Bosquejaré para ustedes los pasajes que me resultaron intere
santes de un tratamiento de una mujer que consultó en el Servicio de Adultos de Avellaneda, E n la primer entrevista comenta que un tiempo atrás consultó a un psicólogo porque no podía dormir, en esta oportunidad lo que la trae es la angustia que siente por situaciones familiares y un sue- ño que se repite, provocándole ansiedad y terror. El sueño es el siguiente: Se ve chiquita; por detrás, un carretel atado a ella la persigue, y ella corre sobre el hilo. Dice: “Siempre pensé: ¿por qué no m e corro? Esta vez me voy a correr y sigo’*, Le pregunto qué se le ocurre: “Me cuesta hablar, p.o- ner límites", dice. En las entrevistas se hace presente su dificultad para hablar; convive con su hijo y su pareja actual quien está ubicado como su protector, un hombre compresivo y que se encarga del hijo cuando ella no le presta los cuidados que el niño requiere. Romína describe a su padre como u n hombre mujeriego, desu bicadlo, que nunca la tuvo en cuenta, que siempre la criticó y que tuvo puesta la mirada en su otra hija María (la preferida) a quien describe como alcohólica, prostituta y fabuladora. En el momento en que consulta su padre está por viajar a Euro pa a la casa de María y no sabe si se quedará a vivir allá. En relación con su cuerpo, se escucha un plus: tiene hiperpro- lactina, hipertiroidísmo, está a un paso de la diabetes, tiene sobre peso. Lo que más la preocupa es que cada vez pesa más %haciendo dieta, no adelgaza. Luego de unos meses de tratamiento, dice que quiere hablar de algo que había estado eludiendo, de lo que hasta ese momento no 154 Singtüar, particular, singular
había podido hablar: no quiere tener hijos, ya que nunca le gustaron
los niños, cree que la prolactina le sube por este motivo y agrega que cuando nació su hijo estuvo sola, Comienza a traer recuerdos donde queda ubicada como waque lla a quien no ven”. Cuenta que se fue a vivir por un tiempo al norte del país con Pedro (padre de su hyo) nadie la acompañó a la esta ción de tren; le pagó a un chico para ayudarla con las cosas y es él quien la despide en la estación de trenes, A la sesión siguiente dice: “Nome había dado cuenta lo mal que me había hecho que no me vengan a ver cuando nació mi hijo, o cuando me fui al norte, me tragué la angustia” “Me compré un sand wich. al salir de acá. Registré lo que me había dolido. No recuerdo haber sentido el dolor que sentí hablando el viernes acá’\ Describe una escena donde una de sus hermanas va a pedir al negocio del padre un sándwich, y el padre le contesta: "Acá no se fía”. Ella dice que es como pedirle peras al olmo, Al poco tiempo decide no hablarle niás al padre, ya que no quiere que desprecie a su. familia y a ella. Dice haberse tranquilizado luego de hablar conmigo y puede decirle a su pareja que no quiere tener otro hijo, después de haberse escuchado decirlo en una entrevista. En otra ocasión, cuenta: "Cada vez que iba a llorar, comía”. Intervengo: “¿Comías para no llorar?”. Contesta que se trata de revólver cosas tapadas y que quiere cambiar. Due go pregunta si sus contracfcuras en el cuerpo son fruto de no poder demostrar lo afectivo en el baile. Aparece su preocupación por el aumento de peso, pesa 92 Kgy sigue subiendo de peso a pesar de que siempre está haciendo régi men. Antes pesaba 60 Kg. La nutriciomsta le dice: "Sos obesa”. Le digo: “Vos decís que no, que en determinado momento empezaste a subir de peso, 30 Kg”. Dice: “Si, hace 11 años, m ás o menos, pasé la barrera; cuando me fui al norte extrañaba mucho, estaba sola”. En entrevistas posteriores Romina comenta el rechazo del pa dre de su hijo hacia ella, la falta de intimidad cuando se fueron a vivir aínorte, y dice: “Me doy cuenta ahora de que me enojo, de que hay cosas que me duelen, ahora que lo hablo acá”. En otro momento cuenta que hace dos meses que muerde mu cho los dientes, duerme con protectores. Rita Mantegazza: Ccrniejido por un hilo 155
Dice: “Te lo cuento porque, como estamos hablando del tem a
de la gordura, es por donde entra la comida”. Le digo:' “No entiendo, ¿qué pasa de noche?". Dice; “Me como la boca”. Cuenta que de noche le agarran mié- j dos irracionales, ve sombras, siente miedo a que entre alguien, des pierta a su pareja, él la abraza y se puede dormir. Se produce un deslizamiento del. “me como la boca”; dirá: “es toy teniendo dificultad en digerir algo”. Sobre la dificultad, dice que le cuesta poder expresar lo negativo, hacerse cargo de sus sentimien- tos, escuchar cosas que le provocan dolor y bronca, i Pasados 8 meses de tratamiento dice que está mejor, se dio cuen ta que ella tiene experiencia dando clases de baile, que es buena vendedora, que sobrevivió a la crisis del 2001, que conoce el am biente y de que tiene un grupo de gente que la sigue. Entonces se le ocurrió dar clases de “danzas populares”, sería darlo básico de tan go, salsa y folclore; piensa ponerle un nombre y patentarlo, si al guien hiciera lo mismo tendría que pagarle por la franquicia. Cuenta muy sorprendida que sus compañeros de curso, que antes “no la miraban”, la felicitan por sus figuras de tango. Le piden permiso para grabarla ya que creen que tiene buenas ideas sobre | futuros proyectos. Dice: “Hasta que vine aquí creía que no sabía hacer nada, ahora me doy cuenta de qué sé”. Al terminar un taller de micro emprendimientos se decide a. abrir una sala de ciases de baile en su casa. Dice que se siente bien con ella misma, más segura. Recuerda que sus vecinas y su padre de cían: “Ella no puede bailar por el peso”. Recuerda que muchas veces dejaba de darles clases a sus alumnos porque se enojaba y dice: “Aho ra no pienso más así las cosas, tengo una visión diferente”. Con el “ahora no pienso más asi las cosas” surge el tem a del tiempo: “un antes” y un “ahora” que da cuenta de un tiempo subje tivo, singular y a la vez evidencia el tiempo de tratamiento. Al comenzar el tratamiento se le enunció como norma del servi cio un tiempo límite donde concluya el mismo. En los encuentros del mes de diciembre Romína habla de sus proyectos y comenta que por el momento no hay cosas que le pre ocupen, Me trae un regalo: un llamador de buenas ondas de origen oriental, comentándome que este regalo “suena lindo", en ese m o mento se da por finalizado el tratamiento institucional.