Está en la página 1de 7

João y yo caminando en una noche oscura: reflexión clínica

sobre el contexto externo, la implicación emocional del terapeuta


y la intersubjetividad de la relación terapéutica.
Hélder Chambel
Tavira, Portugal

PsiRelacional – Associação de Psicanálise Relacional

Hay dos episodios de Winnicott que nunca he podido olvidar: se dice que en una reunión de la
Sociedad Británica durante la Segunda Guerra Mundial, sonó la sirena de ataque aéreo y las
bombas comenzaron a explotar, los miembros permanecieron enfocados en la reunión como si
nada. Winnicott se levantó y dijo: "Quiero señalar que se está produciendo un ataque aéreo
afuera". Nadie le echó cuenta y la reunión continuó. También se cuenta que Winnicott, mientras
trabajaba con niños evacuados durante la guerra, llevó a uno de estos muchachos a su casa con la
esperanza de que él y su esposa fueran padres sustitutos. Se dice que no fue la única vez que
sucedió esto. Creo que estos episodios son simbólicos de la importancia que Winnicott atribuye al
contexto externo y la implicación emocional del terapeuta.
Partiendo de una situación clínica, trato de resaltar la importancia de estas dimensiones en la
relación terapéutica. En una perspectiva intersubjetiva, trato tambien de ejemplificar las
dimensiones de la articulación inconsciente entre el paciente y el terapeuta, en este caso entre
João y yo.
Conocí a João en el servicio público donde trabajo, un día por la mañana, mi jefe de servicio me
llamo y me dijo: "Hélder, deja todo lo que tengas, es urgente", fui a verle y me dijo que fuera a
hablar con la jefa de otro servicio que estaba muy preocupada, porque un compañero parecía estar
muy mal y no aceptaba ayuda de nadie. En esta institución donde trabajan más de mil personas,
estoy acostumbrado a ser un "bombero de guardia", por lo que no encontré la situación muy
extraña.
Cuando llegué al servicio de João, su jefa, Isabel, me llevó a su oficina y muy nerviosa me explicó
que todos estaban preocupados con la idea de que João pudiera suicidarse. Me dijo que João, un
hombre de 65 años, era, hasta hace un mes, una persona alegre y comunicativa, surgieron
problemas económicos en su vida y João cambió radicalmente. No habló con nadie. No aceptó
ayuda de nadie. Le preguntaron si estaba bien y él solo lloraba y nada más. Era un hombre vanidoso

Trabajos presentados en las VI Jornadas de Psicoanálisis Relacional (2021): Winnicott en el Psicoanálisis Relacional actual – © IPR [ 1]
pero ahora caminaba y tenía un aspecto descuidado y sucio, con la cabeza agachada, los hombros
caídos y los ojos en el suelo.
Los compañeros lo vieron recogiendo colillas de cigarrillos del suelo y decidieron ofrecerle un
paquete de cigarillos que le dejaron en su escritorio. Al día siguiente, João le entregó a Isabel una
carta pidiéndole que la abriera cuando pasara un año. Fue esta carta la que me hizo llegar. Isabel,
muy nerviosa, lee la carta que comenzaba así: "Querida Isabel, cuando leas esta carta ya no estaré
con vosotros", y terminaba: "Por favor, dile a los compañeros que los llevo a todos en mi corazón".
Isabel muy nerviosa me dice: " Ahora espera aquí que lo voy a llamar", y se fue.
Yo estaba solo, conmovido por la carta y sin saber qué hacer. Poco después llegó Isabel con João,
quien inmediatamente se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y comenzó a llorar. Isabel se fue.
Le pregunté a João si sabía quién era yo. No lo sabía, pero imaginaba que Isabel estaba preocupada
por la carta. Me presenté y pregunté si podía ayudar, João, llorando compulsivamente, me explicó
lo que había sucedido: le había entregado toda la gestión financiera a su esposa, y sin darse cuenta
de cómo era posible, su hijo y su esposa falsificaron su firma. Habían pedido préstamos por valor de
50,000 euros, sin ni siquiera autorizarlo. Ya no podían pagar, y una compañía financiera se puso en
contacto con João, quien descubrió de la noche a la mañana que estaba en una situación
insostenible, el dinero que ganó no fue suficiente para pagar los gastos, no tenía dinero para
comprar comida.
Me explico todo, llorando compulsivamente, a veces no podía hablar mientras lloraba. Me dice que
nada en la vida tiene sentido y solo encuentra una solución: tener una cuerda lista para colgarse, y
así terminará su sufrimiento lo antes posible. Él tiene esta idea como la definitiva y dice que nadie
puede detenerlo. Todo esto me lo dice con una intensidad emocional abrumadora y una convicción
inquebrantable. Se forma en mí la convicción de que este hombre se va suicidar.
Nunca pude recordar de qué hablamos en las dos horas y medias seguidas que estuve con João en
este primer encuentro. Perdí la noción del tiempo. Recuerdo el momento en que se me pasó por la
cabeza tratar de internar a João, cuando me dijo que hace varios días que no podía dormir. Le dije:
"¿No quieres ir a un lugar donde puedas descansar?" João me miró con ojos asustados y me dijo:
"¡No estoy loco!”. Ahí empezó una tensión entre nosotros. João se molestó conmigo y me dice:
"¡Vete, ve con tu familia, sigue tu vida, déjame!" Me molesto con João y le digo: "No es así João, no
puedo hacer eso, nunca me sentiría bien conmigo mismo, ahora estamos juntos en esto". João me
miró y ambos no sabíamos qué hacer.
Me di cuenta de que había pasado la hora del almuerzo y le dije a João que volvería en una hora.
No comí nada, no tenía apetito, llamé a un compañero de confianza para que me ayudara a pensar,
preparé la posibilidad de internamiento que solo podía ser con la policía y la emergencia médica, y

Trabajos presentados en las VI Jornadas de Psicoanálisis Relacional (2021): Winnicott en el Psicoanálisis Relacional actual – © IPR [ 2]
me reuní con mi equipo. Algunos piensan que es una "llamada de atención" que no deberíamos
echar cuenta, otros piensan que debería ser hospitalizado de inmediato, yo fui el responsable de la
decisión.
Cuando vuelvo a ver a João, me dice: "no entiendes, solo quiero terminar con este sufrimiento,
estoy oscuro, estoy completamente negro por dentro, no he dormido en semanas". Le propongo a
João que vaya al médico para que le recete algo para descansar. Me dice que no puede, que se
siente derrotado y avergonzado. Le digo que iré con él, le prometo que fijaremos una consulta para
el día siguiente y estaré disponible para hablar con él todos los días durante el tiempo que sea
necesario. Después de un largo silencio, João está de acuerdo y quedamos para la mañana del día
siguiente. Cerramos el acuerdo con un apretón de manos, y yo me quedé en un diálogo interno
obsesivo entre el miedo a que João se suicidara y la esperanza de que no sucediera. Esa noche caí
exhausto en la cama y soñé un largo sueño negro, un sueño donde todo a mi alrededor era negro y
estaba solo sin saber qué hacer en la oscuridad.
A la mañana siguiente fui al médico con João, me pidió que hablara por él, estaba demasiado
avergonzado, lo medicaron y comenzamos un seguimiento 4 y 3 veces por semana durante meses.
Durante estas sesiones me di cuenta de que João estaba cerca de su jubilación. Vivía en una
situación insostenible en varios niveles, estar en casa era insoportable debido a la traición de su
esposa y su hijo, pero tampoco era posible salir de casa. La mujer llora, el hijo dice que pagará todo,
João no le cree, está enfadado y llora cuando dice que no consigue llevar a su hijo a un tribunal por
falsificación de firmas. João era una persona a quien la idea de deber dinero le superaba, toda su
vida había estado gobernada por una honestidad y rectitud inquebrantables.
João está aislado, vive caminando entre su casa y el trabajo, llorando y con la mirada en el suelo.
Dejó todas las conexiones y rutinas que tenía: su presencia habitual en la venta de pescado donde
contactaba con sus amigos y reparaba redes de pesca, al menos una hora al día, me dice que le da
vergüenza mirar a sus amigos a los ojos. Eso no puede soportarlo. Pensamos mucho en cómo
resolver el problema del dinero y escuché su conmovedora historia de vida, la muerte de su madre
cuando era niño, el abandono de su padre, su familia de acogida, el hambre, la dureza de la vida de
un pescador desde que tenía 14 años, y vi un brillo en los ojos al hablar del mar de Tavira que
conoce como la palma de su mano, vi el orgullo de aquellos que crecieron de la nada.
La situación se prolongó durante meses, João me dice que no aguantará ser acusado ante un juez,
que prefiere la muerte. Un abogado, de forma gratuita, comenzó a ayudar a João, varias personas
ayudaron a João. Me cuenta:
"Isabel, su jefa, cuando compra para ella también compra para mí, le pedí que esperara al final de la
calle, me da vergüenza que los vecinos le vean dándome comida".

Trabajos presentados en las VI Jornadas de Psicoanálisis Relacional (2021): Winnicott en el Psicoanálisis Relacional actual – © IPR [ 3]
“Hoy un amigo me llamó para preguntarme si todo estaba bien, y no pude hablar. Comencé a llorar,
me preguntó qué estaba pasando, le dije que se me había acabado el gas para cocinar o ducharme,
colgó y apareció en mi casa, compró gas y fue conmigo al supermercado".
Yo mismo varias veces le dije a João:" si necesitas algo dímelo, comparto lo que tengo" y João
siempre me respondió: "Solo quiero que me escuches y un cigarrillo, si no te importa". João era una
persona respetada en nuestra comunidad, varias veces en la calle personas desconocidas me
preguntaron si yo era el psicólogo de João y si João iba a estar bien. Sentí una verdadera
"hermandad humana" con el sufrimiento de João.
Con los meses, a través de la venta de un pequeño terreno y una dura negociación de la deuda,
João logró reorganizarse económicamente pudiendo llegar a final de mes con suficiente dinero para
sus gastos. Poco a poco el deseo de suicidarse comenzó a debilitarse. João comenzó a sonreír.
También comenzó, conmigo, a repensar su relación con sus familiares más cercanos, y decidió
varias cosas, una de las cuales fue comenzar a administrar su propio dinero.
Pensó en su relación con sus familiares más cercanos, sus relaciones íntimas y la forma en que
piensa sobre sí mismo, sobre los demás y la relación entre él y los demás. Escuché durante muchas
horas el desamparo y la tristeza de un niño cuya madre murió y a quien el padre abandonó, y lo
afortunado que era de ser recibido por familiares lejanos. Pensamos en el sentimiento de
impotencia que vivió en su infancia y en este nuevo sentimiento de impotencia que ahora sentía.
Estaba animando a João a que volviera a contactar con sus amigos y que volviera a sus rutinas.
Nada de lo que había pasado era motivo de vergüenza. Al contrario, debería estar orgulloso de su
vida y de la forma en que estaba resolviendo un tema muy complejo.
Poco más de un año después de conocerlo, y cuando nos veíamos una vez a la semana, João me
dice: "Hélder, volví a estar con mis amigos en el mercado y tengo las redes para reparar, así que
tendré menos tiempo. Gracias por ayudarme, pero no volveré a hablar contigo, pasa este tiempo
ayudando a otras personas, seguro que los habrá, y lo haces bien.” Y João se fue, lo vi irse desde la
ventana de mi clinica. Respiré hondo y sonreí.
Unos meses después estoy en mi clinica y llaman al teléfono, era João, me dice: "Hélder, quiero
desearles una feliz pascua para usted y su familia". Yo le respondo: "Gracias João, una feliz pascua
para usted también". Y João continúa: "No olvido lo que hiciste por mí, estarás para siempre en mi
corazón". Me conmueve y digo: "tú también estarás en mi corazón para siempre João, un abrazo".
Cuando colgué el teléfono sentí un escalofrío en todo el cuerpo y una extraña necesidad de llorar.
Salí a la calle, necesitaba un café y un cigarrillo, y recorrí las calles de mi ciudad. Sin saber cómo o
por qué recordé que João era el nombre de mi abuelo materno que murió justo antes de que yo
naciera. Este abuelo era la persona más importante para mi madre, un hombre amable y justo, en

Trabajos presentados en las VI Jornadas de Psicoanálisis Relacional (2021): Winnicott en el Psicoanálisis Relacional actual – © IPR [ 4]
las palabras de mi madre. Nací cuando mi madre estaba de luto por su padre, solo en mi análisis me
di cuenta de la relación entre la muerte de mi abuelo y la cara siempre triste de mi madre que llevo
en mi imaginación. João me recordó la bondad de mi abuelo João que nunca llegué a conocer pero
siempre existió en mi imaginación. Sonriendo, pensé que descubrí mi "agenda oculta" en relación
con João: salvar a mi abuelo João de la muerte y hacer feliz a mi madre. Recordé la llamada
telefónica de João nuevamente, y en mi imaginación, lejos, en Tomar, en la tierra donde nací, mi
madre sonrió.
Creo que esta situación muestra el carácter intersubjetivo de la relación terapéutica y la "agenda"
inconsciente de este psicoterapeuta en la relación terapéutica con João. Ayudamos a los pacientes
y ellos a menudo nos ayudan, le dan sentido a nuestra profesión, a nuestra vida.
Como Winnicott, quien llevó a un niño a su casa para cuidarlo, también sentí ganas de llevar a João
a mi casa y cuidarlo, como “un hermano que sufre”. Creo que esta implicación emocional tiene un
impacto en nuestros pacientes.
Pero no quiero que esta presentación sea un ejercicio de vanidad, debido a una situación clínica
que aparentemente salió bien. Quiero compartir este relato con mis colegas porque João me hizo
pensar mucho en mis relaciones terapéuticas y mi forma de vivir mi vida.
A menudo pienso que no soy un psicoterapeuta lo “suficientemente bueno” y que no sé suficientes
cosas. Pasé parte de mi vida leyendo textos psicoanalíticos muy complicados que parecían no tener
nada que ver con mis pacientes y que me hacían sentir muy ignorante porque casi no entendía
nada de lo que estaban hablando esos libros. No creo que me hayan ayudado mucho en mi
profesión. João, por el contrario, me ayuda. Creo que hay muchas cosas que son aparentemente
simples, y creo que son solo aparentemente muy simples, pero que pueden ayudar a nuestros
pacientes. Por eso resalto en este trabajo la implicación emocional del terapeuta en la relación
terapéutica como un factor que, creo, a menudo se olvida, sé que soy humano y tengo límites, pero
a menudo me encuentro tratando de relacionarme con mis pacientes como si fueran solo uno de
cientos de personas que me piden ayuda, o si no, con una persona sobre la que podría escribir
textos que quedarían bién en cualquier Jornada de Psicología como esta y que cualquier colega que
escucha, con un poco de suerte, diría que soy sensible e inteligente.
A pesar de haber vivido intensamente la relación con João, no creo que salvé a João, creo que, en
su mayor parte, fue nuestra comunidad la que ayudó, y solo ayudó a João a superar un momento
difícil en su vida. Después de todo, fue João quien reconstruyó su vida.
Hoy sabemos que nuestras mentes se forman en la complejidad de las relaciones intersubjetivas
humanas. De forma decisiva, en la infancia, donde se define nuestra forma de estar en el mundo,
de mirarnos a nosotros mismos y a los demás. Sin embargo, a lo largo de nuestra vida, vivimos en

Trabajos presentados en las VI Jornadas de Psicoanálisis Relacional (2021): Winnicott en el Psicoanálisis Relacional actual – © IPR [ 5]
sistemas complejos de los que nuestra mente forma parte, con los que interactúa y se adapta de
forma permanente. Cuando estamos encerrados en el mundo interno de los pacientes sin valorar lo
que rodea al paciente y el esfuerzo que hace su mente para adaptarse a la realidad somos un poco
como los miembros de la Sociedad Británica que no escuchan a Winnicott decir que hay un ataque
aéreo afuera.
La experiencia relacional de João hubiera sido muy diferente si no hubiera tenido la receptividad y
la implicación emocional de sus compañeros de trabajo y amigos. Casi olvidamos que somos una
comunidad y que todos somos interdependientes unos de otros. Nadie vive solo y la acogida “del
otro que sufre” es terapéutica, en nuestra oficina y en nuestra comunidad.
Nuestra mente es un sistema complejo que forma parte de múltiples secuencias de sistemas
complejos interrelacionados: madre, padres, familia, escuela, trabajo, ciudad, país, medio
ambiente, planeta, universo. Es esta idea de multiplicidad de sistemas en permanente interacción la
que nos permite entender, por ejemplo, que un evento en China tiene grandes efectos en nuestra
mente y bienestar en España o Portugal.
Cuando analicemos la mente, tendremos que estudiar un sistema, solo hay una mente en
interacción con otras mentes y otros sistemas. Como individuos y sociedades, también somos
interdependientes de la naturaleza. El mundo entero, el universo desconocido está organizado en
sistemas orgánicos, sociales, culturales, ecológicos, etc. Cada uno de nosotros es producto y
propiedad de un gran sistema interconectado, interactivo y profundamente complejo. Nuestra
salud mental también depende del equilibrio de los sistemas, y no siempre somos lo
suficientemente conscientes de las consecuencias para nuestra salud (mental) de la dinámica de los
sistemas humanos y ambientales.
Tengo alguna esperanza de que esta pandemia en la que vivimos nos hará más conscientes de
nuestra vulnerabilidad y nuestra interdependencia global, y que esto conducirá a más y mejores
comportamientos cooperativos y menos competitivos. Tal vez surjan nuevas perspectivas sobre el
respeto por la subjetividad y la diferencia entre las personas. Y así, quizás puedan surgir nuevas
políticas sobre temas como el racismo, la xenofobia, la inmigración, las guerras económicas o el
cambio climático.
Quizás sea solo una esperanza, pero creo que el psicoanálisis no debe renunciar a luchar por esta
esperanza. Como Winnicott deberíamos gritar: hay un ataque aéreo ahí fuera. Es una lucha política
en la que no debemos ser "abstencionistas" a la manera freudiana. Debemos tomar un papel activo
porque de estas políticas depende la salud mental de todos nosotros, y además es imposible ser
apolíticos, en la oficina o en la sociedad.

Trabajos presentados en las VI Jornadas de Psicoanálisis Relacional (2021): Winnicott en el Psicoanálisis Relacional actual – © IPR [ 6]
Y termino aquí, sé que pasé demasiado rapido por aspectos muy complejos en la teoría y la práctica
psicoanalítica, estoy disponible para intentar dar respuesta a vuestras preguntas.
Gracias por vuestra atención.

Trabajos presentados en las VI Jornadas de Psicoanálisis Relacional (2021): Winnicott en el Psicoanálisis Relacional actual – © IPR [ 7]

También podría gustarte