fallecido. De igual modo, afirma Struve que «se prohibió también erigir
sepulcros cuyo costo fuera mayor del de uno que pudieran construir diez personas en el
curso de tres días».
Atenas cambió su unidad de medida, proveniente de Fidón, por una propia; otro tanto hizo
con su moneda, que hasta ese momento era la de Egina. La nueva moneda ateniense era
más liviana. En su conjunto, estas reformas, que acercaban los sistemas atenienses a los
entonces utilizados en Eubea, actuaron favorablemente en la ampliación del comercio de
la polis Ática.
Solón modificó también la legislación vigente sobre el derecho de herencia. Estableció el
derecho de los individuos varones que no tenían hijos, a testar libremente, pudiendo legar
sus bienes a cualquiera, familiar o no. Hasta el momento de dicha reforma, los bienes
pasaban automáticamente al patrimonio de la familia del fallecido o a su fratría.
Matrimonio
Plutarco adjudica a Solón las primeras leyes atenienses tendientes a cuidar del patrimonio
paterno tras el casamiento. Según dicho autor, se estableció que si un hombre casado con
una heredera sin hermanos varones no podía darle hijos, ésta tenía derecho a dejarlo y
casarse con un pariente, de modo que la herencia que recibía de su padre —y de la que ella
no era dueña en su calidad de mujer— se mantuviese en el linaje familiar. El marido de
una epíclera, asimismo, quedaba obligado a tener relaciones sexuales con ella al menos
tres veces al mesSegún el mismo autor, además, se eliminó de todo matrimonio la entrega
de dote por parte de la esposa, con objeto de reducir las uniones con fines económicos. La
novia, al momento de casarse, solamente debía contar con tres vestidos y alhajas de poco
valor.
Sexualidad
De acuerdo a algunos autores, Solón dio un marco formal a las costumbres sexuales
atenienses. En un fragmento de la obra Hermanos del poeta y dramaturgo Filemón se alude
al establecimiento de burdeles públicos en Atenas. Esto ha sido interpretado como un
intento, por parte de Solón, de «democratizar» el placer sexual y, a su vez, de promover la
idea de un ciudadano «dueño de sus placeres».Si bien son varios los autores que ponen en
duda la veracidad de este hecho, no deja de ser significativo que, varios siglos después de
Solón, existiera un discurso que vinculara a sus reformas la intensificación de la vida sexual
ateniense.
Un aspecto importante de su legislación en el ámbito sexual, fue la regulación de la práctica
de la pederastia. Ésta, en la Atenas del siglo VII a. C., era aceptada y carecía de
reglamentación. Solón redactó ciertas normas destinadas a reglamentar dicha práctica y
proteger a los jóvenes libres. En la época en que Solón redactó sus leyes, era frecuente que
los jóvenes ejercitaran desnudos en los gimnasios y que fueran seducidos por espectadores
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maduros. Una norma establecida en el marco de esta reglamentación prohibía el acceso de


los hombres esclavos a estos recintos y, en general, cualquier intento de relación amorosa
entre esclavos y jóvenes libres. La mencionada reglamentación, que por el hecho de ser tal
también implicaba legitimación, se limitó a prescripciones de esta índole.
Plutarco encuentra una explicación para la convivencia de la legislación soloniana con la
institución de la pederastia en aspectos de la vida íntima y de las experiencias del mismo
Solón:
De la madre de Solón refiere Heraclides Póntico que era prima de la de Pisístrato; y al principio hubo
una gran amistad entre los dos por el parentesco y por la buena disposición y belleza, estando
enamorado Solón de Pisístrato, según la relación de algunos. [...] Por otra parte, que Solón no se
dominaba en punto a inclinaciones desordenadas, ni era fuerte para contrarrestar al amor como con
mano de atleta, puede muy bien colegirse de sus poemas, y de la ley que hizo prohibiendo a los
esclavos el usar de ungüentos y el requerir de amores a los jóvenes, pues parece que puso ésta entre
las honestas y loables inclinaciones, y que con repeler de ella a los indignos convidaba a los que no
tenía por tales.

Aristóteles, por su parte, desmiente la relación amorosa entre Solón y Pisístrato. Por otra
parte, la autoría de ciertos aforismos pederastas, atribuida por algunas fuentes —entre ellas,
Plutarco— a Solón, es atribuida, por otras, a Teognis.
Otras reformas
Las reformas de Solón limitaron el dominio ancestral absoluto que un padre tenía sobre su
familia. Se prohibió que un hombre vendiera como esclavos a su mujer o hijos o que los
expulsara del hogar. Además, el beneficio de manutención a costa de su descendencia se
limitó a la comida, ropa y entierro.
Otra reforma consistió en la admisión de todo ateniense como miembro de una Corte de
Justicia, así como la posibilidad de apelación ante cualquier fallo judicial.

Poesía
En sus elegías Solón expresa su conjunto de ideas políticas. Sus versos han llegado hasta
nuestros días de manera fragmentaria, a partir de citas de autores antiguos
como Aristóteles, Demóstenes, Teofrasto, Diógenes Laercio, Diodoro Sículo y Plutarco.
En 1966. Sin embargo, también existe controversia sobre la veracidad de ciertos
fragmentos, y es posible que algunos de los versos que se le atribuyen no sean de su
autoría.
En lo que respecta a la autenticidad de la poesía soloniana, destaca el hecho de que, en la
antigüedad, era usual atribuir la autoría de las obras de poetas desconocidos o poco
populares a otros de renombre.22 Varios estudiosos han puesto en duda algunos versos
atribuidos a Solón por su referencia a hechos todavía no ocurridos; o bien, en otros casos,
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porque la evidencia recogida les ha adjudicado un origen anterior. Por su parte, es notoria
la coincidencia entre varios fragmentos solonianos y algunos de la Theognidea, conjunto de
poemas de su contemporáneo Teognis de Megara. En este caso no resulta sencillo dilucidar
cuál de ambas es la fuente original, o si existió en cambio una fuente previa que luego fue
atribuida, por separado, a ambos poetas.
Durante el siglo IV a. C., las leyes y elegías de Solón eran conservadas por Aristóteles,
quien se encargó de compilarlas, y Teofrasto. Presumiblemente, la compilación de
Aristóteles se perdió y fue posteriormente recuperada por Apelicón y llevada
a Roma por Lucio Cornelio Sila en el 82 a. C., mientras que otra fuente fue comprada
por Ptolomeo II.21 Es posible que los historiadores antiguos que más se dedicaron a estudiar
a Solón, como Plutarco, obtuvieran sus fuentes de la biografía del gobernante realizada
por Hermipo de Esmirna, o bien, que accedieran a copias no conocidas de la obra de
Aristóteles o de las propias leyes.
De acuerdo a Plutarco, Solón comenzó a escribir poesía como pasatiempo, y en un tono
más popular que filosófico. Su estilo elegíaco pudo haberse debido a la influencia de Tirteo,
si bien incursionó en otros géneros líricos como el troqueo y el yambo, de tono más vital y
directo.
En cualquier caso, sus versos son más significativos desde el punto de vista histórico, como
testimonio escrito de su pensamiento y reformas, que desde el estético.

La justicia según Solón


En sus elegías, Solón presenta la idea de justicia como un poder divino y como un orden
natural y autorregulado. A este respecto, compara la justicia con el mar: «el mar es revuelto
por los vientos; mientras alguien no lo mueva, es la más justa de todas las cosas». Gregory
Vlastos analiza que, mientras que para Semónides de Amorgos el mar tiene una naturaleza
dual en la que alterna su apariencia (a veces calmo, a veces tormentoso o perturbado), para
Solón la perturbación no es su estado natural o justo; y si entra en este estado, ha de existir
para ello una causa perturbadora. Junto a Gregory Vlastos, es «partidario de esta
concepción de la justicia como principio inherente, inmanente al orden social, dentro de un
organismo político y con una ley de causalidad semejante a las del mundo físico en los
filósofos jonios»,Werner Jaeger, en Solon's Eunomie. Están en contra, Eric A. Havelock, H.
Lloyd-Jones, quienes aducen un mismo concepto de justicia en Solón que en Hesíodo. En
la misma línea se halla Michael Gagarin.
Para Solón, la justicia es un asunto concerniente a la comunidad, en arreglo a dos nociones:
la paz común y la «libertad común». Cualquier acto de injusticia que ponga en riesgo la
seguridad común amenazará asimismo la seguridad «individual» de cada miembro de esa
comunidad; de igual manera, cualquier daño directo a un miembro de la polis será un daño
indirecto a ella misma. Y el hecho de que sea «indirecto» sólo lo hará más riesgoso en tanto
no se podrá predecir el grado o cualidad de sus efectos. De aquí que cualquier injusticia
individual deba concernir a todos. Estas consideraciones tuvieron consecuencias prácticas
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en la legislación de Solón; fue éste quien, por primera vez en Grecia, escribió una ley sobre
criminalidad por la que se habilitó a cualquier ciudadano, en determinadas circunstancias, a
emprender acciones por ofensas hechas a otros, aunque éstas fueran de carácter
aparentemente «individual» y no colectivo.
La noción de libertad común nace de la misma base: la esclavitud de cualquiera pone en
peligro la libertad de todos. De esta manera, la esclavitud de los campesinos deudores no
produce el único efecto de su desgracia personal, sino también un efecto —indirecto e
impredecible— sobre la polis. Una ciudad esclavizada por un mal tirano tuvo que ser
previamente dividida y la esclavitud individual es una manera de llevar tal empresa a cabo,
así como de legitimar la primera. Por otra parte, los esclavos mismos cuentan con el poder
necesario para sublevarse y robar a la polis su libertad, es decir, la libertad común. La
comunidad debe, por tanto, velar por la libertad de todos sus miembros.20 Solón también se
refirió a la cuestión agraria en sus elegías.

«El que había venido para saquear, lleno de esperanzas,


creyendo hallar aquí grandes riquezas,
esperaba que yo, acariciando suavemente, sería fiero en mi manera de ser.
Mas entonces se equivocaron, y ahora, enojados por ello,
me miran de soslayo como a un enemigo.
No importa: lo que prometí, cumplí con la ayuda de los dioses,
no en balde trabajé. Tanto me desagrada
gobernar por la fuerza tiránica, como en las campiñas,
dar a los malos y a los nobles parcelas iguales».

— Solón.
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