Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Valdés Villanueva)
Argumentaré que las descripciones definidas tienen dos posibles funciones. Se usan para hacer
referencia a aquello sobre lo que un hablante desea hablar, pero se usan también de manera
completamente diferente. Además, una descripción definida que ocurre en una y la misma oración
puede, en diferentes ocasiones de uso, funcionar de cualquiera de las dos maneras. El no darse
cuenta de esta dualidad de función al tratar con las descripciones obscurece el uso referencial
genuino de las descripciones definidas. Las teorías mejor conocidas de las descripciones definidas,
las de Russell y Strawson, son culpables de este pecado, según voy a sugerir. (p. 85)
Cuando nos topamos con Smith, horriblemente Cuando Jones ha sido acusado de asesinar a
asesinado y aseveramos (1) en base al Smith y es llevado a juicio. Aseveramos (1)
ensañamiento que evidencia el cuerpo y a luego de observar la extraña conducta de Jones
nuestra creencia de que Smith era una persona durante el juicio, como resumen de nuestra
adorable. impresión ante lo ocurrido.
Consideremos las consecuencias de la suposición de que Smith no había sido asesinado
(digamos que se había suicidado). En ambos usos el hablante presupone o implica (en algún
sentido) que hay un asesino.
Si no hay asesino no hay nadie de quien pueda Es completamente posible que se haga la
decirse correctamente que le hemos atribuido identificación correcta incluso si nadie se ajusta
locura. a la descripción que hemos usado.
Supongamos que se nos dice que alguien ha Es posible cumplir la orden incluso si no hay
dejado un libro sobre su valiosa mesa del siglo ningún libro sobre la mesa. Si, por ejemplo, hay
XVII, encima de la cual no debe dejarse nada. La un libro al lado de la mesa. Podemos llevar ese
orden no puede obedecerse, en este caso, si no li o y p egu ta si e a ese el li o al ue se
hay un libro que haya sido puesto sobre la efe ía .
mesa.
Presuposición
Hay una presuposición o implicación de que El hablante supone de alguien o algo particular
alguien o algo se ajusta a la descripción. que se ajusta a la descripción.
IV
Podría suponerse que la diferencia importante entre los usos referencial y atributivo reside en las
creencias del hablante. ¿Cree de alguna persona o cosa particular que se ajusta a la descripción
usada? En el ejemplo del asesinato de Smith, por ejemplo, no había en uno de los casos ninguna
creencia respecto de quien había cometido la fechoría, mientras que en el caso que hacía de
contraste se creía que Jones la había cometido. Pero esto no es, de hecho, una diferencia esencial.
Es posible que una descripción definida se usa de forma atributiva incluso si el hablante (y su
audiencia) creen que una cierta persona o cosa se ajusta a la descripción.
Es posible que una descripción definida se use referencialmente allí donde el hablante cree que
nada se ajusta a la descripción.
Tanto el uso atributivo de las descripciones definidas como el referencial parecen conllevar una
presuposición o implicación de que hay algo que se ajusta a la descripción. Pero las razones para la
existencia de la presuposición o implicación son diferentes en los dos casos.
VI
El resultado de la última sección muestra que hay algo erróneo en las teorías tanto de Russell como
de Strawson; pues aunque dan explicaciones diferentes de la implicación o presuposición
involucrada, cada uno de ellos ofrece sólo una. Ahora bien, como he argumentado, la presuposición
o implicación está presente por una razón completamente diferente, dependiendo de si la
descripción definida se usa atributivamente o referencialmente, y también resulta ser diferente qué
presuposiciones o implicaciones están involucradas exactamente.
Russell
[…] e ta to ue teo ía de las des ip io es defi idas, el punto de vista de Russell parece
aplicarse, si es que se aplica de alguna manera, sólo al uso atributivo.
La definición de Russell del denotar (una descripción definida denota una entidad que se
ajusta de manera única a la descripción) es claramente aplicable a cualquiera de los dos usos
de las descripciones definidas. Así pues una descripción definida, ya se use referencial o
at i utiva e te, puede te e de ota ió . […] de ota y ha e efe e ia […], so osas
distintas y el punto de vista de Russell sólo reconoce la primera.
Si se intentase mantener que [denotar y hacer referencia] son la misma noción, un resultado
sería que un hablante podría estar refiriéndose a algo sin conocerlo.
Alguien lo dice en 1960, antes de la convención del partido republicano, sin saber que el
nominado será Goldwater, quizás como resultado de un análisis de las ideas de los líderes del
partido. La descripción definida denotaría (luego de la convención) a Goldwater, pero no
parece correcto decir que el hablante se había referido a Goldwater, o que lo hubiera
mencionado o hablado sobre él.
(3) La razón de que no haya dicho nada verdadero o falso es que no ha logrado hacer
referencia.
Cada una de esas proposiciones es verdadera o falsa o, en el mejor de los casos, se aplica sólo
a uno de los dos usos de las descripciones definidas.
La situación en el caso de la proposición (3) es un poco más complicada. Reúne, según el punto
de vista de Strawson, los dos elementos dados en (1) y (2). Como una explicación de por qué,
cuando la presuposición es falsa, no puede enunciarse nada verdadero o falso, no puede
funcionar claramente para el uso atributivo de las descripciones definidas, pues la razón que
da es que la referencia ha fallado. Por tanto, no da la razón por la que, si de hecho esto es así,
un hablante que usa una descripción definida atributivamente no logra decir nada verdadero
o falso si no hay nada que se ajuste a la descripción. Plantea, sin embargo, una cuestión sobre
el uso referencial. ¿Puede fallar la referencia cuando una descripción definida se usa
referencialmente?
Caso (b) Hay una persona, pero no lleva un bastón sino un paraguas.
Caso (c) No se trata en absoluto de una persona, sino de una roca que se parece a una
persona.
Caso (d) Está finalmente el caso en el que no hay nada donde yo pensaba que había
u a pe so a o u astó . No hay ada de lo ue puede de i : A esto es a lo ue e
esta a efi ie do, au ue aho a veo ue o hay i gú ho e ue lleve u astó .
El caso (d) puede considerarse un fallo de referencia. (3) puede ser verdadera de algunos
casos de uso referencial. No puede decirse, sin embargo, que el fallo se deba a que no hay
nada que se ajuste a la descripción.
Concluso entonces que ni la teoría de Russell ni la de Strawson representan una explicación correcta
del uso de las descripciones definidas. La de Russell porque ignora completamente el uso
referencial; la de Strawson porque no logra hacer la distinción entre el uso referencial y el atributivo
y mescla verdades sobre cada uno de ellos (junto con cosas que son falsas).
VII
Creo que esto significa que, por ejemplo, el punto de vista de que las oraciones pueden
descomponerse en predicados, operadores lógicos y expresiones referenciales no es generalmente
verdadero. En el caso de las descripciones definidas uno no puede asignar siempre la función
referencial aisladamente de una ocasión particular en que se usa.
VIII
Al usar una descripción definida referencialmente, un hablante puede decir algo verdadero incluso
si la descripción no se aplica correctamente a nada. El sentido en el que podemos decir algo
verdadero es el sentido en que podemos decir algo verdadero sobre alguien o algo. Este sentido es,
según creo, un sentido interesante que necesita ser investigado.
[El hablante puede haber dicho algo verdadero respecto de alguna persona, incluso cando la mujer
es solte a. “upo ga os ue su a ido e a si ple e te u odo de efe i se a u ho e o
el que el hablante acaba de encontrarse y del que suponía que era el marido de la señora. El hablante
se habría referido a ese hombre a pesar de que ni él ni nadie se ajusta a la descripción utilizada]
Supóngase que sabemos que la dama es una solterona, pero además sabemos que el hombre al que
se refiere el hablante es amable con ella. Me parece que, por una parte, querremos mantener que
el hablante dijo algo verdadero, aunque tengamos ciertas reservas para expresar esto por medio de
Es ve dad ue su a ido es a a le o ella
[…], uest as ese vas a usa las pala as o igi ales del hablante no surgen del hecho de que si lo
hiciésemos no lograríamos decir nada verdadero o falso. Surgen más bien del hecho de que cuando
una descripción definida se usa referencialmente hay una presunción de que el hablante cree que
aquello a lo que se refiere se ajusta a la descripción. Puesto que nosotros, que sabemos que la dama
es una solterona, no querríamos normalmente dar la impresión de que no lo creemos, no estaríamos
dispuestos a usar el modo original de referirse al hombre en cuestión.
Me veo entonces arrastrado a la conclusión de que cuando un hablante usa una descripción definida
referencialmente puede haber enunciado algo verdadero o falso incluso si nada se ajusta a la
descripción, y no hay ningún sentido claro en el que ha hecho un enunciado que no es ni verdadero
ni falso.
IX
Los nombres propios genuinos, en el sentido de Russell, se referirían a algo sin adscribir a ese algo
ninguna propiedad. Se referirían, por así decirlo, a la cosa misma, no simplemente a la cosa en tanto
que cae bajo una descripción. Ahora bien, esto le parecía a Russell algo que una descripción definida
no podría hacer, pues suponía que si una descripción definida era capaz de hacer referencia,
entonces se referiría a algo solamente en virtud de que esa cosa satisfacía la descripción. No sólo
hemos visto que esta suposición es falsa sino que también, en la última sección, hemos visto algo
más. Vimos que, cuando una descripción definida se usa referencialmente, puede informarse que
un hablante ha dicho algo de algo. Y al informar qué era aquello de lo que dijo algo no estamos
atados a la descripción que usó, o a sinónimos de ella; podemos referirnos a ella usando
cualesquiera descripciones, nombres y cosas por el estilo que pueda cumplir esa misión. Ahora bien,
esto parece dar un sentido en el que estamos interesados en la cosa misma y no justamente en la
cosa bajo na cierta descripción, cuando informamos del acto lingüístico de un hablante que usa una
descripción definida referencialmente. Esto es, tal descripción se acerca más de lo que Russell
ciertamente suponía a cumplir la función de sus nombres propios.
En segundo lugar, Russell pensaba, creo, que siempre que usamos descripciones, en tanto que
opuestas a los nombres propios, introducimos un elemento de generalidad que debería estar
ausente si lo que hacemos es referirnos a alguna cosa particular. […] Aho a ie , esto es algo ue
pod ía os de i pe fe ta e te ie so e el uso at i utivo de las des ip io es defi idas […]. Pe o
esta falta de particularidad está ausente en el uso referencial de las descripciones definidas
precisamente porque la descripción es aquí meramente un dispositivo para hacer que la audiencia
seleccione o piense en la cosa de la que se está hablando, un dispositivo que puede cumplir su
función incluso si la descripción es incorrecta.