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Colombia al sudor de las máquinas y el baile decembrino

El calor del vapor al hervir agua en un caldero genera la presión necesaria para que el
pistón dentro de un cilindro comience a realizar su trabajo, dicho ejercicio que mezcla
termodinámica y mecánica transforma el movimiento de traslación del pistón en
movimiento de rotación con un sistema de manivela. La combustión de gases y vapor salen,
mientras que los obreros que se encuentran en Puerto Berrío (Antioquia), a la espera de un
encuentro con sus familias para la navidad, viajan en esta locomotora que los conducirá
hasta ellas. Con perspectiva y a la expectativa de las fechas que se avecinan, la idea que
tengo con este texto, es realizar una aproximación, mediante una reflexión desde la propia
historia familiar, de los cambios estructurales dentro de la industria, la economía y la
cultura, a la Colombia de mediados y casi finales del siglo pasado y, ¿qué mejor ejemplo
que hacerlo que añadiéndole unos pocos tintes de las épocas decembrinas? teniendo en
cuenta el ¿cómo dicho momento del año potencia los factores anteriormente mencionados?

Mi madre siempre me contó sobre los días que pasaba corriendo por los terrenos de las
fincas de lo que hoy es el barrio Picacho, tomando guayabas de los árboles y molestando el
ganado que allí residía, especialmente, en zonas de lo que actualmente la gente denomina
como “La Urba”, una urbanización que nunca se terminó de construir, esperando un regalo
el 24 que quizá nunca llegó, pero muy esperanzada de que algún día eso pudiese cambiar.
Me hizo recordar la experiencia del día que con el afán de tener un aprendizaje más
profundo, realizamos una visita a la parte Nororiental de la ciudad, en la cual Don Miguel
nos contaba acerca de la finca “Los Naranjales” y “El Carambolo”, todo esto con la
intención de comunicar el cómo los efectos de la violencia en otras partes del país hicieron
que las familias llegaran a poblar las periferias de las ciudades, fomentando la desigualdad
social, quedando esto demostrado en algo tan evidente como lo es la planeación de ciudad y
la manera en que se encuentran dispuestos los hogares de las personas menos favorecidas
económicamente. “Las soluciones de Estado no han sido beneficiosas. Atizaron el fuego de
la guerra, estimularon el crecimiento de la pobreza, y precipitaron el éxodo de campesinos
hacia las ciudades”1

1
Alejandro Gaviria, “Población y sociedad”, Colombia, tomo V, Coord. Jorge Orlando Melo
(Fundación Mapfre/Taurus, 2016). p.180
Diciembre en Colombia ha sido históricamente una época que ha denotado costumbres de
las diferentes regiones del país, sonando las canciones de Guillermo Buitrago o de los
Billos Caracas Boys, las industrias comienzan a moverse. La industria licorera, la textilera,
los medios de transporte y los procesos de exportación dentro de la nación se incrementan,
y, no hay que desconocer los impactos ambientales que esto trae. “Colombia no combinó
sino reemplazó radicalmente, transformando en los años 1970 una de las redes montañosas
más espectaculares del planeta en la ruina industrial más grande del mundo”; también en la
prestación de servicios que, desde el modelo yankee y europeo se implementó,
satisfaciendo las supuestas necesidades que el capitalismo instauró en muchos países: 

Un elemento similar al modelo europeo de la segunda revolución fósil-energética,


puede reconocerse en el ascenso del sector de la prestación de una multitud de
nuevos servicios a consumidores al sector dominante de la economía. Fueron
módulos típicos que se difundieron en todas las ciudades hispanoamericanas,
primero los supermercados de autoservicio con una presencia en Colombia a partir
de 1953.2

Todo esto muy diferente de cómo se daban los procesos dentro de las empresas que tenían
recargo en el medio exterior o en la naturaleza. En la segunda mitad del siglo XX, la
inclusión de la energía en la industria, como ya lo dije, ocasionó grandes cambios a nivel
social y cultural, puesto que, en esta medida, no se generaban tantos empleos como antes,
que se requería de mano de obra para el buen funcionamiento de los diferentes sectores
económicos y es justamente lo más necesario en momentos de guerra, en las que los
hombres de los hogares deben abandonar su lugar e ir a combatir, o, en un caso más
específico, para las personas que eran desplazadas del campo.

Mi abuela materna, me cuenta cuando ella, su esposo y sus hijas, tuvieron que abandonar
Yarumal debido a las amenazas que hacían grupos armados a sus vidas: las oportunidades
laborales en las empresas eran escasas, así que tocaba rebuscarse empleo en casas siendo
empleadas de servicio doméstico y en el caso de mi abuelo, conseguir quien le diera un taxi
para manejarlo.

2
Rolf Peter Sieferle y Bernd Marquardt, La revolución industrial en Europa y América
Latina (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2009). p. 234
Entonces, antes, para realizar la ropa para el “estrén” del 24, se necesitaba de los telares y
de las hilanderas que allí trabajaban, pero a medida que avanzó el tiempo, con la segunda
revolución fósil-energética, se necesitaban, a duras penas, unas pocas costureras que se
sentaran en una máquina y se estuvieran rotando entre ellas, las prendas que quedarán para
un resultado final. Desde la comida, mi bisabuelo me contaba que bastaba con que cada
familia tuviera su cerdo o su vaca para hacer la cena familiar, también, con la
industrialización, todo se fue convirtiendo en un asunto de empresas que tendrían muchas
fincas, con funcionamiento mecánico que harían para sacar, por ejemplo, un pernil con una
presentación lista para el consumo de las personas.

En cuestión de educación, se puede decir que mejoró desde el año 1950 hasta 1980.Pero, a
pesar de ello y a partir de lo narrado por mi abuela paterna, se nos cuenta que la mayoría de
las escuelas en los años 50s y 60s ubicadas en pueblos, corregimientos y veredas, eran
“normales”, es decir, que allí se hacía una especie de iniciación a la pedagogía para que sus
alumnos pudiera comenzar una labor docente. Ella, es graduada de la Universidad de
Antioquia, licenciada en educación primaria. Laboró en dos instituciones, una de ellas, la
Institución Educativa Dinamarca, de carácter público, y me cuenta que pocos de sus
estudiantes han terminado la educación superior, es más, seguido cuenta que sus estudiantes
de los años 80s en el momento son taxistas.

La mala calidad de la educación tiene causas diversas usualmente la discusión


internacional se bien dos grandes grupos quienes enfatizan los recursos y quienes
enfatizan los incentivos a los docentes y los sistemas de rendición de cuentas en
Colombia ambas dimensiones son importantes los recursos invertidos en la dotación
física de las escuelas y colegios son en algunos casos insuficientes y en otros
inexistentes y los incentivos a los docentes no premian el buen desempeño en el aula
de clase o el aprendizaje de los alumnos.3

Demográficamente, se puede hablar de un descenso en la fecundidad con el paso del tiempo


en el país, pero permaneció siendo elevada en los senos de las familias más pobres, tal cual
el niño Jesús, probablemente por falta de enseñanza en términos de educación sexual, o,

3
Alejandro Gaviria, “Población y sociedad”, Colombia, tomo V, Coord. Jorge Orlando Melo
(Fundación Mapfre/Taurus, 2016).p. 207
como en tiempos medievales, con la función de hacer que más hijos hagan más ingresos
con trabajos, quizá formales, informales, legales o ilegales. A finales del siglo XX, el
porcentaje de mujeres que estaban o habían estado era de casi el 40% en los hogares más
pobres y menos del 10% en los hogares de mayor nivel socio-económico.4

Dándole fin a este texto, podemos decir que la industrialización generó grandes cambios en
la vida del sujeto histórico colombiano, que marcó dinámicas dentro de la sociedad y su
relación con el medio ambiente. Influyeron en los aspectos demográficos y la movilidad
dentro del país.

Referencias

4
Alejandro Gaviria, “Población y sociedad”, Colombia, tomo V, Coord. Jorge Orlando Melo
(Fundación Mapfre/Taurus, 2016).p. 185
Alejandro Gaviria, “Población y sociedad”, Colombia, tomo V, Coord. Jorge Orlando
Melo (Fundación Mapfre/Taurus, 2016)

Rolf Peter Sieferle y Bernd Marquardt, La revolución industrial en Europa y América


Latina (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2009).

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